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PRESENTACIÓN
Qué hace un poeta vasco en Palestina, pues qué iba a hacer… escribir,
llorar, escribir, reír y a veces… escribir. Ya pasaron casi cinco años
desde que fui allí dentro de una Delegación de la cultura vasca.
En la retina, muchos momentos, algunos de ellos de extrema crudeza y
para esta presentación les traigo solamente uno, pero creo que
realmente significativo.
En mi querida Hebrón, paseamos por la parte palestina y nos
adentramos en una zona ocupada por los judíos y el ejército israelí.
Allí tenían su sinagoga y al no ser palestinos, podíamos acceder a ella
sin problemas, cosa que hicieron el resto de camaradas de la
delegación. Yo me negué a hacerlo y quedé solo en el exterior donde
media docena de soldados armados acompañaban aquellos momentos
de meditación.
A lo lejos veo acercándose una decena de personas, pienso que son
judíos que vienen del extranjero para visitar Israel y los territorios que
van ocupando. Cuando sus voces llegan casi a mi altura, comprendo
que estoy en lo cierto, pues hablan el idioma que yo comprendo, y
concretamente resulta que son argentinos, comprando reliquias y
recuerdos en un puesto.
Entonces se me ocurre hacerme pasar por judío para sacarles algún tipo
de información. Voy directo al grano y me presento y empiezo a
conversar amistosamente con ellos. Entonces, voy y les digo que hay
demasiados palestinos. No tardé en confirmar mis sospechas y fue al
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recibir respuesta. “Pronto quedará esto limpio” pudieron escuchas mis
oídos. Una afirmación que vale mucho más que miles de palabras y
hechos. Terribles palabras que para ellos era lo más normal mencionar.
Pensé no hablar más con ellos pero las circunstancias dieron un nuevo
giro que me obligó a no mantenerme callado.
Los adultos del grupo se dirigieron a donde los soldados y les pidieron
sus gorros y armas para que sus pequeños hijos se fotografiasen junto
a los soldados.
Yo me coloqué junto al fotógrafo, a escasos metros de la escena y no
permanecí callado. Le dije al fotógrafo qué esperaba enseñar a sus
hijos, fotografiándose con aquellas armas.
Me miró extrañado, como lo hizo el resto de la expedición y los
soldados que allí se encontraban.
El padre me dijo que mi apreciación podía tener sentido pero no en
este caso. Entonces, desenmascarándome ya del todo le dije que
entonces las armas eran malas solo según quién las portase. Permanecí
unos segundos más con ellos y después me alejé unos metros y me
senté para escribir entristecido todo esto que hoy os cuento.
Otro día tal ve os cuente más historias que me ocurrieron en Hebrón o
tal vez os hable de Jerusalén o de Qalquilia, ya veremos. Espero que
pronto volvamos a escribir sobre mi querida Palestina donde una parte
de mí allí se quedó y otra me la traje en forma de recuerdos, poemas y
pesadillas.
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Alegato por Palestina
Gaza es una cárcel
Al aire libre plantada
Los criminales la asedian
Herméticamente cerrada
Y dos millones de personas
Viven en ella hacinadas
Les controlan sus alimentos
Les queman el trigo y la cebada
Les restringen las medicinas
Y sus ambulancias quemadas
Les tienen cortada la luz
Muchas horas por jornada
Mil camiones en la frontera
Que no permiten su entrada
¡Cuántos enfermos murieron!
¡Cuántas mujeres abortadas!
En los pasos fronterizos
Por no permitir su salida
¡Cuántos niños fueron vistos
Llorando su madre asesinada!
Y cientos de niños y niñas
Masacrados y masacradas
Cadáveres, pequeños y adultos
Por la calle ensangrentada
Nunca hubo tal guerra
Sino matanzas organizadas
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Cientos de bombarderos y tanques
Y una nutrida armada
Bombardeando todos a niños
A mujeres desarmadas
Y a jóvenes y ancianos
Sin casas y sin nada
Sus tiendas de campaña
De lona y cuerdas levantadas
Campos de refugiados
Desde que Palestina fue ocupada
Allá por el cuarenta y ocho
Israel fue implantada
Masacrando y expulsando
Una tragedia continuada
Setenta años pasaron
Una matanza prolongada
Sin un día de respiro
Para la población diezmada
Desde Jenin a Gaza
Y Jerusalén la bien amada
Sin olvidarnos de Lydda
Y su matanza muy sonada
Ni tampoco a Hebrón
Y su mezquita usurpada
Ni a Um Rashrash querida
Eilat falsamente llamada
Ni Ascalón ni San Juan de Acre
Todas por mis ancestros levantadas
No olvidamos ni un terruño
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De la Palestina robada
Ni perdonamos una gota
De nuestra sangre derramada
Los invasores desalmados
Tienen las horas contadas
La tiranía nunca es inmune
Ni la aniquilación programada
Israel pagará sus cuentas
Cosa cierta y asegurada
El día de la Palestina libre
Con la cabeza levantada
Y su bandera orgullosa
bella y soberana izada
Saiid Alami, Palestina
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Me duele Gaza
La noche se expande
entre olivos y viñedos
clama en el desierto
buscando la haga suya
algún desconocido.
Misiles le responden
segmentan cuerpos,
arrebatan vidas,
masacran mujeres
y niños.
La noche se desgarra
entre olivos y viñedos
relámpagos de fuego
alumbran el cielo.
Misiles le responden
derraman ríos de sangre
sobre piedras y ladrillos
de la arena de Gaza.
Palestina me duele
y me hace llorar
sus miedos.
Yabel René Guadarrama Rivera, México
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Un ángel en Palestina
Una noche soñé que era un ángel,
y a los cielos de Palestina fui a parar:
Descendiendo en humildes moradas
besaba los rostros de sus niños,
y ellos durmiendo,
en sus dulces sueños...
¡Les regalé un besito de amor!
¡No quise despertarme de ese sueño,
porque lo sentía tan real!
Estaba en Palestina,
donde el dolor y la injusticia reinan sin piedad.
Vi con mis ojos,
la maldad de aquellos que dicen llamarse “Descendientes de David”,
de aquellos que juran que son los “herederos de la tierra prometida”,
y se sienten los cachorros mimados del imperio.
Vi con mis ojos,
cuando preparaban una letal bomba
para matar a esos niños palestinos,
porque matando seres inocentes,
celebran victoria,
los mal llamados “hijos de David”.
¡Miserables! ¡Invasores! ¡Ni se cómo llamarlos!
¿Cómo pueden matar las ilusiones
y los dulces sueños de un niño palestino,
que apenas está durmiendo?
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Ante aquel vil momento,
mis ojos lloraban sangre:
¡Era la sangre derramada de miles y miles
infantes muertos!
Yo quiero despertar y llevar un escudo dentro de mi pecho.
Salvar a Palestina del dolor y sufrimiento,
acompañarlos en su diaria batalla,
por lograr la paz a cada momento.
Yo quiero despertar y mis alas sean tan poderosas,
para resguardar a Palestina
de tantas desgracias y sombras afrentosas...
Y llevar en mi boca un enorme ramo de olivo,
para perfumarte de paz,
para bendecirte en libertad,
para colmarte de amor...
Palestina:
Quiero ser ese ángel que te acompaña en tu digna resistencia.
Mi poema es un grito de amor,
que desde mis venas,
es un regalo para ti.
Siboney Del Carmen Rey, Venezuela
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O medo vem de noite e vai-se embora
de madrugada, em hinos de prazer.
Vai sorrateiro pelo ar sem fazer
nada que toque mais a mente agora
É um cobarde o medo que na hora
de ficar sai correndo a bom correr.
É um ladrão que sempre rói o ser
Fátima Nascimento, Portugal
69. 69
Tu dolor
Una mano, dos manos. Nada más.
Todavía me duelen las manos que me faltan (…)
Olga Orozco
Esfinges suelen ser
Nadie ve tu dolor
ni sostienen miradas,
en las vidas que viven muerte.
Nadie escucha tu llanto
ni observa el verdor de la gema,
que luces de areola.
Mira, ofrezco mis manos
para cargar tanto dolor
anidado en tu espalda.
Una mano, dos manos.
Nada más,
para acariciar el reverso de tu mirada;
impregnar la cuenca de tu saliva
con la huella digital de mil poemas,
y así mostrar tu dolor, a los ciegos.
Asunción Caballero, España
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No es el sol
¡Mira está saliendo el sol!
Escóndete que hay peligro
Pero es hermoso no riesgoso
Te digo que no es el sol
Sino un misil que nos puede matar
¿Por qué nos lanzan cohetes?
Aún no lo puedo entender
Sólo sé, es un odio infundado
reclamo de lo que no les pertenece
Una violencia entre hermanos
Que viene de algunos ayeres
Guadalupe Montemayor, México
71. 71
Palestina. ¡No al Genocidio!
Pido a Dios que mire hacia nosotros
por tan solo un segundo
de nuestro tiempo…
Pido a Dios que nuestros Hermanos Palestinos
en esta hora
tengan comida, Paz y Felicidad!!
Pido a Dios que Obama
Sea tan Negro por Dentro
como por Fuera…
Pido a Dios que dejen de morir tantos niños
en este momento!!
Suplico al Señor que detenga esta locura…
Pido a los Hombres
que Amen a Su Prójimo!!
Del libro "CONFESIONES"
Ganador de la GEB-Nirgua 2012
Maigualida Pérez, Nicaragua
72. 72
Semillas de Esperanza
PAZ...
Quiero apresar estas tres letras
y luego esparcirlas en el espacio,
pero se escapan y salen de su engranaje.
Lenguas de fuego las alcanzan
y todo queda disuelto
en un campo de ceniza y sangre.
Palestina:
quiero dibujarte paz con tinta indeleble
y en tu horizonte sembrar semillas de esperanza,
quiero que el viento no las desintegre...
que las miradas de tus niños y mujeres
conecten con el vuelo de un águila...
que vuelvan a sentir la calma
y encuentren la sonrisa entre las ruinas entusiastas.
Coco Loría Casanova, México
73. 73
Palaestina
¿Cuántos gritos y muertos
bajo el sable o la metralla
desde tiempos inmemoriales,
están dormidos bajo tu tierra?
¿Cuántas mujeres violadas,
robadas por tribus enemigas,
y niños prometidos a ser esclavos
en esta hermosa tierra?
¿Cuántos hombres valerosos
entregaron su sangre y vida
por la libertad de este pueblo
que habitaba ya esta tierra?
¿Cuántos siglos de suplicios
para llegar a caer en manos
viles y asesinas, hoy sionistas,
qué coraje hay en esta tierra?
¿Cuántos llantos y vidas más
tendrán que sacrificar la gente
palestina para salvar su futuro
y guardar su ancestral tierra?
74. 74
¿Cuántos sueños truncados
en los corazones de niños
que sólo piden lo mínimo
que es la paz sobre la tierra?
¿Cuánta cordura hace falta
en la mente de los profanadores,
estos fanáticos invasores,
que despojan y roban la tierra?
¿Cuánta historia debe transcurrir
aún para que los hombres del mundo
se unan y pidan justicia y reparación
por los hijos de la Palestina?
¿Cuántos palestinos más deben morir
en esta tierra que fértil de juventud
promete igualdad y derechos para todos,
y que es el sueño en tierra de ellos?
(“Palaestina” nombre dado en el año 135 por los Romanos)
Víctor Escobar, Chile
75. 75
Porque el silencio es una hierba mala
Cuando el dolor es una llaga inmensa
que se extiende en la Tierra
sin que nadie lo impida,
yo tengo en mi memoria
al que ha sido olvidado
después de perder todo.
Y esta noche tan fría
soy un grillo que canta
y despierto conciencias.
Sí, que mi canto se expanda en el viento.
Si el fanático dedo
del sionismo asesino
ha pasado marcando
los hogares de Gaza
y cae fuego de acero
sin que nadie interponga
un escudo capaz
de salvar a los niños,
no, yo no puedo mirar a otro lado.
Y si llueven misiles
sin que salgan palomas
que interpongan sus alas
sobre el suelo de Gaza,
he de ser este grillo
cri, cri, cri… que ahora clama
contra un muro asesino.
76. 76
Sí, que mi canto chirríe en el viento.
Que si el dolor es una zarza ardiente
que no se apaga nunca,
que la carne te enciende
y te quema los huesos,
mi palabra es el trueno
que yo pongo en tu boca
como un arma que derrota al silencio.
Sí, que tu canto chirríe en el viento.
Sonará infatigable
de este grillo el chirrido
en alarma constante,
y un clamor como broca
quebrará el muro aleve
que oprime hasta los sueños
del pueblo palestino.
Sí, que este canto chirríe en el viento.
Porque el silencio es una hierba mala
que se extiende sin tregua
sin control sin barrera,
has de ser este grillo
cri, cri, cri... que ahora canta
por un día luminoso.
No, tú no puedes quedarte en silencio.
77. 77
Que el dolor que aún ahoga
al pueblo palestino
ha de ser el preludio
de una paz verdadera
en que no habrá verdugos
dibujando fronteras.
No, tú no puedes quedarte en silencio.
Porque gritan las madres
que mirando hacia el cielo
se angustian por el fuego
que se lleva a sus hijos
sin tener otra culpa
que vivir en su tierra,
sí, este canto chirría en el viento.
Y si vienen hermanos
con mujeres y niños
llamando a nuestra puerta,
me rompo la garganta
cri, cri, cri... que la Tierra
es la madre de todos.
No, yo no puedo quedarme en silencio.
Porque el silencio es un arma que mata,
compañero, te regalo este canto
que anuncia el clarecer del nuevo estado
del pueblo que se eleva
henchido de esperanza
con enérgico acento.
78. 78
Sí, ¡que no quiero mirar a otro lado
ni quedarme en silencio,
que su grito es mi canto
y a mi canto me debo!
Antonio Capilla Loma, España
PIEDRA DE LA HONDA,
Editorial Vitruvio, Madrid, 2016
79. 79
Palestina
Existe un ogro grande que con su poderío
Colabora en el sojuzgamiento de un pueblo milenario
Personas aterradas ceden ciudades indefensas
Acribilladas por los bombardeos y por los asaltos
Es ruin ese despojo, y es arbitrario.
Familias enteras abandonan sus sueños
Y buscan en otros lares, desesperados
La paz que su tierra les niega.
Hay otro ogro, pero no responde
Es tan grande como el que avanza destruyendo
Pero está adormilado…y deja hacer…
Permite lo imperdonable…y deja hacer
Interrumpamos su silencio…
Que el aire se colme de voces de protesta
Que las manos sean motivo de unión
Y el abrazo emocionado, se sienta….
Gladys Mabel Suárez, Argentina
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Pregunta
¿Dónde están los arcos?
¿Dónde están las escaleras de caracol?
¿Dónde están los patios escondidos?
¿Y los jardines y los balcones?
¿A dónde fue el olor del té de menta?
¿Y el caminar deleitado viendo el palacio?
¿Dónde está esa casa de piedra?
¿Dónde está esa sonrisa infantil
dibujada a mano en un terraplén?
¿Dónde está?
¿Dónde está ciudad?
Ciudad, cuya bandera
salpicada en sangre
ondea tras el estruendo
que no se escucha a lo lejos
por quienes ven en pantalla
un programa sabatino con niñas maquilladas
y niños vestidos como adultos, compitiendo vorazmente
para elevar el rating
¿Dónde están los vecinos de mi ciudad
que comen y se emborrachan mientras el niño palestino, aterrado
llora de hambre entre las piernas de su madre
que no puede salir a buscar un poco de alimento?
Jesús Morales, Venezuela
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Las escaleras
Dando pasos
por Hebrón
me detuve
junto a una puerta
bien cerrada
donde se apreciaba
una triste pintada:
“Gas para los árabes”
mensaje de judíos
casi nada,
decir tanto
con tan pocas
palabras.
Después
de un rato
a la tristeza
abrazado
me armé
de fuerza.
Continué
bajando
peldaños
sin poder
imaginar
lo que me estaba
aguardando.
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Si el infierno
tiene escaleras
padre
tal vez
en Hebrón
lo hallamos
encontrado.
Xabier Susperregi, País Vasco
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Hijos de Caín
Unos se colocan de espaldas,
otros lo hacen de perfil
pero, todos, miran de reojo
el terrible crimen israelí.
Herederos de Caín
golpean sin piedad
al linaje de Abel.
Y con su moderna quijada
lanzan un triste maná
que cae de golpe, sin mirar:
Desgarradores fusiles,
lluvia de sangrientas balas,
destructores misiles…
Para matar…
para asolar…
para arrebatar
la vida, la tierra
al linaje de Abel.
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Mientras…
unos de espalda se colocan,
otros lo hacen de perfil.
Cruel realidad a la que nadie,
nadie quiere poner fin.
Julio Jiménez Sánchez, España
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Corrido ranchero contra la hermana muerte
Y porque te he visto y te he conocido tan bien y por que tanto tiempo he vivido solo
con la Soledad tu hermana; porque ya no te temo más, amiga, por eso he compuesto
esta alabanza para tí.
Thoma Wolfe , La Orgullosa Hermana Muerte
Con respeto para la compañera Eloísa Vega Castro
La vida parece muerte.
La muerte parece vida
pál pobre trabajador;
mientras hay otros señores
que en sus enormes mansiones
se llenan de objetos caros
inútiles pero caros,
para espantar a la muerte.
Pero que afán tan estúpido
de andar destruyendo el mundo;
si a la muerte no la espanta
ni el rico con su riquezas
ni el poder con sus vilezas.
Por eso hoy yo te digo
orgullosa hermana muerte
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que aunque miedo no te tengo
tampoco quiero ofenderte.
Paciencia solo te pido,
pues morirme aún no puedo
queda mucho por luchar
pa construir un mundo nuevo.
Y cuando al final ya vengas
a ofrecerme tu reposo
yo te seguiré gustoso
con la dignidad del hombre
que combatió las miserias.
Muerte hoy me despido
no me esperes a cenar
que a la noche hay un evento
para al pueblo organizar.
Nazario Soto, México
Del libro Desbocaciones
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Sometimes I feel like a motherless child
Desde México, el vergonzoso país de los feminicidios dedico este poema
a mi madre doña Alicia Soto, y a todas las jefas que están dispuestas a
defender a sangre y fuego la dignidad de nuestro pueblo.
Cuando era niño mi jefa me dijo
Alex Lora
Cuando era un simple imberbe,
mi señora madre me dijo,
con el sol convulso
reflejado en su mirada:
-Querido hijo mío
este mundo gutural en el que sobrevivimos
no fue creado por nosotras la mujeres.
Esta sociedad suicida
tampoco fue inventada por nosotras
((((Aunque seguimos ayudando a su mantenimiento,
seguimos perpetuando activamente
el sistema que nos asesina))))
Por severos siglos, nosotras las mujeres
las creadoras de todo progreso
material y espiritual en este cosmos,
las sustentadoras de la especie en esta tierra,
hemos sido mancilladas,
han negado nuestro derecho a la humanidad.
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Nuestro cuerpo,
metabólica clorofila del alma,
sigue siendo prostituido por una enferma minoría
de inauditos sátrapas.
No nos dejan pensar por nosotras
mismas.
Nos dicen qué comer.
Nos ordenan cómo vestir.
Nos obligan a sentir,
a fingir,
a dar,
lo que ellos no pueden darse
a sí mismos.
Este mundo artificial,
dividido en clases ridículas;
hace del dinero un fetiche sangriento
que pretende controlar la dignidad de nosotras,
las humanas.
El ser humano masculino,
hombre como tú hijo mío,
no es malo por naturaleza, por el contrario,
tiene la capacidad de superarse,
90. 90
de redimirse,
tú puedes superarte a ti mismo, hijo mío.
La lucha no es cuestión de sexos.
Es cuestión de ricos contra pobres.
De explotadores contra explotados.
No coincido con Sexton
cuando dice:
El hombre es malo.
Digo en voz alta.
El hombre es una flor que se debe incendiar.
Yo digo,
¡
EN VOZ MUY ALTA
!
que el hombre es la ablución espermática de las galaxias.
Neuma proteico en el lóbulo frontal de las moléculas.
Tú eres vivo ejemplo de eso hijo mío.
Eres hijo de todas las mujeres.
Alévolo generatriz de todas las abuelas.
inmanencia,
síntesis de lo diverso.
91. 91
Hijo, orgullo neolítico:
No permitas nunca,
si en verdad eres hombre,
la humillación de tus hermanas,
las guardianas del genoma.
Recuerda que eres hombre,
PUEDES LUCHAR.
Puedes cambiar,
con la ayuda de millones,
el implacable curso de la historia.
Jamás toleres,
y combate hasta la muerte
la degradación de la hembra,
carótida astral de las
dimensiones celulares.
Juan Carlos Castrillón, México
92. 92
Palestina libre
Treinta años de un acuerdo,
no ha servido más
que para remover el dolor de Palestina
tenerlos y mantenerlos cautivos
retenidos, dominados
con la impunidad que corroe las venas
de malsanos y alevosos,
culpables de que
pierdan sus derechos,
más no su dignidad
pueblo luchando por su libertad
por la justicia, por el bien estar
basta de destrucción y opresión
que tienen derecho a la no violencia
a la no intervención
mezquinos que llevan en las manos
una política insana
dañando la vida
de quienes luchan por la libertad
y les viran la brújula política
para no llegar a la paz
tan entrañable y necesaria
para vivir en plenitud
¡Basta de guerras!
¡Basta de muertes!
¡Basta ya!
Todo pueblo merece dignidad.
Rosario Salazar, México
93. 93
Despertar
En una noche oscura
llena de silencio
donde un niño duerme
y la madre descansa
truena el enemigo
que mata al dormido
que con esperanza
sueña con la libertad
pero la muerte azota
con sabor a sangre
el dolor de un pueblo
que es ignorado.
La justicia es ciega
con venda y toga
no ve el sufrimiento
de un pueblo que lucha
por ser liberado.
Y pide con ansias
las aguas del Jordán
se limpien de impurezas
que el Mediterráneo y el mar muerto
sean puertas a la libertad
y tener un despertar
donde la Paz no sea un mito
sino pura realidad
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Que la luz brille
en in cielo azul
y la nube gris
cierre la puerta
y no encuentre
la ventana rota,
la silla vacía,
ni la madre muerta.
Maritza Objio, República Dominicana
95. 95
Los que vienen del fuego y de la tierra
De cara al tiempo
el último silencio
a la tierra arrasada
se retorna
donde se esgrimen banderas
ensangrentadas sus franjas
y sus bordes, desgastadas, rotas
lagrimeando el grito ahogado
de las voces secas
de los seres que avanzan
sin el corazón
que dejaron con sus muertos
muertos de guerra maldita
de odio maldito
de oscuridad de donde huyó la vida
tambaleante.
Retornan los que vienen del fuego
y de la tierra
esqueletos de recuerdos, sobre caminos
ajenos, extraños
donde el pan supo amargo
96. 96
las flores enlutadas,
negaron los colores
y las aves sus cantos
y el viento, la lluvia, los soles
y las noches, fueron muro y cobijo
de los pasos cansados
de los ojos sin lágrimas
de los labios callados
en el último silencio.
Paz en la tierra.
Trina Michelangeli Milano, Venezuela
97. 97
Handala
Handala el niño palestino
se estacionó en el tiempo
entre campamentos y refugios
añora la tierra en que nació.
Fiel a sus raíces
a la tierra de sus antepasados
divaga descalzo entre piedras
oprimido por la injusticia.
Excluido del olor de la paz
siempre será ese niño
Con diez años en su conciencia
que anhela regresar a su hogar.
La vida es arena en sus pies
de espaldas al sol
en sus hombros lleva la carga
de sus días de espera.
Fiel a su nación
lucha por su vida
no cuenta los muertos
que no tienen una tumba.
98. 98
Ni a niños como él en las mazmorras
que les late el corazón
Han olvidado el viento en su rostro
y la luz en sus ojos.
Handala es un niño palestino
que espera detrás de la guerra
Vive en la defensiva
para despertar mañana.
Con sus manos en la espalda
podrá levantar un fusil
para defender a su patria
sufre y espera en la lealtad.
Handala es eterno
en la memoria que tiene tatuado
un lápiz y una hoja en manos
de Naji Al-Ali.
Alma Delia Cuevas, México
99. 99
Ceguera
Siguen ciegas las miradas, no salen de su ceguera,
impasibles permanecen los ojos del poder ante la injusticia.
No hay voluntad de resolver el conflicto que durante años
mantiene Goliat contra un David agotado y desprotegido.
Siguen ciegas las naciones
que tienen el poder de decidir y acabar con la masacre.
Palestina sufre en sus carnes la injusticia de verse arrinconada
y desplazada.
Muerte, sangre se derrama por las calles,
víctimas inocentes caen a diario de ambos bandos.
Territorios que podrían compartir pueblos diferentes pero hermanos.
Sin necesidad de usar las armas,
abriendo las puertas con buena voluntad al diálogo.
¡Basta de artillería pesada contra piedras y hondas,
que broten las palabras proponiendo pactos,
que se construyan puentes y se destruyan los muros levantados!
Que los pueblos hablen y se acerquen y convivan hermanados.
100. 100
¡Que la ceguera acabe de una vez por todas,
que los ojos abran y no miren hacia otra parte!
Que la luz se haga y devuelva al pueblo palestino la Paz soñada.
Marina Collado Prieto, España
101. 101
Maná
Soy peregrino,
de cualquier tierra.
Soy náufrago de cualquier cordillera.
Soy pueblo,
entre los pueblos,
entre los hombres,
entre los tiempos.
Soy mortal,
por la enfermedad.
Por la guerra.
Por el hambre.
Por la miseria.
Por el genocidio.
Por la vergüenza.
Somos agua en pozos
desiertos,
en pozos cerrados,
en pozos hambrientos.
102. 102
Y siendo iguales
porque así lo quiso el hombre,
o lo quiso Dios,
también nos matamos en nombre de Dios,
o en nombre del mismo hombre,
que ayer nos dio a la vida.
Isabel Rezmo, España
103. 103
Paz
A alvura que vejo em teus olhos
Contagia
E me acorda para a concórdia
De mim decepada
O teu branco
Em todos os tons esparramados
Tocando a minh'alma
E nas profundezas sinto
Que me é ainda sonhada
Querida
Desejada
A paz que deixei guardada
Paz passada
Morando numa ternura
Que parece não voltar
Concórdia possível
Que grito, no íntimo
E trago para o convívio
Com os meus iguais
Que também ímpios, algozes
Me querem sucumbir
104. 104
Armo-me das palavras
Das letras atiradas docemente
Do querer ser amor
Na poesia que nasce
Na correnteza da dor
Da paz nunca finda
Jullie Veiga, Brasil
105. 105
Masacre en Medio Oriente
Fueron desechos de manuscrito
observados por ojos cristalinos y fríos,
palabras de tiempos pretéritos
yacían entre tierra y piedras
y se tradujeron al idioma del Hombre.
Sombras de letras cobraron vida,
desde el pergamino se alzaron…
cual Lázaro el cadáver del Verbo
se irguió y dijo:
“Sois el pueblo elegido”
…y seres para los que las palabras
tienen más valor que la vida humana
-detrás pululan personajes
siniestros haciendo negocios-
se aprestaron a asesinar a otros
cuyo corazón late
al unísono con el de ellos…
a niños en la flor de la inocencia,
niños que solo ansían
el arrullo de una canción de cuna
y en cuyas pupilas brilla una estrella…
Dios terminó siendo solo una mala palabra
que esgrimen en una guerra absurda
contra seres hacinados y míseros,
en un holocausto más temible
que el sufrido décadas atrás
por ancestros del “pueblo elegido”
106. 106
(aún la humanidad no ha olvidado…)
estos seres vulnerables,
víctimas de la violencia más cruel,
ya mucho antes
fueron despojados de sus tierras,
dignidad y condición humana…
Delia Checa, Argentina
107. 107
O lenço
O lenço revela a crença.
O lenço encobre o crime.
O lenço visto de dentro Doutrina.
O lenço visto de fora Vitrina.
Lenço de mil faces.
Lenço para todas as idades.
O lenço é político.
O lenço é cultural.
O lenço é a mão tocando a liberdade.
O lenço.
O lenço.
O lenço.
O lenço da resistência.
O lenço da resiliência.
Mãe onde está meu lenço de chorar os mortos?
O lenço é preto.
O lenço é branco.
O lenço é preto e branco.
O lenço é vermelho.
O lenço é puro.
O lenço é puro sangue
Viviane Castelleoni, Brasil
108. 108
Nas guerras morrem os adultos seres
e nos bebés a morte sonha a vida
e tudo em nome de cruéis sem vida
que nada mais que a morte dão aos seres.
Miragens curtas de razões de seres
que tudo prendem, garras são de vida
(asas de morte em céus de grata vida!)
e onde a morte apenas ronda os seres.
Está perdido o ser humano agora?
Cerrou-se a porta do futuro incerto?
Chegou, irmão, a força dessa hora?
E que podemos nós fazer agora?
Nada está onde nós queremos, certo?
Terá parado, irmão, a nossa hora?
Fátima Nascimento, Portugal
109. 109
Una nueva tierra
Día y noche se escucha la metralla
entre los valles se acopla el terror
en los hogares transita el dolor
y el sueño se escuda en la montaña.
El viento huye entre nubes
opaca los ecos de lamentos
cierra oídos a los sufrimientos
ante una paz que sea posible.
Los silbidos de balas reales
son clamor con llamas de veneno
destellos roncos de trueno
marcan las sendas hasta agrietarles.
Polvo teñido de rojo
violaciones de derechos
niños en cárcel confinados
fuerza de hombres armados.
La arena en desierto cegó libertad
oprimió con represiones degradantes
las predicciones fueron aniquilantes
y se acallaron las voces de igualdad.
Lejano en el sueño y milenios
de la heredad manaba leche y miel
como agua la justicia y la paz.
De las pruebas sangrantes
sanen las heridas profundas
se termine el racismo, el odio
y en los montes y collados
110. 110
llueva entre las oscuras sombras
lágrimas de la ansiada felicidad.
Una tierra nueva nazca
donde brille la luz y sane el alma.
Silvia Margarita Vázquez Torres, México
111. 111
Palestina
Palestina
Flor massacrada
esmagada entre dois monstros
gog e magog
riscam tua pele com sangue
teu vizinho te entrega ao traidor
mas já estavas aí quando este vizinho chegou
com teus campos plantados
tuas famílias assentadas
já estavas aí antes
quando este vizinho chegou
cheio de armas
com o mal
Oro para ti
flor esmagada
pela tua libertação
para que teus campos floresçam
e teus filhos possam viver
Helenice Maria Reis Rocha, Brasil
112. 112
Llora mujer palestina
Llora mujer palestina,
grita, no calles,
no ahogues tu llanto
por la ira del hombre
hacia tu pueblo,
exhala tu aliento una y mil veces,
que tu alma se fortalezca,
y las imágenes de tus muertos
no queden reflejadas
en el espejo de tu estancia,
llora, llora pero sé fuerte.
Ana Maritza Aguirre de Schwarzl, Perú-España
113. 113
Entre almendros y naranjos
o las luces de Gaza
Las luces del cielo no son estrellas;
tiemblo a diario al caer la tarde
y me escondo entre sueños olvidados.
Mi Tierra dejó de ser lo que era.
Ya no brillan los lirios entre almendros
ni pasean gacelas entre naranjos…
ya no corro feliz a la escuela,
vivo escondido; vivo en el miedo.
Quiero olvidar el ruido del mortero
y hacerle sitio a la paz en mi pecho,
quiero volver a abrazar a mi padre
y que mi madre me cante de nuevo…
Adrael Adhara, España
114. 114
Sou a memória de mim e nada mais,
sou essa conta aberta em loja incerta
sempre juntando mais parcelas certas
dum mundo sem sentido para mais.
Ainda assim sou o que posso e mais
do que a memória deixa ter por certa
mas a memória é parede incerta
na vida de ser menos e ter mais
Que serei se me riscam a memória?
Que serei se me riscam parte dela?
Que restará de mim sem a memória?
Quem ganhará com a perda da memória?
Quem ganhará com tal, com a perda dela?
Quem contará por mim a minha história?
Fátima Nascimento, Portugal
115. 115
El defecto de Jahve
Los sentimientos en la música
desaparecen en los siglos XX y XXI
de un país alegre y pacífico
Israel su vecino terrorista
se apropia del territorio palestino.
Aparece el estruendo de los misiles
es el odio israelita a sus semejantes
derriban edificios, hospitales
las escuelas han sido sepultadas
las casas caen a cada paso sobre las personas,
con ellos exterminan a la comunidad.
Los niños heridos arden en llamas
perecen sus madres, los ancianos.
Hombres en pleno vigor mueren antes de tiempo.
Los países alrededor callamos ante la infamia
nadie detiene la invasión judía,
la propician, la ayudan, se aprovechan de los indefensos.
Los palestinos se encuentran despojados
indefensos, ante criminales artefactos
hechos para fulminar sus vidas.
¡Quitarles su territorio!
116. 116
Los palestinos son desalojados de su tierra,
Israel propaga el exterminio del arraigo palestino,
Los ha arrojado a un destino migrante en su propio país.
Elodia Corona Meneses, México
117. 117
Telegrama
Cómo hablar de amor, de reconciliación y de paz.
Han asesinado a un bebé palestino y su familia.
Asesinan a un bebé palestino.
Y el bebé palestino dejó sus ojos abiertos.
Me es imposible
cerrar los ojos al bebé asesinado.
Me es imposible
cerrar sus lindos ojos
llenos de ternura y de cielo petrificado.
Me es imposible
cerrar los ojos al bebé asesinado
vio a sus asesinos
y se enfrentó a los asesinos de sus padres.
Y el mundo duerme
en su indiferencia.
Me es imposible
cerrar los ojos al bebé palestino
que observó la alevosía contra su pueblo.
Y el mundo se despierta
con el estandarte airoso de la alevosía.
118. 118
Un telegrama para el mundo:
¡Justicia y paz para Palestina!
Luis Alva Ampuero, España
119. 119
Me duele Palestina
Me duele Palestina por el injusto bloqueo israelí,
por los silencios internacionales que lo avalan.
Me duele Palestina por su propio gobierno
de ideas casi tiranas fundada en malos tratos.
Me duele Palestina por la situación de la mujer,
víctimas de un sistema patriarcal y machista.
Me duele Palestina por la impunidad que existe
en tanto se sigue abusando de los Derechos humanos.
Palestina sangra, Palestina llora con mucha angustia
por tantas muertes evitables si se acaba el odio.
Invadida, abusada, bombardeada, Palestina duele.
Me duele su gente que no quiere más guerras,
me duelen los fanatismos ideológicos que asesinan.
Palestina sigue en espera, Palestina sufre y agoniza.
Marcela Barrientos, Argentina
120. 120
Palestina, un cielo dividido
1.
El mundo que habito es un cielo plagado de luz
pero también de ruido y pólvora,
de lamentos desgarrados, pueblos que sufren
y al desamparo lloran sus tragedias.
¿Acaso nacen condenados?
2.
Suelo endurecido por sol y lluvia
es caricia para exiliados, los expulsados
de sus tierras y sus casas.
¿A qué dios le pedirán cobijo?
Hay asesinos que creen ser dueños
de lo que a todos pertenece.
¿De qué delgada esfera se cuelgan?
Cuánta mezquindad al aferrarse al suelo,
ahí donde todos somos hijos pródigos.
3.
Cruel sentencia contra los palestinos,
arrancados sus derechos, mueren
y el mundo calla, los dioses callan.
Son masacrados para arrebatarles un tesoro
que también los judíos tienen perdido.
Igual que todos, se irán sin llevarse nada.
121. 121
Esta guerra es sombra sobre las sombras,
punzada en la memoria del mundo
y pesa como dolor de siglos que no cesa.
Misiles y metrallas cosechan muerte
bajo un cielo donde gobiernan los demonios;
dicen que es su tierra prometida
y en infierno la convierten.
4.
El mundo que habito lleva tiempo dividido
y con granadas también fragmenta el alma.
No todos deseamos la guerra,
algunos creemos en la fraternidad.
¿Cómo consolar al que vive la tragedia?
Porque también sufre quien la observa
sin poder hacer nada.
¿Qué hacer si convierten al paraíso
en abismo para todos?
Estela Guerra Garnica, México
122. 122
En Palestina
Apuntando los cuerpos
de dos chiquillos
el soldado
defiende con amagos de gatillo
la tierra
que su pueblo ha robado…
Una niña nativa,
Indefensa,
esconde tras de su cuerpo
el cuerpo de su hermano.
La inocencia
no conoce la fuerza de la bala
ni comprende el porqué
sigue su pueblo encadenado
y el mundo lo tolera,
¡lo permite!
David contra Goliat se repite,
sólo que ahora
Las piedras no hacen daño
a los carros de combate.
José Manuel Ferrera Boza, España
123. 123
Las manos que mecen la paz
En este mundo en que los ojos sostienen más lágrimas que sonrisas,
habitan las manos que mecen los sueños de libertad.
Esos sueños escondidos en un rincón del alma,
machitos por el dolor.
Esos sueños que siguen latentes,
y mantienen viva esa pequeña llama, donde habita la bondad humana.
Las calles con sus casas grises,
carentes de color y de todo lo que pueda significar vida,
están las almas calladas con el silencio en un hilo.
Existen en este mundo las manos que mecen la paz,
escondidas en un rincón del alma,
esas manos que acompañan,
que sostienen,
las caritas de esos niños,
carentes de todo lo que puedan vivir, percibir ...
tratando de evitarles el dolor que lastima sus inocentes almas.
Esas manos que mecen la paz,
anhelada por tantos,
que buscan apagar esas dolorosas imágenes
que lastiman los ojos y el corazón.
Esas manos que mecen la paz,
quieren ver nacer un nuevo sol,
donde el amor derribe los muros y se construyan puentes,
donde estas almas puedan reencontrarse,
escribiendo una nueva historia donde reine la paz.
Anabel Martina Inda, Argentina
124. 124
Soy mujer…
Mujer que crece, soy mujer,
desde hace siglos, la de siempre,
la que buscaron anular y enterrar,
la que en guerra grita por la paz,
la que lleva vida y amor en su vientre.
Soy la mujer…
La que aun enterrada pudo crecer,
y se convirtió en semilla y pudo crecer
y fue planta y fue fruto de la flor,
y en la oscuridad más cruel se pintó un sol,
Soy la mujer…
Mostrando siempre que existe y quien es
La que honra la tierra al caminar bajo sus pies,
la que con mano abierta y dulzura se entrega,
abriendo su corazón al necesitado que llega.
…Soy la mujer.
Zully García, Uruguay
125. 125
Una estrella en tinta
Si tan solo fuésemos dueños
De una decisión para evitar que sangres
Tierra Palestina
Pero ni siquiera somos
Dueños de los sollozos de destrucción que te consternan
Que te reducen a un trozo de tierra de nadie
Donde el odio se traga al amor
Y a la vida la engaña la lengua de la muerte
Donde la oscuridad blasfema a la luz
Donde una lágrima forma el mar mediterráneo
Que ahoga a tus peces de sal
La pregunta es:
¿Por qué las alas de tu vuelo se hicieron cenizas?
¿Por qué las palomas de tu cielo como nova estallan?
No es ficción
¡Eres tú, pueblo árabe!
clamando agua con tus labios de polvo
pero tu sed de justicia se desvanece en bengalas
¡Eres tú, pueblo árabe!
clamando paz para que cese el color escarlata
pero tu sangre evapora y jamás regresa…
y nosotros (el mundo) tan ciegos y lejanos
de tus ojos espejos de miedo
con tan solo pluma en mano
enviamos a tu cielo un fractal de luz
dibujando
una estrella de cristal en tinta
127. 127
Palestina vivirá
Ya es tiempo que dejes de sufrir
hermana Palestina,
tus heridas sangrantes deben
cicatrizar,
los horrores que vives todos los días,
no pueden ser eternos.
El sionismo inhumano no puede
ganar.
Palestina vivirá
El sionismo, cual lobo rapaz y sanguinario,
afila sus fauces para seguir torturando
a tu pueblo.
El pobre infeliz cree que así, romperá
el sentimiento de Libertad que anida
en los corazones del pueblo palestino.
Palestina vivirá
En los corazones del pueblo palestino,
el Coraje no puede morir, por más
torturas y cárceles vividas.
Sólo ver sus casas destruidas,
los olivos arrancados de raíz,
de enterrar a sus hijos, de curar a
sus heridos.
128. 128
Palestina vivirá
Por más muro frío e inhumano,
que los divida.
Palestina vivirá
Su derecho a la Autodeterminación.
Palestina vivirá
Su derecho a ser un país Libre y Soberano.
Palestina vivirá
Su derecho a vivir en su Territorio.
Palestina vivirá
Su derecho a la Felicidad y la Dignidad.
Palestina vivirá
En su territorio libre de sionismo inhumano y rapaz.
¡Palestina vivirá!
Athenea Castro, Perú
129. 129
Palestina y su viacrucis
Horror, disparos, genocidio total, masacre
Eres Palestina, perseguida, destrozada, vejada
Opresor implacable, que arranca todo sin piedad
Eres el sendero de lucha, por una patria liberada.
Pueblo indefenso, niñez asesinada, dolor fuerte
Calles desoladas, edificios derruidos, maldad letal
Pasos desesperados, lágrimas impotentes, desolación
Voces que ya no están, manos que buscan sin emoción.
Caminos polvorientos, ataques sin cesar, destrucción
Lucha incesante, pero el mundo indiferente, cómplice
Ojos que ven pero no sienten, el exterminio Palestino
Niños encarcelados, lamento eterno de su destino.
Martha Lucía Osorio Ruiz, Colombia
130. 130
El humo de las bombas
No está lloviendo
el cielo llora los muertos
que la tele no te cuenta
se traga el humo de las bombas.
Juan Miguel Idiazábal, Argentina
131. 131
Palestina
Pasiones rudas, incómodas e intransigentes
Adversarios sin paz más que el exterminio
Luces oscuras y tenebrosas
Estigmas sacrílegamente impuestas
Sobrevivientes en resistencia
Tierra ansiosa del arado de paz y libertad
Ilusiones en espera de las señales celestiales
Nunca de rodillas, jamás en grilletes
Ahora en pos de la victoria.
Pedro Gerardo Díaz De Nicolás, México
134. 134
PRESENTACIÓN – Xabier Susperregi – p. 5
Obra de Blanca Ortega – p. 8
Nabil Anani – p. 9
Nabil Anani – p. 10
Norma Beatriz Ferrero – p. 11
Acompáñame, no soporto ver esto de Gina Palafox – p. 12
Guadalupe Montemayor – p. 12
Guadalupe Montemayor – p. 14
Irina Naji – p. 15
Irina Naji – p. 16
Irina Naji – p. 17
Maher Naji – p. 18
Maher Naji – p. 19
Maher Naji – p. 20
Maher Naji – p. 21
Maher Naji – p. 22
Maher Naji – p. 23
Maher Naji – p. 24
Maher Naji – p. 25
Maher Naji – p. 26
Maher Naji – p. 27
Imad Abu Shtayyah – p. 28
Imad Abu Shtayyah – p. 29
Imad Abu Shtayyah – p. 30
Imad Abu Shtayyah – p. 31
Anas Salameh – p. 32
Anas Salameh – p. 33
Anas Salameh – p. 34
Anas Salameh – p. 35
135. 135
Guerra y humanidad de Saadet Demir Yalçin – p. 36
El mal de José Luis Campal – p. 37
Houman Al Sayed – p. 38
Houman Al Sayed – p. 39
Houman Al Sayed – p. 40
Houman Al Sayed – p. 41
Zuhair Hassib – p. 42
Zuhair Hassib – p. 43
Waleed Yassin – p. 44
Waleed Yassin – p. 45
Mohammad Sabaaneh – p. 46
Mohammad Sabaaneh – p. 47
Nabil Anani – p. 48
Nabil Anani – p. 49
Ayham Anwar Hammad – p. 50
Ibrahim Al Ali – p. 51
Ibrahim Al Ali – p. 52
Rawan Anani – p. 53
Rawan Anani – p. 54
Rawan Anani – p. 55
Rawan Anani – p. 56
Mohammad Sabaaneh – p. 57
Mohammad Sabaaneh – p. 58
Faiza Maghni – p. 59
Faiza Maghni – p. 60
Alegato por Palestina - Saiid Alami – p. 62
Me duele Gaza - Yabel René Guadarrama Rivera – p. 65
Un ángel en Palestina - Siboney Del Carmen Rey – p. 66
Poema de Fátima Nascimento – p. 68
136. 136
Tu dolor - Asunción Caballero – p. 69
No es el sol - Guadalupe Montemayor – p. 70
Palestina. ¡No al Genocidio! - Maigualida Pérez – p. 71
Semillas de Esperanza - Coco Loría Casanova – p. 72
Palaestina - Víctor Escobar – p. 73
Porque el silencio es una hierba mala - Antonio Capilla Loma – p. 75
Palestina - Gladys Mabel Suárez – p. 79
Pregunta - Jesús Morales – p. 80
Las escaleras - Xabier Susperregi – p. 81
Hijos de Caín - Julio Jiménez Sánchez – p. 84
Corrido ranchero contra la hermana muerte - Nazario Soto – p. 86
Sometimes I feel like a motherless child - Juan Carlos Castrillón – p. 88
Palestina libre - Rosario Salazar – p. 92
Despertar - Maritza Objio – p. 93
Los que vienen del fuego y de la tierra - Trina Michelangeli Milano –
p. 95
Handala - Alma Delia Cuevas – p. 97
Ceguera - Marina Collado Prieto – p. 99
Maná - Isabel Rezmo – p. 101
Paz - Jullie Veiga – p. 103
Masacre en Medio Oriente - Delia Checa – p. 105
O lenço - Viviane Castelleoni – p. 107
Nas guerras morrem os adultos seres -Fátima Nascimento – p. 108
Una nueva tierra - Silvia Margarita Vázquez Torres – p. 109
Palestina - Helenice Maria Reis Rocha – p. 111
Llora mujer palestina - Ana Maritza Aguirre de Schwarzl – p. 112
Entre almendros y naranjos o las luces de Gaza -Adrael Adhara – p. 113
Sou a memória de mim e nada mais -Fátima Nascimento – p. 114
El defecto de Jahve - Elodia Corona Meneses – p. 115
137. 137
Telegrama - Luis Alva Ampuero – p. 117
Me duele Palestina - Marcela Barrientos – p. 119
Palestina, un cielo dividido - Estela Guerra Garnica – p. 120
En Palestina - José Manuel Ferrera Boza – p. 122
Las manos que mecen la paz - Anabel Martina Inda – p. 123
Soy mujer… - Zully García – p. 124
Una estrella en tinta - Alixia Mexa – p. 125
Palestina vivirá - Athenea Castro – p. 127
Palestina y su viacrucis - Martha Lucía Osorio Ruiz – p. 129
El humo de las bombas - Juan Miguel Idiazábal – p. 130
Palestina - Pedro Gerardo Díaz De Nicolás – p. 131