Arribando a la concreción II. Títulos en inglés, alemán y español
TAMARA DE LEMPICKA
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13. TAMARA DE LEMPICKA: “Andromeda”, 1927
La formación con
ANDRÉ LHOTE,
supuso una fuerte
influencia en su
obra. Lhote
proporcionaría a
Lempicka un
conocimiento de la
tradición académica
y de sus
aportaciones, así
como el intento por
experimentar y
aportar “algo nuevo”.
14. SOBRE 1925-1926, la artista muestra la influencia del cubismo
de Lhote: el gusto por los volúmenes simplificados. Las esferas
y cilindros con que construye sus figuras son modeladas
mediante gradaciones tonales. Tamara de Lempicka muestra
un modelo de mujer, desnuda o vestida, de gran solidez y
poder, pero indiscutiblemente femenino.
De sus visitas a Italia rescata para su obra la “línea
serpentinata” de los maestros del Quattrocento.
“Retrato de la duquesa de la Salle”“Desnudo sentado”, 1925
“Desnudo en una terraza”, 1925
ANDRÉ LHOTE: “Desnudo Femenino Acostado”, 1910
15. TAMARA DE LEMPICKA: “La bella Rafaela”, 1927
"Un cuadro de Tamara se
representa en general como un
bajorrelieve de una sola figura de
volúmenes poderosos que llena
todo el campo del lienzo, hasta el
punto en que, a menudo, el cima de
la cabeza está cortado por el borde
superior". GERMAIN BAZIN
18. “Doble 47”, 1924
SIMILITUDES con los pintores
alemanes de LA NUEVA
OBJETIVIDAD, en particular con
Christian SCHAD.
CHRISTIAN SCHAD: “María y Annunziata del puerto", 1923
21. “Retrato de una niña con su osito de peluche”, 1922
Los cinco retratos a gran escala que hizo de
Kizette, entre 1923 y 1933, se encuentran
entre los más notables de sus logros artísticos.
“ Portrait De Mademoiselle Poum Rachou ”, 1933
22. “Niña en rosa” (Kizette), 1926
”Kizette comulgando”, 1928
La medalla
que
Lempicka
ganó en la
Exposición
Internacional
de Poznan
en 1929 con
su primera
pintura
abiertamente
religiosa.
Este retrato
de Kizette,
significó
mucho para
la artista.
23. En 1927, con el retrato de su hija,
”Kizette en el balcón” recibe el
primer premio en la Exposición
Internacional de Burdeos.
En este retrato vertical aparece la
niña a muy corta edad, de cuerpo
entero y sentada junto a un
balcón.
En la mano derecha parece estar
sosteniendo algo que no está ahí.
Una iluminación cálida inunda el
gesto, las telas grises y el fondo de
la ciudad, la cual agitada,
contrasta con la placidez y la
inocencia de la pequeña.
24.
25. Bosquejo. Retrato de
desnudo masculino
desde atrás, 1920
Ilustración de moda, 1920
Músico, 1921
Tamara de Lempicka llegó a París en 1918 con solo veinte años,
su esposo no tenía trabajo y era madre de una niña muy
pequeña. A pesar de esta situación, no había perdido nada de su
energía. Decidió continuar los estudios que había interrumpido en
San Petersburgo, se inscribió en el curso de Maurice Denis en la
Académie Ranson, y el de André Lhote en la Académie de la
Grande Chaumière. La influencia de ambos maestros se aprecia
en muchas de sus obras.
26. “Retrato de un jugador de polo”, 1922El hombre chino, 1921
27. Mujer vistiendo un chal, de perfil, 1922 “Ramo de hortensias y limón”, 1922
28. “El beso”, 1922
En esta pintura, Lempicka, intenta crear un estilo personal,
experimentando con varios procedimientos. Pinta un fondo urbano,
tratado de manera cubista, que resultaría especialmente fructífero.
El hombre usa los mismos accesorios de vestir, un abrigo negro, una
bufanda blanca y un sombrero de copa, como su esposo Tadeusz.
31. “Mujer en un vestido negro”, 1923“Retrato de Ira P. Su tristeza”, 1923
32. TAMARA DE LEMPICKA EN NUEVA YORK
Trás la I Guerra Mundial, Estados Unidos experimentó un
período de prosperidad económica entre 1922 y 1929.
Al ritmo de estos cambios profundos, el mundo del arte
evoluciona.
Los felices años 20 alejan el fantasma belicista y crean un
clima de frivolidad y lujo en torno a los principales centros
del mundo artístico. Las élites de la burguesía demandan
obras de arte que dejen constancia de su "status". A este
entorno privilegiado llega una artista singular, Tamara de
Lempicka. Su arte, su manera libre de vivir, su
personalidad intensa y una capacidad creativa única, la
convertirán en una figura destacada entre los círculos
sociales más poderosos de Nueva York.
33. Estudios previos, 1925
Las enseñanzas de Lothe influyeron en su preferencia
por los volúmenes simplificados.
De los maestros del Quattrocento, tomó
instintivamente, la "línea serpentina". Su trabajo de
este período muestra el gusto por la utilización de
gradaciones tonales para modelar las esferas y los
cilindros con los que construyó los cuerpos de sus
figuras. Tendencia a cierto monumentalismo,
Lempicka eligió a sus modelos femeninos en
consecuencia: ya sea desnuda o vestida, son sólidas
y poderosamente construidas, pero indiscutiblemente
femeninas.Estudio para "La Belle Rafaëla"
39. TAMARA DE LEMPICKA: “Grupo de cuatro desnudos”, 1925
Formas geometrizadas que evocan el
cubismo, simplificadas, tendentes a la
abstracción.
40. La pose romana del marqués combina informalidad y elegancia.
El contacto entre la exuberante vegetación y el delicado material
del esmoquin realza el tema, que de otra manera sería algo común.
“Retrato del marqués d’Afflito”, 1925
46. Los años del mayor éxito de Lempicka. El museo de Nantes adquirió su "Kizette in Pink", y
varios coleccionistas encargaron retratos suyos de su esposa e hija o amante. En la cima de
su talento, Lempicka pudo aprovechar al máximo sus modelos femeninos, realzando sus
encantos con signos del nuevo espíritu de los tiempos.
“La bufanda naranja”, 1927 “La camisa rosada II”, 1928
47. Tamara imbuía a sus
modelos de elegancia
y despreocupación
suprema, sensualidad
y vitalidad
palpitante. El éxito
prestó alas a
Lempicka,
animándola a trabajar
y exhibir
incansablemente.
48. “Retrato del barón Kuffner “, 1928
Lempicka pintó los retratos de Tadeusz
Lempitzki, quien la convirtió en condesa, y de
Raoul Kuffner, quien más tarde la convertiría en
baronesa durante el mismo año. Desde
entonces, los dos han estado juntos en el
Musée National d'Art Moderne de París.
Retrato de un hombre”, 1928
57. “Retrato de Mrs. Bush”, 1929 “Retrato de Romana de la Salle”, 1929
La pose
lánguida
de las
mujeres
contrasta
con los
rascaciel
os que
aparecen
en las
obras.
58. Esta obra es una síntesis de
dos puntos de vista
estéticos aparentemente
contradictorios:
El primero se inspira en el
Renacimiento italiano, en
forma de una figura casi
seráfica, con fervor
melancólico.
El segundo es
contemporáneo, y se
transmite por la presencia
de fondo de una metrópolis
futurista.
“La música”, 1929
62. Las mujeres que retrata producen una sensación de
misterio como si escondieran algo tras sus miradas y
sus gestos. Lempicka consigue unas imágenes
enigmáticas y con una traza muy personal.
“La bufanda azul”, 1930
“Las chicas”, 1930
64. (…) “Suena música de jazz;
ellos van repeinados y calzan
zapatos bicolores; ellas fuman
utilizando largas boquillas; se
recuestan en chaises longues;
ríen; bailan… Son delgadas, se
recogen el pelo (corto) en
casquetes que recuerdan a los
de los pilotos de avión, son
delgadas y van enfundadas en
vestidos con forma de tubo…
Es el glamour del art déco el
acrónimo de art décoratif, en
francés, un estilo que brilló en
los años veinte y treinta del
siglo XX; que se expandió a
través del cine; transformó la
moda; inventó lámparas,
pitilleras, frascos de perfume,
automóviles, sillas, jarrones…”
FÁTIMA URIBARRI en EL PAÍS
“Retrato de Madame Allan Bott”, 1930
66. Los retratos que realiza Tamara de
Lempicka, tienen gran cotización en el
mercado, llegando a cobrar hasta 50.000
francos por un 1 lienzo. Muchos de ellos se
convirtieron en iconos de un estilo de vida,
al igual que sus desnudos se convirtieron
en sugerentes obras que aunaban el
espíritu clásico con la vanguardia cubista.
“El teléfono II”, 1930
68. “Chica con guantes”, 1930
El Art Déco se basa, en
especial, en la
geometría del cubo, la
esfera y la línea recta.
Modela las figuras,
siempre aristadas y de
volúmenes muy
geométricos.
Con ello logra una
mayor artificiosidad en
sus figuras que así
resultan más extrañas y
sugerentes
69. Colores de tonos metalizados, fríos, brillantes, planos, sin
gradación tonal y con un claroscuro que aporta dramatismo.
70. “Santa Teresa d'Avila”, 1930 BERNINI: “Éxtasis de Santa Teresa”,
1647
Retrato de Santa Teresa en éxtasis, inspirado en la escultura de Bernini
79. “Refugiados”, 1931
El exilio fue una obsesión
de la artista toda la vida.
Ella misma lo experimentó
en dos rupturas radicales
en su vida: la primera
cuando abandonó la Rusia
bolchevique en
circunstancias dramáticas
en 1918; y el segundo en
1939, cuando se fue a los
Estados Unidos.
En varias de sus pinturas
evoca esta situación:
"Los refugiados", 1931
"Antes de la tormenta“,
1936 "Flight", 1940.
80. “Retrato Pierre de Montaut ”, 1931 “Retrato del conde Vettor Marcello”, 1933
81. “Portrait de Madame M”, 1932
La pose lánguida de las mujeres contrasta con las máquinas
o rascacielos que aparecen en las obras, son un ejemplo de
mujer de vanguardia, independiente y sexualmente liberada.
“Portrait of Mrs. Boucard”, 1931
82. Glamurosa y adelantada a su tiempo, refleja su personalidad en sus
pinturas, retratando a atractivas mujeres que dominan la vida moderna.
83. (…) “En el verano de 1932, la artista realizó una larga
estancia en España, con un viaje que la llevó a Málaga,
Sevilla, Córdoba, Toledo y Madrid, documentado por
algunos extasiados artículos firmados por los críticos
españoles del momento. Aclamada como una diva,
admirada por su arte caracterizado por un lenguaje neto y
refinado, descrita como un ejemplo de belleza y
elegancia, Tamara de Lempicka subrayó en las
entrevistas su interés por El Greco y Goya, que estudiaba
diligentemente en largas sesiones en los museos
españoles.
El acontecimiento artístico que marcó este periodo fue la
Exposición Internacional de Artes Decorativas de 1925,
que avaló la difusión del art déco, un movimiento con
vocación de internacionalidad, modernidad y
decorativismo.”
Texto de la Exposición en el PALACIO DE GAVIRIA
84. Entre 1934 y 1937 Lempicka sufre una etapa de crisis mística y depresión.
Su producción disminuyó considerablemente, aunque no su talento. Solo
trata temas religiosos, inspirando una serie de retratos de Madonna. En
1937, Lempicka había recuperado una cierta serenidad; ella comenzó a
representar a personas de humildes nacimientos, hombres y mujeres
campesinos, con minucioso detalle. Sus temas experimentan cambios y
muestran un tipo de valores éticos que eran mundos alejados de las
vanidades mundanas veneradas en sus círculos habituales.
“Madonna”, 1934 “La virgen azul”, 1934 “Madre superiora”, 1935
85.
86. “La Bretona”, 1934
Siguiendo a las dos
chicas polacas, aquí
representó a una
bretona.
Después representará
"campesinos“ y
"viejos", junto con la
rústica simplicidad de
los cántaros, cuencos
y piezas cuadradas de
lino. Los tiempos
estaban cambiando y
Lempicka se inspiró en
los valores
tradicionales.
89. Gran parte de la inspiración para esta composición
provino de "San Juan y Jesús" de Botticelli.
“Quattrocento”, 1937
Botticelli: “San Juan y Jesús”, 1468
91. Copia de la Sibylla Libica de Miguel Ángel, 1937
Miguel Ángel: “Sibylla Libica”, 1509-1512
92. En marzo de 1939, Lempicka llegó a Nueva York, junto con sus últimas
pinturas. Preparó varias exposiciones y logró encontrar tiempo para varias
creaciones muy ambiciosas, como "Wisdom“ y "At the Opera", que ella había
comenzado antes de irse.
“En la ópera”, 1941 “Chica con un tocado blanco”. 1939
93.
94.
95. Una vez de de regreso a Nueva York, donde, pintó retrato tras retrato de mujeres jóvenes
idealizadas. Paralelamente, continuó con sus bodegones, adornándolos con cortinas en el
espíritu más clásico, o incluso en una vena trompe l'oeil. Al mismo tiempo, comenzó a hacer
copias de obras de los maestros del Renacimiento.
“Bodegón con lirios y drapeado gris”, 1944“Wisdom”, 1940
102. En un esfuerzo por evitar perder la mano en el retrato, realizó una primera serie de
réplicas de sus mejores pinturas de los años treinta. Esperaba que esto estimulara
una nueva oleada creativa; nada de eso sucedió. Así, a finales de los años
cincuenta, estaba nuevamente buscando su camino artísticamente.
"Kizette adulta", 1951“Retrato de la bella M. II”, 1948
103. “Composición abstracta azul y negra”, 1953 “Mujer y niño”, 1954
El ansia viajera de Lempicka pudo haberse producido por la necesidad de escapar de
la agitación artística que estaba ocurriendo en su mente en ese momento. Al tratar de
evitar que la situación la superara, se entregó y la abstracción. Al principio combino la
abstracción con algunos elementos figurativos. Poco a poco, comenzó a producir
composiciones más puramente abstractas, puntuadas por formas geométricas
desprovistas de volumen.
106. A finales de los años cincuenta, la capacidad creativa de Lempicka comienza
el declive. Su obra sigue diversas orientaciones siguiendo la influencia de
diferentes artistas: realiza nuevas versiones de bodegones anteriores,
reinterpretándolos a la manera de Georges Braque y al estilo alargado
característico de Bernard Buffet.
Sin embargo, la artista trató de innovar y alternó estas obras con otras de
corte abstracto. A principios de los años sesenta, realizó una serie de
pinturas inspiradas por el pintor abstracto Serge Poliakoff.
Vuelve a la figuración. Recurre a la temática de motivos de la naturaleza:
paisajes y animales. Fracasó desde el punto de vista comercial. Ello causó
una enorme amargura y ralentizó su labor creativa.
"Manzana, membrillo, uvas" II, 1958 “Composición abstracta A1”,
1960
110. “Jovencita con una boina I”, 1971 “Amatista III”, 1963
Regreso a modelos del pasado
111. La retrospectiva de la obra de Lempicka montada en la Galerie du
Luxembourg en 1972 brindó la ocasión para que una nueva generación,
redescubriera y admirara su obra de los años treinta. El éxito de este
espectáculo fue una sorpresa y recompensó a la artista con la sensación
de que su trabajo fue nuevamente apreciado en el mercado del arte. .
“Composición abstracta”,
1977
“Retrato de una niña III”, circa 1972
112. “San Antonio II”, 1979-1980
Aceptó producir réplicas de sus pinturas más
populares aunque había perdido la maestría en la
ejecución.
“La niña bretona III”, circa 1972