1. "Huesos Secos" (1968)
Por- Shira Sorko-Ram
“Estas destinado a vivir en Israel.” Esta profecía me fue dada en numerosas
ocasiones cuando joven en mis primeros 20 años. En ese tiempo, había áreas de mi
vida que no había entregado por completo al Señor, y mudarse a Israel me sonaba
como que estaba siendo enviada a un país tercermundista como Afganistán o
Siberia.
Pero el 15 de octubre de 1967, hace exactamente 40 años, llegué a Israel para una
visita a mis padres, de dos semanas. Sólo cuatro meses antes, el pequeño país de
poco más de dos millones de ciudadanos judíos había escapado de una completa
aniquilación por los esfuerzos concertados de Siria, Jordania y Egipto, y había
conseguido una victoria que fue más allá de la imaginación del primer ministro, los
jefes del ejército y de la toda la población de Israel.
La euforia de la nación era indescriptible. Para los Judíos ortodoxos, no había duda
de que los días del Mesías habían llegado.
Para los ciudadanos seculares, un milagro había ocurrido. Los árabes fueron
terriblemente golpeados y seguramente habían aprendido la lección. No habría más
guerra! Y todos repetían con gran júbilo, "Jerusalén es nuestra una vez más!" Fue a
estas alturas tan elevadas que mis padres y yo aterrizamos en Israel.
Sin embargo, pronto descubrí que en esa tierra solo había un pequeño remanente
de judíos creyentes. Para efectos prácticos, ellos no existen. Sí, había una familia por
aquí y una persona por allá. Víctor Smadja y su familia, inmigrantes procedentes de
Túnez, ya habían establecido la Asamblea mesiánica en Jerusalén, y la familia
Heimoff (ahora Bar David) que emigraron de Bulgaria, tenían un pequeño grupo de
reunión en un suburbio de Tel Aviv.
Me dije a mí misma: "¿Cómo en el mundo el pueblo israelí, con sólo un puñado de
creyentes en esta tierra, podrán tener la oportunidad de escuchar una explicación
clara de la salvación, según la Biblia?"
A pesar de que no tenía planes previos de permanecer en Israel, después de
consultar con mi padre, me decidí a producir un documental de 30 minutos sobre la
creación del nuevo estado de Israel y el reciente retorno de Jerusalén al pueblo
2. judío, tal y como había sido anunciado por los profetas. Sentí que era importante
para los cristianos el entender esas importantes porciones de la profecía bíblica que
se estaban cumpliendo, e Israel necesitaba las oraciones de intercesores en todo el
mundo. También comencé a estudiar el idioma hebreo.
Junto con mis estudios de idiomas, pasé casi tres años trabajando en esta película
que he llamado "Huesos Secos." Batallé por algún tiempo sobre el guión, y luego un
día me dije a mí misma: "¿Por qué debería describir el cumplimiento actual de la
profecía? Tengo a los mejores guionistas del mundo! Moisés, Isaías, Jeremías,
Ezequiel, Daniel, Zacarías, por nombrar unos pocos! " Y así, pasé muchos meses
sumergida en los libros de todo el Antiguo Testamento.
Cada vez leía un versículo que predecía el sufrimiento o que describiera la gloria de
la venida del Mesías, y que hablaba sobre el retorno del pueblo judío a Israel, o la
restauración de Jerusalén,
Escribí las porciones en una tarjeta. En aquellos días no había computadoras!
Cuando había terminado, tuve un montón de tarjetas de unas cuantas pulgadas de
alto. De esas Escrituras fue que creé un guión y contraté una empresa israelí para
producir la película, la cual dirigí.
Durante el rodaje, tuve muchas oportunidades de observar a mi director de
fotografía, Adam Greenberg, quien pasó a ser un codiciado director de fotografía en
Hollywood, filmando películas como "Terminator", con Arnold Schwarzenegger.
Busqué una voz muy expresiva con acento israelí para leer el guión, que como he
dicho, estaba hecho en su totalidad de las Escrituras del Antiguo Testamento. Me
presentaron a Yossi Yadin, un famoso actor de teatro israelí, y hermano del célebre
arqueólogo, Yigael Yadin, que excavó Masada y Megiddo, y que más tarde se
convirtió en vice primer ministro. Yossi accedió a narrar la película.
Para hacer físicamente el guión, simplemente tomé una Biblia y recorté las
Escrituras, una por una, y las pegué en papel. Al principio Yossi estuvo indeciso,
preguntándose si yo no estaba profanando la Biblia al cortarla. Le dije que quienes
profanaban la Biblia eran aquellos que no guardaban los mandamientos escritos en
ella. Quedó satisfecho con la respuesta y grabamos la narración.
3. Yossi le dijo a su familia y amigos acerca de nuestro proyecto, y más tarde, me
pidieron que dirigiera una película arqueológica de Yigael Yadin en Megiddo
(conocido como Armagedón en el Nuevo Testamento.)
Yossi también le habló a Golda Meir, la entonces Primer Ministro de Israel, acerca de
"Huesos Secos". Ella le dijo que quería ver ella misma la película. Sabiendo lo
ocupada que estaba, le escribí, para ofrecerle llevar la película a su casa. Ella me
invitó a mostrarsela el 10 de Agosto de 1971. Con gran anticipación, esta
oportunidad me movió a mucha oración!
Como una muy amiga mía y yo oramos, me pareció ver a Golda Meir en su cama en
la noche, mirando hacia arriba y preguntando: "¿Realmente hay un Dios?" También
sentí que habría algún tipo de oposición espiritual a esta invitación, y mi amiga y yo
empezamos a orar con intercesión profunda para que el Señor me permitiera
mostrarle esta película sin interrupción.
Llegó el día para llevar la película y entré con un gran ramo de flores. Recuerdo a la
gente de seguridad buscando en él con cuidado para asegurarse de que no había
ninguna bomba colocada entre los tallos. Varias auxiliares y miembros de la familia
también estaban allí.
Después de una pequeña charla, la película comenzó. Su tema retrata a Israel a
finales de los años sesenta, una nación levantada de las cenizas tal como los
profetas habían profetizado que sucedería en los últimos días. También había una
sección en la que el narrador lee Isaías 53, sobre el Mesías sufriente que iba a morir
por los pecados de su pueblo. Las imágenes retratan una figura mesiánica que cae
en medio de sus ovejas en una película muy sobreexpuesta en blanco y negro,
dándole un aspecto místico. Esa escena se entrelaza con una oveja siendo
sacrificada en un altar. Finaliza con el llamado de los profetas al arrepentimiento y la
promesa de Dios en Ezequiel para redimir las ovejas de los lobos entre las naciones.
Cuando la película se terminó se hizo un silencio. Luego preguntó Golda, "¿Qué
parte de la película era del Antiguo Testamento y qué parte era de nuevo?", Le
contesté, "Toda la narración fue sólo del Antiguo Testamento." Ella se sentó
pensativa y luego dijo: "¿Pero por qué la sangre? ¿Qué significado tiene? "Por
supuesto, que se abrió el tema de la función sacerdotal de la tribu levítica que fue
mandada a derramar la sangre de los animales con el fin de pagar el precio por los
4. pecados de los israelitas. Hice hincapié en que sólo después del derramamiento de
sangre, es que el Cohenim (sacerdote) podía entrar en la presencia de Dios para
hacer la petición por el pueblo.
Le expliqué que, “por eso es que Jesús tuvo que morir y ofrecer su vida para que
podamos vivir. Él es el Cordero de Dios. Él es el permanente camino al perdón de
pecados para el pueblo judío - y, de hecho, para todos los que lo deseen. Él es la
puerta de entrada a la presencia del Dios de Israel.”
Golda trajo de nuevo la escena de Isaías 53, y dijo en voz baja: "Ese fue Jesús." Me
sorprendió cuan abierto se percibía su corazón, mientras hablaba.
De pronto, otra persona en la habitación gritó muy enojada: "Esta es la adoración de
ídolos (Avoda Zara)! Esto es contra el judaísmo! "
Eso terminó nuestra conversación. Pero había pasado casi una hora hablando sobre
el camino a la salvación con la primer ministro Golda Meir. Estaba segura de que a
través de nuestras oraciones (y otros que habían estado orando por nosotros) que el
Señor había retenido los comentarios del hombre enojado hasta que la primer
ministro había tenido la oportunidad de escuchar la buena nueva a través de las
propias palabras de los profetas. Salí de su residencia a la medianoche, después de
haber pasado dos horas con ella, sentí que Dios había querido que ella tuviera la
oportunidad de hacer preguntas guardadas en su corazón.
Al día siguiente recibí una llamada telefónica de la misma persona que había
estallado con sus comentarios de la idolatría. Me dijo que la primer ministro había
disfrutado mucho la película y la velada. De hecho, me dijo, que todos habían
encontrado la noche muy interesante.
Escuché, después de su muerte en 1983, que un médico creyente que había cuidado
de ella en el hospital, dijo que aceptó a Yeshúa como su Mesías. Debido a que
muchos rumores giraban alrededor de Israel, no tengo ni idea de si la historia es
verdadera o no. Pero yo sé que ella hacía preguntas serias y escuchó con atención la
buena nueva de los antiguos profetas de Israel.
Un día, la Buena Nueva se extenderá a esta tierra con tal claridad y poder que todo
Israel será salvo. Nosotros, los creyentes en Israel hoy somos pioneros, sabiendo
que el día memorable se acerca! Y ¡oh! Cómo anhelamos verlo!