Jack aceptó pasar la noche en un castillo embrujado a cambio de oro y la mano de la hija de un labrador. Durante la noche, jugó al fútbol con tres fantasmas que resultaron ser el padre, abuelo y bisabuelo del labrador. Los fantasmas le pidieron que el labrador pagara las deudas que tenían en vida a cambio de descansar en paz. Jack se casó con la hija del labrador después de que este pagara las deudas.