Relación del derecho con las ciencias políticas.pptx
Los dos mandatos o el cortijo
1. Los dos mandatos y el cortijo español
La ley 1/2014, de 14 de febrero, cuyo artículo 8.3 contiene una medida nunca antes vista en
la democracia española, suscitó una grave controversia convirtiendo a Extremadura en
noticia a nivel nacional. Esta medida no es otra que limitar el mandato de los presidentes
autonómicos extremeños a dos mandatos.
Se trata de una medida loable, que sin duda avanza en la regeneración democrática tan
cacareada a nivel nacional pero falta de medidas concretas como ésta tomada por el
presidente Monago. Habría que tomar más medidas como ésta para que, poco a poco, la
democracia española vaya saliendo de ese anquilosamiento en el que lleva postrada varias
décadas.
La política jamás puede ni debe ser un cargo vitalicio. Los políticos son servidores públicos,
no al revés. Y la continua reelección de algunos líderes puede llevarles a pensar que están
legitimados para convertir su territorio en su propio cortijo, donde hagan y deshagan a
voluntad, pues jamás van a ser desalojados del poder. También comienzan a aparecer redes
clientelares en torno al jerifalte de turno. Todo ello desemboca en corruptelas de todo tipo,
de las cuales hay ejemplos tanto a nivel nacional—la última legislatura del PSOE—como a
nivel regional—José Bono en Castilla La-Mancha y Chaves en Andalucía—. A nivel
municipal la percepción del propio alfoz como propiedad se acentúa, con ejemplos como
Enciso en El Ejido—cuatro mandatos—o Hernán Díaz en el Puerto de Santa María—
también cuatro mandatos—ambos procesados por corrupción.
No es cierto que esta medida vaya en detrimento de la democracia, como muchos dicen. Es
verdad que prohíbe a un ciudadano presentarse a las elecciones—el mandatario saliente—y
que no deja elegir a los votantes a un político que quizás deseara seguir en su puesto y que
podría ganar unas elecciones. Pero lo que desde luego no ayuda a la democracia es que haya
políticos que lleven veinte años ostentando el mismo cargo y que no tengan otra manera de
ganarse la vida que no sea la política. Para eso no se introdujo la política en España.
El cambio siempre es bueno. Hay que huir de esa mentalidad pesimista—por otro lado, tan
extremeña—de que la mudanza es mala. En esta comunidad, se desalojó al PSOE del
poder en 2011 después de treinta años de mandato continuado y Extremadura va mejor.
Ha entrado aire nuevo en la caduca estructura regional, hay personas nuevas con ideas
2. nuevas a cargo de las decisiones y la actividad legislativa de la Asamblea está siendo mucho
más destacada que bajo Fernández Vara, cuando apenas se proponía nada, pues todas las
ideas socialistas ya estaban implementadas tras seis mandatos de Ibarra y se carecía de ideas
nuevas. Extremadura se ha convertido en centro de la actualidad nacional gracias a las
atrevidas propuestas de Monago.
Otra cuestión es si la frenética agenda de la Asamblea es consecuencia de la pinza PP-IU,
pero si así es, ojalá que los gobiernos de coalición dejen de ser un rara avis en nuestro país.
Es posible que esta pasión por la regeneración democrática quizás haya que buscarla más
en Escobar que en Monago, pero sin duda el que da la cara—y al que se la parten—es al
presidente extremeño, al que le reconocemos—qué menos—su valentía.
Esta ley no obedece a ningún cálculo político. Monago sabe que Extremadura es una
región con una mayoría social socialista y su mandato no es más que un accidente de la
veleidosa Clío. Sabe que el accidente cósmico que le llevó a Mérida no se repetirá en 2015.
Pero quiere dejar su propio legado para la historia, para dejar claro que él fue un “verso
libre”, como él mismo se define, dentro del PP. Pero la idea es buena, aunque solo sea una
ley y el que venga después pueda derogarla.
Ojalá se aprobara en el Congreso de los Diputados. Así España dejaría de ser el cortijo de
los políticos.