1. LA FELICICDAD EN CUANTO FIN ULTIMO DEL HOMBRE.
El tema de la felicidad ha sido conectado con la ética desde los tiempos de Aristóteles. Este autor entiende por
felicidad la actualización de las potencias humanas, es decir, la realización y el ejercicio de las facultades y
demás capacidades del hombre. Cuando el hombre pone a funcionar sus potencialidades, la consecuencia
natural es la felicidad. Además, este es el fin propio del hombre, el que está inscrito en su naturaleza. El hombre
esta hecho para ser feliz. La felicidad constituye el bien del hombre, y aquí es donde se conecta este tema con la
ética. Cuando una persona actualiza correctamente sus potencialidades, consigue al mismo tiempo la virtud, la
felicidad, el bien y su fin ultimo.
Desde el punto de vista de la Filosofía y de a Psicología actual, la felicidad es la consecuencia normal de un
funcionamiento correcto del ser humano. Podemos distinguir tres tipos o niveles principales de felicidad: la
felicidad sensible, la felicidad espiritual y la felicidad profunda.
Felicidad sensible es la experiencia de satisfacción y beneplácito a partir de los sentido. Cuando saboreamos un
platillo exquisito, cuando contemplamos un panorama relajante, cuando reposamos cómodamente en
vacaciones, obtenemos este tipo de felicidad. El placer sexual es también un ejemplo típico de esta prima clase
de felicidad. Puede llevar también el nombre de placer sensible y, por supuesto, no es desechable, solo que
apenas constituye el primer escalón dentro de los varios niveles de felicidad que estamos distinguiendo.
La felicidad espiritual es superior a la anterior y se obtiene por el correcto funcionamiento de las potencialidades
humanas en nivel suprasensible como la inteligencia, la voluntad, el amor, la liberta, el arte las virtudes, etc.
Cuando una persona actúa honestamente, cuando ama de manera desinteresada, cuando ejecuta contempla
una obra de arte, cuando comprende las leyes científicas, cuando ejercita su creatividad practica, entonces
experimenta un nivel superior de felicidad, que algunos tanbien llaman placer, pero que inmediatamente lo
distinguen con respecto al placer sensible por fin, el tercer tipo de felicidad, que aquí llamamos felicidad profunda,
proviene del núcleo de identidad personal. Es una felicidad mas refinada que las dos anteriores y solo se percibe
cunado el individuo capta su propio núcleo por medio de un conocimiento aconceptual y atemático. En función de
esta percepción y de esta felicidad, el individuo se vuelve mas generoso, mas atento y amoroso con sus
congéneres, mas respetuoso de la individualidad de los demás.
El primer tipo de felicidad, de nivel sensible, es el mas buscado y el mas experimentado. Para algunos constituye
su meta fundamentalmente en la vida. El segundo tipo de felicidad de nivel espiritual, es mas raro, y requiere un
cierto tipo de educación y ejercitación para ser percibido y buscado en forma sistemática, ya que mientras la
felicidad sensible no conduce normalmente al valor y merito moral, la felicidad espiritual si esta conectada con la
moralidad, pues la ejecución de acto honesto y el ejercicio de la virtud proporciona este tipo especial de
satisfacción.
La felicidad de tercer nivel, felicidad profunda es mucho mas rara. Se encuentra en aquellas personas que
difunden con su solo presencia un bienestar a los demás. Es una felicidad serena, compatible con la
problemática y el ajetreo cotidiano de la vida, es comprensiva, donadora, atenta, amorosa, y, por si fuera poco,
generadora del máximo valor moral de una persona, a saber, su actitud desinteresada, comunitaria, desprendida,
generosa.
Bibliografía:
“Introducción a la Ética”
Raúl Gutiérrez Sáenz