El proyecto piloto entregó 6,400 cocinas de inducción y 3,200 juegos de ollas y sartenes a 3,200 familias en provincias fronterizas del norte para promover la eficiencia energética, reducir la contaminación y cambiar la matriz energética para la cocción. Los resultados mostraron un incremento del 43% en el consumo de energía eléctrica, lo que equivale a ahorrar el uso de 1,700 cilindros de gas al mes.