El documento divide la administración pública federal en tres poderes: el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial. El poder ejecutivo se subdivide en administración centralizada y descentralizada. La administración centralizada se encarga de los asuntos administrativos a través de la presidencia, secretarías de estado y departamentos administrativos. La administración descentralizada la componen organismos, empresas y fideicomisos que gozan de autonomía aunque están relacionados con la administración central.