Sanidad Interior y Liberacion libro de ayuda espiritual y emocional
Marcos 10:46-52
1. EL EVANGELIO SEGÚN
SAN MARCOS
Mr 10:46-52
Un Estudio Expositivo de los 16
capítulos del Evangelio de Marcos
2. (10:46-48) Ten Misericordia
Herodes su residencia de verano. Estaba
ubicada a 30 km al noreste de Jerusalén.
Han cruzado el Jordán, llegan a Jericó,
Jesús ingresa a la ciudad por la puerta
oriental, atraviesa la ciudad y sale por la
puerta occidental. Prosigue su viaje.
(10:46) Jericó es una
ciudad oasis llena de
palmeras, una tierra
fértil y bella. El nombre
Jericó significa ‘perfu-
mada’, aquí estableció
3. (10:46-48) Ten Misericordia
Había una gran variedad de enfermeda-
des a los ojos, agravadas por el sol ce-
gador, la blancura del suelo, la abundan-
cia de polvo y arena desafiante para los
ojos, la dramática falta de agua, las casi
inexistentes medidas de higiene y los
insectos portadores de enfermedades,
como las moscas.
Un ciego mendiga junto a la puerta de la
ciudad. Su nombre era Bar (hijo de) Ti-
meo, nombre griego que significa ‘impu-
ro’. Debió ser conocido en la ciudad.
4. (10:46-48) Ten Misericordia
Había muchos de los sacerdotes y levi-
tas que servían en el Templo y vivían en
Jericó. Solo se iban a Jerusalén cuando
les tocaba ministrar en el Templo.
El camino entre Jericó y Jerusalén era
muy peligroso habían muchos ladrones;
por lo que la gente viajaba en grupos.
En la multitud había peregrinos camino a
Jerusalén para celebrar la Pascua, junto
a personas del pueblo que iban acompa-
ñándolos.
5. (10:46-48) Ten Misericordia
Tiene que haber escuchado hablar de Él,
pues supo quien era e inmediatamente
reaccionó. A voz en cuello clamó con to-
das sus fuerzas: “Jesús, Hijo de David,
¡ten misericordia de mí!”.
(10:47) Esta multi
tud era la oportu-
nidad ideal para
pedir limosna. De
alguna manera
Bartimeo se ente-
ró que entre ellos
se hallaba Jesús.
6. (10:46-48) Ten Misericordia
El hecho de que Bartimeo usara el título
‘Hijo de David’ indicaba que, a pesar de
su ceguera física, había llegado a enten-
der y creía que Jesús era el Mesías pro-
metido. A diferencia de la incredulidad
ciega que manifestaba la mayoría de los
judíos de su época, Bartimeo no lo dudo
y clamó a viva voz buscando hacerse
notar y que Jesús lo escuchara.
Lo llamó por su título mesiánico ‘Hijo de
David’. Vio que Él era el Mesías espera-
do.
7. (10:46-48) Ten Misericordia
Bartimeo percibía que si alguna ayuda
había de venir de alguna fuente, tendría
que ser del Hijo de David: Jesús.
(10:48) Lo man-
daron callar por-
que no querían
que detuviera a
Jesús o no faltó
alguien que le
molestó el título
dado a Jesús.
8. (10:49-52) Ten Confianza, Te Llama
(10:49) Jesús se reve-
la a través de los e-
vangelios, no sólo co
mo muy poderoso,
sino también como
muy misericordioso.
Jesús a lo lejos y en medio del bullicio lo
escucha. Se detuvo y pidió que viniera.
Le dan la noticia que Jesús lo ha manda-
do llamar y lo animan a que se levante.
Es Jesús mismo quien lo solicita.
9. (10:49-52) Ten Confianza, Te Llama
Ambos se percatan de la misericordia y
compasión de Jesús, pero no atinan a
darse cuenta que están a puertas de un
milagro. Bartimeo realmente lo deseaba.
No muchas semanas antes, las mismas
palabras, “Él te llama”, le fueron dichas a
María por su hermana Marta. Hay bastante
semejanza entre los dos relatos. Jesús
llamaba a dos personas profundamente
atribuladas: a Bartimeo, que sufría por su
pobreza y ceguera; y a María quien sufría
por la muerte de su hermano Lázaro.
10. (10:49-52) Ten Confianza, Te Llama
(10:50) Tres cosas
hizo que le cambia-
ron la vida: (1) Arro
jó su capa, que sig-
nificaba su seguri-
dad y permanencia
como mendigo.
Probablemente el manto era su única pro
piedad y no quiso que nada lo estorbara
de llegar ante Jesús.
(2) Dio un salto, no lo hizo con dificultad.
11. (10:49-52) Ten Confianza, Te Llama
(3) Seguro y con la ayuda de las manos
de la multitud, fue impulsado en direc-
ción a Jesús, hasta que estuvo frente a
frente a Él.
¿Nos hemos de despojado del manto de
nuestra autosuficiencia, “de todo peso y
del pecado que nos asedia” (Heb 12:1),
para seguir a Jesús? ¿Qué esperas?
Era joven, tenía energía y reaccionó ins-
tintiva e inmediatamente, como si tuviera
un resorte que lo hubiera catapultado.
12. (10:49-52) Ten Confianza, Te Llama
Jesús lo sabía, pero quería escuchar de
los propios labios de Bartimeo la res-
puesta. Deseaba ver la fe que había en
su corazón.
(10:51) Jesús ha-
ce la misma pre-
gunta que les hi-
zo a Jacobo y a
Juan (v.36):
“¿Qué cosa quie
res que haga por
ti?”.
13. (10:49-52) Ten Confianza, Te Llama
Profecía: “Digan a los de corazón ame-
drentado: Esfuércense y no teman.
¡Miren! Aquí viene su Dios, para castigar
a sus enemigos como merecen. Dios
mismo viene y los salvará. Entonces se
abrirán los ojos de los ciegos, lo mismo
que los oídos de los sordos” (Is 35:4-5).
“Maestro, quiero recobrar la vista”, al de
cirlo estaba mostrando que conocía la
profecía bíblica de que el Mesías abriría
los ojos de los ciegos.
14. (10:49-52) Ten Confianza, Te Llama
ciegos, le dice tu fe te ha sanado o salva-
do, e inmediatamente recuperó la vista.
En algún momento perdió su vista, en
esa época había muchas enfermedades
que producían la ceguera en Israel.
(10:52) Este es el úl
timo milagro de sa-
nidad que Marcos
nos relata en su e-
vangelio. Jesús de
una manera distinta a
la sanidad de otros
15. (10:49-52) Ten Confianza, Te Llama
Cuando recibió la vista, siguió a Jesús.
No se fue por su camino egoístamente u-
na vez que resolvió su problema. Empe-
zó teniendo una necesidad; siguió sin-
tiendo gratitud, y acabó por mostrar leal-
tad. Y esto es un perfecto resumen de las
etapas del discipulado.
¡Qué preciosa ilustración del camino de
salvación!
“Invócame en el día de la angustia; yo te
libraré, y tú me honrarás” (Sal 50:15).
16. Conclusión
El gesto de Bartimeo de tirar su manto
puede simbolizar su renuncia a todo por
seguir a Jesús, algo propio de un discí-
pulo, así como una muestra de su fe en
el poder de Jesús para sanarle; el manto
ya no le servirá más, pues ya no tendrá
que mendigar.
Cuantas personas hay que desean mila-
gros en tiempos de crisis y vienen bus-
cando la ayuda del Señor, pero después
de que les concede lo pedido no quieren
seguir a Jesús en el camino.
17. Conclusión
Bartimeo era ciego físicamente, pero no
en su alma. Los ojos de su entendimien
to estaban abiertos. Veía cosas que mu-
chos escribas y fariseos no fueron ca-
paces de ver. ¿Cuál es la razón de que
las personas sean tan poco entusiastas
en buscar a Jesús? No sienten sus pro-
pios pecados. No están convencidas de
lo duro que es su corazón. Una vez que
el hombre ve su culpa tal como es verda
deramente, nunca descansará hasta en-
contrar el perdón y la paz en Cristo.