1. Solemnidad de Pentecostés AÑO A Jn 20, 19-23
Primera lectura Hch 2, 1-11 “Se llenaron todos de bautizados en un mismo espíritu, para formar un solo
Espíritu Santo y empezaron a hablar”. cuerpo”.
Salmo 103 “Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la Evangelio Jn 20, 19-23 “Como el Padre me ha en-
faz de la tierra”. viado, así también os envío yo. Recibid el Espíritu
Santo”.
Segunda lectura 1Co 12, 3b-7. 12-13 “Hemos sido
A l anochecer de aquel día, el primero de la semana,
estaban los discípulos en una casa, con las puertas
cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Je-
sús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, di-
ciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los dis-
cípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así tam-
bién os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les
dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis
los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los re-
tengáis, les quedan retenidos»
Notas sobre el texto, con- medio”. Cuando dijo:
texto y pretexto “Dentro de poco volve-
réis a verme”; ahora: “se
Los relatos de las apariciones
llenaron de alegría al ver
de Jesús resucitado (lo mismo
a Jesús”. Cuando dijo:
localizadas en Jerusalén o en
“tendréis paz”; ahora:
Galilea) no son crónica de he-
“paz a vosotros”. Cuando
chos, sino presentaciones cate-
dijo: “os enviaré el Espí-
quéticas y teológicas del miste-
ritu”; ahora: “recibir el
rio pascual. Describo algunos
Espíritu Santo”
elementos que componen estas
narraciones: El Evangelio de Juan pre-
senta “al Espíritu Santo”
Las apariciones acontecen
como quien continúa ha-
de repente, de forma inespe-
ciendo Dios presente en su misma misión. Jesús es en-
rada La iniciativa viene de
el mundo tras la Pascua de Je- viado a hacer visible a Dios; a
Jesús, nunca por los discípulos
sús. En los capítulos del discur- su vez el envía para lo mismo.
(que más bien están predis-
so de despedida, Juan pone en Los discípulos harán visible a
puestos contra ella) Des-
boca de Jesús cinco veces el Dios en el mundo; por ello les
pués de algunos gestos-pala-
anuncio de la venida del este entrega su mismo Espíritu.
bras, los discípulos reconocen
Espíritu (Jn 14, 16-17.25-26; 15,
al Señor El efecto consegui-
26-27; 16, 7-11.12-15). La venida,
do en los discípulos (tras la
Juan la contempla en la Pas-
perdida de la presencia de Je-
cua, en dos momentos: en la
sús) es alentador y confortati-
cruz de Jesús, dónde el evan-
vo, porque quedan convenci-
gelista descubre la donación
dos de que Jesús, el crucifica-
del Espíritu por parte de Jesús:
do, está vivo, y descubren
inclinó la cabeza y entregó el
una nueva presencia suya en
espíritu (Jn 19, 30) (es la salva-
los signos sacramentales
ción del mundo por el sacrificio
Jesús les indica que deben
de Cristo), y en la resurrección,
continuar la obra que Él había
como vemos en el texto de hoy,
comenzado.
en qué el Resucitado, lo prime-
En este relato se da cuenta del ro que hace, tras dar la paz, es
cumplimiento de las promesas dar el Espíritu.
de Jesús: Cuando dijo: “Volve-
Juan, al colocar en el mismo
ré a estar con vosotros”; aho-
día la Pascua y la entrega del
ra: “entró Jesús, se puso en
Espíritu nos envía a continuar
2. liación de formas distintas (Jesús no concretiza
ninguna forma)
Juan habla de “discípulos”, no de apóstoles, refi-
riéndose a quienes estaban reunidos en un mismo
lugar y para una misma cosa, reunidos con Él, for-
mando Iglesia. Con la palabra “discípulos” acentúa
la adhesión a Jesús, el seguimiento de su persona.
La identidad del apóstol -”enviado”-, por lo tanto,
pasa por ser, primeramente, discípulo. No se pue-
de dar lo que no se tiene.
Es apóstol es aquel discípulo a quien el Resucita-
do envía. El apóstol, pues, nunca parte de la pro-
pia iniciativa sino de la iniciativa de otro. Siempre
se refiere al proyecto de otro: el proyecto de Dios
que ha estimado tanto el mundo que le quiere dar
la vida (Jn 3, 16) dándose a conocer (Jn 7, 26). El
apóstol -el militante cristiano- es la persona que
Notas para fijarnos en el Evangelio da a conocer, con la palabra y la acción, este Dios
que ha manifestado su amor y ha dado la vida en
Jesús “sopló sobre ellos”: Esta expresión nos trae
el hombre Jesús de Nazaret (Rm 1, 5; 15, 18).
a los orígenes, a aquello que Dios hizo para dar
vida al hombre a quien había modelado del polvo La acción de los apóstoles sólo tiene sentido y efi-
de la tierra: Le infundió el aliento de vida, y el cacia en cuanto que han recibido el Espíritu y, por
hombre se convirtió en un ser vivo (Gn 1, 2; Gn 2, lo tanto, la suya es la acción de Dios mismo, no
7; Ez 37, 9; Sb 15, 11). De esta manera el Evangelio paso nada que se hayan inventado. Como la ac-
nos dice que Cristo Resucitado, dándonos el Espí- ción del mismo Jesús, que era la acción de quien
ritu, es el Creador de la Humanidad Nueva, de les había enviado.
una Vida Nueva (1, 33; 7, 37-39; Rom 5, 5). Esa nue-
va creación no es otra que la nueva sociedad, el De hecho, en la Iglesia todo depende del Espíritu
reino de la fraternidad, la igualdad y la paz. Es de- Santo recibo. No nos inventamos nada que no
cir, el Espíritu de Jesús empuja en la dirección de sean medios adecuados y coherentes. En la cele-
la creación de la nueva sociedad. No se trata de bración de la Eucaristía, por ejemplo, si reconoce-
dones extra-históricos sino de la total colaboración mos la presencia del Señor -y no sólo en la Pala-
de Dios para que lo humano triunfe, para que se bra y el Sacramento- es por el Espíritu que se nos
plenifique la vida, para que se cumpla el “proyec- da. Si no fuera así, no sería fácil decir que Jesús
to” de Dios sobre la historia (Jn 1, 1 ). es presente en la reunión, cuando quizás hay gen-
te que no nos cae bien. Tampoco sería fácil de
¿Qué hace el Espíritu? Es por la acción del Espíri- creer -nos lo recuerda el envío del final- que lo
tu Santo que: encontraremos en la vida, en los pobres, en la fa-
milia, en medio del mundo y de la sociedad (en el
Cristo vive en medio de nosotros y en cada uno
centro de trabajo o de estudio o a la plaza o en
de nosotros;
las asociaciones...).
Cristo nos comunica su vida de Resucitado y
confundirá la incredulidad del mundo
Podemos comprender la personalidad misterio-
sa de Cristo: como ha dado cumplimiento a las
escrituras; sobre el sentido de las parábolas, de
sus actos, de sus señales (14, 16; 16, 13; 1Jn2, 20s;
Rom 8, 16), todas las cosas que los discípulos no
habían comprendido anteriormente estimar;
Podemos “ver” al Señor (Jn 3, 3; 14, 19; 20, 24.29)
-es “el ver” de la fe, el “ver” que llena de alegría-
Y podemos acoger sus presencias: en la Iglesia
reunida (Mt 18, 20), en la Escritura proclamada
como Palabra viva (Rm 10, 17), en los sacramen-
tos (1Co 11, 24-25) y en la vida, en las personas -
sobre todo los más pobres- y en los aconteci-
mientos (Mt 25, 40.45; Lc 12, 54-13, 5; 17, 21);
Podemos pasar a la acción y dar la vida por los
otros, como ha hecho Cristo (Jn 15, 13), abiertos a la
esperanza del Reino de Dios (Mc 4, 26-29; Rom 5, 5).
Es porque tienen el Espíritu, por lo que los “discí-
pulos” pueden ser “enviados” a continuar la mi-
sión de Jesús, la misma misión. Aquí, esta misión
se concreta con el anuncio del perdón de Dios,
fuente de regeneración. Sus seguidores tendre-
mos que concretar este espíritu de paz y reconci-
3. ¡BENDITO SEAS,
Ruego por pedir el don de comprender el SEÑOR, DIOS NUESTRO!
Evangelio y poder conocer y estimar a Je-
sucristo y, así, poder seguirlo mejor. ¡Bendito seas, Señor, Dios Nuestro!
Hazme tu testigo,
Apunto algunos hechos vividos esta se- para anunciar la Buena Noticia de tu amor,
mana que ha acabado. con palabras y con obras,
ante todos los hombres y mujeres
Leo el texto. Después contemplo y su- que diariamente aparecen en mis caminos y en
brayo. tus caminos.
Ahora apunto aquello que descubro de
Ven a mí y dame tu Espíritu,
JESÚS y de los otros personajes, la BUENA para sembrar, hoy también,
NOTICIA que escucho... Me paro, y miro si la libertad donde hay marginación,
el Espíritu, que he recibito yo también, me la paz donde haya violencia,
permite de ver “al Señor” presente -inclu- y la vida en medio de la muerte.
so- en lugares dónde nunca lo buscaría
Tú eres el Dios de los vivos,
Y vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vi- nuestro gozo de vivir y nuestra esperanza
vidos, las PERSONAS de mi entorno... des- Por los siglos de los siglos. Amén.
de el Evangelio... Y agradezco el descubrir
personas me dan testigo como “apóstoles”
-enviados por Jesús-. Y me descubro a mí
mismo como enviado por Jesucristo a
otras personas para hacerlos participar de
su proyecto.
Llamadas que me hace -nos hace- el Pa-
dre hoy a través de este Evangelio y com-
promiso.
Plegaria. Diálogo con Jesús dando gra-
cias, pidiendo...
os todos”
Ver Juzgar Actuar “L a Iglesia som
VER
H ace unos años, para la Campaña de la Renta, se utilizó un lema (que era
bastante cuestionado): “Hacienda somos todos”. Para la mayoría de la
gente, “Hacienda” es sólo sinónimo de “Impuesto sobre la Renta”. Pero si pro-
fundizamos un poco, nos sorprenderemos de la cantidad de dependen-
cias, servicios, negociados... que hay, necesarios por la cantidad de aspec-
tos y ámbitos que abarca “Hacienda”, de modo que hayan los recursos
económicos necesarios para atender a la salud, educación, bienestar,
obras públicas... Y, aunque nos venga mal tener que pagar la Renta, podre-
mos entender un poco mejor ese lema de “Hacienda somos todos”.
JUZGAR
H oy celebramos el día de Pentecostés, el día de la Acción Católica y
del Apostolado Seglar, el día de la Iglesia, porque Pentecostés es el
momento en que la Iglesia se manifiesta públicamente ante el mundo. El Espíritu Santo es el gran don que
hace nacer a la Iglesia. Pero hoy en día, para muchas personas, decir “La Iglesia” es sinónimo sobre todo
4. de obispos, curas y monjas... y algunas personas
que obedecen ciegamente lo que éstos dicen.
Son imágenes muy parciales, transmitidas muchas
veces de unos a otros sin ningún tipo de reflexión
o de intento de conocer con mayor autenticidad y
verdad lo que es la Iglesia.
Y la Iglesia es mucho más que obispos, curas y
monjas, como hemos escuchado en la 2ª lectura:
«Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu;
hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor;
y hay diversidad de funciones, pero un mismo
Dios que obra todo en todos». La Iglesia es una
realidad visible e integrada por personas concre-
tas. La Iglesia somos todos: todos los que creemos
en Cristo, renacidos mediante la Palabra de Dios,
el agua y el Espíritu, es decir, por el Bautismo.
La Iglesia es un cuerpo, cuya Cabeza es Cristo. Un
cuerpo en el que todos los miembros tenemos un
mismo fin en el que todos colaboramos, por el
que todos trabajamos. Y como «en cada uno se
manifiesta el Espíritu para el bien común», todos
los miembros son necesarios para ese fin, aunque llevar a cabo la evangelización de los ámbitos en
las funciones sean diversas. De ahí la diversidad los que está inmersa la parroquia, facilitando que
de Movimientos, grupos y asociaciones eclesiales. los laicos se sientan corresponsables y protago-
nistas en esa misión porque descubren que “la
Porque ese Cuerpo tiene una misión: en Pente- Iglesia somos todos”.
costés, los discípulos son constituidos como co-
munidad que da testimonio de Cristo Resucitado,
como hemos escuchado en la 1ª lectura: «Se llena- ACTUAR
ron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar
en lenguas extranjeras». La Iglesia comienza como
H
una comunidad en la que habita el Espíritu de oy, fiesta de Pentecostés, debemos recordar
Cristo y que debe difundir la persona y el mensa- que la Iglesia es la comunidad de los que vi-
je salvador de Jesús, porque la comunidad de los ven según el Espíritu de Jesucristo. Que la Iglesia
cristianos no está nunca cerrada en sí misma. somos todos, porque todos los cristianos tene-
Y en ese Cuerpo, uno de los miembros para di- mos en común la misma fuente, la misma matriz y
fundir el Evangelio es la Acción Católica General: la misma meta de nuestra espiritualidad.
la ACG no tiene misión propia, sino que hace suya Pentecostés no es sólo algo sucedido hace dos mil
la misión apostólica general de la Iglesia diocesa- años, es algo que está sucediendo ahora. Por el
na en cada comunidad parroquial. La ACG tiene el envío del Espíritu Santo, Jesucristo está presente
encargo de impulsar un laicado maduro y cons- en su Iglesia. Por el envío del Espíritu Santo, Jesu-
ciente, evangelizador, misionero y militante para cristo se hace presente por medio de la Iglesia en
el mundo, de manera que su misión salvadora, li-
beradora, redentora, continúe realizándose en la
historia de todas las personas.
Nuestro mundo es plural y diverso, y nuestra Igle-
sia también lo es en sus Movimientos, grupos y
asociaciones. Pero el Espíritu Santo da unidad a
esa pluralidad de la Iglesia, para que sintamos que
la Iglesia somos todos y, como una única Iglesia,
ofrezcamos el Evangelio al mundo haciendo que
hoy también se cumplan las palabras que hemos
escuchado en la 1ª lectura y quienes nos escu-
chen puedan decir: «cada uno los oímos hablar de
las maravillas de Dios en nuestra propia lengua».
Acción Católica General
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