El documento propone varios desafíos y objetivos para la iglesia, incluyendo crecer en espíritu misionero para llegar a más personas, mejorar la formación de los agentes pastorales, concientizar a los fieles sobre problemáticas sociales, fortalecer la atención a las familias y los jóvenes, e impulsar un estilo misionero en la pastoral diocesana y parroquial.