La lengua de señas mexicana es la lengua natural de las comunidades de Sordos, por ello el estudio de esta lengua contribuye a su reconocimiento social y a su re valoración para la enseñanza en la escuela. Una de las características de las lenguas de señas en general es su forma de transmisión visual, lo cual representa el primer obstáculo para su especialización, si consideramos que la LSM es la lengua materna de sólo un 5% de la población de niños sordos (Agosta, 1997). No obstante las limitaciones que han existido históricamente para la enseñanza formal de las lenguas de señas, éstas han persistido y son el medio de comunicación esencial de sesenta millones de personas en el mundo (Rodrigue, 1992). Estas lenguas han surgido en las comunidades de sordos de manera espontánea, son parte de su cultura y reflejo de su visión del mundo; además se encuentran en un proceso productivo constante, como sucede con cualquier otra lengua natural.