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I
* f t
SANTERÍA
magia Africana
en Latinoamérica
A LAS SIETE POTENCIAS AFRICANAS, Aché
Quiero expresar mi gratitud a la muy cono-
cida escritora cubana Lydia Cabrera por so
amable permiso para emplear algunas de las foto-
grafías de su excelente obra respecto a la san-
tería, El monte, y por toda la inspiración que
hallé leyendo esta pieza pintoresca dd folklore
afrocubano.
También deseo agradecer a los señores Jo-
seph Keretdn y Rafad E. Cruz su ayuda y valio-
sos consejos, y también a todos los santeros que
me proporcionaron parte de sus consejos "téc-
nicos" en la preparación de los hechizos de Id
santería y en las creencias del culto.
A todos ellos, moidu cué ("gradas").
6
Contenido
INTRODUCCIÓN 11
¿Qui ES LA SANTERÍA 21
Imágenes de los santos — Creencia en la santería — Ciencia
herbaria.
LA LEYENDA 33
La mezcla sincrética — Incesto y rencamación — Magia
negra.
RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA . . . . 40
Collares — La hechura de Elegguá — Hacer el santo — La
Tabla de Ifá: los caracoles — Invocaciones a los orishas —
Elegguá — Changó — Obatalá — Oggun — Yemayá — Os-
hún — Santos lavados — El babalao — Muerte de un
babalao — Misas espirituales — Ofrendas de animales — El
güemilere.
Misas espirituales — Ofrendas de animales — El güemilere.
PRÁCTICAS MÁGICAS 66
Cómo trabaja el santero — Magia de amor — Para dominar
a un enemigo — Dinero — Hechizos para buena suerte —
Medicina heterodoxa — Íncubos y poltergeits: exorcismos
— Las botánicas.
MAGIA NATURAL 94
Osain — La ceiba — La palmera — El cedro — EJl omiero
— LA leyenda del coco — Darle coco al santo — Interpre-
taciones — Procedimiento de adivinación.
7
8 C O N T E N I D O
6. .LAS SIETE POTENCIAS AFRICANAS 109
Obataiá — Elegguá — Changó — Ogún — Orúnia —
Yemayá — Oshún.
7. MAGIA NEGRA: BRUJERÍA 129
Iniciación de un mayombero — Influencia de la Luna —
La preparación de un nganga — Utilización del nganga
— La zarabanda — El ndoki — El mal de ojo — La muer-
te del mayombero.
8. OTROS ASPECTOS DE LA SANTERÍA Y DE LA MAGU
AFRICANA 139
Santería en Brasil — Magia en Puerto Rico Semana santa
— El aspecto comercial de la santería.
APÉNDICE: HECHIZOS MÁGICOS DE LA SANTERÍA . 153
Para el amor — Perfume de amor — Baño de amor — Para
hacer regresar a un amante — Para asegurar la fídelidad de
un amante — Para casarse — Para dominar a un esposo —
Para la fertilidad — Para dominar a una persona — Para
separar a un hombre y a una mujer — Para crear diferencias
entre dos personas — Para crear odio entre un hombrr y una
mujer — Para disipar influencias malignas — Para proteger
el hogar — Para anular un hechizo maligno — Para vencer
a un enemigo — Para apaciguar a un enemigo — Para
deshacerse de un enemigo — Para hacer daño a un ene-
migo — Para resolver un problema — Para obtener o con-
servar un empleo — Para jugadores — Para ganar un caso
legal — Para obtener fuerza y salud — Para tener buena
salud — Para tener dinero.
BIBLIOGRAFÍA 171
GLOSARIO 173
Lista de ilustraciones
(Entre las páginas 128 y 129)
1. Changó (dios del fuego), una de las deidades yorubas. La
figurilla, que se dice fue traída de Europa en el siglo xvi,
fue labrada en madera y burilada por el escultor barroco
Balthazar Permaser. Los adornos con gemas fueron ideados
posteriormente.
2. Una estatua primitiva de Yemayá.
3. La espada de doble filo de Changó.
4. Representación de Yemayá como sirena.
5. Una iyalocha poseída por Changó, enarbolando el hacha
con doble filo que es símbolo del dios.
6 El iniciado (yaguó) con la cabeza afeitada y pintada con
tintes vegetales, aguarda la ceremonia del asiento.
7. En un güemilere, una de las creyentes se desploma al piso,
a los pies de una omo-orisha poseída.
8. Los tres tambores utilizados en las ceremonias rituales de
la santería (bata).
9. La yaguó durante la ceremonia ritual del asiento.
10. a) Altar de un santero; b) el canastillero donde se aloja
la imagen de Elegguá; c) el caldero de Oggún con sus im-
plementos.
//. El yaguó, cubierto con la sangre y las plumas de los sacri-
ficios de animales, se desploma durante el asiento, poseído
por su dios.
/2. Sacerdotes de Obatalá vestidos de blanco, el color atribuido
al dios.
9
LISTA DE ILUSTRACIONES
13. Ofrendas de animales.
14. £1 babalao adivin~ el fnturo con caracoles marinos (Tabla
de Ifá).
75. Un talismán de Osain.
16. Una imagen de Elegguá hecha con piedra arenisca y ca-
racoles de mar.
17. Una novicia de la diosa Oshún.
18. Una iyalocha que personifica a Yemayá-Olokun, vestida de
satín azul, con un velo con cuentas sobre su cara y el aba-
nico sagrado (agbebé) en la mano.
79. Un santero en Brasil emplea sus poderes curativos para
"curar" a un creyente, llevando sus collares como un este-
toscopio. La pintura que está en la pared es la imagen de
san Antonio, a quien algunos santeros identifican como
Elegguá y otros como Ifá.
20. a) Talismán de un mayombero; b) clavos mágicos usados
para proteger el hogar; c) vitítí mensu, el espejo mágico con
el que puede pronosticar el futuro; i) masango o nkanguc,
un hechizo para dominar a una persona.
21. Procesión religiosa en La Habana en honor de a) Yemayá
y b) Oshún; c) los bata o tambores sagrados de la santería.
Introducción
La magia latinoamericana, mejor conocida como santería,
naci^enNigeria, a orillas del río Níger. Este es el país de origen
deja gente yoruba que, entre~mariias"TOtras tribus africanasTfue
traída-"al Nuevo Mundo por traficantes de esclavos hace más de
cuatro siglos. Los^onibasjtoajeron^consigo^a^Tnitolo^a^colorida
de su religión, conocida en Cuba como Incurra y en Brasil
cofiurmaeumba.
El pueblo yoruba proviene de Nigeria meridional. Compren-
de un número grande de grupos étnicos, tales como los egba,
ketu, ijebu e ife, entre otros. Anteriormente tuvieron una estruc-
tura social compleja que estaba "organizada en una serie de
reinos, el más importante de los cuales era el de Benin. El reino
de Benin duró desde el siglo xn hasta 1896, cuando lo disper-
saron los colonizadores ingleses. Benin tenía una forma de auto-
cracia teocrática, donde el oba o rey tenia un poder absoluto.
La cultura avanzada de la civilización de Benin puede apre-
ciarse en las hermosas obras en bronce y marfil, que datan desde
tiempos arcaicos hasta el siglo xvn, y que pueden ser apreciadas
en muchos museos en todo el mundo. A principios del siglo xvn,
d pueblo ewe invadió la región de Dahomey y los reinos vecinos,
forzando a las tribus yorubas a 'emigrar a la costa de Nigeria,
donde muchos de dios fueron capturados por los traficantes de
esclavos y traídos al Nuevo «Mundo.
El aspecto más importante e interesante de la cultura yoruba
es su mitología y sus prácticas religiosas. Se han hecho investi-
11
12 I N T R O D U C C I Ó N
gaciones y estudios extensos sobre el culto yoruba. Estos estudios
demostraron que el panteón yoruba es extremadamente complejo
y sofisticado, y muy reminiscente de los griegos antiguos. Sus
dioses y diosas, conocidos como orishas, son plausibles y extra-
ordinariamente humanos en su comportamiento. El término
orisha es de origen incierto. Algunos antropólogos piensan que
se deriva de la palabra asha, que significa ceremonia religiosa.
Otros aseguran que se forma de las raíces ri ("ver") y sha ("es-
coger"). Hay muchos orishas en el panteón. Algunas autorida-
des dicen que en África su número pasa de seiscientos. En Lati-
noamérica sólo se conocen y honran unas cuantos de ellos.
En los complicados ritos mágicos y religiosos del culto, los
sacerdotes tienen gran importancia. Existen tres diferentes órde-
nes de sacerdotes: la primera y más importante es la de los
babalaos, quienes adivinan el futuro por medio de caracoles de
mar o de cortezas de coco; este sistema de adivinación se conoce
como la Tabla de Ijá. Hay varios grados dentro de la casta de los
babalaos: primero está el oluwo o sumo sacerdote; luego sigue
el ajigbona, o ayudante de sacerdote; el odofin toma el lugar
del sumo sacerdote durante la ausencia de éste; el asare pawo es
el mensajero que llama a los devotos a las ceremonias; y final-
mente, el awaro es el sacerdote dedicado a un orisha especifico
y que en un tiempo sacrificaba víctimas humanas al dios o la
diosa al que estaba consagrado. El babalao conduce todas las
ceremonias importantes del culto yoruba.
La segunda orden de sacerdotes la constituyen los ministros
de los orishas que se encargan de las curaciones, como Osayin,
el dios de la medicina, y Aroni, uno de los dioses de las hierbas.
La tercera orden incluye a los sacerdotes o sacerdotisas de
Orisha-Oko, dios de la agricultura, y a los sacerdotes consagra-
dos a dioses menores o a deidades humanas.
Al esparcirse las variadas familias africanas en todo el Nuevo
Mundo por el tráfico de esclavos, sus prácticas religiosas fueron
influenciadas por su nuevo ambiente y las lenguas extrañas ha-
bladas en las tierras de su exilio. Cada tribu tomó prestado libre-
mente de las costumbres, ideas y creencias religiosas de su tierra
adoptiva. Esto trajo una gran diversidad a las ceremonias má-
gicas del negro. Los ritos variaron con cada tribu. En Haití, el
I N T R O D U C C I Ó N 13
culto del vudú fue propagado por los nagos, ibos, aradas, daho-
meyanos y otras tribus. En las colonias españolas y portuguesas,
especialmente Cuba y Brasil, los yorubas y bantúes trasmitieron
ritos mágicos semejantes. Aunque algunos de los rituales y cere-
monias de la santería no son diferentes de ritos del vudú haitia-
no, las divergencias son marcadas, pues no solamente estuvieron
implicadas en los dos movimientos tribus distintas, sino que
también Haití se encontraba bajo influencia francesa durante el
tráfico de esclavos, mientras otros países del Caribe, como Cuba,
Puerto Rico y la República Dominicana estaban bajo el domi-
nio español.
En Cuba, donde la santería se desarrolló extensamente, los
yorubas fueron conocidos como lucumíes, término derivado de
la palabra yoruba akumí, que es el nombre dado a un nativo
de Aku, región de Nigeria de donde vinieron muchos yorubas.
ALos lucumíes cubanos fueron influenciados profundamente por la
iconolatría católica de sus amos españoles. Jbn su fantasía con-'
fusa, identificaron a sus dioses y diosas con los santos de la doc-
trina católica,. Este fue el comienzo de la santería (término deri-
vado de la palabra santo) que significa literalmente la adoración
de los santos. La santería es un caso típico de sincretismo, es
decir, la combinación o reconciliación espontánea, popular, de
creencias religiosas diferentes. Este sincretismo puede apreciarse
en el hecho de que la mayoría de los dioses yorubas han sido
identificados con las imágenes de santos católicos.
Para el devoto católico, la imagen de un santo es la repre-
sentación ideológica de una entidad espiritual que en una época
vivió como ser humano sobre la Tierra. Para el santero, o prac-
ticante de la santería, la imagen católica es la personificación
de un dios yoruba.
El culto de la santería es una mezcla curiosa de los ritos
mágicos de los yorubas y las tradiciones de la Iglesia Católica
Todas las leyendas y los argumentos históricos que rodean la
vida de Jesús, María y de los santos católicos, son de gran im-
portancia para el santero, ya que estos datos sirven para delinear
las personalidades de los santos, facilitando más su identifica-
ción con los dioses yorubas apropiados. Pero aunque el santero
llega a menudo a la Iglesia Católica a una misa ocasional, sus
14 I N T R O D U C C I Ó N
visitas esporádicas son provocadas de ordinario por motivos pre-
meditados; estos es, puede necesitar un poco de agua bendita
para un hechizo, o un trozo de la hostia consagrada, o tal vez
un poco de cera de vela para perjudicar a un enemigo, pues a
pesar de la influencia de la Iglesia Católica, la santería es en su
mayor parte magia primitiva, y sus raices se hallan enterradas
profundamente en el corazón de África, d hogar originario dd
pueblo yoruba.
La magia ha sido definida como "cualquiera de las artes de
producir efectos maravillosos por medio de poderes sobrenatura-
les". La hechicería, por otra parte, involucra una forma de
magia en que se hacen encantamientos o se emplean amuletos,
"generalmente con un propósito siniestro". Esta última definición
no es enteramente precisa. £1 objetivo de un brujo no es necesa-
riamente destructivo en principio. Tal vez una de las descripdo-
nes más precisas de un hechicero que he hallado, es la usada por
Carlos Castañeda en su libro A Sepárate Reality. En las palabras
de don Juan, el maestro indio de Castañeda, un brujo es "un
hombre de conocimiento y poder". La hechicería es "aplicar la
voluntad de uno a la juntura clave. La brujería es interferencia.
Un hechicero busca y encuentra la juntura clave de cualquier
cosa que quiere afectar y luego aplica su voluntad a ella". Don
Juan, como brujo y "hombre de conocimiento", se vale muy
frecuentemente, para hacer sus encantamientos y recalcar su
dominio sobre el mundo fenomenal, de la ayuda de cualquiera
de un número de "aliados" a quienes "manipula" a voluntad.
Estos aliados van desde las drogas aluánógenas hasta los espíri-
tus deméntales y son sencillamente instrumentos utilizados por
el brujo para hacer su voluntad. Don Juan no cataloga la hechi-
cería como negra o blanca, positiva o negativa. Aún más, dice
a Castañeda que los "aliados no son buenos ni malos, sino que
son usados por los brujos para cualquier propósito que conside-
ren adecuado". De acuerdo con este concepto, un hechicero es
un hombre con grandes conocimientos y poderes que puede efec-
tuar a voluntad cambios en su ambiente, sea solo, o con el auxilio
de entidades sobrenaturales. Esto no excluye la posibilidad dd
empleo de la brujería para propósitos malignos. Es una sugerenda
bastante vaga en d sentido de que la elección real del bien o d
I N T R O D U C C I Ó N 15
mal depende del hechicero. Esta definición de brujo es una
descripción muy exacta del trabajo y las aptitudes del santero,
"hombre de conocimiento y poder", cuyos aliados son los orishas
del panteón yoruba, sincretizados como santos católicos.
Los actos mágicos del santero incluyen ayudar a sus consul-
tantes a librarse de influencias negativas, curar enfermedades,
conseguir empleo, mejorar las condiciones económicas y someter,
y frecuentemente destruir, a rivales y enemigos. Como don Juan,
el santero no considera su magia buena o mala. Nada más la
utiliza para hacer su voluntad, y según su forma de pensar, "los
fines justifican los medios". No obstante, el santero es un hechi-
cero cuya obra está dirigida principalmente a aliviar o resolver
los problemas humanos que parecen insolubles por medios comu-
nes. Por lo tanto, podría ser clasificado como un mago bueno
o blanco; pero aun así, nada más porque él lo prefiere. Y no
debemos olviaar que un santero intentará muy a menudo traba-
jos que sería difícil clarificar como constructivos, tales como
el usar sus conocimientos mágicos para castigar o hacer daño de
alguna otra manera a un enemigo. La magia no puede clasi-
ficarse con facilidad como buena o mala. Es en esencia una
fuerza neutral, una capacidad para alterar las leyes naturales
que forma parte de la constitución mental y espiritual del
mago y que puede emplearse indiscriminadamente con propó-
sitos destructivos o constructivos.
En vez de embarcarnos en una discusión prolongada de los
aspectos éticos de la magia, sería más interesante examinar
la naturaleza del mal, con el propósito de obtener una compren-
sión más clara de su mecanismo intrínseco.
Hay dos formas del mal: mal negativo y mal positivo. El
primero es "la oposición polarizada del bien". Por ejemplo, es
difícil caminar sobre una superficie resbaladiza, porque no ofrece
resistencia; tiene que haber algo para que el pie empuje contra
ello y dar al cuerpo el impulso requerido para dar un paso. El
mal negativo es el principio de resistencia, de inercia, que permite
que se manifieste el bien. Este principio de resistencia es el aspecto
"negativo" del mal negativo. Su aspecto "positivo" es el principio
de destrucción, que se conoce también por su nombre eso-
térico del "basurero de los dioses". Según la muy conocida ocul-
16 I N T R O D U C C I Ó N
tista Dion Fortune, la función del principio de destrucción es
"limpiar detrás de la marea en progreso de la evolución, retiran-
do lo que se ha hecho inútil, para que no sofoque u obstruya el
curso de la vida". Esto explica por qué Dios "tolera" al diablo,
pues éste no es más que el "pedal cósmico de empuje" de la
deidad. Así, obviamente es un mal necesario, una reacción basada
en leyes cósmicas, no una fuerza caótica o anárquica.
Por otra parte, el mal positivo tiene como su aspecto nega-
tivo el caos absoluto, sustancia informe, y desequilibrio. Es la
antitesis del orden y la armonía. Es todo lo innatural y lo que
está en oposición directa con el principio creativo del universo.
Es la negativa absoluta de las leyes cósmicas de estabilidad y
coherencia. El aspecto positivo del mal positivo lo forman las
entidades diabólicas que simbolizan las concepciones malvadas
del hombre que no son compensadas por un excedente de pensa-
mientos buenos y armoniosos en otros miembros de la misma alma
colectiva. De estas inteligencias caóticas fluyen todos los impulsos
destructores que tientan y corrompen a la humanidad. Se origi-
naron probablemente mediante la práctica de la magia negra a
través de las edades. Los magos negros organizaron y modelaron
las sustancias malignas originales en moldes plásticos con carac-
terísticas y personalidades definidas. Los seres creados así adop-
taron una existencia independiente y desarrollaron y multipli-
caron con rapidez su especie. A menudo se hacen perceptibles
visualmente durante sueños y alucinaciones y pueden conectarse
y manifestarse en forma física por medio de invocaciones y con-
juros. Con mucha frecuencia, ciertos hechizos y encantamientos
se cargan con grandes impulsos vibratorios mediante él uso repe-
tido, y actúan como llaves que abren las trampas subconscientes
atrás de las cuales pululan toda clase de horrores cósmicos. Una
vez desatadas, estas entidades nihilistas temibles deben ser cana-
lizadas con prontitud por el mago negro y usadas para realizar
sus propósitos nefandos... pues si aguarda o está inseguro de su
acción siguiente, estas mismas fuerzas infernales lo destruirían por
completo. De ahí que los que practican con éxito la magia negra
son grandes adeptos con conocimientos vastos de las leyes natu-
rales y cósmicas. Deben serlo, para sobrevivir a sus coqueteos
constantes con la desintegración espiritual.
I N T R O D U C C I Ó N . 17
MAL NEGATIVO
(principio pasivo,
MAL
'ASPECTO NEGATIVO
(principio de inercia)
.ASPECTO POSITIVO
(Principio de destrucción)
MAL POSITIVO
(principio activo
ASPECTO NEGATIVO
(caos, desequilibrio)
ASPECTO POSITIVO
(entidades diabólicas)
El nial está compuesto de dos aspectos polarizadores: mal negativo y
mal positivo. De los dos, el segundo es el principio masculino activo
y por lo tanto el más maléfico de los dos: genera y engendra más
mal. El que es malvado de manera positiva es el destructor más activo.
18 I N T R O D U C C I Ó N
Los santeros no emplean fuerzas caóticas en su trabajo. Sus
aliados, los dioses yorubas, son manifestaciones directas del prin-
cipio creativo y por lo tanto, son espíritus de luz. Cuando el
santero hace obras mágicas aparentemente destructoras, está
usando el aspecto negativo de una fuerza positiva. Por ejemplo,
cuando busca venganza sobre un enemigo, puede estar utilizando
las fuerzas devastadoras de Oggún, dios de la guerra, o de
Changó, dios del fuego, para rectificar una injusticia o para
"enderezar un entuerto"; Para evitar convertirse en el receptor
eventual de la represalia cósmica por un trabajo de destrucción,
el santero tiene el cuidado de declarar que ha sido victima de las
maquinaciones malignas de su enemigo y, por lo tanto, tiene
derecho a la "justicia divina".' Así puede realizar todos los
aspectos negativos de sus obras mágicas bajo la égida de las leyes
cósmicas.
En el Caribe hay otra secta, conocida como la de los congos
o bantúes, que trabaja exclusivamente con fuerzas malignas. Sus
creencias y prácticas serán tratadas en detalle en este libro,
pues creo que su obra es de interés tanto para el antropólogo
como para el sicólogo. La práctica de la magia congo se ha
dividido en varías ramas, la más popular de las cuales es la del
palo mayombe. Los practicantes de este culto son conocidos
como mayomberos y pueden compararse fielmente a los prover-
viales médicos brujos de la tradición africana. Su malignidad
no tiene paralelo en las prácticas ocultas. Sus especialidades son
trabajos de venganza, nigromancia y destrucción de la vida hu-
mana. La ética y los valores humanos jamás son tomados en
consideración por el mayombero, sencillamente porque él existe
en un mundo "fuera de la realidad generar'. La magia es para
él sólo un medio de supervivencia en un ambiente hostil que
amenaza destruir su existencia a cada paso del camino. La idea
de castigo cósmico no preocupa al mayombero. Cree que puede
escapar a la represalia divina mediante la utilización adecuada
de sus facultades mágicas y "pagando" por los "servicios" de
las entidades infernales que usa en sus actos mágicos y ce-
remonias.
Este pago consiste en alimentos, licor, algunas monedas de
cobre y sacrificios de animales.
I N T R O D U C C I Ó N 19
Comprensiblemente, ninguna de las fuerzas empleadas por
el mayombero han sido sincretizadas, como santos católicos, si-
guiendo la tradición de los yoruba. No obstante, es interesante
hacer notar que la mayoría de los mayomberos sienten un respeto
considerable hacia los supuestos poderes de los dioses yorubas y
muy pocos de ellos se atreverían a entrar en un enfrentamiento
real con uno de los orishas. Es casi como el temor proverbial
de los hijos de las tinieblas a las fuerzas de la luz. Esta deferen-
cia reacia de parte del mayombero hacia los dioses yorubas no
es sorprendente realmente, si uno considera la gran fama y po-
pularidad de los orishas en Latinoamérica.
No todas las deidades yorubas representadas por santos ca-
tólicos poseen el mismo grado de popularidad. Algunos santos
atraen más simpatía que otros. Su popularidad es inducida por
sus poderes y por la magnitud de su lista de milagros. Los santos
se conocen tanto por sus nombres católicos como por sus apela-
tivos yorubas. Muy frecuentemente, a una santa se le conoce
como un dios en el panteón africano. Un caso típico es el de
santa Bárbara, a quien se le conoce en la santería como Changó,
el dios lucumí del fuego, el trueno y el rayo. Como Changó, se
concibe a santa Bárbara a modo de un negro gigantesco de fac-
ciones fuertes, hermosas y sonrisa contagiosa.
Las deidades yorubas son mundanas y pintorescas, llenas de
pasiones y simpatías y antipatías ardientes. Se les ha humanizado
totalmente a través de los siglos y se piensa que descienden a
la Tierra y toman posesión de sus devotos, que son conocidos
como sus "hijos". La posesión de un creyente por un orisha es un
espectáculo asombroso respecto al cual se han hecho muchos
estudios sicológicos. El individuo cae en trance y adopta todas
las características sobrenaturales del orisha por quien está poseído.
Bajo esa influencia puede desplomarse sobre el suelo, retorcién-
dose y temblando con terribles convulsiones y con espuma sa-
liendo de su boca, o principiar una danza ritual violenta que
dura horas sin ninguna indicación de fatiga por parte de la
persona poseída. Sin embargo, más a menudo, la persona come
y bebe abundantemente y ejecuta actos notables de fuerza y
facultades físicas. Bajo esta influencia también puede adivinar
el futuro con precisión asombrosa.
20 I N T R O D U C C I Ó N
Es sorprendente la intensidad de la influencia de la santería
sobre los habitantes de los países latinoamericanos. Las creencias
y costumbres primitivas, con sus palabras bárbaras de invoca-
ción, han llegado incluso hasta las modernas calles congestiona-
das de Nueva York y Miami, donde la santería florece hoy tan
poderosamente como en las islas del Caribe. Según cálculos
moderados, en Latinoamérica y Estados Unidos hay más de cien
millones de personas que profesan el culto.
Contrario a la creencia popular, la santería no se limita a los
ignorantes e incultos. Algunos de los seguidores más devotos del
culto son personas con amplios antecedentes educativos y cultu-
rales. Lo que tienen en común en la santería el ignorante y el
educado es el convencimiento profundo de que ésta funciona en
realidad. Es magia, sencillamente, tanto negra como blanca. Y
hace efecto. Su poder es auténtico y vivido. Cuando menos ellos
creen que lo es.
Muchas de las dictaduras en Latinoamérica han sido acredi-
tadas a la magia. Muchos cubanos piensan que Fidel Castro,
por ejemplo, debe su éxito y su poder a la magia negra de los
mayomberos ("brujos") cubanos. Se rumora que las fuerzas que
lo colocaron en su bastión son deidades africanas. Cierto o no,
es improbable que lo sepamos jamás.
Por lo tanto, la fuerza de la santería reside en la creencia de
sus seguidores en los poderes sobrenaturales de sus dioses. Expon-
dré detalladamente en este libro la mitología, las creencias y las
prácticas de la santería. Es la primera vez que se escribe en
inglés un libro concerniente al culto. Espero que no será el
último. Es un tema fascinante digno de estudio serio.
1
¿Qué es la santería?
Cuando los yorubas identificaron a sus dioses con los santos
de la fe católica, éstos quedaron investidos de los mismos poderes
sobrenaturales de las deidades africanas. Fueron invocados por
los sacerdotes yorubas para emprender curaciones, efectuar he-
chizos y hacer el mismo tipo de magia adscrita de ordinario a
los orishas. Se acreditaron a cada dios-santo atributos específi-
cos determinados y se pensó que controlaban ciertos aspectos de
la vida humana. Todos los fenómenos naturales y los sucesos
comunes de la existencia cotidiana estaban bajo la influencia
directa de las deidades.
Nadie sabe en realidad cuándo, o cómo, una cultura empieza
a dejar su impresión sobre otra. A través de los siglos, los colo-
nos españoles y portugueses y sus descendientes se interesaron
crecientemente en la magia ritual de los yorubas. El interés ini-
cial puede haber empezado por un babalao que curó una enfer-
medad que no pudo vencer un médico acreditado.. . o tal vez
por la precisión de las predicciones y los hechizos de un brujo
curandero. Cualquiera que sea la razón, el hombre blanco prin-
cipió a asistir a los ritos primitivos de los esclavos africanos y
a participar ocasionalmente en ellos. Para fines del siglo xrx, el
culto yoruba había ganado muchos devotos entre los pobladores
españoles de las áreas caribeñas, en particular en Cuba, Puerto
Rico y la República Dominicana, aunque esta última también
fue influida con profundidad por el culto del vudú. Brasil tam-
bién fue inur :ado por la religión yoruba y es en la actuali-
21
22 S A N T E R Í A
dada uno de los pases latinoamericanos donde se practica más
activamente la santería.
A medida que se hicieron más populares los ritos mágicos
de los yorubas, el hombre blanco, superando poco a poco la
reticencia natural de los sacerdotes africanos, consiguió aprender
la mayoría de las leyendas y ritos intrincados del culto, hasta
que al fin se le permitió participar en las ceremonias de inicia-
ción. Tan pronto como alcanzó la calidad de adepto, rebautizó
el culto y lo llamó santería, es decir, adoración de los santos.
Él mismo .fue conocido como santero, o practicante de la sante-
ría. Conservó la mayor parte de los nombres africanos de los
orishas y los rituales más importantes, particularmente la cere-
monia de la iniciación, que rebautizó como asiento. La elección
de* esta palabra puede explicarse por el hecho de que se cree
que los santos toman posesión de sus iniciados y los "montan"
literalmente. El santero es conocido comúnmente como el "caba-
llo" de los santos. El "asiento" de los santos, es decir, la mente
del iniciado (yaguó), se condiciona durante la iniciación para su
trabajo futuro. Un santero es iniciado en los misterios y ritos
del orisha al cual reconoce como su "padre" o "madre". El
asiento es conocido también como hacer el santo. La ceremonia
de iniciación se presentará con detalles más amplios en otro
capítulo.
El santero moderno practica casi el mismo tipo de magia
primitiva que los sacerdotes yorubas antiguos. Es un guardián
celoso de las tradiciones africanas y por lo común es notable-
mente incomunicativo en lo concerniente a sus creencias y prác-
ticas. Como sería difícil de explicar a un aleyo ("no creyente")
algunas partes de su magia, no es difícil comprender esta re-
ticencia.
Las tradiciones antiguas eran trasmitidas oralmente por los
antiguos sacerdotes a sus descendientes y seguidores en reuniones
especiales conocidas como cabildos. En el curso de estas reunio-
nes, los santeros establecían las leyes y prácticas de su religión
y las comunicaban a los nuevos iniciados. También durante los
cabildos se determinaba el dios yoruba que iba a regir el año
siguiente. Otro método más de trasmitir las leyendas y prácticas
del culto era por medio de cuadernos, llamados libretas, en los
¿ Q U É ES LA S A N T E R Í A ? 23
que se escribía. Aunque ya no se celebran ios cabildos, todavía
se observa la costumbre de llevar un registro escrito de los hechi-
zos y ceremonias rituales de la santería. Todo santero tiene una
libreta donde ha anotado meticulosamente todas las enseñanzas
de su padrino. Esta costumbre es muy similar a la práctica entre
los hechiceros europeos, de llevar un libro de hechizos y rituales
conocidos como "Libro de las tinieblas".
La diferencia básica entre los sacerdotes africanos y el santero
reside en que éste practica su magia en la selva de asfalto de las
grandes ciudades, en vez de la espesura de la selva indígena. La
santería es simplemente magia de la selva adaptada a la vida
citadina. Sus prácticas rituales se basan en la magia simpática.
Esto es, la magia natural que se basa en las leyes de similitud
y contacto.
La ley de similitud puede expresarse por el principio mágico
que dice que "todo acto imitativo produce aquello que está imi-
tando". Por otra parte, la ley de contacto dice que "las cosas
que han estado en contacto unas con otras siguen afectándose
mucho tiempo después de que ha sido roto el contacto físico".
Cuando el tipo de magia empleada depende de la ley de simi-
litud, se le conoce como magia homeopática.* En este sistema,
el mago piensa que puede crear virtualmente cualquier clase de
fenómeno natural, representándolo por anticipado, a menudo
usando objetos naturales que están en alianza simpática con
el propósito de la ceremonia. El ejemplo más familiar de este
tipo de magia es el muñeco de cera que es moldeado a la ima-
gen de la persona que se quiere afectar. El mago cree que cual-
quier cosa que le suceda al muñeco le ocurrirá también a la
deseada víctima. Otro ejemplo de magia homeopática, bastante
común en la brujería del Caribe, utiliza una piedra pequeña
que puede hallarse en un parque o en un jardín ordinario. La
piedra se recoge y bautiza con el nombre de la persona a quien
se quiere influir; después, se lleva la piedra a !a casa y se arro-
ja al piso de la entrada; luego se patea suavemente por toda la
casa hasta que rueda bajo la cama. Mientras' rueda la piedra,
se debe enfatizar que la que está siendo pateada es la persona
* Está implícito en el lema de la homeopatía, similia similibus curan*
tur. (N.T.)
24 S A N T E R Í A
a quien se desea dominar. Es fácil comprender con estos dos
ejemplos sendllos los principios básicos de la magia imitativa
u homeopática.
La magia contagiosa establece que las cosas que han estado
en contacto unas con otras siempre lo estarán. Asi es posible
ejercer influencia en una persona únicamente consiguiendo algo
que ha estado en contacto con ella. Puede ser una prenda de
ropa o un poco dé cabellos o de recortes de uñas. Cualquiera
de estos materiales puede utilizarse para embrujar a su dueño
en una forma muy real y efectiva. Por ejemplo, es posible anu-
da: mechones de cabellos de la víctima junto con cabello de la
persona que hace el encantamiento, haciendo un brazalete. Este
es llevado después en la muñeca derecha durante nueve días,
deseando todo el tiempo que la víctima venga al hechicero y
ceda a sus deseos. Los recortes de uñas pueden usarse en per-
fumes, y las prendas de ropa pueden emplearse astutamente
haciendo un muñeco que represente a la víctima.
Todas las formas de magia simpática suponen que las cosas
actúan a distancia unas sobre otras mediante una atracción
no identificada e inexplicable, efectuándose el contacto inicial
por la voluntad del mago. Esta creencia en la influencia sim-
pática ejercida de modo recíproco por individuos u objetos se-
parados por la distancia, es de importancia capital en la sante-
ría, y de hecho, es importante en cualquier forma de magia
natural.
El mago inglés Aleister Crowley definió la magia como la
capacidad para efectuar cambios en la conciencia, *de acuerdo
con la voluntad del mago. Esta definición concuerda con los
principios mágicos de la santería. Pero no es suficiente poseer
una voluntad fuerte para producir la reacción deseada. Uno
también debe tener fe, el convencimiento ardiente de que la ma-
gia dará resultado. No importa si esta fe trasciende a la confun-
da humana y proviene de entidades no humanas o si está
arraigada en una seguridad inconmovible en uno mismo. Lo
que importa es su influencia y los fenómenos algunas veces
increíbles que puede crear. En la santería, esta fe se pone fir-
memente en las fuerzas poderosas de los dioses yorubas. Los
poderes sobrenaturales de los santos, en alianza estrecha con
¿ Q U É E S LA S A N T E R Í A ? 25
la magia simpática de los santeros y su determinación intensa de
triunfar, producen los cambios en la conciencia descritos por
Aleister Crowley. Los dioses no otorgan sus favores sin un ofre-
cimiento apropiado, naturalmente. Este puede variar desde una
vela de siete días, del color predilecto del dios, un plato de miel
o de dulces, hasta un cesto de fruta fresca o el sacrificio de un
animal. La ofrenda varía según la personalidad del dios invo-
cado y la magnitud del favor pedido. Luego de solicitar la ayuda
Üe un santo particular en un hechizo dado, el santero procede
a la ceremonia que dedica al santo, reforzando frecuentemente
el ensalmo con una imagen del orisha y oraciones especiales.
Los encantamientos que requieren el auxilio de un santo deben
emplear materiales que son atributos de ese orisha particular.
Por ejemplo, un hechizo de amor que pide la ayuda de Oshún
se efectuará con caracoles marinos, cuentas, miel, carapachos de
animales o calabazas: todos estos, atributos de la diosa. Cual-
quier vela encendida en su nombre tendrá que ser amarilla,
su color favorito. La tabla 1 menciona algunos de los atributos
más importantes de los santos más populares.
Esta lista es incompleta. Algunos orishas, como Oshún y
Yemayá, tienen docenas de atributos y símbolos, muchos de
los cuales comparten unos con otros." Una lista completa de atri-
butos de todos los orishas llenaría muchas páginas. La perso-
na indicada para juzgar cuál orisha debe utilizarse en un pro-
blema dado y qué ceremonia se debe aplicar mejor, será un
santero competente. Aunque algunas situaciones caen clara-
mente bajo la jurisdicción de uno de los orishas, hay problemas
que pueden necesitar el auxilio de más de un santo. En casos
extremadamente difíciles puede haber necesidad de invocar la
ayuda de las Siete Potencias Africanas, una combinación pode-
rosa que incluye a Obatalá, Elegguá, Orúnla, Changó, Oggún,
Yemayá y Oshún.
Imágenes de los santos
Para hacer un hechizo con éxito se requiere frecuentemente
la imagen del orisha invocado. Como hay muy pocas imágenes
de los dioses en sus aspectos africanos, el santero emplea las
Oriska
Babalu-Ayé
Changó
Colores
Azul claro
Rojo/blanco
Jegguá Rojo/negro
Obatalá
Ochosi
Oggún
Orónla
Oshún
Oyá
Yemayá
Blanco
Espliego/negro
Verde/negro
Verde/amariljo
Amarillo/verde o rojo
Marrón
Azul/blanco
TABLA 1
Aspecto humano
controlado
Enfermedad
Pasión, enemigos
Mensajes, abre y cierra
puertas
Paz, pureza
Cacería, cárceles
Guerra/empleo
Adivinación
Amor, matrimonio, oro
Muerte, cementerios
Maternidad, feminidad
Arma o símbolo
Muletas
Hacha de doble filo, espada, copa,
castillo, trueno
Clavos de hierro, pequeño gallo de
hierro
Todas las sustancias blancas
Arco y flecha
Hierro, cuchillos, armas de acero
Tabla de ífá
Espejo, abanicos, caracoles marino*,
calabazas
Fuego
Caracoles marinos, canoa, abanicos
¿ Q U ¿ ES LA S A N T E R Í A ? 27
que representan la personalidad católica del orisha. Algunas
de las imágenes son estatuas hechas exquisitamente, traídas de
España o de Italia y, por lo tanto, muy costosas. Los tamaños
varían de 0.30 a 1.50 m. También hay estatuillas pequeñas de
plástico y algunas son hechas con bases magnetizadas para
fijarse sobre los tableros de los coches. Las imágenes más baratas
son dibujos de los santos en papel o en cartón. La estatua de
orisha más adorable que he visto es una imagen de santa Bár-
bara (Changó) que pertenece a mi hermano, de quien él es
muy devoto. Santa Bárbara se representa de ordinario como una
adolescente, coronada, vistiendo una túnica blanca y un manto
rojo con orla dorada, una figura principesca obviamente. Tiene
en su mano derecha una copa que simboliza el Santo Grial,
mientras esgrime una espada con la izquierda. La corona, la copa
y la espada son doradas. A sus pies se levanta una torre pequeña,
formada como una fortaleza. La leyenda dice que santa Bárbara
vivió en el siglo rv. Aunque su existencia está envuelta en muchas
leyendas contradictorias, la mayor parte de las fuentes históricas
convienen en que fue una princesa cristiana. Su padre la tenía
presa en una torre por sus creencias y su negativa a casarse de
acuerdo con los deseos paternos. Una noche tempestuosa, él subió
a la torre y renovó sus exigencias de que se casara con uno de sus
capitanes. La insistencia con la que ella se aferró a sus creencias
y su negativa a obedecer su voluntad, lo llenó de tanta furia
que desenfundó su espada y la decapitó. En ese momento preciso
fue abatido por un rayo, creándose así la leyenda del poder
de santa Bárbara sobre los rayos y el fuego. Las analogías entre
la virgen mártir y el dios yoruba del trueno y el rayo son tan
señaladas que no hay duda en la mente del santero de que son
la misma entidad. La estatua de santa Bárbara que mencioné
con anterioridad es un buen ejemplo de esta identificación. La
imagen mide alrededor de 1.20 m, con cara exquisita y figura
nubil, la túnica y el manto grabados con hoja de oro, su corona,
espada y copa hechas de oro de veinticuatro kilates. Nada podría
ser más delicado y frágil que esta figura virginal. No obstante,
las ofrendas a sus pies son un vaso de ron y un grueso cigarro,
dados a la santa en su aspecto yoruba de Changó.
28 S A N T E R Í A
Creencias en la santería
La santería enseña que a toda persona le es asignada a su
nacimiento un guía protector que es uno de los orishas. A este
guía se le conoce como el ángel guardián. Además de un guía
se le asigna al recién nacido una planta especial, una piedra de
nacimiento y un animal. Si al crecer descubre las identidades
de *as mascotas divinas y las conserva con él siempre, tendrá
éxito y será poderoso toda su vida.
La piedra de suerte de un individuo no tiene que ser una
gema preciosa. Puede ser un simple guijarro de color que en-
cuentre en la playa y atraiga su atención sin ninguna causa espe-
cial. El apremio inexplicable de recoger una piedra que se halle
por acaso es una indicación de que el guía espiritual desea que
uno la levante y la conserve como amuleto. No todas las piedras
encontradas por azar pueden considerarse de suerte, naturalmen-
te. Los santeros se refieren a una piedra atractiva particular que
hace que uno sienta que debe tenerla, simplemente. Es probable
que esa piedra esté cargada con buenas vibraciones para uno per-
sonalmente, y debe recogerla y llevarla siempre con usted. Por
supuesto, hay guías que prefieren piedras preciosas. Changó,
por ejemplo, cuyo color es el rojo, es partidario de los rubíes,
aunque se conformará con un granate, una cornalina o cualquier
piedra roja, bonita y brillante. A Oshún le agrada el topacio,
cuyo color recuerda el oro al cual es muy aficionada.
No es verdad, dicen los santeros, que la fecha al nacer, de
una persona tenga una relación con su piedra de nacimiento.
Esa fecha no tiene significado espiritual en la santería. La prueba
indiscutible de esto es, para un santero, el hecho de que cientos
de miles de personas nacen el mismo día y, sin embargo, llevan
vidas totalmente distintas.
Sólo un espiritualista competente o un babalao pueden deter-
minar cuáles son los talismanes de una persona. En las islas cari-
beñas, tan pronto como nace un niño se consulta a tal especialista.
Los animales que se piensa son benéficos, son la cabra, el
elefante y la tortuga. Afortunadamente no es necesario tener vivo
en casa uno de estos animales. Para recibir su influencia benéfica
es suficiente tener una imagen en metal o en plástico. Por otra
¿ Q U É E S LA S A N T E R Í A ? 29
parte, los animales considerados nocivos espiritualmente son toda
clase de reptiles e insectos venenosos, tales como alacranes y
ciempiés, algunas variedades de ranas, todas las aves de rapiña,
la rata, el cocodrilo, el lagarto y la araña.
Los santeros piensan también que el agua tiene gran fuerza
espiritual como medida defensiva. Recomiendan a sus seguido-
res que mantengan bajo sus lechos un recipiente pequeño lleno
de agua para purificar todas las influencias malignas. Creen
que los espíritus funestos que descienden sobre nosotros desde
sus esferas viciadas se disuelven en agua como azúcar o sal. Las
aguas deben cambiarse cada veinticuatro horas. Deberán tirarse
preferentemente fuera de la casa cuando nadie esté mirando pero
no debe permitirse en ninguna circunstancia que caigan al suelo
o en el fregadero de la cocina.
Otros agentes eficaces contra las entidades malignas son los
ajos y la-azúcar morena. Los santeros queman el azúcar y las
cascaras de los ajos en una sartén pequeña, sobre un lecho de
carbones calientes, y se permite que el humo espeso, denso, resul-
tante de la combustión, llene toda la casa, especialmente dentro
de guardarropas y en los rincones donde se cree se esconden los
espíritus malignos. Este humo se conoce como sahumerio. Mu-
chos santeros también conservan en sus casas un muñeco de trapo
negro para disipar las influencias malignas.
Aunque las deidades yorubas entienden "todos los idiomas
del mundo", existen ciertos sonidos que los hacen "más propi-
cios y comprensivos". Por esa causa, muchas de las palabras
utilizadas para invocar a un orisha pertenecen al lenguaje yoruba.
Algunas de las palabras más comunes usadas en el culto se dan
en la lista siguiente:
ACHÉ: gracia, poder.
AGOGÓ O ACHERÉ: un instrumento empleado, junto con tambo-
res, para llamar a un orisha a la Tierra.
AGBEBE: abanico usado para ayudar a refrescar a los orishas
cuando están muy acalorados o contrariados. Es un símbolo
de Yemayá y de Oshún.
AKOÑRÍN: cantante o llamador de ios orishas.
AKOYÓ: hombre sabio.
30 S A N T E R Í A
AKPETEBÍ: diosa preferida por un orisha. Por ejemplo, Oyi es
la akpetebí de Changó.
ALEYO O ABERÍNKULA: no creyente.
AMALA: alimento ofrecido a los orishas.
ARABA O IROKO: el árbol sagrado de la santería. Se conoce en
español como ceiba y en botánica, como árbol de algodón.
BABALAO: sumo sacerdote del culto.
BÁMBULA: danza.
BATA : los tres tambores utilizados junto con el agogó para reunir
a los dioses. Son llamados iyá, itótele y okónkolo. £1 sonido
del último jamás cambia; es una base sobre la cual hablan
entre ellos los otros dos tambores.
EYÁ: un cuarto dentro del ileocha.
FORIBALE: genuflexión hecha frente a los tambores o al san-
tuario.
GÜEMILERE: ceremonia sagrada de la santería.
IBÁN-BALO: patio del templo.
IGBODU: santuario donde se tienen los talismanes y piedras de
los orishas.
ILÉ: casa.
ILEOCHA: templo donde se efectúan las ceremonias.
IRÉ: buena suerte.
IRUKE: plumero especial empleado para desvanecer los malos
espíritus.
IYALOCHA: practicante de sexo femenino de la santería.
MODDU cui: gracias.
OKONÍ: profesor.
OMO-ORISHA: un santero consagrado a un orisha específico.
ORISHA: cualquiera de las deidades yorubas.
ORU : una serie de invocaciones o llamados.
OTAN : piedra especial sagrada para un orisha y por medio de la
cual se comunica un dios con el santero. Las otanes se con-
servan comúnmente en tazones adornados en los altares de
los orishas.
Owó: dinero.
YAGUÓ: iniciado en el culto.
YUBBONA: el padrino del yaguó.
¿ Q U É E S LA S A N T E R Í A ? 31
Ciencia herbaria
La base de los hechizos principales de la santería son hierbas,
plantas, raíces y flores. Todo santero es un herbolario competen-
te que puede curar prácticamente toda enfermedad con un caldo
de hierbas, o hacer un encantamiento tremendo con algunas
flores. Se piensa que cada planta tiene una entidad espiritual
que la protege. Se cree que todas las hierbas están vivas, llenas
de aché ("poder"). Cada raíz, flor, árbol o planta pertenece a
uno u otro de los orishas cuyo permiso debe solicitarse siempre
que se emplee la planta. La mayor parte de las hierbas tiene
un propósito doble, para curaciones y para magia. Por ejemplo,
el ajo se utiliza en tés para bajar la hipertensión arterial y para
disipar las influencias malignas. La artemisa se usa en tés contra
la apendicitis y también en baños purificadores. £1 anatnú
(petiveria aüiacea) se emplea como abortivo y también para
causar dificultades y discordia. El coco tiene usos extensos; el
agua se utiliza frecuentemente como diurético y la pulpa se em-
plea en la adivinación.
Algunas hierbas se consideran malignas y se utilizan única-
mente para obras de destrucción. Un ejemplo típico es la hiedra
venenosa (guao). De acuerdo con los santeros, esta planta per-
tenece al diablo. Creen que si una persona toca el guao y padece
la erupción violenta típica por la cual es famosa la planta, debe
golpear las hojas con un palo, escupir las raíces e insultarla con
el lenguaje más soez. Si lo hace, desarrollará inmunidad contra
la planta, que jamás se atreverá a hacerle daño nuevamente.
El guao es usada por el mayombero para causar dificultades, éste
la mezcla con pimiento, huesos de las cabezas de un gato y un
perro negro, una tarántula, sal, azufre y tierra de cementerio.
La mezcla se pone después cerca de la casa de la presunta
víctima quien encontrará un poco más tarde toda clase de difi-
cultades.
Otra planta que se emplea continuamente es una mata cono-
cida como escoba amarga (partenium hysteropkorus), que se
usa en baños purificadores para ahuyentar a los abikúes. Un
abikú es un espíritu malicioso que rencarna en un niño que
muere en la infancia. Existe entre los viejos santeros la creencia
32 S A N T E R Í A
de que la única forma de ahuyentar al abikú es golpeándolo con
una rama de escoba amarga. Siempre que un niño es muy en-
fermizo y llora de manera constante, se piensa que su cuerpo
está habitado por un abikú y generalmente se le azota con la
rama, por lo común los miércoles. La santería moderna tiende
a mofarse de estas creencias, pero aún existen algunas personas
que llaman al santero siempre que un niño que se piensa que es
un abikú muere a edad temprana. £1 santero hace una marca
en el cadáver, frecuentemente cortando un trozo de oreja, ya que
creen que el abikú regresará a importunar a la familia. Guando
nace otro niño en la misma familia, su cuerpo se revisa para ver
si tiene la misma señal que fue hecha en el hijo muerto. Si se
halla tal marca, y según los santeros sucede a menudo, se llama
prontamente al santero para que "ate" al recién nacido a la
tierra para que no muera también. Esto se realiza fijando al
tobillo o a la muñeca del infante una cadena pequeña que no
debe quitarse hasta que haya pasado de la pubertad.
La base de los rituales y ceremonias debe encontrarse en las
leyendas de los dioses yorubas. Los orígenes de los orishas y su
sincretismo con los santos católicos son de gran importancia si
uno quiere entender las personalidades de los dioses y los prin-
cipios de la santería. Por esa razón, he decidido tratar algunos
de los mitos yorubas más pertinentes antes de penetrar a las
complicadas ceremonias de la santería.
2
La leyenda
Al principio, de acuerdo con el mito yoruba, existia única-
mente Olodumare, - un ser sin definición, porque su esencia no
puede ser comprendida por los mortales. Olodumare está com-
puesto de tres espíritus separados-7 no menos indefinibles: Olo-
dumare Nzame, Olofi y Baba Nkwa.
Olodumare Nzame es el principio creador. Greó el cielo y la
Tierra, el Sol, la Luna, las estrellas y toda la vida vegetal y
animal sobre este planeta. Después que concluyó su obra de
creación, preguntó a sus dos compañeros si les agradaba lo
que había hecho. Ambos convinieron en que Olodumare Nzame
había realizado cosas grandes y maravillosas, pero señalaron la
necesidad de la creación de un ser inteligente que gobernara
sobre la tierra. A sugerencia de ellos, Olodumare Nzame creó al
primer hombre, haciéndolo de barro a su propia semejanza, dán-
dole inteligencia, belleza e inmortalidad. Este primer ser fue
llamado Orno Oba, y pronto se hizo tan engreído con su gran
belleza y su poder, que en un acceso de cólera. Olodumare orde-
nó a Nzalam, el rayo, que destruyera toda la vida sobre la tierra.
Olodumare había hecho inmortal a Orno Oba, infortunada-
mente, y por lo tanto, Nzalam no pudo matarlo. Orno huyó y
se escondió en las entrañas de la tierra, donde está rodeado por
el fuego y el azufre causados por el castigo de Nzalam. Cambió
su nombre a Olosi y viene periódicamente a la superficie de la
tierra con el propósito de incitar a los hombres a infringir las
leves de Olodumare.
33
34 S A N T E R Í A
Algún tiempo después de este incidente infortunado, Olodu-
mare sintió lástima del estado triste de la tierra, que se había
secado y ennegrecido como resultado del fuego de Nzalam. Los
tres espíritus que forman la deidad descendieron al planeta y lo
oibrieron misericordiosamente con nueva vida. Crearon a un
hombre nuevo para que gobernara sobre la tierra, pero no le
otorgaron el don de la inmortalidad. Este ser es la deidad yoru-
ba principal, Obatalá.
Después de esta segunda creación, uno de los aspectos que
presenta Olodumare, Olofi, fue puesto a cargo de los asuntos
de la tierra, y los otros dos espíritus, Olodumare Nzame y
Baba Nkwa dejaron el planeta con el objeto de proseguir su
trabajo de creación en otras partes del universo. Por lo tanto,
Olofi es el aspecto de la deidad que los yorubas conciben como
el dios personal del hombre.
Una de las primeras cosas que hizo Olofi para asegurar
que los hombres de la tierra no siguieran el ejemplo de Oksi
y se destruyeran con el tiempo, fue dar a Obatalá once man-
damientos:
/. No robarás.
2. No matarás, excepto en defensa propia y para tu mantenimiento.
3. No comerás carne humana.
4. Vivirás en paz con tu prójimo.
5. No codiciarás las propiedades de tu vecino.
6 No maldecirás mi nombre.
7. Honrarás a tu padre y a tu madre.
8. No pedirás más de lo que pueda darte y estarás satisfecho con
tu destino.
9. No temerás la muerte ni te quitarás la vida.
10. Enseñarás mis mandamientos a tus hijos.
//. Respetarás y obedecerás mis leyes.
Olofi dio a Obatalá una esposa a quien llamó Oddudúa.
Obatalá se representa como un hombre a caballo, vesflHrjr de
blanco, sosteniendo una lanza en la mano. Su color es blanco y
todos los artículos dedicados a él son también de este color.
Oddudúa se representa como una negra, sentada, amamantando
a un infante. Es la diosa de la maternidad y tiene un santuario
en Badagry, Nigeria.
L A L E Y E N D A 35
De la unión de Obatalá y Oddudúa nacieron un hijo, Agan-
yú, y una hija, Yemayá. Aganyú fue muy popular en un tiempo,
pero su culto ha menguado en los últimos decenios. Yemayá es
la diosa yoruba de la luna y domina el elemento agua. Se repre-
senta como una mujer bella con piel amarillenta, vestida de
blanco y adornada con cuentas azules.
De acuerdo con la leyenda, Aganyú y su hermana Yemayá
se casaron y tuvieron un hijo, Orungán, que era tan hermoso
y lleno de talento que su padre enfermó, de envidia y murió.
Cuando Orungán se hizo hombre, se enamoró de su madre y la
forzó a unas relaciones incestuosas. La diosa, consumida por el
dolor, maldijo a su vastago, quien pronto murió. Después, ella
ascendió a la cima de una elevada montaña donde murió de
pena. Al morir, su abdomen estalló y dio nacimiento postumo a
catorce de los dioses del panteón yoruba, concebidos de su unión
con Orungán. Al reventar Su vientre, las aguas que fluyeron del
interior de su cuerpo causaron el diluvio universal. De los huesos
de Yemayá nacieron Obafulom e Iyáa, el Adán y la Eva del mito
yoruba. £1 lugar donde murió la diosa fue conocido como la
ciudad santa de He Ife, donde vivieron Obafulom e Iyáa y pro-
pagaron la raza humana.
Los catorce dioses que nacieron de Yemayá fueron:
AYÍ-SHALUGA: dios de la fortuna y la buena suerte. Se repre-
senta por un caracol marino grande.
CHANGÓ: dios del fuego, del trueno y el relámpago. Es una de
las deidades mayores del panteón y también muchos lo cono-
cen como Takata, el dios de las piedras. Changó vive en las
nubes en un castillo brillante, de donde envía sus rayos siem-
pre que ha sido ofendido. És muy temido y respetado y tiene
muchos adictos en la santería.
CHANKPANA: dios de la viruela. Se representa por un viejo cui-
dando de una pierna lacerada. Las moscas y los mosquitos
son sus mensajeros. Su símbolo es un bastón rojo y blanco.
No debe confundirse con Babalú-Ayé, el patrón de los enfer-
mos, quien también se representa como un anciano enfermo.
DADA : dios de los niños nonatos y de los jardines. Se representa
por una calabaza adornada coa caracoles marinos.
36 S A N T E R Í A
OBA: diosa del río Oba y la esposa reconocida de Changó. Como
ella, su culto se originó en la tierra de Takúa. Es muy celosa
de su esposo galán y hermoso y lo sigue constantemente.
/ OCHOSI: dios de los cazadores, de las aves y de los animales
' silvestres. Sus símbolos son el arco v la flecha.
O C H U : en un tiempo diosa de la luna. Como Orun, ya no es
muy popular.
OKE: dios de las montañas y protector de quienes viven en sitios
, elevados.
Á OLOKUN: un dios hermafrodita que lleva los cabellos muy largos
y vive en las profundidades del suelo del océano con una gran
corte de sirenas y tritones.
OLOSA: la concubina predilecta de Olokun. Es una diosa bené-
fica que ayuda a los pescadores. Su mensajero es el cocodrilo.
ORISHA-OKO: dios de los campos y las cosechas. Trae fertilidad
a la tierra y a las familias. Su símbolo es un bastón de hierro
y su mensajera es la abeja obrera.
ORUN: dios del sol. Tiene muy pocos seguidores.
OSHUN: diosa del río Oshún y también una de las amantes de
Changó. Es una de las deidades yorubas más populares y es
la patrona de los ríos. Es la Venus del panteón yoruba y la
diosa del amor y del oro.
OYÁ : diosa del río Níger y la concubina favorita dé Changó. En
algunas ocasiones se representa con nueve cabezas, que es el
número de tributarios del río Níger. Su mensajero es el vien-
to, Alefi. Es la patrona de la justicia y ayuda a mejorar
la memoria. Tiene una llama en su mano derecha y es de
ella de donde Changó recibe su poder sobre el fuego.
Los yorubas agregaron a su lista de dioses las deidades siguien-
tes, provenientes de distintas fuentes:
ARONI: dios de la medicina.
AYÉ O AYA: diosa enana de la selva.
X BABAUJ-AYE: patrón de los enfermos. Su símbolo es un par de
muletas y se representa por un ajiciano leproso acompañado
por dos perros.
BACOSO: el Oba-Kosso, rey y fundador de la dinastía yoruba y
de la ciudad sagrada de lie Ife.
L A L E Y E N D A 37
CHIYIDI: dios de las pesadillas. Es una entidad maligna que se
utiliza para atormentar enemigos.
ELEGGUÁ: Uno de los dioses más poderosas del culto. Abre y
cierra todas las puertas. Su imagen siempre se mantiene en
el piso, atrás de una puerta, pues protege las entradas de
todas las casas donde lo alojan. Se representa generalmente
como una cabeza hecha de arcilla o piedra arenosa, con los
ojos y la boca formados con caracoles marinos.
IBEYI: dioses mellizo-, que protegen a los infantes. Se representan
por dos niños pequeños.
IFÁ: dios de las casas imposibles y de las palmeras. Fue el primer
dueño de la Tabla de Ifá. £s el dios de la fertilidad y pro-
porciona su ayuda a todas las mujeres que quieren tener hijos.
OCHUMARE: diosa del arco iris.
OGGUN: dios de la guerra y del hierro. Su origen es oscuro. Algu-
nas leyendas dicen que también fue concebido por la unión
de Obatalá y Oddudúa, pero esto es debatido por muchas
babalaos. Come perros y es patrón de los herreros. Los yoru-
bas le sacrificaban una víctima humana o un perro negro,
antes de ir a la guerra. Es uno de los dioses más populares
del culto.
OLAROSA: protector de hogares. Se representa por un anciano
que camina con un bastón, atravesando el portal de una casa.
OLIMERIN: deidad monstruosa con cuatro cabezas y patas de
cabra. Es el protector de las aldeas.
ORUNLA: propietario de la legendaria Tabla de Ifá, el sistema
de adivinación empleado por los babalaos y* por medio del
cual se puede ver el pasado y el futuro como en un espejo.
OSACHIN : patrón de los médicos. Se representa por una ave de
presa parada sobre la rama de un árbol.
OYE: dios gigante de las tormentas.
f
La mezcla sincrética
Todas las deidades yorubas que se hicieron parttí del culto
de la santería fueron identificados con imágenes católicas. Los
nombres más importantes de estas deidades se enumeran en la
siguiente lista:
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Dios yoruba Santo católico
AOANVÚ: hijo de Obatalá y Oddu-
dúa
BABALÚ-AYÉ: dios de los enfermos
BAOOSO: fundador de la dinastía
OCHOSI: hijo de Yemayá y Orun-
gán
DADA: hijo de Yemayá y Oruogán
ELEGGUÁ: vigilante de las puertas
IBEYI: patrón de los infantes
IFÁ: dios-de las cosas imposibles
OBATALÁ: padre de los dioses
OCHOSI: hijo de Yemayá y Orun-
gán
OGHUMARE: diosa del arco iris
ODDUDÚA: madre de los dioses
OOOÓK : dios del hierro y la guerra
OLORÚN-OLOFI: Dios, el creador
ORUNGÁN: hijo de Yemayá y
Aganyú
ORÓNLA: dueño de la Tabla de Ifá
OSHÚN: hija de Yemayá y de
Orungán.
OvÁ: hija de Yemayá y Orungán
YEMAYÁ: hermana y esposa de
Aganyú
San José
San Lázaro
San Cristóbal
Santa Bárbara
Nuestra Señora del Monte Carmelo
Santo Ángel Guardián o san An-
tonio de Padua
Santos Cosme y Damián
San Antonio de Padua
Nuestra Señora de la Merced
San Isidro
Nuestra Señora de la Esperanza
Sarita Clara
San Pedro
Cristo crucificado
Niño Jesús
San* Francisco de Asís
Nuestra Señora de la Caridad del
Cobre
Nuestra Señora de la Candelaria
Nuestra Señora de Regla
De acuerdo con esta mezcolanza sincrética, Nuestra Señora
de la Merced se casó con santa Clara y de su unión nacieron
san José y Nuestra Señora dé Regla. El hermano y la hermana
se casaron, y poco después nació de ellos Jesús. De las relaciones
incestuosas entre Nuestra Señora de Regla y d Niño Jesús nacie-
ron santa Bárbara, Nuestra Señora de la Candelaria, san Isidro»
Nuestra Señora del Monte Carmelo y Nuestra Señora de la Cari-
dad del Cobre, entre otros.
Incesto y rencarnación
El comportamiento incestuoso y extraordinario de sus dioses
no parece molestar a los santeros. Nadie se atrevería a condenar
L A L E Y E N D A 39
a una deidad por sus fragilidades casi humanas. El hacerlo im-
plicaría un castigo demasiado terrible para arriesgarse a él. Tam-
poco inquieta a los santeros el hecho pasmoso de que en la mezcla
sincrética, algunos orishas cambian de sexo. Como la sante-
ría está interpolada con creencias espiritualistas, explican el cam-
bio argumentando que sus dioses existieron antes que todos los
otros seres y que después de sus muertes míticas volvieron a la
tierra rencarnados en nuevas cuerpos. La idea de la rencarna-
ción es una parte intrínseca de la santería Para el santero, los
límites entre el mundo del espíritu y el de los hombres son en
verdad muy tenues. Durante su cautividad, los yorubas prin-
cipiaron a reconocer a sus dioses tras el frente blanco de las
imágenes católicas. Fue como asistir a una fiesta de disfraces y
hallar allí a un grupo de amigos muy íntimos y queridos. Se
revivieron los mitos, el culto principió nuevamente y con la in-
fluencia de nuevas imágenes, nació la santería.
Magia negra
El panteón yoruba no tiene muchos seres malvados. Uno
de los aspectos de Elegguá es Eshu, correspondiente^ al concepto
cristiano de Satán. Ikú es el espíritu de la muerte. Lo que se
llama en el Caribe y Sudamérica magia negra o brujería no es
parte de la tradición yoruba. Es una práctica ligada esencial-
mente a otra tribu: los bantúes, mejor conocidos en el Caribe
como congos. Su magia se conoce como palo monte o palo
mayombe.
3
Rituales y ceremonias de la santería
El ritual religioso más importante del culto es el asiento, es
decir, "hacer el santo". Pero antes que se pueda participar en
esta ceremonia de iniciación formal, es necesario pasar por varios
jeitos preliminares.
CoUares
El primer paso para convertirse en santero es adquirir los
collares protectores de cuentas del culto (elekes). Estos son hechos
especialmente para el neófito por su madrina o yubbona. Antes
que la madrina prepare los collares debe consultarse a un baba-
lao, para que pueda inquirir, por medio de los caracoles qué
santo es el ángel guardián del aspirante. El babalao instruye
después a la madrina respecto a cómo preparar los collares y
cuáles colores deben utilizarse. Hay inicialmente cinco collares,
uno por cada uno de los orishas siguientes: Obatalá, Elegguá,
Oshún, Yemayá y Changó. Más adelante, si lo desea, el neófito
puede adquirir dos collares más, que se pueden elegir entre los
de Oggún, Oyá, Babalú-Ayé y Aganyú o las Siete Potencias
Africanas. Estos dos últimos collares completan la serie de siete
que constituyen el 'fundamento" de la santería. Se cree que los
collares protegen contra todo mal al que los utiliza, mientras
los lleve puestos. Mientras lleva los collares, el neófito puede
continuar su rutina cotidiana normal, pero no debe bañarse ni
efectuar ninguna forma de actividad sexual. Si quiere darse
40
RITUALES Y CEREMONIAS OE LA SANTERÍA 41
un baño o efectuar el coito debe quitarse los collares y volver a
ponérselos cuando haya concluido.
Los colores de los collares varían de acuerdo con los orishas
a los que se consagran. Sigue una lista de los varios elekes y los
colores tradicionales en los que se hacen:
AGANYÚ : cuenta blanca grande seguida por nueve rojas y ocho
amarillas, otra cuenta blanca grande y así sucesivamente.
BABALTJ-AYÉ: todas las cuentas blancas rayadas de azul.
CHANGÓ: seis cuentas blancas alternadas con seis rojas.
ELEGGUÁ: tres cuentas rojas alternadas con tres negras.
OBATALÁ : todas las cuentas blancas.
OGGÚN: siete cuentas cafés alternadas con tres negras.
ORÚNLA: una cuenta verde alternada con una amarilla.
OSHUN: todas las cuentas amarillas; también cinco cuentas ám-
bar alternadas con cinco cuentas rojas.
OYÁ: nueve cuentas blancas alternadas con nueve negras.
SIETE POTENCIAS AFRICANAS : para ser empleado solamente por
un santero o un babalao; una cuenta de cristal grande segui-
da por una blanca y luego una azul, una roja, una amarilla,
una negra, una verde y una café; el ciclo se repite y el collar
termina con una cuenta de cristal grande.
YEMAYÁ: siete cuentas blancas alternadas con siete cuentas azu-
les, luego una blanca y una azul hasta que se ensarten siete
de cada una; el ciclo se repite hasta que el collar tenga una
longitud apropiada.
Antes de preparar cada collar, el santero invoca en el lenguaje
yoruba al orisha adecuado, pidiendo al dios que bendiga el
eleke. Las cuentas siempre deben ensartarse con un hilo de algo-
dón, ya que éste debe absorber el líquido de un omiero especial
en el que se mantienen los collares durante siete días después
que se terminan.
Cuando los elekes están listos se lavan en un* río y se hace
jun,to a éste una ofrenda a Oshún, de un pollo y un poco de miel.
De regreso, en casa, el santero prepara un omiero con las hierbas
adscritas a los santos patrones de los collares; sacrifica a los
dioses los animales necesarios y hace una ofrenda adecuada de
42 S A N T E R Í A
fruta y velas. Se ponen los collares en el omiero y siete días
después se entregan al aspirante en una ceremonia complicada
que dura varias horas. Muy frecuentemente se celebra un güe-
milere en honor de los santos, después que concluye la ceremo-
nia; no obstante, esto no es obligatorio, El precio común de la
ceremonia de investidura de los cinco primeros collares es de
125 dólares.
La hechura de Elegguá
Después de los collares, el aspirante a santero debe hacer
otro viaje a la casa del babalao, esta ocasión para la "hechura"
de Elegguá. Cómo 'se hace esto exactamente será tratado con
amplitud en la sección concerniente a Elegguá del capítulo 6;
aquí me limitaré a los preliminares, los propósitos y causas de
esta ceremonia.
Como mencioné, Elegguá es el mensajero de los dioses, el que
abre y cierra todas las puertas. Su auxilio y su bueña voluntad
son esenciales para el santero. Si Elegguá no es propicio, todas
las prácticas mágicas del santero se reducirán a nada. Por lo
tanto, es importante que el yaguó ya tenga el fundamento de
Elegguá antes que tenga lugar la ceremonia de iniciación, que
ha de celebrarse.
Durante esta segunda visita, el babalao observa nuevamente
los caracoles, pero esta vez su propósito es investigar tanto eximo
pueda referente al pasado, el presente y el futuro de su consul-
tante. Toda la información que obtiene a través de los caracoles
la anota cuidadosamente el babalao, ya que debe incluirse entre
los ingredientes que utilizará para hacer a Elegguá.
Después que concluye esta consulta, el aspirante a santero
paga al babalao un estipendio promedio (derecho) de aproxima-
damente 150 dólares. Este dinero paga todos los ingredientes
requeridos para hacer a Elegguá, de los que algunos son raros
y por lo tanto costosos. La preparación de Elegguá es delicada y
tardada. Sería difícil llamar obra de arte al producto final, o sea,
a todos los materiales modelados en una masa casi amorfa con
una semejanza vaga con una cabeza humana. Los tamaños de'
los i, rguás varían de viu» pocos centímetros a más de 30
RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 43
de altura. Los ojos, orejas y boca se forman con caracoles peque-
ños, mientras la nariz se modela del mismo material que el resto
de la cabeza, de ordinario cemento. Esta simplicidad engañosa de
la imagen del orisha es un enmascaramiento eficaz de sus
poderes tremendos; pues la cabeza sólida que pone el babalao
en las manos de su discípulo no es meramente una representación
de Elegguá, sino el mismo dios. El neófito recibe a Elegguá
hecho en relación con él mismo. La hechura de Elegguá es uno
de los misterios más profundos en la santería y sus misterios sólo
son conocidos por el babalao, le pertenecen.
Al mismo tiempo que recibe a Elegguá, el neófito recibe
también el caldero de Oggún con todos los implementos de gue-
rra del dios y de otros dos santos guerreros, Ochosi y Osun.
La razón por la que se da el caldero al novicio en esta oca-
sión, es que Elegguá, Oggún, Ochosi y Osun se consideran los
dioses guerreros del panteón yoruba y siempre "caminan juntos".
Oggún y Ochosi ya han sido mencionados, pero Osun no. Es
uno de los orishas más oscuros y se representa generalmente
por una copa pequeña rematada por un gallo minúsculo. Por
lo general, la copa la conservan los santeros cerca de su puerta
principal, asegurando que siempre esté más elevada que la cabeza
de su dueño. Si la copa cae sin ser tocada, está anunciando
peligro grave para su propietario, quien debe sacrificar inmedia-
tamente dos palomos para ahuyentar el mal.
La cabeza de Elegguá también se mantiene próxima a la
puerta principal, sobre el piso o tan cerca de él como sea posible.
Algunos practicantes de la santería conservan a Elegguá en un
gabinete pequeño o dentro de una alacena. Debe estar en las
proximidades de la puerta porque debe ser el guardián de ella
todo el tiempo.
El significado simbólico de la adquisición de los collares y
de Elegguá es análogo a las tácticas militares de ataque y defen-
sa. Mientras los collares proporcionan protección contra toda
forma de mal y de enemigos, Elegguá y los otros santos guerreros
hacen posible el atacar y vencer a los enemigos con facilidad.
Estos son los "fundamentos" de la santería y quienquiera que
los "posee" está armado hasta los dientes mientras se encuentra
metido en una armadura impenetrable.
44 S A N T E R Í A
Hacer el santo
La ceremonia de iniciación de la santería, conocida como
asiento o "hacer el santo", es un asunto muy oneroso, variando
su costo entre tres y cuatro mil dólares. La causa de este costo
tan alto es que se necesitan muchos artículos caros para la cere-
monia, tales como ovejas, cabras y muchos otros animales que se
sacrifican a los orishas durante la ceremonia.
Antes que tenga lugar el asiento, el novicio se somete a una
purificación ritual meticulosa de la cabeza, conocida como revo-
cación de cabeza. Este es un rito sencillo, comparativamente,
durante el cual la madrina unge la cabeza del iniciado con una
pasta hecha con pulpa de coco molida, manteca de cacao, casca-
rón de huevo pulverizado (cascarilla) y otros ingredientes. Invoca
al ángel guardián del novicio para purificarlo y guardarlo de
todo mal. La pasta debe permanecer en la cabeza del novicio
por algún tiempo, comúnmente durante toda la noche. Después
se retira y tiene lugar el asiento.
El propósito principal de la ceremonia de iniciación es con-
dicionar la mente del novicio para que actúe como receptor y
trasmisor para los santos, particularmente el orisha que actúa
como su ángel guardián. Por esta razón, pone todo el énfasis del
asiento en la cabeza del iniciado.
No todas las iniciaciones son iguales. Varían según el santo
que se está invocando para que tome posesión del yaguó o ini-
ciado. Un asiento celebrado para hacer descender a una diosa
diferirá vastamente de uno efectuado para invocar a uno de los
dioses guerreros. La diferencia principal estará en las ofrendas
de animales. Aunque la práctica ordinaria es sacrificar ovejas,
cabras, gallinas, gallos y palomas a todos los santos, una orisha
como Yemayá requerirá también patos entre las ofrendas. Por
otra parte, Changó deseará tortugas, y los dioses guerreros,
Ochosi, Elegguá y Oggún requerirán no menos de tres zarigüeyas.
La identidad del dios que será "coronado" en la cabeza del
yaguó la investiga el babalao en ocasión de la ceremonia de los
collares. Es vital que el santo invocado para que tome posesión
del iniciado sea el mismo que actúa como su ángel guardián.
Si es "hecho bajar" un santo indebido se producirá un caos
RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 45
total, motivando que el ángel guardián verdadero retire su pro-
tección al yaguó y que se encienda la ira del orisha invocado por
error. Ambos orishas dirigirán su cólera temible contra el yaguó
infortunado, que entonces necesitará purificaciones incontables
y plegarias especiales para librarse del alud de dificultades y mala
suerte que principiarán a atormentarlo. Por esto es importante
que se consulte para la ceremonia del collar a un babalao
competente.
Sólo pueden asistir al asiento el iniciado, su madrina, el
babalao, cuya obligación es sacrificar los animales, y otros san-
teros, tínicamente pueden estar presentes en la ceremonia quienes
ya han "hecho el santo". El asiento tiene lugar en un igbodu
o santuario. La cabeza del yaguó se afeita totalmente y se dibuja
con tintes naturales sobre su cuero cabelludo una serie de círculos
concéntricos en rojo, blanco, azul y amarillo. El cabello cortado
y los restos de los tintes los guarda la madrina, ya que deben
enterrarse con el santero cuando muere. El iniciado se viste con
mantos coloridos, del color atribuido a sü orisha. Los collares
consagrados brillan y danzan sobre la carne desnuda de su cue-
llo. La culminación del asiento es la parada, cuando el yaguó se
desploma al piso, poseído por su orisha invocado con los bata.
Mientras el yaguó está en trance recibe el aché, que es la ben-
dición del santo, en la forma de una cruz hecha sobre su lengua
con la superficie plana de una navaja de afeitar. La madrina o
yubbona coloca inmediatamente después en la boca del iniciado
tres granos de pimienta, un poco de miel y un bocado de zari-
güeya ahumada (jutía). Entonces la madrina arranca la cabeza
de un pollo y ofrece su sangre caliente al yaguó, quien la bebe
prontamente. Cuando el iniciado despierta de su trance se sienta
en un trono que se erige para él en un rincón del igbodu. Per-
manece allí, presenciando majestuosamente los sacrificios rituales
de todos los animales y bebe un poco de la sangre de todas las
cabezas que han sido cortadas, en el momento 'en que se la
ofrece la yubbona.
El yaguó debe pagar a su madrina cierta cantidad de dinero
por e! asiento. Este dinero es sagrado y es llamado el derecho:
varía de 1.05 a 10.05 dólares. El derecho se envuelve primero
en una hoja grande y después en un pedazo de teia deí color
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sagrado del orisha del yaguó. £1 dinero envuelto asi, se cubre
con un tapete pequeño sobre el cual se coloca el trono del yaguó.
Luego que concluye la ceremonia, el yaguó permanece en el
igbodu siete días, acompañado por la yubbona, quien lo alimenta
durante ese tiempo nada más con coco y zarigüeya ahumada.
También se lava todos los días con un líquido especial llamado
orniero, que se prepara con los jugos de veintiuna hierbas sagra-
das para todos los orishas, mezclado con un poco de sangre de
los animales sacrificados durante el asiento. El yaguó bebe tres
cucharadas del omiero cada mañana durante esos siete días. Des-
pués que termina la semana, vuelve a su casa y rinde homenaje
a los bata en otro ritual llamado dodobale. Tres meses después
del asiento, se realiza una ceremonia especial para purificar al
yaguó de cualquier impureza escondida. La ceremonia se repite
luego de seis meses. Entonces, se declara al yaguó un santero
completo y puede practicar todos los rituales de la santería y
participar en ellos. Recibe de su madrina los otanes de su santo,
que son varias piedras de distintos tamaños y formas que se cree
están habitados por los orishas y que son adscritos a todos los
poderes sobrenaturales de los santos. Los otanes se mantienen
en platos especiales (soperas) de los colores predilectos de los
orishas. Rezar frente a las soperas donde están los otanes es lo
mismo que invocar a los orishas a quienes están dedicadas las
piedras. La creencia en los otanes proviene de una leyenda
yoruba. Según el mito, siempre que moría un hombre justo,
Olofi recompensaba sus buenas obras trasformando su alma
en lluvia. Esta agua de lluvia, que era el alma del hombre bueno,
oda luego en un río próximo al sitio donde él había vivido.
Poco después, el agua de lluvia se trasformaba en una piedra.
Cierto tiempo después de la muerte del hombre, varios miembros
de su familia consultaban a un babalao e investigaban dónde
estaba "residiendo" el alma del hombre. Sabían que estaría en
una piedra próxima a su hogar, porque Olofi premiaba siempre
a la gente buena de este modo. Pronto hallaban la piedra, con
ayuda del babalao, y luego la llevaban a la casa y la ponían en
un tazón especial del color favorito de la persona muerta. Des*
pues de algún tiempo, la gente empezaba a pedirles a los espí-
ritus que residían en los otanes que los auxiliaran en sus pro-
RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 47
Memas humanos. Los espíritus cumplían y la práctica crecía para
incluir a las deidades yorubas entre los espíritus que habitan
en las piedras. Este es el origen de la creencia en los otanes como
habitaciones de los dioses.
En la ocasión en que se reciben los otanes y las soperas,
también se reciben las armas o implementos de trabajo de los
orishas y los caracoles que pertenecen a ese orisha particular. Los
caracoles son parte de una serie de dieciocho, conocida en la
santería como la Tabla de Ifá. Los dieciocho caracoles están
divididos entre los orishas, cada uno de los cuales tiene adjudi-
cado un número específico. Los santeros consideran los caraco-
les la más preciosa de sus posesiones y, literalmente, los cuidan,
con sus vidas. Una santera que conozco guarda los suyos en el
banco, donde considera que están mucho más seguros que en
casa. El perder los caracoles sería una catástrofe mayor para
el santero, pues eso implicaría perder todos sus poderes y la
protección de todos los orishas, incluyendo la de su ángel
guardián.
Después de recibir los caracoles, el santero debe estudiar con
un üalero, quien le enseñará cómo leer e interpretar los caraco-
les. El italero es un santero experimentado que ha hecho un
estudio de la Tabla de Ifá durante toda su vida. Es el único,
además de un babalao, que sabe cómo interpretar exactamente
el oráculo. Los caracoles son los medios por los cuales hablan
los santos al santero. La Tabla de Ifá debe leerse sobre un tapete
pequeño (estera) que se pone sobre el piso, y se interpreta de
acuerdo con la posición en que caen los caracoles.
Durante el asiento, el nuevo santero gana también el derecho
a trabajar con cinco de los orishas del culto, además de su
propio ángel guardián. Los cinco santos son comunmente Oba-
talá, Elegguá, Changó, Yemayá y Oshún. Si ocurre que el ángel
guardián del yaguó es uno de estos cinco orishas, se sustituye
por otro santo.
La Tabla de Ifá: los caracoles
Como mencioné, los caracoles son el procedimiento de adivi-
nación más importante en la santería. El santero que se especia-
48 S A N T E R Í A
liza en leer la Tabla de Ifá se conoce como ¡talero. Es muy
frecuentemente un babalao dedicado a Orunla, el propietario
reconocido de la Tabla de Ifá. £1 sistema de adivinación se
conoce también como düoggun o medüoggun.
Aunque la Tabla de Ifá se compone de dieciocho caracoles,
el italero sólo emplea dieciséis en la interpretación del oráculo.
Los aleyos, las personas que no han sido iniciadas en la santería,
únicamente pueden usar doce de los dieciocho caracoles. Los
cuatro restantes solamente pueden leerlos un italero o un babalao.
Los caracoles puede comprarse en cualquier botánica, y a
menudo con las conchas tersas y sin quebrar. Cada caracol terso
se lima hasta que se exponen sus dos lados serrados. La parte
inferior de la concha está ahuecada de modo natural, mientras
la superior semeja de manera vaga una boca minúscula con una
diminuta dentadura puntiaguda. Este es el lado utilizado para
leer la Tabla de Ifá. Se piensa que los caracoles son literalmente
los "portavoces" de los dioses.
Durante un registro con el diloggun, el santero o italero,
después de invocaciones especiales a los orishas, toma en ambas
manos los dieciséis (o doce si no es un babalao) caracoles, los
frota unos contra otros y Jos lanza sobre la estera. Repite esta
acción cuatro veces, interpretando cada disposición de los cara-
coles según caigan. Cada disposición se conoce como orden y
tiene asignados un nombre y un número. Los caracoles se leen
de acuerdo con los que caigan con su lado superior hacia arriba.
Si nada más un caracol muestra su parte superior, se dice que
es la primera "carta" del diloggun y el primen ordun. Cada carta
o patrón "habla" por uno o varios jáe los orishas, y se interpreta
según la leyenda o proverbio con que se asocia tradiáonalmente.
Los proverbios o leyendas se aplican al problema particular al
que se enfrenta el inquisidor, y el italero da su interpretación
del oráculo en las circunstancias de cada caso individual.
La Tabla de Ifá es muy semejante al antiguo sistema chino de
adivinación conocido como el I Ching, que utiliza un número
de palillos que se arrojan e interpretan sobre una mesa de acuer-
do con la posición en que caen. Como en el diloggun, el I Ching
se vale de proverbios para rendir un juicio sobre la situación a la
que se encara el interrogador.
RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 49
Las doce primeras disposiciones del diloggun y sus nombres
respectivos, lo mismo que una versión abreviada de los prover-
bios, se dan en la lista siguiente. Las leyendas pintorescas aso-
ciadas con los ordunes son demasiado largas y lamentablemente
no pueden citarse aquí.*
ORDUN # 1 Nombre: Ocana Sode. Hablan: Elcgguá, Changó,
Aganyú, Obatalá y los muertos.
Proverbio: "El mundo se inicia por uno".
ORDUN # 2 Nombre: Ellioco. Hablan: Los Ibeyi, Ochosi, Eleg-
guá, Oggún, Obatalá y Changó.
Proverbio: "Hay una flecha entre hermanos".
ORDUN # 3 Nombre:- Orgunda. Hablan: Oggún, Ochosi, Oba-
talá, Olofi.
Proverbio: "Discusiones y tragedias son causados por malos
entendimientos".
ORDUN # 4 Nombre: Ellorozun. Hablan: Yemayá, Oshún,
Aganyú, Olofi, Oyá.
Proverbio: "Nadie sabe lo que hay sobre el fondo del mar".
ORDUN # 5 Nombre: Oche. Hablan: Olofi, Oshún, Orúnla,
Elegguá.
Proverbio: "Sangre que fluye por las venas".
ORDUN # 6 Nombre: Obbara. Hablan: Changó Oshún, Elegguá.
Proverbio: "Un rey noble no dice mentiras".
ORDUN # 7 Nombre: Ordi. Hablan: Elegguá, Yemayá, Oshún,
Oggún, Obba, Orúnla.
Proverbio: "Donde se excavó el hoyo la primera vez".
ORDUN # ' 8 Nombre: Elleunle. Hablan: Obatalá y todos los
santos.
Proverbio: "La cabeza lleva al cuerpo".
ORDUN # 9 Nombre: Osa. Hablan: Oyá, Obatalá, Oggún,
Obba, Llansa.
Proverbio: "Tu mejor amigo es tu peor enemigo".
• Para la historia completa de los caracoles c instrucciones detalladas
concernientes a cómo interpretar el diloggun. el lector puede dirigirse al
libro de Andrés R. Rogers sobre el tema, titulado Los caracoles, publicado
en Nueva York en 1973.
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ORDUN # 10 Nombre: Ofun. Habla: Obatalá, Oshún, Oyá.
Proverbio: "Donde se originó la maldición".
ORDUN # 11 Nombre: Ojuani. Hablan: Elegguá, Babalú-Ayé,
Osain, Nana, Buruku (la luna), Obba.
Proverbio: "Sé desconfiado: lleva agua en un cesto de paja".
ORDUN # 12 Nombre: Ellila. Hablan: Changó, Oyá, Yewa.
Proverbio: "Eres derrotado por tu propia culpa".
Invocaciones a los orishas
Es una tradición entre los santeros "hablar" a los dioses en
el lenguaje yoruba. Esta costumbre se deriva de la creencia de
que las palabras son fuentes de energía y que ésta se acumula
con el empleo reiterado de determinadas frases.
El poder de la palabra hablada ha sido asociado tradiáonal-
mente con las religiones principales del mundo, en particular
con el catolicismo y el judaismo. Todos están familiarizados con
el uso (ya abolido) de fórmulas latinas en las ceremonias litúrgicas
católicas. Las veintidós letras del alfabeto hebreo tienen un gran
significado simbólico en la doctrina judia, poseyendo cada letra
un valor numérico y un significado especial. Por ejemplo, alef,
la primera letra, tiene el valor numérico uno y significa un buey.
Las combinaciones más poderosas de letras hebreas son las que
constituyen los nombres de Dios y de las fuerzas angélicas. Se
cree que el poder espiritual y mágico de estas palabras es tan
grande que su vocalización puede poner en movimiento impulsos
vibratorios gigantescos en todo el universo, creando cambios
vastos en la estructura del orden de las cosas. Estos cambios pue-
den ser benéficos o destructivos, dependiendo de los nombres
invocados y del propósito de la invocación. El tetragrámaton, las
cuatro consoiiantes del nombre hebreo de Dios, se considera
muy sagrado y poderoso para ser pronunciado por el hombre
común. El nombre se sustituye por la palabra Adonai ("Señor").
La representación de las cuatro consonantes se da como JHVH,
ÍHVH, JHWH, YHVH o YHWH. Como el idioma hebreo no
tiene vocales, es cuestión de especulación cómo se pronunciaban
las cuatro consonantes en tiempos antiguos. Muchos textos he-
breos insertan las vocales de Adonai o de Elohim, de manera
RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 51
que las reconstrucciones modernas son YAHWEH o JEHOVAH
pero los eruditos hebreos convienen en que éstas son interpreta-
ciones incorrectas del nombre santo. La pronunciación correcta
se guardó tan celosamente entre el sacerdocio, que con el
tiempo se perdió para generaciones futuras.
En el primer capítulo del Génesis, Dios dice: "Hágase la
luz". Y a su orden oral se crea la luz. Así, desde las épocas anti-
guas hasta las presentes, las palabras son poder. Esto también es
evidente en la santería. El babalao debe conocer el lenguaje
yoruba y las invocaciones rituales a los dioses. Siguen algunas
de las invocaciones tradicionales de los orishas que son más
populares.
Elegguá
IBARAKOU MOLLUMBA ELEGGUA IBACO MOYUMBA IBACO MO
YUMBA. OMOTE CÓNICO IBACOO OMOTE AKO MOLLUMBA ELEG
GUA KULONA. IBARAKOU MOLLUMBA OMOLE KO IBARAKOU
MOLLUMBA OMOLE KO. IBARAKOU MOLLUMBA AKO ELEGGUA
KULONA ACHE IBAKOU MOLLUMBA. ACHE ELEGGUA KULONA IBA
RAKOU MOLLUMBA OMOLE KO AKO ACHE. ARONGO LARO AKON-
GO LAROLLE ELEGGUA KULONA A LAROLLE COMA. KOMIO AKON
KO LARO AKONKO LAROLLE ELEGGUA COMA KOMIO ACHE
AKONKA LARO AKONKO LARO AKO ACHE IBA LA GUANA
ELEGGUA. LAROLLE AKONKO E LAROLLE E LAROLLE AKONKO
AKONKO LAROLLE AKONKO LAROLLE AKONKO LA GUANA
E LAROLLE.
Changó
CHANGO MANÍ COTE CHANGO MANÍ COTE OLLE MASA CHANGO
MANÍ COTE OLLE MASA CHANGO ARA BARÍ COTE CHANGO ARA
BARICOTE ODE MATA ICOTE ALAMA SOICOTE YE ADA MANICOTE
ADA MANICOTE ARAN BANSONI CHANGO MANÍ COTE CHANGO
MANÍ COTE ELLE MASA CHANGO ARAMBSONI CHANGO ARA BA-
RICOTE ODEMATA ICOTE SONI SORI CHANGO ARABARXCOTE ARA-
BARICOTE ARA SORI HE HE LELE AGUO GUE GUE ARO A MAYO
GÜERA HE HE GUE GUE HA MAYO AMAYO GÜERA OKOKOTE ARO
EGUE ARO AMAYO GÜERA MANICOTE CHANGO MANICOTE OYE
MATE MANICOTE OYE MATA ALABAO CHANGO ARABARICOTE
CHANGO ARABARICOTE ALAGUAO BARICOTE OYE MATA ARABA-
RICOTE SORI ACHE CHANGO MANÍ COTE SOICOTE ARA ADOME-
52 S A N T E R Í A
MATA ODE ODE OOEMATA ODE OI>K OYE. MATA ARA BARICOTE
SORI SORI SORI ODE MAIA ODE MAIA SORI ACHE BARICOTE
ARA BARICOTE SORI ACHE CHANGO.
Obtalá
GUALLE GUALLE LO MIÓ GUALLE GUALLE LO MIÓ GUALLE
GUALLE LO MIÓ GUALLE PARA META GUALLE. PARA META
ARE GUALLE GUALLE LO MIÓ GUALLE GUALLE LO MIÓ GUALLE
GUALLE LO MIÓ GUALLE PARA META GUALLE PARA META ARE-
KU BABA ARA BABA ARE BABA ARE LLE BABA KUERURO OPIYO
LA LLELLEO OKU Yl BANÜELEO BABA ARE ALLE BABA ARE ALLE
BABA KUE URO OMI LIÑO BABA KUE URO OMI LI ÑO OCUNI
BANDELEO OBATALA EKUE CHORO ICHOLU ICHOLO HE HE OBA-
TALA IFA IFA I.UMILA ILLA PILOSO IFA IFA LLUMILA ILLA PILO-
SO ILLA KUKE KUKE OMO KU ARO OBA OBA PELLE TOMA OBATA-
LA ALLE ALALLEE BABA ARA LLE BABA KUE URO OMI LI ÑO
OCUNI BANÜELEO BABA KUE URO OMI LI ÑO GUAYE GUAYE
LOMIO GUAYE GUAYE LOMIO PARA ME KE GUAYE CUAYE LO MIÓ
PARA MEKE GUAYE PARA ME KAO GUAYE LO MIÓ ARE GUAYE
PARA METAO GUAYE PARA MEKE GUAYE PARA META.
Oggún
AGUANILLEO OGGUN ARIBO AGUANILLEO OCGUN ARIBO EGUN
EKO MARE HO MORIRÉ EGUN EKOMARE HO MORIRÉ ARERE
AGÜERE ARIBO OMO R1RE OGUNDE BAMBA AGUANILLE OGGUN
ARIBO AGUANILLEO OGGUN ARIBO EGUN EKO MARE HO MORI-
RÉ EGUN EKOMARE HO MORIRÉ ARERE HE ARIBO LLANYA
OGGUN ARERERE AREREO HE ARIBO LLANYA HE ARIBO LLAN
YA OGGUN ARERE AREREO HE ARIBO LANYA AGUANILLEO
ARERE AREREO AGUANILLEO OCHE OGUÑA ARERE HOE HOE ARI-
GOÑAÑA ACHE OGUÑA ARERE O HE ARIGOÑAÑA ACHE ARERE
HOE ARIGOÑAÑA OCUNPA.
Yemayá
SOSIRIBAOE ILLALE YABUMBAO LLALE IM1LATE ALLAVA OMIO
EKO ILLALE YAMUBAO LLALE OMILATE ALLAVA OMIO AGUAREKE
AGUAKUELONA HE YEMAYA AGUAREKE AGUAKUELONA HE YE
MAYA AGUAGUELONA HE AGUAREKE ASTARAFIO OLOClT
M DALE
COLLl-MLLA HA MI PA OMIO EKO LLALE YALLUMBAO LLALE
OMILATE ALLAVA OMIO YEMAYA AO OLOCUM ABOKO MI YEMA
YA YEMAYA HO OLOCUN ABOKO YEMAYA TIRAZECUM TÍRALE
CUM T1RALECUM ABO YEMAYA YEMAYA LORBE ABOKO HAE HE
RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 53
LLALORDE LLALORDE HE YEMAYA IORDK AiiOKO HAK ABOKO
LARIOTE LARI OTE OTE OTE YEMAYA LORDE LARI OTE LARI
OTE LARIO LARIO LARI OTE OTE LARI OTE OTE OTE LARIO
LARIO OTE.
Oshún
ILLA MI ILE ORO ILLA MI ILE ORO VIRA YE YEYE OYÓ YA
MALA YE ICU OCHE OCHE OYE OCIA ITA I.OCIM OCHA DEGUA
LLO ORO MAMA KEÑA ORO MAMA KEÑA LLAMA AQUÍ ICU OSHUN
ILOCO ODDE ILA IKA TOLOYE ILIARDE APETESI OLORO OLORO
TU OLORO OPAO OLLENA ANDE HA LA MOLO RIKA IMBE IMBE
MA YEYE IMBE IMBE LORDE IMBE IMBE MA YEYE IMBE IMBE I.OR-
DE IMBE IMBE MA EYE IMBE IMBE I.ORDE IMBE IMBE MA YEYE
IMBE IMBE LORDE IMBE IMBE MA YEYE IMiiK IMBE LORDE IMBE
IMBE LAYEYE IMBE IMBE LORO VIA YE OYÓ YA MAL YE ICU OCHE
OCHE OGUA ITA l.OCUM OCHA DEGUALLO A MAORIFA IMBE
IMBE LORO
Santos lavados
Muy frecuentemente hay practicantes y creyentes en e¡ culto
que quieren trabajar con determinado santo, pero no desean
pasar por la ceremonia prolongada y costosa de iniciación. En
tales casos deben participar en un ritual más simple conocido
como sanio lavado, en el que reciben algunos de los secretos del
santo pero no todos sus poderes. Esta ceremonia es muy similar
al asiento, pero la cabeza no se afeita y el santo no se invoca a
poseer al creyente.
También es una práctica muy común en la santería que un
practicante o simpatizador del culto reciba solamente las collares
y al Elegguá sin más rituales.
El babalao
El babalao es adivinador, brujo curandero y padre confesor,
todo en uno. No todos los santeros son babalaos. Nada más ios
que son los hijos de Orúnla, el propietario de la Tabla de Ifá,
pueden aspirar justamente al elevado cargo de babalao. Además,
sólo pueden pretender el título los hombres. La razón de esta
aparente discriminación contra las mujeres es que Orúnla, el
54 S A N T E R Í A
patrón de los babalaos, es un orisha masculino y sus sacerdotes
son siempre hombres.
La obligación más importante del babalao, además de la
interpretación de la Tabla de Ifá, es el sacrificio de animales
que se lleva a cabo durante la celebración de las ceremonias
principales del culto.
Los poderes del babalao son ilimitados y su palabra es una
ley en sí misma. Siempre que un miembro del culto (y frecuente-
mente un no creyente) tiene un problema, lo plantea al babalao,
quien lo analiza mediante los caracoles, y después da su opinión
y su consejo al consultante. Estas visitas al babalao son llamadas
registros. El babalao efectivamente registra en busca de la verdad
del modo más cuidadoso. Encuentra muy frecuentemente que
su consultante es víctima de un bilongo, un encantamiento ma-
ligno proyectado hacia él por un enemigo. Esto requiere un
ebbó protector, es decir, otro hechizo para contrarrestar el poder
del bilongo. En algunas ocasiones un ebbó hace más daño al
supuesto enemigo que el bilongo mismo que hizo el ensalmo
original. Pero, por supuesto, esto se considera un triunfo de la
justicia y del babalao.
Este supuesto especialista es también un herbolario compe-
tente y médico sin título. Cura toda clase de enfermedades y en
la santería los miembros del culto prefieren muy frecuentemente
los remedios domésticos del babalao a las medicinas prescritas de
un médico. Insisten en que el babalao sabe más que cualquier
médico moderno respecto a los poderes de las hierbas. Después
de todo, la mayoría de las drogas se preparan a partir de plantas.
Entonces, ¿por qué pagar un precio alto a un médico de hijo
por un frasco de lujo, cuando el mismo remedio, quizá mejor,
puede encontrarse en la casa del babalao por una fracción
del costo?
Tal vez una de las quejas más comunes llevadas al babalao
son problemas maritales y amorosos. También es especialista en
ellos. Después de examinar el problema receta prontamente el
remedio necesario, que puede ir desde baños floridos especiales
hasta rituales más complicados que requieren cosas tales como
polvo de cementerio y algunos recortes de uñas de un cadá-
ver descompuesto.
RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 55
El poder de un babalao descansa sobre su fama por sus adivi-
naciones exactas y sus consejos hábiles. Mientras más grande
es su perspicacia mayor es su clientela. Una de las prescripciones
más comunes del babalao es un talismán de buena suerte cono-
cidq como resguardo. Gomo lo indica el nombre, la función del
resguardo es proteger todo el tiempo al que lo emplea. Un res-
guardo típico lo prepara una iyalocha que conozco, empleando
a Changó como el espíritu guardián del resguardo. Hace una
bolsa pequeña de terciopelo rojo y la llena con determinadas
hierbas, áloes, azúcar morena, especias y otros ingredientes, y la
cierra cosiéndola con hilo rojo. Luego adhiere a la bolsita una
espada pequeña de oro con el nombre de santa Bárbara grabado
en ella, e invoca a Changó para que proteja de todo mal al pro-
pietario del resguardo. Siempre que el peligro amenaza al usua-
rio del resguardo, la espada se rompe invariablemente y debe
remplazarse. de inmediato. Según esta santera, sus resguardos
se han hecho tan populares que prepara docenas de ellos cada
semana. Una mujer que compró uno de estos talismanes dijo a
la santera que la espadita se rompió horas después de que lo
obtuvo. Pocos días más tarde declinó una invitación para ir a
bailar con unos amigos y escapó así de un daño grave cuando
el coche patinó y se estrelló contra un árbol. La santera1
rem-
plazó la espada quebrada y dijo a la mujer que agradeciera a
Changó su escapatoria afortunada.
Algunos de los remedios recetados por los babalaos requieren
estómagos muy fuertes. Un hechizo de amor particularmente
desagradable tiene fama de ser bastante infalible y es muy reco-
mendado por los santeros. Los únicos ingredientes necesarios son
unos pocos granos de maíz duro, seco. La persona, que hace el
encantamiento debe tragar el maíz y luego esperar pacientemente
hasta que el cuerpo disponga de los granos de modo natural.
Entonces el maíz es retirado de los excrementos, se lava, tuesta y
pulveriza. El polvo se da después a la victima, ignorante, en café,
vino o té. Se dice que la persona que bebe este filtro siempre
permanecerá en poder de quien le dio la poción.
56 S A N T E R Í A
Muerte de un babalao
La muerte de un babalao es a menudo tan pintoresca como
su existencia. El mismo día del fallecimiento, un grupo de sante-
ros se reúne en su casa, para saber qué debe hacerse con los
implementos mágicos del finado. Esto se investiga por lo común
por medio de la Tabla de Ifá, con la cual interrogan al espíritu
del babalao. En la mayoría de las ocasiones, el espíritu indica
a los santeros que entierren sus instrumentos mágicos con su ca-
dáver. Las otán-orishas, las piedras consagradas al orísha a quien
estaba dedicado el babalao, se arrojan generalmente al río. El
cuerpo es ataviado con las mismas vestimentas que llevaba el
santero el día de su asiento. El cabello que se le cortó de la ca-
beza durante el ritual, se coloca sobre el pecho del cadáver.
Después se llena un recipiente de barro con los tintes utilizados
para pintar la cabeza del babalao durante el asiento, y con otros
implementos que acompañarán al cuerpo al lugar de su descanso
final. Todos los santeros presentes en la ceremonia arrojan barbas
de maíz machacadas al recipiente de barro, lo mismo que cenizas
y pedazos de quimbombó seco. Esto significa que el babalao se
libera de todas sus obligaciones mundanas. Todos los santeros
vuelven las espaldas al recipiente de barro, y el oriate, o maestro
de ceremonias, mata un pollo negro, aplastándole la cabeza con-
tra el piso. El ave muerta se pone, asimismo, dentro del reci-
piente. Éste se coloca a un lado del ataúd hasta poco ant$s de
la inhumación. Debe llevarse al cementerio antes que el cadáver
abandone la capilla fúnebre. Se arroja a la fosa abierta hacia el
sitio donde quedará la cabeza del cadáver. Inmediatamente antes
de que el cuerpo salga hacia el cementerio, todos los santeros
cantan y bailan alrededor del sarcófago, guiados por el oriate,
quien lleva el tiempo golpeando el suelo con un bastón de madera
adornado con cintas de colores. La Jüosa Oyá, que es la patrona
de los cementerios, desciende sobre uno de sus omo-orishas y
purifica el lugar con su iruke. Entonces el cadáver se lleva al
cementerio y se le sepulta adecuadamente. Nueve días después*
tiene lugar otra ceremonia para purificar con agua de coco el
espíritu del babalao. En el primer aniversario de la muerte del
babalao se celebra la última ceremonia para romper por com-
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  • 3. A LAS SIETE POTENCIAS AFRICANAS, Aché
  • 4. Quiero expresar mi gratitud a la muy cono- cida escritora cubana Lydia Cabrera por so amable permiso para emplear algunas de las foto- grafías de su excelente obra respecto a la san- tería, El monte, y por toda la inspiración que hallé leyendo esta pieza pintoresca dd folklore afrocubano. También deseo agradecer a los señores Jo- seph Keretdn y Rafad E. Cruz su ayuda y valio- sos consejos, y también a todos los santeros que me proporcionaron parte de sus consejos "téc- nicos" en la preparación de los hechizos de Id santería y en las creencias del culto. A todos ellos, moidu cué ("gradas"). 6
  • 5. Contenido INTRODUCCIÓN 11 ¿Qui ES LA SANTERÍA 21 Imágenes de los santos — Creencia en la santería — Ciencia herbaria. LA LEYENDA 33 La mezcla sincrética — Incesto y rencamación — Magia negra. RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA . . . . 40 Collares — La hechura de Elegguá — Hacer el santo — La Tabla de Ifá: los caracoles — Invocaciones a los orishas — Elegguá — Changó — Obatalá — Oggun — Yemayá — Os- hún — Santos lavados — El babalao — Muerte de un babalao — Misas espirituales — Ofrendas de animales — El güemilere. Misas espirituales — Ofrendas de animales — El güemilere. PRÁCTICAS MÁGICAS 66 Cómo trabaja el santero — Magia de amor — Para dominar a un enemigo — Dinero — Hechizos para buena suerte — Medicina heterodoxa — Íncubos y poltergeits: exorcismos — Las botánicas. MAGIA NATURAL 94 Osain — La ceiba — La palmera — El cedro — EJl omiero — LA leyenda del coco — Darle coco al santo — Interpre- taciones — Procedimiento de adivinación. 7
  • 6. 8 C O N T E N I D O 6. .LAS SIETE POTENCIAS AFRICANAS 109 Obataiá — Elegguá — Changó — Ogún — Orúnia — Yemayá — Oshún. 7. MAGIA NEGRA: BRUJERÍA 129 Iniciación de un mayombero — Influencia de la Luna — La preparación de un nganga — Utilización del nganga — La zarabanda — El ndoki — El mal de ojo — La muer- te del mayombero. 8. OTROS ASPECTOS DE LA SANTERÍA Y DE LA MAGU AFRICANA 139 Santería en Brasil — Magia en Puerto Rico Semana santa — El aspecto comercial de la santería. APÉNDICE: HECHIZOS MÁGICOS DE LA SANTERÍA . 153 Para el amor — Perfume de amor — Baño de amor — Para hacer regresar a un amante — Para asegurar la fídelidad de un amante — Para casarse — Para dominar a un esposo — Para la fertilidad — Para dominar a una persona — Para separar a un hombre y a una mujer — Para crear diferencias entre dos personas — Para crear odio entre un hombrr y una mujer — Para disipar influencias malignas — Para proteger el hogar — Para anular un hechizo maligno — Para vencer a un enemigo — Para apaciguar a un enemigo — Para deshacerse de un enemigo — Para hacer daño a un ene- migo — Para resolver un problema — Para obtener o con- servar un empleo — Para jugadores — Para ganar un caso legal — Para obtener fuerza y salud — Para tener buena salud — Para tener dinero. BIBLIOGRAFÍA 171 GLOSARIO 173
  • 7. Lista de ilustraciones (Entre las páginas 128 y 129) 1. Changó (dios del fuego), una de las deidades yorubas. La figurilla, que se dice fue traída de Europa en el siglo xvi, fue labrada en madera y burilada por el escultor barroco Balthazar Permaser. Los adornos con gemas fueron ideados posteriormente. 2. Una estatua primitiva de Yemayá. 3. La espada de doble filo de Changó. 4. Representación de Yemayá como sirena. 5. Una iyalocha poseída por Changó, enarbolando el hacha con doble filo que es símbolo del dios. 6 El iniciado (yaguó) con la cabeza afeitada y pintada con tintes vegetales, aguarda la ceremonia del asiento. 7. En un güemilere, una de las creyentes se desploma al piso, a los pies de una omo-orisha poseída. 8. Los tres tambores utilizados en las ceremonias rituales de la santería (bata). 9. La yaguó durante la ceremonia ritual del asiento. 10. a) Altar de un santero; b) el canastillero donde se aloja la imagen de Elegguá; c) el caldero de Oggún con sus im- plementos. //. El yaguó, cubierto con la sangre y las plumas de los sacri- ficios de animales, se desploma durante el asiento, poseído por su dios. /2. Sacerdotes de Obatalá vestidos de blanco, el color atribuido al dios. 9
  • 8. LISTA DE ILUSTRACIONES 13. Ofrendas de animales. 14. £1 babalao adivin~ el fnturo con caracoles marinos (Tabla de Ifá). 75. Un talismán de Osain. 16. Una imagen de Elegguá hecha con piedra arenisca y ca- racoles de mar. 17. Una novicia de la diosa Oshún. 18. Una iyalocha que personifica a Yemayá-Olokun, vestida de satín azul, con un velo con cuentas sobre su cara y el aba- nico sagrado (agbebé) en la mano. 79. Un santero en Brasil emplea sus poderes curativos para "curar" a un creyente, llevando sus collares como un este- toscopio. La pintura que está en la pared es la imagen de san Antonio, a quien algunos santeros identifican como Elegguá y otros como Ifá. 20. a) Talismán de un mayombero; b) clavos mágicos usados para proteger el hogar; c) vitítí mensu, el espejo mágico con el que puede pronosticar el futuro; i) masango o nkanguc, un hechizo para dominar a una persona. 21. Procesión religiosa en La Habana en honor de a) Yemayá y b) Oshún; c) los bata o tambores sagrados de la santería.
  • 9. Introducción La magia latinoamericana, mejor conocida como santería, naci^enNigeria, a orillas del río Níger. Este es el país de origen deja gente yoruba que, entre~mariias"TOtras tribus africanasTfue traída-"al Nuevo Mundo por traficantes de esclavos hace más de cuatro siglos. Los^onibasjtoajeron^consigo^a^Tnitolo^a^colorida de su religión, conocida en Cuba como Incurra y en Brasil cofiurmaeumba. El pueblo yoruba proviene de Nigeria meridional. Compren- de un número grande de grupos étnicos, tales como los egba, ketu, ijebu e ife, entre otros. Anteriormente tuvieron una estruc- tura social compleja que estaba "organizada en una serie de reinos, el más importante de los cuales era el de Benin. El reino de Benin duró desde el siglo xn hasta 1896, cuando lo disper- saron los colonizadores ingleses. Benin tenía una forma de auto- cracia teocrática, donde el oba o rey tenia un poder absoluto. La cultura avanzada de la civilización de Benin puede apre- ciarse en las hermosas obras en bronce y marfil, que datan desde tiempos arcaicos hasta el siglo xvn, y que pueden ser apreciadas en muchos museos en todo el mundo. A principios del siglo xvn, d pueblo ewe invadió la región de Dahomey y los reinos vecinos, forzando a las tribus yorubas a 'emigrar a la costa de Nigeria, donde muchos de dios fueron capturados por los traficantes de esclavos y traídos al Nuevo «Mundo. El aspecto más importante e interesante de la cultura yoruba es su mitología y sus prácticas religiosas. Se han hecho investi- 11
  • 10. 12 I N T R O D U C C I Ó N gaciones y estudios extensos sobre el culto yoruba. Estos estudios demostraron que el panteón yoruba es extremadamente complejo y sofisticado, y muy reminiscente de los griegos antiguos. Sus dioses y diosas, conocidos como orishas, son plausibles y extra- ordinariamente humanos en su comportamiento. El término orisha es de origen incierto. Algunos antropólogos piensan que se deriva de la palabra asha, que significa ceremonia religiosa. Otros aseguran que se forma de las raíces ri ("ver") y sha ("es- coger"). Hay muchos orishas en el panteón. Algunas autorida- des dicen que en África su número pasa de seiscientos. En Lati- noamérica sólo se conocen y honran unas cuantos de ellos. En los complicados ritos mágicos y religiosos del culto, los sacerdotes tienen gran importancia. Existen tres diferentes órde- nes de sacerdotes: la primera y más importante es la de los babalaos, quienes adivinan el futuro por medio de caracoles de mar o de cortezas de coco; este sistema de adivinación se conoce como la Tabla de Ijá. Hay varios grados dentro de la casta de los babalaos: primero está el oluwo o sumo sacerdote; luego sigue el ajigbona, o ayudante de sacerdote; el odofin toma el lugar del sumo sacerdote durante la ausencia de éste; el asare pawo es el mensajero que llama a los devotos a las ceremonias; y final- mente, el awaro es el sacerdote dedicado a un orisha especifico y que en un tiempo sacrificaba víctimas humanas al dios o la diosa al que estaba consagrado. El babalao conduce todas las ceremonias importantes del culto yoruba. La segunda orden de sacerdotes la constituyen los ministros de los orishas que se encargan de las curaciones, como Osayin, el dios de la medicina, y Aroni, uno de los dioses de las hierbas. La tercera orden incluye a los sacerdotes o sacerdotisas de Orisha-Oko, dios de la agricultura, y a los sacerdotes consagra- dos a dioses menores o a deidades humanas. Al esparcirse las variadas familias africanas en todo el Nuevo Mundo por el tráfico de esclavos, sus prácticas religiosas fueron influenciadas por su nuevo ambiente y las lenguas extrañas ha- bladas en las tierras de su exilio. Cada tribu tomó prestado libre- mente de las costumbres, ideas y creencias religiosas de su tierra adoptiva. Esto trajo una gran diversidad a las ceremonias má- gicas del negro. Los ritos variaron con cada tribu. En Haití, el
  • 11. I N T R O D U C C I Ó N 13 culto del vudú fue propagado por los nagos, ibos, aradas, daho- meyanos y otras tribus. En las colonias españolas y portuguesas, especialmente Cuba y Brasil, los yorubas y bantúes trasmitieron ritos mágicos semejantes. Aunque algunos de los rituales y cere- monias de la santería no son diferentes de ritos del vudú haitia- no, las divergencias son marcadas, pues no solamente estuvieron implicadas en los dos movimientos tribus distintas, sino que también Haití se encontraba bajo influencia francesa durante el tráfico de esclavos, mientras otros países del Caribe, como Cuba, Puerto Rico y la República Dominicana estaban bajo el domi- nio español. En Cuba, donde la santería se desarrolló extensamente, los yorubas fueron conocidos como lucumíes, término derivado de la palabra yoruba akumí, que es el nombre dado a un nativo de Aku, región de Nigeria de donde vinieron muchos yorubas. ALos lucumíes cubanos fueron influenciados profundamente por la iconolatría católica de sus amos españoles. Jbn su fantasía con-' fusa, identificaron a sus dioses y diosas con los santos de la doc- trina católica,. Este fue el comienzo de la santería (término deri- vado de la palabra santo) que significa literalmente la adoración de los santos. La santería es un caso típico de sincretismo, es decir, la combinación o reconciliación espontánea, popular, de creencias religiosas diferentes. Este sincretismo puede apreciarse en el hecho de que la mayoría de los dioses yorubas han sido identificados con las imágenes de santos católicos. Para el devoto católico, la imagen de un santo es la repre- sentación ideológica de una entidad espiritual que en una época vivió como ser humano sobre la Tierra. Para el santero, o prac- ticante de la santería, la imagen católica es la personificación de un dios yoruba. El culto de la santería es una mezcla curiosa de los ritos mágicos de los yorubas y las tradiciones de la Iglesia Católica Todas las leyendas y los argumentos históricos que rodean la vida de Jesús, María y de los santos católicos, son de gran im- portancia para el santero, ya que estos datos sirven para delinear las personalidades de los santos, facilitando más su identifica- ción con los dioses yorubas apropiados. Pero aunque el santero llega a menudo a la Iglesia Católica a una misa ocasional, sus
  • 12. 14 I N T R O D U C C I Ó N visitas esporádicas son provocadas de ordinario por motivos pre- meditados; estos es, puede necesitar un poco de agua bendita para un hechizo, o un trozo de la hostia consagrada, o tal vez un poco de cera de vela para perjudicar a un enemigo, pues a pesar de la influencia de la Iglesia Católica, la santería es en su mayor parte magia primitiva, y sus raices se hallan enterradas profundamente en el corazón de África, d hogar originario dd pueblo yoruba. La magia ha sido definida como "cualquiera de las artes de producir efectos maravillosos por medio de poderes sobrenatura- les". La hechicería, por otra parte, involucra una forma de magia en que se hacen encantamientos o se emplean amuletos, "generalmente con un propósito siniestro". Esta última definición no es enteramente precisa. £1 objetivo de un brujo no es necesa- riamente destructivo en principio. Tal vez una de las descripdo- nes más precisas de un hechicero que he hallado, es la usada por Carlos Castañeda en su libro A Sepárate Reality. En las palabras de don Juan, el maestro indio de Castañeda, un brujo es "un hombre de conocimiento y poder". La hechicería es "aplicar la voluntad de uno a la juntura clave. La brujería es interferencia. Un hechicero busca y encuentra la juntura clave de cualquier cosa que quiere afectar y luego aplica su voluntad a ella". Don Juan, como brujo y "hombre de conocimiento", se vale muy frecuentemente, para hacer sus encantamientos y recalcar su dominio sobre el mundo fenomenal, de la ayuda de cualquiera de un número de "aliados" a quienes "manipula" a voluntad. Estos aliados van desde las drogas aluánógenas hasta los espíri- tus deméntales y son sencillamente instrumentos utilizados por el brujo para hacer su voluntad. Don Juan no cataloga la hechi- cería como negra o blanca, positiva o negativa. Aún más, dice a Castañeda que los "aliados no son buenos ni malos, sino que son usados por los brujos para cualquier propósito que conside- ren adecuado". De acuerdo con este concepto, un hechicero es un hombre con grandes conocimientos y poderes que puede efec- tuar a voluntad cambios en su ambiente, sea solo, o con el auxilio de entidades sobrenaturales. Esto no excluye la posibilidad dd empleo de la brujería para propósitos malignos. Es una sugerenda bastante vaga en d sentido de que la elección real del bien o d
  • 13. I N T R O D U C C I Ó N 15 mal depende del hechicero. Esta definición de brujo es una descripción muy exacta del trabajo y las aptitudes del santero, "hombre de conocimiento y poder", cuyos aliados son los orishas del panteón yoruba, sincretizados como santos católicos. Los actos mágicos del santero incluyen ayudar a sus consul- tantes a librarse de influencias negativas, curar enfermedades, conseguir empleo, mejorar las condiciones económicas y someter, y frecuentemente destruir, a rivales y enemigos. Como don Juan, el santero no considera su magia buena o mala. Nada más la utiliza para hacer su voluntad, y según su forma de pensar, "los fines justifican los medios". No obstante, el santero es un hechi- cero cuya obra está dirigida principalmente a aliviar o resolver los problemas humanos que parecen insolubles por medios comu- nes. Por lo tanto, podría ser clasificado como un mago bueno o blanco; pero aun así, nada más porque él lo prefiere. Y no debemos olviaar que un santero intentará muy a menudo traba- jos que sería difícil clarificar como constructivos, tales como el usar sus conocimientos mágicos para castigar o hacer daño de alguna otra manera a un enemigo. La magia no puede clasi- ficarse con facilidad como buena o mala. Es en esencia una fuerza neutral, una capacidad para alterar las leyes naturales que forma parte de la constitución mental y espiritual del mago y que puede emplearse indiscriminadamente con propó- sitos destructivos o constructivos. En vez de embarcarnos en una discusión prolongada de los aspectos éticos de la magia, sería más interesante examinar la naturaleza del mal, con el propósito de obtener una compren- sión más clara de su mecanismo intrínseco. Hay dos formas del mal: mal negativo y mal positivo. El primero es "la oposición polarizada del bien". Por ejemplo, es difícil caminar sobre una superficie resbaladiza, porque no ofrece resistencia; tiene que haber algo para que el pie empuje contra ello y dar al cuerpo el impulso requerido para dar un paso. El mal negativo es el principio de resistencia, de inercia, que permite que se manifieste el bien. Este principio de resistencia es el aspecto "negativo" del mal negativo. Su aspecto "positivo" es el principio de destrucción, que se conoce también por su nombre eso- térico del "basurero de los dioses". Según la muy conocida ocul-
  • 14. 16 I N T R O D U C C I Ó N tista Dion Fortune, la función del principio de destrucción es "limpiar detrás de la marea en progreso de la evolución, retiran- do lo que se ha hecho inútil, para que no sofoque u obstruya el curso de la vida". Esto explica por qué Dios "tolera" al diablo, pues éste no es más que el "pedal cósmico de empuje" de la deidad. Así, obviamente es un mal necesario, una reacción basada en leyes cósmicas, no una fuerza caótica o anárquica. Por otra parte, el mal positivo tiene como su aspecto nega- tivo el caos absoluto, sustancia informe, y desequilibrio. Es la antitesis del orden y la armonía. Es todo lo innatural y lo que está en oposición directa con el principio creativo del universo. Es la negativa absoluta de las leyes cósmicas de estabilidad y coherencia. El aspecto positivo del mal positivo lo forman las entidades diabólicas que simbolizan las concepciones malvadas del hombre que no son compensadas por un excedente de pensa- mientos buenos y armoniosos en otros miembros de la misma alma colectiva. De estas inteligencias caóticas fluyen todos los impulsos destructores que tientan y corrompen a la humanidad. Se origi- naron probablemente mediante la práctica de la magia negra a través de las edades. Los magos negros organizaron y modelaron las sustancias malignas originales en moldes plásticos con carac- terísticas y personalidades definidas. Los seres creados así adop- taron una existencia independiente y desarrollaron y multipli- caron con rapidez su especie. A menudo se hacen perceptibles visualmente durante sueños y alucinaciones y pueden conectarse y manifestarse en forma física por medio de invocaciones y con- juros. Con mucha frecuencia, ciertos hechizos y encantamientos se cargan con grandes impulsos vibratorios mediante él uso repe- tido, y actúan como llaves que abren las trampas subconscientes atrás de las cuales pululan toda clase de horrores cósmicos. Una vez desatadas, estas entidades nihilistas temibles deben ser cana- lizadas con prontitud por el mago negro y usadas para realizar sus propósitos nefandos... pues si aguarda o está inseguro de su acción siguiente, estas mismas fuerzas infernales lo destruirían por completo. De ahí que los que practican con éxito la magia negra son grandes adeptos con conocimientos vastos de las leyes natu- rales y cósmicas. Deben serlo, para sobrevivir a sus coqueteos constantes con la desintegración espiritual.
  • 15. I N T R O D U C C I Ó N . 17 MAL NEGATIVO (principio pasivo, MAL 'ASPECTO NEGATIVO (principio de inercia) .ASPECTO POSITIVO (Principio de destrucción) MAL POSITIVO (principio activo ASPECTO NEGATIVO (caos, desequilibrio) ASPECTO POSITIVO (entidades diabólicas) El nial está compuesto de dos aspectos polarizadores: mal negativo y mal positivo. De los dos, el segundo es el principio masculino activo y por lo tanto el más maléfico de los dos: genera y engendra más mal. El que es malvado de manera positiva es el destructor más activo.
  • 16. 18 I N T R O D U C C I Ó N Los santeros no emplean fuerzas caóticas en su trabajo. Sus aliados, los dioses yorubas, son manifestaciones directas del prin- cipio creativo y por lo tanto, son espíritus de luz. Cuando el santero hace obras mágicas aparentemente destructoras, está usando el aspecto negativo de una fuerza positiva. Por ejemplo, cuando busca venganza sobre un enemigo, puede estar utilizando las fuerzas devastadoras de Oggún, dios de la guerra, o de Changó, dios del fuego, para rectificar una injusticia o para "enderezar un entuerto"; Para evitar convertirse en el receptor eventual de la represalia cósmica por un trabajo de destrucción, el santero tiene el cuidado de declarar que ha sido victima de las maquinaciones malignas de su enemigo y, por lo tanto, tiene derecho a la "justicia divina".' Así puede realizar todos los aspectos negativos de sus obras mágicas bajo la égida de las leyes cósmicas. En el Caribe hay otra secta, conocida como la de los congos o bantúes, que trabaja exclusivamente con fuerzas malignas. Sus creencias y prácticas serán tratadas en detalle en este libro, pues creo que su obra es de interés tanto para el antropólogo como para el sicólogo. La práctica de la magia congo se ha dividido en varías ramas, la más popular de las cuales es la del palo mayombe. Los practicantes de este culto son conocidos como mayomberos y pueden compararse fielmente a los prover- viales médicos brujos de la tradición africana. Su malignidad no tiene paralelo en las prácticas ocultas. Sus especialidades son trabajos de venganza, nigromancia y destrucción de la vida hu- mana. La ética y los valores humanos jamás son tomados en consideración por el mayombero, sencillamente porque él existe en un mundo "fuera de la realidad generar'. La magia es para él sólo un medio de supervivencia en un ambiente hostil que amenaza destruir su existencia a cada paso del camino. La idea de castigo cósmico no preocupa al mayombero. Cree que puede escapar a la represalia divina mediante la utilización adecuada de sus facultades mágicas y "pagando" por los "servicios" de las entidades infernales que usa en sus actos mágicos y ce- remonias. Este pago consiste en alimentos, licor, algunas monedas de cobre y sacrificios de animales.
  • 17. I N T R O D U C C I Ó N 19 Comprensiblemente, ninguna de las fuerzas empleadas por el mayombero han sido sincretizadas, como santos católicos, si- guiendo la tradición de los yoruba. No obstante, es interesante hacer notar que la mayoría de los mayomberos sienten un respeto considerable hacia los supuestos poderes de los dioses yorubas y muy pocos de ellos se atreverían a entrar en un enfrentamiento real con uno de los orishas. Es casi como el temor proverbial de los hijos de las tinieblas a las fuerzas de la luz. Esta deferen- cia reacia de parte del mayombero hacia los dioses yorubas no es sorprendente realmente, si uno considera la gran fama y po- pularidad de los orishas en Latinoamérica. No todas las deidades yorubas representadas por santos ca- tólicos poseen el mismo grado de popularidad. Algunos santos atraen más simpatía que otros. Su popularidad es inducida por sus poderes y por la magnitud de su lista de milagros. Los santos se conocen tanto por sus nombres católicos como por sus apela- tivos yorubas. Muy frecuentemente, a una santa se le conoce como un dios en el panteón africano. Un caso típico es el de santa Bárbara, a quien se le conoce en la santería como Changó, el dios lucumí del fuego, el trueno y el rayo. Como Changó, se concibe a santa Bárbara a modo de un negro gigantesco de fac- ciones fuertes, hermosas y sonrisa contagiosa. Las deidades yorubas son mundanas y pintorescas, llenas de pasiones y simpatías y antipatías ardientes. Se les ha humanizado totalmente a través de los siglos y se piensa que descienden a la Tierra y toman posesión de sus devotos, que son conocidos como sus "hijos". La posesión de un creyente por un orisha es un espectáculo asombroso respecto al cual se han hecho muchos estudios sicológicos. El individuo cae en trance y adopta todas las características sobrenaturales del orisha por quien está poseído. Bajo esa influencia puede desplomarse sobre el suelo, retorcién- dose y temblando con terribles convulsiones y con espuma sa- liendo de su boca, o principiar una danza ritual violenta que dura horas sin ninguna indicación de fatiga por parte de la persona poseída. Sin embargo, más a menudo, la persona come y bebe abundantemente y ejecuta actos notables de fuerza y facultades físicas. Bajo esta influencia también puede adivinar el futuro con precisión asombrosa.
  • 18. 20 I N T R O D U C C I Ó N Es sorprendente la intensidad de la influencia de la santería sobre los habitantes de los países latinoamericanos. Las creencias y costumbres primitivas, con sus palabras bárbaras de invoca- ción, han llegado incluso hasta las modernas calles congestiona- das de Nueva York y Miami, donde la santería florece hoy tan poderosamente como en las islas del Caribe. Según cálculos moderados, en Latinoamérica y Estados Unidos hay más de cien millones de personas que profesan el culto. Contrario a la creencia popular, la santería no se limita a los ignorantes e incultos. Algunos de los seguidores más devotos del culto son personas con amplios antecedentes educativos y cultu- rales. Lo que tienen en común en la santería el ignorante y el educado es el convencimiento profundo de que ésta funciona en realidad. Es magia, sencillamente, tanto negra como blanca. Y hace efecto. Su poder es auténtico y vivido. Cuando menos ellos creen que lo es. Muchas de las dictaduras en Latinoamérica han sido acredi- tadas a la magia. Muchos cubanos piensan que Fidel Castro, por ejemplo, debe su éxito y su poder a la magia negra de los mayomberos ("brujos") cubanos. Se rumora que las fuerzas que lo colocaron en su bastión son deidades africanas. Cierto o no, es improbable que lo sepamos jamás. Por lo tanto, la fuerza de la santería reside en la creencia de sus seguidores en los poderes sobrenaturales de sus dioses. Expon- dré detalladamente en este libro la mitología, las creencias y las prácticas de la santería. Es la primera vez que se escribe en inglés un libro concerniente al culto. Espero que no será el último. Es un tema fascinante digno de estudio serio.
  • 19. 1 ¿Qué es la santería? Cuando los yorubas identificaron a sus dioses con los santos de la fe católica, éstos quedaron investidos de los mismos poderes sobrenaturales de las deidades africanas. Fueron invocados por los sacerdotes yorubas para emprender curaciones, efectuar he- chizos y hacer el mismo tipo de magia adscrita de ordinario a los orishas. Se acreditaron a cada dios-santo atributos específi- cos determinados y se pensó que controlaban ciertos aspectos de la vida humana. Todos los fenómenos naturales y los sucesos comunes de la existencia cotidiana estaban bajo la influencia directa de las deidades. Nadie sabe en realidad cuándo, o cómo, una cultura empieza a dejar su impresión sobre otra. A través de los siglos, los colo- nos españoles y portugueses y sus descendientes se interesaron crecientemente en la magia ritual de los yorubas. El interés ini- cial puede haber empezado por un babalao que curó una enfer- medad que no pudo vencer un médico acreditado.. . o tal vez por la precisión de las predicciones y los hechizos de un brujo curandero. Cualquiera que sea la razón, el hombre blanco prin- cipió a asistir a los ritos primitivos de los esclavos africanos y a participar ocasionalmente en ellos. Para fines del siglo xrx, el culto yoruba había ganado muchos devotos entre los pobladores españoles de las áreas caribeñas, en particular en Cuba, Puerto Rico y la República Dominicana, aunque esta última también fue influida con profundidad por el culto del vudú. Brasil tam- bién fue inur :ado por la religión yoruba y es en la actuali- 21
  • 20. 22 S A N T E R Í A dada uno de los pases latinoamericanos donde se practica más activamente la santería. A medida que se hicieron más populares los ritos mágicos de los yorubas, el hombre blanco, superando poco a poco la reticencia natural de los sacerdotes africanos, consiguió aprender la mayoría de las leyendas y ritos intrincados del culto, hasta que al fin se le permitió participar en las ceremonias de inicia- ción. Tan pronto como alcanzó la calidad de adepto, rebautizó el culto y lo llamó santería, es decir, adoración de los santos. Él mismo .fue conocido como santero, o practicante de la sante- ría. Conservó la mayor parte de los nombres africanos de los orishas y los rituales más importantes, particularmente la cere- monia de la iniciación, que rebautizó como asiento. La elección de* esta palabra puede explicarse por el hecho de que se cree que los santos toman posesión de sus iniciados y los "montan" literalmente. El santero es conocido comúnmente como el "caba- llo" de los santos. El "asiento" de los santos, es decir, la mente del iniciado (yaguó), se condiciona durante la iniciación para su trabajo futuro. Un santero es iniciado en los misterios y ritos del orisha al cual reconoce como su "padre" o "madre". El asiento es conocido también como hacer el santo. La ceremonia de iniciación se presentará con detalles más amplios en otro capítulo. El santero moderno practica casi el mismo tipo de magia primitiva que los sacerdotes yorubas antiguos. Es un guardián celoso de las tradiciones africanas y por lo común es notable- mente incomunicativo en lo concerniente a sus creencias y prác- ticas. Como sería difícil de explicar a un aleyo ("no creyente") algunas partes de su magia, no es difícil comprender esta re- ticencia. Las tradiciones antiguas eran trasmitidas oralmente por los antiguos sacerdotes a sus descendientes y seguidores en reuniones especiales conocidas como cabildos. En el curso de estas reunio- nes, los santeros establecían las leyes y prácticas de su religión y las comunicaban a los nuevos iniciados. También durante los cabildos se determinaba el dios yoruba que iba a regir el año siguiente. Otro método más de trasmitir las leyendas y prácticas del culto era por medio de cuadernos, llamados libretas, en los
  • 21. ¿ Q U É ES LA S A N T E R Í A ? 23 que se escribía. Aunque ya no se celebran ios cabildos, todavía se observa la costumbre de llevar un registro escrito de los hechi- zos y ceremonias rituales de la santería. Todo santero tiene una libreta donde ha anotado meticulosamente todas las enseñanzas de su padrino. Esta costumbre es muy similar a la práctica entre los hechiceros europeos, de llevar un libro de hechizos y rituales conocidos como "Libro de las tinieblas". La diferencia básica entre los sacerdotes africanos y el santero reside en que éste practica su magia en la selva de asfalto de las grandes ciudades, en vez de la espesura de la selva indígena. La santería es simplemente magia de la selva adaptada a la vida citadina. Sus prácticas rituales se basan en la magia simpática. Esto es, la magia natural que se basa en las leyes de similitud y contacto. La ley de similitud puede expresarse por el principio mágico que dice que "todo acto imitativo produce aquello que está imi- tando". Por otra parte, la ley de contacto dice que "las cosas que han estado en contacto unas con otras siguen afectándose mucho tiempo después de que ha sido roto el contacto físico". Cuando el tipo de magia empleada depende de la ley de simi- litud, se le conoce como magia homeopática.* En este sistema, el mago piensa que puede crear virtualmente cualquier clase de fenómeno natural, representándolo por anticipado, a menudo usando objetos naturales que están en alianza simpática con el propósito de la ceremonia. El ejemplo más familiar de este tipo de magia es el muñeco de cera que es moldeado a la ima- gen de la persona que se quiere afectar. El mago cree que cual- quier cosa que le suceda al muñeco le ocurrirá también a la deseada víctima. Otro ejemplo de magia homeopática, bastante común en la brujería del Caribe, utiliza una piedra pequeña que puede hallarse en un parque o en un jardín ordinario. La piedra se recoge y bautiza con el nombre de la persona a quien se quiere influir; después, se lleva la piedra a !a casa y se arro- ja al piso de la entrada; luego se patea suavemente por toda la casa hasta que rueda bajo la cama. Mientras' rueda la piedra, se debe enfatizar que la que está siendo pateada es la persona * Está implícito en el lema de la homeopatía, similia similibus curan* tur. (N.T.)
  • 22. 24 S A N T E R Í A a quien se desea dominar. Es fácil comprender con estos dos ejemplos sendllos los principios básicos de la magia imitativa u homeopática. La magia contagiosa establece que las cosas que han estado en contacto unas con otras siempre lo estarán. Asi es posible ejercer influencia en una persona únicamente consiguiendo algo que ha estado en contacto con ella. Puede ser una prenda de ropa o un poco dé cabellos o de recortes de uñas. Cualquiera de estos materiales puede utilizarse para embrujar a su dueño en una forma muy real y efectiva. Por ejemplo, es posible anu- da: mechones de cabellos de la víctima junto con cabello de la persona que hace el encantamiento, haciendo un brazalete. Este es llevado después en la muñeca derecha durante nueve días, deseando todo el tiempo que la víctima venga al hechicero y ceda a sus deseos. Los recortes de uñas pueden usarse en per- fumes, y las prendas de ropa pueden emplearse astutamente haciendo un muñeco que represente a la víctima. Todas las formas de magia simpática suponen que las cosas actúan a distancia unas sobre otras mediante una atracción no identificada e inexplicable, efectuándose el contacto inicial por la voluntad del mago. Esta creencia en la influencia sim- pática ejercida de modo recíproco por individuos u objetos se- parados por la distancia, es de importancia capital en la sante- ría, y de hecho, es importante en cualquier forma de magia natural. El mago inglés Aleister Crowley definió la magia como la capacidad para efectuar cambios en la conciencia, *de acuerdo con la voluntad del mago. Esta definición concuerda con los principios mágicos de la santería. Pero no es suficiente poseer una voluntad fuerte para producir la reacción deseada. Uno también debe tener fe, el convencimiento ardiente de que la ma- gia dará resultado. No importa si esta fe trasciende a la confun- da humana y proviene de entidades no humanas o si está arraigada en una seguridad inconmovible en uno mismo. Lo que importa es su influencia y los fenómenos algunas veces increíbles que puede crear. En la santería, esta fe se pone fir- memente en las fuerzas poderosas de los dioses yorubas. Los poderes sobrenaturales de los santos, en alianza estrecha con
  • 23. ¿ Q U É E S LA S A N T E R Í A ? 25 la magia simpática de los santeros y su determinación intensa de triunfar, producen los cambios en la conciencia descritos por Aleister Crowley. Los dioses no otorgan sus favores sin un ofre- cimiento apropiado, naturalmente. Este puede variar desde una vela de siete días, del color predilecto del dios, un plato de miel o de dulces, hasta un cesto de fruta fresca o el sacrificio de un animal. La ofrenda varía según la personalidad del dios invo- cado y la magnitud del favor pedido. Luego de solicitar la ayuda Üe un santo particular en un hechizo dado, el santero procede a la ceremonia que dedica al santo, reforzando frecuentemente el ensalmo con una imagen del orisha y oraciones especiales. Los encantamientos que requieren el auxilio de un santo deben emplear materiales que son atributos de ese orisha particular. Por ejemplo, un hechizo de amor que pide la ayuda de Oshún se efectuará con caracoles marinos, cuentas, miel, carapachos de animales o calabazas: todos estos, atributos de la diosa. Cual- quier vela encendida en su nombre tendrá que ser amarilla, su color favorito. La tabla 1 menciona algunos de los atributos más importantes de los santos más populares. Esta lista es incompleta. Algunos orishas, como Oshún y Yemayá, tienen docenas de atributos y símbolos, muchos de los cuales comparten unos con otros." Una lista completa de atri- butos de todos los orishas llenaría muchas páginas. La perso- na indicada para juzgar cuál orisha debe utilizarse en un pro- blema dado y qué ceremonia se debe aplicar mejor, será un santero competente. Aunque algunas situaciones caen clara- mente bajo la jurisdicción de uno de los orishas, hay problemas que pueden necesitar el auxilio de más de un santo. En casos extremadamente difíciles puede haber necesidad de invocar la ayuda de las Siete Potencias Africanas, una combinación pode- rosa que incluye a Obatalá, Elegguá, Orúnla, Changó, Oggún, Yemayá y Oshún. Imágenes de los santos Para hacer un hechizo con éxito se requiere frecuentemente la imagen del orisha invocado. Como hay muy pocas imágenes de los dioses en sus aspectos africanos, el santero emplea las
  • 24. Oriska Babalu-Ayé Changó Colores Azul claro Rojo/blanco Jegguá Rojo/negro Obatalá Ochosi Oggún Orónla Oshún Oyá Yemayá Blanco Espliego/negro Verde/negro Verde/amariljo Amarillo/verde o rojo Marrón Azul/blanco TABLA 1 Aspecto humano controlado Enfermedad Pasión, enemigos Mensajes, abre y cierra puertas Paz, pureza Cacería, cárceles Guerra/empleo Adivinación Amor, matrimonio, oro Muerte, cementerios Maternidad, feminidad Arma o símbolo Muletas Hacha de doble filo, espada, copa, castillo, trueno Clavos de hierro, pequeño gallo de hierro Todas las sustancias blancas Arco y flecha Hierro, cuchillos, armas de acero Tabla de ífá Espejo, abanicos, caracoles marino*, calabazas Fuego Caracoles marinos, canoa, abanicos
  • 25. ¿ Q U ¿ ES LA S A N T E R Í A ? 27 que representan la personalidad católica del orisha. Algunas de las imágenes son estatuas hechas exquisitamente, traídas de España o de Italia y, por lo tanto, muy costosas. Los tamaños varían de 0.30 a 1.50 m. También hay estatuillas pequeñas de plástico y algunas son hechas con bases magnetizadas para fijarse sobre los tableros de los coches. Las imágenes más baratas son dibujos de los santos en papel o en cartón. La estatua de orisha más adorable que he visto es una imagen de santa Bár- bara (Changó) que pertenece a mi hermano, de quien él es muy devoto. Santa Bárbara se representa de ordinario como una adolescente, coronada, vistiendo una túnica blanca y un manto rojo con orla dorada, una figura principesca obviamente. Tiene en su mano derecha una copa que simboliza el Santo Grial, mientras esgrime una espada con la izquierda. La corona, la copa y la espada son doradas. A sus pies se levanta una torre pequeña, formada como una fortaleza. La leyenda dice que santa Bárbara vivió en el siglo rv. Aunque su existencia está envuelta en muchas leyendas contradictorias, la mayor parte de las fuentes históricas convienen en que fue una princesa cristiana. Su padre la tenía presa en una torre por sus creencias y su negativa a casarse de acuerdo con los deseos paternos. Una noche tempestuosa, él subió a la torre y renovó sus exigencias de que se casara con uno de sus capitanes. La insistencia con la que ella se aferró a sus creencias y su negativa a obedecer su voluntad, lo llenó de tanta furia que desenfundó su espada y la decapitó. En ese momento preciso fue abatido por un rayo, creándose así la leyenda del poder de santa Bárbara sobre los rayos y el fuego. Las analogías entre la virgen mártir y el dios yoruba del trueno y el rayo son tan señaladas que no hay duda en la mente del santero de que son la misma entidad. La estatua de santa Bárbara que mencioné con anterioridad es un buen ejemplo de esta identificación. La imagen mide alrededor de 1.20 m, con cara exquisita y figura nubil, la túnica y el manto grabados con hoja de oro, su corona, espada y copa hechas de oro de veinticuatro kilates. Nada podría ser más delicado y frágil que esta figura virginal. No obstante, las ofrendas a sus pies son un vaso de ron y un grueso cigarro, dados a la santa en su aspecto yoruba de Changó.
  • 26. 28 S A N T E R Í A Creencias en la santería La santería enseña que a toda persona le es asignada a su nacimiento un guía protector que es uno de los orishas. A este guía se le conoce como el ángel guardián. Además de un guía se le asigna al recién nacido una planta especial, una piedra de nacimiento y un animal. Si al crecer descubre las identidades de *as mascotas divinas y las conserva con él siempre, tendrá éxito y será poderoso toda su vida. La piedra de suerte de un individuo no tiene que ser una gema preciosa. Puede ser un simple guijarro de color que en- cuentre en la playa y atraiga su atención sin ninguna causa espe- cial. El apremio inexplicable de recoger una piedra que se halle por acaso es una indicación de que el guía espiritual desea que uno la levante y la conserve como amuleto. No todas las piedras encontradas por azar pueden considerarse de suerte, naturalmen- te. Los santeros se refieren a una piedra atractiva particular que hace que uno sienta que debe tenerla, simplemente. Es probable que esa piedra esté cargada con buenas vibraciones para uno per- sonalmente, y debe recogerla y llevarla siempre con usted. Por supuesto, hay guías que prefieren piedras preciosas. Changó, por ejemplo, cuyo color es el rojo, es partidario de los rubíes, aunque se conformará con un granate, una cornalina o cualquier piedra roja, bonita y brillante. A Oshún le agrada el topacio, cuyo color recuerda el oro al cual es muy aficionada. No es verdad, dicen los santeros, que la fecha al nacer, de una persona tenga una relación con su piedra de nacimiento. Esa fecha no tiene significado espiritual en la santería. La prueba indiscutible de esto es, para un santero, el hecho de que cientos de miles de personas nacen el mismo día y, sin embargo, llevan vidas totalmente distintas. Sólo un espiritualista competente o un babalao pueden deter- minar cuáles son los talismanes de una persona. En las islas cari- beñas, tan pronto como nace un niño se consulta a tal especialista. Los animales que se piensa son benéficos, son la cabra, el elefante y la tortuga. Afortunadamente no es necesario tener vivo en casa uno de estos animales. Para recibir su influencia benéfica es suficiente tener una imagen en metal o en plástico. Por otra
  • 27. ¿ Q U É E S LA S A N T E R Í A ? 29 parte, los animales considerados nocivos espiritualmente son toda clase de reptiles e insectos venenosos, tales como alacranes y ciempiés, algunas variedades de ranas, todas las aves de rapiña, la rata, el cocodrilo, el lagarto y la araña. Los santeros piensan también que el agua tiene gran fuerza espiritual como medida defensiva. Recomiendan a sus seguido- res que mantengan bajo sus lechos un recipiente pequeño lleno de agua para purificar todas las influencias malignas. Creen que los espíritus funestos que descienden sobre nosotros desde sus esferas viciadas se disuelven en agua como azúcar o sal. Las aguas deben cambiarse cada veinticuatro horas. Deberán tirarse preferentemente fuera de la casa cuando nadie esté mirando pero no debe permitirse en ninguna circunstancia que caigan al suelo o en el fregadero de la cocina. Otros agentes eficaces contra las entidades malignas son los ajos y la-azúcar morena. Los santeros queman el azúcar y las cascaras de los ajos en una sartén pequeña, sobre un lecho de carbones calientes, y se permite que el humo espeso, denso, resul- tante de la combustión, llene toda la casa, especialmente dentro de guardarropas y en los rincones donde se cree se esconden los espíritus malignos. Este humo se conoce como sahumerio. Mu- chos santeros también conservan en sus casas un muñeco de trapo negro para disipar las influencias malignas. Aunque las deidades yorubas entienden "todos los idiomas del mundo", existen ciertos sonidos que los hacen "más propi- cios y comprensivos". Por esa causa, muchas de las palabras utilizadas para invocar a un orisha pertenecen al lenguaje yoruba. Algunas de las palabras más comunes usadas en el culto se dan en la lista siguiente: ACHÉ: gracia, poder. AGOGÓ O ACHERÉ: un instrumento empleado, junto con tambo- res, para llamar a un orisha a la Tierra. AGBEBE: abanico usado para ayudar a refrescar a los orishas cuando están muy acalorados o contrariados. Es un símbolo de Yemayá y de Oshún. AKOÑRÍN: cantante o llamador de ios orishas. AKOYÓ: hombre sabio.
  • 28. 30 S A N T E R Í A AKPETEBÍ: diosa preferida por un orisha. Por ejemplo, Oyi es la akpetebí de Changó. ALEYO O ABERÍNKULA: no creyente. AMALA: alimento ofrecido a los orishas. ARABA O IROKO: el árbol sagrado de la santería. Se conoce en español como ceiba y en botánica, como árbol de algodón. BABALAO: sumo sacerdote del culto. BÁMBULA: danza. BATA : los tres tambores utilizados junto con el agogó para reunir a los dioses. Son llamados iyá, itótele y okónkolo. £1 sonido del último jamás cambia; es una base sobre la cual hablan entre ellos los otros dos tambores. EYÁ: un cuarto dentro del ileocha. FORIBALE: genuflexión hecha frente a los tambores o al san- tuario. GÜEMILERE: ceremonia sagrada de la santería. IBÁN-BALO: patio del templo. IGBODU: santuario donde se tienen los talismanes y piedras de los orishas. ILÉ: casa. ILEOCHA: templo donde se efectúan las ceremonias. IRÉ: buena suerte. IRUKE: plumero especial empleado para desvanecer los malos espíritus. IYALOCHA: practicante de sexo femenino de la santería. MODDU cui: gracias. OKONÍ: profesor. OMO-ORISHA: un santero consagrado a un orisha específico. ORISHA: cualquiera de las deidades yorubas. ORU : una serie de invocaciones o llamados. OTAN : piedra especial sagrada para un orisha y por medio de la cual se comunica un dios con el santero. Las otanes se con- servan comúnmente en tazones adornados en los altares de los orishas. Owó: dinero. YAGUÓ: iniciado en el culto. YUBBONA: el padrino del yaguó.
  • 29. ¿ Q U É E S LA S A N T E R Í A ? 31 Ciencia herbaria La base de los hechizos principales de la santería son hierbas, plantas, raíces y flores. Todo santero es un herbolario competen- te que puede curar prácticamente toda enfermedad con un caldo de hierbas, o hacer un encantamiento tremendo con algunas flores. Se piensa que cada planta tiene una entidad espiritual que la protege. Se cree que todas las hierbas están vivas, llenas de aché ("poder"). Cada raíz, flor, árbol o planta pertenece a uno u otro de los orishas cuyo permiso debe solicitarse siempre que se emplee la planta. La mayor parte de las hierbas tiene un propósito doble, para curaciones y para magia. Por ejemplo, el ajo se utiliza en tés para bajar la hipertensión arterial y para disipar las influencias malignas. La artemisa se usa en tés contra la apendicitis y también en baños purificadores. £1 anatnú (petiveria aüiacea) se emplea como abortivo y también para causar dificultades y discordia. El coco tiene usos extensos; el agua se utiliza frecuentemente como diurético y la pulpa se em- plea en la adivinación. Algunas hierbas se consideran malignas y se utilizan única- mente para obras de destrucción. Un ejemplo típico es la hiedra venenosa (guao). De acuerdo con los santeros, esta planta per- tenece al diablo. Creen que si una persona toca el guao y padece la erupción violenta típica por la cual es famosa la planta, debe golpear las hojas con un palo, escupir las raíces e insultarla con el lenguaje más soez. Si lo hace, desarrollará inmunidad contra la planta, que jamás se atreverá a hacerle daño nuevamente. El guao es usada por el mayombero para causar dificultades, éste la mezcla con pimiento, huesos de las cabezas de un gato y un perro negro, una tarántula, sal, azufre y tierra de cementerio. La mezcla se pone después cerca de la casa de la presunta víctima quien encontrará un poco más tarde toda clase de difi- cultades. Otra planta que se emplea continuamente es una mata cono- cida como escoba amarga (partenium hysteropkorus), que se usa en baños purificadores para ahuyentar a los abikúes. Un abikú es un espíritu malicioso que rencarna en un niño que muere en la infancia. Existe entre los viejos santeros la creencia
  • 30. 32 S A N T E R Í A de que la única forma de ahuyentar al abikú es golpeándolo con una rama de escoba amarga. Siempre que un niño es muy en- fermizo y llora de manera constante, se piensa que su cuerpo está habitado por un abikú y generalmente se le azota con la rama, por lo común los miércoles. La santería moderna tiende a mofarse de estas creencias, pero aún existen algunas personas que llaman al santero siempre que un niño que se piensa que es un abikú muere a edad temprana. £1 santero hace una marca en el cadáver, frecuentemente cortando un trozo de oreja, ya que creen que el abikú regresará a importunar a la familia. Guando nace otro niño en la misma familia, su cuerpo se revisa para ver si tiene la misma señal que fue hecha en el hijo muerto. Si se halla tal marca, y según los santeros sucede a menudo, se llama prontamente al santero para que "ate" al recién nacido a la tierra para que no muera también. Esto se realiza fijando al tobillo o a la muñeca del infante una cadena pequeña que no debe quitarse hasta que haya pasado de la pubertad. La base de los rituales y ceremonias debe encontrarse en las leyendas de los dioses yorubas. Los orígenes de los orishas y su sincretismo con los santos católicos son de gran importancia si uno quiere entender las personalidades de los dioses y los prin- cipios de la santería. Por esa razón, he decidido tratar algunos de los mitos yorubas más pertinentes antes de penetrar a las complicadas ceremonias de la santería.
  • 31. 2 La leyenda Al principio, de acuerdo con el mito yoruba, existia única- mente Olodumare, - un ser sin definición, porque su esencia no puede ser comprendida por los mortales. Olodumare está com- puesto de tres espíritus separados-7 no menos indefinibles: Olo- dumare Nzame, Olofi y Baba Nkwa. Olodumare Nzame es el principio creador. Greó el cielo y la Tierra, el Sol, la Luna, las estrellas y toda la vida vegetal y animal sobre este planeta. Después que concluyó su obra de creación, preguntó a sus dos compañeros si les agradaba lo que había hecho. Ambos convinieron en que Olodumare Nzame había realizado cosas grandes y maravillosas, pero señalaron la necesidad de la creación de un ser inteligente que gobernara sobre la tierra. A sugerencia de ellos, Olodumare Nzame creó al primer hombre, haciéndolo de barro a su propia semejanza, dán- dole inteligencia, belleza e inmortalidad. Este primer ser fue llamado Orno Oba, y pronto se hizo tan engreído con su gran belleza y su poder, que en un acceso de cólera. Olodumare orde- nó a Nzalam, el rayo, que destruyera toda la vida sobre la tierra. Olodumare había hecho inmortal a Orno Oba, infortunada- mente, y por lo tanto, Nzalam no pudo matarlo. Orno huyó y se escondió en las entrañas de la tierra, donde está rodeado por el fuego y el azufre causados por el castigo de Nzalam. Cambió su nombre a Olosi y viene periódicamente a la superficie de la tierra con el propósito de incitar a los hombres a infringir las leves de Olodumare. 33
  • 32. 34 S A N T E R Í A Algún tiempo después de este incidente infortunado, Olodu- mare sintió lástima del estado triste de la tierra, que se había secado y ennegrecido como resultado del fuego de Nzalam. Los tres espíritus que forman la deidad descendieron al planeta y lo oibrieron misericordiosamente con nueva vida. Crearon a un hombre nuevo para que gobernara sobre la tierra, pero no le otorgaron el don de la inmortalidad. Este ser es la deidad yoru- ba principal, Obatalá. Después de esta segunda creación, uno de los aspectos que presenta Olodumare, Olofi, fue puesto a cargo de los asuntos de la tierra, y los otros dos espíritus, Olodumare Nzame y Baba Nkwa dejaron el planeta con el objeto de proseguir su trabajo de creación en otras partes del universo. Por lo tanto, Olofi es el aspecto de la deidad que los yorubas conciben como el dios personal del hombre. Una de las primeras cosas que hizo Olofi para asegurar que los hombres de la tierra no siguieran el ejemplo de Oksi y se destruyeran con el tiempo, fue dar a Obatalá once man- damientos: /. No robarás. 2. No matarás, excepto en defensa propia y para tu mantenimiento. 3. No comerás carne humana. 4. Vivirás en paz con tu prójimo. 5. No codiciarás las propiedades de tu vecino. 6 No maldecirás mi nombre. 7. Honrarás a tu padre y a tu madre. 8. No pedirás más de lo que pueda darte y estarás satisfecho con tu destino. 9. No temerás la muerte ni te quitarás la vida. 10. Enseñarás mis mandamientos a tus hijos. //. Respetarás y obedecerás mis leyes. Olofi dio a Obatalá una esposa a quien llamó Oddudúa. Obatalá se representa como un hombre a caballo, vesflHrjr de blanco, sosteniendo una lanza en la mano. Su color es blanco y todos los artículos dedicados a él son también de este color. Oddudúa se representa como una negra, sentada, amamantando a un infante. Es la diosa de la maternidad y tiene un santuario en Badagry, Nigeria.
  • 33. L A L E Y E N D A 35 De la unión de Obatalá y Oddudúa nacieron un hijo, Agan- yú, y una hija, Yemayá. Aganyú fue muy popular en un tiempo, pero su culto ha menguado en los últimos decenios. Yemayá es la diosa yoruba de la luna y domina el elemento agua. Se repre- senta como una mujer bella con piel amarillenta, vestida de blanco y adornada con cuentas azules. De acuerdo con la leyenda, Aganyú y su hermana Yemayá se casaron y tuvieron un hijo, Orungán, que era tan hermoso y lleno de talento que su padre enfermó, de envidia y murió. Cuando Orungán se hizo hombre, se enamoró de su madre y la forzó a unas relaciones incestuosas. La diosa, consumida por el dolor, maldijo a su vastago, quien pronto murió. Después, ella ascendió a la cima de una elevada montaña donde murió de pena. Al morir, su abdomen estalló y dio nacimiento postumo a catorce de los dioses del panteón yoruba, concebidos de su unión con Orungán. Al reventar Su vientre, las aguas que fluyeron del interior de su cuerpo causaron el diluvio universal. De los huesos de Yemayá nacieron Obafulom e Iyáa, el Adán y la Eva del mito yoruba. £1 lugar donde murió la diosa fue conocido como la ciudad santa de He Ife, donde vivieron Obafulom e Iyáa y pro- pagaron la raza humana. Los catorce dioses que nacieron de Yemayá fueron: AYÍ-SHALUGA: dios de la fortuna y la buena suerte. Se repre- senta por un caracol marino grande. CHANGÓ: dios del fuego, del trueno y el relámpago. Es una de las deidades mayores del panteón y también muchos lo cono- cen como Takata, el dios de las piedras. Changó vive en las nubes en un castillo brillante, de donde envía sus rayos siem- pre que ha sido ofendido. És muy temido y respetado y tiene muchos adictos en la santería. CHANKPANA: dios de la viruela. Se representa por un viejo cui- dando de una pierna lacerada. Las moscas y los mosquitos son sus mensajeros. Su símbolo es un bastón rojo y blanco. No debe confundirse con Babalú-Ayé, el patrón de los enfer- mos, quien también se representa como un anciano enfermo. DADA : dios de los niños nonatos y de los jardines. Se representa por una calabaza adornada coa caracoles marinos.
  • 34. 36 S A N T E R Í A OBA: diosa del río Oba y la esposa reconocida de Changó. Como ella, su culto se originó en la tierra de Takúa. Es muy celosa de su esposo galán y hermoso y lo sigue constantemente. / OCHOSI: dios de los cazadores, de las aves y de los animales ' silvestres. Sus símbolos son el arco v la flecha. O C H U : en un tiempo diosa de la luna. Como Orun, ya no es muy popular. OKE: dios de las montañas y protector de quienes viven en sitios , elevados. Á OLOKUN: un dios hermafrodita que lleva los cabellos muy largos y vive en las profundidades del suelo del océano con una gran corte de sirenas y tritones. OLOSA: la concubina predilecta de Olokun. Es una diosa bené- fica que ayuda a los pescadores. Su mensajero es el cocodrilo. ORISHA-OKO: dios de los campos y las cosechas. Trae fertilidad a la tierra y a las familias. Su símbolo es un bastón de hierro y su mensajera es la abeja obrera. ORUN: dios del sol. Tiene muy pocos seguidores. OSHUN: diosa del río Oshún y también una de las amantes de Changó. Es una de las deidades yorubas más populares y es la patrona de los ríos. Es la Venus del panteón yoruba y la diosa del amor y del oro. OYÁ : diosa del río Níger y la concubina favorita dé Changó. En algunas ocasiones se representa con nueve cabezas, que es el número de tributarios del río Níger. Su mensajero es el vien- to, Alefi. Es la patrona de la justicia y ayuda a mejorar la memoria. Tiene una llama en su mano derecha y es de ella de donde Changó recibe su poder sobre el fuego. Los yorubas agregaron a su lista de dioses las deidades siguien- tes, provenientes de distintas fuentes: ARONI: dios de la medicina. AYÉ O AYA: diosa enana de la selva. X BABAUJ-AYE: patrón de los enfermos. Su símbolo es un par de muletas y se representa por un ajiciano leproso acompañado por dos perros. BACOSO: el Oba-Kosso, rey y fundador de la dinastía yoruba y de la ciudad sagrada de lie Ife.
  • 35. L A L E Y E N D A 37 CHIYIDI: dios de las pesadillas. Es una entidad maligna que se utiliza para atormentar enemigos. ELEGGUÁ: Uno de los dioses más poderosas del culto. Abre y cierra todas las puertas. Su imagen siempre se mantiene en el piso, atrás de una puerta, pues protege las entradas de todas las casas donde lo alojan. Se representa generalmente como una cabeza hecha de arcilla o piedra arenosa, con los ojos y la boca formados con caracoles marinos. IBEYI: dioses mellizo-, que protegen a los infantes. Se representan por dos niños pequeños. IFÁ: dios de las casas imposibles y de las palmeras. Fue el primer dueño de la Tabla de Ifá. £s el dios de la fertilidad y pro- porciona su ayuda a todas las mujeres que quieren tener hijos. OCHUMARE: diosa del arco iris. OGGUN: dios de la guerra y del hierro. Su origen es oscuro. Algu- nas leyendas dicen que también fue concebido por la unión de Obatalá y Oddudúa, pero esto es debatido por muchas babalaos. Come perros y es patrón de los herreros. Los yoru- bas le sacrificaban una víctima humana o un perro negro, antes de ir a la guerra. Es uno de los dioses más populares del culto. OLAROSA: protector de hogares. Se representa por un anciano que camina con un bastón, atravesando el portal de una casa. OLIMERIN: deidad monstruosa con cuatro cabezas y patas de cabra. Es el protector de las aldeas. ORUNLA: propietario de la legendaria Tabla de Ifá, el sistema de adivinación empleado por los babalaos y* por medio del cual se puede ver el pasado y el futuro como en un espejo. OSACHIN : patrón de los médicos. Se representa por una ave de presa parada sobre la rama de un árbol. OYE: dios gigante de las tormentas. f La mezcla sincrética Todas las deidades yorubas que se hicieron parttí del culto de la santería fueron identificados con imágenes católicas. Los nombres más importantes de estas deidades se enumeran en la siguiente lista:
  • 36. 38 S A N T E R Í A Dios yoruba Santo católico AOANVÚ: hijo de Obatalá y Oddu- dúa BABALÚ-AYÉ: dios de los enfermos BAOOSO: fundador de la dinastía OCHOSI: hijo de Yemayá y Orun- gán DADA: hijo de Yemayá y Oruogán ELEGGUÁ: vigilante de las puertas IBEYI: patrón de los infantes IFÁ: dios-de las cosas imposibles OBATALÁ: padre de los dioses OCHOSI: hijo de Yemayá y Orun- gán OGHUMARE: diosa del arco iris ODDUDÚA: madre de los dioses OOOÓK : dios del hierro y la guerra OLORÚN-OLOFI: Dios, el creador ORUNGÁN: hijo de Yemayá y Aganyú ORÓNLA: dueño de la Tabla de Ifá OSHÚN: hija de Yemayá y de Orungán. OvÁ: hija de Yemayá y Orungán YEMAYÁ: hermana y esposa de Aganyú San José San Lázaro San Cristóbal Santa Bárbara Nuestra Señora del Monte Carmelo Santo Ángel Guardián o san An- tonio de Padua Santos Cosme y Damián San Antonio de Padua Nuestra Señora de la Merced San Isidro Nuestra Señora de la Esperanza Sarita Clara San Pedro Cristo crucificado Niño Jesús San* Francisco de Asís Nuestra Señora de la Caridad del Cobre Nuestra Señora de la Candelaria Nuestra Señora de Regla De acuerdo con esta mezcolanza sincrética, Nuestra Señora de la Merced se casó con santa Clara y de su unión nacieron san José y Nuestra Señora dé Regla. El hermano y la hermana se casaron, y poco después nació de ellos Jesús. De las relaciones incestuosas entre Nuestra Señora de Regla y d Niño Jesús nacie- ron santa Bárbara, Nuestra Señora de la Candelaria, san Isidro» Nuestra Señora del Monte Carmelo y Nuestra Señora de la Cari- dad del Cobre, entre otros. Incesto y rencarnación El comportamiento incestuoso y extraordinario de sus dioses no parece molestar a los santeros. Nadie se atrevería a condenar
  • 37. L A L E Y E N D A 39 a una deidad por sus fragilidades casi humanas. El hacerlo im- plicaría un castigo demasiado terrible para arriesgarse a él. Tam- poco inquieta a los santeros el hecho pasmoso de que en la mezcla sincrética, algunos orishas cambian de sexo. Como la sante- ría está interpolada con creencias espiritualistas, explican el cam- bio argumentando que sus dioses existieron antes que todos los otros seres y que después de sus muertes míticas volvieron a la tierra rencarnados en nuevas cuerpos. La idea de la rencarna- ción es una parte intrínseca de la santería Para el santero, los límites entre el mundo del espíritu y el de los hombres son en verdad muy tenues. Durante su cautividad, los yorubas prin- cipiaron a reconocer a sus dioses tras el frente blanco de las imágenes católicas. Fue como asistir a una fiesta de disfraces y hallar allí a un grupo de amigos muy íntimos y queridos. Se revivieron los mitos, el culto principió nuevamente y con la in- fluencia de nuevas imágenes, nació la santería. Magia negra El panteón yoruba no tiene muchos seres malvados. Uno de los aspectos de Elegguá es Eshu, correspondiente^ al concepto cristiano de Satán. Ikú es el espíritu de la muerte. Lo que se llama en el Caribe y Sudamérica magia negra o brujería no es parte de la tradición yoruba. Es una práctica ligada esencial- mente a otra tribu: los bantúes, mejor conocidos en el Caribe como congos. Su magia se conoce como palo monte o palo mayombe.
  • 38. 3 Rituales y ceremonias de la santería El ritual religioso más importante del culto es el asiento, es decir, "hacer el santo". Pero antes que se pueda participar en esta ceremonia de iniciación formal, es necesario pasar por varios jeitos preliminares. CoUares El primer paso para convertirse en santero es adquirir los collares protectores de cuentas del culto (elekes). Estos son hechos especialmente para el neófito por su madrina o yubbona. Antes que la madrina prepare los collares debe consultarse a un baba- lao, para que pueda inquirir, por medio de los caracoles qué santo es el ángel guardián del aspirante. El babalao instruye después a la madrina respecto a cómo preparar los collares y cuáles colores deben utilizarse. Hay inicialmente cinco collares, uno por cada uno de los orishas siguientes: Obatalá, Elegguá, Oshún, Yemayá y Changó. Más adelante, si lo desea, el neófito puede adquirir dos collares más, que se pueden elegir entre los de Oggún, Oyá, Babalú-Ayé y Aganyú o las Siete Potencias Africanas. Estos dos últimos collares completan la serie de siete que constituyen el 'fundamento" de la santería. Se cree que los collares protegen contra todo mal al que los utiliza, mientras los lleve puestos. Mientras lleva los collares, el neófito puede continuar su rutina cotidiana normal, pero no debe bañarse ni efectuar ninguna forma de actividad sexual. Si quiere darse 40
  • 39. RITUALES Y CEREMONIAS OE LA SANTERÍA 41 un baño o efectuar el coito debe quitarse los collares y volver a ponérselos cuando haya concluido. Los colores de los collares varían de acuerdo con los orishas a los que se consagran. Sigue una lista de los varios elekes y los colores tradicionales en los que se hacen: AGANYÚ : cuenta blanca grande seguida por nueve rojas y ocho amarillas, otra cuenta blanca grande y así sucesivamente. BABALTJ-AYÉ: todas las cuentas blancas rayadas de azul. CHANGÓ: seis cuentas blancas alternadas con seis rojas. ELEGGUÁ: tres cuentas rojas alternadas con tres negras. OBATALÁ : todas las cuentas blancas. OGGÚN: siete cuentas cafés alternadas con tres negras. ORÚNLA: una cuenta verde alternada con una amarilla. OSHUN: todas las cuentas amarillas; también cinco cuentas ám- bar alternadas con cinco cuentas rojas. OYÁ: nueve cuentas blancas alternadas con nueve negras. SIETE POTENCIAS AFRICANAS : para ser empleado solamente por un santero o un babalao; una cuenta de cristal grande segui- da por una blanca y luego una azul, una roja, una amarilla, una negra, una verde y una café; el ciclo se repite y el collar termina con una cuenta de cristal grande. YEMAYÁ: siete cuentas blancas alternadas con siete cuentas azu- les, luego una blanca y una azul hasta que se ensarten siete de cada una; el ciclo se repite hasta que el collar tenga una longitud apropiada. Antes de preparar cada collar, el santero invoca en el lenguaje yoruba al orisha adecuado, pidiendo al dios que bendiga el eleke. Las cuentas siempre deben ensartarse con un hilo de algo- dón, ya que éste debe absorber el líquido de un omiero especial en el que se mantienen los collares durante siete días después que se terminan. Cuando los elekes están listos se lavan en un* río y se hace jun,to a éste una ofrenda a Oshún, de un pollo y un poco de miel. De regreso, en casa, el santero prepara un omiero con las hierbas adscritas a los santos patrones de los collares; sacrifica a los dioses los animales necesarios y hace una ofrenda adecuada de
  • 40. 42 S A N T E R Í A fruta y velas. Se ponen los collares en el omiero y siete días después se entregan al aspirante en una ceremonia complicada que dura varias horas. Muy frecuentemente se celebra un güe- milere en honor de los santos, después que concluye la ceremo- nia; no obstante, esto no es obligatorio, El precio común de la ceremonia de investidura de los cinco primeros collares es de 125 dólares. La hechura de Elegguá Después de los collares, el aspirante a santero debe hacer otro viaje a la casa del babalao, esta ocasión para la "hechura" de Elegguá. Cómo 'se hace esto exactamente será tratado con amplitud en la sección concerniente a Elegguá del capítulo 6; aquí me limitaré a los preliminares, los propósitos y causas de esta ceremonia. Como mencioné, Elegguá es el mensajero de los dioses, el que abre y cierra todas las puertas. Su auxilio y su bueña voluntad son esenciales para el santero. Si Elegguá no es propicio, todas las prácticas mágicas del santero se reducirán a nada. Por lo tanto, es importante que el yaguó ya tenga el fundamento de Elegguá antes que tenga lugar la ceremonia de iniciación, que ha de celebrarse. Durante esta segunda visita, el babalao observa nuevamente los caracoles, pero esta vez su propósito es investigar tanto eximo pueda referente al pasado, el presente y el futuro de su consul- tante. Toda la información que obtiene a través de los caracoles la anota cuidadosamente el babalao, ya que debe incluirse entre los ingredientes que utilizará para hacer a Elegguá. Después que concluye esta consulta, el aspirante a santero paga al babalao un estipendio promedio (derecho) de aproxima- damente 150 dólares. Este dinero paga todos los ingredientes requeridos para hacer a Elegguá, de los que algunos son raros y por lo tanto costosos. La preparación de Elegguá es delicada y tardada. Sería difícil llamar obra de arte al producto final, o sea, a todos los materiales modelados en una masa casi amorfa con una semejanza vaga con una cabeza humana. Los tamaños de' los i, rguás varían de viu» pocos centímetros a más de 30
  • 41. RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 43 de altura. Los ojos, orejas y boca se forman con caracoles peque- ños, mientras la nariz se modela del mismo material que el resto de la cabeza, de ordinario cemento. Esta simplicidad engañosa de la imagen del orisha es un enmascaramiento eficaz de sus poderes tremendos; pues la cabeza sólida que pone el babalao en las manos de su discípulo no es meramente una representación de Elegguá, sino el mismo dios. El neófito recibe a Elegguá hecho en relación con él mismo. La hechura de Elegguá es uno de los misterios más profundos en la santería y sus misterios sólo son conocidos por el babalao, le pertenecen. Al mismo tiempo que recibe a Elegguá, el neófito recibe también el caldero de Oggún con todos los implementos de gue- rra del dios y de otros dos santos guerreros, Ochosi y Osun. La razón por la que se da el caldero al novicio en esta oca- sión, es que Elegguá, Oggún, Ochosi y Osun se consideran los dioses guerreros del panteón yoruba y siempre "caminan juntos". Oggún y Ochosi ya han sido mencionados, pero Osun no. Es uno de los orishas más oscuros y se representa generalmente por una copa pequeña rematada por un gallo minúsculo. Por lo general, la copa la conservan los santeros cerca de su puerta principal, asegurando que siempre esté más elevada que la cabeza de su dueño. Si la copa cae sin ser tocada, está anunciando peligro grave para su propietario, quien debe sacrificar inmedia- tamente dos palomos para ahuyentar el mal. La cabeza de Elegguá también se mantiene próxima a la puerta principal, sobre el piso o tan cerca de él como sea posible. Algunos practicantes de la santería conservan a Elegguá en un gabinete pequeño o dentro de una alacena. Debe estar en las proximidades de la puerta porque debe ser el guardián de ella todo el tiempo. El significado simbólico de la adquisición de los collares y de Elegguá es análogo a las tácticas militares de ataque y defen- sa. Mientras los collares proporcionan protección contra toda forma de mal y de enemigos, Elegguá y los otros santos guerreros hacen posible el atacar y vencer a los enemigos con facilidad. Estos son los "fundamentos" de la santería y quienquiera que los "posee" está armado hasta los dientes mientras se encuentra metido en una armadura impenetrable.
  • 42. 44 S A N T E R Í A Hacer el santo La ceremonia de iniciación de la santería, conocida como asiento o "hacer el santo", es un asunto muy oneroso, variando su costo entre tres y cuatro mil dólares. La causa de este costo tan alto es que se necesitan muchos artículos caros para la cere- monia, tales como ovejas, cabras y muchos otros animales que se sacrifican a los orishas durante la ceremonia. Antes que tenga lugar el asiento, el novicio se somete a una purificación ritual meticulosa de la cabeza, conocida como revo- cación de cabeza. Este es un rito sencillo, comparativamente, durante el cual la madrina unge la cabeza del iniciado con una pasta hecha con pulpa de coco molida, manteca de cacao, casca- rón de huevo pulverizado (cascarilla) y otros ingredientes. Invoca al ángel guardián del novicio para purificarlo y guardarlo de todo mal. La pasta debe permanecer en la cabeza del novicio por algún tiempo, comúnmente durante toda la noche. Después se retira y tiene lugar el asiento. El propósito principal de la ceremonia de iniciación es con- dicionar la mente del novicio para que actúe como receptor y trasmisor para los santos, particularmente el orisha que actúa como su ángel guardián. Por esta razón, pone todo el énfasis del asiento en la cabeza del iniciado. No todas las iniciaciones son iguales. Varían según el santo que se está invocando para que tome posesión del yaguó o ini- ciado. Un asiento celebrado para hacer descender a una diosa diferirá vastamente de uno efectuado para invocar a uno de los dioses guerreros. La diferencia principal estará en las ofrendas de animales. Aunque la práctica ordinaria es sacrificar ovejas, cabras, gallinas, gallos y palomas a todos los santos, una orisha como Yemayá requerirá también patos entre las ofrendas. Por otra parte, Changó deseará tortugas, y los dioses guerreros, Ochosi, Elegguá y Oggún requerirán no menos de tres zarigüeyas. La identidad del dios que será "coronado" en la cabeza del yaguó la investiga el babalao en ocasión de la ceremonia de los collares. Es vital que el santo invocado para que tome posesión del iniciado sea el mismo que actúa como su ángel guardián. Si es "hecho bajar" un santo indebido se producirá un caos
  • 43. RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 45 total, motivando que el ángel guardián verdadero retire su pro- tección al yaguó y que se encienda la ira del orisha invocado por error. Ambos orishas dirigirán su cólera temible contra el yaguó infortunado, que entonces necesitará purificaciones incontables y plegarias especiales para librarse del alud de dificultades y mala suerte que principiarán a atormentarlo. Por esto es importante que se consulte para la ceremonia del collar a un babalao competente. Sólo pueden asistir al asiento el iniciado, su madrina, el babalao, cuya obligación es sacrificar los animales, y otros san- teros, tínicamente pueden estar presentes en la ceremonia quienes ya han "hecho el santo". El asiento tiene lugar en un igbodu o santuario. La cabeza del yaguó se afeita totalmente y se dibuja con tintes naturales sobre su cuero cabelludo una serie de círculos concéntricos en rojo, blanco, azul y amarillo. El cabello cortado y los restos de los tintes los guarda la madrina, ya que deben enterrarse con el santero cuando muere. El iniciado se viste con mantos coloridos, del color atribuido a sü orisha. Los collares consagrados brillan y danzan sobre la carne desnuda de su cue- llo. La culminación del asiento es la parada, cuando el yaguó se desploma al piso, poseído por su orisha invocado con los bata. Mientras el yaguó está en trance recibe el aché, que es la ben- dición del santo, en la forma de una cruz hecha sobre su lengua con la superficie plana de una navaja de afeitar. La madrina o yubbona coloca inmediatamente después en la boca del iniciado tres granos de pimienta, un poco de miel y un bocado de zari- güeya ahumada (jutía). Entonces la madrina arranca la cabeza de un pollo y ofrece su sangre caliente al yaguó, quien la bebe prontamente. Cuando el iniciado despierta de su trance se sienta en un trono que se erige para él en un rincón del igbodu. Per- manece allí, presenciando majestuosamente los sacrificios rituales de todos los animales y bebe un poco de la sangre de todas las cabezas que han sido cortadas, en el momento 'en que se la ofrece la yubbona. El yaguó debe pagar a su madrina cierta cantidad de dinero por e! asiento. Este dinero es sagrado y es llamado el derecho: varía de 1.05 a 10.05 dólares. El derecho se envuelve primero en una hoja grande y después en un pedazo de teia deí color
  • 44. 46 S A N T E R Í A sagrado del orisha del yaguó. £1 dinero envuelto asi, se cubre con un tapete pequeño sobre el cual se coloca el trono del yaguó. Luego que concluye la ceremonia, el yaguó permanece en el igbodu siete días, acompañado por la yubbona, quien lo alimenta durante ese tiempo nada más con coco y zarigüeya ahumada. También se lava todos los días con un líquido especial llamado orniero, que se prepara con los jugos de veintiuna hierbas sagra- das para todos los orishas, mezclado con un poco de sangre de los animales sacrificados durante el asiento. El yaguó bebe tres cucharadas del omiero cada mañana durante esos siete días. Des- pués que termina la semana, vuelve a su casa y rinde homenaje a los bata en otro ritual llamado dodobale. Tres meses después del asiento, se realiza una ceremonia especial para purificar al yaguó de cualquier impureza escondida. La ceremonia se repite luego de seis meses. Entonces, se declara al yaguó un santero completo y puede practicar todos los rituales de la santería y participar en ellos. Recibe de su madrina los otanes de su santo, que son varias piedras de distintos tamaños y formas que se cree están habitados por los orishas y que son adscritos a todos los poderes sobrenaturales de los santos. Los otanes se mantienen en platos especiales (soperas) de los colores predilectos de los orishas. Rezar frente a las soperas donde están los otanes es lo mismo que invocar a los orishas a quienes están dedicadas las piedras. La creencia en los otanes proviene de una leyenda yoruba. Según el mito, siempre que moría un hombre justo, Olofi recompensaba sus buenas obras trasformando su alma en lluvia. Esta agua de lluvia, que era el alma del hombre bueno, oda luego en un río próximo al sitio donde él había vivido. Poco después, el agua de lluvia se trasformaba en una piedra. Cierto tiempo después de la muerte del hombre, varios miembros de su familia consultaban a un babalao e investigaban dónde estaba "residiendo" el alma del hombre. Sabían que estaría en una piedra próxima a su hogar, porque Olofi premiaba siempre a la gente buena de este modo. Pronto hallaban la piedra, con ayuda del babalao, y luego la llevaban a la casa y la ponían en un tazón especial del color favorito de la persona muerta. Des* pues de algún tiempo, la gente empezaba a pedirles a los espí- ritus que residían en los otanes que los auxiliaran en sus pro-
  • 45. RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 47 Memas humanos. Los espíritus cumplían y la práctica crecía para incluir a las deidades yorubas entre los espíritus que habitan en las piedras. Este es el origen de la creencia en los otanes como habitaciones de los dioses. En la ocasión en que se reciben los otanes y las soperas, también se reciben las armas o implementos de trabajo de los orishas y los caracoles que pertenecen a ese orisha particular. Los caracoles son parte de una serie de dieciocho, conocida en la santería como la Tabla de Ifá. Los dieciocho caracoles están divididos entre los orishas, cada uno de los cuales tiene adjudi- cado un número específico. Los santeros consideran los caraco- les la más preciosa de sus posesiones y, literalmente, los cuidan, con sus vidas. Una santera que conozco guarda los suyos en el banco, donde considera que están mucho más seguros que en casa. El perder los caracoles sería una catástrofe mayor para el santero, pues eso implicaría perder todos sus poderes y la protección de todos los orishas, incluyendo la de su ángel guardián. Después de recibir los caracoles, el santero debe estudiar con un üalero, quien le enseñará cómo leer e interpretar los caraco- les. El italero es un santero experimentado que ha hecho un estudio de la Tabla de Ifá durante toda su vida. Es el único, además de un babalao, que sabe cómo interpretar exactamente el oráculo. Los caracoles son los medios por los cuales hablan los santos al santero. La Tabla de Ifá debe leerse sobre un tapete pequeño (estera) que se pone sobre el piso, y se interpreta de acuerdo con la posición en que caen los caracoles. Durante el asiento, el nuevo santero gana también el derecho a trabajar con cinco de los orishas del culto, además de su propio ángel guardián. Los cinco santos son comunmente Oba- talá, Elegguá, Changó, Yemayá y Oshún. Si ocurre que el ángel guardián del yaguó es uno de estos cinco orishas, se sustituye por otro santo. La Tabla de Ifá: los caracoles Como mencioné, los caracoles son el procedimiento de adivi- nación más importante en la santería. El santero que se especia-
  • 46. 48 S A N T E R Í A liza en leer la Tabla de Ifá se conoce como ¡talero. Es muy frecuentemente un babalao dedicado a Orunla, el propietario reconocido de la Tabla de Ifá. £1 sistema de adivinación se conoce también como düoggun o medüoggun. Aunque la Tabla de Ifá se compone de dieciocho caracoles, el italero sólo emplea dieciséis en la interpretación del oráculo. Los aleyos, las personas que no han sido iniciadas en la santería, únicamente pueden usar doce de los dieciocho caracoles. Los cuatro restantes solamente pueden leerlos un italero o un babalao. Los caracoles puede comprarse en cualquier botánica, y a menudo con las conchas tersas y sin quebrar. Cada caracol terso se lima hasta que se exponen sus dos lados serrados. La parte inferior de la concha está ahuecada de modo natural, mientras la superior semeja de manera vaga una boca minúscula con una diminuta dentadura puntiaguda. Este es el lado utilizado para leer la Tabla de Ifá. Se piensa que los caracoles son literalmente los "portavoces" de los dioses. Durante un registro con el diloggun, el santero o italero, después de invocaciones especiales a los orishas, toma en ambas manos los dieciséis (o doce si no es un babalao) caracoles, los frota unos contra otros y Jos lanza sobre la estera. Repite esta acción cuatro veces, interpretando cada disposición de los cara- coles según caigan. Cada disposición se conoce como orden y tiene asignados un nombre y un número. Los caracoles se leen de acuerdo con los que caigan con su lado superior hacia arriba. Si nada más un caracol muestra su parte superior, se dice que es la primera "carta" del diloggun y el primen ordun. Cada carta o patrón "habla" por uno o varios jáe los orishas, y se interpreta según la leyenda o proverbio con que se asocia tradiáonalmente. Los proverbios o leyendas se aplican al problema particular al que se enfrenta el inquisidor, y el italero da su interpretación del oráculo en las circunstancias de cada caso individual. La Tabla de Ifá es muy semejante al antiguo sistema chino de adivinación conocido como el I Ching, que utiliza un número de palillos que se arrojan e interpretan sobre una mesa de acuer- do con la posición en que caen. Como en el diloggun, el I Ching se vale de proverbios para rendir un juicio sobre la situación a la que se encara el interrogador.
  • 47. RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 49 Las doce primeras disposiciones del diloggun y sus nombres respectivos, lo mismo que una versión abreviada de los prover- bios, se dan en la lista siguiente. Las leyendas pintorescas aso- ciadas con los ordunes son demasiado largas y lamentablemente no pueden citarse aquí.* ORDUN # 1 Nombre: Ocana Sode. Hablan: Elcgguá, Changó, Aganyú, Obatalá y los muertos. Proverbio: "El mundo se inicia por uno". ORDUN # 2 Nombre: Ellioco. Hablan: Los Ibeyi, Ochosi, Eleg- guá, Oggún, Obatalá y Changó. Proverbio: "Hay una flecha entre hermanos". ORDUN # 3 Nombre:- Orgunda. Hablan: Oggún, Ochosi, Oba- talá, Olofi. Proverbio: "Discusiones y tragedias son causados por malos entendimientos". ORDUN # 4 Nombre: Ellorozun. Hablan: Yemayá, Oshún, Aganyú, Olofi, Oyá. Proverbio: "Nadie sabe lo que hay sobre el fondo del mar". ORDUN # 5 Nombre: Oche. Hablan: Olofi, Oshún, Orúnla, Elegguá. Proverbio: "Sangre que fluye por las venas". ORDUN # 6 Nombre: Obbara. Hablan: Changó Oshún, Elegguá. Proverbio: "Un rey noble no dice mentiras". ORDUN # 7 Nombre: Ordi. Hablan: Elegguá, Yemayá, Oshún, Oggún, Obba, Orúnla. Proverbio: "Donde se excavó el hoyo la primera vez". ORDUN # ' 8 Nombre: Elleunle. Hablan: Obatalá y todos los santos. Proverbio: "La cabeza lleva al cuerpo". ORDUN # 9 Nombre: Osa. Hablan: Oyá, Obatalá, Oggún, Obba, Llansa. Proverbio: "Tu mejor amigo es tu peor enemigo". • Para la historia completa de los caracoles c instrucciones detalladas concernientes a cómo interpretar el diloggun. el lector puede dirigirse al libro de Andrés R. Rogers sobre el tema, titulado Los caracoles, publicado en Nueva York en 1973.
  • 48. 50 S A N T E R Í A ORDUN # 10 Nombre: Ofun. Habla: Obatalá, Oshún, Oyá. Proverbio: "Donde se originó la maldición". ORDUN # 11 Nombre: Ojuani. Hablan: Elegguá, Babalú-Ayé, Osain, Nana, Buruku (la luna), Obba. Proverbio: "Sé desconfiado: lleva agua en un cesto de paja". ORDUN # 12 Nombre: Ellila. Hablan: Changó, Oyá, Yewa. Proverbio: "Eres derrotado por tu propia culpa". Invocaciones a los orishas Es una tradición entre los santeros "hablar" a los dioses en el lenguaje yoruba. Esta costumbre se deriva de la creencia de que las palabras son fuentes de energía y que ésta se acumula con el empleo reiterado de determinadas frases. El poder de la palabra hablada ha sido asociado tradiáonal- mente con las religiones principales del mundo, en particular con el catolicismo y el judaismo. Todos están familiarizados con el uso (ya abolido) de fórmulas latinas en las ceremonias litúrgicas católicas. Las veintidós letras del alfabeto hebreo tienen un gran significado simbólico en la doctrina judia, poseyendo cada letra un valor numérico y un significado especial. Por ejemplo, alef, la primera letra, tiene el valor numérico uno y significa un buey. Las combinaciones más poderosas de letras hebreas son las que constituyen los nombres de Dios y de las fuerzas angélicas. Se cree que el poder espiritual y mágico de estas palabras es tan grande que su vocalización puede poner en movimiento impulsos vibratorios gigantescos en todo el universo, creando cambios vastos en la estructura del orden de las cosas. Estos cambios pue- den ser benéficos o destructivos, dependiendo de los nombres invocados y del propósito de la invocación. El tetragrámaton, las cuatro consoiiantes del nombre hebreo de Dios, se considera muy sagrado y poderoso para ser pronunciado por el hombre común. El nombre se sustituye por la palabra Adonai ("Señor"). La representación de las cuatro consonantes se da como JHVH, ÍHVH, JHWH, YHVH o YHWH. Como el idioma hebreo no tiene vocales, es cuestión de especulación cómo se pronunciaban las cuatro consonantes en tiempos antiguos. Muchos textos he- breos insertan las vocales de Adonai o de Elohim, de manera
  • 49. RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 51 que las reconstrucciones modernas son YAHWEH o JEHOVAH pero los eruditos hebreos convienen en que éstas son interpreta- ciones incorrectas del nombre santo. La pronunciación correcta se guardó tan celosamente entre el sacerdocio, que con el tiempo se perdió para generaciones futuras. En el primer capítulo del Génesis, Dios dice: "Hágase la luz". Y a su orden oral se crea la luz. Así, desde las épocas anti- guas hasta las presentes, las palabras son poder. Esto también es evidente en la santería. El babalao debe conocer el lenguaje yoruba y las invocaciones rituales a los dioses. Siguen algunas de las invocaciones tradicionales de los orishas que son más populares. Elegguá IBARAKOU MOLLUMBA ELEGGUA IBACO MOYUMBA IBACO MO YUMBA. OMOTE CÓNICO IBACOO OMOTE AKO MOLLUMBA ELEG GUA KULONA. IBARAKOU MOLLUMBA OMOLE KO IBARAKOU MOLLUMBA OMOLE KO. IBARAKOU MOLLUMBA AKO ELEGGUA KULONA ACHE IBAKOU MOLLUMBA. ACHE ELEGGUA KULONA IBA RAKOU MOLLUMBA OMOLE KO AKO ACHE. ARONGO LARO AKON- GO LAROLLE ELEGGUA KULONA A LAROLLE COMA. KOMIO AKON KO LARO AKONKO LAROLLE ELEGGUA COMA KOMIO ACHE AKONKA LARO AKONKO LARO AKO ACHE IBA LA GUANA ELEGGUA. LAROLLE AKONKO E LAROLLE E LAROLLE AKONKO AKONKO LAROLLE AKONKO LAROLLE AKONKO LA GUANA E LAROLLE. Changó CHANGO MANÍ COTE CHANGO MANÍ COTE OLLE MASA CHANGO MANÍ COTE OLLE MASA CHANGO ARA BARÍ COTE CHANGO ARA BARICOTE ODE MATA ICOTE ALAMA SOICOTE YE ADA MANICOTE ADA MANICOTE ARAN BANSONI CHANGO MANÍ COTE CHANGO MANÍ COTE ELLE MASA CHANGO ARAMBSONI CHANGO ARA BA- RICOTE ODEMATA ICOTE SONI SORI CHANGO ARABARXCOTE ARA- BARICOTE ARA SORI HE HE LELE AGUO GUE GUE ARO A MAYO GÜERA HE HE GUE GUE HA MAYO AMAYO GÜERA OKOKOTE ARO EGUE ARO AMAYO GÜERA MANICOTE CHANGO MANICOTE OYE MATE MANICOTE OYE MATA ALABAO CHANGO ARABARICOTE CHANGO ARABARICOTE ALAGUAO BARICOTE OYE MATA ARABA- RICOTE SORI ACHE CHANGO MANÍ COTE SOICOTE ARA ADOME-
  • 50. 52 S A N T E R Í A MATA ODE ODE OOEMATA ODE OI>K OYE. MATA ARA BARICOTE SORI SORI SORI ODE MAIA ODE MAIA SORI ACHE BARICOTE ARA BARICOTE SORI ACHE CHANGO. Obtalá GUALLE GUALLE LO MIÓ GUALLE GUALLE LO MIÓ GUALLE GUALLE LO MIÓ GUALLE PARA META GUALLE. PARA META ARE GUALLE GUALLE LO MIÓ GUALLE GUALLE LO MIÓ GUALLE GUALLE LO MIÓ GUALLE PARA META GUALLE PARA META ARE- KU BABA ARA BABA ARE BABA ARE LLE BABA KUERURO OPIYO LA LLELLEO OKU Yl BANÜELEO BABA ARE ALLE BABA ARE ALLE BABA KUE URO OMI LIÑO BABA KUE URO OMI LI ÑO OCUNI BANDELEO OBATALA EKUE CHORO ICHOLU ICHOLO HE HE OBA- TALA IFA IFA I.UMILA ILLA PILOSO IFA IFA LLUMILA ILLA PILO- SO ILLA KUKE KUKE OMO KU ARO OBA OBA PELLE TOMA OBATA- LA ALLE ALALLEE BABA ARA LLE BABA KUE URO OMI LI ÑO OCUNI BANÜELEO BABA KUE URO OMI LI ÑO GUAYE GUAYE LOMIO GUAYE GUAYE LOMIO PARA ME KE GUAYE CUAYE LO MIÓ PARA MEKE GUAYE PARA ME KAO GUAYE LO MIÓ ARE GUAYE PARA METAO GUAYE PARA MEKE GUAYE PARA META. Oggún AGUANILLEO OGGUN ARIBO AGUANILLEO OCGUN ARIBO EGUN EKO MARE HO MORIRÉ EGUN EKOMARE HO MORIRÉ ARERE AGÜERE ARIBO OMO R1RE OGUNDE BAMBA AGUANILLE OGGUN ARIBO AGUANILLEO OGGUN ARIBO EGUN EKO MARE HO MORI- RÉ EGUN EKOMARE HO MORIRÉ ARERE HE ARIBO LLANYA OGGUN ARERERE AREREO HE ARIBO LLANYA HE ARIBO LLAN YA OGGUN ARERE AREREO HE ARIBO LANYA AGUANILLEO ARERE AREREO AGUANILLEO OCHE OGUÑA ARERE HOE HOE ARI- GOÑAÑA ACHE OGUÑA ARERE O HE ARIGOÑAÑA ACHE ARERE HOE ARIGOÑAÑA OCUNPA. Yemayá SOSIRIBAOE ILLALE YABUMBAO LLALE IM1LATE ALLAVA OMIO EKO ILLALE YAMUBAO LLALE OMILATE ALLAVA OMIO AGUAREKE AGUAKUELONA HE YEMAYA AGUAREKE AGUAKUELONA HE YE MAYA AGUAGUELONA HE AGUAREKE ASTARAFIO OLOClT M DALE COLLl-MLLA HA MI PA OMIO EKO LLALE YALLUMBAO LLALE OMILATE ALLAVA OMIO YEMAYA AO OLOCUM ABOKO MI YEMA YA YEMAYA HO OLOCUN ABOKO YEMAYA TIRAZECUM TÍRALE CUM T1RALECUM ABO YEMAYA YEMAYA LORBE ABOKO HAE HE
  • 51. RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 53 LLALORDE LLALORDE HE YEMAYA IORDK AiiOKO HAK ABOKO LARIOTE LARI OTE OTE OTE YEMAYA LORDE LARI OTE LARI OTE LARIO LARIO LARI OTE OTE LARI OTE OTE OTE LARIO LARIO OTE. Oshún ILLA MI ILE ORO ILLA MI ILE ORO VIRA YE YEYE OYÓ YA MALA YE ICU OCHE OCHE OYE OCIA ITA I.OCIM OCHA DEGUA LLO ORO MAMA KEÑA ORO MAMA KEÑA LLAMA AQUÍ ICU OSHUN ILOCO ODDE ILA IKA TOLOYE ILIARDE APETESI OLORO OLORO TU OLORO OPAO OLLENA ANDE HA LA MOLO RIKA IMBE IMBE MA YEYE IMBE IMBE LORDE IMBE IMBE MA YEYE IMBE IMBE I.OR- DE IMBE IMBE MA EYE IMBE IMBE I.ORDE IMBE IMBE MA YEYE IMBE IMBE LORDE IMBE IMBE MA YEYE IMiiK IMBE LORDE IMBE IMBE LAYEYE IMBE IMBE LORO VIA YE OYÓ YA MAL YE ICU OCHE OCHE OGUA ITA l.OCUM OCHA DEGUALLO A MAORIFA IMBE IMBE LORO Santos lavados Muy frecuentemente hay practicantes y creyentes en e¡ culto que quieren trabajar con determinado santo, pero no desean pasar por la ceremonia prolongada y costosa de iniciación. En tales casos deben participar en un ritual más simple conocido como sanio lavado, en el que reciben algunos de los secretos del santo pero no todos sus poderes. Esta ceremonia es muy similar al asiento, pero la cabeza no se afeita y el santo no se invoca a poseer al creyente. También es una práctica muy común en la santería que un practicante o simpatizador del culto reciba solamente las collares y al Elegguá sin más rituales. El babalao El babalao es adivinador, brujo curandero y padre confesor, todo en uno. No todos los santeros son babalaos. Nada más ios que son los hijos de Orúnla, el propietario de la Tabla de Ifá, pueden aspirar justamente al elevado cargo de babalao. Además, sólo pueden pretender el título los hombres. La razón de esta aparente discriminación contra las mujeres es que Orúnla, el
  • 52. 54 S A N T E R Í A patrón de los babalaos, es un orisha masculino y sus sacerdotes son siempre hombres. La obligación más importante del babalao, además de la interpretación de la Tabla de Ifá, es el sacrificio de animales que se lleva a cabo durante la celebración de las ceremonias principales del culto. Los poderes del babalao son ilimitados y su palabra es una ley en sí misma. Siempre que un miembro del culto (y frecuente- mente un no creyente) tiene un problema, lo plantea al babalao, quien lo analiza mediante los caracoles, y después da su opinión y su consejo al consultante. Estas visitas al babalao son llamadas registros. El babalao efectivamente registra en busca de la verdad del modo más cuidadoso. Encuentra muy frecuentemente que su consultante es víctima de un bilongo, un encantamiento ma- ligno proyectado hacia él por un enemigo. Esto requiere un ebbó protector, es decir, otro hechizo para contrarrestar el poder del bilongo. En algunas ocasiones un ebbó hace más daño al supuesto enemigo que el bilongo mismo que hizo el ensalmo original. Pero, por supuesto, esto se considera un triunfo de la justicia y del babalao. Este supuesto especialista es también un herbolario compe- tente y médico sin título. Cura toda clase de enfermedades y en la santería los miembros del culto prefieren muy frecuentemente los remedios domésticos del babalao a las medicinas prescritas de un médico. Insisten en que el babalao sabe más que cualquier médico moderno respecto a los poderes de las hierbas. Después de todo, la mayoría de las drogas se preparan a partir de plantas. Entonces, ¿por qué pagar un precio alto a un médico de hijo por un frasco de lujo, cuando el mismo remedio, quizá mejor, puede encontrarse en la casa del babalao por una fracción del costo? Tal vez una de las quejas más comunes llevadas al babalao son problemas maritales y amorosos. También es especialista en ellos. Después de examinar el problema receta prontamente el remedio necesario, que puede ir desde baños floridos especiales hasta rituales más complicados que requieren cosas tales como polvo de cementerio y algunos recortes de uñas de un cadá- ver descompuesto.
  • 53. RITUALES Y CEREMONIAS DE LA SANTERÍA 55 El poder de un babalao descansa sobre su fama por sus adivi- naciones exactas y sus consejos hábiles. Mientras más grande es su perspicacia mayor es su clientela. Una de las prescripciones más comunes del babalao es un talismán de buena suerte cono- cidq como resguardo. Gomo lo indica el nombre, la función del resguardo es proteger todo el tiempo al que lo emplea. Un res- guardo típico lo prepara una iyalocha que conozco, empleando a Changó como el espíritu guardián del resguardo. Hace una bolsa pequeña de terciopelo rojo y la llena con determinadas hierbas, áloes, azúcar morena, especias y otros ingredientes, y la cierra cosiéndola con hilo rojo. Luego adhiere a la bolsita una espada pequeña de oro con el nombre de santa Bárbara grabado en ella, e invoca a Changó para que proteja de todo mal al pro- pietario del resguardo. Siempre que el peligro amenaza al usua- rio del resguardo, la espada se rompe invariablemente y debe remplazarse. de inmediato. Según esta santera, sus resguardos se han hecho tan populares que prepara docenas de ellos cada semana. Una mujer que compró uno de estos talismanes dijo a la santera que la espadita se rompió horas después de que lo obtuvo. Pocos días más tarde declinó una invitación para ir a bailar con unos amigos y escapó así de un daño grave cuando el coche patinó y se estrelló contra un árbol. La santera1 rem- plazó la espada quebrada y dijo a la mujer que agradeciera a Changó su escapatoria afortunada. Algunos de los remedios recetados por los babalaos requieren estómagos muy fuertes. Un hechizo de amor particularmente desagradable tiene fama de ser bastante infalible y es muy reco- mendado por los santeros. Los únicos ingredientes necesarios son unos pocos granos de maíz duro, seco. La persona, que hace el encantamiento debe tragar el maíz y luego esperar pacientemente hasta que el cuerpo disponga de los granos de modo natural. Entonces el maíz es retirado de los excrementos, se lava, tuesta y pulveriza. El polvo se da después a la victima, ignorante, en café, vino o té. Se dice que la persona que bebe este filtro siempre permanecerá en poder de quien le dio la poción.
  • 54. 56 S A N T E R Í A Muerte de un babalao La muerte de un babalao es a menudo tan pintoresca como su existencia. El mismo día del fallecimiento, un grupo de sante- ros se reúne en su casa, para saber qué debe hacerse con los implementos mágicos del finado. Esto se investiga por lo común por medio de la Tabla de Ifá, con la cual interrogan al espíritu del babalao. En la mayoría de las ocasiones, el espíritu indica a los santeros que entierren sus instrumentos mágicos con su ca- dáver. Las otán-orishas, las piedras consagradas al orísha a quien estaba dedicado el babalao, se arrojan generalmente al río. El cuerpo es ataviado con las mismas vestimentas que llevaba el santero el día de su asiento. El cabello que se le cortó de la ca- beza durante el ritual, se coloca sobre el pecho del cadáver. Después se llena un recipiente de barro con los tintes utilizados para pintar la cabeza del babalao durante el asiento, y con otros implementos que acompañarán al cuerpo al lugar de su descanso final. Todos los santeros presentes en la ceremonia arrojan barbas de maíz machacadas al recipiente de barro, lo mismo que cenizas y pedazos de quimbombó seco. Esto significa que el babalao se libera de todas sus obligaciones mundanas. Todos los santeros vuelven las espaldas al recipiente de barro, y el oriate, o maestro de ceremonias, mata un pollo negro, aplastándole la cabeza con- tra el piso. El ave muerta se pone, asimismo, dentro del reci- piente. Éste se coloca a un lado del ataúd hasta poco ant$s de la inhumación. Debe llevarse al cementerio antes que el cadáver abandone la capilla fúnebre. Se arroja a la fosa abierta hacia el sitio donde quedará la cabeza del cadáver. Inmediatamente antes de que el cuerpo salga hacia el cementerio, todos los santeros cantan y bailan alrededor del sarcófago, guiados por el oriate, quien lleva el tiempo golpeando el suelo con un bastón de madera adornado con cintas de colores. La Jüosa Oyá, que es la patrona de los cementerios, desciende sobre uno de sus omo-orishas y purifica el lugar con su iruke. Entonces el cadáver se lleva al cementerio y se le sepulta adecuadamente. Nueve días después* tiene lugar otra ceremonia para purificar con agua de coco el espíritu del babalao. En el primer aniversario de la muerte del babalao se celebra la última ceremonia para romper por com-