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           ¿EL VERDADERO
               MES´  IAS?
            Una respuesta Jud´a
                              ı
             a los Misioneros
                    ***
                      ARYEH KAPLAN
                Traducido por Juan R. Mayorga Z., PhD.




                              Publicado por
                       JEWS FOR JUDAISM,
                    2795 Bathurst St, PO Box 41032
                     Toronto, ON Canada M6B 4J6.
                          Phone (416) 789-0020
                   E-mail: toronto@jewsforjudaism.org
                      www.jewsforjudaism.org



   c 1976 por National Conference of Synagogue Youth, (NCSY)
                    c Nueva Edici´n 1985 por NCSY
                                 o
c Edici´n Jews for Judaism en Espa˜ol 2007 por Orthodox Union (OU) y
       o                          n
             NCSY en cooperaci´n con Jews for Judaism.
                                o
                      Todos los derechos reservados.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicaci´n puede ser
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                                               n
        Puede ser descargado gratuitamente en formato PDF desde
                         www.jewsforjudaism.org
Esta edici´n ha sido impresa con permiso de Orthodox Union y NCSY, 11
          o
   Broadway, New York, NY 10004 - Phone 212.563.4000 - www.ou.org
Aryeh Kaplan


¿El Verdadero Mes´
     —————————————
                   ıas?
 Una respuesta jud´ a los misioneros
                  ıa
        —————————————




                  ii
´
TRADUCCION AL CASTELLANO:
  Dr. Juan R. Mayorga Z.
  Universidad Tecnol´gica Indoam´rica, Ambato - Ecuador
                     o          e
  P´ginas web: http://jmayorga.wordpress.com , http://noajidas.org
   a
  E-mail: jrmayorgaz@gmail.com, JuanMayorga@uti.edu.ec
ASESORAMIENTO DE TRADUCCION:            ´
  Lcdo. Yehuda Ribco
  P´ginas web: http://SerJudio.com , http://fulvida.com
   a
  E-mail: carta@serjudio.com




Esta traducci´n fue llevada a cabo con todo temor y amor hacia el Creador, Dios
              o
de Israel. El traductor y su esposa, Do˜ a Carmen Mercedes Hermoza Ramos,
                                        n
dedican este trabajo a sus amigos y hermanos:
                  Do˜ a Giovanna Ximena Hermoza Ramos
                    n
                                     y
                    Don V´ ıctor Santiago O˜ate Ter´n.
                                           n       a

              “¡Quiera Dios derramar siempre y en abundancia de
                     Su bondad y misericordia sobre ellos!
               Quiera Dios bendecirlos con salud f´
                                                  ısica, mental y
                      espiritual todos sus d´ en la tierra.
                                            ıas
          Que en su hogar viva la paz y sobreabunde la descendencia.
      Que reciban todo lo bueno en Este Mundo y en el Mundo por Venir.”

                               ¡Baruj Hashem!




                                      iii
Contenido

Una gu´ pr´ctica para tratar el problema del Misionerismo
      ıa a                                                  1

¿Por qu´ no somos cristianos?
       e
   Aryeh Kaplan                                             4

Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano
             ıo
  Aryeh Kaplan                                              8

La transici´n de “Mes´
           o         ıas” a “Cristo”
   Aryeh Kaplan                                             16

Ecumenismo y di´logo - 1263 E.C.
               a
   Berel Wein                                               23

¿Fue Jes´s el Mes´
        u        ıas? ¡Examinemos los hechos!
   Pinchas Stolper                                          31

Jes´s y la Biblia
   u
   Aryeh Kaplan                                             38

Contempla al hombre: el verdadero Jes´s
                                     u
  Aryeh Kaplan                                              44

El verdadero Mes´
                ıas
   Aryeh Kaplan                                             49

Mi camino de regreso - la historia de una chica
   como le fue contada a Aryeh Kaplan                       61

Addendum                                                    65




                                     iv
Muy a menudo, por tratar de responder al reto misionero, uno puede ejecutar
ciertos procesos que, a pesar de verse l´gicos, (de hecho) nos ponen en bandeja de
                                        o
plata ante los misioneros. Por ello, un grupo de l´ıderes de la comunidad jud´ han
                                                                             ıa
preparado estos lineamientos para tratar con misioneros (y sus seguidores) sobre
terreno.




 Una gu´ pr´ctica para tratar el
        ıa a
   problema del Misionerismo
1. Usted no va a ganar corazones para la Tor´ al intentar convencer a otros
                                               a
   de que las afirmaciones del Cristianismo son falsas. Invierta su tiempo
   aprendiendo, ense˜ ando y explicando el significado que conlleva la Tor´ y
                      n                                                   a
   sus Mitzvot. Mejor a´ n, invite a aquella persona que est´ en b´ squeda de
                         u                                  a     u
   valores religiosos a un Shabat´n, o a su hogar para Shabat. Deje que la
                                  o
   verdad y belleza de la Tor´ (y su forma de vida) guien a las personas al
                              a
   camino correcto.
2. No discuta con misioneros. No de cr´dito ni dignidad a tales esfuerzos por
                                       e
   ganar almas. Hay millones de cristianos no-practicantes quienes son mejor
   blanco para tales misiones.
3. Los misioneros son usualmente fan´ticos de mente cerrada. Est´n entrena-
                                     a                          a
   dos para responder a sus argumentos mec´nicamente y casi de memoria.
                                             a
   Si no pueden manejar su objeci´n, entonces la desviar´n poniendo en el
                                   o                      a
   tapete otro punto, y otro m´s... Aun si usted gana, realmente pierde.
                              a
4. No debata, ni dialogue, ni discuta con misioneros. A menudo los misioneros
   se esfuerzan por conseguir que jud´ se involucren en debates p´ blicos.
                                        ıos                           u
   No caiga en este ardid pues es totalmente in´ til. Sobre todo, no invite
                                                   u
   como conferencistas a misioneros (ni a sus seguidores) a eventos que cuen-
   tan con auspicio jud´ Tal hospitalidad no hace m´s que proveer dignidad
                         ıo.                          a
   institucional y legitimidad a la causa misionera. Por otro lado, no ataque
   p´ blicamente ni (peor aun) agreda a los misioneros; esto s´lo sirve para
     u                                                          o
   pintarlos con un aura de martirio, as´ perdemos. Nuestra obligaci´n esen-
                                          ı                          o
   cial es apuntalar nuestro Juda´ ısmo.
5. No se deje enga˜ ar por la palabrer´ cristiana (pseudo) jud´a. Algunos
                    n                   ıa                        ı
   grupos misioneros apuntan espec´ ıficamente a los jud´ con la ret´rica de
                                                         ıos         o
   que aquellos que se les unen se “completan” o “realizan” como jud´    ıos.
   Es patente la incompatibilidad de esta afirmaci´n con las tradiciones y
                                                     o
   convicciones jud´ıas. Cualquier conversi´n al Cristianismo o a cualquier
                                           o
   otra fe es un abandono del Juda´ ısmo. Sin duda tenemos que esforzarnos
   por retornar a individuos errantes a su propia fe y a su propia comunidad
   (de una manera c´lida, basada en el amor).
                     a

                                         1
Una gu´ pr´ctica
                                                                  ıa a
                                                      contra el Misionerismo

6. No pierda su compostura. El estilo de los misioneros es normalmente afa-
   ble, demostrando compostura. Im´  ıtelos. Cuando lleguen a su puerta con
   una sonrisa, responda amablemente - firmemente pero sin recriminaci´n -o
   “No gracias, no estoy interesado”, o alguna frase igual de breve y definiti-
   va.
7. Emp´pese de los hechos. Obtener informaci´n fidedigna es un paso indis-
        a                                     o
   pensable. Ning´ n plan de acci´n puede ser puesto en marcha hasta que
                    u              o
   se tenga una buena imagen de la situaci´n en la comunidad. ¿Est´n los
                                            o                         a
   jud´ por ser jud´ siendo objeto de proselitismo misionero? ¿Qui´nes
      ıos,              ıos,                                            e
   son los misioneros y cu´les son sus bases de operaciones o fuentes de es-
                             a
   tos? ¿Bajo qu´ circunstancias y por qu´ medios fluye el misionerismo - en
                  e                      e
   escuelas, cafeter´ a trav´s de los medios de comunicaci´n, en reuniones
                     ıas,      e                            o
   de oraci´n, en grupos hogare˜os de estudio, bibliotecas m´viles?
           o                     n                           o
8. Plan´e una estrategia y una metodolog´ Asumiendo que despu´s de inda-
        e                                 ıa.                    e
   gar sobre lo que est´ pasando se detecta un problema que requiere acci´n:
                       a                                                 o

    a) Haga un repaso de los recursos con que se cuenta, e.g., personal
       con conocimiento y experiencia, literatura apropiada, espacios f´
                                                                       ısicos
       apropiados.
    b) Debe darse prioridad a j´venes y ancianos. Debe establecerse una
                                  o
       fuerza de resistencia para tratar con ellos persona a persona. Asimis-
       mo organice una reserva de adultos que tengan alguna fortaleza o
       experiencia (en contrarrestar el misionerismo).
    c) Estudie con mucho cuidado, usando informaci´n de primera mano,
                                                     o
       las necesidades de aquellos j´venes jud´ quienes est´n est´n siendo
                                    o         ıos          a     a
       atraidos por (o que ya est´n inmersos en) movimientos religiosos.
                                   e
       ¿Qu´ buscan nuestros j´venes? No prejuzgue sobre estos temas y
            e                   o
       recuerde que el Movimiento pro-Jes´ s es bastante complejo.
                                            u
    d ) Con la misma prolijidad plan´e c´mo ofrecer una respuesta (jud´
                                       e o                               ıa)
        positiva para cada necesidad y para cada b´ squeda. S´lo entonces
                                                      u         o
        ser´ posible llegar a estos j´venes, y as´ compartir conocimiento (e
           a                         o           ı
        inculcar entendimiento) que propicie un entrenamiento intensivo de
        nuestros muchachos.

9. Enf´quese en los adolescentes. No s´lo los universitarios sino, tambi´n, los
       o                              o                                 e
   colegiales (aun de primeros a˜ os) deben ser tenidos por vulnerables. Un
                                  n
   buen n´ mero de misioneros tiende a concentrarse en adolescentes, usan-
          u
   do deliberadamente grupos de discusi´n, explotanto tanto la inestabilidad
                                        o
   de estos a˜os como la predisposici´n de los j´venes a retar valores tradi-
              n                       o          o
   cionalmente aceptados. Estas ´reas demandan nuestro mayor escrutinio
                                   a
   y planeamiento. Recalquemos que la sobrereacci´n es contraproducente:
                                                     o
   debe evitarse la imitaci´n as´ como enfrentamientos y contracruzadas.
                           o    ı



                                     2
Una gu´ pr´ctica
                                                                    ıa a
                                                        contra el Misionerismo


 10. Cr´e espacios para que los j´venes participen. Desafortunadamente quienes
        e                        o
     est´n confusos respecto a su Juda´
        a                               ısmo y con problemas personales no siem-
     pre se permitir´n participar en programas que se llevan a cabo en sinagogas
                     a
     u organizaciones juveniles. Es necesario desarrollar nuevas vias para llegar
     a los j´venes con el contenido y objetivos de los programas, incluso en
             o
     aquellos programas que son considerados por ellos como no-controlados
     por la autoridad. Recientemente algunos programas para j´venes y ado-
                                                                  o
     lescentes reflejan esta metodolog´ utilizando ambientes informales (co-
                                         ıa,
     mo cafeter´ ıas) para generar espacios para la discusi´n, la cr´
                                                            o       ıtica y para
     establecer contactos con otros j´venes. Tales programas son consistentes
                                       o
     con el objetivo ultimo: alcanzar a los j´venes, provey´ndoles ambientes
                       ´                        o             e
     jud´ en donde puedan relajarse, conocer a otros j´venes, donde pueden
         ıos                                              o
     hablar de manera informal con personas capacitadas, cumplidoras y sen-
     sibles - incluyendo a otros de sus pares. Se debe dar alta prioridad a la
     experimentaci´n de metodolog´ nuevas y creativas para abrir canales de
                     o               ıas
     participaci´n para nuestros j´venes.
                 o                 o

    Por sobre todas las cosas, recuerde que la mayor´ de personas atra´
                                                     ıa                 ıdas por
los misioneros no ha experimentado verdaderamente una vida de Tor´ - tan a
s´lo sugiera “antes que vayas a los gentiles, ¿por qu´ no indagas sobre lo que
 o                                                    e
nuestra propia tradici´n tiene para ofrecerte”. Pero siga adelante creando para
                       o
ellos experiencias positivas de Tor´.
                                   a




                                       3
Por m´s de 2000 a˜os, misioneros cristianos han intentado convencer al Jud´
          a             n                                                         ıo
   sobre sus planteos y, durante ese mismo per´ıodo, el jud´ se ha resistido. Aquel-
                                                           ıo
   los que resistieron con mayor fervor fueron quienes buscaron a Dios con mayor
   anhelo. ¿Qu´ los motiv´? ¿Por qu´ nunca cedimos ante los misioneros?
                e          o         e




     ¿Por qu´ no somos cristianos?
            e
                                         por
                                   Aryeh Kaplan


   E   scuchamos hoy en d´ sobre un movimiento llamado “Jud´ por Jes´ s”.
                           ıa                                ıos     u
Un peque˜ o n´ mero de jud´ aparentemente est´ encontrando atractivas las
          n u                ıos                  a
ense˜ anzas del Cristianismo. Sin embargo, la gran mayor´ de jud´ todav´
    n                                                   ıa       ıos   ıa
rechaza estas ense˜ anzas de la forma m´s enf´tica.
                  n                    a     a
   Por m´s de dos mil a˜os los cristianos han intentado persuadir a los jud´
          a              n                                                    ıos.
Y por el mismo lapso, los jud´ se han resistido a tales cortejos. Pero, ¿por qu´?
                             ıos                                                e
¿Por qu´ no aceptamos a Jes´ s? En definitiva, ¿Por qu´ no somos cristianos?
        e                     u                          e
    Para entender esto debemos analizar qu´ hay en los fundamentos de las
                                               e
creencias cristianas. El Cristianismo empez´ con un jud´ Jes´ s vivi´ como
                                              o            ıo.    u      o
un jud´ en tiempos de muchos de nuestros m´s grandes sabios Talm´ dicos.
         ıo                                       a                      u
El gran Hillel vivi´ una generaci´n antes y Rab´ Akiva lo hizo una generaci´n
                    o             o               ı                           o
despu´s. Sin embargo, nuestras propias fuentes tienen registrado muy poco sobre
       e
la vida de Jes´ s. Todo lo que podemos leer sobre ´l lo podemos encontrar en los
              u                                     e
Evangelios del Nuevo Testamento, un libro escrito por y para la primera iglesia
cristiana. Este libro, sin embargo, fue escrito principalmente para promover la
causa cristiana y es, por tanto, imposible separar la historia personal de Jes´ s
                                                                              u
del“Cristo” dise˜ ado por la teolog´ cristiana temprana.
                 n                  ıa
   Poco despu´s de la muerte de Jes´ s, encontramos un notable cambio en las
                e                       u
ense˜ anzas de sus seguidores. El Cristianismo, como lo conocemos, empez´ du-
     n                                                                       o
rante este per´ıodo con los trabajos de Pablo de Tarso. Pablo, o como fue cono-
cido previamente, Saul, era un disc´  ıpulo del gran Talmudista Rab´ Gamaliel y
                                                                     ı
empez´ su carrera oponi´ndose activamente a los primeros cristianos. En un in-
       o                  e
cidente dram´tico, camino a Damasco, Pablo se convirti´ al Cristianismo para,
              a                                           o
posteriormente, convertirse en uno de sus l´  ıderes m´s aventajados. A pesar de
                                                       a
que ´l nunca hab´ visto (en vida) a Jes´ s, afirm´ haber dialogado con ´l en
     e              ıa                      u        o                       e
esp´
   ıritu. Bajo el liderazgo de Pablo, muchas de las doctrinas que caracterizan al
Cristianismo fueron proclamadas por vez primera y, en su gran mayor´ nunca
                                                                         ıa,
han cambiado. Sus ense˜ anzas est´n grabadas en sus Ep´
                          n         a                      ıstolas, que forman la
segunda parte del Nuevo Testamento.
   Entre las principales ense˜ anzas de Pablo, encontramos:
                             n
  1. Jes´ s fue el Mes´ o Cristo; aquel anunciado por los Profetas de la Biblia
        u             ıas
     y esperado por los jud´ El es tambi´n el Hijo de Dios, y como cualquier
                            ıos.          e
     hijo, esencialmente es lo mismo que su Padre.

                                            4
¿Por qu´ no somos cristianos?
                                                      e


  2. El hombre es malo y pecador. Toda la humanidad est´ maldecida debido
                                                          a
     al pecado de Ad´n. La Tor´ no puede salvar al hombre pues sus man-
                      a         a
     damientos son demasiado dif´ ıciles de guardar. La unica cosa que puede
                                                        ´
     salvaguardar al hombre de su ultimada condena (al infierno) es la creencia
     en Cristo.
  3. Los Jud´ fueron originalmente el pueblo escogido de Dios pero fueron
             ıos
     repudiados cuando rehusaron aceptar a Su hijo, Jes´ s. El nombre “Israel”,
                                                       u
     pueblo escogido de Dios, no es m´s atribuible a los Jud´ sino a quienes
                                      a                       ıos
     aceptan a Jes´ s como el Mes´
                    u              ıas. S´lo estos son part´
                                         o                  ıcipes del amor de
     Dios. El resto est´ condenado al infierno.
                       a
  4. Hay una unica ley ahora que Cristo ha venido, y ´sta es la del amor. Uno
              ´                                       e
     debe seguir el ejemplo del sacrificio de Cristo y, pacientemente, esperar
     que Dios sea compasivo en correspondencia.
   Nos basta con estos principios del Cristianismo para ver por qu´ los Jud´
                                                                   e        ıos
no pod´ aceptarlas. Contrast´moslos, punto a punto, con la visi´n Jud´
      ıan                     e                                  o      ıa:

  1. Jes´ s no pudo haber sido el Mes´ Los Profetas predijeron un mundo de
        u                             ıas.
     paz y amor despu´s de la venida del Mes´ y esto no se ha dado. Adem´s
                       e                      ıas,                          a
     cualquier planteamiento de que el Mes´ es el “hijo de Dios” es totalmente
                                           ıas
     inaceptable. En ning´ n lugar dicen los Profetas que ´l ser´ nada m´s que
                          u                               e     a        a
     un l´
         ıder notable y un maestro.
  2. A pesar de que la Tor´ efectivamente habla del pecado de Ad´n, ense˜ a que
                           a                                    a       n
     el hombre puede elevarse por encima de ello. El hombre podr´ no ser capaz
                                                                ıa
     de autoperfeccionarse, pero fue por esto mismo que Dios nos entreg´ lao
     Tor´. Es absurdo pensar que Dios entregara una Tor´ que era imposible
         a                                                 a
     (o demasiado dif´ıcil) de observar. De ninguna manera el Juda´ısmo ense˜a
                                                                             n
     que uno puede ser “salvado de la condenaci´n” simplemente “por creer ”.
                                                  o
     Cualquier convicci´n verdadera en Dios debe guiar (necesariamente) a una
                        o
     persona para que (tambi´n) observe Sus mandamientos.
                                e
  3. Es imposible imaginar que Dios eventualmente rechazara al pueblo Jud´ ıo.
     En muchos pasajes, la Biblia claramente establece que Su pacto con Israel
     es para siempre.
  4. En muchos pasajes, la Biblia dice que la Tor´ fue entregada para la
                                                     a
     eternidad. Es por tanto imposible decir que ha sido reemplazada por una
     nueva ley o testamento. El amor solo no es suficiente, porque uno debe
     saber como expresarlo y, para ello, necesitamos a la Tor´ como gu´ El
                                                             a         ıa.
     amor es s´lo uno de los mandamientos de la Tor´; las buenas acciones son
              o                                     a
     su necesaria expresi´n.
                         o

    ¿Por qu´ preferimos estas ideas a aquellas expresadas por Pablo y el Cris-
           e
tianismo?



                                      5
¿Por qu´ no somos cristianos?
                                                       e


    Por un lado, no vemos evidencia de que Jes´ s haya sido realmente el Mes´
                                                u                             ıas
esperado por Israel. La promesa Mesi´nica incluye cosas como una paz perfecta
                                       a
y unidad entre los hombres, amor y verdad, conocimiento universal y felicidad
sin tribulaciones, as´ como el fin de todo el mal, de la idolatr´ falsedad y odio.
                     ı                                         ıa,
Ninguna de las condiciones anteriores ha sido alcanzada por el Cristianismo.
    A esto, la respuesta cristiana es la simple afirmaci´n de que “todas las cosas
                                                       o
en realidad han cambiado con la venida de Jes´ s. Si el cambio no es visible,
                                                   u
es porque el hombre es malvado y no ha aceptado verdaderamente a Jes´ s y    u
sus ense˜anzas. Entonces el Mes´ (o Cristo) tendr´ que volver para probar su
        n                         ıas                a
victoria”.
   El Jud´ se rehusa a aceptar la excusa de que las principales profec´ en lo
          ıo                                                          ıas
concerniente al Mes´ unicamente ser´n cumplidas en la “segunda venida”. El
                    ıas ´            a
espera que el Mes´ complete esta misi´n al primer intento. El Jud´ cree, por
                  ıas                  o                           ıo
tanto, que el Mes´ todav´ est´ por venir.
                 ıas      ıa  a
   Pero hay de hecho un punto que no debemos dejar de considerar pues su
importancia es mayor que la mera identidad del Mes´ El Cristianismo tambi´n
                                                  ıas.                    e
ense˜ a que Jes´ s fue Dios en forma humana. El Jud´ mira esto como una idea
    n          u                                   ıo
totalmente equivocada sobre Dios. Hace a Dios demasiado peque˜ o pues, al
                                                                 n
afirmar que El puede tomar forma humana, se disminuye tanto Su unidad como
Su divinidad.
    Discordamos con el Cristianismo no s´lo con respecto a creer, sino tambi´n
                                          o                                 e
con respecto a lo que el hombre debe hacer. El Cristianismo tiende a negar que
las acciones u obras del hombre son realmente utiles. La unica cosa que puede
                                               ´         ´
salvar al hombre es su fe ante su estado pecaminoso y una total dependencia en
Cristo. El Jud´ por otro lado, cree que el hombre puede acercarse a Dios al
               ıo,
obedecerle guardando Sus mandamientos.
   El Cristianismo arranca entonces con una idea, mientras que el Juda´
                                                                      ısmo
parte exactamente con la idea opuesta.
    El Juda´
           ısmo parte con la idea de que el hombre es creado “en la imagen de
Dios”. Por tanto no debe ir tan lejos para descubrir lo divino, tanto en s´ mismo
                                                                          ı
como en otros. Hay siempre una oportunidad para despertar lo divino en uno
mismo mediante la observancia de Sus mandamientos. El Jud´ empieza con
                                                                  ıo
esta oportunidad.
   El Cristianismo, por otro lado, parte con la idea de que el hombre es pecador
y depravado. Dejado a su voluntad, el hombre est´ absolutamente condenado.
                                                    a
De manera natural ´l est´ involucrado en lo malo y deber´, por tanto, hacer
                    e     a                                   a
algo para ser salvado de tal maldad.
    La primera pregunta que un cristiano plantea es: “¿Qu´ has hecho para ser
                                                           e
salvado?” Para el Jud´ est´ pregunta casi no tiene sentido alguno. Esta no es,
                       ıo,   a
para nada, la forma jud´ de pensar. El Jud´ pregunta: “¿C´mo puedo servir
                          ıa                ıo                 o
a Dios? ¿C´mo puedo guardar Sus mandamientos?” El enfoque central del Ju-
           o
da´ısmo yace en la observancia de los mandamientos de la Tor´. Vemos al hombre
                                                             a

                                       6
¿Por qu´ no somos cristianos?
                                                        e


y apreciamos su grandeza, porque ´ste puede obedecer estos mandamientos y
                                 e
cumplir con el deseo de Dios.
   El Cristianismo ense˜ a que el hombre es tan malvado que no puede realmente
                        n
servir a Dios. La Tor´ es demasiado dif´ para el hombre. La unica cosa que el
                     a                 ıcil                   ´
hombre puede hacer es creer en Cristo y esperar ser salvado.
    El Jud´ responde que el mismo hecho de que Dios nos entregara mandamien-
          ıo
tos y que nos dijera que los obedeci´ramos nos instruye que, en efecto, podemos
                                    e
servir a Dios y cumplir con Su voluntad. Es impensable que Dios entregara a
Su pueblo una Tor´ si ´sta fuese imposible de guardarla.
                   a e
    A pesar de que todos los disc´
                                 ıpulos de Jes´ s fueron jud´ no pudieron con-
                                              u             ıos,
vencer a sus contempor´neos sobre sus ense˜ anzas. Los primeros dogmas del
                         a                    n
Cristianismo se presentaban m´s cercanos al mundo gentil pagano que al Ju-
                                a
da´ısmo. M´s y m´s, el Cristianismo fue rechazado por los Jud´ y aceptado por
           a       a                                           ıos
los gentiles. Se transform´ hasta constituirse en una iglesia gentil, y su actitud
                           o
hacia los Jud´ se volvi´ m´s y m´s hostil. Busc´ constantemente convertir a
               ıos        o a       a               o
los Jud´ a veces recurriendo incluso a la crueldad y a la fuerza, pero el Jud´
       ıos,                                                                      ıo
se mantuvo firme. El Cristianismo puede haber cambiado la historia humana,
pero nunca pudo ganarse el apoyo de los Jud´ El Jud´ se sostuvo con su
                                                 ıos.       ıo
Tor´ y camin´ por el camino que ella dictaba.
    a          o
    En resumen, hubo dos ense˜ anzas cristianas que el Jud´ jam´s pod´ acep-
                               n                          ıo   a     ıa
tar. El Cristianismo ense˜ o que Dios hab´ asumido forma humana en Jes´ s, y
                         n´              ıa                             u
que la Tor´ ya no ten´ valor. El Jud´ rechaz´ estos dogmas, aun a costa de su
           a          ıa             ıo      o
vida.
   Al rechazar al Cristianismo, el Juda´  ısmo no perdi´ de manera alguna algo
                                                         o
que necesitara espiritualmente. No hab´ nada en (todas) las ense˜anzas de
                                          ıa                             n
Jes´ s que hubiera a˜ adido una letra a la fortaleza de la Tor´. Si el Cristianismo
   u                n                                         a
hizo alguna contribuci´n, fue al mundo no-Jud´
                       o                          ıo.
    El Jud´ sab´ que su Tor´ le prove´ una unica relaci´n con Dios. Todo lo
           ıo    ıa            a        ıa     ´           o
que vi´ en el Cristianismo se presentaba contradiciendo tal relaci´n. Es por esta
      o                                                           o
raz´n que, a lo largo de los siglos, el Jud´ ha encontrado imposible aceptar
   o                                       ıo
las ense˜ anzas del Cristianismo. El ha cre´ con perfecta fe que Dios le ha
        n                                   ıdo
mostrado el camino, y no tiene intensi´n de dejarlo en ning´n momento.
                                       o                     u




                                        7
Para el Jud´ aceptar el Cristianismo involucra mucho m´s que simplemente re-
                 ıo,                                          a
   conocer (como verdadero) a un falso mes´ ıas. Junto con su creencia en Jes´s como
                                                                             u
   el Mes´ıas, el Cristianismo ha alterado muchos de los conceptos fundamentales del
   Juda´ısmo. Aqu´ exploramos las consecuencias Hal´jicas respecto de un Jud´ que
                     ı                                a                        ıo
   abraza el Cristianismo.




          Cuando un Jud´ se vuelve
                        ıo
                 Cristiano
                                         por
                                   Aryeh Kaplan



   El anuncio lo publica, “¡Jud´ıos por Jes´s!”.
                                           u
   Miras el anuncio y te preguntas qu´ est´ sucediendo. Puede que hayas es-
                                        e    a
cuchado o leido sobre ellos. Tu curiosidad se despierta.
   Decides averiguar m´s y hablas con uno de estos extra˜os individuos. Entablas
                      a                                 n
una conversaci´n. Te dice que es un jud´ cristiano - uno de los “Jud´ por
              o                          ıo                              ıos
Jes´ s”.
   u
   Antes que te des cuenta est´ indagando sobre como te sientes respecto a
                                a
tu Judaismo. Quiz´s admitas que encuentras espiritualmente insatisfactorio tu
                  a
Juda´ısmo. Ambos concuerdan en que la t´  ıpica sinagoga liberal a la que fre-
cuentabas representa cualquier cosa menos una experiencia religiosa.
    Admites que en el fondo tu tienes presente que hay una falta de espiritualidad
en tu vida. El simpatiza y te dice que la raz´n por la cual el Juda´
                                             o                     ısmo no satisface
tal necesidad es debido a que has dejado fuera un ingrediente esencial.
    Entonces da la estocada final: lo que t´ necesitas es Jes´ s. Te dice que para
                                          u                 u
ser un verdadero Jud´ tienes que (necesariamente) creer en Jes´ s. S´lo entonces,
                     ıo                                         u o
´l argumenta, puede el Juda´
e                           ısmo proveerte aquella dimensi´n que tu buscas.
                                                            o
   No te dejes enga˜ar.
                   n
    Por los ultimos dos mil a˜ os los cristianos han intentado convertir jud´ a
            ´                 n                                              ıos
su fe. Es un tema prioritario en su marco de creencias. Jes´ s, el objeto central
                                                              u
de sus convicciones, era un jud´ El ense˜ o y predic´ a los jud´
                                 ıo.          n´         o           ıos; mientras
que estos lo rechazaban. ¿C´mo pueden los cristianos justificar sus creencias,
                             o
cuando el propio pueblo al que pertenec´ Jes´ s rehus´ aceptarlo? Conseguir
                                            ıa   u        o
que los jud´ acepten a Jes´ s es, por tanto, una de sus metas m´s importantes.
           ıos              u                                      a
Sin embargo, en nuestra generaci´n, algunos l´
                                   o             ıderes cristianos con alguna luz
han llamado a poner fin a tales actividades misioneras. Tristemente estos l´ ıderes
son ignorados por el creciente “culto” misionero.


                                            8
Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano
                                                         ıo


   Pero podr´ preguntar, “Bueno, ¿por qu´ es tan terrible? En el peor de los
              ıas                         e
casos estar´ creyendo en un Mes´ falso. ¿Qu´ tengo que perder?”.
           e                   ıas          e
   La verdad es que tienes mucho que perder.
   Empecemos por examinar las creencias b´sicas del Cristianismo.
                                         a
    A la par del credo b´sico de que Jes´ s es el Mes´ las doctrinas fundamen-
                        a               u            ıas,
tales del Cristianismo son:
   La Trinidad : De acuerdo a la mayor´ de cristianos, Dios consiste en tres
                                           ıa
personas, el Padre, el Hijo y el Esp´
                                    ıritu Santo.
   La Encarnaci´n: Los cristianos creen que el Hijo, (seg´ n ellos) la segunda
                  o                                       u
parte de la divinidad, vino a la tierra en forma humana en la persona de Jes´ s.
                                                                            u
    Mediaci´n: De acuerdo a su credo, ning´ n hombre puede acercarse a Dios
           o                              u
directamente. Todos deben pasar a trav´s de Jes´ s, el Hijo.
                                      e        u
   Examinemos cuidadosamente estas creencias.
    Un fundamento b´sico para la mayor´ de las sectas cristianas es creer en la
                       a                   ıa
Trinidad. El Cristianismo ense˜ a que Dios consiste en tres personas, el Padre,
                                 n
el Hijo y el Esp´
                ıritu Santo. El Padre es aquel que cre´ el mundo, el Hijo es quien
                                                      o
redime al hombre y el Esp´ ıritu Santo es el miembro de la divinidad que les habla
a los profetas. 1
    Jes´ s mismo se refiri´ a la doctrina de la Trinidad. El Evangelio de Mateo
       u                  o
cuenta que sus ultimas palabras (dirigidas a sus disc´
                ´                                      ıpulos) fueron “Vayan por
tanto y ense˜en a todas las naciones, bautiz´ndolas en el nombre del Padre, y
             n                                a
                   ıritu Santo”2 . Esta creencia en un dios tripartito es doctrina
del Hijo, y del Esp´
b´sica del Cristianismo.
 a
   Los cristianos sostienen que este dios tripartito, al que adoran, es el mismo
que el Dios venerado por los Jud´ıos.
   Esto no es cierto.
  La Biblia establece: “Escucha oh Israel, el Se˜ or es nuestro Dios, el Se˜ or es
                                                n                          n
Uno” (Deut.6:4).
   Dos veces por d´ el Jud´ creyente recita estas palabras. Son la primera
                    ıa,       ıo
cosa que un ni˜ o aprende y lo ultimo que susurra antes de morir. En el dintel de
              n                ´
todo edificio jud´ hay una Mezuz´ proclamando estas palabras. Se las vuelve a
                 ıo                a
encontrar en los Tefil´ colocados diariamente junto al coraz´n y la mente del
                      ın,                                     o
jud´ proclamando esta m´xima del Juda´
   ıo,                     a               ısmo.
   Adorar a cualquier dios tripartito es para un jud´ nada menos que una
                                                    ıo
forma de idolatr´ 3
                ıa.
  1 Credo Niceno.
  2 Mateo  28:19. Todas las citas son de la versi´n King James.
                                                 o
   3 Emunos VeDeyos 2:5-7, Mor´ Nevujim 1:50, Comienzo de Maamar Tejiyas Ha-Mesim
                                  e
(Rambam); Tshuvos Meil Tzedak´ 22, Tshuvos Shaar Ephraim 24, Jasam Sofer sobre Orej
                                   a
Jaim 156:1


                                        9
Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano
                                                           ıo


    Por idolatr´ no s´lo a de entenderse la veneraci´n a un dios de piedra o
               ıa      o                               o
madera. Para un jud´ es idolatr´ aun si el sujeto de adoraci´n es el m´s elevado
                     ıo          ıa                          o        a
de los ´ngeles.4 Dios es el Infinito, Creador de todas las cosas. Quienquiera que
       a
venere a algo o alguien diferente a El, comete idolatr´ 5
                                                      ıa.
    El dios tripartito del Cristianismo no es el Dios del Juda´
                                                              ısmo. Por tanto, des-
de la perspectiva jud´ el Cristianismo bien puede ser considerado una variaci´n
                      ıa,                                                       o
de la idolatr´ıa.
    A pesar de que el Cristianismo emergi´ entre los jud´ fue r´pidamente
                                           o               ıos,     a
adoptado por los paganos del mundo antiguo. Tales paganos cre´ en todo un
                                                                ıan
pante´n de dioses. Fue demasiado para ellos deshacerse de todos esos dioses
      o
              ´
en favor del Unico Verdadero Dios. As´ que los primeros misioneros cristianos
                                       ı
tranzaron con estos paganos introduciendo la Trinidad, una suerte de dios tres-
en-uno. De hecho muchos eruditos cristianos de hoy en d´ ven la Trinidad como
                                                        ıa
el resultado de influencia pagana sobre el Cristianismo.
   Esto podr´ representar un progreso para el pagano; pero, para el jud´ es
             ıa                                                        ıo,
una regresi´n - representa un retroceso hacia la idolatr´
           o                                            ıa.
   Esto parecer´ contradecir el esp´
                ıa                  ıritu jud´ de jam´s atacar otras religiones;
                                             ıo      a
pero, cuando los misioneros est´n esparciendo mentiras acerca del Juda´
                               a                                         ısmo, es
tiempo de desenmascarar tales falsedades. De hecho, varios l´
                                                            ıderes cristianos de
hoy en d´ han denunciado a aquellos misioneros que atacan a los jud´
         ıa                                                            ıos.
   Examinemos ahora un segundo fundamento b´sico del Cristianismo, aquel
                                               a
de la Encarnaci´n. De acuerdo con esta doctrina, Dios en la persona del Hijo
               o
tom´ forma humana en la persona de Jes´ s.
    o                                  u
   No hay mejor expresi´n de lo ultimo que el Credo Niceno, recitado cada
                       o          ´
domingo en la mayor´ de las iglesias. En ´l, el cristiano declara:
                   ıa                    e
    “Creo en un Se˜ or, Cristo Jes´ s, Hijo unico de Dios. Nacido del Padre antes
                    n              u        ´
de todos lo siglos. Dios de Dios, Luz de Luz, Dios Verdadero de Dios Verdadero.
Engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre. Por quien todo fue
hecho, que por nosotros, los hombres y por nuestra salvaci´n baj´ del Cielo. Y
                                                             o     o
por obra del Esp´ ıritu Santo se encarn´ de la Virgen Mar´ y se hizo hombre”.
                                        o                  ıa:
    Los cristianos realmente cre´ que Jes´ s era Dios y, de hecho, esta es una
                                ıan      u
de las doctrinas m´s fundamentales del Cristianismo.
                   a
   Si aceptamos el testimonio de los Evangelios, entonces esta creencia se ori-
gin´ con el mism´
   o            ısimo Jes´ s.
                         u
   Entre otras cosas, Jes´ s dijo:
                         u
   “Todas las cosas que el Padre (i.e. Dios) tiene son mias”.6
   “Mi Padre hasta ahora obra, y yo obro”.7
  4 Yad, Avodas Kojavim 2:1
  5 Kesef Mishn´, Lejem Mishn´ sobre Yad, Teshuv´ 3:7
               e             e                  a
  6 Juan 16:14
  7 Juan 5:17



                                         10
Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano
                                                            ıo


   “Porque el Padre a nadie juzga, mas todo el juicio di´ al Hijo; para que todos
                                                        o
honren al Hijo como honran al Padre”.8
   “Yo y el Padre somos uno”.9
   “El que me ha visto, ha visto al Padre”.10
   De estas acotaciones parece obvio que Jes´ s mismo afirmaba ser Dios. Los
                                             u
misioneros y los “Jud´ por Jes´ s” no te hablan sobre esto. Esperan hasta que
                     ıos       u
hayas caido en sus redes. Pero esta es una de las creencias fundamentales del
Cristianismo.
    Si creer en la Trinidad es idolatr´ entonces, desde la perspectiva jud´ el
                                      ıa,                                 ıa,
concepto de la Encarnaci´n es quiz´s aun m´s objetable. Los dioses paganos
                           o          a        a
descendieron en forma humana, copularon con mortales y engendraron hijos
humanos. Es entendible entonces que muchos historiadores cristianos atribuyan
el concepto de Encarnaci´n a los primeros cristianos quienes intentaban ganarse
                          o
a los paganos para su nueva religi´n (por ello adoptaron este concepto pagano).
                                   o
   Pero, ¿qu´ dice la Biblia acerca de la unidad de Dios?
            e
   Dice:
                    ıa,              ıs           o                 ´
    “Sabre´ este d´ y lo guardare´ en tu coraz´n, que El Eterno, El es el Dios,
          ıs
arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay ning´ n otro” (Deut. 4:39)
                                                      u
   “¿Acaso no lleno cielos y tierra?, dice Dios” (Jer. 25:24)
   “La tierra entera est´ repleta de su gloria” (Isa. 6:3)
                        a
   “Grande es Dios, muy alabado, Su grandeza es insondable” (Sal. 145:3)
   Dios es el Infinito, el Todo Poderoso Creador de todas las cosas. Decir que
cualquier hombre pudiera ser Dios es, para el jud´ el absurdo m´s grande.
                                                 ıo,            a
    La Biblia dice, “Dios no es un hombre para que mienta, ni hijo de hombre
para que se aplaque” (N´m. 23:19). Dios no decide s´ bitamente visitar la tierra
                         u                         u
en un cuerpo humano. Un Dios que llena y sustenta toda la creaci´n no necesita
                                                                 o
visitar nuestro planeta en forma humana. El Talmud de Jerusal´n establece de
                                                               e
manera firme, a la vez que simple, la perspectiva jud´ “Si un hombre afirma
                                                     ıa,
ser Dios, ¡es un mentiroso!”11
   La tercera de las creencias b´sicas del Cristianismo es la de la Mediaci´n.
                                 a                                           o
Esta establece que el hombre no se puede acercar a Dios excepto a trav´s dee
Jes´ s. Toda oraci´n debe ser en el nombre de “Jesucristo nuestro Se˜ or”.
   u              o                                                 n
    Aqu´ nuevamente fue Jes´ s mismo a quien se le adjudica haber proclamado
        ı,                   u
esta doctrina. Abiertamente dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie
viene al Padre si no es por mi”.12
  8 Juan 5:22-23
  9 Juan 10:30
 10 Juan 14:9
 11 Yerushalmi Taanis 2:1 (91). Cf. Mor´ Nevujim 3:15.
                                       e
 12 Juan 14:6



                                          11
Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano
                                                         ıo


  Esta doctrina cristiana va en contra de la mism´
                                                 ısima apertura de los Diez
Mandamientos.
   Los Diez Mandamientos comienzan con las palabras, “Yo soy el Eterno, tu
Dios, que te sac´ de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. No tendr´s
                 o                                                           a
otros dioses delante de Mi”.
    Cuando Dios dice “delante de Mi”, est´ subrayando que tu no debes creer en
                                          a
otra deidad, ni siquiera suponiendo que tambi´n crees en El. Aquel que pone un
                                             e
mediador entre Dios y el hombre es culpable por transgredir este mandamien-
to.13
    Para un hombre que cree en Dios, ¿qu´ necesidad hay de otra deidad? Pero
                                         e
una persona podr´ pensar que Dios est´ tan en lo alto que es inalcanzable sin
                   ıa                  a
un mediador. La apertura de los Diez Mandamientos nos ense˜a que tambi´n
                                                             n             e
esto es idolatr´
               ıa.
   Dios es infinito y omnisciente. Decir que El necesita un mediador para es-
cuchar nuestras oraciones es negar Su infinita sabidur´
                                                     ıa.
   Si Jes´ s realmente hizo las declaraciones grabadas en los Evangelios, en-
          u
tonces se estaba avocando idolatr´ con ´l mismo como deidad. Luego, ¿es de
                                 ıa,     e
sorprenderse porque los Jud´ jam´s lo aceptaron ni como profeta, rabino o
                            ıos     a
maestro?
    El Juda´ısmo es unico entre las religiones del mundo. Casi sin excepci´n, las
                    ´                                                     o
religiones arrancan con un solo individuo, ya sea Jes´ s, o Buda, o Mahoma,
                                                       u
o Confucio, o Lao-tze. Este individuo gradualmente reune un s´quito, ya sea
                                                                   e
a trav´s de “milagros” o por su notable carizma. Pero, desde su comienzo, el
       e
fundamento entero yace en un unico individuo.
                                ´
   El Juda´ ısmo es la excepci´n. No comenz´ con ning´ n individuo. Una naci´n
                              o            o         u                      o
entera, al pi´ del Monte Sina´ escuch´ a Dios presentarse a S´ Mismo.
             e                ı,      o                       ı
   S´lo Dios, hablando a una naci´n entera, pod´ revelar una religi´n ver-
    o                             o             ıa                   o
dadera. Y una vez que Dios habla, “no cambia de parecer”, o rectifica las ver-
dades que El proclam´ como absolutas y eternas.
                    o
   Nuestras creencias fundamentales nos fueron ense˜ adas por Dios Mismo en
                                                     n
    ı.                                                 a                  ´
Sina´ La Biblia dice: “Se os ha mostrado para que sep´is que el Eterno, ¡El es
                                    ´ Desde el cielo El hizo que oyerais Su voz
Dios! ¡No hay ning´ n otro fuera de El!
                   u                                 ´
para ense˜ aros”. (Deut. 4:35).
         n
    No importa cuantos milagros pudiera producir un profeta, ´l no puede cam-
                                                              e
biar este principio b´sico. Si un hombre te dice que cometas idolatr´ es un
                      a                                              ıa,
falso profeta, sin importar cuantas maravillas saque de su sombrero.
   Dios nos advirti´ acerca de esto en la Biblia:
                   o
   “Si se presentare en medio tuyo un profeta o un so˜ador de sue˜ os, y te
                                                           n            n
ense˜ are una se˜ al o una maravilla, y si se produjere la se˜al o maravilla de la
    n           n                                            n
 13 Yad,   Avodas Kojavim 1


                                       12
Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano
                                                            ıo


cual te habl´, diciendo: ‘Vayamos tras los dioses de los otros que no conocisteis
            o
y los adoraremos!’, no obedezc´is las palabras de ese profeta o de ese so˜ador
                               a                                          n
de sue˜ os, pues el Eterno, vuestro Dios, os est´ probando para ver si am´is
       n                                          a                           a
al Eterno, tu Dios, con todo vuestro coraz´n y con toda vuestra alma” (Deut.
                                           o
13:2)
    Dios mismo nos advirti´ acerca de movimientos como el Cristianismo. Aun
                            o
si todos los milagros en los Evangelios fueran reales, no habremos de prestarles
atenci´n alguna. Dios ya nos ha advertido.
      o
   Esto nos trae de vuelta a nuestra pregunta original. ¿Qu´ pierde un jud´ al
                                                           e              ıo
abrazar el Cristianismo?
   La respuesta es: Todo.
    El Cristianismo niega los fundamentos de la fe Jud´ y, quien lo acepta,
                                                           ıa
rechaza la mism´                       ısmo.14 Aun si siguiera guardando todos
                 ısima esencia del Juda´
los rituales, es como si hubiera abandonado completamente el Juda´    ısmo. El
Talmud nos ense˜a: “Quienquiera que acepta la idolatr´ niega toda la Tor´”.15
                 n                                     ıa,                a
    Un jud´ que acepta el Cristianismo pudiera llamarse a si mismo “jud´
            ıo                                                           ıo
cristiano”, pero ya no es m´s un jud´ 16 Ya no puede ser contado como parte
                             a      ıo.
de una congregaci´n Jud´ 17
                  o      ıa.
   La conversi´n a otra fe es un acto de traici´n religiosa. Es uno de los peores
              o                                o
pecados que un jud´ podr´ llegar a cometer. A la par del asesinato y el incesto,
                   ıo     ıa
es uno de los tres pecados capitales que no pueden ser violados ni aun bajo
amenaza de muerte.18
   Los misioneros te dicen: “Cree en Jes´ s y se salvado”.
                                        u
   La verdad es que quien cae en su red se aleja eternamente de su Dios.
   Un jud´ debe dar su vida antes que abrazar el Cristianismo.19
         ıo
    Esto no es mera ret´rica. A trav´s de nuestra historia, a millones de jud´
                        o            e                                       ıos
se les present´ esta elecci´n: La Cruz o la muerte. Invariablemente, escogieron
              o            o
la muerte.
   Los misioneros vienen ahora y predican amor y paz. Pero Jes´s mismo dijo:
                                                               u
“No pens´is que he venido para traer paz a la tierra: no he venido para traer
          e
paz, sino espada”.20
   Fue esta espada la que usaron los Cruzados para eliminar cientos de comu-
nidades Jud´ en el nombre de Jes´ s, el jud´
           ıas                    u        ıo.
 14 Yad, Yesodei HaTor´ 1:6
                       a
 15 Sifrisobre N´m. 15:22 y Deut. 11:28; Yad, Avodas Kojavim 2:4. Cf. Horios 8a
                  u
 16 Yad, loc. cit. 2:5
 17 Pri Megadim, Eshel Abraham 55:4
 18 Sanedr´ 74a
           ın
 19 Teshuvos Rivash 4 y 11, Teshuvos Rab´ Yosef ben Lev 1:15
                                         ı
 20 Mateo 10:34, Cf. Lucas 12:49-51




                                          13
Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano
                                                              ıo


   Fue esta la espada que usaron cuando entraron en Jerusal´n en 1215. Su
                                                                 e
primer acto fue acorralar a todos los jud´ en la sinagoga principal para entonces
                                         ıos
quemarlos vivos.
  Fue esta la espada usada por la Inquisici´n Espa˜ola cuando torturaban a
                                           o      n
muerte a los jud´ en el nombre del “Amor Cristiano”.
                ıos
   Recuerda esto cuando los “Jud´
                                ıos‘por Jes´ s” hablen de paz y amor.
                                           u
    Estos “Jud´ por Jes´ s” podr´ despertar tu curiosidad. Pero tambi´n te
               ıos        u        ıan                               e
deber´ provocar l´stima. Porque est´n viviendo una paradoja. En t´rminos
      ıan          a                   a                           e
reales, “jud´ por Jes´ s” es una contradicci´n.
            ıo       u                      o

                                          ***

   Pero, ¿qu´ con aquel jud´ que ha abrazado el Cristianismo? ¿Qu´ hay de
             e              ıo                                   e
aquel que ya ha aceptado a Jes´ s como su “salvador”?
                               u
   ¿Est´ eternamente cortado para el Juda´
       a                                  ısmo, perdido sin esperanza de re-
denci´n? ¿Est´ totalmente separado de su pueblo y de su Dios?
     o       a
   El Juda´
          ısmo ense˜ a que siempre hay esperanza.
                   n
   No importa cu´n lejos de Dios y de la Tor´ est´s, siempre ser´s aceptado de
                a                           a    e              a
vuelta.
   La Biblia dice:
   “Como que Yo vivo, dice Dios, no deseo la muerte del malvado; sino que se
vuelva de su camino y que viva” (Eze. 33:11).
    “Cuando el malvado se aparte de su pecado, y haga lo que es justo y correcto,
vivir´ por ello” (Eze. 33:19).
     a
   “Que todo hombre se vuelva de su camino, y Yo lo perdonar´” (Jer. 36:3).
                                                            e
    “Si se vuelven a Ti, y confiesan Tu Nombre, y oran... entonces Tu escuchar´s
                                                                             a
en los Cielos, y perdonar´s su pecado” (1 Reyes 8:33-34).
                           a
   Aun a un jud´ que ha abrazado otra religi´n se le da una segunda oportu-
                ıo                           o
nidad. Puede volver a su Juda´
                             ısmo y ser reaceptado por Dios.
   Deber´ repudiar completamente al Cristianismo para toda instancia y com-
         a
prometerse totalmente y sin reservas a su Juda´
                                              ısmo. No necesita ser formalmente
“convertido” de vuelta al Juda´ısmo, pero obviamente corresponde un compro-
miso definitivo. 21
    El Cristianismo es una forma de idolatr´ para el jud´ y corresponde el
                                              ıa         ıo,
arrepentimiento como tal. Nuestros Sabios nos ense˜ an que guardar el Shabat
                                                  n
es particularmente efectivo para tal expiaci´n.22
                                            o
  21 Se recomienda que tal penitente realice el ritual de inmersi´n como un converso. V´ase
                                                                 o                     e
Nimukey Yosef, Yebamos, Rif 16b, “Kedusnav ”, Yor´ De´ 268:12 en Hag´, Turey Zahav Ibid
                                                      e    a            a
267:5, Magen Avraham 325:8. Cf. Avos DeRabbi Nathan 8:8
  22 Shabbos 118b; Tur, Orej Jaim 242



                                            14
Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano
                                                         ıo


                                     ***

   Si encuentras tu vida espiritualmente vac´ carente de experiencia religiosa,
                                              ıa,
entonces necesitas m´s que nunca Juda´
                      a                 ısmo de Tor´. Podr´ estar decepcionado
                                                    a     ıas
por los sustitutos pseudo-intelectuales que ofrecen ciertos rabinos “liberales”.
Puede que jam´s hayas estado expuesto a las ideas profundas del Juda´
                a                                                         ısmo.
Pero est´ all´ y es inspiraci´n para millones de jud´
        a ı                  o                       ıos.
    Puedo disfrutar de un hermoso atardecer y tratar de describ´
                                                               ırtelo. Pero hasta
que abras tus ojos y lo veas por ti mismo, mis palabras son vanas. Tu tienes que
verlo para apreciarlo.
    Puedo describirte la m´s deliciosa fruta. Pero deber´s probarla para apre-
                          a                             a
ciarla.
   Lo mismo ocurre con el Juda´  ısmo. La Biblia nos dice: “Prueba y mira, que
Dios es bueno, feliz es el hombre que Lo abraza” (Sal. 34:9).
   Tu debes realmente vivir el Juda´
                                   ısmo de Tor´ para apreciar su belleza y
                                              a
sabidur´ S´lo cuando tu mismo te sumerjas en ´l, descubrir´s la plenitud de
       ıa. o                                  e           a
su dimensi´n espiritual.
          o




                                       15
Uno de los deberes supremos que tiene un jud´ consiste en traer el mundo de
                                                    ıo
   vuelta a Dios, y transformar la tierra en un lugar de paz, justicia y armon´     ıa.
   Cuando Jes´s fracas´ en ejecutar esto, los primeros cristianos tuvieron que alterar
              u        o
   radicalmente el mism´ ısimo concepto de “Mes´  ıas”. Esto a su vez transform´ al
                                                                                  o
   Cristianismo de una secta mesi´nica (al interior del Juda´smo) en una religi´n
                                  a                            ı                    o
   que es muy ajena a muchas de las ense˜anzas jud´ esenciales.
                                           n           ıas




                    La transici´n de
                               o
                   “Mes´ a “Cristo”
                       ıas”
                                           por
                                    Aryeh Kaplan



   C    reer en la venida del Mes´ ha sido siempre una parte fundamental del
                                  ıas
Juda´ ısmo. Maim´nides cuenta la creencia en el Mes´ como uno de los trece
                  o                                  ıas
principios cardinales del Juda´ısmo. Es un concepto que se repite una y otra vez
a lo largo y ancho de la literatura jud´
                                       ıa.
    En la historia jud´ ha habido muchos individuos que han afirmado ser este
                       ıa
Mes´ El m´s famoso, por supuesto, fue Jes´ s. En consecuencia sus seguidores
     ıas.      a                               u
le dieron el t´
              ıtulo de Cristo. Mashiaj - palabra hebrea para Mes´ - literalmente
                                                                ıas
significa “ungido”. La palabra griega para “ungido” es Cristos y, entonces, Cristo
es realmente otra palabra para referirse al Mes´  ıas.
    A pesar de que los cristianos afirman que Jes´ s fue el Mes´ de los jud´
                                                u             ıas         ıos,
hay un buen n´ mero de diferencias importantes en c´mo miran los jud´ al
                 u                                     o                ıos
Mes´ y en c´mo lo hacen los cristianos. Es de importancia m´xima conocer
    ıas        o                                                a
estas diferencias.


El Mes´ Jud´
      ıas  ıo
   El concepto jud´ de Mes´ es aquel que fue claramente desarrollado por los
                    ıo        ıas
profetas de la Biblia. El es un l´ıder de los jud´ grande en sabidur´ poder y
                                                 ıos,                ıa,
esp´
   ıritu. Es ´l quien traer´ redenci´n plena al pueblo jud´ f´
             e             a          o                   ıo, ısica y espiritual-
mente. A la par, traer´ paz, amor, prosperidad y perfecci´n moral eternos, al
                        a                                  o
mundo entero.
  El Mes´ Jud´ es, en su origen, completamente humano. Nacido de padres
         ıas    ıo
humanos ordinarios, de carne y hueso como todos los mortales.
    Tal como es descrito por el Profeta, el Mes´ es “pleno de sabidur´ y en-
                                                ıas                      ıa
tendimiento, consejo y poder, conocimiento y temor de Dios” (Isa. 11:2). Tiene
instinto de justicia muy especial, o, como el Talmud lo expresa, ´l “huele y juz-
                                                                 e
ga” (Sanedr´n 93b). Puede virtualmente sentir la inocencia o culpabilidad de un
             ı
hombre.

                                             16
La transici´n de “Mes´
                                                    o         ıas” a “Cristo”


   El Profeta (Isa. 11:4 ) avanza para decir que el Mes´ “derrotar´ la tiran´
                                                       ıas        a         ıa
con la vara de su boca, y al malvado con el aliento salido de sus labios”. La
maldad y la tiran´ no podr´n permanecer de pi´ delante del Mes´
                 ıa          a                   e              ıas.
    Sin embargo, el Mes´ es principalmente un rey de paz. Nuestros Sabios
                          ıas
por tanto nos ense˜ an (Derej Eretz Zuta 1 ): “Cuando el Mes´ sea revelado a
                    n                                           ıas
Israel, abrir´ su boca s´lo para la paz. Est´ entonces escrito (Isa. 52:7), ‘Cu´n
             a          o                   a                                  a
hermosos sobre las monta˜ as son los pies del mensajero que anuncia paz’ ”.
                            n
    La primera tarea del Mes´ es redimir a Israel del exilio y servitud. Al
                              ıas
hacerlo, tambi´n redimir´ al mundo entero de la maldad. Opresi´n, sufrimiento y
              e         a                                     o
guerra ser´n abolidas. La humanidad ser´ entonces perfeccionada, y los pecados
           a                            a
del hombre contra Dios, as´ como las transgresiones del hombre en contra de
                            ı
sus cong´neres, ser´n eliminados. Todas las formas de guerra y conflicto entre
         e         a
naciones desaparecer´n en la era Mesi´nica.
                     a               a
    M´s aun, el Mes´ Jud´ atraer´ a todos los pueblos a Dios. Esto est´ ex-
      a               ıas ıo     a                                    a
presado con m´xima claridad en el rezo Alenu, que concluye cada uno de los
                a
tres servicios diarios:
    “Sea perfeccionado el mundo bajo el reino del Alt´
                                                     ısimo. Que todos los hu-
manos clamen Tu Nombre y se vuelvan a Ti todos quienes hacen maldad en el
mundo. Que cada uno sobre la tierra sepa que toda rodilla debe doblarse ante
Ti... y que todos acepten el yugo de Su reino”.
   Encontramos un pensamiento muy similar en la Amid´ (de las Festividades
                                                         a
Mayores), donde rezamos, “Que todas las criaturas se inclinen ante Ti y formen
un unico bando para hacer Tu voluntad con coraz´n perfecto”.
   ´                                            o
    El Mes´ Jud´ tendr´ entonces la tarea de perfeccionar el mundo. Red-
          ıas    ıo       a
imir´ al hombre de la servitud, opresi´n y de su propia maldad. Habr´ gran
     a                                 o                                 a
prosperidad material en el mundo, y el hombre ser´ restaurado a una existencia
                                                  a
Ed´nica donde podr´ disfrutar de los frutos de la tierra sin mayor esfuerzo.
   e                a
    En la Era Mesi´nica, el pueblo jud´ residir´ libremente en su tierra. Fi-
                    a                    ıo     a
nalizar´n los exilios, todos los jud´ retornar´n a Israel. Esto provocar´ que
       a                            ıos       a                          a
todas las naciones reconozcan al Dios de Israel y acepten la verdad de Sus
ense˜ anzas. Entonces el Mes´ no ser´ s´lo el Rey de Israel sino que, en cierto
     n                        ıas       a o
modo, gobernar´ sobre todas las naciones.
                a
    Ultimadamente, la redenci´n viene de Dios solamente, y el Mes´ es s´lo un
                               o                                  ıas    o
instrumento en Sus manos. El Mes´ es un ser humano, de carne y hueso como
                                   ıas
todos los mortales. Es, sin embargo, lo m´s excelso del g´nero humano y, como
                                          a              e
tal, estar´ engalanado con las m´s altas virtudes que un mortal puede alcanzar.
          a                      a
   Aun cuando el Mes´ puede alzarse al tope de la perfecci´n humana, es
                      ıas                                 o
todav´ humano. El reino del Mes´ Jud´ es definitivamente “de este mundo”.
     ıa                        ıas  ıo
   El Juda´ısmo es una religi´n con base en un pueblo que sirve a Dios. Es del
                             o
jud´ que las ense˜ anzas de Dios emanan a toda la humanidad. La redenci´n
   ıo             n                                                        o
de Israel deber´ por tanto preceder a la del resto de la humanidad. Antes de
               a

                                       17
La transici´n de “Mes´
                                                      o         ıas” a “Cristo”


que Dios redima al mundo, deber´ redimir a Su oprimido, sufrido, exiliado y
                                 a
perseguido pueblo, haci´ndolos volver a su propia tierra y restaur´ndoles su
                       e                                          a
estado.
    La promesa final, sin embargo, no est´ limitada s´lo a Israel. La redenci´n del
                                        a           o                       o
pueblo jud´ est´ fuertemente vinculada a la emancipaci´n de toda la humanidad
           ıo a                                          o
as´ como a la destrucci´n de la maldad y la tiran´ Es la primera etapa en
  ı                     o                            ıa.
el retorno a Dios del hombre, donde toda la humanidad estar´ unida como
                                                                   a
un “´ nico bando” para cumplir con el prop´sito divino. Este es el “Reino del
      u                                      o
Alt´ısimo” en la Era Mesi´nica.
                          a
   A pesar de que el Mes´ podr´ ocupar un rol central en este “Reino de los
                            ıas     ıa
Cielos”, ´l no es la figura principal. Esta posici´n puede pertenecerle unicamente
         e                                       o                     ´
a Dios.
   Este es, en breve, el concepto del Mes´ Jud´
                                         ıas  ıo.


El Mes´ Cristiano
      ıas
   La figura principal en el Cristianismo es su Mes´ Su mismo nombre indica
                                                  ıas.
que el Cristianismo est´ completamente centrado-basado en la personalidad del
                       a
Mes´ Como se dijo anteriormente, el nombre “Cristo” viene de Cristos, el
    ıas.
vocablo griego para Mes´ Los Cristianos son entonces aquellos que hacen a la
                         ıas.
persona del Mes´ lo central de sus ense˜anzas.
                 ıas                     n
    La primera de las diferencias mayores entre los jud´ y los primeros cris-
                                                       ıos
tianos era que los cristianos cre´ que el Mes´ ya hab´ venido, mientras que
                                 ıan         ıas       ıa
los jud´ cre´ que todav´ estaba por venir. Al principio, este era el principal
       ıos   ıan            ıa
punto de controversia.
    Los jud´ planteaban una gran objeci´n al Mes´ Cristiano que yac´ en el
           ıos                               o           ıas                  ıa
hecho de que ´l hab´ fallado. El Juda´
               e      ıa                  ısmo siempre ha ense˜ ado que el Mes´
                                                                  n                ıas
redimir´ a Israel en un sentido pol´
        a                          ıtico, y Jes´ s fall´ pues no cumpli´ con esto. En
                                               u       o               o
cambio, ´l fue azotado y humillado como el com´ n de los rebeldes, y finalmente
         e                                           u
fue crucificado a la par de dos ladrones ordinarios.
    ¿C´mo pod´ ser reconciliada la carrera de Jes´ s con el cuadro glorioso que
       o        ıa                                 u
sobre el Mes´ hab´ sido ense˜ado por los Profetas de Israel? Los primeros
             ıas     ıa           n
cristianos enfrentaron este dilema y, al justificar a Jes´ s como el Mes´
                                                         u                ıas, al-
teraron radicalmente el concepto entero. Estas nuevas ideas Mesi´nicas fueron
                                                                    a
desarrolladas en los escritos de Juan y, m´s aun, en las Ep´
                                          a                 ıstolas de Pablo.
   Si buscamos en estas fuentes, encontramos una transici´n gradual. El Mes´
                                                         o                 ıas
de los Jud´ progresivamente se transform´ en el Cristo de los Cristianos. Se
          ıos                               o
puede seguir el rastro en una serie de pasos l´gicos.
                                              o

   1. Jes´ s fall´ totalmente en redimir pol´
          u      o                          ıticamente a los Jud´ y, por tanto,
                                                                ıos
      los primeros cristianos no pod´ seguir teniendo esto como una tarea del
                                      ıan
      Mes´ A la redenci´n hab´ que darle otro significado. Ense˜ aron por
           ıas.             o      ıa                                n

                                         18
La transici´n de “Mes´
                                                o         ıas” a “Cristo”


  tanto que su misi´n no era redimir al hombre de su opresi´n pol´
                   o                                       o     ıtica, sino
  solamente de su maldad espiritual.
2. Una vez que la misi´n del Mes´ fue redefinida, tambi´n pod´ ser ex-
                         o            ıas                     e      ıa
   pandida. La opresi´n pol´
                       o     ıtica era un problema especial de los Jud´ pero
                                                                      ıos,
   la maldad espiritual ten´ alcances mundiales. Los primeros cristianos em-
                            ıa
   pezaron entonces a ense˜ar que Jes´ s hab´ venido para redimir al mundo
                            n             u   ıa
   entero. Rechazaron la visi´n de que ´l vendr´ primero a redimir al pueblo
                               o           e     ıa
   jud´ y a su tierra, y de que s´lo entonces redimir´ al resto del mundo.
       ıo                           o                   ıa
   El reino del Mes´ es por tanto universal, pero s´lo espiritual. Entonces
                     ıas                              o
   el reino de Jes´ s “no es de este mundo”.
                  u
3. Jes´ s hab´ sido azotado y humillado como un rebelde com´ n. Sus seguidores
      u      ıa                                             u
   sintieron, sin embargo, que ´l hab´ predicado unicamente arrepentimiento
                               e     ıa           ´
   y buenas obras y, por tanto, no pod´ ser un rebelde com´ n. Se vieron con-
                                        ıa                u
   frontados entonces con una cuesti´n tan dif´ como importante. Si Jes´ s
                                      o        ıcil                        u
   era el verdadero Mes´ entonces ¿por qu´ Dios permiti´ que sobrellevara
                        ıas,                 e            o
   tan horrendo sufrimiento? ¿Por qu´ fue sometido a la crucifixi´n, la m´s
                                        e                         o        a
   dolorosa y vergonzosa de todas las muertes? ¿Por qu´ Dios no lo salvo de
                                                        e
   todo esto?

  Para sus seguidores s´lo pod´ haber una respuesta. El hecho que Jes´ s
                       o       ıa                                          u
  fuera azotado, humillado y crucificado ten´ que ser la voluntad de Dios.
                                            ıa
  Pero aun quedaba una pregunta en el tintero. Si Jes´ s no peco, ¿qu´ prop´sito
                                                     u                e    o
  habr´ en tal sufrimiento y muerte? Para esto, los primeros cristianos hal-
       ıa
  laron una soluci´n de lo m´s ingeniosa. La unica respuesta pod´ ser que
                  o         a                ´                      ıa
  ´l hab´ sufrido y muerto debido a los pecados de la humanidad.
  e      ıa

  Pero el punto no estaba completamente resuelto. ¿No hab´ habido muerte
                                                           ıa
  y sufrimiento antes de esto? ¿Por qu´ ten´ que morir el mism´
                                      e     ıa                ısimo Cristo?
  ¿Qu´ pecado era tan grande que requer´ su sacrificio?
      e                                    ıa

  Los primeros cristianos respondieron que era necesario para expiar el peca-
  do de Ad´n. Toda la humanidad descend´ de Ad´n as´ que todos hered-
            a                               ıa       a    ı
  aban su pecado. Este “pecado original” no pod´ ser borrado con buenas
                                                  ıa
  acciones, ni con el sufrimiento humano habitual. La unica cosa que pod´
                                                       ´                   ıa
  eliminarlo era la muerte de Jes´ s.
                                  u

  Por tanto el Mes´ de los cristianos voluntariamente avanz´ hacia una des-
                  ıas                                        o
  graciada muerte dolorosa y con el prop´sito de que la humanidad pudiera
                                         o
  ser redimida de este “pecado original”. La humanidad est´ por tanto red-
                                                            a
  imida de la maldad, el pecado, sufrimiento, muerte y las fuerzas de Sat´n;
                                                                         a
  todo solamente por la sangre de Cristo.

  Respaldo para esta creencia fue encontrado en el cap´   ıtulo 53 de Isa´
                                                                         ıas,
  donde el Profeta habla del siervo sufriente de Dios quien “carg´ con o
  el pecado de muchos”. En vez de interpretarlo en referencia al pueblo
  perseguido, Israel, los primeros cristianos afirmaron que se refer´ a Jes´ s.
                                                                   ıa     u

                                   19
La transici´n de “Mes´
                                                  o         ıas” a “Cristo”


4. Pero la pregunta de por qu´ la carrera del Redentor termin´ con tan
                                  e                                  o
   vergonzosa muerte, permanec´ La historia necesitaba una continuaci´n.
                                   ıa.                                      o
   Tal ep´ılogo hall´ asidero en otra creencia jud´ tradicional: la Resurecci´n
                    o                             ıa                         o
   de los Muertos. Los primeros cristianos ense˜ aron entonces que Jes´ s se
                                                   n                      u
   hab´ levantado de los muertos y, por tanto, que era el primero en as´
       ıa                                                                      ı
   hacerlo. Por tanto Jes´ s no es mortal como los otros hombres.
                           u
5. Los seguidores de Jes´ s no pod´ permitirse decir que Dios hab´ forzado
                         u        ıan                              ıa
   este sufrimiento y muerte sobre su Mes´ Por tanto ten´ que argumen-
                                          ıas.             ıan
   tar que el deseo de (su) Mes´ era exactamente el deseo de Dios, aun
                                 ıas
   cuando le llevara a la crucifixi´n. Pero, ¿c´mo podr´ un simple mortal
                                   o           o        ıa
   sobrellevar tal sufrimiento? Los primeros cristianos replicaron que Jes´ s
                                                                          u
   no era un simple mortal. Puesto que su voluntad estaba particularmente
   conectada con la de Dios, Jes´ s ten´ que estar conectado con Dios tam-
                                 u     ıa
   bi´n de un amanera particular.
     e
6. Durante su vida, Jes´ s a menudo hablo de Dios como “mi Padre en los
                          u
   Cielos”. Para los jud´ esta era una frase po´tica de uso cotidiano, y de
                         ıos,                     e
   hecho todav´ se la usa en los rezos jud´ Para los gentiles paganos, sin
                ıa                           ıos.
   embargo, ten´ connotaciones mucho m´s literales. Los griegos ya pose´
                 ıa                         a                               ıan
   leyendas acerca de hombres que hab´ sido engendrados por dioses que
                                          ıan
   hab´ visitado a mujeres mortales. Leyendas como estas se hab´ disem-
       ıan                                                           ıan
   inado incluso respecto a eminencias como Plat´n, Pit´goras y Alexander
                                                    o      a
   el Grande. ¿Por qu´ tendr´ Jes´ s que ser algo menos? Interpretaron en-
                       e      ıa    u
   tonces la expresi´n po´tica casi literalmente para explicar que Jes´ s ten´
                    o      e                                            u     ıa
   realmente una relaci´n gen´tica con Dios. Jes´ s vino consecuentemente a
                         o     e                  u
   ser el “hijo de Dios”, concebido cuando el Esp´  ıritu Santo visit´ a Mar´
                                                                     o       ıa.
   En tanto que “hijo de Dios”, Jes´ s no era susceptible a pecar ni siquiera
                                      u
   a morir.

   La muerte de Jes´ s fue por tanto temporaria. La unica raz´n por la que
                        u                                ´         o
   fue necesaria fue para expiar el pecado de Ad´n. Sus seguidores ense˜aron
                                                    a                      n
   que Jes´ s hab´ resucitado para la eternidad y que hab´ ascendido al
           u        ıa                                           ıa
   cielo. All´ ´l se sienta “a la diestra de Dios”, aun m´s alto que los ´ngeles.
             ıe                                          a               a

   Este fue el primer paso hacia la deidificaci´n de Jes´ s, y no fue muy dif´
                                              o        u                    ıcil
   para el mundo pagano dar el segundo paso. A Jes´ s se le atribu´ frases
                                                      u               ıan
   como “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). Hab´ tambi´n hablado de
                                                        ıa        e
   “El Padre, el Hijo y el Esp´ıritu Santo” (Mateo 28:19). Fue f´cil para los
                                                                    a
   cristianos paganizados ver a estos tres como iguales e identificar a Jes´ su
   con el “Hijo”.

   Jes´ s vino a ser por tanto Dios-hombre — una persona con dos natu-
       u
   ralezas. El es Dios y hombre al mismo tiempo. Como consecuencia, los
   cristianos pronto se vieron a s´ mismos hablando de Mar´ como la “madre
                                  ı                       ıa
   de Dios”.


                                     20
La transici´n de “Mes´
                                                    o         ıas” a “Cristo”


  7. Sin embargo todav´ hab´ profec´ mesi´nicas que Jes´ s no hab´ cumpli-
                        ıa    ıa      ıas     a           u         ıa
     do. Los primeros cristianos ense˜ aron por tanto que regresar´ al mundo
                                      n                           a
     nuevamente, la “segunda venida”. Ocurrir´ entonces el D´ del Juicio y
                                                a              ıa
     Jes´ s, habiendo tomado su lugar a la “derecha de su Padre”, juzgar´ a
        u                                                                 a
     todo hombre que haya pasado por la tierra. Aquellos que creyeron en ´l e
     ser´n justificados, y los que no ser´n eternamente condenados al infierno.
        a                               a

     Es s´lo despu´s de este juicio que Sat´n ser´ vencido. El mal terminar´ en-
         o         e                       a     a                            a
     tonces, el pecado se desvanecer´, y no habr´ m´s muerte. Los poderes de
                                      a           a a
     la oscuridad ser´n entonces eliminados, y el reino de los cielos ser´ estable-
                     a                                                   a
     cido.

  8. Hasta entonces, en este mundo toda oraci´n debe ser dirigida a Jes´ s. El
                                                 o                        u
     cristiano por tanto concluye todo rezo “en el nombre Jesucristo nuestro
     Se˜ or”. En este sentido, Jes´ s es el mediador entre Dios y el hombre.
        n                         u

                                      ***

    Esto es, en esencia, lo que los primeros cristianos le hicieron al concepto
jud´ de Mes´ El Mes´ ces´ de ser un simple hombre y traspas´ los l´
    ıo        ıas.       ıas   o                                    o     ımites
de mortalidad. Ellos ense˜ aron que el hombre no puede redimirse a s´ mismo
                           n                                            ı
del pecado y, por tanto Dios, vestido como Mes´ ten´ que derramar de su
                                                 ıas,    ıa
propia sangre para redimir a la humanidad. Puesto que Jes´ s no cumpli´ con
                                                             u             o
las profec´ mesi´nicas m´s importantes, ellos esperaban la “segunda venida”
          ıas      a        a
para completar esta tarea.
   Al principio los cristianos esperaban que esta “segunda venida” se diera
pronto y oraron pidiendo poder presenciarla con sus propios ojos. Cuando su
oraci´n no fue escuchada, empezaron a pensar que se dar´ mil a˜ os despu´s
     o                                                     ıa      n        e
de la muerte de Jes´ s. Este fue el milenio o “reino de mil a˜os”. Finalmente,
                   u                                          n
cuando pasaron mil a˜ os y puesto que Jes´ s no hab´ venido, pospusieron su
                      n                     u         ıa
“segunda venida” para un futuro indefinido.
    Vemos entonces que los primeros cristianos fueron forzados a alterar radical-
mente el concepto jud´ de Mes´ para poder justificar el fracaso de Jes´ s. Esto,
                     ıo       ıas                                       u
ali˜ado por la influencia pagana de la primera iglesia dio lugar a un concepto
   n
totalmente ajeno al Judaismo.


Reacci´n jud´
      o     ıa
   No es muy dif´ entender porqu´ los Jud´ rechazaron totalmente los
                   ıcil              e       ıos
planteos del Cristianismo.
   Para empezar, los Jud´ ten´ una tradici´n bien sustentada en las ense˜ anzas
                         ıos   ıan         o                            n
de los Profetas, de que el Mes´ traer´ cambios mayores al mundo. El “reino
                              ıas    ıa
espiritual” de ninguna manera cumpl´ estas profec´ Adem´s la idea de una
                                    ıa           ıas.     a
“segunda venida” no ten´ fuerza pues no tiene base alguna en la literatura
                          ıa
b´
 ıblica.

                                       21
La transici´n de “Mes´
                                                     o         ıas” a “Cristo”


   Ante todo, el jud´ no encontr´ evidencia alguna que respaldara la afirmaci´n
                    ıo          o                                           o
de Jes´ s (de que era el Mes´
      u                     ıas). Por otro lado, la carencia de ´xito de Jes´ s
                                                                e           u
jugaba en su contra.
   Sin embargo y aun m´s importante era el hecho que los cristianos hab´
                          a                                              ıan
desarrollado su creencia en Jes´ s de manera tal que alteraron radicalmente
                                u
muchas de las creencias jud´ m´s importantes. Incluso un concepto tan b´sico
                            ıas a                                      a
como la unidad de Dios fue amenazado por sus ense˜ anzas. Aun si fuera algo
                                                   n
concreto el Mesianismo de Jes´ s, las consecuencias l´gicas tendr´ que ser
                                u                    o           ıan
rechazadas.
    Los primeros cristianos intentaron justificar su contenci´n mediante hallaz-
                                                                o
gos en las Escrituras jud´ Navegaron sutilmente por la Biblia entera buscando
                          ıas.
evidencias, aunque fueran endebles, para probar tanto que Jes´ s era el Mes´
                                                                    u            ıas
como que su estructura l´gica completa concordaba con las antiguas ense˜ anzas
                           o                                                 n
jud´ En muchos casos, no fueron m´s all´ de presentar versos fuera de con-
   ıas.                                   a    a
texto, cambiar textos, e incluso traducirlos de mala manera, con el prop´sito de
                                                                            o
sustentar su punto. Uno no necesita m´s evidencia que el hecho de que la may-
                                          a
or´ de los eruditos (b´
  ıa                   ıblicos) cristianos rechazan totalmente todas las “pruebas”
de los primeros cristianos. En efecto, algunas de las mejores refutaciones a estas
“pruebas” pueden se halladas en comentartios b´    ıblicos cristianos de actualidad.
    Un punto de lo m´s grave era que el Cristianismo intent´ establecerse como
                     a                                     o
el nuevo “Israel” y mir´ a los jud´ como ya rechazados por su Dios. Ense˜o
                       o          ıos                                       n
por tanto que el Judaismo era una religi´n corrupta y agonizante, con pocas
                                         o
espectativas de crecimiento y ´xito.
                              e
    Por su parte, sobre este punto, los jud´ antes que hablar hicieron. Lo refu-
                                           ıos
taron generando uno de los per´  ıodos de mayor creatividad de su historia. El
alcance completo de la literatura Talm´ dica fue desarrollado esencialmente du-
                                         u
rante los primeros a˜os de la Era Com´ n.
                     n                   u
    Entonces, para el jud´ la mayor refutaci´n al cristianismo era el hecho de
                         ıo,                 o
que el Juda´ısmo mismo permaneci´ vivo y vital. El jud´ ha encontrado que
                                   o                     ıo
puede tanto existir como florecer sin tener que aceptar las creencias cristianas.
El cr´e que el Mes´ est´ todav´ por venir y que, al mismo tiempo, la verdad
     e             ıas   a      ıa
se conocer´ y ser´ justificada ante el mundo.
          a      a




                                        22
El perfil del movimiento “Jud´ por Jes´s” est´ sustentado por el movimiento
                                ıos        u       a
   ecum´nico. Tal movimiento tiene precedentes antiguos y peligrosos para el jud´
        e                                                                       ıo.




               Ecumenismo y di´logo
                              a
                    1263 E.C.
                                         por
                                     Berel Wein



   L    os vientos de cambio que el Vaticano II despleg´ en el mundo cristiano
                                                            o
est´n comenzando a sentirse. Y aun cuando la posici´n de la Iglesia Cat´lica
   a                                                       o                      o
respecto a los Jud´ y al Juda´
                    ıos          ısmo no presenta a´ n cambio sustantivo alguno,
                                                      u
la nueva metodolog´ de la Iglesia para tratar el problema que le representa
                      ıa
el pueblo de Israel ha empezado a emerger. El principal puente que la Iglesia
espera usar al expandir una relaci´n positiva con el pueblo jud´ especialmente
                                    o                              ıo,
en los Estados Unidos, es el de foros abiertos y di´logo. La Iglesia est´ ahora muy
                                                    a                    a
interesada en promover la discusi´n p´ blica y abierta entre Jud´ y Cristianos
                                   o u                               ıos
sobre las diferencias y similaridades de las dos religiones principales de occidente.
Al hacerlo, la Iglesia ha hallado respuesta en ciertos c´    ırculos jud´ıos, una vez
m´s, particularmente aqu´ en los Estados Unidos. A diferencia de la Juder´
  a                          ı                                                       ıa
Ortodoxa, las agencias que representan a las alas Conservadora, Reformista y
secular de la juder´ han comprometido su participaci´n en este di´logo. [La
                     ıa                                      o             a
excepci´n de la Ortodox´ es notable por dos razones. Primero, es una de las
         o                 ıa
pol´ıticas en que toda la Ortodox´ est´ de acuerdo. Segundo, la posici´n de
                                    ıa     a                                    o
la Ortodox´ perturba tanto a los participantes cristianos como a los jud´
             ıa                                                                     ıos
no-ortodoxos: no tener la cooperaci´n y bendici´n del jud´ tradicional (cuya
                                       o             o          ıo
participaci´n - todos sienten - dar´ real sustancia a tal intercambio) evidencia
            o                       ıa
una falta de valor del di´logo.]
                          a
   Sin embargo, la idea de un “di´logo” entre Jud´ y Cristianos no es un
                                    a                ıos
invento del siglo veinte sino que fue ya explorada siglos atr´s (obviamente en
                                                             a
un entorno distinto y bajo otras circunstancias).
    El ejemplo m´s famoso de un intercambio de este tipo es el debate que tuvo
                  a
lugar en la ciudad de Barcelona, Espa˜a, en el a˜ o 1263. Cuando Jaime I de
                                        n          n
Arag´n se sent´ en el trono del norte de Espa˜a, el esp´
     o         o                             n          ıritu de dominio cristiano
sobre el mundo civilizado empez´ a percibirse en el aire. M´s de setecientos
                                   o                             a
a˜os han pasado desde entonces, pero en las memorias de ese di´logo escritas
 n                                                                  a
por Rab´ Mosh´ ben Najman (comunmente llamado Ramban y, en el mundo
         ı      e
no-jud´ Najm´nides), y preservadas en fuentes jud´ y gentiles, uno siente
       ıo,      a                                      ıas
las emociones de ese momento en Barcelona y un sentimiento de actualidad y
relevancia invade al lector de tales memorias. Porque aqu´ vertidos sobre un
                                                            ı

                                           23
El Verdadero Mashiaj
El Verdadero Mashiaj
El Verdadero Mashiaj
El Verdadero Mashiaj
El Verdadero Mashiaj
El Verdadero Mashiaj
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El Verdadero Mashiaj

  • 1. i ¿EL VERDADERO MES´ IAS? Una respuesta Jud´a ı a los Misioneros *** ARYEH KAPLAN Traducido por Juan R. Mayorga Z., PhD. Publicado por JEWS FOR JUDAISM, 2795 Bathurst St, PO Box 41032 Toronto, ON Canada M6B 4J6. Phone (416) 789-0020 E-mail: toronto@jewsforjudaism.org www.jewsforjudaism.org c 1976 por National Conference of Synagogue Youth, (NCSY) c Nueva Edici´n 1985 por NCSY o c Edici´n Jews for Judaism en Espa˜ol 2007 por Orthodox Union (OU) y o n NCSY en cooperaci´n con Jews for Judaism. o Todos los derechos reservados. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicaci´n puede ser o copiada electr´nicamente, ni fotocopiada, ni reproducida por m´todo alguno o e sin permiso escrito de parte del due˜ o de los derechos. n Puede ser descargado gratuitamente en formato PDF desde www.jewsforjudaism.org Esta edici´n ha sido impresa con permiso de Orthodox Union y NCSY, 11 o Broadway, New York, NY 10004 - Phone 212.563.4000 - www.ou.org
  • 2. Aryeh Kaplan ¿El Verdadero Mes´ ————————————— ıas? Una respuesta jud´ a los misioneros ıa ————————————— ii
  • 3. ´ TRADUCCION AL CASTELLANO: Dr. Juan R. Mayorga Z. Universidad Tecnol´gica Indoam´rica, Ambato - Ecuador o e P´ginas web: http://jmayorga.wordpress.com , http://noajidas.org a E-mail: jrmayorgaz@gmail.com, JuanMayorga@uti.edu.ec ASESORAMIENTO DE TRADUCCION: ´ Lcdo. Yehuda Ribco P´ginas web: http://SerJudio.com , http://fulvida.com a E-mail: carta@serjudio.com Esta traducci´n fue llevada a cabo con todo temor y amor hacia el Creador, Dios o de Israel. El traductor y su esposa, Do˜ a Carmen Mercedes Hermoza Ramos, n dedican este trabajo a sus amigos y hermanos: Do˜ a Giovanna Ximena Hermoza Ramos n y Don V´ ıctor Santiago O˜ate Ter´n. n a “¡Quiera Dios derramar siempre y en abundancia de Su bondad y misericordia sobre ellos! Quiera Dios bendecirlos con salud f´ ısica, mental y espiritual todos sus d´ en la tierra. ıas Que en su hogar viva la paz y sobreabunde la descendencia. Que reciban todo lo bueno en Este Mundo y en el Mundo por Venir.” ¡Baruj Hashem! iii
  • 4. Contenido Una gu´ pr´ctica para tratar el problema del Misionerismo ıa a 1 ¿Por qu´ no somos cristianos? e Aryeh Kaplan 4 Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano ıo Aryeh Kaplan 8 La transici´n de “Mes´ o ıas” a “Cristo” Aryeh Kaplan 16 Ecumenismo y di´logo - 1263 E.C. a Berel Wein 23 ¿Fue Jes´s el Mes´ u ıas? ¡Examinemos los hechos! Pinchas Stolper 31 Jes´s y la Biblia u Aryeh Kaplan 38 Contempla al hombre: el verdadero Jes´s u Aryeh Kaplan 44 El verdadero Mes´ ıas Aryeh Kaplan 49 Mi camino de regreso - la historia de una chica como le fue contada a Aryeh Kaplan 61 Addendum 65 iv
  • 5. Muy a menudo, por tratar de responder al reto misionero, uno puede ejecutar ciertos procesos que, a pesar de verse l´gicos, (de hecho) nos ponen en bandeja de o plata ante los misioneros. Por ello, un grupo de l´ıderes de la comunidad jud´ han ıa preparado estos lineamientos para tratar con misioneros (y sus seguidores) sobre terreno. Una gu´ pr´ctica para tratar el ıa a problema del Misionerismo 1. Usted no va a ganar corazones para la Tor´ al intentar convencer a otros a de que las afirmaciones del Cristianismo son falsas. Invierta su tiempo aprendiendo, ense˜ ando y explicando el significado que conlleva la Tor´ y n a sus Mitzvot. Mejor a´ n, invite a aquella persona que est´ en b´ squeda de u a u valores religiosos a un Shabat´n, o a su hogar para Shabat. Deje que la o verdad y belleza de la Tor´ (y su forma de vida) guien a las personas al a camino correcto. 2. No discuta con misioneros. No de cr´dito ni dignidad a tales esfuerzos por e ganar almas. Hay millones de cristianos no-practicantes quienes son mejor blanco para tales misiones. 3. Los misioneros son usualmente fan´ticos de mente cerrada. Est´n entrena- a a dos para responder a sus argumentos mec´nicamente y casi de memoria. a Si no pueden manejar su objeci´n, entonces la desviar´n poniendo en el o a tapete otro punto, y otro m´s... Aun si usted gana, realmente pierde. a 4. No debata, ni dialogue, ni discuta con misioneros. A menudo los misioneros se esfuerzan por conseguir que jud´ se involucren en debates p´ blicos. ıos u No caiga en este ardid pues es totalmente in´ til. Sobre todo, no invite u como conferencistas a misioneros (ni a sus seguidores) a eventos que cuen- tan con auspicio jud´ Tal hospitalidad no hace m´s que proveer dignidad ıo. a institucional y legitimidad a la causa misionera. Por otro lado, no ataque p´ blicamente ni (peor aun) agreda a los misioneros; esto s´lo sirve para u o pintarlos con un aura de martirio, as´ perdemos. Nuestra obligaci´n esen- ı o cial es apuntalar nuestro Juda´ ısmo. 5. No se deje enga˜ ar por la palabrer´ cristiana (pseudo) jud´a. Algunos n ıa ı grupos misioneros apuntan espec´ ıficamente a los jud´ con la ret´rica de ıos o que aquellos que se les unen se “completan” o “realizan” como jud´ ıos. Es patente la incompatibilidad de esta afirmaci´n con las tradiciones y o convicciones jud´ıas. Cualquier conversi´n al Cristianismo o a cualquier o otra fe es un abandono del Juda´ ısmo. Sin duda tenemos que esforzarnos por retornar a individuos errantes a su propia fe y a su propia comunidad (de una manera c´lida, basada en el amor). a 1
  • 6. Una gu´ pr´ctica ıa a contra el Misionerismo 6. No pierda su compostura. El estilo de los misioneros es normalmente afa- ble, demostrando compostura. Im´ ıtelos. Cuando lleguen a su puerta con una sonrisa, responda amablemente - firmemente pero sin recriminaci´n -o “No gracias, no estoy interesado”, o alguna frase igual de breve y definiti- va. 7. Emp´pese de los hechos. Obtener informaci´n fidedigna es un paso indis- a o pensable. Ning´ n plan de acci´n puede ser puesto en marcha hasta que u o se tenga una buena imagen de la situaci´n en la comunidad. ¿Est´n los o a jud´ por ser jud´ siendo objeto de proselitismo misionero? ¿Qui´nes ıos, ıos, e son los misioneros y cu´les son sus bases de operaciones o fuentes de es- a tos? ¿Bajo qu´ circunstancias y por qu´ medios fluye el misionerismo - en e e escuelas, cafeter´ a trav´s de los medios de comunicaci´n, en reuniones ıas, e o de oraci´n, en grupos hogare˜os de estudio, bibliotecas m´viles? o n o 8. Plan´e una estrategia y una metodolog´ Asumiendo que despu´s de inda- e ıa. e gar sobre lo que est´ pasando se detecta un problema que requiere acci´n: a o a) Haga un repaso de los recursos con que se cuenta, e.g., personal con conocimiento y experiencia, literatura apropiada, espacios f´ ısicos apropiados. b) Debe darse prioridad a j´venes y ancianos. Debe establecerse una o fuerza de resistencia para tratar con ellos persona a persona. Asimis- mo organice una reserva de adultos que tengan alguna fortaleza o experiencia (en contrarrestar el misionerismo). c) Estudie con mucho cuidado, usando informaci´n de primera mano, o las necesidades de aquellos j´venes jud´ quienes est´n est´n siendo o ıos a a atraidos por (o que ya est´n inmersos en) movimientos religiosos. e ¿Qu´ buscan nuestros j´venes? No prejuzgue sobre estos temas y e o recuerde que el Movimiento pro-Jes´ s es bastante complejo. u d ) Con la misma prolijidad plan´e c´mo ofrecer una respuesta (jud´ e o ıa) positiva para cada necesidad y para cada b´ squeda. S´lo entonces u o ser´ posible llegar a estos j´venes, y as´ compartir conocimiento (e a o ı inculcar entendimiento) que propicie un entrenamiento intensivo de nuestros muchachos. 9. Enf´quese en los adolescentes. No s´lo los universitarios sino, tambi´n, los o o e colegiales (aun de primeros a˜ os) deben ser tenidos por vulnerables. Un n buen n´ mero de misioneros tiende a concentrarse en adolescentes, usan- u do deliberadamente grupos de discusi´n, explotanto tanto la inestabilidad o de estos a˜os como la predisposici´n de los j´venes a retar valores tradi- n o o cionalmente aceptados. Estas ´reas demandan nuestro mayor escrutinio a y planeamiento. Recalquemos que la sobrereacci´n es contraproducente: o debe evitarse la imitaci´n as´ como enfrentamientos y contracruzadas. o ı 2
  • 7. Una gu´ pr´ctica ıa a contra el Misionerismo 10. Cr´e espacios para que los j´venes participen. Desafortunadamente quienes e o est´n confusos respecto a su Juda´ a ısmo y con problemas personales no siem- pre se permitir´n participar en programas que se llevan a cabo en sinagogas a u organizaciones juveniles. Es necesario desarrollar nuevas vias para llegar a los j´venes con el contenido y objetivos de los programas, incluso en o aquellos programas que son considerados por ellos como no-controlados por la autoridad. Recientemente algunos programas para j´venes y ado- o lescentes reflejan esta metodolog´ utilizando ambientes informales (co- ıa, mo cafeter´ ıas) para generar espacios para la discusi´n, la cr´ o ıtica y para establecer contactos con otros j´venes. Tales programas son consistentes o con el objetivo ultimo: alcanzar a los j´venes, provey´ndoles ambientes ´ o e jud´ en donde puedan relajarse, conocer a otros j´venes, donde pueden ıos o hablar de manera informal con personas capacitadas, cumplidoras y sen- sibles - incluyendo a otros de sus pares. Se debe dar alta prioridad a la experimentaci´n de metodolog´ nuevas y creativas para abrir canales de o ıas participaci´n para nuestros j´venes. o o Por sobre todas las cosas, recuerde que la mayor´ de personas atra´ ıa ıdas por los misioneros no ha experimentado verdaderamente una vida de Tor´ - tan a s´lo sugiera “antes que vayas a los gentiles, ¿por qu´ no indagas sobre lo que o e nuestra propia tradici´n tiene para ofrecerte”. Pero siga adelante creando para o ellos experiencias positivas de Tor´. a 3
  • 8. Por m´s de 2000 a˜os, misioneros cristianos han intentado convencer al Jud´ a n ıo sobre sus planteos y, durante ese mismo per´ıodo, el jud´ se ha resistido. Aquel- ıo los que resistieron con mayor fervor fueron quienes buscaron a Dios con mayor anhelo. ¿Qu´ los motiv´? ¿Por qu´ nunca cedimos ante los misioneros? e o e ¿Por qu´ no somos cristianos? e por Aryeh Kaplan E scuchamos hoy en d´ sobre un movimiento llamado “Jud´ por Jes´ s”. ıa ıos u Un peque˜ o n´ mero de jud´ aparentemente est´ encontrando atractivas las n u ıos a ense˜ anzas del Cristianismo. Sin embargo, la gran mayor´ de jud´ todav´ n ıa ıos ıa rechaza estas ense˜ anzas de la forma m´s enf´tica. n a a Por m´s de dos mil a˜os los cristianos han intentado persuadir a los jud´ a n ıos. Y por el mismo lapso, los jud´ se han resistido a tales cortejos. Pero, ¿por qu´? ıos e ¿Por qu´ no aceptamos a Jes´ s? En definitiva, ¿Por qu´ no somos cristianos? e u e Para entender esto debemos analizar qu´ hay en los fundamentos de las e creencias cristianas. El Cristianismo empez´ con un jud´ Jes´ s vivi´ como o ıo. u o un jud´ en tiempos de muchos de nuestros m´s grandes sabios Talm´ dicos. ıo a u El gran Hillel vivi´ una generaci´n antes y Rab´ Akiva lo hizo una generaci´n o o ı o despu´s. Sin embargo, nuestras propias fuentes tienen registrado muy poco sobre e la vida de Jes´ s. Todo lo que podemos leer sobre ´l lo podemos encontrar en los u e Evangelios del Nuevo Testamento, un libro escrito por y para la primera iglesia cristiana. Este libro, sin embargo, fue escrito principalmente para promover la causa cristiana y es, por tanto, imposible separar la historia personal de Jes´ s u del“Cristo” dise˜ ado por la teolog´ cristiana temprana. n ıa Poco despu´s de la muerte de Jes´ s, encontramos un notable cambio en las e u ense˜ anzas de sus seguidores. El Cristianismo, como lo conocemos, empez´ du- n o rante este per´ıodo con los trabajos de Pablo de Tarso. Pablo, o como fue cono- cido previamente, Saul, era un disc´ ıpulo del gran Talmudista Rab´ Gamaliel y ı empez´ su carrera oponi´ndose activamente a los primeros cristianos. En un in- o e cidente dram´tico, camino a Damasco, Pablo se convirti´ al Cristianismo para, a o posteriormente, convertirse en uno de sus l´ ıderes m´s aventajados. A pesar de a que ´l nunca hab´ visto (en vida) a Jes´ s, afirm´ haber dialogado con ´l en e ıa u o e esp´ ıritu. Bajo el liderazgo de Pablo, muchas de las doctrinas que caracterizan al Cristianismo fueron proclamadas por vez primera y, en su gran mayor´ nunca ıa, han cambiado. Sus ense˜ anzas est´n grabadas en sus Ep´ n a ıstolas, que forman la segunda parte del Nuevo Testamento. Entre las principales ense˜ anzas de Pablo, encontramos: n 1. Jes´ s fue el Mes´ o Cristo; aquel anunciado por los Profetas de la Biblia u ıas y esperado por los jud´ El es tambi´n el Hijo de Dios, y como cualquier ıos. e hijo, esencialmente es lo mismo que su Padre. 4
  • 9. ¿Por qu´ no somos cristianos? e 2. El hombre es malo y pecador. Toda la humanidad est´ maldecida debido a al pecado de Ad´n. La Tor´ no puede salvar al hombre pues sus man- a a damientos son demasiado dif´ ıciles de guardar. La unica cosa que puede ´ salvaguardar al hombre de su ultimada condena (al infierno) es la creencia en Cristo. 3. Los Jud´ fueron originalmente el pueblo escogido de Dios pero fueron ıos repudiados cuando rehusaron aceptar a Su hijo, Jes´ s. El nombre “Israel”, u pueblo escogido de Dios, no es m´s atribuible a los Jud´ sino a quienes a ıos aceptan a Jes´ s como el Mes´ u ıas. S´lo estos son part´ o ıcipes del amor de Dios. El resto est´ condenado al infierno. a 4. Hay una unica ley ahora que Cristo ha venido, y ´sta es la del amor. Uno ´ e debe seguir el ejemplo del sacrificio de Cristo y, pacientemente, esperar que Dios sea compasivo en correspondencia. Nos basta con estos principios del Cristianismo para ver por qu´ los Jud´ e ıos no pod´ aceptarlas. Contrast´moslos, punto a punto, con la visi´n Jud´ ıan e o ıa: 1. Jes´ s no pudo haber sido el Mes´ Los Profetas predijeron un mundo de u ıas. paz y amor despu´s de la venida del Mes´ y esto no se ha dado. Adem´s e ıas, a cualquier planteamiento de que el Mes´ es el “hijo de Dios” es totalmente ıas inaceptable. En ning´ n lugar dicen los Profetas que ´l ser´ nada m´s que u e a a un l´ ıder notable y un maestro. 2. A pesar de que la Tor´ efectivamente habla del pecado de Ad´n, ense˜ a que a a n el hombre puede elevarse por encima de ello. El hombre podr´ no ser capaz ıa de autoperfeccionarse, pero fue por esto mismo que Dios nos entreg´ lao Tor´. Es absurdo pensar que Dios entregara una Tor´ que era imposible a a (o demasiado dif´ıcil) de observar. De ninguna manera el Juda´ısmo ense˜a n que uno puede ser “salvado de la condenaci´n” simplemente “por creer ”. o Cualquier convicci´n verdadera en Dios debe guiar (necesariamente) a una o persona para que (tambi´n) observe Sus mandamientos. e 3. Es imposible imaginar que Dios eventualmente rechazara al pueblo Jud´ ıo. En muchos pasajes, la Biblia claramente establece que Su pacto con Israel es para siempre. 4. En muchos pasajes, la Biblia dice que la Tor´ fue entregada para la a eternidad. Es por tanto imposible decir que ha sido reemplazada por una nueva ley o testamento. El amor solo no es suficiente, porque uno debe saber como expresarlo y, para ello, necesitamos a la Tor´ como gu´ El a ıa. amor es s´lo uno de los mandamientos de la Tor´; las buenas acciones son o a su necesaria expresi´n. o ¿Por qu´ preferimos estas ideas a aquellas expresadas por Pablo y el Cris- e tianismo? 5
  • 10. ¿Por qu´ no somos cristianos? e Por un lado, no vemos evidencia de que Jes´ s haya sido realmente el Mes´ u ıas esperado por Israel. La promesa Mesi´nica incluye cosas como una paz perfecta a y unidad entre los hombres, amor y verdad, conocimiento universal y felicidad sin tribulaciones, as´ como el fin de todo el mal, de la idolatr´ falsedad y odio. ı ıa, Ninguna de las condiciones anteriores ha sido alcanzada por el Cristianismo. A esto, la respuesta cristiana es la simple afirmaci´n de que “todas las cosas o en realidad han cambiado con la venida de Jes´ s. Si el cambio no es visible, u es porque el hombre es malvado y no ha aceptado verdaderamente a Jes´ s y u sus ense˜anzas. Entonces el Mes´ (o Cristo) tendr´ que volver para probar su n ıas a victoria”. El Jud´ se rehusa a aceptar la excusa de que las principales profec´ en lo ıo ıas concerniente al Mes´ unicamente ser´n cumplidas en la “segunda venida”. El ıas ´ a espera que el Mes´ complete esta misi´n al primer intento. El Jud´ cree, por ıas o ıo tanto, que el Mes´ todav´ est´ por venir. ıas ıa a Pero hay de hecho un punto que no debemos dejar de considerar pues su importancia es mayor que la mera identidad del Mes´ El Cristianismo tambi´n ıas. e ense˜ a que Jes´ s fue Dios en forma humana. El Jud´ mira esto como una idea n u ıo totalmente equivocada sobre Dios. Hace a Dios demasiado peque˜ o pues, al n afirmar que El puede tomar forma humana, se disminuye tanto Su unidad como Su divinidad. Discordamos con el Cristianismo no s´lo con respecto a creer, sino tambi´n o e con respecto a lo que el hombre debe hacer. El Cristianismo tiende a negar que las acciones u obras del hombre son realmente utiles. La unica cosa que puede ´ ´ salvar al hombre es su fe ante su estado pecaminoso y una total dependencia en Cristo. El Jud´ por otro lado, cree que el hombre puede acercarse a Dios al ıo, obedecerle guardando Sus mandamientos. El Cristianismo arranca entonces con una idea, mientras que el Juda´ ısmo parte exactamente con la idea opuesta. El Juda´ ısmo parte con la idea de que el hombre es creado “en la imagen de Dios”. Por tanto no debe ir tan lejos para descubrir lo divino, tanto en s´ mismo ı como en otros. Hay siempre una oportunidad para despertar lo divino en uno mismo mediante la observancia de Sus mandamientos. El Jud´ empieza con ıo esta oportunidad. El Cristianismo, por otro lado, parte con la idea de que el hombre es pecador y depravado. Dejado a su voluntad, el hombre est´ absolutamente condenado. a De manera natural ´l est´ involucrado en lo malo y deber´, por tanto, hacer e a a algo para ser salvado de tal maldad. La primera pregunta que un cristiano plantea es: “¿Qu´ has hecho para ser e salvado?” Para el Jud´ est´ pregunta casi no tiene sentido alguno. Esta no es, ıo, a para nada, la forma jud´ de pensar. El Jud´ pregunta: “¿C´mo puedo servir ıa ıo o a Dios? ¿C´mo puedo guardar Sus mandamientos?” El enfoque central del Ju- o da´ısmo yace en la observancia de los mandamientos de la Tor´. Vemos al hombre a 6
  • 11. ¿Por qu´ no somos cristianos? e y apreciamos su grandeza, porque ´ste puede obedecer estos mandamientos y e cumplir con el deseo de Dios. El Cristianismo ense˜ a que el hombre es tan malvado que no puede realmente n servir a Dios. La Tor´ es demasiado dif´ para el hombre. La unica cosa que el a ıcil ´ hombre puede hacer es creer en Cristo y esperar ser salvado. El Jud´ responde que el mismo hecho de que Dios nos entregara mandamien- ıo tos y que nos dijera que los obedeci´ramos nos instruye que, en efecto, podemos e servir a Dios y cumplir con Su voluntad. Es impensable que Dios entregara a Su pueblo una Tor´ si ´sta fuese imposible de guardarla. a e A pesar de que todos los disc´ ıpulos de Jes´ s fueron jud´ no pudieron con- u ıos, vencer a sus contempor´neos sobre sus ense˜ anzas. Los primeros dogmas del a n Cristianismo se presentaban m´s cercanos al mundo gentil pagano que al Ju- a da´ısmo. M´s y m´s, el Cristianismo fue rechazado por los Jud´ y aceptado por a a ıos los gentiles. Se transform´ hasta constituirse en una iglesia gentil, y su actitud o hacia los Jud´ se volvi´ m´s y m´s hostil. Busc´ constantemente convertir a ıos o a a o los Jud´ a veces recurriendo incluso a la crueldad y a la fuerza, pero el Jud´ ıos, ıo se mantuvo firme. El Cristianismo puede haber cambiado la historia humana, pero nunca pudo ganarse el apoyo de los Jud´ El Jud´ se sostuvo con su ıos. ıo Tor´ y camin´ por el camino que ella dictaba. a o En resumen, hubo dos ense˜ anzas cristianas que el Jud´ jam´s pod´ acep- n ıo a ıa tar. El Cristianismo ense˜ o que Dios hab´ asumido forma humana en Jes´ s, y n´ ıa u que la Tor´ ya no ten´ valor. El Jud´ rechaz´ estos dogmas, aun a costa de su a ıa ıo o vida. Al rechazar al Cristianismo, el Juda´ ısmo no perdi´ de manera alguna algo o que necesitara espiritualmente. No hab´ nada en (todas) las ense˜anzas de ıa n Jes´ s que hubiera a˜ adido una letra a la fortaleza de la Tor´. Si el Cristianismo u n a hizo alguna contribuci´n, fue al mundo no-Jud´ o ıo. El Jud´ sab´ que su Tor´ le prove´ una unica relaci´n con Dios. Todo lo ıo ıa a ıa ´ o que vi´ en el Cristianismo se presentaba contradiciendo tal relaci´n. Es por esta o o raz´n que, a lo largo de los siglos, el Jud´ ha encontrado imposible aceptar o ıo las ense˜ anzas del Cristianismo. El ha cre´ con perfecta fe que Dios le ha n ıdo mostrado el camino, y no tiene intensi´n de dejarlo en ning´n momento. o u 7
  • 12. Para el Jud´ aceptar el Cristianismo involucra mucho m´s que simplemente re- ıo, a conocer (como verdadero) a un falso mes´ ıas. Junto con su creencia en Jes´s como u el Mes´ıas, el Cristianismo ha alterado muchos de los conceptos fundamentales del Juda´ısmo. Aqu´ exploramos las consecuencias Hal´jicas respecto de un Jud´ que ı a ıo abraza el Cristianismo. Cuando un Jud´ se vuelve ıo Cristiano por Aryeh Kaplan El anuncio lo publica, “¡Jud´ıos por Jes´s!”. u Miras el anuncio y te preguntas qu´ est´ sucediendo. Puede que hayas es- e a cuchado o leido sobre ellos. Tu curiosidad se despierta. Decides averiguar m´s y hablas con uno de estos extra˜os individuos. Entablas a n una conversaci´n. Te dice que es un jud´ cristiano - uno de los “Jud´ por o ıo ıos Jes´ s”. u Antes que te des cuenta est´ indagando sobre como te sientes respecto a a tu Judaismo. Quiz´s admitas que encuentras espiritualmente insatisfactorio tu a Juda´ısmo. Ambos concuerdan en que la t´ ıpica sinagoga liberal a la que fre- cuentabas representa cualquier cosa menos una experiencia religiosa. Admites que en el fondo tu tienes presente que hay una falta de espiritualidad en tu vida. El simpatiza y te dice que la raz´n por la cual el Juda´ o ısmo no satisface tal necesidad es debido a que has dejado fuera un ingrediente esencial. Entonces da la estocada final: lo que t´ necesitas es Jes´ s. Te dice que para u u ser un verdadero Jud´ tienes que (necesariamente) creer en Jes´ s. S´lo entonces, ıo u o ´l argumenta, puede el Juda´ e ısmo proveerte aquella dimensi´n que tu buscas. o No te dejes enga˜ar. n Por los ultimos dos mil a˜ os los cristianos han intentado convertir jud´ a ´ n ıos su fe. Es un tema prioritario en su marco de creencias. Jes´ s, el objeto central u de sus convicciones, era un jud´ El ense˜ o y predic´ a los jud´ ıo. n´ o ıos; mientras que estos lo rechazaban. ¿C´mo pueden los cristianos justificar sus creencias, o cuando el propio pueblo al que pertenec´ Jes´ s rehus´ aceptarlo? Conseguir ıa u o que los jud´ acepten a Jes´ s es, por tanto, una de sus metas m´s importantes. ıos u a Sin embargo, en nuestra generaci´n, algunos l´ o ıderes cristianos con alguna luz han llamado a poner fin a tales actividades misioneras. Tristemente estos l´ ıderes son ignorados por el creciente “culto” misionero. 8
  • 13. Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano ıo Pero podr´ preguntar, “Bueno, ¿por qu´ es tan terrible? En el peor de los ıas e casos estar´ creyendo en un Mes´ falso. ¿Qu´ tengo que perder?”. e ıas e La verdad es que tienes mucho que perder. Empecemos por examinar las creencias b´sicas del Cristianismo. a A la par del credo b´sico de que Jes´ s es el Mes´ las doctrinas fundamen- a u ıas, tales del Cristianismo son: La Trinidad : De acuerdo a la mayor´ de cristianos, Dios consiste en tres ıa personas, el Padre, el Hijo y el Esp´ ıritu Santo. La Encarnaci´n: Los cristianos creen que el Hijo, (seg´ n ellos) la segunda o u parte de la divinidad, vino a la tierra en forma humana en la persona de Jes´ s. u Mediaci´n: De acuerdo a su credo, ning´ n hombre puede acercarse a Dios o u directamente. Todos deben pasar a trav´s de Jes´ s, el Hijo. e u Examinemos cuidadosamente estas creencias. Un fundamento b´sico para la mayor´ de las sectas cristianas es creer en la a ıa Trinidad. El Cristianismo ense˜ a que Dios consiste en tres personas, el Padre, n el Hijo y el Esp´ ıritu Santo. El Padre es aquel que cre´ el mundo, el Hijo es quien o redime al hombre y el Esp´ ıritu Santo es el miembro de la divinidad que les habla a los profetas. 1 Jes´ s mismo se refiri´ a la doctrina de la Trinidad. El Evangelio de Mateo u o cuenta que sus ultimas palabras (dirigidas a sus disc´ ´ ıpulos) fueron “Vayan por tanto y ense˜en a todas las naciones, bautiz´ndolas en el nombre del Padre, y n a ıritu Santo”2 . Esta creencia en un dios tripartito es doctrina del Hijo, y del Esp´ b´sica del Cristianismo. a Los cristianos sostienen que este dios tripartito, al que adoran, es el mismo que el Dios venerado por los Jud´ıos. Esto no es cierto. La Biblia establece: “Escucha oh Israel, el Se˜ or es nuestro Dios, el Se˜ or es n n Uno” (Deut.6:4). Dos veces por d´ el Jud´ creyente recita estas palabras. Son la primera ıa, ıo cosa que un ni˜ o aprende y lo ultimo que susurra antes de morir. En el dintel de n ´ todo edificio jud´ hay una Mezuz´ proclamando estas palabras. Se las vuelve a ıo a encontrar en los Tefil´ colocados diariamente junto al coraz´n y la mente del ın, o jud´ proclamando esta m´xima del Juda´ ıo, a ısmo. Adorar a cualquier dios tripartito es para un jud´ nada menos que una ıo forma de idolatr´ 3 ıa. 1 Credo Niceno. 2 Mateo 28:19. Todas las citas son de la versi´n King James. o 3 Emunos VeDeyos 2:5-7, Mor´ Nevujim 1:50, Comienzo de Maamar Tejiyas Ha-Mesim e (Rambam); Tshuvos Meil Tzedak´ 22, Tshuvos Shaar Ephraim 24, Jasam Sofer sobre Orej a Jaim 156:1 9
  • 14. Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano ıo Por idolatr´ no s´lo a de entenderse la veneraci´n a un dios de piedra o ıa o o madera. Para un jud´ es idolatr´ aun si el sujeto de adoraci´n es el m´s elevado ıo ıa o a de los ´ngeles.4 Dios es el Infinito, Creador de todas las cosas. Quienquiera que a venere a algo o alguien diferente a El, comete idolatr´ 5 ıa. El dios tripartito del Cristianismo no es el Dios del Juda´ ısmo. Por tanto, des- de la perspectiva jud´ el Cristianismo bien puede ser considerado una variaci´n ıa, o de la idolatr´ıa. A pesar de que el Cristianismo emergi´ entre los jud´ fue r´pidamente o ıos, a adoptado por los paganos del mundo antiguo. Tales paganos cre´ en todo un ıan pante´n de dioses. Fue demasiado para ellos deshacerse de todos esos dioses o ´ en favor del Unico Verdadero Dios. As´ que los primeros misioneros cristianos ı tranzaron con estos paganos introduciendo la Trinidad, una suerte de dios tres- en-uno. De hecho muchos eruditos cristianos de hoy en d´ ven la Trinidad como ıa el resultado de influencia pagana sobre el Cristianismo. Esto podr´ representar un progreso para el pagano; pero, para el jud´ es ıa ıo, una regresi´n - representa un retroceso hacia la idolatr´ o ıa. Esto parecer´ contradecir el esp´ ıa ıritu jud´ de jam´s atacar otras religiones; ıo a pero, cuando los misioneros est´n esparciendo mentiras acerca del Juda´ a ısmo, es tiempo de desenmascarar tales falsedades. De hecho, varios l´ ıderes cristianos de hoy en d´ han denunciado a aquellos misioneros que atacan a los jud´ ıa ıos. Examinemos ahora un segundo fundamento b´sico del Cristianismo, aquel a de la Encarnaci´n. De acuerdo con esta doctrina, Dios en la persona del Hijo o tom´ forma humana en la persona de Jes´ s. o u No hay mejor expresi´n de lo ultimo que el Credo Niceno, recitado cada o ´ domingo en la mayor´ de las iglesias. En ´l, el cristiano declara: ıa e “Creo en un Se˜ or, Cristo Jes´ s, Hijo unico de Dios. Nacido del Padre antes n u ´ de todos lo siglos. Dios de Dios, Luz de Luz, Dios Verdadero de Dios Verdadero. Engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre. Por quien todo fue hecho, que por nosotros, los hombres y por nuestra salvaci´n baj´ del Cielo. Y o o por obra del Esp´ ıritu Santo se encarn´ de la Virgen Mar´ y se hizo hombre”. o ıa: Los cristianos realmente cre´ que Jes´ s era Dios y, de hecho, esta es una ıan u de las doctrinas m´s fundamentales del Cristianismo. a Si aceptamos el testimonio de los Evangelios, entonces esta creencia se ori- gin´ con el mism´ o ısimo Jes´ s. u Entre otras cosas, Jes´ s dijo: u “Todas las cosas que el Padre (i.e. Dios) tiene son mias”.6 “Mi Padre hasta ahora obra, y yo obro”.7 4 Yad, Avodas Kojavim 2:1 5 Kesef Mishn´, Lejem Mishn´ sobre Yad, Teshuv´ 3:7 e e a 6 Juan 16:14 7 Juan 5:17 10
  • 15. Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano ıo “Porque el Padre a nadie juzga, mas todo el juicio di´ al Hijo; para que todos o honren al Hijo como honran al Padre”.8 “Yo y el Padre somos uno”.9 “El que me ha visto, ha visto al Padre”.10 De estas acotaciones parece obvio que Jes´ s mismo afirmaba ser Dios. Los u misioneros y los “Jud´ por Jes´ s” no te hablan sobre esto. Esperan hasta que ıos u hayas caido en sus redes. Pero esta es una de las creencias fundamentales del Cristianismo. Si creer en la Trinidad es idolatr´ entonces, desde la perspectiva jud´ el ıa, ıa, concepto de la Encarnaci´n es quiz´s aun m´s objetable. Los dioses paganos o a a descendieron en forma humana, copularon con mortales y engendraron hijos humanos. Es entendible entonces que muchos historiadores cristianos atribuyan el concepto de Encarnaci´n a los primeros cristianos quienes intentaban ganarse o a los paganos para su nueva religi´n (por ello adoptaron este concepto pagano). o Pero, ¿qu´ dice la Biblia acerca de la unidad de Dios? e Dice: ıa, ıs o ´ “Sabre´ este d´ y lo guardare´ en tu coraz´n, que El Eterno, El es el Dios, ıs arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay ning´ n otro” (Deut. 4:39) u “¿Acaso no lleno cielos y tierra?, dice Dios” (Jer. 25:24) “La tierra entera est´ repleta de su gloria” (Isa. 6:3) a “Grande es Dios, muy alabado, Su grandeza es insondable” (Sal. 145:3) Dios es el Infinito, el Todo Poderoso Creador de todas las cosas. Decir que cualquier hombre pudiera ser Dios es, para el jud´ el absurdo m´s grande. ıo, a La Biblia dice, “Dios no es un hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se aplaque” (N´m. 23:19). Dios no decide s´ bitamente visitar la tierra u u en un cuerpo humano. Un Dios que llena y sustenta toda la creaci´n no necesita o visitar nuestro planeta en forma humana. El Talmud de Jerusal´n establece de e manera firme, a la vez que simple, la perspectiva jud´ “Si un hombre afirma ıa, ser Dios, ¡es un mentiroso!”11 La tercera de las creencias b´sicas del Cristianismo es la de la Mediaci´n. a o Esta establece que el hombre no se puede acercar a Dios excepto a trav´s dee Jes´ s. Toda oraci´n debe ser en el nombre de “Jesucristo nuestro Se˜ or”. u o n Aqu´ nuevamente fue Jes´ s mismo a quien se le adjudica haber proclamado ı, u esta doctrina. Abiertamente dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre si no es por mi”.12 8 Juan 5:22-23 9 Juan 10:30 10 Juan 14:9 11 Yerushalmi Taanis 2:1 (91). Cf. Mor´ Nevujim 3:15. e 12 Juan 14:6 11
  • 16. Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano ıo Esta doctrina cristiana va en contra de la mism´ ısima apertura de los Diez Mandamientos. Los Diez Mandamientos comienzan con las palabras, “Yo soy el Eterno, tu Dios, que te sac´ de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. No tendr´s o a otros dioses delante de Mi”. Cuando Dios dice “delante de Mi”, est´ subrayando que tu no debes creer en a otra deidad, ni siquiera suponiendo que tambi´n crees en El. Aquel que pone un e mediador entre Dios y el hombre es culpable por transgredir este mandamien- to.13 Para un hombre que cree en Dios, ¿qu´ necesidad hay de otra deidad? Pero e una persona podr´ pensar que Dios est´ tan en lo alto que es inalcanzable sin ıa a un mediador. La apertura de los Diez Mandamientos nos ense˜a que tambi´n n e esto es idolatr´ ıa. Dios es infinito y omnisciente. Decir que El necesita un mediador para es- cuchar nuestras oraciones es negar Su infinita sabidur´ ıa. Si Jes´ s realmente hizo las declaraciones grabadas en los Evangelios, en- u tonces se estaba avocando idolatr´ con ´l mismo como deidad. Luego, ¿es de ıa, e sorprenderse porque los Jud´ jam´s lo aceptaron ni como profeta, rabino o ıos a maestro? El Juda´ısmo es unico entre las religiones del mundo. Casi sin excepci´n, las ´ o religiones arrancan con un solo individuo, ya sea Jes´ s, o Buda, o Mahoma, u o Confucio, o Lao-tze. Este individuo gradualmente reune un s´quito, ya sea e a trav´s de “milagros” o por su notable carizma. Pero, desde su comienzo, el e fundamento entero yace en un unico individuo. ´ El Juda´ ısmo es la excepci´n. No comenz´ con ning´ n individuo. Una naci´n o o u o entera, al pi´ del Monte Sina´ escuch´ a Dios presentarse a S´ Mismo. e ı, o ı S´lo Dios, hablando a una naci´n entera, pod´ revelar una religi´n ver- o o ıa o dadera. Y una vez que Dios habla, “no cambia de parecer”, o rectifica las ver- dades que El proclam´ como absolutas y eternas. o Nuestras creencias fundamentales nos fueron ense˜ adas por Dios Mismo en n ı. a ´ Sina´ La Biblia dice: “Se os ha mostrado para que sep´is que el Eterno, ¡El es ´ Desde el cielo El hizo que oyerais Su voz Dios! ¡No hay ning´ n otro fuera de El! u ´ para ense˜ aros”. (Deut. 4:35). n No importa cuantos milagros pudiera producir un profeta, ´l no puede cam- e biar este principio b´sico. Si un hombre te dice que cometas idolatr´ es un a ıa, falso profeta, sin importar cuantas maravillas saque de su sombrero. Dios nos advirti´ acerca de esto en la Biblia: o “Si se presentare en medio tuyo un profeta o un so˜ador de sue˜ os, y te n n ense˜ are una se˜ al o una maravilla, y si se produjere la se˜al o maravilla de la n n n 13 Yad, Avodas Kojavim 1 12
  • 17. Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano ıo cual te habl´, diciendo: ‘Vayamos tras los dioses de los otros que no conocisteis o y los adoraremos!’, no obedezc´is las palabras de ese profeta o de ese so˜ador a n de sue˜ os, pues el Eterno, vuestro Dios, os est´ probando para ver si am´is n a a al Eterno, tu Dios, con todo vuestro coraz´n y con toda vuestra alma” (Deut. o 13:2) Dios mismo nos advirti´ acerca de movimientos como el Cristianismo. Aun o si todos los milagros en los Evangelios fueran reales, no habremos de prestarles atenci´n alguna. Dios ya nos ha advertido. o Esto nos trae de vuelta a nuestra pregunta original. ¿Qu´ pierde un jud´ al e ıo abrazar el Cristianismo? La respuesta es: Todo. El Cristianismo niega los fundamentos de la fe Jud´ y, quien lo acepta, ıa rechaza la mism´ ısmo.14 Aun si siguiera guardando todos ısima esencia del Juda´ los rituales, es como si hubiera abandonado completamente el Juda´ ısmo. El Talmud nos ense˜a: “Quienquiera que acepta la idolatr´ niega toda la Tor´”.15 n ıa, a Un jud´ que acepta el Cristianismo pudiera llamarse a si mismo “jud´ ıo ıo cristiano”, pero ya no es m´s un jud´ 16 Ya no puede ser contado como parte a ıo. de una congregaci´n Jud´ 17 o ıa. La conversi´n a otra fe es un acto de traici´n religiosa. Es uno de los peores o o pecados que un jud´ podr´ llegar a cometer. A la par del asesinato y el incesto, ıo ıa es uno de los tres pecados capitales que no pueden ser violados ni aun bajo amenaza de muerte.18 Los misioneros te dicen: “Cree en Jes´ s y se salvado”. u La verdad es que quien cae en su red se aleja eternamente de su Dios. Un jud´ debe dar su vida antes que abrazar el Cristianismo.19 ıo Esto no es mera ret´rica. A trav´s de nuestra historia, a millones de jud´ o e ıos se les present´ esta elecci´n: La Cruz o la muerte. Invariablemente, escogieron o o la muerte. Los misioneros vienen ahora y predican amor y paz. Pero Jes´s mismo dijo: u “No pens´is que he venido para traer paz a la tierra: no he venido para traer e paz, sino espada”.20 Fue esta espada la que usaron los Cruzados para eliminar cientos de comu- nidades Jud´ en el nombre de Jes´ s, el jud´ ıas u ıo. 14 Yad, Yesodei HaTor´ 1:6 a 15 Sifrisobre N´m. 15:22 y Deut. 11:28; Yad, Avodas Kojavim 2:4. Cf. Horios 8a u 16 Yad, loc. cit. 2:5 17 Pri Megadim, Eshel Abraham 55:4 18 Sanedr´ 74a ın 19 Teshuvos Rivash 4 y 11, Teshuvos Rab´ Yosef ben Lev 1:15 ı 20 Mateo 10:34, Cf. Lucas 12:49-51 13
  • 18. Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano ıo Fue esta la espada que usaron cuando entraron en Jerusal´n en 1215. Su e primer acto fue acorralar a todos los jud´ en la sinagoga principal para entonces ıos quemarlos vivos. Fue esta la espada usada por la Inquisici´n Espa˜ola cuando torturaban a o n muerte a los jud´ en el nombre del “Amor Cristiano”. ıos Recuerda esto cuando los “Jud´ ıos‘por Jes´ s” hablen de paz y amor. u Estos “Jud´ por Jes´ s” podr´ despertar tu curiosidad. Pero tambi´n te ıos u ıan e deber´ provocar l´stima. Porque est´n viviendo una paradoja. En t´rminos ıan a a e reales, “jud´ por Jes´ s” es una contradicci´n. ıo u o *** Pero, ¿qu´ con aquel jud´ que ha abrazado el Cristianismo? ¿Qu´ hay de e ıo e aquel que ya ha aceptado a Jes´ s como su “salvador”? u ¿Est´ eternamente cortado para el Juda´ a ısmo, perdido sin esperanza de re- denci´n? ¿Est´ totalmente separado de su pueblo y de su Dios? o a El Juda´ ısmo ense˜ a que siempre hay esperanza. n No importa cu´n lejos de Dios y de la Tor´ est´s, siempre ser´s aceptado de a a e a vuelta. La Biblia dice: “Como que Yo vivo, dice Dios, no deseo la muerte del malvado; sino que se vuelva de su camino y que viva” (Eze. 33:11). “Cuando el malvado se aparte de su pecado, y haga lo que es justo y correcto, vivir´ por ello” (Eze. 33:19). a “Que todo hombre se vuelva de su camino, y Yo lo perdonar´” (Jer. 36:3). e “Si se vuelven a Ti, y confiesan Tu Nombre, y oran... entonces Tu escuchar´s a en los Cielos, y perdonar´s su pecado” (1 Reyes 8:33-34). a Aun a un jud´ que ha abrazado otra religi´n se le da una segunda oportu- ıo o nidad. Puede volver a su Juda´ ısmo y ser reaceptado por Dios. Deber´ repudiar completamente al Cristianismo para toda instancia y com- a prometerse totalmente y sin reservas a su Juda´ ısmo. No necesita ser formalmente “convertido” de vuelta al Juda´ısmo, pero obviamente corresponde un compro- miso definitivo. 21 El Cristianismo es una forma de idolatr´ para el jud´ y corresponde el ıa ıo, arrepentimiento como tal. Nuestros Sabios nos ense˜ an que guardar el Shabat n es particularmente efectivo para tal expiaci´n.22 o 21 Se recomienda que tal penitente realice el ritual de inmersi´n como un converso. V´ase o e Nimukey Yosef, Yebamos, Rif 16b, “Kedusnav ”, Yor´ De´ 268:12 en Hag´, Turey Zahav Ibid e a a 267:5, Magen Avraham 325:8. Cf. Avos DeRabbi Nathan 8:8 22 Shabbos 118b; Tur, Orej Jaim 242 14
  • 19. Cuando un Jud´ se vuelve Cristiano ıo *** Si encuentras tu vida espiritualmente vac´ carente de experiencia religiosa, ıa, entonces necesitas m´s que nunca Juda´ a ısmo de Tor´. Podr´ estar decepcionado a ıas por los sustitutos pseudo-intelectuales que ofrecen ciertos rabinos “liberales”. Puede que jam´s hayas estado expuesto a las ideas profundas del Juda´ a ısmo. Pero est´ all´ y es inspiraci´n para millones de jud´ a ı o ıos. Puedo disfrutar de un hermoso atardecer y tratar de describ´ ırtelo. Pero hasta que abras tus ojos y lo veas por ti mismo, mis palabras son vanas. Tu tienes que verlo para apreciarlo. Puedo describirte la m´s deliciosa fruta. Pero deber´s probarla para apre- a a ciarla. Lo mismo ocurre con el Juda´ ısmo. La Biblia nos dice: “Prueba y mira, que Dios es bueno, feliz es el hombre que Lo abraza” (Sal. 34:9). Tu debes realmente vivir el Juda´ ısmo de Tor´ para apreciar su belleza y a sabidur´ S´lo cuando tu mismo te sumerjas en ´l, descubrir´s la plenitud de ıa. o e a su dimensi´n espiritual. o 15
  • 20. Uno de los deberes supremos que tiene un jud´ consiste en traer el mundo de ıo vuelta a Dios, y transformar la tierra en un lugar de paz, justicia y armon´ ıa. Cuando Jes´s fracas´ en ejecutar esto, los primeros cristianos tuvieron que alterar u o radicalmente el mism´ ısimo concepto de “Mes´ ıas”. Esto a su vez transform´ al o Cristianismo de una secta mesi´nica (al interior del Juda´smo) en una religi´n a ı o que es muy ajena a muchas de las ense˜anzas jud´ esenciales. n ıas La transici´n de o “Mes´ a “Cristo” ıas” por Aryeh Kaplan C reer en la venida del Mes´ ha sido siempre una parte fundamental del ıas Juda´ ısmo. Maim´nides cuenta la creencia en el Mes´ como uno de los trece o ıas principios cardinales del Juda´ısmo. Es un concepto que se repite una y otra vez a lo largo y ancho de la literatura jud´ ıa. En la historia jud´ ha habido muchos individuos que han afirmado ser este ıa Mes´ El m´s famoso, por supuesto, fue Jes´ s. En consecuencia sus seguidores ıas. a u le dieron el t´ ıtulo de Cristo. Mashiaj - palabra hebrea para Mes´ - literalmente ıas significa “ungido”. La palabra griega para “ungido” es Cristos y, entonces, Cristo es realmente otra palabra para referirse al Mes´ ıas. A pesar de que los cristianos afirman que Jes´ s fue el Mes´ de los jud´ u ıas ıos, hay un buen n´ mero de diferencias importantes en c´mo miran los jud´ al u o ıos Mes´ y en c´mo lo hacen los cristianos. Es de importancia m´xima conocer ıas o a estas diferencias. El Mes´ Jud´ ıas ıo El concepto jud´ de Mes´ es aquel que fue claramente desarrollado por los ıo ıas profetas de la Biblia. El es un l´ıder de los jud´ grande en sabidur´ poder y ıos, ıa, esp´ ıritu. Es ´l quien traer´ redenci´n plena al pueblo jud´ f´ e a o ıo, ısica y espiritual- mente. A la par, traer´ paz, amor, prosperidad y perfecci´n moral eternos, al a o mundo entero. El Mes´ Jud´ es, en su origen, completamente humano. Nacido de padres ıas ıo humanos ordinarios, de carne y hueso como todos los mortales. Tal como es descrito por el Profeta, el Mes´ es “pleno de sabidur´ y en- ıas ıa tendimiento, consejo y poder, conocimiento y temor de Dios” (Isa. 11:2). Tiene instinto de justicia muy especial, o, como el Talmud lo expresa, ´l “huele y juz- e ga” (Sanedr´n 93b). Puede virtualmente sentir la inocencia o culpabilidad de un ı hombre. 16
  • 21. La transici´n de “Mes´ o ıas” a “Cristo” El Profeta (Isa. 11:4 ) avanza para decir que el Mes´ “derrotar´ la tiran´ ıas a ıa con la vara de su boca, y al malvado con el aliento salido de sus labios”. La maldad y la tiran´ no podr´n permanecer de pi´ delante del Mes´ ıa a e ıas. Sin embargo, el Mes´ es principalmente un rey de paz. Nuestros Sabios ıas por tanto nos ense˜ an (Derej Eretz Zuta 1 ): “Cuando el Mes´ sea revelado a n ıas Israel, abrir´ su boca s´lo para la paz. Est´ entonces escrito (Isa. 52:7), ‘Cu´n a o a a hermosos sobre las monta˜ as son los pies del mensajero que anuncia paz’ ”. n La primera tarea del Mes´ es redimir a Israel del exilio y servitud. Al ıas hacerlo, tambi´n redimir´ al mundo entero de la maldad. Opresi´n, sufrimiento y e a o guerra ser´n abolidas. La humanidad ser´ entonces perfeccionada, y los pecados a a del hombre contra Dios, as´ como las transgresiones del hombre en contra de ı sus cong´neres, ser´n eliminados. Todas las formas de guerra y conflicto entre e a naciones desaparecer´n en la era Mesi´nica. a a M´s aun, el Mes´ Jud´ atraer´ a todos los pueblos a Dios. Esto est´ ex- a ıas ıo a a presado con m´xima claridad en el rezo Alenu, que concluye cada uno de los a tres servicios diarios: “Sea perfeccionado el mundo bajo el reino del Alt´ ısimo. Que todos los hu- manos clamen Tu Nombre y se vuelvan a Ti todos quienes hacen maldad en el mundo. Que cada uno sobre la tierra sepa que toda rodilla debe doblarse ante Ti... y que todos acepten el yugo de Su reino”. Encontramos un pensamiento muy similar en la Amid´ (de las Festividades a Mayores), donde rezamos, “Que todas las criaturas se inclinen ante Ti y formen un unico bando para hacer Tu voluntad con coraz´n perfecto”. ´ o El Mes´ Jud´ tendr´ entonces la tarea de perfeccionar el mundo. Red- ıas ıo a imir´ al hombre de la servitud, opresi´n y de su propia maldad. Habr´ gran a o a prosperidad material en el mundo, y el hombre ser´ restaurado a una existencia a Ed´nica donde podr´ disfrutar de los frutos de la tierra sin mayor esfuerzo. e a En la Era Mesi´nica, el pueblo jud´ residir´ libremente en su tierra. Fi- a ıo a nalizar´n los exilios, todos los jud´ retornar´n a Israel. Esto provocar´ que a ıos a a todas las naciones reconozcan al Dios de Israel y acepten la verdad de Sus ense˜ anzas. Entonces el Mes´ no ser´ s´lo el Rey de Israel sino que, en cierto n ıas a o modo, gobernar´ sobre todas las naciones. a Ultimadamente, la redenci´n viene de Dios solamente, y el Mes´ es s´lo un o ıas o instrumento en Sus manos. El Mes´ es un ser humano, de carne y hueso como ıas todos los mortales. Es, sin embargo, lo m´s excelso del g´nero humano y, como a e tal, estar´ engalanado con las m´s altas virtudes que un mortal puede alcanzar. a a Aun cuando el Mes´ puede alzarse al tope de la perfecci´n humana, es ıas o todav´ humano. El reino del Mes´ Jud´ es definitivamente “de este mundo”. ıa ıas ıo El Juda´ısmo es una religi´n con base en un pueblo que sirve a Dios. Es del o jud´ que las ense˜ anzas de Dios emanan a toda la humanidad. La redenci´n ıo n o de Israel deber´ por tanto preceder a la del resto de la humanidad. Antes de a 17
  • 22. La transici´n de “Mes´ o ıas” a “Cristo” que Dios redima al mundo, deber´ redimir a Su oprimido, sufrido, exiliado y a perseguido pueblo, haci´ndolos volver a su propia tierra y restaur´ndoles su e a estado. La promesa final, sin embargo, no est´ limitada s´lo a Israel. La redenci´n del a o o pueblo jud´ est´ fuertemente vinculada a la emancipaci´n de toda la humanidad ıo a o as´ como a la destrucci´n de la maldad y la tiran´ Es la primera etapa en ı o ıa. el retorno a Dios del hombre, donde toda la humanidad estar´ unida como a un “´ nico bando” para cumplir con el prop´sito divino. Este es el “Reino del u o Alt´ısimo” en la Era Mesi´nica. a A pesar de que el Mes´ podr´ ocupar un rol central en este “Reino de los ıas ıa Cielos”, ´l no es la figura principal. Esta posici´n puede pertenecerle unicamente e o ´ a Dios. Este es, en breve, el concepto del Mes´ Jud´ ıas ıo. El Mes´ Cristiano ıas La figura principal en el Cristianismo es su Mes´ Su mismo nombre indica ıas. que el Cristianismo est´ completamente centrado-basado en la personalidad del a Mes´ Como se dijo anteriormente, el nombre “Cristo” viene de Cristos, el ıas. vocablo griego para Mes´ Los Cristianos son entonces aquellos que hacen a la ıas. persona del Mes´ lo central de sus ense˜anzas. ıas n La primera de las diferencias mayores entre los jud´ y los primeros cris- ıos tianos era que los cristianos cre´ que el Mes´ ya hab´ venido, mientras que ıan ıas ıa los jud´ cre´ que todav´ estaba por venir. Al principio, este era el principal ıos ıan ıa punto de controversia. Los jud´ planteaban una gran objeci´n al Mes´ Cristiano que yac´ en el ıos o ıas ıa hecho de que ´l hab´ fallado. El Juda´ e ıa ısmo siempre ha ense˜ ado que el Mes´ n ıas redimir´ a Israel en un sentido pol´ a ıtico, y Jes´ s fall´ pues no cumpli´ con esto. En u o o cambio, ´l fue azotado y humillado como el com´ n de los rebeldes, y finalmente e u fue crucificado a la par de dos ladrones ordinarios. ¿C´mo pod´ ser reconciliada la carrera de Jes´ s con el cuadro glorioso que o ıa u sobre el Mes´ hab´ sido ense˜ado por los Profetas de Israel? Los primeros ıas ıa n cristianos enfrentaron este dilema y, al justificar a Jes´ s como el Mes´ u ıas, al- teraron radicalmente el concepto entero. Estas nuevas ideas Mesi´nicas fueron a desarrolladas en los escritos de Juan y, m´s aun, en las Ep´ a ıstolas de Pablo. Si buscamos en estas fuentes, encontramos una transici´n gradual. El Mes´ o ıas de los Jud´ progresivamente se transform´ en el Cristo de los Cristianos. Se ıos o puede seguir el rastro en una serie de pasos l´gicos. o 1. Jes´ s fall´ totalmente en redimir pol´ u o ıticamente a los Jud´ y, por tanto, ıos los primeros cristianos no pod´ seguir teniendo esto como una tarea del ıan Mes´ A la redenci´n hab´ que darle otro significado. Ense˜ aron por ıas. o ıa n 18
  • 23. La transici´n de “Mes´ o ıas” a “Cristo” tanto que su misi´n no era redimir al hombre de su opresi´n pol´ o o ıtica, sino solamente de su maldad espiritual. 2. Una vez que la misi´n del Mes´ fue redefinida, tambi´n pod´ ser ex- o ıas e ıa pandida. La opresi´n pol´ o ıtica era un problema especial de los Jud´ pero ıos, la maldad espiritual ten´ alcances mundiales. Los primeros cristianos em- ıa pezaron entonces a ense˜ar que Jes´ s hab´ venido para redimir al mundo n u ıa entero. Rechazaron la visi´n de que ´l vendr´ primero a redimir al pueblo o e ıa jud´ y a su tierra, y de que s´lo entonces redimir´ al resto del mundo. ıo o ıa El reino del Mes´ es por tanto universal, pero s´lo espiritual. Entonces ıas o el reino de Jes´ s “no es de este mundo”. u 3. Jes´ s hab´ sido azotado y humillado como un rebelde com´ n. Sus seguidores u ıa u sintieron, sin embargo, que ´l hab´ predicado unicamente arrepentimiento e ıa ´ y buenas obras y, por tanto, no pod´ ser un rebelde com´ n. Se vieron con- ıa u frontados entonces con una cuesti´n tan dif´ como importante. Si Jes´ s o ıcil u era el verdadero Mes´ entonces ¿por qu´ Dios permiti´ que sobrellevara ıas, e o tan horrendo sufrimiento? ¿Por qu´ fue sometido a la crucifixi´n, la m´s e o a dolorosa y vergonzosa de todas las muertes? ¿Por qu´ Dios no lo salvo de e todo esto? Para sus seguidores s´lo pod´ haber una respuesta. El hecho que Jes´ s o ıa u fuera azotado, humillado y crucificado ten´ que ser la voluntad de Dios. ıa Pero aun quedaba una pregunta en el tintero. Si Jes´ s no peco, ¿qu´ prop´sito u e o habr´ en tal sufrimiento y muerte? Para esto, los primeros cristianos hal- ıa laron una soluci´n de lo m´s ingeniosa. La unica respuesta pod´ ser que o a ´ ıa ´l hab´ sufrido y muerto debido a los pecados de la humanidad. e ıa Pero el punto no estaba completamente resuelto. ¿No hab´ habido muerte ıa y sufrimiento antes de esto? ¿Por qu´ ten´ que morir el mism´ e ıa ısimo Cristo? ¿Qu´ pecado era tan grande que requer´ su sacrificio? e ıa Los primeros cristianos respondieron que era necesario para expiar el peca- do de Ad´n. Toda la humanidad descend´ de Ad´n as´ que todos hered- a ıa a ı aban su pecado. Este “pecado original” no pod´ ser borrado con buenas ıa acciones, ni con el sufrimiento humano habitual. La unica cosa que pod´ ´ ıa eliminarlo era la muerte de Jes´ s. u Por tanto el Mes´ de los cristianos voluntariamente avanz´ hacia una des- ıas o graciada muerte dolorosa y con el prop´sito de que la humanidad pudiera o ser redimida de este “pecado original”. La humanidad est´ por tanto red- a imida de la maldad, el pecado, sufrimiento, muerte y las fuerzas de Sat´n; a todo solamente por la sangre de Cristo. Respaldo para esta creencia fue encontrado en el cap´ ıtulo 53 de Isa´ ıas, donde el Profeta habla del siervo sufriente de Dios quien “carg´ con o el pecado de muchos”. En vez de interpretarlo en referencia al pueblo perseguido, Israel, los primeros cristianos afirmaron que se refer´ a Jes´ s. ıa u 19
  • 24. La transici´n de “Mes´ o ıas” a “Cristo” 4. Pero la pregunta de por qu´ la carrera del Redentor termin´ con tan e o vergonzosa muerte, permanec´ La historia necesitaba una continuaci´n. ıa. o Tal ep´ılogo hall´ asidero en otra creencia jud´ tradicional: la Resurecci´n o ıa o de los Muertos. Los primeros cristianos ense˜ aron entonces que Jes´ s se n u hab´ levantado de los muertos y, por tanto, que era el primero en as´ ıa ı hacerlo. Por tanto Jes´ s no es mortal como los otros hombres. u 5. Los seguidores de Jes´ s no pod´ permitirse decir que Dios hab´ forzado u ıan ıa este sufrimiento y muerte sobre su Mes´ Por tanto ten´ que argumen- ıas. ıan tar que el deseo de (su) Mes´ era exactamente el deseo de Dios, aun ıas cuando le llevara a la crucifixi´n. Pero, ¿c´mo podr´ un simple mortal o o ıa sobrellevar tal sufrimiento? Los primeros cristianos replicaron que Jes´ s u no era un simple mortal. Puesto que su voluntad estaba particularmente conectada con la de Dios, Jes´ s ten´ que estar conectado con Dios tam- u ıa bi´n de un amanera particular. e 6. Durante su vida, Jes´ s a menudo hablo de Dios como “mi Padre en los u Cielos”. Para los jud´ esta era una frase po´tica de uso cotidiano, y de ıos, e hecho todav´ se la usa en los rezos jud´ Para los gentiles paganos, sin ıa ıos. embargo, ten´ connotaciones mucho m´s literales. Los griegos ya pose´ ıa a ıan leyendas acerca de hombres que hab´ sido engendrados por dioses que ıan hab´ visitado a mujeres mortales. Leyendas como estas se hab´ disem- ıan ıan inado incluso respecto a eminencias como Plat´n, Pit´goras y Alexander o a el Grande. ¿Por qu´ tendr´ Jes´ s que ser algo menos? Interpretaron en- e ıa u tonces la expresi´n po´tica casi literalmente para explicar que Jes´ s ten´ o e u ıa realmente una relaci´n gen´tica con Dios. Jes´ s vino consecuentemente a o e u ser el “hijo de Dios”, concebido cuando el Esp´ ıritu Santo visit´ a Mar´ o ıa. En tanto que “hijo de Dios”, Jes´ s no era susceptible a pecar ni siquiera u a morir. La muerte de Jes´ s fue por tanto temporaria. La unica raz´n por la que u ´ o fue necesaria fue para expiar el pecado de Ad´n. Sus seguidores ense˜aron a n que Jes´ s hab´ resucitado para la eternidad y que hab´ ascendido al u ıa ıa cielo. All´ ´l se sienta “a la diestra de Dios”, aun m´s alto que los ´ngeles. ıe a a Este fue el primer paso hacia la deidificaci´n de Jes´ s, y no fue muy dif´ o u ıcil para el mundo pagano dar el segundo paso. A Jes´ s se le atribu´ frases u ıan como “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). Hab´ tambi´n hablado de ıa e “El Padre, el Hijo y el Esp´ıritu Santo” (Mateo 28:19). Fue f´cil para los a cristianos paganizados ver a estos tres como iguales e identificar a Jes´ su con el “Hijo”. Jes´ s vino a ser por tanto Dios-hombre — una persona con dos natu- u ralezas. El es Dios y hombre al mismo tiempo. Como consecuencia, los cristianos pronto se vieron a s´ mismos hablando de Mar´ como la “madre ı ıa de Dios”. 20
  • 25. La transici´n de “Mes´ o ıas” a “Cristo” 7. Sin embargo todav´ hab´ profec´ mesi´nicas que Jes´ s no hab´ cumpli- ıa ıa ıas a u ıa do. Los primeros cristianos ense˜ aron por tanto que regresar´ al mundo n a nuevamente, la “segunda venida”. Ocurrir´ entonces el D´ del Juicio y a ıa Jes´ s, habiendo tomado su lugar a la “derecha de su Padre”, juzgar´ a u a todo hombre que haya pasado por la tierra. Aquellos que creyeron en ´l e ser´n justificados, y los que no ser´n eternamente condenados al infierno. a a Es s´lo despu´s de este juicio que Sat´n ser´ vencido. El mal terminar´ en- o e a a a tonces, el pecado se desvanecer´, y no habr´ m´s muerte. Los poderes de a a a la oscuridad ser´n entonces eliminados, y el reino de los cielos ser´ estable- a a cido. 8. Hasta entonces, en este mundo toda oraci´n debe ser dirigida a Jes´ s. El o u cristiano por tanto concluye todo rezo “en el nombre Jesucristo nuestro Se˜ or”. En este sentido, Jes´ s es el mediador entre Dios y el hombre. n u *** Esto es, en esencia, lo que los primeros cristianos le hicieron al concepto jud´ de Mes´ El Mes´ ces´ de ser un simple hombre y traspas´ los l´ ıo ıas. ıas o o ımites de mortalidad. Ellos ense˜ aron que el hombre no puede redimirse a s´ mismo n ı del pecado y, por tanto Dios, vestido como Mes´ ten´ que derramar de su ıas, ıa propia sangre para redimir a la humanidad. Puesto que Jes´ s no cumpli´ con u o las profec´ mesi´nicas m´s importantes, ellos esperaban la “segunda venida” ıas a a para completar esta tarea. Al principio los cristianos esperaban que esta “segunda venida” se diera pronto y oraron pidiendo poder presenciarla con sus propios ojos. Cuando su oraci´n no fue escuchada, empezaron a pensar que se dar´ mil a˜ os despu´s o ıa n e de la muerte de Jes´ s. Este fue el milenio o “reino de mil a˜os”. Finalmente, u n cuando pasaron mil a˜ os y puesto que Jes´ s no hab´ venido, pospusieron su n u ıa “segunda venida” para un futuro indefinido. Vemos entonces que los primeros cristianos fueron forzados a alterar radical- mente el concepto jud´ de Mes´ para poder justificar el fracaso de Jes´ s. Esto, ıo ıas u ali˜ado por la influencia pagana de la primera iglesia dio lugar a un concepto n totalmente ajeno al Judaismo. Reacci´n jud´ o ıa No es muy dif´ entender porqu´ los Jud´ rechazaron totalmente los ıcil e ıos planteos del Cristianismo. Para empezar, los Jud´ ten´ una tradici´n bien sustentada en las ense˜ anzas ıos ıan o n de los Profetas, de que el Mes´ traer´ cambios mayores al mundo. El “reino ıas ıa espiritual” de ninguna manera cumpl´ estas profec´ Adem´s la idea de una ıa ıas. a “segunda venida” no ten´ fuerza pues no tiene base alguna en la literatura ıa b´ ıblica. 21
  • 26. La transici´n de “Mes´ o ıas” a “Cristo” Ante todo, el jud´ no encontr´ evidencia alguna que respaldara la afirmaci´n ıo o o de Jes´ s (de que era el Mes´ u ıas). Por otro lado, la carencia de ´xito de Jes´ s e u jugaba en su contra. Sin embargo y aun m´s importante era el hecho que los cristianos hab´ a ıan desarrollado su creencia en Jes´ s de manera tal que alteraron radicalmente u muchas de las creencias jud´ m´s importantes. Incluso un concepto tan b´sico ıas a a como la unidad de Dios fue amenazado por sus ense˜ anzas. Aun si fuera algo n concreto el Mesianismo de Jes´ s, las consecuencias l´gicas tendr´ que ser u o ıan rechazadas. Los primeros cristianos intentaron justificar su contenci´n mediante hallaz- o gos en las Escrituras jud´ Navegaron sutilmente por la Biblia entera buscando ıas. evidencias, aunque fueran endebles, para probar tanto que Jes´ s era el Mes´ u ıas como que su estructura l´gica completa concordaba con las antiguas ense˜ anzas o n jud´ En muchos casos, no fueron m´s all´ de presentar versos fuera de con- ıas. a a texto, cambiar textos, e incluso traducirlos de mala manera, con el prop´sito de o sustentar su punto. Uno no necesita m´s evidencia que el hecho de que la may- a or´ de los eruditos (b´ ıa ıblicos) cristianos rechazan totalmente todas las “pruebas” de los primeros cristianos. En efecto, algunas de las mejores refutaciones a estas “pruebas” pueden se halladas en comentartios b´ ıblicos cristianos de actualidad. Un punto de lo m´s grave era que el Cristianismo intent´ establecerse como a o el nuevo “Israel” y mir´ a los jud´ como ya rechazados por su Dios. Ense˜o o ıos n por tanto que el Judaismo era una religi´n corrupta y agonizante, con pocas o espectativas de crecimiento y ´xito. e Por su parte, sobre este punto, los jud´ antes que hablar hicieron. Lo refu- ıos taron generando uno de los per´ ıodos de mayor creatividad de su historia. El alcance completo de la literatura Talm´ dica fue desarrollado esencialmente du- u rante los primeros a˜os de la Era Com´ n. n u Entonces, para el jud´ la mayor refutaci´n al cristianismo era el hecho de ıo, o que el Juda´ısmo mismo permaneci´ vivo y vital. El jud´ ha encontrado que o ıo puede tanto existir como florecer sin tener que aceptar las creencias cristianas. El cr´e que el Mes´ est´ todav´ por venir y que, al mismo tiempo, la verdad e ıas a ıa se conocer´ y ser´ justificada ante el mundo. a a 22
  • 27. El perfil del movimiento “Jud´ por Jes´s” est´ sustentado por el movimiento ıos u a ecum´nico. Tal movimiento tiene precedentes antiguos y peligrosos para el jud´ e ıo. Ecumenismo y di´logo a 1263 E.C. por Berel Wein L os vientos de cambio que el Vaticano II despleg´ en el mundo cristiano o est´n comenzando a sentirse. Y aun cuando la posici´n de la Iglesia Cat´lica a o o respecto a los Jud´ y al Juda´ ıos ısmo no presenta a´ n cambio sustantivo alguno, u la nueva metodolog´ de la Iglesia para tratar el problema que le representa ıa el pueblo de Israel ha empezado a emerger. El principal puente que la Iglesia espera usar al expandir una relaci´n positiva con el pueblo jud´ especialmente o ıo, en los Estados Unidos, es el de foros abiertos y di´logo. La Iglesia est´ ahora muy a a interesada en promover la discusi´n p´ blica y abierta entre Jud´ y Cristianos o u ıos sobre las diferencias y similaridades de las dos religiones principales de occidente. Al hacerlo, la Iglesia ha hallado respuesta en ciertos c´ ırculos jud´ıos, una vez m´s, particularmente aqu´ en los Estados Unidos. A diferencia de la Juder´ a ı ıa Ortodoxa, las agencias que representan a las alas Conservadora, Reformista y secular de la juder´ han comprometido su participaci´n en este di´logo. [La ıa o a excepci´n de la Ortodox´ es notable por dos razones. Primero, es una de las o ıa pol´ıticas en que toda la Ortodox´ est´ de acuerdo. Segundo, la posici´n de ıa a o la Ortodox´ perturba tanto a los participantes cristianos como a los jud´ ıa ıos no-ortodoxos: no tener la cooperaci´n y bendici´n del jud´ tradicional (cuya o o ıo participaci´n - todos sienten - dar´ real sustancia a tal intercambio) evidencia o ıa una falta de valor del di´logo.] a Sin embargo, la idea de un “di´logo” entre Jud´ y Cristianos no es un a ıos invento del siglo veinte sino que fue ya explorada siglos atr´s (obviamente en a un entorno distinto y bajo otras circunstancias). El ejemplo m´s famoso de un intercambio de este tipo es el debate que tuvo a lugar en la ciudad de Barcelona, Espa˜a, en el a˜ o 1263. Cuando Jaime I de n n Arag´n se sent´ en el trono del norte de Espa˜a, el esp´ o o n ıritu de dominio cristiano sobre el mundo civilizado empez´ a percibirse en el aire. M´s de setecientos o a a˜os han pasado desde entonces, pero en las memorias de ese di´logo escritas n a por Rab´ Mosh´ ben Najman (comunmente llamado Ramban y, en el mundo ı e no-jud´ Najm´nides), y preservadas en fuentes jud´ y gentiles, uno siente ıo, a ıas las emociones de ese momento en Barcelona y un sentimiento de actualidad y relevancia invade al lector de tales memorias. Porque aqu´ vertidos sobre un ı 23