RETO MES DE ABRIL .............................docx
!!ESTAMOS UM POCO VERDES!! HAY QUE CAMBIAR DECOLO
1. Sonia Casado Jurado.
¡¡ESTAMOS UN POCO VERDES!! HAY QUE CAMBIAR DE COLOR
C.E.I.P. Miguel Servet ( Balerma) Almería
RESUMEN. ¡Estamos un poco verdes!, esa es la primera expresión que me
viene a la cabeza cuando pienso en los primeros años de trabajo como
maestra. Se suele decir cuando algo todavía no ha madurado, o no se ha
aprendido lo suficiente en esa materia, ¿ verdad?, pues creo que este es el
mismo caso.
Cuando llegamos al centro no se puede decir que no traigamos cosas
aprendidas, pero nos quedan muchísimas por aprender, y sobre todo, del día a
día, de la realidad de las aulas, de las vidas de los niños y niñas, de los padres,
familias en su conjunto, compañeros de trabajo, etc..., no depende todo de
nosotros mismos, sino que debemos tener presente todo lo que nos rodea.
No todo se soluciona con lo que nos enseñan en la carrera, cuando
estamos en
“ el campo de batalla” , en ocasiones no sabemos cómo actuar, o no lo
hacemos de la manera que pretendemos y por consiguiente empezamos a
crearnos contradicciones nosotros mismos que nos hacen que no disfrutemos
de la enseñanza como siempre habíamos soñado.
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2. Eso es lo que yo cuento a continuación, como me sentía cuando llegué,
mis primeras sensaciones, incertidumbres y mis primeros pasos para comenzar
a madurar mis ideas y poder ...¡ cambiar de color!
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3. Texto
El colegio en el que trabajo está situado en la zona del poniente
almeriense, Balerma, zona en la cual hay un número de inmigración relevante.
Este es mi tercer curso trabajando, cuando entré en el centro me
asignaron el aula de 3 años y ahora estoy en el aula de 5 años, aún con los
mismos alumnos / as.
Ahora las cosas “ van sobre ruedas” se podría decir, pero el primer curso
aparecen demasiadas dudas, incertidumbres, falta de confianza, etc....
Llegas al centro con muchas ilusiones y muchas ganas de trabajar, el
primer reto fue enfrentarme a niños / as de 3 años de edad, y algunos ni
eso....durante las prácticas de magisterio coincidió que los dos cursos estuve
con niños/as de 5 años , había aprendido mucho, pero no tenía nada que ver
con los niños / as que entran por primera vez a la escuela.
Este hecho fue el primero que no entendía demasiado bien, se supone
que los niños / as de 3 años son los más difíciles de llevar, las familias están
igual de asustadas que los niños o incluso más y necesitan saberlo todo (como
es normal) y en vez de tener todos estos datos en cuenta a la hora de la
asignación de clases se elige por antigüedad en el centro, por puntuación ,
pero no por experiencia, sobre todo para cursos tan concretos. Así que ahí
estaba yo...intentando hacer las cosas lo mejor posible tanto con los niños
como con los padres, pero iban pasando los meses y cada día me sentía más
insatisfecha con mi trabajo, ¡ toda la vida soñando con este momento y ahora
no me siento bien!
¿ Qué me ocurría? ¿ Por qué tenía esa sensación constante?
En la Universidad nos enseñan las etapas del desarrollo psicológico del
niño, psicomotor, la organización de un centro, las diferencias entre una
perspectiva de la enseñanza práctica y la técnica, cómo organizar una clase,
agrupamientos, ... y bastantes cosas más, que yo las veo imprescindibles la
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4. mayoría, pero que también creo que no todo se debería ceñir solo a la teoría,
sino que te pueden contar lo perfecto, lo ideal, pero también la realidad del
aula, que no solo dependen las cosas de ti, que no basta solamente con saber
qué hay que hacer, sino que lo complicado es ¿saber cómo hay que hacerlo?
Junto con 25 niños y niñas con los que compartes tu espacio de trabajo, que la
mayoría de las cosas que tu tengas pensadas no van a depender solo de ti sino
de los alumnos/as, del número de niños y niñas, del nivel sociocultural que
tengan, del nivel escolar, de su forma de ser, etc..., en definitiva, ¡ Que no es
tan fácil!
1. ¿ Por qué todo lo estudiado en nuestra preparación en
magisterio está tan alejado de la realidad del aula?
2. ¿ Por qué todas aquellas ideas que siempre has defendido,
ahora no se cumplen, no porque no se quiera, sino porque no se sabe
cómo hacerlo ?
Estas preguntas que yo he mencionado, con todo lo que conlleva eran
las que hacían que no me sintiera plena con mi trabajo. Para poder superar
esta etapa, mi mejor solución fue hacer un pequeño trabajo de investigación a
raíz de un curso sobre “Investigación escolar” que realicé en la Universidad de
Almería.
Este curso me dio unas pequeñas nociones de ¿ qué es investigación
escolar? ¿ como se hace? ¿ herramientas?¿ evaluación? y sobre todo recibí
asesoramiento, por parte de una profesora de la Universidad para poder
emprender dicho camino.
El asesor, tiene la función de coordinar los esfuerzos de la escuela y
orientar en la identificación de la problemática definida por los propios actores
del proceso y sus posibles vías de análisis ( Rodríguez, 1995)
Poco se conoce sobre las perspectivas específicas que tienen los
formadores que han participado como asesores externos de un colectivo
profesional, si bien hay muchos textos prescriptivos sobre el papel del asesor o
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5. sobre las problemáticas básicas de esta modalidad formativa ( Hernández,
1994; López y Muñoz, 1994; Ventura, 1994; Yus,1993; Escudero, 1992;
Imbernón, 1993).
Por la forma en que los asesores definen su práctica y el sentido que
dan a su actuación puede concluirse que el asesoramiento no es tan sólo un
mecanismo de la Administración para garantizar que las escuelas cumplan con
las políticas curriculares de la Reforma. Los asesoramientos no pueden verse
tan sólo como una modalidad formativa que la administración ha “ fagocitado”.
Los asesores no son, en este sentido, simples reproductores de filosofía y
lenguaje de la Administración, o un instrumento de control ( Golby y Fish,
1990), sino intérpretes privilegiados de las políticas de reforma que, dada su
formación y experiencia, dan un sentido particular a su colaboración con los
claustros. En este sentido, el asesoramiento puede ser visto como una vía para
el cambio de ideas sobre la enseñanza y el aprendizaje de loa alumnos y una
posibilidad para lograr mejores sitios para la formación de los adultos que ahí
conviven ( Graciela Cordero Arroyo, 2002.)
Después de dejar clara la figura del asesor, comienzo a redactar cómo
realicé el trabajo.
Primero tuve que decidir que tipo de investigación quería realizar, tenía
claro que lo que quería mejorar era mi propia práctica docente así que para ello
lo mejor fue hacerlo mediante la “investigación-acción”, que según J.
McKernan se define como “ el proceso de reflexión por el cual en un área-
problema determinada, donde se desea mejorar la práctica o la comprensión
personal, el profesional en ejercicio lleva a cabo un estudio- en primer lugar,
para definir con claridad el problema; en segundo lugar, para especificar un
plan de acción- que incluye un examen de hipótesis por la aplicación de la
acción al problema. Luego se emprende una evaluación para comprobar y
establecer la efectividad de la acción tomada. Por último, los participantes
reflexionan, explican los progresos y comunican estos resultados a la
comunidad de investigadores de la acción. La investigación-acción es un
estudio científico autorreflexivo de los profesionales para mejorar la práctica.”
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6. Después de tener claro que esta iba a ser la forma de llevar a cabo la
investigación, debía de centrarme en cuál iba a ser el tema de la misma, algo
complicado cuando tienes tantas dudas. Para ello comencé a leerme mi diario
de clase, analicé y posteriormente categoricé cuales eran mis mayores
preocupaciones, para centrarme en un tema en concreto ( no se puede abarcar
con todo a la vez).
El objetivo general de mi planteamiento de trabajo giró en torno a la
organización del aula, para ello pretendía mejorar:
• La vida de grupo.
• El uso de los espacios. En relación con el
aprendizaje.
• El uso de los tiempos.
a) En cuanto a la vida en grupo:
Los objetivos o principios que pretendía fomentar respecto a este tema
eran los siguientes:
• Fomentar el interés por conocer el origen y la
variedad que conforman las familias de sus propios
compañeros/as.
• Valorar la importancia de la ayuda de los demás,
tanto en lo relacionado con la ayuda material como sentimental. “
Importancia de la amistad”
• Respetar los gustos de nuestros compañeros/as y
buscar “ fórmulas”- “soluciones” para que todos estemos
contentos.
b) En cuanto al uso de los espacios y el tiempo:
• Organización de los rincones del aula.
• Actividades propuestas en cada uno de ellos.
• Tiempo dedicado al trabajo en rincones.
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7. Aunque la idea de que los niños / as pasen un tiempo en los rincones
del aula está bastante clara en las mentes de las maestras / maestros de
Educación Infantil, no sabía cómo organizar la misma para poder tener más de
dos rincones, y la funcionalidad que le estaba dando no era la que yo
realmente quería. Los niños / as acudían a los rincones en “los tiempos
muertos”, es decir, los que acababan el trabajo planteado podían ir, de forma
que lo que estaba programado eran las actividades, pero no había un tiempo
específico para que todos los niños / as acudieran a dichos rincones.
¿Es que solo tienen derecho a ir a los rincones los que terminan
antes? ¿ y que pasa con los demás? Qué hay de todas esas cualidades
que propician los rincones, todo aquello de “ la socialización, la mejora
de la autonomía, la propia investigación, ....”
¿Es que no hay que trabajar todo esto con todos los alumnos / as
por igual? La respuesta a esta pregunta claramente es un sí, pero si no nos
paramos a analizarlo no nos damos cuenta que muchas veces estamos
haciendo todo lo contrario.
Después de decidir las cuestiones que quería intentar mejorar, realicé
una serie de cambios, actividades o reorganización del espacio y del tiempo, y
probé cómo funcionaban las cosas después de unas semanas. Evalué mis
actuaciones y claro, con algunas estaba más satisfecha que con otras, estos
son fragmentos de las conclusiones sacadas, por ejemplo, respecto a la vida
de grupo, “Al empezar a escucharse unos a otros, se daban cuenta de que
había millones de cosas curiosas que nuestros compañeros/as nos podían
contar ( ¡si los dejamos! ) y fue despertando el interés de los niños/as tanto por
participar en las propias conversaciones, hasta los más tímidos tenían algo que
contar ( ellos mismos levantaban la mano ), como el interés por escuchar. Todo
esto yo lo reforzaba expresando lo contenta que estaba de que esto saliera
bien y los primeros días lo recompensaba, por lo que entre ellos mismos se
llamaban la atención unos a otros para que la cosa saliera bien y yo estuviera
contenta; pero...no siempre salía así, ni sigue saliendo, los primeros días que lo
hicieron bastante bien influyó mucho que faltaron algunos niños/as y al ser el
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8. grupo más reducido, esto se lleva mejor, pero actualmente, lo que no falla son
las ganas con las que llegan al aula de contar cosas, pero sí que hay días que
están más calmados y podemos pasar más tiempo con esta actividad y otros
días que por más que lo intento no hay forma, pero el problema es que antes
cuando se ponían revoltosos cambiaba de actividad y no había ningún
problema, pero ahora cuando hago eso, como tengo a la mitad de la clase con
la mano alzada porque realmente quieren contar algo, se enfadan o se ponen a
llorar, y por más que les explico que los demás no están escuchando, y si es
así para qué van a hablar, no lo entienden y me cuesta hacerlos razonar, o que
si en otro momento del día se puede hacer, así lo haremos.
Así que mi siguiente reto en cuanto a este aspecto es, ¿ cómo conseguir
la forma de que esto no suceda?, y lo de que haya días que están inquietos y
no se pueda realizar la asamblea siempre va a pasar, así que lo que tengo que
hacer es ver la forma para que cuando ocurra esto los demás asuman que no
pasa nada y sigan con la rutina del aula.”
Dos años más tarde, los niños / as han aprendido a levantar la mano, a
escucharse (siempre hay excepciones, claro), a respetar su turno, a tener
muchas ganas de contarse las cosas, es decir, a disfrutar de ese momento.
Pero de todas formas yo he dejado de empeñarme en hacer asamblea todos
los días, así que hay días que jugamos a algún juego en gran grupo y sacamos
conclusiones, otros días introduzco el tema que se va a trabajar, leemos
cuentos, aprendemos poesías, pensamos la organización del día y los
agrupamientos para los rincones, etc...; por lo que el no hacer todos los días lo
mismo, para mi es muy satisfactorio, porque lo que hacen , lo hacen con ilusión
y no porque hay que hacerlo.
Esta es una de las cosas que he ido aprendiendo con el paso del tiempo,
al principio se puede pensar que eso va en contra de trabajar las rutinas, como
se indica en la Educación Infantil, pero yo pienso que no, que sigue siendo una
rutina, pero que admite sus propias variaciones dependiendo de las
circunstancias.
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9. En cuanto a la organización de los rincones, esta fue la reflexión final
que hice después de realizar algunos cambios como poner un horario fijo, “Si
algo tengo en claro, es que me ha costado mucho y todavía no lo consigo
muchas veces, que los niños/as acepten que unos días a unos les toca hacer
una cosa y otro día será a otros, o que primero realicen cierta actividad un
grupo y que los demás sean capaces de esperarse a que sea su turno, sin que
esto conlleve una rabieta, llantos o se sientan “discriminados”, así que teniendo
esto en cuenta creo que el pequeño control que he realizado lo puedo
considerar suficiente a mi situación, en realidad lo que pretendo es verlos
disfrutar y saber que ellos mismos empiezan a ser capaces de organizarse su
trabajo, que aumente su autonomía, etc... y si a lo mejor llego a intentar obligar
a que sigan una pauta de organización, muchos de ellos acabarían enfadados
o haciendo las cosas sin ganas y “para eso ya tengo el momento de realizar la
ficha”...
Viéndolo desde otro punto de vista, puedo pensar, ¿de alguna forma
tendrán que aprender que a veces hay que seguir unas normas y no siempre
se puede hacer lo que se quiere? pues sí es verdad, pero creo que para este
curso ya hemos conseguido bastante, así que me lo plantearé como objetivo
para el curso que viene, aunque sigo pensando que deben de ser capaces de
hacerlo y poder trabajar así en ciertas ocasiones, pero no porque ya sí acepten
mejor esta dinámica voy a dejar de hacer lo que estoy haciendo ahora, y que
haya días que sean ellos los que elijan el rincón y realicen en él lo que les
apetezca, ya que pienso que si se lo damos todo organizado y descrito
estamos cayendo en el mismo error de siempre, que es hacerles hacer lo que
nosotros queremos que hagan y no lo que a ellos se les ocurra o les apetezca .
En este momento, ya que los alumnos / as tienen 5 años, estos
problemas a la hora de realizar los rincones están totalmente solucionados,
teniendo un horario específico para el momento en rincones, aceptan trabajar
en ellos de diferentes formas, ellos eligen en consenso cuales son los rincones
que se pueden ofertar para dicho día y van libremente, no sobrepasando un
número establecido, por ejemplo, en el ordenador no pueden estar más de 3
alumnos / as. Otras veces pensamos los rincones y ellos van eligiendo a cual
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10. quieren ir ese día, y en ocasiones soy yo la que digo en qué rincón me gustaría
que estuviera y le explico el motivo, no me gusta que se dejen ningún rincón de
lado, se conforman, les encanta y se les ve contentos. Pero esto realmente se
consigue con la madurez, creo que intentar hacerlo en edades más tempranas
va casi en “contra de su naturaleza”, por mucho que nosotros nos empeñemos.
Y... bueno, después de este trabajo, hubo ciertos cambios en mi forma
de pensar, comencé a tener más confianza en mí misma y en lo que estaba
haciendo, no solo veía la parte negativa de las cosas, sino que aunque la
tuviera también tenían su parte positiva, pero sobre todo me sirvió para darme
cuenta de que mediante la investigación-acción es la forma que una persona
con ganas de trabajar puede ir mejorando su práctica, una investigación que
requiere ir compartiendo experiencias con compañeras/os que tengan tus
mismas inquietudes, problemas parecidos y ganas de mejorar.
Así que llegada a esa conclusión, ese fue mi siguiente paso, formar un
grupo de trabajo junto con gente que tenía dudas parecidas y ganas de
trabajar, no fue un grupo muy amplio, solo cinco personas,( cuatro de nosotras
maestras con poca experiencia y una profesora de la Universidad de Almería,
del departamento de Didáctica, la cual nos va asesorando en nuestro camino)
pero lo importante es que en seguida tuvimos confianza, compartíamos
experiencias, analizábamos los diarios de forma conjunta, categorizábamos las
preocupaciones principales del grupo y finalmente cada una se centró en lo que
más le interesaba o preocupara y hacer un estudio más concreto.
Este año hemos continuado como grupo pero esta vez, después de
extraer algunas cuestiones de la propia práctica, nos hemos centrado en un
tema
“ La diversidad en el aula”.
Yo he encontrado la forma de sentirme bien con mi trabajo, creo que
para la gente que está empezando le es muy gratificante, además de tener la
oportunidad de seguir, o por lo menos intentar mejorar, la práctica docente.
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Bibliografía
“ Investigación- acción y currículo”. James Mc KERNAN. Ediciones
Morata, S. L. 2001.
“ La investigación educativa como herramienta de formación del
profesorado”. Reflexión y experiencias de investigación educativa. F.
Imbernón ( coord..), M.J. Alonso, M. Arandia, I. Cases, G. Cordero, I.
Fernández Fernández, A. Revenga, P. Ruiz de Gauna. Editorial Graó, 2002.
HERNÁNDEZ, F. ( 1991): “ El asesor en la educación”. Cuadernos de
Pedagogía, n.191, pp 82-84.
( 1992): “ La construcción del saber del asesor” .Currículo, n.5, pp. 49-67.
( 1994) : “ El asesor escolar. El estado de la cuestión”. Cuadernos de
Pedagogía, n. 226, pp.72-73.
“ Investigar en la escuela: elementos para una enseñanza
alternativa”. P. Cañal, A.I. Lledó, F.J. Pozuelos...: Editorial Diada