Los impuestos se clasifican en directos e indirectos. Los impuestos directos son aquellos que gravan la renta, el patrimonio o las herencias y recaen directamente sobre las personas. Los impuestos indirectos son aquellos cuya carga económica puede trasladarse a otros sujetos y gravan el consumo a través del IVA, los impuestos especiales, aranceles aduaneros u otros.