Tres presidiarios en la cárcel de Lurigancho comparten un momento de reflexión a través de brindis. Cada uno expresa su dolor y esperanza a través de poemas en forma de brindis, hablando de la injusticia, la soledad, la familia y los sueños perdidos. Los brindis concluyen con un llamado a la fortaleza del espíritu y la hermandad entre los presos.
2. En la vertical y ahuecada soledad de las rejas bajo la umbría nefasta de la noche
3. tres presidiarios sin sentir odios ni reproches bebían el agrio "vino" fermentado por sus penas.
4. Sobre sus ojos empañados de sudor y lágrimas entristecido el firmamento arrullaba sus quejas quejas que mas que quejas parecían penas lánguidas agonizando sin posibilidad en el averno de sus ideas.
5. Hacía frío...un frío intenso casi helado a esa hora ese frío propio de los abandonados cementerios... ellos bebían y no sabían si querer desar la aurora o embriagar sus cuerpos y almas para sentirse muertos.
6. Hubo un momento que se rompió el silencio por una voz melancólica...suave...pero muy segura era la voz de Enrique que queriendo imponer su ejemplo alzó su copa "de vino" y brindó de buena forma y cultura:
7. ¡Brindo! – exclamó - por todo hombre que se encuentra entre rejas por el más humilde...olvidado...y acéfalo ser por las lágrimas que naufragan en lo profundo de su pena por sus sueños muertos...¡que nunca habrán de florecer!
8. ¡Brindo! por los delincuentes y criminales que se tragan solos las repetidas huellas de sus soledades y desprecios por sus hijos ¡sorprendidos! ahogados en dolores y abrojos por sus nazarenas madres deportadas del jardín de los sueños.
9. ¡Brindo! por aquellas esposas que se prostituyen sin ninguna oportunidad por las que sienten hambre de amor comprensión y misericordia por sus miradas muertas a la esperanza a la vida a la realidad... por el fantasmal y oscuro argumentos de sus historias.
10. En fin compañeros... ojalá este brindis como el sol se haga eterno en el cielo para que ilumine la conciencia de todos los seres humanos para que al fin reine sobre la injusticia el derecho ¡y nunca mas en los estrados judiciales existan jueces tiranos!
11. ¡Bravo! ¡bravo! amigo...-irrumpió emocionado Fernando- reflejándose en sus mejillas las perlas nacaradas de su tragedia.. yo también quisiera con sentimiento de ironía y llanto expresar en un brindis lo que a mi corazón tanto le aqueja:
12. ¡Brindo! por aquellos policías que golpean torturan y matan por los que nunca emanan de su boca una palabra de esperanza por los que se olvidan que también son hijos y tienen mama por ellos que aun no entienden que fueron creados ¡de cuerpo y alma!
13. ¡Brindo! por mis amigos que decían quererme tanto por su actitud ingrata que evoca falsos acuerdos por los que se deleitan digiriendo mi propio quebranto por todos esos amigos que con cariño ¡aun yo los recuerdo!
14. Y en especial ¡brindo por ti Enrique...y por ti Maximiliano! por esta honda pena que nos está matando por mis sueños truncos persiguiendo las estrellas en este pávido rostro ¡de mi cielo raso!
15. Terminó Fernando su brindis y reinó un silencio santo acompañado de reflexión...de pesar...de impotencia... y fue de pronto la voz de Maximiliano que con sublime encanto inspiraba en un brindis el más hermoso de los poemas:
16. Brindar – dijo - es desenvainar la espada que llevamos guardada en el alma para hacerla vencer en la batalla de los deseos es acogerse al inmensurable mundo de las palabras es rezar con sentimiento de alegría y llanto nuestro propio credo.
17. Brindar es inmolarse en versos de amor y sentimiento bajo una tierna bandada de ilusiones blancas es buscar acallar con un grito de dolor el sufrimiento es poder disfrutar la anisada esencia de la esperanza.
18. Por eso – continuó - quiero brindar con el debido respeto y el permiso de ustedes cuyos brindis de justicia abren las ágiles puertas de la razón para intentar después de tantos años expresar si aquí se puede el más sincero y justo brindis que escondo en mi corazón:
19. ¡Oh! madre mía: yo no soy digno de alzar esta copa ni de pronunciar siquiera tu dulce nombre santo yo sepulté tu alegría...y sembré en ti la maligna roya de esta pena mía que poco a poco...¡nos está matando!
20. Aún así brindo por ti y por todos aquellos que tienen que ver conmigo por los que llevan mi sangre por los que por mi han sufrido por el dolor de sus entrañas y de sus dientes el rasguido de sentir la triste agonía ¡de ver sufrir a un ser querido!
21. ¡Brindo! por las prematuras ilusiones que me causan alegría y me hacen olvidar "la boca hambrienta de la fosa" que me espera por los sueños gravitantes de mi diaria fantasía que refrescan sutilmente el desértico jardín de mis quimeras.
22. ¡Brindo! - inspiró - por esta noche testigo de nuestra lealtad para que su sereno nos deleite con acordes de violines y acordeones porque nuestros sueños inspiren versos de amor y libertad y nuestras lágrimas sean esquirlas refrescantes de ilusiones.
23. Así mismo he de brindar por los años que me esperan en esta celda por sus horas silenciosas vigilantes de mi tristeza por el arrullo incondicional de mi tranquila conciencia y el recuerdo imborrable amada mía ¡de tu inefable belleza!
24. Para terminar queridos amigos... quisiera brindar por el grito más intimo de nuestro sentimiento para que nos fortalezca como el hierro de nuestras propias rejas y para que este brindis alcance la armónica dimensión del universo junto a la eterna paz y belleza del sol...la luna y las estrellas!
26. La noche cerraba sus ojos... ya el sol despuntaba con su divino encanto sus rayos como un sueño real y luminoso cubrían con fuego de esperanza y vida... al hacinado ¡penal de Lurigancho!