1. La historia de
jonas
J E H O V Á D I R I G I Ó S U PA L A B R A
A J O N Á S H I J O D E A M I TA I Y
L E D I J O : « L E V Á N TAT E Y V É A
N Í N I V E , A Q U E L L A G R A N
C I U D A D , Y C L A M A C O N T R A
E L L A , P O R Q U E S U M A L D A D
H A S U B I D O H A S TA M Í » . P E R O
J O N Á S S E L E VA N T Ó PA R A
H U I R D E L A P R E S E N C I A D E
J E H O V Á A TA R S I S , Y
D E S C E N D I Ó A J O P E , D O N D E
E N C O N T R Ó U N A N AV E Q U E
PA R T Í A PA R A TA R S I S ; PA G Ó
S U PA S A J E , Y S E E M B A R C Ó
PA R A I R S E C O N E L L O S A
TA R S I S , L E J O S D E L A
P R E S E N C I A D E J E H O V Á .
J O N Á S 1 . 1 – 3 .
2. Jonas Incomodado por la
Palabra
Jehová dirigió su palabra a Jonás hijo de
Amitai y le dijo: «Levántate y vé a Nínive,
aquella gran ciudad, y clama contra ella,
porque su maldad ha subido hasta mí». Pero
Jonás se levantó para huir de la presencia de
Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, donde
encontró una nave que partía para Tarsis;
pagó su pasaje, y se embarcó para irse con
3. ¿Cómo podemos saber si nuestro
Dios nos está hablando?
la vida del creyente, debe vivirse en
obediencia a él,
no será posible si no podemos discernir lo
que él nos está diciendo.
De modo que necesitamos alguna forma de
evaluar si la palabra que recibimos es
realmente Palabra de Dios, o no.
4. Cuando Saúl perseguía a David, y hacía ya tiempo que el
Espíritu de Dios se había apartado de él, vinieron a
decirle dónde se escondía el fugitivo pastor de Belén.
El rey exclamó: «Benditos seáis vosotros de
Jehová, que habéis tenido compasión de mí» (1
Samuel 23.21).
Nosotros sabemos, sin embargo, que esto no aconteció
por la mano de Dios.
Ni tampoco estaban en lo cierto los hombres de David
cuando le animaron a matar a Saúl, diciendo «Jehová ha
entregado en tus manos a tu enemigo».
5. Una de las características que vemos en las
Escrituras, sin embargo, es que la Palabra
incomodaba al que la recibía.
Piense en Moisés argumentando con Dios frente a
la zarza.
Piense en Sara que se reía de la propuesta de un
embarazo en su vejez.
Piense en Jeremías confundido por el llamado
de Dios.
Piense en Jonás, que huyó de la presencia de
Dios.
6. Piense en Zacarías frente al anuncio de
un hijo.
Piense en el joven rico, que se fue triste
porque tenía mucho dinero.
O piense en los que dejaron de seguir a
Cristo, porque sus palabras eran muy
duras.
7. Cuando Dios habló, las personas se sintieron
incómodas, indignadas, desafiadas,
escandalizadas… ¡pero nunca entusiasmadas!
La razón es sencilla; estamos en el proceso de
ser transformados, y su Palabra siempre va a
chocar con los aspectos no redimidos de
nuestra vida.
Al escuchar lo que nos dice la palabra,
la carne inmediatamente se levantará a
protestar.
8. El Pero… de jonas
Pero Jonás se levantó para huir de la presencia de
Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, donde
encontró una nave que partía para Tarsis; pagó su
pasaje, y se embarcó para irse con ellos a Tarsis,
lejos de la presencia de Jehová. Jonás 1.3
Los asirios no eran vecinos pacíficos de los
israelitas.
Era una nación ferozmente guerrera que había
conquistado a nación tras nación.
Su extrema crueldad con los prisioneros era
9. De manera que cuando Dios le propone a Jonás ir a
proclamar juicio contra este pueblo no le pareció, al
profeta, una asignatura atractiva en lo más mínimo.
vemos esa pequeña palabrita con la cual
comienza el versículo «pero».
Es una palabra que encierra una actitud de rebeldía; nos
hace pensar en discusiones y argumentos.
Se puso a meditar en las veces que aparece esa palabra en historias
del pueblo de Dios? El Señor le había mandado a Saúl no perdonar a
Agag, rey de los amalecitas. «PERO, Saúl y el pueblo perdonaron a
Agag, y a lo mejor de las ovejas» (1 S 15.9).
10. Dios había mandado a los israelitas a que no se
unieran en matrimonio con mujeres de otras
naciones. «PERO el rey Salomón amó, además de la hija
del faraón, a muchas mujeres extranjeras, de Moab, de
Amón, de Edom, de Sidón, y heteas» (1 Re 11.1)
Jesús mandó al leproso que no dijera nada a nadie.
«PERO, al salir, comenzó a publicar y a divulgar mucho el
hecho» (Mr 1.45).
la Palabra de Dios incomoda, porque siempre nos
desafía a cosas que no son fáciles.
11. ¿Se anima a hacer esta oración? «Señor, mis
“peros” hablan de la semilla de rebeldía que
hay en mi corazón.
Es la manifestación de la carne, que se
opone al espíritu.
Quiero comprometerme a sujetar todo
razonamiento altivo y toda desobediencia al
señorío de Cristo.
Que mis “peros” sean transformados en “sí,
Señor, así lo haré!” Amén».