1. BOGOTÁ CIUDAD DE NIÑOS,
NIÑAS Y ADOLESCENTES
CUENTOS ELABORADOS EN EL MARCO
DEL PROCESO DE RENDICIÓN
PÚBLICA DE CUENTAS, 2011
2. BOGOTÁ CIUDAD DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
CUENTOS ELABORADOS EN EL MARCO DEL PROCESO
DE RENDICIÓN PÚBLICA DE CUENTAS, 2011
Clara Eugenia López Obregón
Alcaldesa Mayor de Bogotá (D)
Inés Elvira Roldán Pardo
Secretaría Distrital de Integración Social
Maribel Monroy Delgado
Subdirectora para la Infancia
Gloria Mercedes Carrasco Ramirez
Asesora Subdirección para la Infancia
Elaborados por:
José Ignacio Galeano Borda
Norma Liliana Martin García
Nancy Valderrama Castiblanco
María del Pilar Méndez Ramos
Emily Johana Quevedo Pinzón
Aportes y ajustes a los documentos:
Gloria Mercedes Carrasco Ramírez
Margarita Montenegro Álvarez
Astrid Cáceres Cárdenas
Alejandro Baquero Sierra
Gloria Ochoa Parra
Maureen Rodríguez Pabón
Equipo Técnico Subdirección para la Infancia
Willer Giagrekudo Achanza
Coordinador Jardín Infantil Huitoto Makade Tinikana
Diagramación, Ilustración e Impresión:
Procesos Digitales Ltda.
www.procesosdigitales.com.co
Convenio 3804 de 2011 Para el Fortalecimiento de la Política Pública
de Infancia y Adolescencia y de la Atención Integral a la Primera
Infancia.
Bogotá 2011
3. A
ry Silvestre pasa sus momentos de juego en una casa alta encima de un gran
Canangucho . Todas las mañanas antes de salir el sol sube hasta el gran guardián,
un frondoso árbol y al despertar del gran astro, va a bañarse al rio Caquetá muy
temprano, porque el origen de su clan le ordena que el agua debe limpiar el cuerpo antes
de que los animales se levanten, de esa manera el agua está calmada, fresca y sobre todo
con mucha magia puesto que tiene toda la herencia de Moo Buinaima .
“Salta, salta, rápido que sale el sol y no podemos estar aquí para cuando eso pase, salta,
salta que no pasa nada, apúrale, ya es hora, escucha las ranas, empiezan a cantar están
anunciando el nacimiento del sol, si no llegamos a tiempo a la maloka el Mooma va a
pedirle a las guacamayas que no hablen con nosotros y sería muy aburrido. ¿Te imaginas
andar por entre la selva sin el canto de estas Yotoros (urracas), luego con quién jugamos?
Dale rápido, no tengas miedo, salta que no va a pasar nada, me decía Ary cuando estába-
mos brincando entre los árboles.
Ary insistía en darme confianza diciéndome que no había nada de malo en saltar del
canangucho, que podía irme cogiendo de los diferentes bejucos que estaban alrededor del
El canangucho es una palma de vida solitaria que crece en el Amazonas, a las riveras de los ríos, da unos
frutos deliciosos y muy nutritivos.
Ser creador o Dios mayor del Pueblo Huitoto.
Los moomas es el nombre utilizado en los pueblos indígenas del Amazonas para llamar a los abuelos más
sabios del pueblo.
4. árbol. Luego de mucho pensarlo y de soñar con que esas ramitas eran lazos fuertes que me iban a permitir
bajar de semejante altura empecé a descender del canangucho. Cuando ya estaba a punto de poner un pie
sobre el suelo Ary,
me tomó del brazo y antes de que pudiera fijar mis pies en la tierra salimos corriendo.
Ary sólo decía: - Debemos llegar al rio antes de que el Picón (tucán) levante el vuelo.
Corrimos y corrimos y no dudamos en saltar cuando vimos el rio.
Ary decía:
- Pareces un delfín, no me imaginé que nadarás tanto, te diviertes mucho más en el agua que entre las
alturas.
Seguí señalando con el dedo: - Este es Ary, esta soy yo y estos son los picones (tucanes) y los delfines.
La profesora me dijo que el dibujo era muy bonito, pero que debía pintar solamente lo que había vivido en
vacaciones, al parecer no me creyó.
Aunque le insistí, me dijo:
- Preciosa, termina tu dibujo que ya casi hay que ir a almorzar.
En ese justo instante y para mi sorpresa, Ary entró por la puerta del salón, venía acompañado de su mamá,
vestido tal cual yo lo recordaba, parecía un pequeño jaguar asustado. Traía consigo una Matiri (mochila) a la que
se aferraba con fuerza. Mientras avanzaban con pequeños pasos al interior del salón, Ary le preguntaba a su
mamá:
- ¿Dónde están los árboles y el río?, ¿dónde vamos a aprender cosas y a jugar? Aquí solo hay grandes
cuevas.
La mamá un poco preocupada al darse cuenta que ese lugar era muy diferente al que su hijo
estaba acostumbrado, confía en que la maestra va a lograr conocer la particularidad de su hijo y
crear un ambiente para hacer que él se sienta en un lugar cercano a los que siempre ha estado.
Ary me ve y corre hacia mí y me da un fuerte abrazo, comienza a sacar de su mochila sus
juguetes favoritos: piedras, semillas y una rana de madera, que es su eterna compañía. Tam-
bién le di un fuerte abrazo. Ahora soy yo la que le cuento qué se hace aquí y qué lugares po-
demos recorrer, le muestro el parque, la cocina, la sala materna, los juguetes y la arenera.
Ary sube y baja las cejas, mueve la cabeza haciendo gestos de desconcierto y me dice:
- ¿Qué son todas estas cosas tan raras? ¿Esta es una selva distinta? Hay más que en
la mía. ¿Qué haces aquí? ¿A qué hora empezamos a jugar?
5.
6.
7. Yo lo miro, me acerco a su oído y le digo en voz baja:
- Ary que cosa contigo, te dije que las vacaciones se acabaron….vamos al salón a la clase con la profe.
Al entrar al salón Duvan, le dice:
- ¿Por qué vienes disfrazado?
Ary lo mira y luego pone sus ojos en mí buscando respuestas.
-Ary no viene disfrazado Duvan, él está vestido de uno de los animales sagrados de la chorrera Amazónica,
el vivía allí.
Duvan me mira y decide ir a sentarse en una de las sillas del salón.
Luego, Ary y yo nos sentamos también en dos sillas ubicadas al lado de una mesa, la maestra se acerca a
mí diciéndome:
- Creo que tu dibujo si contaba todo lo que viviste en vacaciones.
Luego, un poco temblorosa se dirigió a Ary y le dijo: - Bienvenido al jardín.
Los gestos de la maestra indicaban que estaba un poco asustada, ahora el jaguarcito asustado
parecía ser ella.
Para finalizar el día, entonamos la canción “pimpón es un muñeco”, mientras todos cantábamos y aplaudía-
mos, Ary nos miraba e intentaba repetir la canción, sin embargo era muy rápida y no conocía todas las pa-
labras. Luego, la profesora nos recordó que en días anteriores iniciamos la escritura de una carta para el día
de la madre y que hoy debíamos terminarla. Así que nos entregó las cartas y los marcadores para continuar
escribiendo. La idea le gustó tanto a Ary que comenzó a buscar de puesto en puesto muchos colores para
pintarse su cara, pero no encontró lo que buscaba. La profesora al verlo le dice:
- Ary, quédate en tu puesto, los colores no son para rayarte la cara, son para escribir en la hoja, y por
favor usa un sólo color, así se entiende mejor lo que quieres escribir.
Ary la mira y con un gran grito le dice:
-Iñe necesito muchos colores, así se escribe y si no, ¡no queda bien!-.
A lo que la profesora dice:
- Está bien Ary, pero recuerda que queda poco tiempo para que cada uno le “lea” a sus
compañeros lo que escribieron.
Iñe: Significa No en la lengua Huioto.
8. Al llegar el turno de Ary él se levanta y muestra el dibujo de su cara, con un maquillaje colorido, con muchas
escrituras, los demás niños, niñas y la profe miran con mucha sorpresa, y ella le dice:
- Ary, eso no es escribir, ¿no sabes escribir?,
Ary la mira confundido y le dice:
- Esto fue lo que escribí, acá está escrita la leyenda de la guacamaya, que pintamos en nuestra cara cuando
vamos a danzar en el tiempo del Humari o la fiesta del tablón (fiesta de la luna llena), la líneas verdes son las
plantas de mi territorio y las de colores son las plumas de los animales que viven en él. Y uno se lo pinta para
decir que está muy triste porque la guacamaya fue cazada por unos hombres malos.
Al escucharlo la profesora le dice:
- Ary, la idea era escribirle algo a la mamá, este dibujo lo podemos dejar para otro día.
Ary no entiende y me dice:
-Esto le gusta mucho a mi mama, lo danzábamos en luna llena y eso la ponía muy feliz.
La primera en llegar a recoger a su hijo fue Wayra, la mamá de Ary. Apenas la vió se lanzó a sus brazos,
como trepándose a un bejuco. Ella lo alzó, le dio un beso en la frente, segundos después llega mi mami y juntos
nos vamos a casa.
Durante el camino Ary se queda callado, sus ojos dejan de brillar y solo miran hacia el piso. Wayra deja de
hablar con mi mami y le pregunta a Ary:
-¿Qué hiciste hoy?,
Ary levanta su cara y le dice: - Los niños y las niñas cantaron una canción, luego escribimos... bueno, ellos le
escribieron a sus mamás ¡yo no! Mamá, no entendiendo - Ary continúa. - No sé cómo se escribe aquí y no se
cantar aquí, quiero volver al Amazonas, al río, a danzar en el Humari y a pintar mi cara.
Wayra queda muy preocupada al escuchar a su hijo. Al llegar a mi casa ellos se alejan, yo me quedo
preocupada por Ary, tal vez no la pasó tan bien como yo cuando fui al Amazonas.
Al día siguiente esperé al lado de la puerta del salón a Ary, pero no llegaba, para mi pasó mucho
tiempo y llegué a pensar que no volvería, hasta que vi pasar por el pasillo de en frente a Wayra,
quien buscó a la profesora. Así que decidí seguirlas para saber qué había pasado con Ary, ellas
entraron al salón de la coordinadora y yo me quedé afuera escuchando:
- Profe, mi hijo está un poco triste, no quiere venir al jardín.
La profesora le contesta:
- Pasarán algunos días mientras él aprende a hacer lo que hacemos aquí y luego, le va
a gustar, pero le tomará tiempo, ahora está en Bogotá.
9. Wayra sale del salón, me ve y me saluda, me peina con sus dedos el cabello, me da un beso en la mejilla y
me dice:
- Ary está en el baño, ya viene.
Wayra sale mucho más preocupada de lo que llegó, puesto que su hijo no piensa en cosas raras sino en todo
aquello que le enseñaron sus abuelos en el Amazonas.
El domingo, luego de dos semanas de Ary en el jardín nos encontramos con él y su mamá en el Parque Nacional.
Noté que Ary tenía una sonrisa especial, lo veía luminoso como si estuviera sumergido en el rio Caquetá, bañán-
dose antes del despertar de los animales, volvía a ser el mismo Ary de siempre. Así que le pregunté qué había
pasado. El me cuenta que una noche, luego de muchos días de ir al jardín y de estar aburrido, decidió buscar en sus
sueños al abuelo Felix , en busca de ayuda y para pedirle que por favor se lo lleve para el Amazonas otra vez.
10.
11. Pero el abuelo lo que hizo fue proponerle otra cosa:
-Que tal si le mostramos a tu profesora lo que sabes, tal vez ella lo desconoce. Ella es linda y sabe muchas
cosas, dale estas piedras mañana, en ellas viven los espíritus de la alegría y de la escucha, se las darás justo
cuando el sol esté en el centro del cielo. Toma su mano, ponlas en ella y ciérrala con la tuya, diciéndole que las
debe guardar.
El lunes Ary y yo esperamos el momento en que el sol estuviese en el centro del cielo y lo acompañé a en-
tregarle las piedras a la profe. En ese justo instante ella desaparece, nosotros no sabíamos que hacer y salimos
corriendo…
Después el abuelo nos contó que la profe apareció sentada en una piedra al lado de él, rodeada de árboles
gigantes, que parecían ser parte del cielo, al fondo murmullos de animales que correteaban y volaban entre las
ramas. El abuelo la saluda:
- Ituomo -
La maestra no entendía, el miedo le subió por las piernas hasta llegarle al corazón, pero aquel sentimiento se
desvaneció al sentir la mano del abuelo en su hombro, la guió por la selva, juntos cantaron, bailaron, leyeron las
estrellas, escribieron en la arena, sembraron, se pintaron la cara con los frutos de los árboles y se vistieron de
jaguar.
Como en el jardín no estaba la maestra, Ary y yo nos pusimos a jugar con los demás niños, él nos enseñó
canciones, la danza del jaguar, la del delfín, la mariposa y tejidos de araña. Todos estábamos felices con todas las
cosas nuevas que Ary nos ensenó. En plena danza de la mariposa entró la profe al salón y se unió al baile. Fue el
primer día de muchos otros que iban a ser diferentes en el jardín, porque la profe comenzó a escuchar a Ary
con atención y compresión.
Felix Giagrekudo es el abuelo sabedor de consejo de palabra y danza, en el jardín Makade Tinikana
del pueblo Huitoto, este mayor guía, acompaña y orienta el proceso de aprendizaje de los niños y niñas
de los niveles Urue Cacade (niño o niña que escucha, entre 2 y 3 años), Urue Onode (niño o niña que
aprende entre los 3 y4 años) y Urue Nana Onode (niño o niña que conoce y práctica todo entre 4 y 5
años).
Saludo Huitoto: que significa ¿Ustedes están? Se Saluda así porque dentro del pensamiento ancestral
de la comunidad Huitoto se piensa que el espíritu y el cuerpo andan separados y para poder estar en un
sitio o conversando con alguien, tiene que estar el espíritu y el cuerpo juntos.
12. Ahora la que soñaba con el abuelo Felix era la profe y uno de esos sueños se hizo realidad, ella decidió construir
un jardín indígena para los niños y niñas de la ciudad que pertenecieran a los pueblos y comunidades de estas etnias.
Ary está feliz, porque el Abuelo Felix y la Abuela Eufrasia visitan el jardín y no solo están en sus sueños,
ahora canta, baila, pinta, se viste de delfín y aprende de su cultura y de sus ancestros.
Durante 2009 la SDIS desarrolló un modelo de atención diferencial a la primera infancia perteneciente a comunidades
indígenas buscando preservar, recuperar y fortalecer el acervo cultural de los pueblos indígenas que residen en la ciudad,
así como propiciar el diálogo con la cultura del territorio en donde estas comunidades se encuentran, a través de escenarios
educativos que revivan las prácticas propias de su pensamiento ancestral. Gracias a la naturaleza participativa del proceso y
a los acuerdos definidos en el año 2010 seis jardines infantiles indígenas iniciaron su funcionamiento en las localidades de
Bosa, Jardín Uba Rhua (Espíritu de la Semilla) del Pueblo Muisca; Engativá, Jardín Wawakunapak Yachahuna Wasi (Casa
de Aprendizaje de Niños) del pueblo Kichwa; Suba, Güe AtíquÍb (Casa de niños) del Pueblo Muisca; Santa Fe, Candelaria,
Jardín Makade Tinikana (Caminar Caminado) del Pueblo Huitoto; y en Usme, Jardín Semillas Ambiká Pijao del Pueblo
Pijao.
La Abuela Eufrasia Herrera es la sabedora de Arrullos y Masajes Ancestrales, en el jardín Makade Tinikana del pueblo
Huitoto, esta mayor guía, acompaña y orienta el proceso de aprendizaje de los niños y niñas de los niveles Na+ Urue (niños
y niñas de brazos que comienzan a gatear, entre los 0 - 1 año.) y Urue Makade (niño o niña que camina, entre 1 - 2 años).
inikana
Makade T