2. Esta es la historia de un chico que
solo creía en su soledad y en si mismo.
Siempre solo, siempre atormentado,
creyendo firmemente en que el mundo
estaba repleto de maldad y miseria.
Sus cuatro paredes era su mundo entero.
Ya experimentó el rechazo, por ser
distinto. Por escuchar aquella música tan
siniestra e impresionante, por sus
ropajes que no seguían una moda
concreta, por aficiones que el resto
consideraba aburridas, por el miedo que
causaba su forma de ser y actuar…
3. Le hicieron un daño que causo estragos en él. Desde
entonces, cuando no tenía mas remedio que salir al
exterior o cuando recibía visitas de sus familiares,
escondía su rostro, y no solo su rostro físico, si no
interior, ocultaba sus facciones con su excesivo
maquillaje o quizás para llamar la atención…o eso
creía la gente…Pero lo que esa gente no sabía, es
que ese maquillaje y sus ropajes, no era más que la
viva expresión de su interior, de lo que su alma
sentía…
7. Se despertaba, se miraba en el espejo, y se
maquillaba nada mas despertar. No quería ver su
rostro, ya que su mirada vacía no expresaba mas
tristeza, al menos así, se sentía mas fuerte.
Después, se sentaba en la cama a pensar, a meditar
sobre lo que ocurría ahí fuera y de lo que el no
quería ser partícipe, sobre lo que su alma sentía, y
se cuestionaba si realmente sentía algo…
8. Comenzó a caminar por su habitación, pensando en como sería ese
cielo azul del que todos hablan, porque aunque lo hubiese visto, el
jamás identificó tonos azules mas que en sus dibujos y en las
portadas de sus libros. Se acercó a una de sus estanterías, cogió
uno de sus amados libros y se perdió en sus páginas.
9. Mareándose entre las letras, entre la magia de
aquellas palabras, algo en su interior le llamó
la atención. No sabía porque, pero una voz le
dijo que saliese fuera…
10. Se volvió hacia su altar. Allí donde tenía objetos que para el significaban algo pero sin
saber el que. Aquella figura del sol, para imaginar el calor del sol de una playa,
junto a una vela verde, para intentar sentir el calor de aquello que llamaban
bosque, plumas que simbolizaban el viento que no sentía, un vaso con agua no para
beber, solo para tocar y sentir algo de frío en su piel.
11. Se hizo de noche, y decidió encender su farolillo y
salir de sus cuatro paredes, cosa que hacía muy
pocas veces y de noche, cuando nadie le veía. Esta
vez intentaba encontrar eso que su interior le
pedía a gritos. El frío le llevó hacia una casa
abandonada, vacía, y se identificó con ella. Pero
eso no dejaba de hacerle sentir mal, así que volvió
a casa, con una lágrima tan vacía como él en su
cara…
12.
13. Se dispuso a dormir, pero no antes de
fumarse su habitual cigarrillo. A
cada calada se relajaba más y mas,
ver el humo salir de su boca para
él era como respirar el sentimiento
de calor que transmiten las
pequeñas llamas de sus velas.
También sabía que era un lento
suicidio que quizás le llevase al
infierno, y pensaba “ Así al menos
podré ver esos preciosos tonos
rojizos de los que todos hablan”
14. Llegó la mañana, y se dispuso a comenzar su ya
cotidiano ritual. Pero algo le susurro al oído
después de maquillarse: “Vuelve aquella casa,
ahora, sal a la luz”
No se asustó de aquella voz, es más, se alegró
de que al menos su imaginación se preocupase
por él. Asi que…
15. …se miró al espejo,
intentó sonreír, y con los ojos bien abiertos,
corrió hacia el exterior..
16. Cuando llegó a la casa, al mirar hacia la ventana pudo
ver algo que la oscuridad no le permitió la noche
anterior.
Un olor distinto a agua, sal y tierra que entró por
cada uno de sus poros y recorrió todas sus venas.
Salió corriendo de la casa hacia ese lugar.
No podía creer lo que estaba pasando. Sus pulmones
se hincharon como nunca lo habían hecho. Su
corazón se aceleraba por segundos…
17.
18. Comenzó a caminar hacia la orilla de aquella
playa. La brisa le guiaba. Empezó a sentir
algo que no había sentido nunca: agradable
compañía. Pero, él se preguntaba ¿de dónde
procedía esa compañía? Comenzó
hablarle…
19. “No estás solo…No solo los seres humanos pueden servir de compañía…”
20. Allí no había nadie, más que parejas paseando a lo
lejos. Comenzó asustarse. Miró su propia sombra
y se pregunto si esa era la compañía que sentía.
¿Se estaba volviendo loco? Pero nunca se había
sentido tan bien y tan a gusto en el exterior.
21. Aquella brisa y la peculiar voz ahora le guió hacia
un pequeño lago. Se agachó y toco sus aguas. Un
escalofrío le recorrió el cuerpo, y ahora escuchó
una voz distinta, que decía …
22. “ Somos las pequeñas hadas con aspecto de sirena
que habitan éste lago, haznos compañía, a veces
también nos sentimos solas”
Y así lo hizo, se quedó un
buen rato mirando aquel lago,
y de vez en cuando, distinguía
pequeños seres en
movimiento…
23. Ahora sintió que una voz le llamaba a lo lejos…
“ ¡Eh! ¡Nosotros también queremos tus caricias!”
24. Entonces se sintió mejor aún, alguien le reclamaba,
alguien le necesitaba, alguien le quería… Siguió
caminando por la playa buscando el lugar desde el que
proviniese esa voz.
Cada vez se sentía más y más lleno, su hueco interior
comenzaba a desbordar. Esos seres, reales o
imaginarios, estaban haciendo que él saliese de su
agujero.
25. Llego a un pequeño prado, donde
abundaban verdes plantas, que le
hablaban, con voz masculina. Pero le
llamo la atención, una gran flor amarilla,
con las puntas de los pétalos un poco
marchitas.
Decidió comunicarse con aquella flor…
“¿Me has llamado?”
26. “Si. Te he traído hasta aquí, para que entiendas que no estas solo. Que hay otros seres
mas allá de lo terrenal que pueden hacerte sentir todo aquello que deseas, y pueden darte
mas de lo que crees. No veas solo lo que crees ver, cree en tu interior, en tus sueños.
Todo ello esta vivo, y es real. Dentro de poco moriré, y quiero que tu vivas por mi.”
27. Después de aquella comunicación con la
naturaleza, se sintió completamente
lleno. No estaba solo, simplemente, se
movía en el lugar equivocado, el telón
negro de la sociedad materialista le
ocultó lo que hay mas allá de lo que el
ojo humano puede percibir. Él pudo
sentir y ver más allá que todo el rebaño,
y eso le hacia sentirse extasiado.
Comprendió que la vida estaba mucho más
allá de esas cuatro paredes. Y de vuelta
a casa, se dio media vuelta, vio a esas
gentes, que ahora para él eran personas
vacías, que no conocían la verdad de la
naturaleza. Se despidió de su Dios Sol, y
camino hacia casa…
28. Una vez allí, cansado, se tumbó en la cama, y visualizo aquella
puesta de sol que había presenciado horas antes y sonrió. Se
asomo a la ventana y la Luna le dijo: “El Sol cuidará de ti de día
y cuando oscurezca, no estarás solo, yo seré tu madre.”
Desde aquellos sucesos, él se convirtió en otra persona.
Iba todos los días a meditar y caminar en la naturaleza. Comenzó
amar a todos los seres, animados o inanimados. Celebraba rituales
estacionales para dar gracias por su existencia.
Ahora, era feliz. No estaba solo, tenía de su lado a grandes
energías de la naturaleza.