David Fincher dirige la película La Red Social, la cual rescata elementos como el guión, la música y la fotografía de manera casi perfecta. La película mantiene un ritmo merecido gracias al guión de Aaron Sorkin y las interpretaciones magníficas de Jesse Eisenberg y Andrew Garfield. La Red Social se sitúa como una de las mejores películas del nuevo milenio y reaviva la llama del cine moderno.
2. Que el cine actual no contenga los elementos que se perdieron a finales de siglo es
algo a lo que ya se ha acostumbrado mucha gente. El guión, la música, la fotografía...
han perdido mucho durante estos años, y no han conseguido tomar fuerza. Hablamos,
claro, sin contar algunas obras maestras como “Road to Perdition” de Sam Mendes,
de “No es país para viejos” de los Hermanos Coen, o incluso de “There will be
blood” de Paul Thomas Anderson, cuyos contenidos, tanto técnicos como artísticos
nos hacen evitar hundir aún más al cine moderno.
David Fincher realiza su mejor film hasta la fecha con esta reivindicable película que
resalta esos elementos antes mencionados
de una manera casi perfecta. El ritmo que
lleva consigo la película, es merecido, en
gran parte, a la maestría narrativa y
expresiva del guión de uno de los mejores
guionistas de Hollywood, Aaron Sorkin.
Los diálogos plasman con “belleza verbal”
el frío y cauteloso sistema del director hasta
aplicar a la perfección ese complejo
conjunto de ideas. La estructura del
montaje resulta, como poco, correcta, y apuntando a lo más alto, ideal. Muy bueno es
el acompañamiento de la banda sonora de Atticus Ross y Trent Reznor, aquella que
nos devuelve la pasión en la música más emocional, anexionada y conglomerada con
un brusco acento de sintetizador, como en
algunos toques de la BSO, como “In motion”,
y otros, como “En la gruta del rey de la
montaña”, se convierten en los resaltos de la
película, como señal de brutalidad visual, a la
que corresponde con la escena de la regata.
En cuanto al reparto, luce la típica visión de la
ficción norteamericana, pese a contar con la
magnífica interpretación de Jesse Eisenberg.
Andrew Garfield acompaña, con el reflejo del abandono, tanto social, y, como no,
emocional, plasmado en su faz, de manera casi idónea. Justin Timberlake finiquita el
reparto protagonista con un papel bastante habitual en el cine actual, interpretando a
Sean Parker, fundador de Napster, y es habitual por suponer la interpretación como
segundo plano de un papel que se caracteriza por su función fílmica.
David Fincher resulta ser un director que compagina de manera brillante su habilidad
artística, que suele corresponderse con su faceta visual (fotográfica), con el guión de
sus películas, como por ejemplo, en “SEV7N”, que aunque destaque por su
entretenido argumento, no lo hace con otros aspectos, como la música.
Destacando estos aspectos, “La red social” se sitúa como una de las mejores películas
que el nuevo milenio ha dado a luz, y reaviva esa apagada llama del cine moderno.
3. DAVID FINCHER: subir el listón
He aquí uno de los directores más reivindicativos de los últimos años. Cierto es que
su carrera ha sido una de las que más desfases ha tenido, sobretodo con su “peculiar”
visión del alienígena de Ridley Scott en “Alien 3”, que supuso el hundimiento de la
franquicia, que aún intenta salir adelante tras ese desastroso intento de visualizar la
sociedad del futuro, algo que ni Scott ni Cameron intentaron, pero que no acabó de
funcionar.
No es sino un mal comienzo, pero “SEV7N” marcó su carrera como una de sus
mejores películas, junto al “Club de la Lucha”. Ambas estructuradas sobre los pilares
del arte audiovisual, mucho menos superficial que Cameron en sus posteriores
películas, y algo más desenfocado que las sencillas películas de los Hermanos Coen.
“SEV7N” mostraba aquel oscuro reflejo sub-urbano, casi a nivel de crítica social de
la inmundicia, de la locura instaurada por los complejos religiosos, así como de la
fina capa mental, tan fácil de des-estructurar. Con Morgan Freeman a la cabeza del
reparto, Fincher lo acabó encasillando de manera involuntaria en esos papeles,
detectivescos tan típicos del actor, y convirtió al desconocido Brad Pitt en su actor
fetiche. Este repitió en el “Club de la lucha”, obviando sus comienzos, y realizando
un declive interpretativo que no logra salvar, excepto en el film de Guy Ritchie
“Snatch”. Su papel en “SEV7N” se convierte en una narración poco pausada del film,
y en “El Club de la lucha” pasa a un recurso fílmico, similar al papel de Justin
Timberlake en “La red social”, aunque en este caso, se corresponda a la realidad.
Posteriores películas como
“La Habitación del pánico”,
resaltaban por su vivo
argumento, pero el talento
del director se seguía
desaprovechando con pocos
recursos visuales, perdiendo
esos rasgos luminosos a
medida que pasaba el tiempo, transformando las escenas en intensas luchas de
angustia y desesperación. Similar fue lo que ocurrió con “Zodiac”, un intento de
redención en el que mostró su talento visual, pero en el que obviaba otros elementos
que creía haber perfeccionado con sus anteriores películas.
Ahora, “La red social”, pese a no suponer el gran despliegue visual que está
esperando el director, o viceversa, se convierte en un deleite para el espectador, de
principio a fin, hasta llegar a cautivar a aquellas personas que sienten la necesidad de
ceder su mente al mundo,y que por fin, se libere, como es el caso de la creación de
Facebook, e irónicamente, con el director, al que algún día le llegara la ocasión de
expresar su mentalidad como una película de alto contenido técnico.