Este documento discute cómo mejorar la eficiencia energética en sistemas de aire comprimido a través de pequeños cambios en la gestión y operación del sistema. Sólo el 5% de la energía de un compresor se convierte en aire comprimido, mientras que el 93% se convierte en calor. El documento recomienda trabajar a la presión mínima necesaria, evitar el funcionamiento en vacío de los compresores, reparar fugas, y usar el aire comprimido solo para propósitos autorizados.