1. Pablo Picasso (1881-1973): de sus inicios a la creación del cubismo.
Pintor y escultor malagueño, hijo de un profesor de la escuela de Artes y Oficios, ha
pasado a la historia como el padre del arte moderno y máximo protagonista del arte del
siglo XX. Su obra, extraordinariamente prolífica (20.000 obras), incluye pinturas,
esculturas, grabados, decorados teatrales y piezas de cerámica. Abierto a cualquier
técnica y estilo que sirviera a su inagotable creatividad y energía. Picasso obtuvo sus
mayores logros con el Cubismo.
Con él, la pintura experimenta una alteración radical de sus presupuestos estéticos y
conceptuales semejantes a los que vive la física con la teoría de la relatividad de
Einstein o algunas ramas de la medicina con las doctrinas de Freud. Es un renovador
incansable, es difícil encontrar una línea en la evolución de su arte: son más perceptibles
las rupturas, incluso la apertura de fronteras nuevas en diferentes momentos.
Tras unos años de residencia en Málaga y La Coruña, hacia 1895 estudió en la Lonja de
Barcelona, en fecunda etapa de contactos con la bohemia catalana y los primeros atisbos
vanguardistas que refrendaría en sus viajes a París a comienzos de siglo, donde recibió
el influjo de Toulouse-Lautrec, Degas y otros.
Época azul (1901 y 1904) ilustra un período de convulsión personal y artística que
impregna sus cuadros de una contenida desesperación. Este estado de ánimo es
traducido plásticamente con el uso de tonos fríos y azulados, la acusada linealidad, por
el reflejo de temas patéticos, la elección de los personajes (trabajadores extenuados,
mendigos desamparados, alcohólicos, prostitutas…), las figuras angulosas y alargadas
sin movimiento, con los miembros laxos, las cabezas gachas y la mirada perdida.
Viejo guitarrista ciego, 1903. La vida, 1903 La celestina, 1904
Época rosa. En 1904, a los 23 años, la vida de Picasso cambia favorablemente. Se ha
instalado en París, en el corazón de la bohemia, y se ha enamorado de Fernande
Olivier… Se inicia la época rosa (1904-1905), en la que el artista suaviza los contornos
del dibujo, el modelado más sencillo y se crea un espacio real que rodea a las figuras.
Recupera el cromatismo llevando la paleta hacia tonos rosas y rojizos, aunque continúa
manteniendo un distanciamiento desapasionado con sus personajes. El estilo resulta más
clásico, afirmando unos acentos líricos y donde los adolescentes suelen sustituir a los
adultos de la etapa anterior. También cambia los temas: arlequines, juglares, actores,
payasos… que simbolizan el mundo del arte y la humildad del artista de la calle. A
pesar de un tono aparentemente más lúdico y alegre, la melancolía permanece.
2. Acróbata y joven equilibrista, 1905 Ácrobata y arlequín Familia de saltimbanquis
Desde 1906, el interés de Picasso por el arte ibérico, griego, arcaico, africano y del
antiguo Egipcio propicia el estudio del volumen y la geometrización. También le
influyen pintores del momento como los fauvistas. Se inicia su ruptura con la tradición
pictórica imitativa de la realidad y es sustituida por un arte más conceptual despreciando
la realidad aparente. Es la llamada Época Negra, que culmina con las Señoritas de
Avignon, 1907, en esta obra rompe con el arte amable de Matisse, cinco figuras
femeninas desnudas y en posturas insinuantes se colocan tras un frutero que constituye
un punto intermedio entre el interior y el exterior. Todos estos elementos aparecen
geometrizados a base de triángulos que no permiten determinar los límites entre el
fondo y las figuras.
Época Cubista. Entre 1908 y 1909, las investigaciones picassianas coinciden con las de
Braque en el recuerdo constructivo de Cézanne. El paso decisivo lo dan ambos maestros
hacia 1910 cuando pretenden representar el objeto o la persona tal como lo pensamos,
analizando sus planos, rompiendo los volúmenes y dándole una apariencia poliédrica,
como reflejo de la multiplicidad de los ángulos de visión. El problema continúa y los
detalles realistas son sustituidos por papeles encolados y materiales (collages).
Cabeza de mujer Muchacha con mandolina
Los tres músicos. 1921. MOMA, Nueva York
3. La evolución de Picasso tras el cubismo
A lo largo de su vida, Picasso experimentó con otros estilos y movimientos:
- Desde 1914, coincidiendo con el inicio de la Primera Guerra Mundial, inició una larga
colaboración con los Ballets rusos como escenógrafo.
- Después del conflicto, recuperó la forma de las figuras y los objetos, la perspectiva y
el volumen al modo tradicional. Inicia un periodo llamado ingresco o neoclásico donde
pintó grandes figuras en movimiento, de formas y líneas robustas, casi escultóricas.
Algunos amigos suyos consideraron esta actitud una claudicación de la vanguardia,
pero, en realidad Picasso no hace más que participar de un fenómeno general del gusto,
denominado “vuelta al orden” por el que pasan muchos artistas una vez finalizada la
Primera Guerra mundial.
Dos mujeres corriendo en la playTres mujeres en la fuente, 1921. Familia al borde del
mar
- A finales de los años veinte experimentó el expresionismo surreal, acercándose a lo
monstruoso en obras como Mujer sentada al borde del mar, y en temas taurinos donde
se anticipa el dramatismo relacionado con la tensión política de la preguerra civil
española.
Mujer sentada al borde del mar, 1930 La danza
- A finales de los años treinta, comprometido políticamente con la República
española, pinta el Guernica, un encargo del propio Gobierno republicano para la
Exposición Universal de París de 1937. Representó el bombardeo de la indefensa ciudad
de Guernica por la aviación nazi, mostrando todos los elementos que había empleado
hasta ahora (toros, caballos, mujeres o niños) pero transformados por el horror.
- Tras la Segunda Guerra Mundial Picasso se afilió al Partido Comunista francés y pintó
otras obras comprometidas como La matanza de Corea, pero nunca abandonó los temas
que expresaban su ideal pictórico, esto es, “la alegría de vivir”, al tiempo que
investigaba en distintos materiales, cerámica por ejemplo.
4. - En los años cincuenta realizó series en homenajes a los grandes maestros de la
pintura, destacando Las Meninas, en honor a Velázquez, donde se puede apreciar la
exuberancia cromática y decorativa de los últimos años del pintor. Pero también
obras de Delacroix, Poussin, David, Manet, Rembrandt, Rafael…El artista malagueño
reinterpreta las grandes obras; es una reflexión sobre sí mismo, sobre la Historia del
Arte y sobre la falacia en la que creían las vanguardias de que era posible romper con la
tradición y empezar desde cero. En esos años también cultivó el grabado y la
cerámica, fundiendo figuras animales y humanas con formas geométricas en una
síntesis de todos sus estilos, desde el cubismo al expresionismo.
5. Picasso y la mujer
Picasso vivió con inusitada intensidad el amor, la amistad y los acontecimientos
históricos.
Su obra es marcadamente autobiográfica y también una crónica subjetiva y
comprometida de la historia del siglo XX.
En este contexto, la mujer (Picasso retrató a todas las mujeres que compartieron su vida
con él) se erige en símbolo de felicidad y de desgracia.
Sus retratos van desde la ternura expresiva hasta la crudeza más intensa. Muchas
imágenes son fuertemente eróticas y tanto representan los placeres físicos del amor
como convierten a la mujer en simple objeto sexual o en un ente hostil y amenazador.
Retrato de Dora Maar, 1937 Jacqueline, 1957 Marie Therese, 1927
Olga Koklova
Picasso es un símbolo de nuestra época; en ella están los miedos, las angustias, las
sugestiones y mitos del hombre del siglo XX. No podía ser el suyo un arte alegre. Para
Matisse la pintura debía proporcionar un goce a los sentidos y del espíritu, para Picasso
debía suscitar incomodidad y aguijonear las conciencias, ya que no se trata de un arte
decorativo, sino de una forma de análisis. Picasso es el artista de la libertad, que no
puede ser frenada por la tradición ni los convencionalismos, ni por los prejuicios de los
contemporáneos. Los símbolos le permiten crear un mundo propio en medio de sus
incesantes cambios puede encontrarse una constante, su compromiso con el tiempo en
que vive y su solidaridad con los humildes de cualquier lugar o momento.