El autor argumenta que el apoyo al gobierno en Venezuela podría conducir a la pérdida de derechos y privilegios como en otros países con revoluciones. Insta a los que apoyan al gobierno a reflexionar sobre si podrían vivir como los cubanos sin acceso a vivienda, transporte o internet. También advierte que las revoluciones suelen terminar persiguiendo a quienes inicialmente las apoyaron y pide a los venezolanos unirse para defender sus derechos antes de que sea demasiado tarde.