2. Mafalda es el nombre de una
tira de prensa argentina desarrollada
por el humorista gráfico Quino de
1964 a 1973, protagonizada por la niña
homónima, «espejo de la clase media
latinoamericana y de la juventud
progresista», que se muestra
preocupada por la humanidad y la paz
mundial, y se rebela contra el mundo
legado por sus mayores.
3.
4. Una de las inolvidables
creaciones de Vázquez para
la editorial Bruguera.
La abuelita Paz era una
señora mayor que vivía sola y
su única distracción era salir
a la calle o pasear por el
campo. Lejos de ser la
anciana amable y desvalida
que parece, esta señora se
maneja muy bien con todo
tipo de peligros:
estafadores, ladrones,
animales del campo y otras
criaturas surrealistas a las
que se enfrenta.
5. Leovigilda y
Hermenegilda son muy
diferentes entre sí: Leo es
alta y delgada, de pelo rubio;
Herme es morena, rellenita,
con el pelo recogido en un
característico moño. Ambas
son poco agraciadas.
Leovigilda es más madura,
escéptica y con un carácter
agrio, mientras que
Hermenegilda es inocente y
tontorrona, y persigue
incansablemente un marido.
Su convivencia es una
continua fuente de conflictos
en los que, como es
característico de las
historietas de Bruguera,
abundan las agresiones
físicas. En esta historieta,
Vázquez hace una crítica
mordaz de las relaciones
familiares.
6. Creadas por el autor
español Manuel Vázquez
Gallego en 1949, son dos
hermanas „solteronas“,
llamadas Leovigilda y
Hermenegilda, que viven
juntas.
7. DOÑA URRACA:
UNA <BUENA PIEZA>
Doña Urraca es un personaje de historieta español, protagonista de la
serie homónima, creado en 1948 por el dibujante Jorge (seudónimo de
Miguel Bernet Toledano), para la revista Pulgarcito de
Editorial Bruguera. A diferencia de la mayoría de series de la
escuela Bruguera no incide en la crítica costumbrista, sino en el
humor negro.
¡Ríase de Frankestein! ¡Pitorréese
de Drácula! Pues son más
infelices que un sello al lado de
DOÑA URRACA, el tremebumdo,
pavoroso, escalofriante y
cadavérico personaje de Jorge.
8. Doña Urraca es una
harpía, una bruja
arrancada de los
cuentos de hadas,
trasladada a los
tiempos de la
prolongada
posguerra española,
mujer de edad
incierta, su creador se
ocupó de hacerla
realmente repugnante.