La radiactividad se define como la propiedad de ciertos isótopos de emitir radiaciones al modificarse espontáneamente su estructura nuclear. Existen tres tipos principales de radiación según su poder de penetración: alfa, beta y gamma. La exposición a altas dosis de radiación puede causar cáncer y otros efectos dañinos, aunque en dosis controladas también tiene usos médicos e industriales. Un ejemplo histórico de los efectos de la radiación son las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki, c
3. [¨Introducción¨] me
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En 1985 el físico alemán W.K. Roentgen estudió las
descargas eléctricas en gases y descubrió la existencia de
una radiación invisible muy penetrante que era capaz de
ionizar el gas y provocar fluorescencia en él, a lo que
denominó rayos X.
Posteriormente, un físico francés, A.H. Becquerel, guardó
unas placas fotográficas envueltas en un papel oscuro en un
mismo cajón donde había un trozo de uranio. Su sorpresa fue
que se encontró las placas fotográficas veladas y éste
comprobó que lo sucedido se debía a que el uranio emitía una
radiación mucho más penetrante que los rayos X. Acababa de
descubrir la radioactividad. Más tarde se descubrieron nuevos
elementos radioactivos, como el torio, polonio, radio y actinio.
Así pues podemos definir radioactividad como la propiedad
que presentan determinadas sustancias (sustancias
radioactivas) de emitir radiaciones capaces de penetrar en
cuerpos opacos e ionizar el aire
4. [¨Definición¨] me
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Los núcleos atómicos de ciertos isótopos de modificar
espontáneamente su estructura fueron identificados con
una propiedad a la que llamamos radiactividad. Su
naturaleza puede ser de dos tipos:
· Radioactividad natural: Es la que manifiestan los
isótopos que se encuentran en la naturaleza.
Radiactividad artificial o inducida: Es la que ha sido
provocada por transformaciones nucleares artificiales.
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[¨Tipos de radiación¨]
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Los distintos tipos de radiaciones se clasifican según el
poder de penetración con los nombres alfa, beta y
gamma.
Alfa: son núcleos de helio formados por dos protones y
dos neutrones. Sólo penetran unas milésimas de
centímetro en el aluminio.
Beta: Son electrones rápidos procedentes de neutrones
que se desintegran en el núcleo, dando lugar a un protón
y un electrón. Son casi 100 veces más penetrantes que
las alfa.
Gamma: son radiaciones electromagnéticas (fotones) de
mayor frecuencia que los rayos X.
7. [¨Efectos biológicos¨] me
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Durante millones de años, los seres vivos hemos soportado la
radiactividad natural de la corteza terrestre y de los rayos cósmicos.
La exposición a altas dosis de radiación aumenta la tasa de cáncer y
pueden producir otros trastornos de tipo genético. Los efectos de la
radiactividad no siempre son perjudiciales ya que si empleamos la
dosis y forma adecuada, la radiactividad tiene muchas utilidades en
distintos campos:
En medicina se utiliza para el tratamiento y diagnóstico del
cáncer, el estudio de órganos y la esterilización del material
quirúrgico.
En la industria se emplean radiografías para examinar
planchas de acero, soldaduras y construcciones.
En química se emplea para investigar mecanismos de
reacción y fabricar productos químicos.
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[¨Uso curioso de la radioactividad¨]
Uno de los numerosos usos de la radiactividad es la
protección de las obras de arte. El tratamiento mediante rayos
gamma permite eliminar los hongos, larvas, insectos o
bacterias alojados en el interior de los objetos a fin de
protegerlos de la degradación. Esta técnica se utiliza en el
tratamiento de conservación y de restauración de objetos de
arte, de etnología, de arqueología.
11. [¨Ejemplo de la radiación¨] me
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Un ejemplo histórico de la radiación es la bomba atómica
Los efectos de la radiación
La bomba atómica se caracteriza por la extraordinaria energía
calorífica que desprende al estallar y por liberar la llamada
"radiación", que tiene efectos nefastos en el cuerpo
humano. La "radiación inicial", en el momento de la
explosión, consiste en rayos alfa, beta, gamma y neutrones:
casi todo ser viviente que se encuentre a menos de un
kilómetro de radio de explosión de una de estas bombas
muere casi al instante a consecuencia de las profundas
quemaduras que causan las elevadas temperaturas
generadas por estos rayos.
Le sigue la "radiación residual", que emana del suelo (espejo
de la primera radiación): a consecuencia de ella, personas
que no hayan sido expuestas directamente a la bomba (en el
caso de HirosHima y Nagasaki, los equipos de rescate o las
personas que acudieron con posteridad al lugar de los
hechos) resultan también afectadas.
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En el caso de Hiroshima y Nagasaki, además, la nube de
humo provocada por la explosión dejó caer, posteriormente, la
llamada "lluvia negra", igualmente radioactiva. La
radiación, en cualquiera de sus formas, tiene efectos
secundarios en una insospechada variedad de formas: si bien
no pueden determinarse todavía sus efectos concretos en el
cuerpo humano. Por el potencial destructor que se le
atribuye, no han quedado ganas de repetir el método de
prueba y error para averiguarlo. La investigación, eso sí, sigue
adelante.
Enfermedades
Las enfermedades derivadas del contacto con la radiación
pueden dividirse en dos grandes grupos: las que se
manifiestan en los primeros meses y las que lo hacen con
posteridad. En Hiroshima y Nagasaki, las primeras se hicieron
evidentes en los cinco meses que siguieron al desastre y
tenían como síntomas típicos las
náuseas, diarreas, fiebre, hemorragia, pérdida de vello
corporal y malestar general. Todo ello condujo en numerosos
casos a la muerte de los afectados.
15. Las segundas tomaron forma de las llamadas queloides y
múltiples variedades de leucemia. Las queloides son
crecimientos exagerados del tejido cicatricial en el sitio de una
lesión de la piel; en este caso, surgieron a partir de las
cicatrices de las quemaduras. Normalmente debería
aplanarse con los años y no pasar de meras marcas
desagradables a la vista, pero cuando son graves, no siempre
quedan en eso.
En cuanto a la leucemia, cuyo mayor número de casos se
produjo en la década de los 50, si bien se trata de un tipo
poco frecuente de cáncer (sólo un 4% de los cánceres
convencionales), en Hiroshima y Nagasaki el porcentaje se
elevó hasta el 20% y sigue siendo elevado en la actualidad.
Se desarrollaron también otros muchos tipos de cáncer:
según los expertos, no se trata de cánceres especialmente
vinculados a la radiación, sino tumores típicos que, en los
supervivientes y sus descendientes, se desarrollaron a una
edad más temprana de lo que es habitual y con más
frecuencia. Se dice que la radiación redujo significativamente
, además, la esperanza de vida de los afectados;
posteriormente se registró, además, un gran número de
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mutaciones y malformaciones en los fetos de los bebés nú
engendrados por estas personas.