2. San Agustín
Agustín fue uno de los más
grandes genios de la
humanidad.
Escribió numerosos
tratados contra los
heresiarcas y luchó con
tanta energía contra
Pelagio que se y luchó con
tanta energía llamó el
“doctor de la gracia”.
3. Benedicto XVI dice que
Es el Padre más
grande de la Iglesia
latina. Todos los
caminos de la literatura
latina cristiana llevan a
Hipona (hoy Anaba, en
la costa de Argelia),
lugar donde era obispo
desde 395 hasta 430.
4. Confesiones
Cuando escribió sus Confesiones, hacía ya dos
años que era obispo de Hipona. Explica sus
extravíos para demostrar de qué abismo le
había salvado la gracia y para despertar en
sus lectores el amor a la misericordia divina.
La Ciudad de Dios es una apología del
cristianismo pues se le acusaba de las
desgracias del Imperio al haber suprimido el
culto de los dioses.
5. Las Confesiones
Constituyen un modelo único en la historia
occidental por su atención a la interioridad
y a la psicología. Es uno de los libros de la
antigüedad cristiana más leídos todavía
hoy. Confessiones, en este caso, significa
alabanza a Dios. Ver la propia miseria a la
luz de Dios se convierte en alabanza a
Dios y en acción de gracias porque Dios
nos ama, nos acepta y nos transforma.
6. Sobre estas Confesiones
Que tuvieron gran éxito
ya en vida de San
Agustín, escribe él
mismo: “Han ejercido
sobre mí un gran influjo
mientras las escribía”
(Retractationes, II, 6). Allí
seguimos paso a paso su
camino interior.
7. De adolescente
Agustín había
abandonado la fe
porque no lograba ver
su racionalidad. Tras
su conversión, vio que
fe y razón no se
contraponen, sino que
son “las dos fuerzas
que nos llevan a
conocer” (Contra
academicos, III, 20, 43).
8. El maniqueísmo
Es una forma religiosa
gnóstica que tiene su origen
en Babilonia y Persia a
mediados del s. III. Es una
mezcla del dualismo rígido
de Zoroastro con elementos
budistas, caldeos, judíos y
cristianos. Su fundador es
Manes (Babilonia, 216-277).
San Agustín fue maniqueo
siendo joven.
9. Fue bautizado por San Ambrosio
En la vigilia pascual de 387,
en Milán, el retórico africano
fue bautizado por el obispo
Ambrosio. El camino de
conversión de San Agustín
continuó humildemente hasta
el final de su vida. Al regresar
a África fundó un pequeño
monasterio, pero ese
hermoso sueño duró sólo tres
años.
10. Dato curioso
Cuando Agustín sabía que había una sede
vacante de Obispo, no se paraba por ese
lugar, no se les fuera ocurrir nombrarle
Obispo.
Llegó a un lugar donde el Obispo Valerio
hablaba griego y un poco de latín, por
tanto, tenía problemas para expresarse.
Así que por aclamación lo pidieron como
Obispo y fue nombrado Obispo auxiliar,
cuando muere el titular, él se queda en su
lugar.
11. Fue consagrado
sacerdote y destinado a
servir a los fieles; esto le
resultaba difícil pero
desde el inicio
comprendió que
solamente podía vivir en
Cristo viviendo para los
demás.
Aprendió a comunicar su
fe a la gente sencilla,
desempeñando
incansablemente una
actividad que describe
así: “Continuamente
predicar, discutir,
reprender, edificar, estar
a disposición de todos, es
una gran carga y un gran
peso, una enorme fatiga”
(Serm 339, 4).
12. Son célebres sus fórmulas
Con que sintetiza la
coherencia entre razón
y fe: “cree para
comprender”,
“comprende para
creer” (escruta la
verdad para poder
comprender a Dios y
creer).
13. La lejanía de Dios
equivale a la lejanía de
sí mismo. “Porque tú
estabas más dentro de
mí que lo más íntimo
de mí y más alto que lo
supremo de mi ser”
(Confesiones, III, 6, 11).
14. En otros dos pasajes de las Confesiones
Reconoce que el
hombre es un “gran
enigma” (magna
quaestio) y un
“gran abismo”
(grande
profundum), enigma
y abismo que sólo
Cristo ilumina y colma.
Quien está lejos de
Dios también está lejos
de sí mismo.
Y sólo puede
encontrarse a sí mismo
si se encuentra con
Dios.
15. En la carta apostólica Augustinum
Hipponensem
Juan Pablo II pregunta al mismo
santo que querría decir a los
hombres de hoy, y responde con
unas palabras de San Agustín:
“A mí me parece que hay que
conducir de nuevo a los
hombres… a la esperanza de
encontrar la verdad” (Ep, 1.1).
16. Una de las oraciones más
famosas de las Confesiones:
Tarde te amé, hermosura tan antigua, y tan
nueva, tarde te amé. Y he aquí que tú
estabas dentro de mí, y yo fuera, y fuera te
buscaba yo, y me arrojaba sobre esas
hermosuras que tú creaste. Tú estabas
conmigo, más yo no estaba contigo. Me
mantenían lejos de ti aquellas cosas que,
si no estuviesen en ti, no existirían. (cont)
17. Llamaste y gritaste, y rompiste mi sordera;
brillaste y resplandeciste, y ahuyentaste mi
ceguera; exhalaste tu fragancia, la respiré y
suspiro por ti; te gusté y tengo hambre y sed
de ti; me tocaste y me abrasé en tu paz”
(Confesiones X, 27, 38).
18. Retractationes
Redactadas en torno al
año 427. En ellas San
Agustín hace una
“revisión” (retractatio) de
su obra escrita, dejando
así un documento
precioso, pero también
una enseñanza de
sinceridad y de humildad
intelectual.
19. La Ciudad de Dios
Fue escrita con ocasión del
saqueo de Roma por los
godos (410). Muchos decían
que durante la presencia de
las divinidades paganas,
Roma era caput mundi, por
tanto, el Dios de los cristianos
no protegía. A esta objeción
responde Agustín con esta
grandiosa obra.
20. La Ciudad de Dios = De civitate Dei
Este libro es una
presentación de la historia
de la humanidad
gobernada por la divina
Providencia, pero
actualmente dividida en
dos amores: “el amor a sí
mismo hasta el desprecio
de Dios” y el amor de Dios
hasta el desprecio de sí
mismo” (De civitate Dei, 14,28).
21. De Trinitate
En ella reflexiona sobre el rostro de Dios. Dios es el
único creador del mundo, y este Dios único es
trinitario, un círculo de amor. Trata de comprender el
misterio: precisamente su ser trinitario, en tres
Personas, es la unidad más real y profunda del único
Dios.
22. El libro De doctrina christiana
Es una introducción cultural a
la interpretación de la Biblia, y
al cristianismo mismo. Tuvo
una importancia decisiva en la
formación de la cultura
occidental. Para él, lo más
importante era llevar el
mensaje cristiano a los
sencillos, que redactar grandes
obras de gran nivel teológico.
23. San Agustín no tiene
desperdicio
San Agustín fue un
hombre hecho de
oración. Dice: Dios ha
dispuesto que
combatamos más con la
oración que con nuestras
fuerzas (Contra
Iulianum, 6,15: PL
45.1535)
24. Otros escritos
La gran responsabilidad
que tenía por la
divulgación del mensaje
cristiano se encuentra
en el origen de escritos
como el De catechizandis
rudibus, o el Psalmus
contra partem Donati. Los
donatistas eran su gran
problema: dividían la
Iglesia en África.
25. El donatismo
Es un movimiento religioso iniciado en el siglo IV como una
reacción ante el relajamiento de las costumbres. Excluían de la
Iglesia a los pecadores públicos. El obispo Donato dijo que sólo
los sacerdotes de vida intachable podían administrar los
sacramentos. La disputa donatista puso en el candelero el
tema de la validez de los sacramentos, especialmente del
bautismo y del Orden, ya que ellos exigían la santidad del
ministro para su validez .La auténtica cristiandad, decían, es la
africana. Contra este cisma el gran obispo luchó toda su vida,
tratando de convencer a los donatistas que incluso la
africanidad sólo puede ser verdadera en la unidad.
26. En esta producción más amplia
Reviste particular
importancia su gran
número de homilías,
con frecuencia
improvisadas,
transcritas por
taquígrafos. Entre ellas
destacan las bellísimas
Enarrationes in Psalmos,
muy leídas en la Edad
Media (B XVI).
27. La cuestión antropológica
Las cuestiones sobre
Dios y el Hombre-Dios,
que debían haber
terminado con la
definición de los
dogmas de la Trinidad
y la Encarnación,
siguieron siendo
discutidas por la Iglesia
griega. La Iglesia latina
fue más práctica.
Se ocupó del hombre:
abordó el problema de
su salvación y los
problemas relativos al
hombre. Sobre este
particular, dos
sistemas se opusieron
a la doctrina de la
Iglesia: el pelagianismo y
el semipelagianismo.
28. Polémicas de San Agustín
Con maniqueos
Con donatistas
Sólo los sacerdotes santos podían administrar
sacramentos válidos
Con pelagianos
El pecado original no nos afectó
29. Errores pelagianos
Los errores pelagianos se centraban en una
hipervaloración de la naturaleza humana,
sosteniendo que el hombre puede vivir sin
pecado por las solas fuerzas de su
voluntad.
30. El pelagianismo
Pelagio (360-430), monje
bretón de privilegiada
inteligencia y costumbres
austeras, enseñó que:
1º No hay pecado
hereditario; el pecado
original sólo había
sido un mal ejemplo
de Adán y Eva, pero no
había dañado la
naturaleza humana.
31. Pelagianismo
2º El hombre puede vivir
sin pecado por la sola
fuerza de su voluntad. De
Cristo, sólo nos aprovechaba
su buen ejemplo.; que la
gracia no era necesaria
para obrar bien, que se
puede alcanzar la justicia y
la vida eterna sin Cristo.
3º No era necesario el
Bautismo, es sólo un rito de
iniciación en la sociedad de
la Iglesia.
32. La doctrina de San Agustín
Se opone a la de Pelagio en tres puntos:
1º Adán estaba exento de la concupiscencia
(inclinación al mal).
2º pero sus descendientes, como consecuencia
del pecado original, nacen privados de la gracia y
sujetos a la concupiscencia.
3º La gracia borra las consecuencias del pecado original;
a pesar de ser interior, la gracia no destruye
nuestro libre albedrío. En toda ocasión
podemos aceptarla o rehuirla.
33. Pelagio
Empezó a predicar su doctrina en Roma
entre los años 401 y 410. En 411 se
trasladó a África. San Agustín le hizo
condenar en el 1er Concilio de Cartago.
Entonces Pelagio marchó a Palestina,
mientras que su amigo Celestio se
trasladó a Constantinopla. Les fue fácil
propagar su doctrina entre los nestorianos
(los que dicen que en Cristo hay dos
personas).
34. Semipelagianismo
Unos monjes de Marsella y sus alrededores,
Juan Casiano (+432) , abad de San Víctor
y Vicente de Lerins, tomaron una posición
intermedia. Sostenían que la gracia era
necesaria; pero no para el primer paso hacia la
fe ni para la perseverancia en el bien. Esta
doctrina fue combatida por San Agustín y
condenada en dos concilios (Orange en 529
y Valence, en 530).
36. San Agustín
Enseñaba sin
rodeos que la
gracia de la
perseverancia
final la concede
Dios a los elegidos
como gracia
máxima y
singularísima.
37. En su última etapa
Pedía perdón a Dios cada día de su vida.
Comprendió que sólo Cristo realiza
verdadera y completamente el Sermón de
la Montaña; nosotros siempre necesitamos
ser lavados por Cristo y ser renovados por
él.
38. La figura excepcional
de Agustín de Hipona
se proyecta con una
fuerza extraordinaria en
el terreno de la teología
y de espiritualidad. Su
legado dominará por
siglos el Occidente por
siglo cristiano.
40. LEER
Capítulo VIII de las Confesiones.
Lo que dice Benedicto XVI en Los Padres de la
Iglesia, de San Agustín. Le dedica cinco
capítulos. Si no tienes el libro, lee a San
Agustín en cualquier libro de Patrlogía. Por
ejemplo, en Johannes Quasten, Patrología I,
II, III, IV. BAC., en Enrique Moliné, Padres
de la Iglesia, Una guía introductoria, Colec.
Pelícano, Ed. Palabra, Madrid 2014.
41. Bibliografía
Benedicto XVI, Los Padres de la Iglesia. De
Clemente de Roma a San Agustín, Ciudad
Nueva, Madrid 2009.
Domingo Ramos-Lissón, Patrología, EUNSA,
Pamplona 2005.