ESCATOLOGÍA: LA FUERZA Y ESPERANZA DEL VERDADERO PUEBLO DE YHWH.pdf
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1. Servidores de Satanás al descubierto
1.- Versículo para Memorizar
2.- Enseñanza Bíblica
Al abordar el tema sobre la existencia y estratagemas de Satanás, nos encontramos con dos polos opuestos
hacia los que se inclinan muchos cristianos. El primero está compuesto por quienes viven bajo un temor
irracional hacia el enemigo, mientras que el segundo está integrado por quienes lo ignoran como si se tratara
de un ser mitológico.
Lo cierto es que nuestro adversario espiritual no solamente existe sino que tiene bajo su dominio el mundo
creado y en particular a quienes son rebeldes para con Dios, tal como lo leemos en Efesios 2:2 "...en los cuales
anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad
del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia...".
El diablo domina a través de fuerzas que para muchos resultan desconocidas y por tanto, le resultan tan
efectivas. Quien ignorar el poder sobrenatural, de bien o de maldad, desconoce lo que puede ocurrir en la
dimensión espiritual.
¿Por qué hay quienes se rinden al diablo?
Aun cuando pasa inadvertido para el común de las personas, cada día es mayor el número de hombres y
mujeres que se rinden al diablo y terminan bajo terribles ataduras.
En cierta ocasión, durante una visita evangelística a Popayán, una ciudad católica por tradición en Colombia,
hablaba con algunos líderes respecto al ambiente de religiosidad que se apreciaba por todas partes. "Acá se
percibe que la gente es devota", comenté, a lo que respondió una maestra: "No crea, aunque se advierte
tranquilidad, esta es una ciudad donde decenas de personas están enredadas en el ocultismo e incluso, en
cultos satánicos".
El asunto me interesó y en una agradable velada miramos el asunto desde la perspectiva bíblica. Coincidimos
en que las personas que se rinden a Satanás lo hacen en procura de poder, de ganancias materiales o de poder.
Lo hacen deliberadamente. Concientes. Con su acción, le abren puertas al ocultismo y sin proponérselo, en
muchos de los casos, se convierten en servidores de Satanás.
Ministros del diablo
Todas las personas que trabajan con y a través del ocultismo, pueden ser identificadas sin temor alguno como
ministros del diablo. Es así como usted encuentra astrólogos, médiums, hechiceros, encantadores, sacerdotes
satánicos y la amplia rama de las personas que se desenvuelven en el ámbito espiritual de maldad.
Lo más sorprendente es que el adversario los respalda y publicita de tal manera que, si hay un negocio
rentable, es montar un consultorio ocultista. Muchas personas están ansiosas por conocer el futuro, por atraer
al ser amado o al que resulta renuente a las pretensiones sentimentales o simplemente, quien desea ser
prosperado.
Armas de la maldad
Ahora que hemos tenido una perspectiva amplia de lo que son los ministros de Satanás y la forma como
actúa, es importante que hablemos de un arma que utilizan: las Maldiciones.
Las profieren contra aquellos que son blancos de su ataque, esa es la razón por la que usted y yo—que somos
objeto del odio de Satanás, debemos cubrirnos con la sangre del Señor Jesús, vertida por nuestra libertad en la
cruz del Calvario.
Es imperativo que tomemos autoridad en el Hijo de Dios y vamos hacia delante, en victoria, sabiendo que
cualquiera que sea la circunstancia que enfrentemos, tenemos asegurada la victoria. Así podemos leerlo en un
texto tan importante como Lucas 10:18-20. "Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He
aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os
dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres
están escritos en los cielos."
Es necesario que, en nuestra condición de creyentes en Dios, ejerzamos la autoridad. Recuerde siempre que
Cristo Jesús nos hizo vencedores. Y si estamos tomados de su mano, toda maldición es rota, porque nos
apropiamos de Su Palabra.
3.- Lecturas Devocionales
Lunes: Jeremías 14:1-22; Martes: Jeremías 29:1-14 Miércoles: Mateo 6:24-34; Jueves: Mateo 19:16-30;
Viernes: Apocalipsis 7:1-17; Sábado: Eclesiastés 5:8-20; Domingo: Éxodo 81-14.