2. Los humanos han creado seres imaginarios
siempre. En todas las civilizaciones se han
contado historias de animales extraños, de
dioses con apariencia humana, de bestias
terribles... Antes de que se inventaran los
aviones y las cámaras fotográficas, nadie
sabía lo que podía haber en otros países. Y
la imaginación volaba. De hecho, ni
siquiera hoy en día podemos estar
totalmente seguros de la vida que existe en
el fondo del mar o en las montañas más
altas…
3. Las criaturas imaginarias permiten explicar
a menudo lo inexplicable, al adoptar una
apariencia muy próxima a la de las
personas reales (las hadas con cuerpo de
mujer, los elfos, los duendes, los dioses de la
mitología, etc.) o muy alejada (los
dragones, los monstruos de varias cabezas,
etc.). Los antiguos griegos atribuían una
función a cada uno de sus dioses: la cólera
de Zeus provocaba los maremotos,
mientras que Poseidón desencadenaba
tempestades y temblores de tierra.
4. Como quizá ya sepas, los mitos son cuentos
llenos de símbolos donde se intenta
explicar el origen del mundo o de una
civilización. Muchas veces formaban parte
de la religión de un determinado pueblo. Y
llamamos mitología al estudio de esas
leyendas y narraciones míticas, que
cuentan cómo comenzó el mundo, cómo
fueron creados seres humanos y animales,
y cómo se originaron ciertas costumbres o
actividades humanas. Casi todas las
culturas poseen o poseyeron alguna vez
mitos y vivieron en relación con ellos.
5. Pero creer en seres de fábula nos permite
también expresar los deseos más
arraigados del ser humano: los dragones,
por ejemplo, están dotados de una fuerza
que les permite atacar o defenderse con
toda seguridad; las sirenas, que atraen a los
marinos con sus cantos, representan el
poder de seducción, y los hombres que
regresan después de haber vencido a
criaturas malvadas son considerados
héroes y admirados por toda la comunidad
6.
En la mayoría de los países hay leyendas de
enormes reptiles, que normalmente tienen alas
y son capaces de escupir fuego. Los chinos
admiraban a los dragones por su sabiduría,
pero en Occidente el dragón era
normalmente una criatura aterradora.
Además, se pensaba que a estos animales les
gustaban el oro y las joyas. En muchas
leyendas, el héroe tiene que luchar contra un
dragón, a veces para proteger el tesoro que
guarda, y otras, como en el caso de san
Jorge, para salvar a otra gente.
7. Algunos dragones eran como enormes
serpientes. Existen muchas historias sobre
serpientes. Los viajeros, además, solían
regresar con historias de criaturas
extraordinarias. Una leyenda aborigen
australiana habla de una pitón
gigantesca que aparece rodeada de
arcos iris. Esta serpiente podía causar
tormentas e inundaciones.
8. "Da", la serpiente del arco iris de
Dahomey (país hoy conocido como
Benín, en África occidental), es aún más
poderosa: fue el primer animal que
existió, y ayudó a crear las montañas y
los ríos, llevando a sus lomos al gran dios.
La cabeza de Da es de hombre y es
roja; el final de su cola,azul, y en los
segmentos de su gigantesco cuerpo
multicolor porta el mundo entero.
9.
Japón tiene varias arañas legendarias, entre
las que se cuenta Tsuchi-Gumo, un monstruo
que solo podía ser destruido con fuego. Otra
historia es la de la Mujer araña, que vivía en un
castillo solitario y atrapaba a los viajeros en sus
pegajosas redes. Pero no todas las arañas son
malas. Las mitologías de los indígenas
americanos y de África occidental hablan de
dioses araña. De todas formas, muchos de
nosotros todavía tenemos miedo de las
arañas, y algunas bastante horribles salen en
historias recientes, como El señor de los anillos
y Harry Potter y la cámara secreta.
10.
Una araña tendría que ser muy grande
para poder comerse a una persona, pero
no lo sería tanto como Roc, un pájaro
capaz de transportar un elefante. En los
cuentos de Las mil y una noches, Simbad el
Marino cruza el cielo agarrado a la pata
de Roc. Marco Polo era un viajero del siglo
XIII que mencionó a Roc al describir la isla
de Madagascar. Algunos creen que ahí
pudo haber pájaros gigantes, pero no tan
enormes como el mítico Roc.