2. - Para reír de verdad, con libertad absoluta, es
necesario creer que Dios no existe, o que, de existir,
es un magnifico burlón, un gran reidor que suelta sus
divinas carcajadas para ahuyentar el pánico que
siente por ser Dios.
EL GRAN REIDOR
3. -Todos somos Damocles, todos tenemos la espada
que pende sobre nuestras cabezas.
-Lo auténticamente distinto, sin embargo, es tañer
el solitario cabello que la sostiene y escuchar así el
sonido de la vida.
DAMOCLES
4. A medida que hemos avanzado en nuestra sofisticada
tecnología de la simulación y, sobre todo, a medida que
hemos creído en ella con una fe cada vez más
inconmovible, se han ido invirtiendo los personajes de
la parábola platónica: ahora las sombras que desfilan al
fondo de la caverna son lo único verdaderamente real,
mientras que han dejado de existir los hombres que
paseaban libremente por el exterior de la cueva.
Lo que, sin embargo, no ha cambiado es la ignorancia
de los prisioneros, justamente condenados a permanecer
en el error por ser demasiado creyentes.
5. - El obseso del Absoluto antes o después acaba
extirpando el detalle, es decir, la vida.
EL DETALLE
6. - Lo profundamente desconocido no es lo que
todavía no sabemos, sino lo que jamás podremos
saber. Aquello demasiado perverso para nuestra
inteligencia, demasiado brutal para nuestra
sensibilidad. Aquello demasiado sabio pero de una
sabiduría vuelta al revés, oscura belleza del trance
que repele y maniata a nuestra acobardada razón.
TRANCE
7. - Siniestro oficio el del sacerdote de cualquier época:
castrar a Dios, presentar el misterio domesticado,
envilecido, cubierto con la mordaza del dogma. Para
liberar al misterio, para sumergirnos en sus escondrijos
fascinantes y terribles debemos matar al guardián que
vigila la puerta de nuestros corazones Debemos eliminar
al sacerdote.
MYSTERIUM TERRIBILE ET
FASCINANS
8. - Qué importan los lectores, el público, la
humanidad, esos títulos que utilizamos para ocultar
el espanto que nos producen los anónimos
habitantes del vacío. Ellos no importan. Importas
tú, el único destinatario de ese momento
irrepetible.
TÚ
9. - Durante esos períodos de placer en que nos
sometemos gustosamente al caos de los sentidos, el
mundo desaparece de nuestra perspectiva. Mas
bien: no cabe en ella, porque ya todo el espacio
está ocupado. No hay mayor tiranía que la del
cuerpo cuando se arroga la pretensión de ser él, y
únicamente él, la voz del mundo.
FUERA DEL MUNDO
10. - Nunca se escribe con tanta libertad como cuando
uno lo hace bajo el dictado del instante. Sin un plan
premeditado, sin voluntad de arte, sin pensar en las
consecuencias de lo que se esta escribiendo.
Simplemente porque, en aquel momento, la hoja de
papel es el único interlocutor. En esas
circunstancias no importa la literatura, importa la
compañía.
COMPAÑÍA
11. ESTALLIDO
Cada momento estalla en múltiples
caminos, pero esas explosiones nos asustan
tanto que preferimos situar la vida en la
sórdida paz de un callejón sin salida.
12. VER MUNDO
Cuando las circunstancias nos lo exigen,
debemos quemar las naves, sin temer que esta
acción nos vaya a impedir el regreso a la patria.
La Tierra es redonda y siempre podemos
regresar por el otro lado con la ventaja de que,
gracias al largo rodeo, veremos mundo.
13. FUEGO CRUZADO
La vida es más simple para los que se aferran a
un único punto de vista, pero resulta más rica
para los que la abordan desde múltiples
trincheras.
El riesgo, en este caso, es quedar atrapado en el
fuego cruzado que tú mismo estás disparando.
14. LA IGNORANCIA
La abrumadora información a que se nos somete
a cada instante embota el cerebro y adormece la
sensibilidad.
Deberíamos administrar la ignorancia contra la
tiranía de los informados.
15. LA ESPUMA DE LAS OLAS
Hablamos mucho pero decimos poco, oímos
mucho pero escuchamos poco: lo superfluo rodea
el reino de lo auténtico como la espuma de las olas
rodea la boca del remolino.
Y sentimos pavor de ser engullidos.
16. V EL ENCANTADOR DE
SERPIENTES
Cuando el encantador de serpientes toma las
riendas de la ciudad los súbditos expresan su
satisfacción.
Piensan que mientras dure la danza de las
serpientes no hay que temer la picadura. No saben
todavía que es precisamente a través de su danza
que se inocula el veneno
17. CATÁBASIS
Hay que desconfiar de aquellos que no han
descendido a los infiernos al menos una vez en su
vida. Sobre todo, no sirve para el oficio de seres
humanos: no han pasado la prueba que permite
alcanzar el título de hombre.
18. Rafael Argullol Murgadas
(Barcelona, 1949), narrador, poeta
y ensayista, es catedrático de
Estética y Teoría de las Artes en
la Facultad de Humanidades de la
Universidad Pompeu Fabra. Es
autor de 25 libros en distintos
ámbitos literarios
Ha estudiado Filosofía, Medicina,
Economía y Ciencias de la Información
en la Universidad de Barcelona y ha
asistido a cursos en la Universidad de
Roma, en el Warburg Institute de
Londres y en la Universidad Libre de
Berlín, doctorándose en Filosofía (1979)
en su ciudad natal. Como profesor ha
enseñado en universidades europeas y
americanas y ha dado conferencias en
ciudades de Europa, América y Asia.
Colaborador habitual de diarios y
revistas, ha vinculado con frecuencia su
faceta de viajero y su estética literaria. Ha
intervenido en diversos proyectos
teatrales y cinematográficos. Ha ganado
el Premio Nadal con su novela La razón
del mal (1993), y el Premio Ensayo de
Fondo de Cultura Económica con Una
educación sensorial (2002)
La ‘caza de instantes’ de DOUCE