1. QUESTIONARIO FAMILIAS
1. ¿Pides a tu hijo que haga las tareas domésticas todos los días?
2. ¿Hay consecuencias si él se niega a hacer lo que se le pide?
3. ¿Estableces una hora fija para que se acueste?
4. ¿Hay horas fijas para comer?
5. ¿Se levanta siempre a la misma hora?
6. ¿Respondes positivamente a sus demandas de compras espontáneas?
7. ¿Está inscrito tu hijo a una actividad de ocio durante más de un año?
8. ¿Compruebas el trabajo escolar de tu hijo?
9. ¿Tomas medidas cuando tu hijo se niega obstinadamente a hacer los deberes?
10. ¿Consigues que ordene sus cosas al menos una vez a la semana?
11. ¿Te sientes distendido con él en vuestra vida cotidiana?

2. QUESTIONARIO ALUMNO
1. Piensa que todo irá muy bien, trabaje o no.
2. Dice que la suerte influye mucho en los resultados escolares.
3. Para él muchas asignaturas escolares son inútiles.
4. En el colegio siempre ha hecho su trabajo rápidamente.
5. Puede convertirse en un alumno excelente si así se lo propone.
6. Es muy sensible al “estilo” del enseñante.
7. Para él, la vida solo debería consistir en cosas agradables y divertidas.
8. Nunca ha sido muy estable en sus actividades de ocio.
9. Hace la mayor parte de los deberes a última hora.
10. Se desmotiva o se aburre enseguida.
11. Confía en poder hacer su trabajo solo.
12. ¿Tiene humor más bien optimista?
13. ¿Tiende a depreciarse, a desvalorizarse en caso de fracaso?
14. ¿Tiene una buena imagen de sí mismo en cuanto a su personalidad?
15. ¿Se aprecia globalmente a sí mismo en su apariencia física?
16. ¿Se desanima con frecuencia cuando saca malas notas en el colegio?
17. ¿Tiene la impresión de no estar a la altura de determinadas asignaturas?
18. ¿Piensa que no está a la altura de sus posibilidades cuando tiene que hacer ejercicios en
clase?
19. ¿Es muy sensible a las observaciones de los profesores?
20. ¿Teme ser menos apreciado por ti cuando saca una mala nota?

3. CUESTIONARIO III
¿Se agobia cuando no le ha salido bien un examen, o ha sacado malas notas?
¿Piensa que le ha salido bien, incluso cuando le ha salido mal?
¿Qué es lo que le hace reaccionar?
¿Le importan lo que piensan los demás de él?
Cuando se le priva de algo. ¿cómo reacciona?
Ante un nuevo reto ¿cómo reacciona? (cumpleaños, inscribirse en alguna actividad donde haya niños
no conocidos?
Relación con los hermanos
¿Quién le ayuda en los deberes?
QUÉ HACER PARA FOMENTAR LA INDEPENDENCIA
Asumir responsabilidades en casa. Concretarlas y cumplirlas
Incluir experiencias difíciles.
Compras en la calle.
No resolverles sus problemas, que tome la iniciativa, que hable para dirigirse a ciertas personas
Hacer un horario del tiempo libre y que él solo vaya mirándolo y cumpliéndolo.

4. EL NIÑO INTOLERANTE FRENTE A LAS FRUSTRACIONES
Nuestros niños deben aceptar un umbral elevado de tolerancia frente a la frustración, puesto
que todo aprendizaje se efectúa casi siempre para el medio cuando no para el largo plazo.
Muchos conocimientos deben ser asimilados sin ver un resultado inmediato, sin obtener una
gratificación rápida.
Es necesario que los alumnos se acomoden al sistema educativo. El rechazo de una obligación o
la búsqueda de una gratificación inmediata conducen a disfunciones importantes para aprender
y generan, en la mayoría de los casos una fuerte desmotivación.
La realidad nos enseña hasta qué punto esta voluntad de placer inmediato nunca tiene
consecuencias felices, sino que, por el contrario, conlleva más frustraciones que placer.
¿Quiénes son los responsables de esta intolerancia a las frustraciones? ¿el medio social? ¿la
educación escolar? ¿la educación familiar? ¿el potencial genético del niño? Todos los
parámetros deben ser tenidos en cuenta, pero el problema no consiste en alcanzar
pasivamente un cambio social, político, una determinada reforma escolar… La única variable
fácilmente controlable es sin duda tu “actitud como padre”.
El niño intolerante frente a las frustraciones puede convertirse fácilmente en una persona
omnipotente, exigente, en “un niño mimado que da lecciones”, si le dejamos gestionar en
solitario el famoso equilibrio entre el principio de la realidad y el principio del placer.
Para el niño intolerante el mundo exterior es el único responsable de sus disfunciones.
Tu hijo debe entender que vivir aporta numerosas satisfacciones, que tendrá que hacer muchas
cosas para alcanzar sus “sueños” y sobre todo que necesitará ser realista y consiguientemente
aceptar que toda acción tiene una secuela de frustraciones.
La intolerancia frente a las frustraciones puede generar patologías más profundas en la
adolescencia.
Ser padre de un niño intolerante no nos permite ninguna tregua. Exige vigilancia cotidiana. La
pregunta es siempre la misma:¿ qué es mejor: aceptar estas “obligaciones educativas
cotidianas o gestionar el día de mañana situaciones más complejas, incluso de otro modo más
dramáticas?
Dejar actuar al niño libremente equivaldría a fragilizarle para el largo plazo.
La actitud de intolerancia a las frustraciones es un factor omnipresente en toda disfunción. Se
trata muy frecuentemente de una especie de denominador común a todos los problemas de
desmotivación escolar.
Os muestro este texto escrito por un verdadero educador de vanguardia.
¿Sabes cuál es el medio más seguro para convertir a tu hijo en un miserable? Acostumbrarle a
conseguir todo: ya que sus deseos crecen incesantemente debido a la facilidad que tiene para
satisfacerlos, tarde o temprano la impotencia te forzará, a pesar suyo, a recurrir a la negativa; y
este rechazo inhabitual le causará más tormento que la privación misma de lo que desea…
Jean-Jacques Rousseau

5. EL NIÑO QUE NO ACEPTA LAS FRUSTRACIONES
No acepta ninguna tarea frustrante, sea familiar o escolar.
Solo acepta obligaciones de trabajo si es él el que toma la iniciativa.
Consumo exagerado de programas de televisión.
Rápida desmotivación a partir del momento en el que tiene lo que exige.
No soporta el aburrimiento,“los vacíos”, necesidad de actividades múltiples.
Está en contra de todo lo que tiene que ver con las tareas materiales (ordenar su cuarto, ayudar en
las tareas domésticas..)
REFLEXIONES QUE HACE UN NIÑO INTOLERANTE A LAS FRUSTRACIONES
Tengo que ver este programa de televisión..
Lo haré mañana…
No soporto aburrirme..
No soy un bobo..
¿Cuánto me daréis?
¿Qué voy a parecer si hago esto?
Mañana, seguro que tengo más tiempo..
Los demás padres no piden eso..
¡Me gustaría tener tanto eso!
No es justo..
¡Todo el mundo hace lo mismo!
Nunca hacéis lo que a mí me gusta..
Si quieres puedo ayudarte en esto ahora mismo (seducción para obtener algo inmediatamente).
Si no me das esto no hago nada.
CONSEJOS
Proponer horarios de tele, estudios y ocio.
No permitir la finalización de un compromiso sin haber terminado el ciclo completo.
Establecer una lista de tareas cotidianas insoslayables (incluidas las de uso común) y cumplirlas.
Proponerle desafíos razonables a corto plazo para que obtenga los primeros éxitos.
Felicitar al niño nada más observar que ha hecho un verdadero esfuerzo.
Utilizar esquemas, gráficos o diagramas para ayudarle a visualizar los esfuerzos realizados.
Reforzar positivamente las nuevas actitudes que adopta ante la vida diaria del colegio.
Animarle cuando los resultados tardan algún tiempo en llegar.
Técnica del K.O: empezar siempre por la tarea más dura y aburrida.
Anticipar: valorar las ventajas e inconvenientes de cumplir la tarea frustrante o retrasarla.
Volver a pensar los objetivos a largo plazo: considerar de nuevo “el sueño”, establecer la relación del futuro con lo
que puede hacerse a partir de ahora.
Permitirse hacer alguna actividad de ocio después de la realización de la tarea frustrante.
Aislarse: quedarse en un lugar de trabajo en el que no se oiga el teléfono, hermanos, televisión…
Colgar en la pared del lugar de trabajo muchos recordatorios: el objetivo a largo plazo, la distribución del tiempo
semanal, el diagrama, eslóganes que hablan: ¡deja de retrasarlo!, “flema de hoy= aun más frustraciones mañana
Incluir experiencias difíciles.
Compras en la calle.
No resolverles sus problemas, que tome la iniciativa: hablar para dirigirse a ciertas personas…
Hacer un horario del tiempo libre y que él solo vaya mirándolo y cumpliéndolo.

6. MUÉSTRALE QUE EVITAR LAS FRUSTRACIONES PUEDE INCREMENTAR LAS CONTRARIEDADES
No ordenar regularmente su cuarto exigirá más tarde, horas de limpieza.
Evitar aprender una lección ahora, equivale a acumular lagunas y más trabajo para después.
Retrasar el deber hasta el último momento no produce más que un sentimiento de culpabilidad durante
el denominado tiempo de ocio.
Hacer ahora solo lo que me gusta, equivale a correr el riesgo de no poder escoger más tarde la profesión
ideal y “soñada”.
En resumidas cuentas, evitar todas las frustraciones incrementa todas las obligaciones futuras que
conlleva la realidad, lo que a su vez produce una fragilidad psicológica que podría convertirse en
patológica.