2. Todavía para muchos cristianos/as, vocación es sólo la llamada a la vida religiosa comunitaria o a ser cura.
3. La vida entera la vamos a entender como una "Vocación": es el llamamiento de Dios que siempre anda en búsqueda del hombre.
4. La iniciativa y el llamado siempre son de Dios: la respuesta es nuestra, pero él nos ayuda a responder. La vocación es dinámica y creativa. No basta con responder de una vez por todas. Su llamado es un diálogo continuo con la respuesta del hombre.
5. Subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar… (Mc. 3, 13-14)
6. Que nadie te desprecie por tu juventud; por tu parte trata de ser un modelo para los creyentes, por tu palabra, tu conducta, tu amor, tu fe y tu pureza... (1 Tim. 4, 11-12)
7. Natanael le preguntó: "¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?" "Ven y verás“… (Jn. 1, 46)
8. Pero, ¿cómo voy a saber cuál es mi vocación? Yo ¿para qué nací? ¿Quién me lo habrá de decir? ¿Cómo lo voy a saber? A todos estos interrogantes habrás de responder en la vida. Y comienza por preguntarte en serio: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Por qué camino tengo que ir?
13. Vocación cristiana Llamados a ser hijos de Dios por el bautismo. Vocación a la santidad, a ser miembros de la Iglesia y seguidores de Cristo .
14. Vocación específica Seguir a Cristo en un estado de vida y éste puede ser: la vida laical, la vida religiosa o la vocación al ministerio ordenado (voc. al sacerdocio).
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17. Por el conocimiento de sí mismo , reflexionando sobre mis pensamientos, actitudes, palabras, hechos, mis aspiraciones, mis cualidades, mis aptitudes. . . mis debilidades, lo que no soy capaz.
18. Por el conocimiento de la realidad del mundo, analizando las situaciones del momento en que vivimos. . . las necesidades de los que me rodean: pobres, ignorantes. . .
19. Por medio de la oración, reconocimiento de Dios como Padre; a Jesucristo y al Espíritu Santo como puntos de inspiración, hay que tomar decisiones firmes y seguras, confiadas en Dios. La oración y la reflexión sobre el llamado son fundamentales. Hay que dar tiempo necesario a la búsqueda y madurez en la opción.