1. CUADERNOS DEL INSTITUTO ANTONIO DE NEBRIJA 323
mano, ni cursaban en la universidad, pero pa- rimentado a lo largo del siglo pasado una no-
gaban por matrícula y después por el grado – table evolución que, a estas alturas, no puede
la universidad no perdía–. por supuesto atribuirse a un solo movimiento
En resumen estas páginas son una apor- o a una sola escuela historiográfica. El enri-
tación notable al estudio de la catedral —pieza quecimiento que la historiografía ha conocido
clave en México, en la Nueva España—. Abor- en los últimos cien años, desde el punto de
dan diversos aspectos, políticos e instituciona- vista metodológico, ha sido notable e incom-
les, como las tensiones con los virreyes y su parable con el de otras ciencias sociales (a las
audiencia, la relación con el consejo de Indias, que también, de manera más o menos indi-
el funcionamiento y composición del cabildo, recta, ha beneficiado con sus progresos). Entre
su fuerte presencia en la real universidad. los resultados genéricos de esta revolución his-
También se identifican las personas que for- toriográfica hay que situar, en lugar destacado,
maban el cabildo y el claustro universitario, la irrupción de los nuevos sujetos de la histo-
sus bandos y coligaciones. Se ha analizado su ria. En los méritos, por ejemplo, de la Escuela
base económica: la vieja historia eclesiástica de Annales o en el de la microhistoria hay que
solía eludir cuestiones patrimoniales y de ren- poner la incorporación de nuevos protagonis-
tas. En España hace años se publicaron diver- tas al relato histórico. A nadie debe extrañar ya
sos estudios sobre señoríos monásticos y que alguien distinto de reyes, políticos, milita-
catedrales en la edad media, pero en la mo- res o estadistas protagonice la historia. El libro
derna son menos, aunque hay algunos, como de Juan Luis Rubio Mayoral, cuyos protago-
también sobre varias catedrales de la Nueva nistas son los estudiantes de la Universidad de
España México. La catedral se había investi- Sevilla durante un largo periodo del siglo XX,
gado en el XVI, y en el XVII en torno a la visita entraría de lleno en la normalización de una
de Palafox, el obispo de Puebla. Ahora con este historia protagonizada por quienes normal-
libro sabemos más de ella, de los diezmos, de mente, como dijera Eric R. Wolf, eran “gente
la real universidad... sin historia” –o “gente poco importante” en
palabras de José Andrés Gallego–, o simple-
Mariano Peset mente eran parte del objeto de la historia y no
sujetos de la misma. En esta línea, como algo
ya normalizado historiográficamente, hay que
inscribir esta obra.
Junto a esta característica historiográfica,
Juan Luis Rubio Mayoral, Disciplina y rebeldía. importante creemos, Disciplina y rebeldía. Los
Los estudiantes en la Universidad de Sevilla (1939- estudiantes en la Universidad de Sevilla (1939-
1970), Sevilla, Secretariado de Publicaciones 1970) es la obra de un historiador de la uni-
de la Universidad de Sevilla, 2005, 312 pp. versidad. Rubio Mayoral lo es doblemente.
Primero, en su condición administrativa de
profesor del Departamento de Teoría e Histo-
1. Es sabido que en el siglo XX han existido re- ria de la Educación de la Universidad de Sevi-
voluciones de muy diverso tipo. Algunas de lla. En segundo lugar, más importante, es
ellas, probablemente menos cruentas que las historiador de la universidad como alguien
políticas, no son menos importantes para el que ha convertido a ésta en el objeto de su tra-
progreso (o el retraso, según se mire) de la hu- bajo historiográfico. En la solapa del libro se
manidad. Entre las no políticas se encuentra la afirma que es especialista en la Historia de la
llamada revolución historiográfica. La manera Universidad de Sevilla, que es tanto como
de afrontar el pasado, de estudiarlo, ha expe- decir que lo es en la de la universidad espa-
CIAN, 10 (2007), 303-326
2. 324 BIBLIOGRAFÍA
ñola en su conjunto. Así lo confirma un libro pone en evidencia sobre todo si se compara con
como el que reseñamos, que basta por derecho el bloque siguiente, mucho más extenso y de
propio para situarlo entre los especialistas en un mayor calado. Esta cierta superficialidad
esta materia, que afortunadamente comienzan descriptiva explica que buena parte de los cua-
a aumentar entre los historiadores españoles. renta y los cincuenta pasen por el libro sin pena
A éste, deben unirse trabajos publicados con ni gloria (lo que permite adivinar el color gris
anterioridad, especialmente los realizados con que tiñó, no sólo universitariamente, la vida es-
el activo Grupo de investigación sobre Histo- pañola en esos años).
ria de la Universidad de Sevilla (GIHUS), diri- Sea como fuere, de estos tres capítulos
gido por la profesora María Nieves Gómez que conforman el primer bloque de la obra son
García, auténticos pioneros meridionales en destacables algunos aspectos. En primer lugar,
este tipo de estudios, con el mérito reconoci- como se ilustra la evolución normativa y so-
ble de dedicarse a ello cuando no era tan habi- ciológica del estudiante universitario en Es-
tual –ni tan rentable, en algún sentido– como paña en esos años, considerando dicha
lo es ahora (resultado notable de este trabajo evolución desde la Universidad de Sevilla. En
es el volumen colectivo Universidad y poder. este sentido, el libro –y esto volverá a repro-
Problemas colectivos, GIHUS Sevilla, 1993). ducirse en la segunda parte– puede conside-
rarse un libro de historia de la universidad
2. La estructura de la obra se presenta en española en clave sevillana. La generalización
dos bloques claramente diferenciados: “Disci- que acomete y que permite intuir desde el caso
plina” y “Rebeldía”, en correspondencia exacta sevillano es otro valor historiográfico del tra-
con su propio título. El primero de dichos blo- bajo sobre el que luego insistiremos. El otro as-
ques agrupa tres capítulos y comprende el pe- pecto destacable, y que también vuelve a
riodo que va desde el final de la Guerra Civil reproducirse en la segunda parte, es la fijación
hasta 1965, un periodo marcado por el SEU y el y la descripción de los distintos grupos que ac-
encuadramiento obligatorio de los estudiantes túan en la universidad, especialmente llama-
universitarios en él. Es, en este sentido, el pe- tivo por su número y su activismo, en el
riodo de la “Disciplina”. A pesar de esta deli- periodo previo a la guerra civil (FUE, AET,
mitación cronológica, el primer capítulo se FEC o el propio SEU). Además de constatar lo
remonta a antes incluso de 1939, buscando, hay que antes se subrayaba, en el sentido de que la
que entenderlo así, establecer los antecedentes universidad reproduce la lucha política que se
de lo que luego vendrá. Con este propósito, da fuera de ella, es quizá con relación a esto
acomete lo que no pasa de ser una mera des- donde se echa de menos un análisis más pro-
cripción de la universidad republicana, pero fundo y la obtención de algunas conclusiones.
que al menos pone de manifiesto la caracterís- Quede, no obstante, en el haber del autor la su-
tica más importante de dicho periodo: la fuerte gerencia de un amplio campo en el que desa-
politización que experimenta la universidad rrollar nuevas investigaciones. Finalmente, el
durante la II República (politización que tiene capítulo III, el último de esta primera parte,
su continuación en el franquismo, aunque sea está dedicado al SEU en la Universidad de Se-
periodo de partido único y de caudillo). Los es- villa, en el tiempo en el que éste encarna, como
tudiantes llevan la política a la universidad, titula el propio capítulo, la “representación ofi-
hasta el punto de que materialmente la lucha cial del estudiante”. El periodo abordado va
que se da en las calles se reproduce en las desde 1943, año en el que tiene lugar la oficia-
aulas. De ello, como decimos, se da buena lización del SEU con motivo de la Ley de Or-
cuenta, aunque en general no con la profundi- denación de la Universidad española, hasta su
dad y la extensión que merecería, algo que se desaparición formal en 1965, cuando, en pleno
CIAN, 10 (2007), 303-326
3. CUADERNOS DEL INSTITUTO ANTONIO DE NEBRIJA 325
clima aperturista y buscando una democrati- logra plasmar el autor, al tiempo que ofrece,
zación interna de la universidad que algunos siempre desde esta ciudad, un panorama de
consideraban ya entonces como inevitable, se conjunto, nacional, sin el que lo local difícil-
procede a la erección gubernativa de las Aso- mente hubiera sido posible. En suma, la obra
ciaciones Profesionales de Estudiantes. La ofi- nos transmite la idea de que Sevilla no fue más
cialización y el control, como no podía ser de que una de las ciudades donde el movimiento
otro modo en el franquismo, continúan si bien estudiantil se urdió como un instrumento de
sustituyendo un SEU que comienza a estorbar oposición política al régimen (eso sí, con algún
frente a los nuevos aires que el régimen pre- punto álgido, de auténtico protagonismo na-
tendía adquirir. cional, como la accidentada VI Reunión Coordi-
nadora, desarrollada en Sevilla entre el 27 de
3. La segunda parte del libro, “Rebeldía”, febrero y el 2 de marzo del decisivo 1968, que el
que agrupa sus otros cuatro capítulos, nos pa- autor tan bien relata).
rece la más interesante y también, hay que de-
cirlo, la más conseguida. El autor logra describir 4. Nuestra reseña casi concluye con un
y poner orden en un periodo, que abarca tan par de consideraciones metodológicas e histo-
sólo cinco años, pero en los que, como demues- riográficas y previamente alguna considera-
tra su propio relato, la universidad vuelve a po- ción menor, de tipo formal, todas de alcance
litizarse de una manera frenética. La intensidad bastante discutible y cuando menos opinables.
de dicho relato –que hay que poner de nuevo En cuanto a lo formal, la composición del libro
en el haber del profesor Rubio– alcanza en al- es manifiestamente mejorable en dos aspectos
gunos momentos tintes casi novelescos, consi- al menos. Se trata de algo achacable a la edito-
guiendo incluso enganchar al lector. Eso no rial (el Secretariado de Publicaciones de la
oculta que algunas veces el hilo conductor del, Universidad de Sevilla) y no al autor. De un
repetimos, auténtico relato pueda llegar a per- lado, muy menor pero sorprendente en estos
derse o que algunas de la multitud de peque- tiempos, la desubicación de algunas notas –
ñas historias (personales, en su mayoría) que muy importantes en un trabajo de estas carac-
pueblan esas páginas queden sin final –las terísticas–, en el sentido de que se no respeta
notas hubiesen sido en este sentido un estu- siempre la página a la que éstas numérica-
pendo acomodo para esos finales que muchos mente están asignadas. De otro lado, las fotos
lectores agradeceríamos). En todo caso, el autor intercaladas en el texto, la mayoría muy inte-
logra sobradamente transmitir el clima rei- resantes, además de romper la lectura y des-
nante: una universidad inquieta, en la que al- componer el propio texto, no acompañan
gunos estudiantes, sólo algunos, podían ser los cronológicamente el relato. La mejor solución,
dirigentes pero en la que el número de impli- en nuestra opinión, hubiese sido un apéndice
cados, de forma más o menos directa, en el mo- fotográfico al final que habría evitado sin duda
vimiento estudiantil es muy importante, hasta los defectos aludidos.
el punto de poder hablar ciertamente de éste, Yendo a las consideraciones metodológi-
algo que entonces se negaba sistemáticamente – cas, desde el punto de vista de las fuentes uti-
recuerdense los “jaraneros y alborotadores” de lizadas, el libro es intachable. La variedad de
1956– y que todavía después cierta historia ha éstas demuestra por sí sola el trabajo sobre el
continuado minusvalorando. Ordenar y siste- que se fundamenta el resultado final. El autor
matizar el complejo puzzle de iniciativas y gru- se ha valido de fuentes bibliográficas y de
pos que en Sevilla, en la universidad, surgen fuentes documentales. Entre estas últimas,
entonces con distinto nivel de organización y su además del trabajo de archivo, desarrollado
relación con la oposición política es algo que principalmente en el Archivo Histórico de la
CIAN, 10 (2007), 303-326
4. 326 BIBLIOGRAFÍA
Universidad de Sevilla (AHUS), es destacable tiempo, en este caso dentro y fuera de España.
el recurso a la entrevista personal. En obras de La historia local tiene un indudable valor –del
este tipo, de una contemporaneidad que al- que este libro es buena muestra–, como es su
canza al presente, este recurso autobiográfico utilidad instrumental para la generalización.
–para nosotros así ha de considerarse el relato Sin esta última, la historia local es una mera
de la propia peripecia realizado por los prota- acumulación de datos, de un interés discuti-
gonistas de los hechos– cobra un especial ble, si no es por el hecho de servir de mero aco-
valor. De acuerdo con los términos empleados pio de información, útil sólo al propio
por Julio Aróstegui, son un magnífico medio acopiador o a otros dispuestos a realizar las
para “historizar la experiencia”. debidas síntesis generalizadoras.
Finalmente, además de las ya señaladas,
el libro de Rubio Mayoral acoge también otra 5. Todo lo afirmado nos lleva a ratificar la
interesante perspectiva historiográfica. Nos re- impresión que hemos ido deslizando, clara-
ferimos a lo que tiene de historia local. Aun- mente pensamos, a lo largo de esta reseña: Dis-
que, como se ha dicho, esta historia de los ciplina y rebeldía. Los estudiantes en la Universidad
estudiantes de la Universidad de Sevilla es de Sevilla (1939-1970) no es sólo un libro de his-
abordada dentro de un marco genérico de re- toria sobre la Universidad de Sevilla; ni siquiera
ferencia, nacional o estatal, lo local, en este sólo un libro de historia sobre la universidad es-
caso, se convierte en una estupenda cata de lo pañola. Es algo más, como todos los buenos li-
general y en demostración de la existencia de bros de historia. Éste lo es sin duda.
conexiones, más o menos perceptibles, con
acontecimientos que suceden al mismo César Hornero Méndez
CIAN, 10 (2007), 303-326