Freire considera que, en la actualidad, el modelo de educación
predominante coloca a los alumnos en una posición pasiva. Al respecto, señala que la educación “bancaria” entiende al conocimiento como una verdad dada, congelada y estática y a la educación como un acto de transferencia de estos "depósitos” a los alumnos. En cambio propone la educación “problematizadora” que está al servicio de la transformación de los hombres y de la sociedad.
Análisis de los Factores Externos de la Organización.
La Educación según Paulo Freire
1. LA EDUCACIÓN SEGÚN PAULO FREIRE
Fuentes:
Freire, P, (1981). La educación y el cambio: Río de Janeiro: Continuum.
Freire, P. (1971). La educación como práctica de la libertad. Montevideo: Tierra Nueva.
Freire, P. (1985). Pedagogía del oprimido. Buenos Aires: Siglo XXI.
Freire, P. (2013). Por una pedagogía de la pregunta: crítica a una educación basada en
respuestas a preguntas inexistentes. Buenos Aires: Siglo XXI..
Puiggros Adriana (1995). Volver a educar. Buenos Aires: Ariel. Bs.
Desarrollo:
Paulo Freire fue uno de los más significativos pedagogos del siglo XX. Nació en Recife
(Brasil) en 1921 y falleció en San Pablo (Brasil) en 1997. Muchas son las ideas clave
expresadas por este notable pedagogo, las cuales se han transformado en principios
orientadores de una práctica educativa transformadora. Entre otras, podemos mencionar las
siguientes (Freire, 2013, 1985, 1981, 1971):
“Enseñar no es transferir conocimientos, sino crear las posibilidades para su producción o
su construcción”.
“Quien se atreva a enseñar nunca debe dejar de aprender”
“Enseñar exige respeto a los saberes del educando y respeto a la autonomía de su ser”
“Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Por lo general, se aplica una
pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han
hecho”.
“El diálogo es un recurso pedagógico que permite la existencia auténtica de la educación.
El mismo implica la utilización del pensamiento crítico; sin él no hay comunicación y sin
ésta no hay una verdadera educación”.
“Enseñar exige saber escuchar. Aceptar y respetar las diferencias son virtudes sin las
cuales la escucha no se puede dar”.
”Como educadores somos políticos, hacemos política al hacer educación; todo acto
educativo es un acto político”
“Los modelos educativos no son neutros”.
“Los problemas relacionados con la educación no son solamente problemas pedagógicos;
son problemas políticos y éticos”.
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2. “Es muy difícil que uno sea, si los otros no son El educador necesita del educando, así
como el educando necesita del educador, ambos se educan”
“Hay que respetar al educando y su saber. Todos nosotros sabemos algo; todos nosotros
ignoramos algo”
“Un saber necesario a la práctica educativa es el que se refiere al respeto a la autonomía
del ser del educando”
“Es necesario reducir la distancia entre lo que dice y lo que se hace el educador, hasta que
en un momento su discurso sea su práctica; enseñar exige la corporización de las palabras
con el ejemplo”.
“La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”.
“No hay enseñanza sin investigación, ni investigación sin enseñanza”.
“Los docentes deben despertar el espíritu critico de los alumnos”.
“El punto de partida de la educación debe estar en el contexto cultural, ideológico,
político, social de los educandos. No importa que este contexto esté deshecho. Una de las
tareas del educador es rehacer esto. En este sentido, el educador es también un artista: él
rehace el mundo, redibuja el mundo, repinta el mundo, etc.”
“La educación sólo gana fuerza en la medida en que se entrega a la labor de clarificación
de las conciencias para que los individuos se asocien, se movilicen, se organicen para
transformar el mundo”.
“La educación verdadera es praxis, es decir, reflexión y acción del hombre sobre el mundo
para transformarlo”
“Las escuelas no se transformarán a partir de ellas mismas. El proceso de cambio no puede
dejar de venir de afuera, pero no puede dejar de partir de adentro; esta cuestión es
dialéctica”
“A veces se afirmó o se afirma que Paulo Freire redujo educador y educando a un mismo
nivel. No, si el educador y educando fueran la misma persona, no habría por qué hablar de
uno y de otro, porque uno no sabría del otro; yo reconozco los límites.”
“Sólo aprende verdaderamente aquel que se apropia de lo aprendido, transformándolo en
aprehendido, con lo que puede, por eso mismo, reinventarlo; aquel que es capaz de aplicar
lo aprendido–aprehendido a situaciones existenciales concretas”
“Jamás acepté que la práctica educativa debería limitarse a la lectura de la palabra, a la
lectura de un texto, sino que debería incluir la lectura del contexto, la lectura del mundo”.
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3. “La construcción del conocimiento se dará en función de la reflexión que no deberá ser
una mera abstracción. El hombre, siempre deberá ser comprendido en relación a su
vínculo con el mundo”
“El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad
de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas
y recrearlas”.
“Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir nuestra palabra”
Una de las ideas clave de Paulo Freire presentadas anteriormente es aquella que se refiere a la
práctica educativa como una práctica política. Es decir, se trata de un procedimiento que
implica una intervención en el campo educativo cuyo objetivo es la construcción del
predominio de determinados modos de vida y de subjetividad. Al respecto, este autor describe
las concepciones “bancaria” y “problematizadora” de la educación, las cuales reflejan dos
enfoques contradictorios de la función social de la educación. La concepción “bancaria” de la
educación se relaciona con las políticas neoliberales, en cambio la concepción
“problematizadora” de la educación asume los procesos educativos desde una perspectiva de
transformación del hombre y de la sociedad. Seguidamente, se compararán ambas
concepciones (Freire, 1985):
CONCEPCIÓN BANCARIA
DE LA EDUCACIÓN
CONCEPCIÓN PROBLEMATIZADORA DE
LA EDUCACIÓN
Educador–
educando
Hay una contradicción manifiesta
educador–educando. El educador es
un agente indiscutible, dueño del
saber y cuya tarea es “llenar” a los
educandos de contenidos. Los
educandos son los que no saben. El
educador es quien: habla, piensa,
disciplina, escoge los contenidos
programáticos y es el sujeto del
proceso. En cambio el educando es
quien: escucha dócilmente, no piensa,
es disciplinado, no se lo escucha y es
un mero objeto. Los educandos son
considerados seres de la adaptación,
del ajuste.
Este enfoque niega el diálogo
educador-educandos.
La educación debe comenzar por la superación
de la contradicción educador–educando: nadie
educa a nadie y nadie se educa a sí mismo; los
hombres se educan entre sí y con la mediación
del mundo. Es decir, deben conciliarse los
polos de tal manera que ambos sean
simultáneamente, educadores y educandos.
Este enfoque promueve el diálogo educador–
educando.
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4. Educación
La educación es el acto de depositar,
de transferir, de trasmitir valores y
conocimientos. Es decir, la educación
se transforma en un acto de depositar
en el cual los educandos son los
depositarios y el educador quien
deposita.
Este enfoque niega a la educación y al
conocimiento como procesos de
búsqueda.
La educación es considerada un proceso
creador y el conocimiento como un proceso de
búsqueda y construcción que se produce en
una relación dialéctica entre el educador y el
educando y de ambos con el mundo.
Procesos de
enseñanza y
aprendizaje
El educador conduce a los educandos
a la memorización mecánica y pasiva
de los contenidos y a su repetición.
Se enfoca en la entrega de
conocimientos y no en el desarrollo
del pensamiento y la acción
auténticos.
Esta concepción de la educación
promueve una conciencia acrítica del
educador y de los educandos.
En las disertaciones del educador la
palabra se vacía de la dimensión
concreta y se transforma en una
palabra hueca, en un verbalismo
alienado y alienante.
En este caso el objeto de conocimiento deja de
ser para el educador una propiedad personal
para transformarse en material de su reflexión
y la de los educandos.
Los educandos en vez de ser dóciles receptores
de los depósitos, se transforman en
investigadores críticos en diálogo con el
educador, quien a su vez es también un
investigador crítico. Por lo tanto, este enfoque
se caracteriza por la conciencia crítica del
educador y de los educandos.
En esta concepción de la educación tanto el
educador como los educandos establecen una
forma auténtica de pensamiento y acción; no
hay una separación entre el pensar y la acción.
Educando
Son recipientes que deben ser
“llenados” por el educador. Cuando
más vaya llenando a los educandos
con sus “depósitos”, mejor educador
será.
Son mejores educandos en la medida
que se dejen llenar dócilmente por los
contenidos.
Se anula el poder creador del
educando y se estimula su ingenuidad
y no su pensamiento crítico.
Cuanto más se les imponga pasividad,
tanto más ingenuamente tenderán a
adaptarse al mundo en lugar de
transformarlo.
Promueve el poder creador, la participación y
el pensamiento crítico del educando. Además,
se estimula la transformación del mundo y no
su adaptación al mismo.
En la práctica problematizadora los educandos
van desarrollando su poder de captación y de
comprensión del mundo que, en sus relaciones
con él, se les presenta no ya como una realidad
estática sino como una realidad en
transformación, en proceso.
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5. Dispositivo
Es un instrumento de poder. Lo que
pretende es transformar la mentalidad
de las personas y no las situaciones. El
objetivo es mantener el status quo.
Es un instrumento de transformación que está
al servicio de la humanización. En este caso el
educador se identifica y se relaciona de manera
efectiva con los educandos, y busca la
transformación de ambos.
La educación como práctica de transformación
implica la negación del hombre abstracto,
aislado y desligado del mundo. La reflexión
que propone es sobre los hombres en sus
relaciones con el mundo.
Concepto del
hombre
El hombre es un espectador y no un
recreador del mundo.
Este enfoque sugiere una dicotomía
inexistente hombre-mundo. Es decir,
los hombres estarían en el mundo y no
con el mundo y con los otros.
La función de la educación es adaptar
el hombre al mundo. Es decir, cuanto
más adaptados y pasivos estén los
hombres tanto más “educados” serán
en tanto se encontrarán más adaptados
al mundo.
La tentativa de este enfoque es
transformar al hombre en un
autómata.
Esta concepción desconoce a los
hombres como seres históricos.
Entonces, recalca la permanencia y se
hace reaccionaria.
El hombre se relaciona con una
realidad que es estática, está dividida
y resulta ajena a la experiencia
existencial del hombre.
El hombre mantiene una relación dialéctica
mutuamente transformadora con el mundo.
Cuanto más se problematizan los hombres
como seres en el mundo y con el mundo,
percibirán la necesidad de conectarse con los
demás porque comprenden la realidad como
una totalidad.
Este enfoque reconoce a los hombres como
seres históricos. Es por esto por lo que los
reconoce como seres que están siendo, como
seres inacabados, inconclusos, y conscientes de
su “inconclusión” con una vocación
permanentemente “ser más”. Por otra parte, la
realidad es también histórica tan inacabada
como los hombres. Entonces, se basa en el
cambio y no acepta un presente sufrido ni un
futuro preestablecido.
En síntesis, para Freire se ha configurado un modelo de educación predominante que coloca
a los alumnos en una posición pasiva. Al respecto, la educación “bancaria” entiende al
conocimiento como una verdad dada, congelada y estática y a la educación como un acto de
transferencia de estos "depósitos” a los alumnos. En este sentido, Puiggros (1995) considera
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6. que es imposible la educación entendida como transmisión de la cultura por dos cuestiones
centrales: el educando no es una tabla rasa o un recipiente vacío y , además, por más que el
discurso del educador se presente como una verdad dada no es sino un recorte, un fragmento
de esa realidad. Para superar la educación “bancaria”, Freire (1971) propone la educación
“problematizadora” que está al servicio de la transformación de los hombres y de la
sociedad.
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