378.7281
R114
Rabe Rendón, Byron Alfredo
El movimiento que transformó la Facultad de Arquitectura. CRA.
Guatemala: Facultad de Arquitectura, DIFA, USAC, 2022.
430 p. ; 25.4 cm
ISBN
1. Educación superior 2.Historia de la Facultad de Arquitectura 3. Desarrollo académico
4. Plan de Estudios de Arquitectura 5. Modelos educativos. 6. Movimientos estudiantiles.
Agradecimiento
A las Maestras Amanda López, Diana Rosales, Ingrid Molina y miembros del Archivo General de la USAC que
facilitaron el acceso a la información. A mi hija Karla por su tesonero trabajo y dedicación en el diseño, diagra-
mación e impresión. A quienes proporcionaron fotografías, mención especial a las históricas imágenes de Jorge
Rousselin y a las obtenidas del archivo de Oscar Eduardo Barillas por conducto del Dr. Edgar Barillas, así como
las valiosas caricaturas de Ramiro García (†) y Sergio Duarte. A quienes ayudaron a identificar a las personas
en las fotografías. A los entrevistados (todos identificados al final del libro) que me permitieron complementar
la información documental obtenida y, a todos aquellos que de una forma u otra, aportaron a este proceso.
Dirección de Investigación de la Facultad de Arquitectura
Universidad de San Carlos de Guatemala
Dr. Arq. Byron Alfredo Rabe Rendón
2022
El movimiento que transformó
la Facultad de Arquitectura.
CRA
Contenido
Presentación 1
Introducción 11
01. Antecedentes 19
El origen 21
Fundación de la Facultad 25
Inician los años sesenta 29
Los Estudios Generales 31
Se suspenden los Estudios Generales 36
Los acomodos urgentes 40
02. Preámbulo 49
El nuevo contexto universitario 50
El escenario interno 52
El cerco político académico 55
Un acelerante para el rompimiento 59
Un plan de cambio acompaña la toma del edificio 65
El espaldarazo del Consejo Superior Universitario 70
Las causas del rompimiento 72
03. Un vehemente inicio 79
La instalación del CRA 82
Renuncia el Decano 91
Reacciones ante el rechazo de la renuncia 95
La búsqueda del retorno a la normalidad 104
La toma de rectoría y el cambio de decisión 107
La negativa ante otra decisión del CSU 110
Rechazo a la exhortación de renuncia 113
Entre estira y encoge 115
04. Las Propuestas 119
El Proyecto de Reestructuración de Arquitectura 124
Reinician las clases y el movimiento avanza 128
El CSU aprueba el Plan de Estudios 132
El modelo de autogobierno 134
El Plan de Estudios 1972 137
05. Acciones para consolidar el CRA 149
El inicio del nuevo Plan se retrasa 151
Dificultosas convocatorias a elecciones 153
Dos permisos que aturden 156
Una cuestionada evaluación docente 157
Sustitución de los cuadros docentes 166
Cambio de la directiva del Claustro 169
El bloqueo de las elecciones 171
Se cierra el cerco 176
06. La desintegración 181
La decisión sobre el sistema de gobierno 183
Reclamos, anulaciones y renuncias 188
El CSU toma el control de la Facultad 190
Insatisfacciones y alternativa 192
07. La intervención 197
Asume la Comisión de Dirección y Administración 198
Los permisos de los catedráticos titulares 203
Nuevos cambios a nivel nacional y universitario 205
La purga de los catedráticos titulares 207
Reorganización académica 210
Las nuevas elecciones 213
Con el camino despejado 218
08. Retomando el rumbo 223
Tábano 226
Inicia la nueva gestión 231
La Unidad Técnico-Académica de Arquitectura 235
Reacondicionamiento del currículo 236
Nuevas contradicciones 239
09. Fisuras en el nuevo paradigma 247
La renuncia del Consejo de Facultad 248
Primer CONEVAL 256
Los reclamos estudiantiles 266
Un paradigma en crisis 269
10. El sismo abrió una senda alterna 275
Las primeras acciones de Arquitectura 278
El Plan de integración Académica 1976 281
Las dificultades para implementar el PIA 76 283
El Plan de Integración para el segundo semestre 286
Exigencias y tambaleos 290
Las grietas que dejó el sismo 292
11. Discordia y desencanto 299
Los conflictos internos se incrementan 300
El rompimiento con la línea directiva del CRA 302
El desmantelamiento de la base del CRA 306
El modelo transformador se desploma 307
12. Postrimerías de una época 313
Recurso de Amparo 315
La opinión de otros actores 319
Investigación y dictamen de la Comisión 321
Una cruda realidad 325
Hacia el final de una difícil gestión 327
La segunda purga y sus consecuencias 333
13. Escenarios inciertos 339
Las nuevas vinculaciones de Tábano 342
Asumen nuevas autoridades 344
La represión se intensifica 345
Un oscuro panorama 347
14. El afán por la reestructura 351
Asume el Decano para el período 1979-1982 353
La evaluación del CRA 355
El Plan de Trabajo 1979-1983 359
La reforma curricular de 1980 363
Otro frustrado Coneval 366
Un freno al acelerado arranque 368
15. Entre el asedio y la barbarie 373
Inicia otro año de delirio y muerte 374
Tras la Semana Santa no se hizo la calma 375
Unidades Secretas de Autodefensa Estudiantil 377
Las secuelas de una masacre 379
Las resistencias se asfixian 382
16. Del sueño al letargo 387
Una escalada de ausencias, permisos y renuncias 388
La rebelión del Decano 392
Las respuestas del CSU y la Junta Directiva 400
La definitiva salida del Rector 402
El retorno que no llegaría 404
Reflexiones 411
Referencias 422
Bibliografía 424
Entrevistas 429
Índice de Figuras
Figura. 1.1
Inauguración de la Facultad de
Arquitectura, 5 de septiembre de 1958.
Figura 1.2
Arq. Roberto Aycinena, Decano agosto
1958 - marzo 1965.
Figura 1.3
Arq. Jorge Montes Córdova, Decano marzo
1965-mayo 1969.
Figura 1.4
Arq. Carlos Asensio Wunderlich, Decano
1969-1973.
Figura 1.5
Primer Congreso Centroamericano de
Estudiantes de Arquitectura, 1969.
Figura 2.1
Julio Fonseca, representante estudiantil
ante el CSU 1972.
Figura 2.2
Durante la toma del a Facultad en la
mañana del 22 de abril de 1972.
Figura 2.3
Titular de prensa, toma de la Facultad de
Arquitectura de la USAC. Primera plana de
Diario El Gráfico, abril de 1972.
Figura 2.4
Asamblea General de Estudiantes, 1972.
Figura 2.5
Preparando carteles de protesta. 1972.
Figura 2.6
El entierro de las estructuras, abril de 1972.
Figura 3.1
Acto de instalación del CRA en el Salón de
Actos de Ingeniería. Mayo de 1972.
Figura 3.2
Trabajo de análisis y discusión por un
grupo de estudiantes 1972.
Figura 3.3
Reunión de asesoría al proceso de
renovación curricular. 1972.
Figura 3.4
Asamblea General de Estudiantes para
solicitar la renuncia del decano. Julio de
1972.
Figura 4.1
Grupos de trabajo, 1972.
Figura 4.2
Reuniones de trabajo, 1972.
Figura 4.3
Reunión resolutiva del CRA. 1972.
Figura 4.4
Reunión resolutiva del CRA. 1972.
Figura 4.5
Portada del Proyecto de Reestructuración,
producto del CRA, 1972.
Figura 4.6
Integrantes del directorio del CRA.
Figura 4.7
Reunión en aula. 1972.
Figura 4.8
Red curricular del Plan 1972.
Figura 5.1
Trabajo de procesamiento de información,
1972.
Figura 5.2
En espera del reinicio, 1972.
Figura 5.3
Panfleto de crítica a un precandidato a
decano, 1973. Autor: Sergio Duarte.
Figura 5.4
Profesores y líderes estudiantiles en
proceso de organización.
Figura 5.5
Panfleto de crítica al Claustro de
catedráticos, 1973.
Figura 6.1
Presentación ante el CSU. 1972
Figura 7.1
Reunión de trabajo. 1972
Figura 7.2
Estudiantes reunidos en un salón de dibujo.
Figura 7.3
Plan de Estudios 1972.
Figura 7.4
Arq. Lionel Méndez Dávila, Decano 1974-
1979.
Figura. 8.1
Mural: Los gorilas al zoológico, los
hombres al poder. En Ciudad Universitaria,
zona12.
Figura 8.2
Mural: Estudiante sospecho que te vas
a graduar de explotador. En Ciudad
Universitaria, zona12.
Figura 8.3a
Sección oeste del Mural al interior del
Edificio T2 de la Facultad de Arquitectura.
Figura 8.3b
Sección norte del Mural al interior del
Edificio T2 de la Facultad de Arquitectura.
Figura 8.3c
Sección este del Mural al interior del
Edificio T2 de la Facultad de Arquitectura.
Figura 8.3d
Sección sur del Mural al interior del
Edificio T2 de la Facultad de Arquitectura.
Figura 8.4
Portada y directorio de la Revista Tábano
No. 2, mayo de 1975.
Figura 8.5
Grupo de teatro experimental de
arquitectura, 1973.
Figura 8.6
Organización por niveles para la Unidad
3.2.
Figura 9.1
El reino de la oportunidad, crítica a las
autoridades de la Farusac.
Figura 9.2
La loba, crítica a las autoridades de la
Farusac.
Figura. 9.3
Cartel promocional del Primer Coneval,
programado inicialmente para mayo de
1975.
Figura 9.4a / 9.4b
Primer carnaval, crítica al primer
Congreso de Evaluación de la Facultad de
Arquitectura, Coneval.
Figura 9.5a /9.5b
Primer carnaval. Crítica al primer Coneval.
Figura 9.6a / 9.6b
Primer carnaval. Crítica al primer Coneval.
Figura 9.7a /9.7b
Primer carnaval. Crítica al primer Coneval.
Figura 9.8
Miembros de la constituyente de AEDA,
1975.
Figura 10.1
Un descanso durante las tareas
de descombramiento en Santiago
Sacatepéquez, 1976.
Figura 11.1
Sátira con los personajes que integraban
parte del cuerpo administrativo y
académico de la facultad, la mayoría de
ellos renunció a sus cargos directivo.
Figura 12.1
Asamblea general de estudiantes de
Arquitectura, mayo de 1978.
Figura 12.2
Huelga estudiantil en la Facultad de
Arquitectura, mayo de 1978.
Figura 12.3
Asamblea general de estudiantes de
Arquitectura, mayo de 1978.
Figura 12.4
Asamblea general de estudiantes de
Arquitectura, mayo de 1978.
Figura 12.5
Huelga estudiantil en la Facultad de
Arquitectura, mayo de 1978.
Figura 14.1
Arq. Gilberto Castañeda, Decano 1979-
1980.
Figura 16.1
Mural: Hay un camino que recorrer, la
revolución. En Ciudad Universitaria,
zona12.
Figura 16.2
Mural: No era tras la muerte a lo que
fuimos. !Es tras la vida!
Índice de tablas
Tabla 7.1
Nómina de catedráticos que iniciaron
el ciclo lectivo de 1974 por Áreas de
conocimientos.
Tabla 7.2
Organización por Áreas y Unidades de
conocimiento.
Tabla 7.3
Coordinación Académica a partir de
junio de 1974.
Tabla 8.1
Integrantes de los órganos paritarios
de la Facultad de Arquitectura en
1975.
Tabla 8.2
Nómina de catedráticos de 1975 por
Áreas y Unidades.
Tabla 8.3
Algunas críticas a los actores y el
proceso.
Tabla 10.1
Nómina de catedráticos de 1976 por
Áreas y Unidades.
Tabla 11.1
Descripción cronológica de los hechos
que en 1976 llevaron a las renuncias
de los directivos e interrupción del
proceso.
Tabla 12.1
Nómina de catedráticos y ayudantes
de cátedra de 1977 por Áreas y
Unidades.
Tabla 12.2
Percepción sobre los resultados
académicos del CRA
Tabla 1.1
Opiniones sobre los estudios básicos en la
EEG.
Tabla 2.1
Opiniones sobre las causas que llevaron al
movimiento.
Tabla 3.1
La percepción sobre el tema político
ideológico.
Tabla 4.1
La percepción sobre los aportes sociales del
CRA.
Tabla 4.2
Plan de Estudios 1972 por ciclo,
asignaturas y prerrequisitos.
Tabla 4.3
La percepción sobre los aportes académicos
y las nuevas relaciones.
Tabla 5.1
Catedráticos contratados que iniciaron
el ciclo lectivo de 1972 con el Plan 1969
según materias impartidas y centro
educativo de graduación.
Tabla 5.2
Catedráticos Titulares que iniciaron en
1972 según materias impartidas y centro
educativo de graduación.
Tabla 5.3
Catedráticos contratados en el ciclo
lectivo de 1973 (Planes 69 y 72)según
materias impartidas y centro educativo de
graduación.
Preámbulo 49
Frecuentemente se comete lo que pudiera calificarse de
transgresiones al verdadero sentido del hacer arquitectónico.
Es decir, en busca de logros arquitectónicos no falta quien se
lance desembarazándose de la serie de restricciones lógicas
y necesarias, a montar escenográficos conjuntos, logrando
además de arquitectura bonita, efectos momentáneos, A costa
a veces, de recursos casi inexistentes en países miserables
como los nuestros. 47
La década de los setenta también estaría llena de conflictos y movimientos
políticos y militares en diferentes partes del mundo. Para 1972 Nixon ya
había retirado dos tercios de las tropas norteamericanas de Vietnam, en
1973 se firmarían los Acuerdos de París, pero el conflicto continuaría en
menor intensidad hasta finales de abril de 1975 cuando los comunistas
tomarían Saigón dando fin a la guerra y dejando a los Estados Unidos
derrotado y humillado. 48
El proceso de militarización que vivía el Estado y la sociedad civil tuvo
la particularidad de ser epocal, describía no sólo un fenómeno de
coincidencias geográficas, sino, sobre todo, un estado de época que
encontró su originalidad en los golpes “cívico militares” que irrumpieron
cronológica y sintomáticamente en la primera mitad de la década de 1970.49
En Latinoamérica los golpes militares al Estado comenzaron a registrarse
desde 1964 en Brasil y se extendieron hasta mediados de la década de
1970, marcarían un periodo de grandes transformaciones en la estructura
política y económica de la región. En agosto de 1971 se iniciarían una nueva
serie de golpes de Estado que cambiarían el rumbo de varias naciones, el
primero sería en Bolivia; en febrero de 1972 sería en Ecuador; luego en
junio y septiembre de 1973 en Uruguay y Chile y, en 1976, en Argentina.
En otros países como Guatemala el acceso de los militares al poder sería por
medio de elecciones democráticas, pero su continuidad estaría señalada de
fraudes. La característica central de los gobiernos militares incluía severas
reformas al Estado y el despliegue de una política represiva sobre amplios
sectores de la sociedad civil. Con las primeras intervenciones militares de
ese período comenzaría a gestarse un nuevo tipo de violencia política que
buscaba intervenir el Estado y reorientar la sociedad civil en torno a un
paradigma de dominación hasta entonces inédito. «Se inauguraba así un
proyecto de dominación continental, de naturaleza hegemónica».50
47. Rodolfo Córdoba
Gálvez. “Enfoque al
problema arquitectónico
de Guatemala”. Tesis de
licenciatura en Arquitectura.
Universidad de San Carlos de
Guatemala. 1967.
48. Juan Carlos Ocaña.
Historia de las Relaciones
Internacionales durante
el Siglo XX. La guerra
de Vietnam. 2003.
Disponible en http://www.
historiasiglo20.org/GLOS/
vietnam.htm. Consultado en
línea, mayo 2020.
49. Felipe Victoriano
Serrano. Estado, golpes
de Estado y militarización
en América Latina: una
reflexión histórico política.
Dossier. Repensar el Estado.
Argumentos (Méx.) vol.23
no.64 México sep./dic. 2010.
50. Oklahoma University
Press, Norman. La tercera
ola: democratización a
finales del siglo XX, Paidós,
Buenos Aires, 1994.
PREÁMBULO
Preámbulo 50
El nuevo contexto universitario
En febrero de 1970 asumió como Rector el Dr. Rafael Cuevas del Cid. Para
algunos sectores se iniciaba la apertura de una nueva conciencia del papel
social de la universidad, de su responsabilidad en el estudio de la realidad
nacional para contribuir a la solución de los problemas nacionales según el
mandato de la Constitución de la República.
Roberto Díaz Castillo describe a Cuevas del Cid como un doctor en
derecho, académico notable, hombre progresista y honesto. «Si el término
“izquierda” explica algunas cosas, su campaña electoral y su rectorado
agruparon a la izquierda revolucionaria, incluidos los comunistas».51
La llegada de Cuevas del Cid sería una coyuntura favorable para fortalecer
la acción estudiantil dentro de la Facultad de Arquitectura. Para los
promotores de la reestructura curricular el rectorado de Cuevas del Cid era
descrito como «la primera y más acabada expresión del compromiso que
adquirió la Universidad Nacional con la transformación de Guatemala. Fue
el resultado de la conjugación cada vez más armónica entre la naturaleza
científica y autónoma de la universidad, institución con la mayor fortaleza
y madurez del pueblo organizado y sus consiguientes efectos dentro de
amplios sectores universitarios».52
En junio de 1970, en los finales del gobierno de Méndez Montenegro, hubo
diversos actos de intimidación hacia la USAC. Como respuesta el CSU
convocó a la formación del Frente Nacional contra la Violencia, que se
integraría con representantes de la Universidad, Colegios Profesionales,
Asociaciones Estudiantiles, Iglesias, Partidos Políticos, sindicatos y otras
entidades.53
El 1 de julio de 1970 tomó posesión de la presidencia de la República el
Coronel Carlos Arana Osorio, lo que generaría un escenario de mucha
tensión. Por un lado, un presidente militar anticomunista y por el otro, un
Rector que apoyaba las causas y los movimientos sociales y era acusado de
simpatizar con el comunismo.
En su toma de posesión Arana hizo una alusión a la Universidad al enfatizar
que no era legítimo que la subversión estableciera santuarios para
protegerse. Muy pronto se iniciaría una nueva etapa de violencia contra
la institución, sería más sistemática, con asesinatos selectivos y distintos
hechos que perseguirían silenciar a la familia sancarlista.
51. Roberto Díaz Castillo. Las
redes de la memoria, 136.
52. Castañeda, “La
formación”, 14.
53. CSU 1051, 7/1970 de 11
de junio.
Preámbulo 51
El 13 de noviembre de 1970, con el argumento de que se había iniciado una
nueva rebelión, Arana decretó el estado de sitio e iniciaría una escalada
de represión. El 27 de noviembre a partir de las 4 de la mañana, un fuerte
despliegue militar, acompañado de tanques, helicópteros, camiones y
tropas fuertemente armadas, rodearon y ocuparon la Ciudad Universitaria.
Fueron incautados documentos, correspondencia y libros. El Rector y otros
funcionarios se hicieron presentes de inmediato y dejaron constancia de su
protesta. Los invasores no encontraron nada que justificara el atropello. El
CSU emitió una fuerte condena por aquel abuso de poder.54
La crisis social y política que afectó a Guatemala durante esos años tuvo
profundas repercusiones en la USAC. Con el cierre de la Escuela de Estudios
Generales, la mayoría de los estudiantes de ese entonces provenían de
las capas medias y bajas, estaban conscientes de la realidad que vivían
y fácilmente podrían sumarse a las luchas por las reivindicaciones
sociales. El estudiante universitario estaba en un momento favorable para
replantearse su papel protagónico en las luchas populares.
Comoresultadodelosprocesosderesistenciaestudiantilylastendenciasde
reforma universitaria, la izquierda latinoamericana iba conquistando más
espacios universitarios. En ellos se hacía una crítica al sistema imperante y
se proponían alternativas que nutrían a los partidos de izquierda.55
Se introducirían, por primera vez, los estudios sistemáticos de marxismo
en los programas universitarios. Según Hobsbawm era un marxismo
peculiar, de orientación marcadamente universitaria, nacía de las aulas y
no de la práctica política.56
Esta visión también estaría presente en las
propuestas que vendrían para la Universidad de San Carlos de Guatemala.
54. Cazali, 389.
55. Harnecker, Haciendo
posible, 45.
56. Eric Hobsbawm. La
historia del Siglo XX, 443.
El 27 de noviembre
a partir de las 4 de
la mañana,un fuerte
despliegue militar,
acompañado de
tanques,helicópteros,
camiones y tropas
fuertemente armadas,
rodearon y ocuparon la
Ciudad Universitaria.
Preámbulo 52
57. Castañeda, “La
formación”, 22.
58. FARUSAC, 222/1970 de 16
de enero.
59. FARUSAC, 230 y 231/1970
de 14 de agosto y 3 de
septiembre.
El escenario interno
El contenido de los programas no corresponde, en absoluto,
a dos hechos irrefutables: el momento -1970- y el lugar
-Guatemala-, un país en desarrollo. Hechos que en una
aparente contradicción exigen dominar lo más adelantado en
cuanto a técnica y lo más primitivo en cuanto a recursos.
Roberto Morales
Al inicio de 1970, la AEDA convocó a elección de su nueva junta directiva,
pero no se presentó ninguna propuesta electoral. Para enfrentar la crisis
que esto reflejaba, entre el 7 y 11 de septiembre se realizó el segundo
Seminario “El estudiante de Arquitectura”. El seminario se enfocó
directamente en la problemática de la asociación. La apatía estudiantil,
la tendencia de ver a la asociación como la Junta Directiva y no como el
conglomerado estudiantil que la integra, las dificultades de relación entre
los directivos y la base estudiantil. En todos los casos, el análisis se hizo
en el contexto facultativo, universitario y nacional. El resultado fue una
reestructuración a fondo.57
El 25 de septiembre de ese año se instaló la
nueva Junta Directiva de AEDA, presidida por Gilberto Castañeda.
Ese año se darían una serie de cambios en los puestos por elección. El
Vocal 2, el Físico Eduardo Suger, renunció a su cargo en Junta Directiva en
enero, debido a que continuaría estudios de especialización en el exterior.58
A mediados de abril lo sustituiría el Arq. Carlos de León. El Arq. Víctor
Cohen, electo por el Colegio de Arquitectos asumiría como Vocal 3. En
agosto se realizarían las elecciones de vocales estudiantiles ante Junta
Directiva. Los nominados que posteriormente se integrarían en el bloque
de la reestructura incluían a Pedro José Asturias, Arturo Villagrán, Juan
Zea y Héctor Jiménez. Serían electos Arturo Villagrán y Juan Zea como
vocales 4 y 5 y tomarían posesión en la primera sesión de septiembre de
1970.59
La dinámica organizativa y la progresiva movilización del estudiantado
contribuiría a fortalecer una posición a favor de un cambio en la orientación
de los estudios de Arquitectura. Un hecho significativo, que ayudó a marcar la
ruta, fue la confluencia de planteamientos que se fue orientando a la búsqueda
de compromisos para lograr una transformación social, esto se observa en
el pronunciamiento que la Federación Centroamericana de Estudiantes de
Arquitectura (FCEA) hiciera en noviembre de 1970, en el que se resalta:
El arquitecto actual
orienta su acción
en obras aisladas
y personales, no
respondiendo así a
una obra orgánica y
social que favorezca el
desarrollo del hombre
y de la comunidad.
(FCEA)
Preámbulo 53
1.[...] nuestras instituciones y organizaciones, bajo cuyo control
inicia Centroamérica la década de los 70, son obsoletas, corruptas,
e inadecuadas a las necesidades y aspiraciones de las nuevas
generaciones [...] merced a la incompetencia de los líderes que
han perdido de vista sus responsabilidades políticas, económicas
y sociales en una era de explosivos cambios. 2. Los estudiantes de
Arquitectura de Centroamérica, conscientes de la realidad anterior
que se traduce a nuestra arquitectura de la manera siguiente: a) El
grueso de nuestros arquitectos son elementos que se apartan de
la realidad de nuestro medio, dedicándose enteramente al lucro,
haciendo de la arquitectura una actividad comercial con lo que se
pone en desacuerdo total con la formación del arquitecto como
agente de cambio; b) El arquitecto actual orienta su acción en obras
aisladas y personales, no respondiendo así a una obra orgánica y
social que favorezca el desarrollo del hombre y de la comunidad; c)
La pretensión de la arquitectura en Centro América es el logro de
realizaciones estéticas cuando fundamentalmente deben buscarse
logros sociales. Creemos que el arte así entrenado conspira en cada
proyecto contra la realidad social y económica de su país. 3. Creemos,
además, que las escuelas de Arquitectura deben ser con la sociedad
una unidad dialéctica de promoción cultural con una triple función:
investigación, docencia y servicio, por lo tanto, deben suministrar
a la sociedad el elemento humano capacitado para lograr una
organización del ambiente que ayude a la solución de los problemas
inherentes a cada pueblo y nación. Las escuelas de Arquitectura
deben suministrar profesionales capaces de apreciar nuestros valores
auténticos y vemos con preocupación que todo esto no ocurre en
nuestras escuelas. 60
Otro documento que enriquece el análisis de lo que sucedía en ese momento
se muestra en la evaluación del pensum de Arquitectura elaborada por el
Arq. Roberto Morales Juárez. En su planteamiento expuso que, durante
los 12 años de vida de la Facultad de Arquitectura, la enseñanza se había
caracterizado por una marcada rigidez, manifiesta en la estrechez del
campo y tipo de trabajo a que orientaba a sus estudiantes. El contenido
del pensum correspondía a un modelo predominante de Beaux Arts,
enriquecido con cursos de cultura general y algunos cursos técnicos, pero
impartidos de forma predominantemente teórica. Se ofrecía una carrera
poco técnica y nada científica. Con un pensum de pretensión enciclopédica,
que había conducido a una carga exagerada en cursos y horas de asistencia
de los estudiantes a la escuela, que daban por resultado superficialidad y
pérdida de interés en los estudios.
60. Manifiesto de la
Federación Centroamericana
de Estudiantes de
Arquitectura. Emitido en
Managua, el 27 de noviembre
de 1970.
Preámbulo 54
La enseñanza se caracterizaba por un predominio en la transmisión
de conocimientos y no a la formación que actitudes y el desarrollo de
capacidades necesarias para impulsar la profesión fuera de los marcos
de la época. La Facultad como un todo carecía de una consciencia clara
de la importancia de su participación en el desarrollo nacional, aceptaba
tácitamente que se le ubicara como parte de las superestructuras sociales
y no manifestaba una vocación de servicio. En ese ambiente, no se permitía
el desarrollo pleno de la vocación creativa total de los estudiantes y
profesores. 61
Morales sostenía que el contenido de los programas no correspondía,
en absoluto, a dos hechos irrefutables: el momento -1970- y el lugar
-Guatemala-, un país en desarrollo. Hechos que en una aparente
contradicción exigían dominar lo más adelantado en cuanto a técnica y
lo más primitivo en cuanto a recursos. El método pedagógico utilizado
en la enseñanza no correspondía tampoco al momento ni al tamaño de la
escuela, en cuanto a los estudiantes (un total de 550 estudiantes para 1970
según el Boletín Estadístico Universitario) no se motivaba la participación
del estudiante ni el aprendizaje individual asignándole una actitud pasiva
en el aula. En el caso de los cursos de composición arquitectónica se usaba
el clásico attelier pero sin una verdadera comunicación entre profesores y
estudiantes. Para Morales era evidente que todos los factores enumerados
contribuían a reforzar las características de rigidez de la oferta de servicios
que, con el incremento del número de graduados, tendería a hacerse
mayor.62
Luis Estrada que pronto sería miembro de Junta Directiva y tendría una
importante participación dentro del movimiento, resalta la necesidad de
que los contenidos de los cursos se acercaran a conocer la realidad del país
y de que los estudiantes participaran en el aprendizaje:
Había necesidad de que se adquirieran herramientas teóricas para
interpretar la realidad del país y poder encontrar propuestas de so-
lución o propuestas que contribuyeran a solucionar parte de los pro-
blemas que la población padecía en cuanto a vivienda, equipamiento,
servicios, problemática urbana y otros. Nunca se hablaba del papel
del arquitecto en la sociedad. El tema del contenido de los cursos y la
participación estudiantil fue difícil de tratar y de que se comprendie-
ra. Teníamos un sistema de educación bancaria, llegabas te deposita-
ban los contenidos, te los aprendías y a ganar el curso y seguir igual.
Había poca participación en el aprendizaje y en las decisiones que
afectaban a los mismos estudiantes. 63
61. Roberto Morales Juárez,
“El Arquitecto y la práctica
profesional en Guatemala”,
(Documento mimeografiado,
abril de 1970).
62. Ídem.
63. Luis Estrada, entrevista
de B. Rabe, 11 septiembre
2022.
Teníamos un sistema
de educación
bancaria, llegabas,
te depositaban los
contenidos, te los
aprendías, a ganar el
curso y seguir igual.
Luis Estrada
Preámbulo 55
El cerco político académico
La participación en las movilizaciones y los paros realizados en
1971 contra la represión y el Estado de sitio del gobierno de Arana
Osorio, el cual era encabezados por el movimiento sindical y popular.
Fueron momentos que alimentaron una toma creciente de conciencia
del papel de los estudiantes en su propia formación y del valor de
sus planteamientos, al tiempo que se rompía la imagen elitista
que teníamos como Facultad. Como resultado de ese proceso, los
estudiantes de arquitectura dispusimos cada vez más de condiciones
y herramientas que después demostrarían su importancia y su fuerza
con el desarrollo y desenlace de la crisis que llevó al CRA.64
Otro ciclo de elecciones se daría durante el primer semestre de 1971. Las
nuevas autoridades electas jugarían un papel preponderante ante la crisis
que se aproximaba. Se presentaron cuatro candidatos para representante
estudiantil ante el CSU, Jorge Rousselin, Julio Fonseca, Arnoldo Ramírez
Amaya y Roberto Aguilar. Luego de dos votaciones fue electo Julio Fonseca
que apoyaría fuertemente el movimiento estudiantil de Arquitectura. 65
También se realizó la elección de 17 estudiantes que integrarían el Cuerpo
Electoral para elegir al Vocal 1 en representación de los catedráticos,
pero se presentó una sola planilla.66
En una discutida elección, que se
realizaría una semana después, se elegiría al Vocal 1 ante Junta Directiva.
Se nominaron dos candidatos, los arquitectos Lionel Méndez Dávila y José
Claudio Olivares. El primero, afín al movimiento estudiantil que se gestaba
y, el segundo, simpatizante de las autoridades de ese entonces. El bachiller
Gilberto Castañeda objetó la nominación de Olivares por no ser catedrático
titular, tema que generó discrepancias entre los asistentes. Ante esta
dificultad y para obviar la discusión se retiró la nominación de Olivares. 67
Méndez Dávila tomaría posesión del cargo a principios de agosto de 1971.
Los estudiantes buscaban colocar las piezas que aportaran a los procesos
que se acercaban y el nuevo Vocal 1 sería un aliado determinante.
La AEDA convocó al tercer seminario “El estudiante de Arquitectura” que
se realizó del 29 de septiembre al 1 de octubre de 1971. Su tema central fue
el “Plan de estudios y su proyección al medio nacional”. Aquí se trataría la
falta de respuesta de la Comisión Paritaria creada para evaluar el Plan 69
y se respondería al reiterado incumplimiento de la Comisión de Docencia
de la Facultad que, con el aval de las autoridades académicas, habían dado
largas al tema para diluir las exigencias estudiantiles. En el seminario se
alimentó la toma de conciencia y la decisión de los estudiantes y de algunos
profesores que compartían sus inquietudes.
64. Castañeda, entrevista.
65. FARUSAC, 241/1971 de 19
de mayo.
66. Varios de los integrantes
de esta planilla destacarían
en diversas actividades en el
futuro. La integraron: Luis
Benítez, Aura Rosa González,
Jorge Rousselin, Víctor Mejía,
Eduardo Sosa, Gilberto
Castañeda, Eduardo Aguirre,
Pedro Asturias, José Sánchez,
Arnoldo Ramírez Amaya,
Armando Lau, Rodolfo
Gándara, Julio Fonseca,
Sergio Búcaro, Gerardo Soto
y Fernando Pepió.
67. En el punto 13 del Acta
243 el Ing. Rony Sarmiento
hizo constar los méritos
y cualidades de Claudio
Olivares y manifestó su
protesta al considerar injusto
que se le hubiera eliminado
de la votación. Sobre todo,
porque existía el precedente
de que el Vocal 1, en ese
momento, no era catedrático
titular cuando fue electo
y solicitó que la Facultad
pidiera una aclaración al
CSU.
Preámbulo 56
La demandada evaluación del pensum partía de una preocupación de
carácter gremial, que se relacionaba con el estrechamiento del mercado
de la construcción, un fenómeno que empezaba a darse en el marco de la
crisis capitalista mundial en ascenso. Hasta ese momento, la exigencia de
cambio del plan de estudios aún no calaba tan hondo como ocurriría más
adelante, al ligar la formación profesional con el aporte a la solución de los
problemas nacionales en los que se ve involucrada la Arquitectura. Por ese
entonces, la preocupación se centraba en el creciente estrechamiento del
mercado de la construcción en el marco de la crisis del Mercado Común
Centroamericano (MCCA), torpedeado por los intereses de las nacientes
empresas transnacionales, y del propio capitalismo en curso, crisis que
estallaría en el decenio de 1970, en torno al mercado petrolero y el ascenso
imparable de los precios de los hidrocarburos. 68
El plan 69 sería sometido a un escrutinio total, varios de los cuestiona-
mientos expresados en distintos documentos serían reiterados. Se criticó
la distancia entre los contenidos de la enseñanza en relación con el medio
social guatemalteco; la ausencia de objetivos claros en cuanto al tipo de
arquitecto que se deseaba formar y su papel dentro de la práctica profe-
sional que demandaba la realidad guatemalteca; la falta de investigación
y contacto con el medio social. Se censuró la falta de formación didáctica
y pedagógica de los profesores, su aislamiento de los estudiantes y en la
mayoría de los casos, su imposición jerárquica sin correspondencia con sus
conocimientos y capacidades y, se señaló, la falta de profesores de carrera,
algunos eran de medio tiempo y la mayoría por asignatura. Se planteó la
falta de criterios evaluativos y su aplicación sistemática, así como la falta
de coordinación entre las distintas asignaturas y áreas de conocimiento. 69
Se señaló que el currículo era el resultado de dos sistemas contrapuestos
en lo básico: «El de Beaux Arts y la Bauhaus. Del de beaux arts viene la
idea de la secuencia de proyectar, en la cual al estudiante se le pide resolver
una serie ascendente de problemas complejos de Arquitectura, desde una
casa para un escultor hasta un grupo de edificios para el gobierno. La
Bauhaus contribuyó al concepto de que el estudiante nunca debe copiar,
sino trabajar sus ideas desde el principio». Opinaban que ambos currículos
dieron poco énfasis a los libros de clases y le dieron primera importancia
al maestro y que, si habían funcionado, era porque en el caso de beaux arts
no se esperaba que el estudiante fuera original porque “los principios de
la composición arquitectónica estaban establecidos” en tanto que, en el
sistema de la Bauhaus “los problemas dados no eran complejos”.70
68. Castañeda, “La
formación”, 25.
69. Memoria del III
Seminario El Estudiante de
Arquitectura, 1971.
70. Memoria del III
Seminario El Estudiante de
Arquitectura, 1971.
Preámbulo 57
De alguna manera, el tercer seminario reflejo las disparidades que más
tarde se darían en el bloque de la reestructura. Dicho bloque estaría
marcado por contradicciones entre quienes participarían motivados por
preocupaciones de orden gremial estricta y quienes lo harían buscando
lograr un compromiso de los arquitectos con las mayorías desposeídas.
También algunos participarían por motivos personales, de figuración o de
ascenso social.71
En esa época no entendíamos que debía haber un contenido.
Aprendíamos lo que el profesor buenamente nos daba. Normalmente
los profesores eran profesionales que casi regalaban su tiempo porque
no ganaban lo suficiente como para dedicarse solo a la docencia. La
ley del profesor era la que se mantenía y la tendencia académica de
las autoridades era de apoyarlo al 100%, aunque no tuviese la razón.
Había muy poca asesoría y la transmisión y comunicación entre el
maestro y alumno era insuficiente, pero era lo que había y había que
aceptarlo. Los profesores calificaban con pura apreciación personal.
Nunca sabias por qué tenías esa nota, no sabías porque habías sacado
85, 60 o 51 y mucho menos por qué habías perdido el problema. Pero
también había buenos docentes como Adolfo Lau, Manuel Sandoval y
Roberto Aycinena. 72
En octubre la Junta Directiva conoció un memorándum presentado por
AEDA en el que se planteaban una serie de denuncias sobre algunos
docentes y cursos, así como sobre los procesos de Evaluación del Pensum
de Estudios. La Junta Directiva acordó dar respuesta punto por punto, pero
en el acta no se incluye la nota, no se detallan los puntos ni las respuestas
indicadas.73
Para marzo de 1972 se haría la elección de los vocales 4 y 5. Serían
electos Jorge Rousselin y Luis Estrada. Se les daría posesión a principios
de abril, justo días antes de que la Comisión de Docencia presentara una
polémica propuesta ante la Junta Directiva.74
La participación del Vocal 1
y de los nuevos vocales estudiantiles cambiaría totalmente el panorama
a lo interno de la Junta Directiva y en las decisiones que se acercaban. El
proyecto estudiantil se reforzaría y la dirección de la Facultad tendría una
serie de reveses y oposiciones.
71. Castañeda, “La
formación”, 27.
72. Ramiro Soria, entrevista
de B. Rabe, (30 de julio de
2022).
73. FARUSAC, 251/1971 de 21
de octubre.
74. FARUSAC, 260 y 261/1972
de 1 de marzo y 7 de abril.
Preámbulo 58
Luego de tres años de esfuerzos infructuosos por hacer efectiva la
evaluación del Plan de Estudios de Arquitectura, la parte estudiantil de
la Comisión Paritaria presentaría su renuncia. Pero, además, denunció la
inoperancia que esta comisión había tenido y el desinterés de los docentes
representados por los jefes de los cinco departamentos que integraban de
la Comisión de Docencia.75
Sería el inicio de las acciones que llevarían a la
toma del edificio unos días después.
«La cohesión de lo que más adelante sería el “bloque de la reestructura”
fue el resultado, principalmente, de la confrontación entre la evidencia y
la necesidad de evaluar y modificar un Plan de Estudios anquilosado y la
incapacidad de la mayoría de la Junta Directiva y del Claustro para captar
esta realidad y proponer algún camino en busca de solución consensuada a
lo que pronto derivó en un conflicto de grandes proporciones».76
75. Castañeda. “La
formación”, 35.
76. Castañeda, entrevista.
Preámbulo 59
Un acelerante para el rompimiento
77. FARUSAC 261/1972
de 7 de abril. La mayoría
de las propuestas hechas
por la comisión en ese
entonces, son vigentes en la
actualidad.
Participamos en la elección de la Junta Directiva de la AEDA
contra Juan Zea, pero empatamos varias veces hasta que acor-
damos un tercer candidato y quedó Héctor Jiménez. Con Héctor
empezó la presión del CRA con consignas como los profesores
son anticuados, no tienen la calidad, no conocen el contexto...
Eduardo Aguirre
El bajo nivel académico que, según criterio de las autoridades de la
Facultad, comenzó a presentarse luego de la cancelación de la Escuela de
Estudios Generales, llevó a que la Junta Directiva nombrara una comisión
para estudiar el tema y hacer propuestas para mejorar el rendimiento.
La comisión fue integrada por los jefes de Departamento, los arquitectos
Roberto Aycinena en Teoría e Historia; Roberto Ogarrio en Composición
Arquitectónica; René Minera en Planeamiento; Guido Ricci en Edificación
y Arturo Molina en Materias Técnicas.
El 7 de abril la Junta Directiva recibiría el documento presentado por la
Comisión de docencia de la Facultad, en el que se solicitaba que fueran
tomadas en consideración sus sugerencias para elaborar la nueva
reglamentación de exámenes de la Facultad. Los miembros de la comisión
manifestaron que la propuesta contaba con un amplio respaldo de los
catedráticos de la Facultad. Según consta en el acta, el Decano sugirió
que era necesario obtener la opinión estudiantil antes de discutir el
documento y que se solicitara presentarlo en la próxima asamblea general
de estudiantes. La propuesta contenía los siguientes aspectos:
a) la calificación final se integraría con el 80% de zona y el 20% de
examen final. b) los estudiantes debían cumplir con el 80% de asistencia
en los cursos. c) Un máximo de dos exámenes de retrasadas. d) Todos
los cursos se aprobarían con una nota mínima de 60 puntos. e) Los
estudiantes podrían cursar un máximo de 2 veces los cursos teóricos
y 3 veces los cursos prácticos, se propuso que estos últimos pudiera
impartirse en escuela de vacaciones y se recuperara el 33%. f) A partir
de 1972 no se aceptaría en un nuevo ciclo a estudiantes con materias
retrasadas del ciclo anterior. 77
Según se refiere en las actas el planteamiento se había presentado como
propuesta, pero se filtró. En un denso ambiente los estudiantes estaban
esperando encender una mecha, y la propuesta de normas de evaluación,
la puso disponible, estaba impregnada de un acelerante que haría estallar
el combustible acumulado. De ahí en adelante el fuego carcomería las
estructuras originales de la Facultad y no habría extintor que lo apagara.
Preámbulo 60
78. Héctor Jiménez,
entrevista en A. Avendaño,
Historia..., 35.
79. Varios de los
entrevistados señalan que
se hizo una asamblea en
la que se planteó que la
nota para aprobar sería
de 70 puntos y que trató
de consensuarse. Sin
embargo, no se encontró un
registro escrito al respecto.
Castañeda observa: El
propio decano Carlos
Asensio mantuvo hasta el
último momento una idea
equivocada de la autoridad
como don incuestionable.
Por eso, en la Asamblea
General estudiantil en la
que se interpeló a la Junta
Directiva sobre la falta de
consulta y de búsqueda del
consenso en la modificación
del sistema de evaluación,
pudo contestar con toda
tranquilidad y sin medir
sus consecuencias: “No lo
consideré necesario.”
80. AEDA, “Carta la
comunidad universitaria”,
Guatemala, 14 de abril de
1972.
81. Claustro de Arquitectura,
“Comunicado público.
Guatemala”, 14 de abril de
1972.
Héctor Jiménez sostenía que la génesis del asunto no fue política partidista,
sino académica, y que lo que puso el dedo en la llaga, para que terminara de
explotar toda esa angustia que se traía, fueron las normas de evaluación
que se propusieron.
... se hizo una asamblea para discutir las nuevas normas de evaluación
y desde ese día permanecimos en asamblea general, ya no entramos a
clases y después de Semana Santa en la asamblea general se resuelve
pedir la renuncia de los cinco coordinadores de área de la facultad,
los únicos que la presentan son René Minera y Guido Richi, los otros
no quisieron presentarla, en ese impase se plantea la posibilidad de
hacer un congreso de restructuración de toda la facultad... 78
Desde la óptica estudiantil la propuesta incluía criterios de evaluación y
prerrequisitos curriculares que resultaban lesivos, esta situación adquiría
mayores proporciones en el marco de las fallas que los estudiantes habían
señalado sobre la orientación de la enseñanza en los últimos años. Desde
la óptica de la administración académica, ignorando totalmente la
problemática y el malestar que se estaba acumulando, había que mantener
la calidad que luego del cierre de la Escuela de Estudios Generales había
disminuido. Consideraron que una forma de hacerlo era por medio de
criterios de evaluación que permitieran controlar de mejor manera el
desempeño. 79
El 14 de abril se realizó una Asamblea General de Estudiantes. Como
resultado se publicó una Carta a la Comunidad Universitaria que contenía
planteamientos discutidos en varios eventos, se tomó de un comunicado
de la Federación Centroamericana de Estudiantes de Arquitectura, la frase
que sería permanente en el movimiento: Entendemos por nuevo arquitecto
aquel que orienta su acción no a la obra aislada y personal sino a la obra
orgánica y social.80
Ese mismo día se hizo otro comunicado público en el que se exponía: «El
Claustro compromete y declara unánimemente, su concurso y decisión
irrestricta, para llegar a soluciones y estructuras que estén acordes con
nuestro tiempo y cumplan con las aspiraciones sociales, intelectuales y
culturales que nuestro pueblo demanda».81
Entendemos por nuevo
arquitecto aquel que
orienta su acción no
a la obra aislada y
personal sino a la obra
orgánica y social.
Preámbulo 61
82. FARUSAC 262/1972 de 14
y 17 de abril.
Del viernes 14 al lunes 17 de abril la Junta Directiva realizaría una sesión
extraordinaria cuyo punto único a tratar era la situación de la Facultad. La
propuesta de criterios de evaluación generada por la Comisión de Docencia
había facilitado la oportunidad de armar una fuerte protesta y generar
serias reacciones estudiantiles que ya no tendrían marcha atrás. Se conoció
la copia de la resolución de AEDA que fuera comunicada un día antes a los
jefes de Departamento en la que los estudiantes rechazaban la propuesta
de la comisión de docencia y solicitaban la renuncia de los integrantes de
dicha comisión; también se revisó el pronunciamiento del Claustro que no
tomaría ninguna determinación hasta contar con más información.
Comoresultadodelacrisispresentaronsurenuncialosprimerosdosjefesde
Departamento, el Arq. Ricci lo hizo de manera irrevocable y el Arq. Minera,
indicó que no estuvo cuando se elaboró la propuesta, expresó: «comparto
la posición estudiantil que señala que en la Facultad se confronta una grave
crisis que involucra los niveles docentes, administrativos y directivos. Los
signos de esta realidad lamentable son patentes en todos los aspectos de
nuestra vida académica…» La Junta Directiva acordaría no tomar ninguna
decisión en ese momento hasta reunir más elementos de juicio; también
acordó suspender clases y exámenes hasta nueva orden y declararse en
sesión permanente. 82
Figura 2.1 Julio Fonseca,
representante estudiantil
ante el CSU 1972.
Preámbulo 62
En sesión del sábado 15 de abril, el representante de los estudiantes de
Arquitectura, Julio Fonseca (Figura 2.1), hizo entrega al Consejo Superior
Universitario de dos documentos, el primero era la declaración de la
Asamblea General de estudiantes de Arquitectura en la que daba a conocer
«lagraveeinconvenientesituaciónqueexisteenlaFacultaddeArquitectura
provocada por actitudes asumidas por elementos del cuerpo docente de
nuestra Casa de Estudios que la Asamblea General había considerado
inadmisibles, razón por la cual, sumado a múltiples antecedentes ha hecho
tomar la determinación de pedir la renuncia irrevocable, como titulares
y jefes de departamento, a los miembros de la Comisión de docencia de
nuestra Facultad».83
Lo que se presentó como hechos y antecedentes fue: Primero, la elaboración
de criterios para el reglamento de evaluación de la Facultad de Arquitectura
elaborados por la Comisión de Docencia. Segundo, la Asamblea conoció
estos elementos y tomando en cuenta que se «produjo una deleznable
información verbal por parte de la Comisión de Docencia concluyó que
se había actuado errónea y superficialmente con la orientación de este
problema confirmando el desconocimiento y poca preocupación que
le merece a esa comisión los asuntos de su competencia». Tercero, la
asamblea «elaboró un documento amplio de consideraciones doctrinarias
que tiene como finalidad evidenciar las razones profundas de la crisis
por la que se atraviesa». Cuarto, el movimiento estudiantil denunció
esta crítica situación y señaló «los métodos conocidos y repudiables que
grupos de interés están intentando poner en práctica para tratar de burlar
la voluntad estudiantil y advierte que se mantiene firme y unido frente a
estas posiciones irresponsables y provocadoras y les responsabiliza de las
consecuencias que pueda producirse si no renuncian inmediatamente».84
De igual manera adjuntaron la carta a la comunidad universitaria en la que
expusieron haber analizado las «condiciones del descalabro académico que
subsisten dentro de la Facultad, entre ellas: las “sugerencias” elaboradas y
firmadas por la Comisión de docencia sobre nuevas normas de evaluación
que revelan nuevamente la improvisación, irresponsabilidad y falta de
criterio -incapacidad- en el planteamiento de medidas de esta naturaleza
por parte de un Cuerpo Técnico que representa el máximo organismo de
orientación docente de nuestra Facultad […] Se coarta sistemáticamente en
el proceso integral de la conformación de la vida facultativa la participación
estudiantil».85
Asimismo, incluyeron el análisis de la problemática y fijaron objetivos que
estaban dispuestos a alcanzar y prestos a defender:
83. CSU 1148, 6.5/1972 de 15
de abril.
84. Declaración de la
Asamblea General de
Estudiantes de Arquitectura
al Honorable Consejo
Superior Universitario del 14
de abril de 1972. Incluida en
el inciso 6.5 del Acta del CSU
1148 del 15 de abril de 1972.
85. Declaración de la
Asamblea General de
Estudiantes de Arquitectura
al Honorable Consejo
Superior Universitario. 12 de
abril de 1972.
Preámbulo 63
Entendemos por nuevo arquitecto, aquel que orienta su acción, no a la
obra aislada y personal, sino la obra orgánica y social. El profesional,
cuya preparación es producto de una universidad financiada por el
pueblo, se debe a este. En el caso particular del Arquitecto, se sirve
a una fracción reducida de la sociedad constituida por la élite capaz
de pagarse el lujo que representa la profesión como actualmente está
orientada. Constituimos un país cuyas condiciones son particulares,
sin embargo, usamos conceptos de Arquitectura tomados de cánones
extranjeros que son completamente inoperantes dentro de nuestro
estatus económico y social. La estructura misma de los criterios
profesionales ha impedido planteamientos de orden gremial que
lleven a la solución de los problemas nacionales, evidenciando la falta
de proyección al medio, todo ello consecuencia de una formación
totalmente fragmentaria y parcial. Este esquema, desenfocado de
su realidad, no brinda objetivos comunes. El arquitecto no llega a
tomar conciencia de su ser. Sumada a esta orientación inadecuada, se
encuentra, además, la falta de una preparación técnica humanística
propicia a nuestra realidad, con lo que, cuando se tiene inclinación
hacia la solución de problemas nacionales y a la orientación de nuestro
pueblo, se debe buscar en otros ámbitos la formación necesaria para
realizar dicha acción. Se carece de una preparación adecuada porque:
aún cuando nuestro campo de acción es Guatemala, desconocemos
la sustancia y esencia que le ha dado forma a su situación actual.
Además, estamos en un país con graves problemas que resolver y con
escasos recursos que invertir, por lo que las soluciones técnicamente
adecuadas, aunadas a la conciencia de la necesaria liberación del
hombre, son urgentes y, sin embargo, no estamos Facultados para
responder a ellas. La crisis externa evidenciada anteriormente,
también se hace presente día a día […] en el discurrir de una docencia
con falta de contenido y orientación. El pensum actual niega la unidad
científica que debe de existir entre la teoría y la práctica, de manera que
resulta una mera “calistenia” mental. La docencia debe revelar nuestra
realidad y hacernos conscientes de nuestra condición como individuos
integrantes de una sociedad urgente de transformaciones y no lo hace.
Esta misma conciencia debe llevarnos al compromiso ineludible de
ser impulsores de tales cambios. El estado de incongruencia entre las
aspiraciones -el deber ser del arquitecto y la “formación” que recibe, es
pues, evidente producto de su circunstancia académica. Finalmente,
[…] la administración viene a hacer más patético el panorama
facultativo […] reconocemos que la organización inicial de nuestra
Facultad no ha sido revisada, ni ha respondido a una planificación
previa. Además, sólo ha existido una ejecución parcial y nunca se ha
dado lugar a la evaluación y el control. Planteada esta problemática,
dejamos constancia de que nuestro objetivo no es solamente la
remoción de un grupo de catedráticos, Sino que, fundamentalmente,
lograr la participación efectiva del estudiante en la conformación
de nuestra vida facultativa, como medio de superar la problemática
denunciada. Queremos ser sujetos de nuestra formación, no objetos.86
86. Declaración Asamblea
General de Estudiantes
de Arquitectura al
Honorable Consejo Superior
Universitario. 12 de abril de
1972.
Preámbulo 64
El lunes 17 la Junta Directiva continuó con la sesión permanente. Conoció la
nota de la AEDA en que solicitaba información sobre la petición efectuada
por la Asamblea General, respecto de la solicitud de renuncia de los jefes de
Departamento. La Junta Directiva respondió transcribiendo la resolución
de la sesión anterior en la que acordó no tomar decisión al respecto hasta
contar con más elementos de juicio.
También conoció el pronunciamiento de la Asamblea General de
estudiantes en el que solicitaban la realización de un Congreso de
Reestructuración para determinar los nuevos objetivos, contenidos de
los cursos y profesores que los impartirían, asimismo propusieron la
integración de un directorio para dicho congreso que sería integrado por
tres profesionales y tres alumnos. Una junta de administración de dicho
congreso integrada por cinco personas que serán asesores y participarían
en el congreso. Solicitaron la suspensión del semestre y la congelación de
las notas obtenidas que continuarían vigentes cuando las actividades se
reanudaran. Para el directorio propusieron a los estudiantes Pedro Asturias
Montenegro, Gilberto Castañeda Sandoval y Mario René Villagrán, y para
la junta de administración a los estudiantes Ramiro Soria, Silvia Morales,
Gerardo Soto, Federico Jiménez y Luis Estrada.87
El18deabrilseconociótambiénelpronunciamientodelaAsambleageneral
del Claustro en el que exponía que los problemas de la Facultad no eran
de ese momento, expresaba su decisión para que se realizara un estudio
exhaustivo de los problemas de la Facultad, que tenía conocimiento de que
el origen del conflicto había sido la propuesta de la comisión docente la cual
fue considerada por los estudiantes como lesiva a sus intereses y fue por
eso que se solicitó la renuncia de los catedráticos que hicieron la propuesta.
Pero consideró que los términos de la solicitud fueron indecorosos.
En tal sentido se planteó que ambos documentos fueran suspendidos
simultáneamente. Y propuso que para tener mejor entendimiento entre
las partes fueran representados por los arquitectos Mario Roca Sermeño,
Mario Flores Ortiz y el ingeniero Rony Sarmiento. También se declaró
desde esa fecha en sesión permanente.88
87. FARUSAC 263/1972 de 18
de abril.
88. Avendaño, “Historia de la
Facultad”, 29.
Preámbulo 65
Unplandecambioacompañalatomadeledificio
El 19 de abril, la AEDA aprobó e hizo pública su propuesta de Plan de
Reestructuración de la Facultad de Arquitectura. En el primer párrafo
se expresaba: «Los estudiantes de Arquitectura, conscientes de la
responsabilidad que nos compete y del paso definitivo que hemos dado en
busca de la realización de nuestras aspiraciones, tomamos hoy a nuestro
cargo y dirección la ineludible tarea de reestructurar nuestra ya caduca
escuela».89
El 20 de abril la Junta Directiva conoció el documento presentado por los
vocales estudiantiles y elaborado por la Asamblea General de Estudiantes
de Arquitectura referente a la reestructura de la Facultad.90
En esa misma
reunión presentarían su renuncia a las jefaturas de los departamentos de
Materias Técnicas y de Teoría e Historia, los arquitectos Arturo Molina y
Roberto Aycinena.91
Se conocería también la nota de AEDA fechada 20 de abril de 1972, referente
al problema de las renuncias: «Señores miembros de la Junta Directiva: se
les solicita que notifique a los catedráticos a quienes se les pidió la renuncia
que, si no la presentan de inmediato, el estudiantado exigirá a esa Junta,
que cumpla con el deber [...] de dar cuenta al Consejo Superior Universitario,
para que imponga la sanción de separación del cargo».92
El viernes 21 sería decisivo. La Junta Directiva iniciaría su sesión a las
16 horas. Previamente la Junta había acordado solicitar al Asesor Jurídico,
que informara el camino legal a seguir para resolver el problema de las
renuncias que se venían considerando desde hacía varias sesiones. Luego
de las consultas y tomando en cuenta los documentos recibidos de parte de
los estudiantes, se indicó que se recabaría toda la información posible sobre
la situación de los catedráticos a los que se pidió su renuncia para poder
determinar los extremos de lo aseverado. Para tal efecto, acordaría iniciar
una investigación exhaustiva para atender, por una parte, las demandas
estudiantiles, y por otra, el resguardo de los intereses de los catedráticos.
El Decano informó sobre la renuncia del Arq. Roberto Ogarrio al cargo
de jefe del Departamento de Composición. Con esta se completaban las
renuncias de los cinco jefes de Departamento.
89. AEDA, “Plan de
Reestructuración de la
Facultad de Arquitectura”,
Guatemala, 19 de abril de
1972. Mimeografiado.
90. FARUSAC 264, 2/1972 de
20 de abril.
91. FARUSAC 264, 4/1972 de
20 de abril.
92. FARUSAC 264, 5/1972 de
20 de abril.
Preámbulo 66
Ese mismo día los estudiantes habían llegado a otra decisión. Los vocales
estudiantiles informaron sobre la resolución de Asamblea General de
AEDA. Declararon que los estudiantes tomarían posesión del edificio de la
Facultad a las 18:00 horas. Los vocales plantearon a la Junta Directiva dos
opciones: Podrían continuar la sesión dentro del edificio, pero no podrían
salir después de la hora fijada, o podrían retirarse y continuar la sesión fuera
del edificio. La Junta Directiva acordó continuar la sesión en el edificio de
Rectoría e informar al Rector y al Secretario sobre lo acontecido.93
La Junta Directiva aceptó la renuncia de los jefes del Departamento. Los
cinco miembros profesionales de la Junta indicaron que aprobaron estas
renuncias «como una medida que tiende a la solución de las circunstancias
concretas presentes en la Facultad». Los dos vocales estudiantiles
indicaron que aceptaban estas renuncias «porque en lo que corresponde a
la Comisión de Docencia con responsabilidades en la vida académica de la
Facultad y formada por los cinco jefes de Departamento, no han realizado
en todo lo que tiene de funcionar, ninguna labor significativa en lo que a
superación docente se refiere y su concurso ha sido prácticamente nulo». 94
Según consta en el punto 14 del acta, se conoció el documento presentado
por la Asamblea General de Estudiantes, en el que informaban que se
habían declarado sesión permanente y que, tomarían el edificio para exigir
la definición por parte de la Junta Directiva, a la que demandaban:
3. ...la aprobación e institucionalización del Congreso de Reestruc-
turación de Arquitectura (C.R.A.) y su trámite legal ante el Consejo
Superior Universitario. 4. Que el Directorio del Congreso de Rees-
tructuración de Arquitectura (C.R.A.) esté autorizado para establecer
juntamente con la Junta Directiva las modificaciones presupuestarias
necesarias para la realización de dicho evento. 5. Se apruebe la con-
gelación de notas y la suspensión de clases, en tanto sea reestructu-
rada la Facultad de Arquitectura. 6. Que el personal no docente de
la Facultad preste su servicio al evento de reestructuración, al igual
que todos los recursos de la misma. […] (f) Héctor Jiménez, Presidente
A.E.D.A.95
93. FARUSAC 265, 4/1972 de
21 de abril.
94. FARUSAC 265, 8, 9 y
10/1972 de 21 de abril.
95. FARUSAC 265, 14/1972 de
21 de abril.
Preámbulo 67
La Junta Directiva acordó aceptar los puntos 4, 5 y 6, siempre y cuando el CSU
autorizara la solicitud de la Junta Directiva de transformar la docencia en
otras formas de docencia. Aceptar el punto 3, salvo en lo referente al sistema
planteado para la elección de los miembros profesionales del directorio, que
quedó condicionado a estudio previo a aceptación final. Sobre esto último
los representantes estudiantiles se abstuvieron de votar y razonaron su voto,
señalando que no era razón suficiente herir la susceptibilidad del Claustro,
que hasta ese momento no existía ningún planteamiento claro y ordenando
del sector docente para programar un nuevo Plan de Estudios y se deseaba
garantizar los resultados del Congreso por medio de la moción presentada.96
96. FARUSAC 265, 14/1972 de
21 de abril.
Figura 2.2. Durante la toma del a Facultad en la mañana del 22 de abril de 1972. Al fondo Roberto Archila, Virgilio Ramírez, Danilo
Vera, Felipe Hidalgo y Mario Sánchez. Foto: Jorge Rousselin.
Preámbulo 68
La Junta Directiva tomando en cuenta el documento de reestructuración
que la Asamblea General de Estudiantes de Arquitectura presentó,
así como el planteamiento que en igual sentido presentó el Claustro
de Catedráticos en esa misma fecha, acordó hacer la solicitud al CSU.
Los vocales estudiantiles solicitaron incluir una constancia en el acta:
«Consideramos que la Junta Directiva no ha tomado todas las acciones que
tuvo en sus manos para solucionar el problema como el estudiante lo pide.
(f) Jorge Rousselin Vocal 4 y Luis Estrada, Vocal 5». 97
97. FARUSAC 265, 16/1972 de
21 de abril.
Figura 2.3. Titular de prensa dando a conocer la toma de la Facultad de Arquitectura de la USAC. Primera plana de Diario El Gráfico
del 22 de abril de 1972.
Preámbulo 69
98. Castañeda, entrevista.
«...el estudiantado había alcanzado un grado de cohesión tal que le
permitió suspender clases durante un semestre y que quienes estábamos
por graduarnos aceptáramos retrasar nuestra titulación en pro del CRA,
junto a los cambios propicios que se habían operado en la organización de
la AEDA y la dinámica estudiantil».98
Figura 2.4. Asamblea General de Estudiantes, 1972. Entre los asistentes se puede identificar a Fernando Pepió al frente, atrás de
él, Marco Antonio Girón, José María Magaña y Eduardo Aguirre. En los planos intermedios Virgilio Ramírez, Olivia Chang, Olga
González, Ana María Cruz, María Esther Aquino, Carlos Quan, Alfredo Palmieri. En las últimas filas Mario Tello, Antonio Soto Rizzo,
Anne Arévalo, Brenda Penados, Raúl Anguiano y el Chino Cifuentes, entre otros. Foto: Jorge Rousselin.
Preámbulo 70
99. CSU 1149, 3.1/1972 de 22
de abril.
100. La comisión estaba
integrada por los estudiantes
Héctor Jiménez, Gilberto
Castañeda, Mario René
Villagrán, Pedro José
Asturias, Zoemia Prado y
Juan Zea.
El espaldarazo del Consejo Superior Universitario
En sesión del 22 de abril el CSU trataría la nota enviada por la Junta
Directiva según punto 15 del Acta 265 del 21 de abril que literalmente dice:
La Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura, acuerda solicitar al
Consejo Superior Universitario que apruebe, a partir del martes 18 del
presente mes, que se transforme la docencia directa en actividades
de distintos órdenes, dentro de la misma docencia, a través del
Congreso de Reestructuración de la Facultad de Arquitectura, que
se convoque, y se dedique a los trabajos de seminario e investigación
en los distintos aspectos que requiere la reforma. La Junta Directiva
ha tomado en cuenta para esta solicitud el documento “Plan de
Reestructuración de la Facultad de Arquitectura”, que la Asamblea
General de Estudiantes de Arquitectura presentó a su consideración,
y también el planteamiento que en igual sentido ha presentado el
claustro de catedráticos en su documento de esta misma fecha. [...]
La asistencia y puntualidad de catedráticos y alumnos de la Facultad
permanecerá igual en exigencias y responsabilidades de trabajo. 99
A solicitud del Decano de la Facultad de Ciencias Médicas, Dr. Cesar A.
Vargas y con apoyo del representante estudiantil de Arquitectura, Julio
Fonseca, el Consejo acordó dar audiencia a una comisión de estudiantes de
la Facultad de Arquitectura.100
Estos hicieron una síntesis del conflicto que
motivó su presencia y dieron lectura a un documento en que solicitaban
se diera cumplimiento a las exigencias de renuncia a los cargos de jefe del
departamento y catedráticos de acuerdo con los siguientes elementos de
juicio:
1. La Comisión de Docencia no ha realizado a la fecha en todo lo que
lleva el presente decanato, ningún trabajo que responda a su alta
responsabilidad docente. 2. Como ejemplo de la incapacidad con que ha
enfrentado su labor, citamos el reciente pliego de “sugerencias” sobre
normas de evaluación presentado ante la junta directiva de nuestra
Facultad, el cual carece de base pedagógica ya que, aun cuando podía
constituir sugerencias, ameritaba al menos la previa elaboración de los
objetivos buscados. Hecho no realizado y evidenciar ante Asamblea
General de Estudiantes al ser interrogados sobre este aspecto y algunos
otros relacionados sobre el particular, por ejemplo la relación de
algunas de estas normas de evaluación con la tendencia de la corriente
educativa moderna hacia el currículum flexible. 3. Súmese a esto la
crisis que ha vivido nuestra Facultad durante varios años, ejemplos de
los cuales han sido conocidos por las autoridades universitarias, tales
como el rechazo a la aplicación de un nuevo plan de estudios a finales
Preámbulo 71
del año 1969 que quedara sujeto a una evaluación para dictamen final.
Esto no se ha dado. Además, esta crisis ha sido reconocida por el Claustro
de Catedráticos en documento del 14 del presente mes, punto uno del
mismo. 4. En cuanto a su actuación personal, es decir, como catedráticos
titulares,podemosseñalarlaausenciadeuninteréspermanentehacialas
inquietudes estudiantiles y los problemas docentes de la Facultad como
lo manifiesta su inasistencia a las diversas actividades estudiantiles,
especialmenteseminariostendientesalaevaluacióndenuestraFacultad
y reestructuración de la misma, a pesar de ser invitados especialmente.
5. Cabe señalar finalmente, que su renuncia a los cargos que como jefes
de Departamento han presentado, lleva implícito su reconocimiento a
los argumentos estudiantiles. No entendemos, entonces, su negativa a
renunciar como catedráticos titulares.101
El Consejo vio con beneplácito que el camino escogido para hacer la
reforma fuera el congreso acordado por autoridades y estudiantes de
Arquitectura y resolvió apoyar el proceso de reestructuración de la Facultad
de Arquitectura, el cual era congruente con la política de la Reforma que
la universidad impulsaba. Autorizar a la junta directiva de la Facultad
de Arquitectura para que, desde el 18 de abril transformara la docencia
directa en actividades de distintos órdenes, dentro de la misma docencia,
a través del congreso de reestructuración que se convocaba, y se dedicara
a los trabajos de seminario de investigación en los distintos aspectos que
la reforma requiriera.102
En cuanto a la petición de renuncia a los cinco catedráticos jefes de
departamento, el CSU autorizó los permisos por licencias por el resto del
año concedidos por la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura. En
relación con los cargos formulados por los estudiantes a algunos profesores,
el CSU nombró una comisión para realizar la investigación pertinente y
rendir el informe respectivo.103
Para algunos se había sobredimensionado el tema que encendió la chispa,
Jorge Escobar que sería secretario de la Facultad durante el Decanato de
Lionel Méndez, opinaba: «se politizó el asunto, había intereses oscuros
de otras corrientes que aprovecharon la oportunidad, porque los cambios
del reglamento de calificaciones no eran para tanto. Los directores de área
renunciaron y con eso se hubiera resuelto el problema. Considero que muy
solapadamente el problema político nacional influyó».104
101. Nota de la Asamblea
General de Estudiantes
de Arquitectura al
Honorable Consejo Superior
Universitario, por acuerdo
del 12 de abril de 1972.
102. CSU 1149, 3.1.4(I)/1972
de 22 de abril.
103. CSU 1149, 3.1.4(II)/1972
de 22 de abril.
104. Jorge Escobar, entrevista
(en A. Avendaño, Historia...,
34).
Preámbulo 72
El fenómeno iba a
pasar con nosotros o
sin nosotros porque el
contexto ya no daba
para más.
Ramiro Soria
Figura 2.5. Preparando carteles de protesta. Dirige la mesa el “Chino” Cifuentes. 1972. Foto:
Jorge Rousselin.
Las causas del rompimiento
Para inicio de los años 70 las condiciones habían cambiado, no era el mismo
escenario del despuntar de los 60. Los movimientos estudiantiles estaban
fortaleciéndose en el mundo y tomaban un papel preponderante en la lucha
por las reivindicaciones sociales. La organización estudiantil se había
consolidado y el posicionamiento político dentro de la estructura académica
se consideraba clave para el logro de los objetivos de grupo.
La academia necesitaba adaptarse a las nuevas realidades, pero no lo hizo con
la prontitud necesaria, para algunos, parecía que era un tema que ni siquiera
se había considerado.
Se fueron dando indicios sobre la situación que se podría afrontar a lo interno
de la Facultad de Arquitectura y serían varios los acontecimientos que
llevarían al rompimiento del modelo original. Entre ellos la poca disposición
para hacer cambios de enfoque en el pensum de estudios, la baja participación
dada a los estudiantes, la vinculación de algunos actores con los movimientos
sociales, el fortalecimiento de la organización estudiantil, la llegada de un
nuevo Rector con orientación hacia el desarrollo social y, el apoyo político que
se había ido tejiendo al interior de la Junta Directiva y dentro del CSU.
También favoreció el proceso el cierre de la Escuela de Estudios Generales que
generó un considerable incremento de estudiantes que provenían de familias
de escasos o medianos recursos económicos.
Preámbulo 73
Las autoridades, la
mayoría de ellas
fundadorasdelaFacultad,
no habían dimensionado
los grandes cambios en
los escenarios y actores
de la Facultad.
Los seminarios y eventos estudiantiles que irían dotando de diferentes
marcos conceptuales y contextuales que justificarían y fundamentarían los
pronunciamientos y propuestas que estaban por venir.
Se sumaría el disgusto generado por el nuevo pensum en el que no se les
dio participación, al que señalaban de mantener la mayoría de los criterios
académicos tradicionales y de no reconocer la importancia de la facultad en
el desarrollo social. Si a ello sumamos el sentimiento estudiantil de que no
se daba respuestas a sus propuestas e inquietudes, la percepción de estar
en una carrera elitista y poco participativa, la forma poco efectiva en que
las autoridades afrontaban la problemática y, para finalizar, la inoportuna
propuesta de normas de evaluación impopulares era más que probable que
explotara una crisis.
Las autoridades, la mayoría de ellas fundadoras de la Facultad, no habían
dimensionado los grandes cambios en los escenarios y actores de la Facultad.
Los directivos y muchos de los profesores eran arquitectos de renombre,
provenían de familias con holgados recursos que les permitieron ir a
estudiar al extranjero, poseían una gran proyección dentro de la práctica de
la arquitectura y gozaban de mucho respeto en los ámbitos profesionales y
sociales, pero tenían posiciones que diferían de las nuevas aspiraciones y
perspectivas estudiantiles. Pertenecían a una vieja guardia con patrones
de conducta orientados a valores como el respeto hacia la autoridad y a los
mayores. Su disposición era tradicionalmente academista y no advirtieron
la magnitud de las reacciones estudiantiles. Su conservadora visión no les
permitió anticipar las luchas político-ideológicas que no formaban parte de
la realidad profesional que conocían y que se había mantenido dentro de la
joven Facultad, y no priorizaron estrategias o respuestas conciliatorias para
afrontarlas.
Debió ser muy doloroso para quienes lucharon tenazmente por la fundación
de la Facultad que muchachos empoderados los acusaran de improvisación,
ineficiencia, irresponsabilidad e incapacidad, y además les exigieran su
renuncia. Pero hubo una clara desatención a las señales que se habían dado y
a esas alturas del desarrollo de la Facultad todo había cambiado.
Para el momento del quiebre habían pasado 14 años desde la fundación. Las
condiciones y aspiraciones de los miembros de esta nueva generación eran
muy distintas a la de los primeros estudiantes que vieron realizado el sueño de
sus maestros de formar una Facultad de Arquitectura en Guatemala. Muchos
estudiantes no conocían a los fundadores y sus antecedentes, además sus
modelos de conducta eran muy diferentes. Pero en ese momento y contexto,
ya poco importaba.
Preámbulo 74
Entre ópticas tan disímiles se fueron revelando diversas posturas ideológicas
y diferentes pretensiones. Se gestaba una lucha doctrinaria entre quienes
querían mantener la orientación de la Escuela, los que aspiraban a un mejor
posicionamiento económico social por medio de los estudios universitarios y
quienes creían que la función del estudiante era contribuir al desarrollo y ser
agentes de cambio social.
El asunto es que fueron múltiples las razones que llevaron a ese momento, el
tema de las nuevas normas fue sólo la excusa, bastante efectiva, para llevar al
rompimiento del modelo y fue utilizado para encender a la masa. Algunos de
los entrevistados dieron su opinión sobre lo que llevó al movimiento. (Tabla
2.1)
Figura 2.6. El entierro de las estructuras, desfile realizado en la Ciudad Universitaria para
simbolizar el cambio que se aproximaba, abril de 1972. Foto: Jorge Rousselin.
En fin, parecía que había un cúmulo de situaciones por atender, los escenarios
eran hostiles y los nuevos actores que entraron en escena tenían opuestos
criterios, inclinaciones y valores influidos por las nuevas corrientes que
afectaban a los estudiantes de las universidades públicas latinoamericanas.
Era inevitable que en ese contexto existieran ajustes para responder a la
nueva realidad que se estaba gestando. El estallido que se estaba dando en la
Facultad era sólo el primer paso de un proceso de transformación que iniciaría
con el Congreso de Reestructuración de Arquitectura.
Preámbulo 75
◊ Los sesentas y setentas, fueron años en que se
dieron ideas que impactaron en las sociedades
y cambiaron en alguna forma al mundo. (Luis
Estrada)
◊ Queríamos que se cambiara el pensum que venía
de la Habana y que estaba trasnochado. (Enrique
Matheu)
◊ La facultad se encontraba desligada de la rea-
lidad nacional, formando profesionales indivi-
dualistas y con capacidades de diseño orientadas
hacia productos puramente estéticos. (Sergio
Duarte)
◊ Había un sentimiento de dejar lo tradicional por
algo nuevo que fuera más participativo donde el
estudiante decidiera y que eso respondiera a las
necesidades que la pobreza del país presentaba.
(Luis Estrada)
◊ No teníamos noción de lo que sucedía en nuestro
país, porque estábamos muy alejados de nuestra
Realidad Nacional. (Jorge Cordón)
◊ Necesidad de que los contenidos de los cursos
se acercaran a conocer la realidad del país, de
acercar el ejercicio de la arquitectura a la pobla-
ción pobre, tanto de áreas urbanas como rurales.
(Luis Estrada)
◊ Había una inconformidad generalizada con el
comportamiento de los profesores, quienes tra-
taban a los alumnos de mala manera.(Sergio
Duarte)
◊ La ley del profesor era la que prevalecía y la
tendencia de las autoridades era de apoyarlo
al 100%, aunque no tuviese la razón. (Ramiro
Soria)
◊ Había discriminación, trato grosero (usted mejor
vaya a vender papas) y machista (qué está ha-
ciendo aquí). A las mujeres las intimidaban. Se
sentía la carga. (Glenda Rodríguez)
◊ Había autoridades y docentes con comporta-
mientos elitistas, que decían que el arquitecto
nace y no se hace. (José Asturias)
◊ Los extremos son malos, los profesores eran abu-
sivos con los estudiantes y decidían quien podía
y quien no. (Julio Corea)
Tabla 2.1
Opiniones sobre las causas que llevaron al movimiento
Fuente: Comentarios obtenidos de entrevistas, según se identifica al final de cada párrafo.
◊ Había cursos, pero no programas, el docente hacía
lo que quería y contestaban que eso era libertad
de cátedra. (Pedro Asturias)
◊ Teníamos un sistema de educación bancaria
(llegabas te depositaban los contenidos, te los
aprendías y a ganar el curso y seguir igual).(Luis
Estrada)
◊ En sociología urbana se hablaba de Europa, en
historia de arquitectura maya se hacía un enfoque
descriptivo, no interpretativo. (Darío Menéndez)
◊ No había sistematización de la evaluación, las
calificaciones eran subjetivas. Había caos y dis-
crecionalidad para pasar los cursos. Un desorden
organizado. (Glenda Rodríguez)
◊ No enseñaban a realizar el diseño, no había me-
todologías y se partía de referentes como revistas
de arquitectura a las que no todos tenían acceso.
(José Asturias)
◊ La crítica era despiadada y no te daban insu-
mos. Las cosas eran poco claras, muy selectivas.
(Glenda Rodríguez)
◊ No tenían sistematizada la enseñanza del dise-
ño. Nos pusieron como problema, la casa de un
pianista y su esposa que era pintora Solo daban
el listado de necesidades y todo derivaba de la
creatividad. (Glenda Rodríguez)
◊ Queríamos aprender de diseño, pero no nos ubica-
ban en la realidad nacional. Se hacían proyectos
irreales, no se diseñaban escuelas, hospitales, etc.
(Darío Menéndez)
◊ Consideraba que no era justo que al estudiantado
en general se le tratara de esa manera. (Ramiro
Soria)
◊ Se buscaba más democracia, menos autoritarismo
y una mayor libertad de decisión sobre el pensum
de los mismos estudiantes. (P. Pablo Palma)
◊ Les pedimos que evaluáramos juntos el Plan 69 y
acordamos parar el movimiento, pero no cumplie-
ron. (Pedro Asturias)
Un vehemente inicio 79
En 1972 Nixon autorizaría el aumento de bombardeos a las tropas de
Vietnam del Norte, esto provocaría que a lo largo de Estados Unidos
se realizaran demostraciones pacifistas y que cientos de manifestantes
fueran arrestados. A pesar de que durante ese año se continuaron las
negociaciones para lograr un acuerdo de paz, las acciones se recrudecerían
a finales de año después de la reelección de Nixon en noviembre. En enero
del siguiente año Vietnam del Norte propondría la reanudación de las
conversaciones de paz. En mayo los dirigentes de Estados Unidos, Richard
Nixon y de la Unión Soviética, Leonid Brezhnev firmaron un Tratado
de Coexistencia Pacífica. Para junio del 72 se había destapado el caso
conocido como Watergate que desestabilizaría al gobierno republicano
y llevaría a una crisis gubernamental sin precedentes. El debilitamiento
del gobierno de Nixon coincidiría con un repunte en las actividades
revolucionarias en Latinoamérica, la violencia se institucionalizaba y las
confrontaciones ideológicas y políticas afectaban el orbe.
En Latinoamérica se revelaron varios movimientos políticos. En febrero
el ejército derrocó al presidente ecuatoriano, José María Velasco
Ibarra. En El Salvador, ante las acusaciones de fraude en las elecciones
presidenciales, un grupo proclamado como la “Juventud Militar” trató
de dar un golpe, pero no lo logró. El coronel Arturo Armando Molina
asumió la presidencia y comenzaría su período bajo un Estado de Sitio
a partir del 1 de julio de 1972. Esto desató un proceso de radicalización
social y favorecería el engrosamiento de las filas guerrilleras.105
Ese mismo mes la Universidad de El Salvador fue ocupada por el ejército
salvadoreño. La Secretaría General de la Confederación Universitaria
Centroamericana había comunicado sobre la intervención militar de la
Universidad de El Salvador (UES) al Consejo Superior Universitario de la
USAC, el cual acordó expresar su protesta por ese hecho que vulneraba
la autonomía universitaria y a la vez manifestar su solidaridad a las
autoridades de la Universidad de El Salvador,106
pero la UES seguiría
intervenida hasta 1978.
105. Ministerio de
Educación. Historia de
El Salvador. Tomo 2. (El
Salvador: Mined, 2009), 206.
106. CSU 1161, 3.1./1972 de
19 de julio.
UN VEHEMENTE INICIO
Un vehemente inicio 80
En Guatemala, luego de seis años, estaba disminuyendo la violencia
generalizada. En marzo de 1972 el PGT había afirmado que la lucha
armada se encontraba, en esos momentos “estancada y en buena medida
desacreditada.” Años antes el PGT se había separado de las FAR por
diferencias estratégicas en la forma de enfrentar el proceso, en especial,
debido a que aquellos no compartían las acciones armadas. Sin embargo,
el 15 de septiembre de 1972 el PGT y las FAR hicieron pública su voluntad
unitaria: «tenían el deber y la responsabilidad de desarrollar, orientar
y organizar el esfuerzo del pueblo hacia la conquista del poder político
mediante la derrota de las clases reaccionarias del país y lograr la
independencia nacional, la democracia y el bienestar popular».107
Las posiciones universitarias se consolidaban para una mayor
participación social, crear las bases académicas que propiciaran una
mayor conciencia social y articular acciones para mejorar las condiciones
de la mayoría.
El gobierno de Arana continuaría con la lucha armada y promovería una
represión selectiva en la lucha contra los revolucionarios. Los ataques
hacia el PGT de los años anteriores habían sido poco comparados con el
sucedido el 26 de septiembre de 1972. Ese día fueron detenidos varios
dirigentes de la agrupación. Según reportes de prensa fueron capturados
ocho personas. El gobierno negó reiteradamente toda responsabilidad.
Carlos Sabino afirma que dichos dirigentes no abrazaban el camino de
la lucha armada y su desaparición pudo servir para otorgar importancia,
dentro de la izquierda, a los partidarios de métodos de lucha más
radicales.108
Pero de acuerdo con Álvarez los desaparecidos eran viejos
militantes «todos comprometidos con el impulso de la lucha armada que
consideraban el único medio para alcanzar la revolución».109
Las autoridades universitarias levantaron su voz en protesta junto a los
dirigentes de la AEU y de las distintas asociaciones estudiantiles «como
la única opción que les quedaba a los sectores de oposición para mostrar
su descontento, ira y repulsa».110
Pero los dirigentes nunca aparecerían.
107. Virgilio Álvarez.
Conventos, aulas y
trincheras. Universidad y
movimiento estudiantil
en Guatemala, Volumen
2, (Guatemala: Editorial
Universitaria, 2014), 43.
108. Carlos Sabino,
Guatemala la Historia
silenciada (1944-1989),
Tomo II, El dominó que no
cayó. (Guatemala: Grafiaetc.
2018), 160.
109. Álvarez, Conventos, 19.
110. Ídem.
Un vehemente inicio 81
111. Harnecker, Haciendo
posible, 39.
112. Ídem.
Las dos tendencias principales de los grupos de izquierda eran claras.
Una se orientaba por un proceso democrático y de participación y
organización de la masa social y la otra se inclinaba hacia la lucha por
medio de las armas. Los grupos que surgían optando por el camino de
la lucha armada se autodenominaban izquierda revolucionaria, para
diferenciarse del resto de la izquierda a la que tildaban de reformista
(partidos comunistas pro-soviéticos, partidos socialistas, etcétera).111
La izquierda revolucionaria, de origen urbano y preponderantemente
universitario, tuvo escasa penetración en el movimiento obrero,
tanto por la oposición que recibió de los aparatos sindicales de los
partidos comunistas y socialdemócratas o populistas que dominaban
ese espacio, como por el propio desinterés de sus militantes, que
preferían abocarse a las tareas de la preparación militar. […] Esta
nueva izquierda, idealista, llena de ímpetu e impaciencia juvenil,
no sólo se declara partidaria de la lucha armada, sino que asume
en la práctica esta forma de lucha y se lanza a crear organizaciones
guerrilleras. 112
En las luchas universitarias y estudiantiles de igual manera se perfilaban
dos corrientes. La primera consideraba que la acción política pasaba
necesariamente por el proceso de consolidación de la institución
universitaria, en el cumplimiento efectivo de sus funciones docentes.
Esto suponía que el movimiento estudiantil iniciara un proceso de
reconstrucción a partir de las acciones y demandas propiamente
estudiantiles. La otra defendía que la institución y el movimiento
estudiantil sólo tenían sentido si se incorporaban, lo más pronto posible,
al proceso revolucionario. Los estudiantes que dirigían el movimiento
de cambio en arquitectura pertenecían al primer grupo y sus acciones
estaban orientadas al plano académico político.
Un vehemente inicio 82
113. Rafael Cuevas del Cid,
Discursos Universitarios
1970-1974. (Guatemala:
Editorial Universitaria,
1974) 69.
La instalación del CRA
Luego de la resolución del CSU de apoyar el Plan de restructuración de
Arquitectura, los promotores del proceso procedieron con las acciones
programadas. El 2 de mayo quedó integrado el directorio del CRA: por
la Junta Directiva el arquitecto Lionel Méndez Dávila; por el claustro
el arquitecto Mario Rodas del Valle; por el Colegio de Arquitectos el
arquitecto José Asturias Rudeke; por los estudiantes Pedro Asturias,
Gilberto Castañeda y Mario René Villagrán. El Directorio convocó a la
realización del Congreso de Reestructuración de Arquitectura que sería
inaugurado el 10 de mayo por el Rector Cuevas del Cid:
El Rector quiere expresar en este momento preliminar del
congreso, que comparte, con profundo entusiasmo y con profunda
fe, la confianza que la juventud tiene el cambio de las estructuras
universitarias. […] hay en la juventud de hoy una afirmación que
lleva al cambio de valores, al cambio de mentalidad -a la sustitución
de lo viejo por nuevo-. Es una actitud que es ahora universal. Por
todas partes, las organizaciones universitarias son organizaciones
cuestionadas, no solamente en cuanto al cumplimiento de sus
funciones sino en cuanto a la prevalencia misma de sus funciones
tradicionales. Podemos decir, entonces, que la juventud y quienes
luchamos por el cambio tenemos siempre claro lo que queremos
de la institución universitaria, -sin que siempre esté claro lo que
esperamos de ella en el futuro-. Consecuencia de ello es una natural
angustia por los resultados finales de nuestro trabajo. La meditación
serena pudiera hacernos detener por esa angustia -pero no debe ser
así-. Los grandes cambios que ha sufrido la humanidad no han estado
siempre precedidos ni de una planificación exhaustiva ni de una
visión clara y concreta de nuestras nuevas aspiraciones. […] el camino
está lleno obstáculos. La formación de nuestros profesionales y de
gran sector de nuestro propio estudiantado hace difícil la realización
de cambios positivos. Pero esos obstáculos no deben arredrarnos.
Como Rector de la Universidad deseo repetir lo que tantas veces
he dicho: mi apoyo irrestricto a la reestructuración como forma de
encontrar mejores caminos vitales, mi respeto por la juventud en
cuya madurez y sensatez creo, unida a su entusiasmo y a su buena fe.
[…] mis fervientes votos porque de este cónclave salga una Facultad
de Arquitectura más completa, más digna, más universitaria y más
consciente de su responsabilidad frente a Guatemala. 113
En ese entonces yo
no tenía conciencia
de la Importancia que
la juventud tenía en
la vida política de los
países y no estaba de
acuerdo con manejar
consignas.
Enrique Matheu.
Un vehemente inicio 83
114. Luis Estrada, entrevista.
Fue evidente el apoyo que el Rector concedía al proceso. Las acciones que
impulsaría luego de este discurso serían determinantes para los resultados.
Luis Estrada se refiere a este tema: «el Consejo Superior Universitario
apoyó este proceso de cambio en la Facultad y la figura emblemática de ese
apoyo, fue el Rector Rafael Cuevas del Cid».114
Figura 3.1. Acto de instalación del CRA en el Salón de Actos de Ingeniería. Gilberto Castañeda Sandoval, representante estudiantil
ante el Directorio del CRA; Lionel Méndez Dávila, representante de la Junta Directiva en el Directorio; Héctor Jiménez Martínez,
Presidente de la Asociación de Estudiantes de Arquitectura (AEDA); Carlos Asencio Wunderlich,Decano de la Facultad; Rafael Cuevas
del Cid, Rector de la Universidad; Roberto Diaz Castillo, Secretario General de la Universidad; José Asturias Rudeke, representante
del Colegio de Arquitectos ante el Directorio; Mario Rodas del Valle, representante de los profesores ante el Directorio; Mario René
Villagrán y Pedro Asturias Montenegro, representantes estudiantiles ante el Directorio. Mayo de 1972. Foto: Jorge Rousselin.
Un vehemente inicio 84
El CRA planteó para su desarrollo cinco etapas: La primera fue la de
investigación que cubría cuatro grandes temas: la realidad nacional, la
práctica profesional, la Facultad de Arquitectura y los campos del diseño. La
segundacomprendíalasresolucionesyrecomendacionesqueseelaborarían
sobre los resultados alcanzados en la primera etapa. Se incluirían los
nuevos objetivos de la Facultad, las bases curriculares y los criterios básicos
para la constitución del nuevo sistema de gobierno y para el seguimiento
del plan de reestructuración. La tercera perseguía la elaboración del
proyecto de reestructuración, para lo cual se integró un grupo técnico con
los arquitectos José Asturias, por el directorio; Manuel Pinelo, Hermes
Marroquín y Carlos Brichaux, por los profesores; Los estudiantes Gilberto
Castañeda por el Directorio, Fernando Pepió, Silvia morales y Luis Estrada
por la AEDA; quienes trabajarían durante julio de 1972. La cuarta etapa
consideraba la sanción final por medio de la convocatoria a un Seminario
Nacional de Arquitectura -SNA- que debería realizarse durante la segunda
semana de agosto. Aquí se aprobaría el proyecto de reestructuración el
cual sería enviado al Consejo Superior Universitario para su sanción final.
La quinta etapa la constituía la aprobación final y la ejecución del Plan.
Según Castañeda «los estudiantes lograron que el directorio estableciera
relación de trabajo con la Comisión de Planificación en la Universidad
para que lo asesorara en la elaboración del Plan General de desarrollo del
Congreso. Se buscaba contar con su opinión favorable cuando fuera el
momento de aprobar la reestructuración de la Facultad al nivel del Consejo
Superior Universitario. […] el directorio fue un factor muy dinámico y
efectivo, pero paulatinamente se fue separando de su base, alejándose cada
vez más de ella y, por tanto, propiciando la atomización y las divergencias,
así como las dinámicas particulares en el seno del estudiantado».115
Esta
situación convertiría al directorio, en la cabeza visible del bloque de
la reestructura, lo que lo puso en el blanco de las críticas y ataques que
conforme avanzaba el proceso fueron proliferando cada vez más. Aun así,
el proceso se fue desarrollando.
Inicialmente se había logrado la aceptación de hacer el Congreso de
Reestructura, la participación del decano en la inauguración avizoraba una
apertura para este proceso. Pero pronto, a algunos docentes y estudiantes,
no les parecería el rumbo que estaba tomando. Varios profesores titulares
que no comulgaban con las nuevas ideas comenzarían a solicitar permiso.
115. Castañeda, “La
formación”, 37.
Un vehemente inicio 85
Figura 3.2. Trabajo de análisis y discusión por un grupo de estudiantes.1972.Foto: Jorge Rousselin.
Un vehemente inicio 86
Otro grupo de estudiantes consideró que estaba tomando un tinte
ideológico y comenzaron a cuestionar el proceso. Destacó la participación
de la denominada organización de Estudiantes de Arquitectura, conocido
como grupo EDA. Sobre esa visión se refiere Enrique Matheu:
En un inicio participamos en la toma de la Facultad. Estábamos
peleando porque se cambiara el pensum que venía de la Habana y
que estaba trasnochado. El congreso se fue implementando con
conferencistas de gran categoría; entre ellos Julio Hernández Sifontes,
Severo Martínez y otras personalidades. Pero comenzó a tomar otro
giro, en el sentido que ya no hablaban de la arquitectura que habíamos
llegado a estudiar, sino que hablaban de otra esfera de estudios que
incluían bastante más el tema humanístico con orientación social.
A mi juicio lo que estaba pasando ya no era sólo sobre la facultad,
Figura 3.3. Reunión de asesoría al proceso de renovación curricular. 1972. Foto: Jorge Rousselin.
Un vehemente inicio 87
había una agenda oculta, una agenda política que estaba poniendo en
peligro la autonomía de la universidad. En ese entonces yo no estaba
de acuerdo en que nos involucraran en temas políticos. Pronto ya no
estábamos en línea, y poco a poco fuimos integrando un grupo que
quería seguir estudiando arquitectura, el grupo EDA. Los términos
que antes eran amistosos se fueron modificando y llevaron a una
polarización. 116
En la interpretación que hace Ramiro Soria menciona algunas situaciones
que contribuyeron, en ese momento, con la polarización del movimiento:
Yo nunca asumí ninguna posición política, pero si era combativo. Lu-
chaba por mis derechos y, en lo personal, consideraba que no era justo
que al estudiantado en general se le tratara de esa manera. En cier-
to momento comenzamos a recibir mensajes peyorativos como: son
los que no vienen a estudiar, vienen a pelear, a hacer lucha social. El
movimiento, además de crear consecuencias académicas, distanció
las relaciones entre los que nos estábamos formando. Los del CRA
fuimos etiquetados como los malos de la película. 117
Algunos medios de comunicación estaban siguiendo la noticia, unos
divulgaban las acciones estudiantiles y otros comentaban que el
movimiento estaba tomando un giro hacia la izquierda. Quizás uno de
los comentarios más opuestos al movimiento estudiantil fue el de Edmund
Mulet-Lesieur, que hizo serios señalamientos hacia lo que rotulaba como
la peligrosa posición que estaba tomando el Congreso de reestructuración
de Arquitectura. Cuestionaba que en el evento: «Los temas tratados en
las pláticas y en las mesas redondas y los libros que se “invita” a leer a
los alumnos son todos de tendencias socialistas. Los mismos sociólogos,
humanistas y ciencia-políticos invitados al Congreso, son conocidos por
esa misma y desgraciada característica». Indicaba que para probar lo que
afirmaba, reproducía un párrafo de un boletín publicado oficialmente por
la Asociación de Estudiantes de Arquitectura, en la que ésta, refiriéndose al
“imperialismo” de Estados Unidos, sostenía: «Por eso la estrategia para un
verdadero desarrollo de los pueblos oprimidos del mundo es la estrategia
revolucionaria: la liberación, frente a la violencia reaccionaria del
imperialismo y sus lacayos, la violencia revolucionaria de los condenados
de la tierra». Para Mulet a todas luces ese párrafo invitaba abiertamente a
la subversión. «Sólo un guerrillero podría escribir algo así, o por lo menos,
alguien que está de acuerdo con las guerrillas».118
116. Enrique Matheu, entre-
vista de B. Rabe, (16 de agos-
to de 2022).
117. Ramiro Soria, entrevista.
118. Edmond Mulet,
«Re-estructuración de
Arquitectura», Alerta. 18 de
junio de 1972. 17.
Los temas tratados en
las pláticas y en las
mesas redondas y los
libros que se “invita” a
leer a los alumnos son
todos de tendencias
socialistas. Los mismos
sociólogos, humanistas
y ciencia-políticos
invitados al Congreso,
son conocidos por esa
misma y desgraciada
característica.
Edmund Mulet-Lesieur
Un vehemente inicio 88
Mulet continuaba: «Así, con este material que denunciamos, se está
desenvolviendo la “re-estructuración” de la Facultad de Arquitectura de
la Universidad de San Carlos de Guatemala. Mesas redondas, conferencias,
pláticas, textos distribuidos, todo encaminado a lavar el cerebro de los
estudiantes, para hacerles perder la noción de lo lógico. Los catedráticos
que intervienen son comunistas (conocemos a uno) y los son los que llevan
las riendas de este congreso». Después de estas serias acusaciones, Mulet
hace un alarmante llamado:
La Cámara de Comercio y la Cámara de Industria de Guatemala,
así como las asociaciones de productores, que son los que pagan
impuestos al fisco, debieran reunirse en sesión permanente y enviar
un memorándum al Ejecutivo para que, de alguna u otra forma,
éste tome cartas en el asunto e intervenga, coarte, suspenda o algo
parecido a la Universidad de San Carlos, sobre todo a las facultades
“revolucionarias”, que, como la de Arquitectura, no están cumpliendo
con una de sus principales funciones: la formación de buenos
profesionales. De no atenderse el memorándum, no se pagarían
impuestos hasta ver atendidas las justas reclamaciones de los que los
pagamos»119
Mulet en su artículo también se refirió a un boletín que se adjudicaba a
Pedro Pablo Palma en el que este afirmaba «una orientación popular de
Arquitectura sólo será posible con una destrucción total del actual sistema
establecido y con la toma del poder, económico y político por el pueblo».120
Al consultar en entrevista personal a Pedro Pablo Palma sobre lo anterior,
dijo:
Publiqué un escrito titulado La encrucijada de Arquitectura en
el que hacía ver mi posición sobre la situación que se vivía en la
Facultad y en la que, además, dije otras cosas como que a lo que
podía aspirar un estudiante era a ser dibujante de las empresas
monopólicas de la construcción arquitectónica en Guatemala que ya
estaban distribuidas en manos de la clase dominante. Que había que
despertar la enorme capacidad creativa en el diseño que llevábamos
en la sangre los guatemaltecos, después de haber construido ciudades
magnificentes como Tikal, pero para ello había que romper con
la costumbre de edificar con copias de los diseños y los planos de
arquitectura de los estadounidenses. A lo más que se podría aspirar
a construir como arquitecto, fuera de estas grandes empresas, era
como maestro de obra de casas particulares. Lo cual todavía tiene
cierta vigencia.121
119. Mulet. «Re-
estructuración de
Arquitectura». 17.
120. ïdem..
121. Pedro Pablo Palma,
entrevista.