2. SITUACION POLÍTICA DEL TAHUANTINSUYO
El Tahuantinsuyo había sido fundado a
mediados del siglo XV y para este tiempo
abarcaba una parte importante de la región
andina, ahí donde siglos mas tarde se
asentarían varios países sudamericanos. Este
imperio se había levantado sobre la base de
un sistema de administración complejo y
tremendamente eficiente y, sobre todo,
utilizando el poderío militar de un ejercito
grande y disciplinado que permitió someter,
conquista tras conquista, a numerosos
pueblos y diversas culturas, a lo largo de los
Andes.
3. TERRITORIO Y DESINTEGRACIÓN ANDINA
Pese a la aparición periódica de grandes
aparatos estatales unificadores, los Andes
continuaban reuniendo una diversidad de
pueblos, culturas y nacionalidades diferentes.
Al contrario de lo que hubiera impulsado una
llanura larga y uniforme que estimule el
intercambio y la vinculación, la desigualdad
geográfica andina favoreció el aislamiento,
las evoluciones regionales separadas y las
consecuentes nacionalidades
independientes. Si bien los incas, una de
estas nacionalidades, lograron unir a todas
las demás congregándolas en su Imperio, lo
hicieron con la fuerza de las armas y no por
un sentimiento natural de integración.
4. LAS DISPUTAS POR EL TRONO INCA
Fue un hecho mas que regular ver
luchas por el poder cada vez que
fallecía un soberano incaico. Entre los
hijos surgían disputas enconadas y se
formaban bandos que apoyaban a
uno u otro heredero, y cuando uno de
ellos salía triunfador, era común ver
represalias feroces y sangrientas
contra los adversarios derrotados. Así
de terribles habían sido las sucesiones
de mando en el Tahuantinsuyo.
5. LA GUERRA CIVIL ENTRE HUASCAR Y ATAHUALPA
Antes de morir, Huayna Cápac había designado como
sucesor a su hijo Ninan cuyuchi, pero este falleció sin
poder ejercer el cargo. Huáscar entró a tallar
aprovechando el vacío de poder originado por la
muerte de su hermano, el sucesor legítimo, y apoyado
por la nobleza cusqueña se hizo nombrar nuevo Inca
por el Consejo Imperial del Cusco.
Para este momento, Atahualpa se encontraba en el
norte del imperio, en Quito, desde la muerte de
Huayna Cápac, gozando de gran prestigio en la
nobleza quiteña y de gran simpatía en el ejército de
su padre. Puesta así las cosas, la rivalidad entre los
dos hermanos fue un hecho casi esperado y significó
el enfrentamiento entra cusqueños, representados por
Huáscar, y quiteños, personificados por Atahualpa. La
guerra no tardó en estallar.
6. EL TRIUNFO DE ATAHUALPA
El enfrentamiento entre ambos bandos fue cruento y
duró algunos años; las batallas se sucedieron en
varios puntos de los Andes y al final Atahualpa
resultó vencedor. Su ejercito, integrado en su
mayoría por quiteños, invadió la capital del imperio
y ejecutó una venganza despiadada contra la
nobleza cusqueña partidaria de Huáscar. Este ultimo
recluido como prisionero.
Atahualpa no había intervenido personalmente en
los últimos combates y se encontraba en la sierra
norte, disponiéndose a viajar al Cusco para participar
de las ceremonias triunfales, pero antes decidió
detenerse en Cajamarca. Ahí el inca victorioso se
encontraría con los conquistadores españoles,
comandados por Pizarro, y su suerte de éxito y gloria
daría un giro de ciento ochenta grados.