2. Fotorreceptor
Es toda célula o mecanismo
capaz de captar la luz. En la
naturaleza existen varios
tipos de
células fotosensibles, tanto
en animales como
en vegetales, pero en este
artículo nos vamos a centrar
en las células
fotorreceptoras del sistema
visual de
los vertebrados (que es
diferente a los sistemas
visuales de otros animales
como los insectos o
los moluscos), y en especial
de el sistema visual humano.
En el sistema visual humano
los fotorreceptores se
localizan en el interior del
ojo y existen dos tipos
diferentes: los conos y
los bastones.
3. Fonorreceptor
El oído conforma el órgano del
equilibrio y la audición. Es un órgano
que se encuentra superdesarrollado
principalmente en mamíferos
inferiores terrestres y acuáticos, tal
es el caso de los felinos y los grandes
cetáceos en donde, gracias a su
evolución fisioanatómica, se han
hiperdesarrollado
mecanorreceptocitos especializados
en destacar el sentido de equilibrio y
audición en perfecta armonía. En el
caso del ser humano esta evolución
no está tan desarrollada.
El oído se divide en tres partes, oído
externo, oído medio y oído interno.
4. Mecanorreceptor
La piel es un manto que recubre todo
nuestro organismo a excepción de los
orificios naturales. Sus funciones son
varias, siendo la más evidente de aislar y
proteger el interior del organismo con
respecto al espacio exterior y guardar
con él una estrecha relación, sobe todo
en el intercambio de calor y la captación
de información de diversa índole.
También es función de la piel excretar
sustancias, como el sudor o el sebo, que
aparte de mantenerla en condiciones
óptimas, regulan la concentración de
sales en el cuerpo.
A parte de estas funciones tan
importantes por sí solas, la piel tiene otra
misión fundamental, que es la de
contener el sentido del tacto.
5. Quimiorreceptores
El gusto es un sentido "químico". Gracias
a él, podemos identificar sustancias
disueltas que entran en contacto con la
lengua, que es el órgano que posee las
células sensitivas a las que llamaremos
quimiorreceptores.
El olfato es el sentido mediante el cual el
ser humano es capaz de reconocer y
diferenciar sustancias volátiles que se
hallan en el ambiente.
En el hombre es un sentido no muy
desarrollado en relación con otros
mamíferos, en los que el olfato está
mucho más potenciado, como en el caso
de los perros.
El órgano sensitivo del olfato está
situado en las fosas nasales.