Cuento escrito por Lorena Hernández, Psicóloga General Sanitaria, especializada en Psicoterapia Sistémico-Relacional.
El cuento es sobre el coronavirus y la situación actual. La idea es que los niños puedan leerlo y reflexionar. Está pensado para niños hasta 10 años. Pueden leerlo con los padres y realizar la dinámica propuesta por la autora.
1. Lucas y su
corona amarilla
Autora: Lorena Hernández
Psicóloga General Sanitaria
Especializada en Psicoterapia Sistémico-Relacional
Edad
recomendada:
6-10 años
2. Él era un chico muy alegre, al
que le gustaba mucho
canturrear todo el día y pasar
el rato jugando al escondite
con Iria por toda la casa.
Erase una vez un niño llamado Lucas, que vivía en una
casa muy bonita junto a sus padres, Maite y Vicente,
su hermana pequeña, Iria, y su perrito, Theo.
3. De hecho, Lucas tenía
una corona amarilla
guardada en su
habitación con la que
disfrutaba un montón
haciendo que era el
rey de un precioso
lugar llamado Turia.
Sin embargo, lo que le encantaba hacer por encima de todo
era disfrazarse y hacer teatros con sus primos y con su
hermana.
4. Además de todo eso, cuando a las tardes sus padres recogían a los
hermanos del colegio para ir a casa, Lucas se divertía muchísimo
corriendo por la calle con Theo, aunque eso le hacía llegar a casa
muy cansado y lleno de ganas de merendar.
Theo
5. Pero a Lucas no solo le apetecía estar en casa, sino que también se
lo pasaba en grande cada vez que se encontraba con sus amigos y
amigas del cole. Como una de las cosas que más le gustaba era el
teatro, algo que le encantaba hacer con todos ellos era inventarse
historias y personajes en el patio. Y… ¡qué bien se lo pasaban!
6.
7. Así pasaban los días hasta que, una mañana del mes de marzo, la mamá
de Lucas y de Iria les levantó prontito para desayunar y llevarles al
cole, pero en ese momento los profesores les avisaron de que a partir
de ese día ya no tenían que ir al cole, sino que tenían que quedarse en
casa y estudiar desde ahí. Cuando Lucas se enteró de esto, no entendió
muy bien por qué ya no podía ir a clase con sus compañeros, como
siempre lo había hecho.
8. Su mamá, como vio que Lucas estaba
inquieto por no saber qué es lo que
pasaba, le explicó que algunas
personas se estaban poniendo malitas
por un virus que había llegado a la
ciudad y que era como un bichito
redondo tan pequeñito que solo lo
podían ver los médicos con sus
herramientas.
Por eso, le dijo que había que quedarse en casa hasta
que el virus se fuera, ya que si se encontraban con
alguna persona que lo tenía se lo podía contagiar a
ellos y enfermar también, pero que dentro de un
tiempo ya iba a poder volver a clase con sus amigos.
9. Eso que Maite le explicó le dejó más tranquilo, porque pudo
entender qué es lo que estaba pasando y que él no había hecho nada
malo para no poder ir a clase. Así, como ya estaba más calmado y
como sus papás tampoco tenían que ir a trabajar, iban a tener más
tiempo para estar en casa y jugar todos juntos, lo cual le puso muy
contento.
10. Y así hicieron todos. Tanto Lucas y
su familia como el resto de personas
se quedaron en sus casas para evitar
que el virus enfermara a más gente.
Sin embargo, unos días más tarde, Lucas
empezó a encontrarse un poquito mal. Tosía
de vez en cuando y le empezó a doler mucho
la garganta, así que sus papás decidieron
llamar al médico para que le viera.
11. Cuando el médico le examinó vio que era mejor que Lucas fuera al
hospital para que allí le pudieran dar la medicina que le ayudaría a
encontrarse mejor. Así, allí se dirigió él con su papá, mientras su
mamá se quedaba en casa para cuidar de Iria y de Theo.
12. Con toda esta situación, los papás de Lucas
estaban un poco preocupados por él y hasta
a Theo se le notaba que le echaba mucho
de menos en casa. Pero no solo ellos se
sentían así. Lucas, que estaba siendo muy
bien cuidado en el hospital, también estaba
algo nervioso y triste por estar separado
de su familia y de sus amigos, quienes no
podían ir a verle para no contagiarse del
bichito.
13. Por ese motivo, Maite y Vicente pensaron que podían intentar hacer
algo para ayudar a que su hijo se sintiera un poquito mejor. De esa
manera, hablaron con Iria y con los papás de los amigos de Lucas
para que todos hicieran algo que le pudiera animar. Así, se les
ocurrió que le podían mandar un vídeo con un mensaje especial que
le sirviera para tener más fuerzas mientras estuviera malito.
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15. Así, se grabaron todos con la corona amarilla puesta y, más tarde, le
mandaron el vídeo al papá de Lucas para que se lo pudiera enseñar en
el hospital. En el momento en que Lucas vio en el vídeo a su familia, a
sus compañeros y a todos los demás dándole ánimos, se le iluminó la
cara y se puso a sonreír.
16. Después de ver ese bonito vídeo que le habían mandado,
es verdad que Lucas seguía teniendo algo de miedo por
estar en el hospital y por no poder abrazarles.
Pero, al menos, se dio cuenta de que, aunque estuviera allí separado
físicamente de los demás, en realidad no estaba solo, porque toda la gente
de su alrededor que le quería seguía acordándose de él y deseándole que
pronto se recuperase, lo que le hacía sentirse un poquito más alegre.
17. Además, no solo los que estaban en los hospitales, sino también
todas las personas que estaban en sus casas seguían haciendo
muchos esfuerzos día a día para conseguir que ese bichito se
fuera de sus vidas y que pudieran volver pronto a la normalidad.
Lucas, al igual que muchos
otros niños y personas en la
ciudad y en todo el país, se
había convertido en alguien
muy valiente.
18. Incluso los compañeros de clase de Lucas y los
niños de los demás colegios iban a esperar a que
Lucas y el resto de la gente que estaba malita se
recuperasen para volver al colegio.
Así, todo este apoyo hizo que
Lucas se pudiera sentir más
contento y más fuerte para
recuperarse de esta
enfermedad y poder volver
cuanto antes a casa con su
familia.
20. Después de leer el cuento…
Recomendaciones para hablar sobre el tema:
• Buscad un lugar y momento tranquilo tanto para leer como
para hablar sobre el cuento.
• Habla con tu hijo/a con naturalidad, escuchándole y
ayudándole a tomar conciencia de las emociones que
presenta.
• Compartid vuestras sensaciones tras leer el cuento y
recordad que no hay ninguna buena o mala, sino que todas son
válidas.
21. Algunas preguntas para reflexionar después de leer el cuento:
• Estos últimos días, ¿te has sentido como Lucas (con miedo,
nervios, preocupación…) en algún momento?
• ¿Qué crees que le ha ayudado a Lucas a sentirse con fuerza
o más tranquilo en cada momento de la historia?
• ¿Cómo te parece que puede continuar la historia de Lucas?
Ahora tú, ¿te animas a dibujar, pintar y recortar tu propia corona
amarilla?