El mito griego cuenta la historia de Perseo, hijo de Zeus y Dánae. Perseo fue enviado a matar a la gorgona Medusa y durante su aventura recibió ayuda de dioses y realizó hazañas como rescatar a Andrómeda. Al final, sin querer, causó la muerte de su abuelo Acrisio como había predicho el oráculo, cumpliendo así la profecía.
2. Hubo una vez un rey en
Argos, Acrisio, que quiso
saber lo que el futuro le
deparaba, e hizo una
consulta al oráculo.
El oráculo le reveló que su
única hija, Dánae, daría a luz
un hijo y ese hijo sería la
causa de su muerte.
Para evitarlo encerró a
Dánae en una alta torre. Así
ningún hombre podría verla
y acercarse a ella.
3. Así fue. Ningún hombre lo hizo. Pero Zeus sí podía verla y desearla.
Se unió a ella convertido en una lluvia de oro que atravesó el techo
para llegar al regazo de la muchacha.
4. Un tiempo después, supo Acrisio que Dánae había dado a luz a un
niño. No creyó que el seductor fuera Zeus y la encerró con su hijo
en un arca que arrojó al mar. El arca llegó a Sérifos, isla de las
Cícladas, donde reinaba el tirano Polidectes.
5. El tirano se enamoró de Dánae, pero ella no correspondía a su
pasión y ponía como excusa para no aceptarlo la crianza del
pequeño Perseo.
Cuando el niño se hizo hombre quiso deshacerse de él y le asignó
una tarea peligrosa, que consistía en que le llevara la cabeza
cortada de Medusa.
Fue así que Perseo partió, guiado por Hermes y Atenea.
6. Medusa era la única mortal de
las tres hermanas Gorgonas.
Era una bella muchacha.
Hasta que Poseidón la violó en
el templo de Atenea, y la diosa,
enfurecida, transformó su
hermoso cabello, que erizó de
serpientes, e hizo su cara tan
terrible que su mera visión
convertía a los hombres en
piedra.
7. Para averiguar el camino,
Perseo visitó a las tres Grayas,
hermanas de las Gorgonas y
viejas de nacimiento. Tenían un
ojo y un diente, que se turnaban
entre sí.
Se negaron a ayudar a Perseo,
pero él se apoderó del diente y
el ojo para obligarlas a indicarle
el camino que conducía a las
obligó a confesar dónde vivían
las Hespérides, pues Atenea le
había dicho que ellas le darían
armas para vencer a la gorgona.
8. Perseo encontró a las
ninfas, que le dieron un
zurrón mágico para
guardar la cabeza sin
peligro.
Hermes le prestó sus
sandalias aladas, y Zeus
su hoz adamantina y el
casco de Hades, que
volvía invisible a quien lo
llevara puesto.
Además, recibió de
Atenea un brillante
escudo.
9. Así armado voló sobre el
océano y sorprendió dormidas
a las Gorgonas.
10.
Se protegió con el escudo de
Atenea para evitar la mirada
del monstruo. El escudo,
además, funcionó como un
espejo: Medusa se reflejó en él,
se encontró con sus propios
ojos y quedó convertida en
piedra.
Perseo la decapitó y metió la
terrible cabeza en el morral,
procurando no mirar el rostro
de Medusa, pues aun muerta
mantenía su poder.
11. Las Gorgonas, al ver a su hermana muerta, salieron a perseguirlo,
pero como el casco lo hacía invisible, no lograron dar con él.
12.
Emprendió el regreso.
Al pasar por Etiopía, Perseo
encontró a una hermosa joven
encadenada a una roca junto
al mar. Era Andrómeda, hija
del rey Cefeo y la reina
Casiopea. Tenía que pagar con
su vida la soberbia de su
madre, que afirmaba ser más
bella que todas las Nereidas.
Poseidón había inundado todo
el país e iba a enviar un
terrible monstruo marino que
devoraría a la infortunada
doncella.
13. Perseo quedó cautivado al ver a la muchacha. Prometió al rey Cefeo
que mataría al monstruo si le concedía su mano.
El rey aceptó, y Perseo liberó a Andrómeda. Sin embargo,
Andrómeda estaba ya prometida con su tío, que no estaba dispuesto
a renunciar a ella.
Perseo, para librarse de él, recurrió a la cabeza de Medusa.
14. Regresó a Sérifos donde también usó la cabeza mágica para librarse de
Polidectes. El rey, al igual que todos los presentes, se convirtió en
piedra.
Perseo devolvió cada objeto que le prestaron y entregó a Atenea la
horrible cabeza.
15. Terminada la aventura, Perseo
retornó a Argos con Dánae y
Andrómeda. Al poco tiempo marchó
a Larisa, para participar en unos
juegos deportivos, a los que era muy
aficionado.
En uno de estos certámenes,
Perseo, mató accidentalmente, al
lanzar el disco, al rey Acrisio de
Argos, el mismo hombre a quien un
oráculo le había anunciado que
Dánae daría a luz a un hijo que un
día le daría muerte.