San Pedro notó la presencia de almas en el cielo que no recordaba haber admitido. Investigó y encontró un hueco por donde entraban. Le mostró el hueco a Jesús, que colgaba un rosario hacia la Tierra por donde subían muchas almas. Jesús le dijo a San Pedro que dejara el hueco abierto, porque esas eran "cosas de mamá".