Este documento discute la importancia de mantener un sentido de pertenencia y unión en la sociedad. Argumenta que hemos perdido los valores éticos que unían a las comunidades y que esto nos debilita moralmente. Sugiere que debemos esforzarnos por conservar nuestro sentido de pertenencia, comenzando con la familia a través del amor, la comunicación y el respeto. Finalmente, propone que la paz es la mejor manera de mantener unida a la familia.