1. Dios es el creador de todas las cosas y el origen de todo lo existente. Como ser perfecto, su creación muestra armonía a pesar del pecado y tiene el poder y la sabiduría para diseñar y hacer el universo como desee.
2. Tanto los astros como los seres vivos glorifican al Creador a través de la armonía en la creación.
3. No solo todas las cosas subsisten por la mano de Dios, sino que lo hacen siguiendo las leyes establecidas por él. Aunque gobierna de
1. DIOS
Y SU PERSONA
Dios no tiene limitación de
ninguna naturaleza y su
perfección alcanza todos
los ángulos de nuestra
mirada (Salmo 145:3; Mateo
5:48) es “la” verdad, no hay
en él sombra de variación
(Santiago 1:17), en
consecuencia, su
revelación es verdadera,
confiable y segura (Hechos
6:15; Deuteronomio 32:4; 1
Juan 5:20, 21).
Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza;
Y su grandeza es inescrutable. (Sal 145.3).
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre
que está en los cielos es perfecto. (Mt 5.48).
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende
de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay
mudanza, ni sombra de variación. (Stg 1.17).
Entonces todos los que estaban sentados en el
concilio, al fijar los ojos en él, vieron su rostro como
el rostro de un ángel. (Hch 6.15
El es la Roca, cuya obra es perfecta,
Porque todos sus caminos son rectitud;
Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él;
Es justo y recto.(Dt 32.4).
Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos
ha dado entendimiento para conocer al que es
verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo
Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida
eterna. (1 Jn 5.20).
2. 1. TODO LO CREA
La doctrina de la creación,
tal como la presentan las
Escrituras, muestra que Dios
es el origen de todo. Esta
capacidad la encontramos
en cualquier lugar de las
Escrituras, comenzando por
Génesis 1. Tiene todo poder
para hacer (Amós 4:13), la
sabiduría para diseñar
(Jeremías 10:12–16) y
hacerlo como le place.
Tiene poder para demostrar
el valor de lo creado como
fuente de revelación (Salmo
19:1; Nehemías 9:6).
1En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
2Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las
tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el
Espíritu de Dios se movía (Gn 1.1–2).
Porque he aquí, el que forma los montes, y crea el
viento, y anuncia al hombre su pensamiento; el que
hace de las tinieblas mañana, y pasa sobre las
alturas de la tierra; Jehová Dios de los ejércitos es su
nombre. (Am 4.13).
El que hizo la tierra con su poder, el que puso
en orden el mundo con su saber, y extendió los
cielos con su sabiduría; 13a su voz se produce
muchedumbre de aguas en el cielo, y hace
subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace
los relámpagos con la lluvia, y saca el viento
de sus depósitos. (Jr 10.12–13).
Antes que naciesen los montes
Y formases la tierra y el mundo,
Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. (Sal 90.2)
3. Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos
(Sal 19.1).
Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos,
con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares
y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los
ejércitos de los cielos te adoran. (Neh 9.6).
4. 2. TODO LO ARMONIZALa creación, a pesar del
pecado, muestra la armonía
del Creador, porque el objetivo
supremo es manifestar su gloria
(Isaías 60:21).
Los claros cielos con luna y sol
(Salmo 8:3) siguen siendo
testigos de la armonía de
millones de leyes orbitales a las
que no tenemos acceso, sino
por vía de la admiración (
Salmo 104:19, 24; Isaías 13:10).
También son creación suya los
monstruos marinos y los
pequeños animales, los
árboles, las plantas y las flores
(Génesis 1:11, 21), que en
silencio glorifican al Creador.
Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre
heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis
manos, para glorificarme. (Is 60.21).
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste, (Sal 8.3).
Hizo la luna para los tiempos;
El sol conoce su ocaso.
20 Pones las tinieblas, y es la noche;
En ella corretean todas las bestias de la selva.
21 Los leoncillos rugen tras la presa,
Y para buscar de Dios su comida.
22 Sale el sol, se recogen,
Y se echan en sus cuevas.
23 Sale el hombre a su labor,
Y a su labranza hasta la tarde.
24 ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová!
Hiciste todas ellas con sabiduría;
La tierra está llena de tus beneficios. (Sal 104.19–24).
5. 3. TODO LO SOSTIENE
No sólo todas las cosas
subsisten por su mano, sino
que lo hacen siguiendo las
leyes establecidas (Salmo
139:7–10; Job 38:10–11) que
domina de manera
transcendente (Hechos 1:10)
mientras quiera (2 Pedro 3:5–
7), porque según la Escritura,
la creación que ahora gime,
será intervenida por él (2
Pedro 3:10–12).
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que
hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e
invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por
medio de él y para él. (Col 1.16).
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
8 Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
9 Si tomare las alas del alba
Y habitare en el extremo del mar,
10 Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra. (Sal 139.7–10).
Y establecí sobre él mi decreto,
Le puse puertas y cerrojo,
11 Y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante,
Y ahí parará el orgullo de tus olas? (Job 38.10–11).
Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre
tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos
dos varones con vestiduras blancas, (Hch 1.10–11).
6. Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la
palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el
agua subsiste, 6por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;
7pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma
palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los
hombres impíos. (2 P 3.5–8).
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande
estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán
quemadas.
11Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y
piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual
los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!
(2 P 3.10–12).