7. bajo la luz de las candelas. Restauración 1888 1941
6. 1688 -1888
1. HISTORIA DE LA PROVINCIA DE LA CANDELARIA
(1688-1888)
OSCAR FELIPE ORTIZ BENAVIDES
PRESENTADO A: FR. JUAN JOSÉ RODRÍGUEZ
SEMINARIO MAYOR FILOSOFADO SAN AGUSTÍN
HISTORIA DE LA PROVINCIA DE LA CANDELARIA
LA LINDA, MANIZALES
2006
2. ÍNDICE
1. Comienzos del siglo XVIII (1700-1766)
Estructura material y administrativa.
El problema vocacional
Vida común y observancias
Estudios eclesiásticos
2. Iglesia vs. Estado (1767-1888)
La expulsión de los jesuitas
En tiempos de independencia.
Se abre un nuevo tiempo
Desamortización y Tuición: la oscuridad del siglo XIX
Las casas de la Provincia durante la desamortización
Reconciliación.
3. El personaje: el padre Victorino Rocha
Cronología
Bibliografía
3. HISTORIA DE LA PROVINCIA DE LA CANDELARIA
(1688-1888)
1. COMIENZOS DEL SIGLO XVIII ( 1700-1766)
Es difícil referirse a esta época, ya que la poca documentación no permite que se sepa
mucho lo que paso; lo que generalmente se puede decir de ella es, que durante este tiempo
no hay sobresalto en la vida, debes en cuanto algún sobresalto le da algo de movimiento
pero es mínimo, como dice fr. Ángel Martínez Cuesta se vive una aurea mediocritas1, un
ambiente de tranquilidad aburridora, es muy poco aquel que hace grandes cosas; se ve
perdido el fervor de tiempos anteriores producto del nacimiento de la recolección en esta
provincia. Veamos pues unos cuantos de los pocos datos que se tienen.
Estructura material y administrativa.
La provincia entró al siglo XVIII con cuatro conventos: El Desierto, Bogotá, Cartagena y
Panamá, y los hospicios de Tunja y Honda y las misiones casanareñas de Iximena y
Upamena o Sabana Alta.
En el capitulo X queda reseñada la inauguración en 1703 de la Iglesia de Bogotá. En los
años siguientes la comunidad dedicó sus mejores energías a la conclusión de la Iglesia y del
convento. Pero su proverbial pobreza prolongó desmesuradamente la obra, imponiendo
grandes sacrificios a la comunidad. Sus 40 religiosos solo disponían de 25 celdas. La
situación humillaba a la comunidad, pero todos sus esfuerzos por acelerar el ritmo de la
construcción resultaron infructuosos.
Entre 1710 y 1712 encontramos a algunos religiosos recogiendo limosnas en regiones tan
remotas como el Chocó y Popayán. Las obras bajo múltiples dificultades se extendieron
durante muchos años hasta finalmente concretarse en 1736, en adelante lo que se hizo fue
amueblar las instalaciones. En 1702 se inaugura la Iglesia en Panamá pero queda
incompleta por incomprensiones con el gobernador de la ciudad. Hay que reconocer de este
periodo a Juan de Santa Gertrudis mientras fue provincial (1708- 1712) preocupándose por
las diferentes instalaciones y ayudando especialmente a las dos casas anteriormente
nombradas.
El problema vocacional
El numero de religioso en esta época fue algo estático, los religiosos fueron muy pocos y
nunca llegaban a cubrir las necesidades de la provincia. Entre 1692 y 1703, el Desierto, que
era el principal noviciado de la provincia, solo presencio la profesión de 16 religiosos. Esta
situación preocupaba y muchos priores intentaban darle solución y así optaron por trasladar
el noviciado a Bogotá, y después de analizado el problema efectivamente se hizo y a vista
1
MARTÍNEZ Ángel. Historia de los Agustinos Recoletos vol I. Madrid: Augustinus. 1995 p 623
4. de los promotores esto dio resultado, entonces de 1704 y 1710 el numero de profesos
ascendió a 15. En los demás conventos también había profesiones pero eran muy escasas.
Pero en el capitulo provincial de 1712 definió que por falta de recursos se limitara el
numero de profesos a sólo 4 al año, esto permitió el regreso del difícil problema. Esta
escasez repercutió negativamente en la vida de la provincia, entorpeciendo la vida común,
frenando su desarrollo e impidiéndole asumir nuevos compromisos apostólicos. Se cree que
una de las causas de la escasez vocacional fue la inobservancia de estos tiempos que
enajeno la estima de la sociedad.
1.3. Vida común y observancias:
En cuanto a la vida dentro del claustro siguió girando en torno a la liturgia de las horas y a
la meditación aunque esta seguía perdiendo fuerzas cada día, poco a poco, por una u otra
razón se iba disipando. Se dio más relieve a la música, al canto gregoriano y otras
devociones marianas y eucarísticas, como el rosario introducido en el capitulo provincial de
1744. La comunidad tuvo un nivel religioso bastante elevado durante este siglo. Los
problemas fueron mínimos, no hay reporte de deficiencias graves, estas pequeñas
imperfecciones tenemos el tomar frecuentemente chicha (1710) la sustitución de la
estameña por el lienzo en el hábito, o el cambio de alpargata por zapato (1719), entre otras.
Cada religioso debía procurarse su atuendo con sus propios ahorros. Con este fin estaban
autorizados a recibir regalos de familiares amigos o bienhechores y a celebrar tres días a la
semana a intención propia. No pocos religiosos poseían bienes muebles e incluso bienes
inmuebles y los administraba con libertad casi absoluta. Otros heredaban y disfrutaban
rentas de capellanías y censos varios.
Estos abusos quizá fueran una consecuencia más de la residencia de no pocos frailes en
curatos y capellanías; quizá también de la pobreza de los conventos, que a menudo no
estaban en condiciones de subvenir a las necesidades más elementales de los religiosos.
El provincial Francisco de San Joaquín sitio la obligación de poner fin a semejantes abusos
y con fecha 19 de enero de 1750 impuso a todos los religiosos de la provincia, con precepto
formal de obediencia, la obligación de presentarle un informe de todo lo que tuvieren a su
uso, sea propio o ajeno. El padre Francisco no pretendía suprimir el peculio sino
disciplinarlo. El peculio siguió siendo admitido en la provincia. El mismo padre provincial
hacia uso del peculio.
A pesar de que los conventos solían disponer de abundante personal de servicios, todavía
habían religiosos que tenían pajes para su servicio personal. A instancias del vicario
general, el capitulo provincial de 1728 reprobó esa práctica y mandó que los religiosos se
deshicieran inmediatamente de sus criados particulares. Pero esta prescripción cayó pronto
en el olvido.
Otro defecto era la facilidad con que se permitía la residencia de los religiosos fuera del
claustro. Ya a principios de siglo encontramos a religiosos viviendo largas temporadas lejos
del convento. Dedicados a recoger limosna para la obra del colegio de Bogotá. En 1719 el
provincial deploraba la situación de algunos religiosos que llevaban 18 o 20 años huidos del
convento. Luego el abuso fue tomando cuerpo y cada día crecía el número de frailes que
5. con pretexto de socorrer a sus padres, hermanos, miserables, impetra licencia para mantener
en curatos o doctrinas de clérigos o regulares. Al hacerse cargo por vez primera del
provincialato, el padre Francisco de San Joaquín (1748) encontró a varios que con el
pretexto de deudos pobres, vagaba en doctrinas y haciendas. Inmediatamente los recogió a
todos en los conventos y durante su cuatrienio ningún religioso volvió a hacerse cargo de
una parroquia o una hacienda. Pero esta medida no fue suficiente.
La historia no tardaría en convertir sus temores en realidad. Acosados por el gobierno y por
los superiores de España, los responsables de la provincia afrontaron la cuestión con
relativa frecuencia. El visitador Regio tanto en el autor general de reforma como en el
decreto al nuevo convento de Tunja, estigmatizó la costumbre. Y años más tarde tomaran
sobre ello tanto los superiores provinciales como generales, que veían estas salidas una
causa de decadencia y descomposición de la vida religiosa.
1.4. Estudios eclesiásticos.
La preparación de los religiosos se resintió de la falta de recursos económicos y de sus
escasas relaciones con el mundo académico de la ciudad. En la primera mitad del siglo se
organizaron clases de moral (1710) y de gramática (1740), se revitalizaron las conferencias
morales y se fomento la asistencia de los actos académicos de los colegios y universidades
de la ciudad. Pero es en 1748, con la promoción al provincialato del Padre Francisco de San
Joaquín, cuando el entusiasmo por las letras penetra en la comunidad, forjando en ella una
mentalidad completamente escolástica. Su paso por el gobierno de la provincia marca un
hito fundamental en la historia académica de esta: en 1749 enriquece el plan de estudios
con una cátedra de sagrada escritura en el colegio santafereño; poco más tarde encomienda
un regente de estudios la dirección de toda la actividad académica del colegio, y hasta se
atreve a restringir el uso del canto en el oficio divino para poder atender mejor a las
exigencias del estudio. Frailes recoletos vuelven a las aulas de San Bartolomé y el Rosario.
Al principio no se les permite obtener grados. Pero no se tardo en derogar esa limitación.
Los estudios filosóficos-teológicos se prolongaban durante siete años, al menos desde
1762, en que se añadió un año al curso filosófico. El curso era de tendencia tomista, con
creciente atención a la teología positiva.
Estas reformas no dejaron de producir frutos. A fines del siglo XVIII y principios del
siguiente encontramos en la provincia juristas, eruditos y predicadores de fama.
1. IGLESIA vs. ESTADO (1767-1888)
2.1. La expulsión de los jesuitas
Las causas de esta expulsión están rodeadas de un cierto aire de misterio. Carlos III es el
protagonista de tal barbarie, que solo se excusaba con el pretexto de que tenia que mantener
la subordinación, tranquilidad y justicia a su pueblo y se reservo las demás causas. El 27 de
febrero de 1767 se dio el mandato de expulsar a los jesuitas de España y América. Al
Nuevo Reino la orden solo llega hasta el 7 de junio de 1767, y de hay se fue haciendo
práctico en unas partes con más retrasos que otras. Los sacerdotes al ser despatriados se
dirigieron a Italia donde se mantuvieron unidos, en el camino del Nuevo Reino a Italia
6. muchos padres ya mayores fallecieron, y por donde pasaban había autoridades que los
rechazaba y negaba ayuda. La expulsión de los padres trae como consecuencia el abandono
de muchos colegios, y fueron muchos los que quedaron sin educación, la nación se vio en
crisis en este sentido. Se suprime la orden de los jesuitas el 21 de julio de 1733, por el Papa
Clemente XIV. Cuando en 1814 se restablece la Compañía, por Pío VII, sobrevivían pocos
sacerdotes y más pocos eran los de América.
Esto afecto los tratos de la Iglesia contra la realeza, el estado, se percibe una futura
separación de la Iglesia y el Estado y más agravios entre estas. A la orden le beneficio en el
sentido de abrir su campo laboral, ocupándose de antiguos cargos de los jesuitas; por
ejemplo en Panamá los religiosos dictaban clases en el antiguo colegio de los jesuitas; en
Casanare los reemplazaron en Surimena, Casimena y Macuco, los que eran puestos de
misión, otros puestos misionales los tomaron la otras comunidades.
2.2. En tiempos de independencia.
Fue dura esta época para los religiosos a pesar de ver frailes que participaban de la
revolución y se alzaron en armas para apoyar la causa. La consecuencia de la
independencia fue la perdida del trato con el general y las otras provincias quedan las
comunidades religiosas a cargo del arzobispo de Bogotá.
2.3. Se abre un nuevo tiempo.
En este periodo aumenta la documentación, se ensancha notablemente su campo apostólico,
mejora la formación académica de sus miembros, urge la vida común, presta más atención
al carisma propio, habla de nuevas fundaciones e intenta entrelazar más íntimamente la
labor pastoral con la vida conventual, tratando de llevar los conventos a las inmediaciones
del campo misional.
2.4. Desamortización y Tuición: la oscuridad del siglo XIX
Este progreso que había tenido la orden sobre todo en el campo misional que no será
nombrado aquí se ve entorpecido por el demoníaco deseo de progreso, el estado a manos
del General Tomas Cipriano de Mosquera comete un gran ultraje contra la Iglesia, ya lo
había dicho el redentor: “el mundo los odiara”. El primer ultraje es el decreto de Tuición
dado el 20 de julio de 1861, quitando a los sacerdotes el derecho de ejercer su ministerio sin
el previo pase de las autoridades competentes de cada Estado. El segundo ultraje fue el
decreto de Desamortización dada el mes de septiembre donde quieren quitar los bienes de
las comunidades religiosas, que llamaban de manos muertas osea aquellos bienes que les
daban asegurando el cielo en la otra vida. Así el estado envidioso busco adquirir estos
bienes, pero perversamente no se las arrebataron de abruptamente pues sabían que esto
traería problemas engañaron a los religiosos vilmente, y engañosamente, haciéndoles firmar
como si ellos entregaran los bienes voluntariamente, así el 5 de Noviembre de 1681 el
decreto de desamortización arrebataría los conventos de los religiosos y religiosas.
Acabando con muchas comunidades.
7. 2.4.1. Las casas de la Provincia durante la desamortización
El desierto. Por el decreto fue rematado el monasterio por el Señor Joaquín Montejo. Se
convirtió el convento en cuartel de guarniciones, el templo transformado en caballeriza,
frailes enviados al exilio y otros dispersos en la vida secular.
Convento de la candelaria de Bogota. Se exclaustro y expulso a los religiosos, fue
expropiado y convertido en guarnición militar; en 1868 se dispuso del edificio, como
facultad y escuela de ingeniería de la Universidad Nacional. Continuando el ciclo de
ocupaciones, en 1886, fue adquirido por la arquidiócesis como Seminario Metropolitano,
afortunadamente los religiosos de origen colombiano se encargaron de la custodia de la
pequeña residencia y del templo de la Candelaria, que no sufrió mayores percances.
2.5. Reconciliación.
En 1886 un nuevo gobierno da fin a las hostilidades y permite una relación más tolerante
entre Iglesia y Estado, Rafael Núñez seria el personaje promulgador de tal tolerancia con la
constitución del mismo año. Se siente nuevos aires de paz se acerca la llegada de la
restauración y la obra del Señor será visible en las manos de un hombre santo.
3. El personaje: el padre Victorino Rocha
Este hombre de gran temple fue el protagonista en los tiempos de la desamortización como
provincial, velando por el mantenimiento de la provincia para que esta no se extinguiera
como otras por los agravios cometidos por el gobierno anticlerical.
Nace en Turmequé, no se sabe la fecha de su nacimiento, se sabe que fue bautizado el 15 de
Septiembre de 1813. hace su noviciado en el colegio de la Penitencia de San Nicolás de
Tolentino. Profesa el 28 de Septiembre de 1830 y se ordena el 24 de Septiembre 1837.
ejerce varios apostolados especialmente se dedica a la educación. En 1860 es nombrado
provincial y al año siguiente se encuentra con los tristes sucesos de la desamortización. Es
provincial por 28 años, solo en un periodo (1871-1875), no pudo serlo por enfermedad pero
antes y después ese periodo en adelante fue provincial seguidamente. Envía dos cartas al
padre Pío IX, la primera el 20 de Noviembre de 1861, esta carta contenía la información de
todo lo que había pasado en la desamortización 2 y las peticiones de privilegio de celebrar
misa en cualquier parte, para disculparse por haberse dejado engañar por el gobierno y
firmar la despropiciación; pensaba el padre, iba a ser excomulgado, pero el papa entendió
por que lo hizo. La respuesta a esta carta fue inmediata de la Santa Sede pero no llego
rápido a las manos del padre Victorino y entonces mandó una segunda en abril de 1863.
Continuo su labor con empeño y cuando la situación se vió en mejores condiciones
participó en la recuperación de la provincia, como en la compra del convento de la
Candelaria (1875). Pidió intensamente refuerzos españoles hasta que finalmente en 1889
2
Un informe muy completo copiado en el libro memorias biográficas de la Provincia de la
Candelaria del padre Rubén Buitrago, paginas de la 597 a la 602.
8. recibió con mucho agrado al padre Ezequiel Moreno y otros restauradores y entrego a este
el priorato. Muere el 10 de julio de 1895 cuando tenia 82 años.
CRONOLOGÍA
1688. Da sus primeros frutos el noviciado del Desierto de la Candelaria.
1759. Se reciben los curatos de Medina y de Chámeza.
1767. Fueron expulsados del territorio nacional los Padres Jesuitas. La corona encomendó a
nuestra comunidad los pueblos que ellos atendían en la región de Meta.
1810. Grito de la Independencia en Colombia. Se cortan las comunicaciones con España y
por ende con la curia general.
1821. Se extinguen los conventos menores a causa de los decretos de los nuevos dirigentes
de la República: quedan prácticamente el colegio de Bogotá y el Desierto de la Candelaria.
Se empeora la situación de la Provincia.
1861 se proclaman los decretos de Tuición y Desamortización de los bienes de “manos
muertas”. Los religiosos son arrojados de sus conventos y los bienes confiscados por el
Estado. Algunos religiosos son desterrados del país. La provincia agoniza. Es sostenida por
el P. provincial Fr. Victorino Rocha y por un grupo de religiosos que con el mantienen
contacto.
1876. Viaja a Roma el P. Nepomuceno Bustamante de San José, enviado por sus hermanos
de habito, con el fin de obtener de a Santa Sede algunas gracias para la agonizante
provincia y conseguir en España algunos religiosos lectores, a fin de reabrir el noviciado y
casa de estudios. Consigue las gracias de Santa Sede pero no los religiosos.
1883 En el mes de Febrero se celebro en la Sede del delgado apostólico un capitulo y en el
se nombró provincial al P. Fr. Victorino Rocha, nombrando se a demás los definidores y los
Aditos.
1884. Vuelve a España el Padre Nepomuceno y consigue que se envié un Visitador
General. Este visitador fue el P. Fr. Enrique Pérez. Vino en el mes de Agosto y estuvo más
o menos un año.
1888. En el mes de Agosto se organiza la primera misión restauradora de la Provincia,
compuesta de siete religiosos que envía la Provincia de San Nicolás. Viene presidida por el
P. fr. Ezequiel Moreno y Días de la Virgen del Rosario. El 17 de diciembre llega dicha
misión a Barranquilla.
BIBLIOGRAFÍA
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4. Lerner ltda.: Bogotá,1986 p207
BUITRAGO Rubén, fr. Memorias Biográficas de la Provincia De la Candelaria
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AYAPE Eugenio fr. Fundaciones y noticias de la provincia de la Candelaria TI. Lumen
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CARDONA Carlos, fr. Agusrinismo 20 lecciones 3ra ed. Kimpres: Bogotá, 2003 p.
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MARTINEZ Ángel. Historia de los Agustinos Recoletos T I, desde los orígenes hasta el
siglo XIX. Augustinus: Madrid.1995 p. 623-674
Historia de Colombia. Salvat: Bogotá, 1988