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Agustowsky_Gabriela_-2010-Mirar_es_una_actividad-_revista_de_educacacion_n_7.pdf

  1. 1 Número 7 Año 2 2010 me Núm A DIGITAL para el día a día en la escuela Educación artística: ¿Qué? ¿Por qué?¿Cómo? ISSN 1852-6497 Nadie duda de que la educación ar- tística sea un área fundamental den- tro de la planificación curricular de cualquier escuela, en cualquier ni- vel –inicial, primario y medio-, pero al mismo tiempo, tampoco nadie duda de que, en casi la mayor parte de los casos, su lugar esté relegado. Son muchas y distintas las causas de esto que puede aparecer como una paradoja: la falta de recursos, la falta de planificación para que esto suce- da –entre otras cosas, que en todas las escuelas haya docentes especia- lizados a cargo del área-, la falta de voluntad política, etc. Muy lejos de pretender cubrir esta vacancia, nos proponemos con esta publicación poder acercarles la voz de quienes, desde sus distintas disciplinas, es- tán pensando la educación artística, sus objetivos, las posibilidades y po- tencialidades de trabajarla en la es- cuela, así como las diferentes cues- tiones a tener en cuenta en cada caso. Asimismo, incluimos algunas propuestas concretas desde la voz de los especialistas. En este senti- do, nuestro esfuerzo está dedicado, por un lado, a los maestros de arte, quienes, al igual que el área, muchas veces quedan relegados. Por otro, a todos los maestros y directores de aquellas escuelas que no cuentan con la invalorable presencia de los primeros y están interesados y pre- ocupados en la temática. 5 Mirar es una actividad Imágenes del universo, imágenes del interior de nuestro cuerpo, cámaras de seguridad que nos filman en super- mercados, bancos, estaciones. Carteles publicitarios, tele- visión, computadoras, teléfonos celulares son parte inelu- dible de nuestra vida cotidiana y la de nuestros alumnos. En la actualidad, la experiencia humana es cada vez más visual y está cada vez más visualizada; vivimos inmersos en un mundo de imágenes. Pero mirar y ver más no significa necesariamente entender más. La distancia entre la riqueza visual contemporánea y la capacidad para analizar lo que se observa es todavía un desafío para la escuela y más aún para la enseñanza de las Artes Plásticas. Mientras que aceptamos que la lectura de textos escritos requiere habilidades intelectuales abstractas y, por tanto, demanda un aprendizaje y también cierto esfuerzo por parte del lector, la observación de imágenes se asume ha- bitualmente como un proceso más simple o más natural que no precisa aprendizajes específicos. Y esto es así por varias razones. Por una parte, ciertas imágenes realistas inducen al observador a percibirlas como representacio- nes objetivas de la realidad (y no como construidas); por otra parte, notamos que la percepción visual es rápida y el reconocimiento del contenido parece simultáneo con su interpretación. Sin embargo, para descifrar y comprender las imágenes, es necesario poner en juego un conjunto de procesos y habilidades cognitivas que deben ser enseñadas. La per- cepción demanda que el observador realice una serie de actividades mentales, que ponga en juego sus saberes in- teriorizados y estrategias que requieren una participación activa y consciente. Por Gabriela Augustowsky * Las tareas de análisis e interpretación de las imágenes tienen el propósito de descifrar los significados que estas conllevan y desarticular su aparente neutralidad u objeti- vidad. Sirven para sumar perspectivas nuevas y más com- plejas a los modos de ver habituales, para ampliar los uni- versos de significados y sentidos. Pero es fundamental recordar que todas las tareas intelec- tuales que se realizan en relación con una imagen impli- can siempre aspectos emocionales, afectivos y subjetivos. Agudizar el sentido de la observación y formar una mirada atenta, consciente y crítica no se contradice con el placer. Se trata de saber más para disfrutar más. ENSEÑAR A MIRAR Enseñar a mirar imágenes puede definirse como el con- junto de acciones que se desarrollan con el propósito de favorecer el pasaje de la mirada espontánea, rápida y habi- tual hacia una mirada detenida, inquisitiva, inquieta y crí- tica. Se trata de promover en nuestros alumnos y nuestras alumnas lo que el fotógrafo catalán Joan Fontcuberta ha definido como contravisión; es decir, producir“acciones de ruptura con las rutinas que controlan nuestros programas de pensamiento visual”1. Es un camino con varios surcos simultáneos; cada vez que abordamos una imagen y realizamos su análisis y su interpretación, estamos enseñando estrategias y modos de mirar que podrán transferirse a la observación de otras imágenes. La observación de imágenes es una actividad de enseñan- za y, por lo tanto, es preciso asignarle un tiempo y un es- En esta nota, la autora se refiere a un aspecto muy importante de la educación artística como es la educación de la mirada y la percepción. En este sentido, sugiere algunas propuestas didácticas interesantes que utilizando diferentes lenguajes y técnicas, se orientan en esa dirección. Enseñar a mirar imágenes puede definirse como el conjunto de acciones que se desarrollan con el propósito de favorecer el pasaje de la mirada espontánea, rápida y habitual hacia una mirada detenida, inquisitiva, in- quieta y crítica. 5 J. Fontcuberta (2002).
  2. 6 pacio específicos dentro de las tareas del aula. Esto implica disminuir la velocidad y desarrollar a un ritmo más pausa- do y consciente acciones que se realizan todos los días de forma rápida y casi inconsciente. Los procesos de análisis e interpretación proponen desmenuzar, desarmar o de- construir la imagen para volver a armarla de otro modo. Aunque la imagen no cambia, en este camino cambiará el modo de verla, entenderla y disfrutarla. AYUDAS PARA MIRAR No es posible, ni deseable, describir un único mé- todo o un conjunto de reglas fijas para analizar las imágenes. La multiplicidad de modos, estrategias didácticas y las buenas prácticas deben ser leídas como pautas o fuentes de inspiración para crear ac- tividades a medida teniendo en cuenta los conteni- dos que se enseñan y el grupo de alumnos con los que se trabaja. El análisis de una imagen, implica el tratamiento de una amplia variedad de aspectos. Ante una imagen, es preciso considerar varias cuestiones o niveles de lectura: tRVÏSFQSFTFOUBMBJNBHFO tDØNPMPSFQSFTFOUB tRVÏTJHOJmDBEPTTJNCØMJDPToDVMUVSBMFTZTPDJBMFTo tiene; tRVJÏOMBDSFØ tFORVÏDPOUFYUPoIJTUØSJDPZTPDJBMoMPIJ[P tRVÏTFOUJEPZFGFDUPTHFOFSBMBJNBHFOFORVJF- nes la observan. Los invito ahora a conocer y recrear algunas pro- puestas a partir de la observación de los autorre- tratos de tres artistas: Alberto Durero, Frida Khalo y Norman Rockwell. Para comenzar, observen deteni- damente cada una de las obras. Para conocer más sobre estas obras y sus autores http://museofridakahlo.org.mx/ http://www.nrm.org/ http://www.museodelprado.es/coleccion/a-fondo/ autorretrato-alberto-durero-1498/ FORMULAR PREGUNTAS Las preguntas pueden tener diversos objetivos: guiar la observación de la imagen, entablar una conversación acerca de ella, reconocer y poner en valor conocimientos previos de los alumnos, o des- pertar dudas e intereses. Existen diferentes tipos de preguntas según su propósito y las habilidades que deben ponerse en juego para responderlas. Preguntas de observación. Sus respuestas se ob- tienen solo mirando la imagen. Sirven para realizar descripciones. Por ejemplo: ¿Cómo está vestido Durero? ¿Qué animales están con Frida, cuántos hay? ¿Qué herramientas y ayudas usa Norman Rockwell para hacer su autorretrato? Alberto Durero. Autorretrato. 1498. Óleo sobre tela. 52x 41 cm. Museo del Prado, Madrid. Frida Kahlo. Autorretrato con monos, 1943. Óleo sobre tela. 81x 63 cm. Colección Gelman: México. Norman Rockwell. Triple autorretrato. 1960 óleo sobre tela. Colección Familia Rockwell. 7 Preguntas deductivas o planteo de hipótesis. Se vin- culan con las de observación e intentan atravesar el plano empírico para abordar aspectos interpre- tativos. Por ejemplo: ¿Por qué creen que N. Rockwell llamó a esta obra triple autorretrato? ¿Además del suyo, cuántos retratos hay en su cuadro? ¿Reconocen alguno? ¿Por qué los habrá colocado allí? ¿Cuál es la actitud de Frida con los monos, les teme, le gustan? ¿Por qué habrá incluido monos en su autorretrato? Preguntas de invención, creatividad o fantasía. En este caso, se pide a los alumnos que agreguen ele- mentos propios a los datos de la imagen. Por ejemplo: ¿Qué podemos saber de Norman a partir de su autorretrato?, ¿Por qué creen que se pintó sin sus anteojos? Miren detenidamente la actitud de Durero ¿qué estará pensando? ¿Qué sonidos de fondo le pondrían a la imagen de Frida? Preguntas vinculadas con el gusto, las sensaciones y las emociones personales. Estas preguntas ponen en juego opiniones y juicios individuales. Por ejemplo: ¿Qué sienten al ver esta pintura? ¿Qué imagen, de todas las observadas, les gustó menos?, ¿por qué? ¿Qué palabra define mejor esta imagen: temor, angustia, soledad, soberbia, alegría?, ¿por qué? Preguntas acerca de conocimientos enseñados en la escuela y/o en espacios informales. En este caso, se propone relacionar la observación de los alum- nos con conocimientos que han obtenido en diver- sas disciplinas. Por ejemplo: ¿Qué cambios produjo el Renaci- miento en la pintura? ¿Dónde está ubicada la Ciudad de México, qué cli- ma predomina allí?, ¿Cómo es la vegetación en la zona de Coyoacán donde está ubicada la casa en la que vivió Frida Khalo? ¿Qué es la pintura al óleo? Preguntas retóricas. Estas son preguntas para las cuales no se espera respuesta acabada; su propósi- to es dejar instaladas inquietudes, generar debates y nuevas miradas. Por ejemplo: ¿Por qué los artistas se retratan a si mismos? ¿Cuál es el lugar de los artistas en la so- ciedad? Preguntasdiferidas.Surespuestarequierelabúsque- da de otras fuentes, como textos u otras imágenes. Por ejemplo: ¿Durero ya era famoso cunado pinto este autorretrato?, ¿Los pintores en la época de Durero eran ricos? ¿A Frida realmente le gustaban los animales, qué lugar ocupaban en su vida?, ¿Frida Khalo tuvo hi- jos?, ¿Frida Khalo tuvo alumnos, disicípulos? Mientras que algunas preguntas –principalmente, las ligadas a la descripción– admiten como válida solo una respuesta, aquellas relacionadas con la interpretación permiten múltiples respuestas. Aun- que, en el marco de la interpretación o la explica- ción de una imagen, es posible realizar numerosas y variadas afirmaciones, estas deben estar siempre justificadas o ancladas –en mayor o menor medida– en aspectos observables. REPRESENTAR CORPORALMENTE Y DRAMATIZAR Cuando la imagen contiene figuras humanas, repre- sentar con el cuerpo sus posturas, su ubicación en el espacio, su actitud o algún fragmento en parti- cular –como las manos, los gestos de la cara o las miradas– promueve que se mire con cuidado y se descubran elementos o personajes secundarios que, a simple vista, pasan desapercibidos. Además, en algunos casos involucrar el cuerpo propicia un mayor compromiso emocional con la imagen. Por su parte, las dramatizaciones de las imágenes fijas ponen en juego aspectos interpretativos al dar vozalospersonajesycontextualizarlorepresentado. Es importante no perder nunca de vista la referen- cia visual y el propósito fundamental para este tipo de actividades, que consiste en profundizar la ob- servación y la interpretación de la imagen. Tomar fotografías de las representaciones realizadas por los alumnos y cotejarlas con la imagen original pue- de ser una instancia de síntesis y regreso a la ima- gen que se analiza. UTILIZAR VISORES Los visores son dispositivos que permiten frag- mentar o acotar el espacio que se observa. Pueden realizarse con marcos de diapositivas vacíos, rollos de cartón de papel higiénico o papel de cocina, o bien troquelando formas –círculos, triángulos o rectángulos– en un cartón plano. El tipo de visor y su forma dependerán de las dimensiones y del tipo de imagen que se aborda. También, y teniendo en cuenta la escala de las imágenes de los libros de texto, esta operación se consigue tapando parte de la imagen con las manos o con un papel. Divi- dir y seleccionar el campo visual sirve para analizar cómo ha sido construida la imagen.
  3. 8 Por ejemplo, un acercamiento detallado al ángulo superior de la tela de Norman Rockwell permitirá reconocer otros autorretratos de artistas célebres (Durero, Picasso, Rembrandt, Van Gogh) que el pin- tor utiliza como inspiración, referencia y “guiño” para el observador. En el ángulo izquierdo se ve una hoja con bocetos realizados a lápiz. HACER PARA COMPRENDER El trabajo con determinados materiales o técnicas posibilita reconocer, en la práctica, sus efectos vi- suales, así como los requerimientos necesarios para llevarlos a cabo. Hacer permite abordar la materiali- dad de la obra, las texturas, efectos, dificultades con técnicas a resolver. Otras tareas, como deformar o intervenir fotocopias de imágenes, proponen acciones materiales y nue- vos modos de aproximarse a las representaciones construidas por otros. El proceso de creación también puede desarrollar- se en relación con la fotografía. Para comprender cómo fueron armadas y con qué propósitos las fo- tografías que los chicos observan en libros y otras publicaciones, resulta sumamente útil proponerles que tomen fotografías desde distintos ángulos y con diferentes planos. Establecer relaciones con otros lenguajes expre- sivos y leer textos de expertos Las imágenes tienen la capacidad de despertar sensaciones, evocar recuerdos, climas y estados de ánimo. Tratar los componentes afectivos y emocio- nales –tanto los de los creadores como los de los observadores– constituye una parte fundamental en el abordaje de una imagen. Por lo general, resulta muy complejo “traducir” es- tas impresiones o sensaciones a palabras. La teoría y la crítica de arte emplean numerosos términos es- pecíficos para referirse a estos aspectos. Leer textos en los que expertos se refieren a estas cuestiones es un modo de comenzar a incorporar nuevos térmi- nos e ir formando un léxico de la imagen. Pero, además, la música, los poemas y las películas son lenguajes expresivos que mantienen numero- sos puntos de afinidad con la imagen. Musicalizar una imagen, leer poemas o cuentos y ver películas afines son formas de trabajar en el campo de la sen- sibilidad y un modo de dialogar con la imagen em- pleando el lenguaje del arte. Propiciar registros personales o íntimos Cada observador con su historia personal, sus mo- tivaciones, sus intereses y sus rasgos identitarios mantiene una distancia emocional determinada con una imagen. Las imágenes provocan, además, reacciones vinculadas con el gusto. Ante una ima- gen –especialmente de arte–, una de las primeras reacciones del espectador es considerar si le gusta o le disgusta. Las imágenes nos ofrecen maneras de ver ciertos lugares y personajes que amplían cualitativamente nuestra visión del mundo.Trabajar sistemáticamen- te con ellas incita a los alumnos a expresar sus sen- timientos, sus ideas y sus conocimientos. Por esto, es importante establecer momentos de observación autónomos para propiciar un encuen- tro subjetivo y personal de los chicos con la imagen. Con este objetivo, conviene facilitar la creación de notas personales en libretas, cuadernos u otros soportes creados específicamente para este fin y promover la creación de registros íntimos, que no necesariamente deban ser mostrados ni evaluados. Crear glosarios e iconotecas Cada vez que se analiza y se interpreta una imagen, se emplea un vocabulario específico. Muchas veces, los epígrafes introducen nombres de materiales y de técnicas. Los textos acerca de las imágenes em- plean términos históricos, del campo de la estética o de la teoría del arte. Estas “nuevas” palabras enri- quecen nuestra capacidad para discutir, preguntar y dialogar acerca de la imagen. Nos ayudan a reflexio- nar y a ver mejor. Elaborar glosarios que incorporen progresivamente los nuevos términos puede servir para ir construyendo esta herramienta de trabajo. 9 * Gabriela Augustowsky Licenciada en Ciencias de la Educación y Magíster en Didáctica (UBA). D.E.A en Bellas Artes (Univ. Complutense de Madrid). Investigadora y docente (UBA). Autora de numerosas publicaciones destinadas a la formación y capacitación docente. Por otra parte, la organización de colecciones de imágenes o iconotecas, en soporte de papel o vir- tuales, es una buena manera de conformar un ar- chivo para el aula y disponer de imágenes con facilidad. Revistas, folletos, catálogos, páginas de museos o de artistas en internet son buenos pro- veedores para organizar estas colecciones. En lo posible, los criterios de organización –por autor, por época o por técnica–, así como el sistema de guardado y catalogación, deberían ser conversados y consensuados con los alumnos. Salir de la escuela para regresar enriquecidos Salir de la escuela para observar imágenes en otros contextos, como la calle, los museos, los centros cul- turales o las salas de exhibición es una instancia su- mamente enriquecedora en el proceso de enseñar a mirar. La observación de imágenes en otros espa- cios, como los carteles, los murales o los graffiti en la calle, o las obras de arte digital en un museo de arte contemporáneo, plantean nuevos desafíos para la comprensión. Por lo general, las instituciones dise- ñan actividades específicas para los escolares. Estas actividades permiten a los alumnos tomar contacto directo no solo con obras originales, sino también con diversas propuestas de lectura de imágenes. Estas visitas o actividades se deberán seleccionar y planificar teniendo en cuenta los requerimientos de cada proyecto de trabajo. Los modos de ver en los museos o en las salas de ex- hibición sirven también para enriquecer y extender el horizonte de los contenidos culturales que se in- troducen en el aula. Se puede afirmar que salir de la escuela sirve para volver a entrar y salir nuevamen- te; se trata de un movimiento espiralado, en el que, al nutrir la cultura visual escolar, los alumnos tienen la posibilidad de contar con más herramientas a la hora de construir nuevos significados por fuera de la escuela y, a la vez, con esta mirada enriquecida del mundo volver a reinterpretar su espacio de tra- bajo cotidiano. Salir de la escuela y visitar espacios de exhibición de imágenes permite que los alumnos y las alumnas entablen un diálogo entre varios modos de ver. Se trata de un paso más en el largo camino de enseñar a mirar. BIBLIOGRAFÍA - AUGUSTOWSKY, Gabriela (2008) Enseñar a mirar imáge- nes en la escuela. Tinta fresca. Buenos Aires. - AUGUSTOWSKY, Gabriela (2008) Programa ANIMATE (en- señanza de valores a través del arte, destinado a escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires). Fundación Con- ciencia; Cartoon Network; Turner. Cuadernillo para docen- tes disponible en http://www.animate.org.ar/ - AUGUSTOWSKY, Gabriela (2007) “Enseñar a mirar imáge- nes en el museo: más allá del método”. Ponencia presenta- da en 1º jornada Internacional de Educación. La dimensión Educativa de los museos de Arte. CC Recoleta. Disponible en www.centroculturalrecoleta.org - BERGER, John (2000) Modos de ver. Editorial Gustavo Gili. Barcelona. - BRUNER, Jerome (1997) La educación, puerta de la cultu- ra. Visor. Madrid. - DEWEY, John. (1934) Art as experience. Minton, Balch Co. New York. - FONTCUBERTA, Joan (2004) El beso de Judas. Gustavo Gili. Barcelona.
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