La carta critica el uso excesivo de palabras en inglés en español, argumentando que esto hace que la cultura española pierda su identidad y autenticidad. La autora proporciona varios ejemplos de palabras inglesas como "pins", "lunchs", y "castings" que han reemplazado a sus equivalentes en español, y expresa que en el pasado los niños leían tebeos en lugar de comics y los estudiantes pegaban carteles en lugar de posters.