2. La autoestima es la valoración o agrado que se tiene de uno
mismo.
Está basada en el autoconcepto, lo que pensamos de
nosotros mismos, cómo nos vemos en lo referido a nuestro
modo de ser (simpáticos, alegres, callados, felices…), imagen
personal (altos, bajos, guapos, flacos…) y cómo creemos que
nos ven los demás.
3. La autoestima se fundamenta en las tres
siguientes convicciones:
•Soy digno de que me amen. Importo y tengo
valor porque existo.
•Soy valioso. Sé que tengo algo que ofrecer a los
demás.
•Puedo manejarme a mí mismo y manejar lo
que me rodea, con eficiencia.
4. • Las personas con baja autoestima se sienten a
disgusto consigo mismas. Se evitan las situaciones en
las que hay que poner en juego las capacidades; lo que
hace que se reduzcan las oportunidades.
• La falsa autoestima conduce al engreimiento, la
presunción, la agresividad y el malestar. Briggs (1970)
define la autoestima como “un silencioso respeto por
uno mismo”, el engreimiento no es más que una
delgada capa que cubre
5. • Las personas con buena autoestima se sienten bien
consigo mismas.
• La sana autoestima, es el reconocimiento de lo
positivo que tenemos en nosotros mismos y el
reconocimiento de aquellas cosas “menos positivas”
que también tenemos, lo que tenemos que cambiar
para mejora y aumentar nuestra autoestima.
• Es una sensación de satisfacción personal, un
agradable sentimiento de tranquilidad y equilibrio
psicológico.
6. Importancia de la autoestima:
•Es fundamental para la salud mental y física de las
personas.
•La mejor vacuna contra los problemas de ansiedad y
depresión. (Una de las mejores “defensas” orgánicas)
•Influye en el estilo cognitivo ( optimista-pesimista,
Seligman)
•Influye en el rendimiento escolar. (autoconcepto
académico).
•Es importante para las habilidades sociales.
8. • 2.1.- La autoestima se aprende.
• No se hereda, no es innata. El hijo “copia” el modelo paterno. El
niño forma su Autoconcepto mirándose en el espejo que suponen
los otros. No son importantes las palabras que se le dicen al niño,
que pueden quedarse en una mera adulación, sino los sentimientos
que se le transmiten y la seguridad que le irá transmitiendo al niño
el saber que puede solucionar de manera satisfactoria los
problemas que la vida le va presentando y que se puede aprender
del fracaso.
• La autoestima es cambiante. Puede verse afectada por los
acontecimientos que rodean al niño o por cómo los percibe.
Aunque, A los 5 años el niño ya ha fraguado su autoimagen. Una
vez fraguada, la necesidad de coherencia interna le obliga a
protegerla.
9. 2.2.- Importancia de la familia en el desarrollo de la autoestima
•Aprenden por modelos, observación, vivencia (ósmosis)
•Los padres transmiten a los hijos el estado emocional que les
caracteriza. (también el estilo cognitivo. Seligman)
•Si los padres no se autorrefuerzan, difícilmente podrán enseñar a los
hijos a hacerlo.
•El estilo educativo: el autoritarismo o la excesiva permisión son
nefastos; una actitud tolerante y flexible, aunque firme, es lo correcto.
•Hacerles partícipes, desarrolla el vínculo, y por ende la autoestima.
Sentir el grupo como propio. Compartir. Hacerles sentir especiales.
Desarrollar en ellos la responsabilidad.
•Transmitirles valores, ideas y creencias que les dirijan.
•Ordenarles el espacio y tiempo para que se haga fuente de éxitos.
Orden limpieza, horarios, claridad en la comunicación…
•La coordinación con el colegio es fundamental (Y valoración, ¿Qué
pensaríamos de alguien que sistemáticamente minusvalorara nuestro
trabajo?)
10. 2.3.- La autoestima en la escuela
•Existe una estrecha relación entre la autoestima y la capacidad
para aprender. Se muestran reacios a asumir retos, a
comunicarse, rechaza actuar por temor a una evaluación
negativa (círculo vicioso).
•La falta de autoestima produce ansiedad social, sumisión,
búsqueda constante de la aprobación de los demás.
•Encuentran muchas dificultades para tener amigos estables.
12. 3.1. Ámbito personal:
•Poca personalidad o estilo propio. Repiten las ideas,
frases, acciones, situaciones… de otros.
•Escasa imaginación y creatividad; poca iniciativa,
difíciles de motivar.
•Miedo al cambio. La persona que se aferra a una
identidad negativa no hace sino protegerse contra
grandes cambios. El cambio es algo que toda persona
con baja autoestima ve con alarma y desconfianza.
•Muy autocríticos consigo mismos. Frecuentemente se
desvaloran, autodesaprueban o recriminan.
•Exigentes y críticos con los demás.
•Caen en el desánimo con facilidad.
13. 3.2. Ámbito cognitivo:
•Rigidez de pensamiento. Se muestran tercos, con gana de
salirse siempre con la suya; intentando imponer gustos y
pareceres, desvalorando los de los demás.
•Sus pensamientos son devaluativos. Se sienten poco
valiosos. Inseguridad.
•Suelen ser poco creativos y originales.
•Echan la culpa a los demás. Creen que les tienen manía…
•Errores típicos en su estilo cognitivo: generalización negativa
(Todo me sale mal, me pasa en todos sitios, con todo lo que
hago, en todo tiempo…), pensamiento catastrofista (o todo o
nada), uso frecuente de los “debería”, de etiquetas,
pensamientos emocionales, “adivinación” de lo negativo.
Autocrítica negativa. Se autoinculpan de todo lo malo que les
ocurre.
•Se evalúan en todo momento; analizan continuamente cada
gesto, acto o pensamiento que realizan. Son muy sensibles a
las críticas.
14. 3.3. Ámbito emocional:
•Miedo a lo nuevo o desconocido, a investigar o cambiar.
Rutinario.
•Frecuentemente se muestras aburridos y lo manifiestan
abiertamente.
•No saben lidiar con el fracaso o la frustración; en general, se
muestran faltos de control emocional.
•Intentan ocultar sus sentimientos.
•Se sienten infelices, tristes, disgustados y frustrados.
•Su actitud suele ser a la defensiva.
•Se sienten inseguros y poco valiosos.
•Si pierden, se enfadan. Cuando obtienen una victoria, la
satisfacción que experimentan es tan intensa que muestran
reacciones exageradas.
•No son espontáneos, no ríen abiertamente, se muestran
tímidos y retraídos.
15. 3.4. Ámbito conductual:
•No suelen tener unos objetivos claros, no saben bien lo que quieren.
•Son desordenados, desorganizados, desaliñados, no acaban lo que empiezan.
•Tendencia a hablar mal de sí mismos.
•Evitan las situaciones que pueden producir ansiedad o miedo. Tienden a aislarse a no
actuar; Tienen miedo a hablar en público, y un gran sentido del ridículo. Poco
emprendedores.
•Actúan siempre bajo un fuerte componente de ansiedad, lo que les impide estar
concentrados en la tarea; Piensan más en las consecuencias que en las acciones
necesarias para llevar a cabo la tarea.
•Pierden mucho tiempo chequeando si lo que hicieron está bien o mal (Checking). Por
lo que suele tardar más tiempo en realizar sus tareas académicas.
•Se dejan influir por los demás. A veces se muestran excesivamente serviles y exigentes
de un cariño “sofocante” (“o soy como debo ser o no valgo nada”). Necesitan la
aprobación constante de los demás.
•Repentinamente, “de pronto”, estallan, presentando conductas desafiantes y agresivas,
una respuesta enmascarada de frustración, tensión y tristeza acumulada.
•Se muestran como personas tímidas, inseguras, dependientes, deprimidas,
desconfiadas, temerosas, complacientes (serviles), inhibidas y poco comunicativas.
•Actitud de perdedores.
16. 3. 5. Ámbito social y de ocio
•Poca participación en actividades grupales, suelen pasar
mucho tiempo realizando actividades individuales.
•Poca participación en las tareas domésticas, escolares,
extraescolares, de ocio… En general, eluden actuar; temen
ser evaluados.
•Hablan poco sobre lo que les acontece, desconexión entre
sus diferentes ambientes.
•No son buenos en deportes o juegos sociales.
•Dificultades para crear, mantener o profundizar en la
amistad o relaciones sociales.
•Carencia de habilidades sociales : sonreír y saludar,
preguntar, responder (preguntas y respuestas abiertas o
cerradas), escuchar, contar historias, agradecer, aceptar
sugerencias, participar, compartir, saber perder, realizar y
aceptar cumplidos, pedir y recibir favores… Ver anexo en el
que se detallan las 50 habilidades básicas de Goldstein.
19. 4.1. PENSAMIENTOS
•Sus pensamientos son positivos
•Toleran bien la frustración y el desengaño
•Son conscientes de sus aptitudes y limitaciones.
20. 4.2. SENTIMIENTOS
•Sienten un gran orgullo personal
•Se sienten capaces de influir sobre las otras
personas.
•Se sienten queridos, respetados y valiosos.
23. • Espejos negativos. No importa quién es uno, sino quién cree
uno que es. Ningún niño puede “verse” a sí mismo de forma
directa, sólo lo hace en el reflejo de sí mismo que le
devuelven los demás. Devaluación del niño a través de la
recepción de mensajes negativos acerca de sí mismo por
parte de las personas significativas en su vida: padres,
familiares, profesores… Criticarlo por lo que es, no por lo
que hace. Generalizar lo negativo.
• Falta de habilidades específicas.
• Problemas e impedimentos físicos o psíquicos reales. Los
familiares o personas del entorno cercano al niño pueden
focalizar su atención e interacción entre ellos y el niño en
base al déficit o impedimento, con lo que consiguen que el
niño se focalice también en el problema. Cualquier
incapacidad resulta mucho menos vital que las reacciones
que dicha incapacidad suscita en quienes rodean al niño.
24. • Problemas para aceptar las diferencias de los demás, esto puede ser
un índice de baja autoestima es baja. Se siente amenazado por las
diferencias.
• Sobreexigencia. Medio altamente demandante. Expectativas muy
altas. La baja autoestima se encuentra ligada a las autoexigencias
imposibles. “Los niños que se atrasan en los estudios proceden, en su
mayor parte, de hogares en que existe presión constante para el logro
de más y mejores realizaciones. Los padres que nunca dejan de
acicatear a sus hijos no hacen más que comunicarles indirectamente la
poca fe que tienen en ellos”. (ÇBriggs, 1970). Es frecuente definir la
autoestima como el cociente de dividir las expectativas entre la
realidad.
• Sobretolerancia. Algunos de los niños más infelices provienen de
familias sobretolerantes. Es vital que los padres impongan normas y
límites y eduquen al niño desde un principio para resolver de manera
eficaz la frustración y el fracaso (resiliencia).
25. • Sobreprotección. Es un problema de los padres que termina por
afectar al niño. Al no permitirle enfrentarse a los retos cotidianos, se
le transmite la idea de incapacidad, falta de seguridad y confianza. La
sobreprotección. La sobreprotección equivale más a decir “eres
incompetente” que a decir “eres digno de amor”.
• Incompatibilidad entre los valores transmitidos y los de su medio.
• Estilo de pensamiento inadecuado. Errores típicos: inferencia
arbitraria, abstracción selectiva, magnificación de lo negativo,
minimizar lo positivo, personalización de lo negativo, pensamiento
rígido y dicotómico.
• Los medios materiales suelen servir como substitutos del amor. Es
más fácil dar cosas del exterior que de uno mismo. (ej., tiempo en
cantidad y de calidad). Dedicarle “atención concentrada”, estar
presentes cuando se está con ellos. Un niño definió a los abuelos
como “personas que tienen tiempo para los niños”.
26. - 6 -
Cómo aumentar la autoestima
de los niños
27. • Procurarles unos buenos modelos de ser y de actuación.
Honestidad. El ingrediente más importante de toda relación
positiva es la honestidad. El progenitor aparentemente “perfecto”
es, casi siempre, un progenitor enmascarado. Hay que ser fuerte
para mantenerse abierto. Una idea falsa muy extendida es que
debemos aparentar ser dioses ante los niños para hacernos valer o
respetar. También los padres pueden permitirse la imperfección.
• Autoaceptación. Autoaceptarse no es lo mismo que gustarse, ni
menos aún que desinteresarse por el propio desarrollo personal.
Convenzámonos: un pez debe ser un pez, un magnífico pez, pero no
tiene por qué ser un pájaro (Bonet, 1997).
• Enseñarles a reconocer sus emociones y a lidiar con ellas de una
forma eficaz y positiva.
28. • La persona con alta autoestima no tiene por qué negar lo que
siente. Nos negamos a dejar que los niños sean dueños de sus
sentimientos, les decimos que sus emociones son erróneas o
inadecuadas, y hasta que no existen. La seguridad psicológica se
resiente cuando se niega la propiedad de los sentimientos.
• No juzgar permanentemente. Los juicios invitan al niño a ponerse
a la defensiva y a no prestarnos atención. Juzgamos y juzgamos. La
mayoría de nosotros se ha pasado la vida siendo juzgado.
• No proyectar en los hijos nuestros anhelos insatisfechos, no
juzgándolos desde la experiencia que ellos no tienen. Criándolos
desde sus propias necesidades no desde las nuestras. Cuanto más
satisfecho se siente uno como persona, menos utiliza a sus hijos
como cubierta protectora. La capacidad de las personas para
reafirmar a los niños depende de la que tengan para reafirmarse a
sí mismas.
29. • No enfocarnos sólo hacia la recriminación de lo negativo.
Buscar, encontrar lo positivo… y decírselo.
• Ayudarles a encontrar sus puntos fuertes.
• Elogiar, aunque no en exceso. Tampoco adular.
Reconocer y valorar sus logros.
• No ridiculizar. Diferencial entre el “ser” y el “hacer”.
• Ayudarles a tolerar sus frustraciones.
• Enseñarles a mostrarse proactivos frente a la adversidad.
Mostrarles la culpa y el miedo como los grandes
paralizadores de la acción. Ayudarles a asumir riesgos.
30. • Fomentar la comunicación sincera y fluida en los diferentes
ambientes e instituciones de las que forman parte. La empatía.
Cuando uno es empático, no trata de modificar los sentimientos del
niño. Desea ver como él, sentir como él. Consiste en oír con el
corazón, no con el cerebro. La empatía dice: “La forma en que tú
ves las cosas es importante para mí. Quiero realmente comprender
cómo es el ser tú, porque me interesas”. Quien se siente
comprendido, se siente amado.
• Procurarles un estilo comunicativo asertivo, no agresivo o pasivo.
• Dedicarles tiempo. En cantidad y calidad. Interesarnos por su vida
académica, social lúdica… Hablar con ellos de “sus cosas”.
• Evitar la sobreprotección; fomentar su autonomía, enseñarles a ser
responsables.
31. • Evitar la sobreexigencia. Expectativas realistas y adecuadas
(efecto Rosenthal)
• Enseñarles a autorreforzarse, a usar el lenguaje positivo
para animarse y dirigir la tarea, a recompensar los
esfuerzos y éxitos.
• Ayudarles a organizarse, a plantearse metas y objetivos, y
a dar los pasos para llevarlos a cabo.
• Mejorar la conducta. Descubrir los comportamientos,
hábitos… en los que cabe mejora, y trabajar para
conseguirlo.
32. • Mejorar la imagen personal, tanto en el apartado
físico (higiene, alimentación, vestido…) como en el
psicológico (estilo cognitivo sano y eficaz).
• Procurarles un ambiente enriquecido y variado que
les ayude a formarse intelectualmente y desarrollarse
social y emocionalmente.
• Integrarlos, hacerles sentir parte y partícipes en los
grupos familiares y sociales a los que pertenecen.
• Enseñarles habilidades sociales.