SlideShare une entreprise Scribd logo
1  sur  61
Télécharger pour lire hors ligne
Página 1 de 61
Página 2 de 61
Página 3 de 61
Este documento es una fan traducción (libre interpretación del epub original), no
pretende sustituir al original.
No apto para comercialización y/o reproducción sin los derechos correspondientes
(adjudicados legalmente).
No olvides apoyar al autor por medio de reseñas positivas si te ha gustado el libro y
llegase a estar disponible a futuro en tu país, cómpralo!
Este documento existe por y para dar a conocer nuevos autores (y no tan nuevos) y
darles difusión entre los fans hispanos.
Página 4 de 61
Elle
En mi vida, cuando llueve, no solo llueve, es un monzón de miseria alucinante.
Todo lo que puede salir mal, sale mal.
Y ahora estoy en problemas con una P mayúscula.
En pánico, llamo a mi papá y le pido que venga a ayudarme a salir de mi lío actual.
Solo que no es mi papá quien aparece.
Es uno de los mejores chicos que he visto.
Lástima que juré no volver a salir o enamorarme de nuevo.
Pero entonces, el destino interfiere y nos une.
Un encuentro humeante conduce a otro y a otro y a otro y luego, típicamente para mí,
al desastre.
Mi caballero con jeans ajustados y una camiseta vendrá a rescatarme una vez más?
Blake
Todo lo que quería era dormir un poco.
Pero luego recibí una llamada telefónica de una extraña rogándome que fuera a
buscarla.
Quienquiera que sea y donde quiera que esté, necesitaba ayuda con una A
mayúscula.
Después de ayudar a la pequeña pelirroja con curvas, dudo que la vuelva a ver.
Lástima. Pudimos habernos divertido un poco.
Una semana después, cuando nuestros caminos se cruzan inesperadamente, me
pregunto si el destino nos está uniendo... Antes de desgarrarnos cruelmente. Esta vez
no sé si puedo salvarla, pero moriré en el intento.
Blake, el Libro 1 de la serie Broadaxe Security es una comedia romántica rápida y
tórrida. Si disfrutas de los machos alfa con corazones grandes, heroínas luchadoras y
de historias románticas cortas y agradables, entonces te encantará la historia de Blake
y Elle.
No hay continuación. Sin trampas. Un muy feliz para siempre.
Esta novela se puede leer como una historia independiente o como parte de la serie.
Página 5 de 61
Traducción
Corrección
Página 6 de 61
Capítulo Uno
Blake
Un sonido penetrante me despertó de un sueño profundo.
Pero qué carajo?
Golpeé mi almohada y gemí. Había olvidado poner mi maldito teléfono en No molestar
y me había quedado dormido con mis AirPods.
Después de trabajar las últimas cuarenta y ocho horas sin ninguna siesta, me
desmayé tan pronto como mi trasero golpeó el colchón.
El número no era uno que reconociera.
—Hola?— Dije, mi voz gruesa y áspera.
—Tienes que venir a buscarme,— susurró una mujer. Estática crujía a través de la
línea, haciendo que su voz saltara dentro y fuera. —Creo que estoy en problemas.—
—Quien habla?—
—No es divertido. Sé lo tarde que es, pero, por favor, ven. Me metí en una limusina
con un hombre que conocía del trabajo. Pensé que era un buen tipo...—
Los pelos de mi cuerpo se erizaron. —Dónde estás?—
—El cuarto de baño.—
—Tu ubicación.—
El sonido de lo que podría haber sido un puño golpeando una puerta resonó por el
teléfono. Quienquiera que fuera y donde sea que estuviera, estaba en problemas.
—El nuevo edificio de apartamentos en la 5ta. La suite del ático.—
—Puedes compartir tu ubicación en un texto?—
—Estoy llamando desde un teléfono fijo. Dejé mi teléfono en un restaurante.—
—Esto es una broma? Ford te puso en esto?— Voy a matar a ese maldito. Él y Axel
siempre estaban haciendo mierdas como esta.
—Qué? No. Por qué Ford me pondría a esto?—
Desgarraría a mis compañeros uno por uno si descubriera que están haciendo algún
tipo de broma. El martilleo se hizo más fuerte, seguido por la voz de un hombre que
gritaba para que abriera la puerta.
Página 7 de 61
Me pasé una mano por la cara. —No salgas del baño hasta que llegue allí.— Mi
instinto me decía que esto no era una broma y que quienquiera que fuera, estaba en
una mala situación. No podía arriesgarme a no creerle.
—Gracias Papa.—
—No soy…—
Colgó antes de que pudiera decirle que no era su padre. Hasta donde yo sabía, no era
el padre de nadie. Yo tampoco quería serlo.
Por suerte para mi misteriosa interlocutora, era dueño de una compañía de seguridad
privada y tenía acceso a los registros de cada operador de telefonía. Desperté mi
computadora portátil e ingresé el número desde el que me había llamado. Tendría su
ubicación exacta en cuestión de segundos.
Bingo!
Me puse algo de ropa, enfundé mi arma y agarré mis llaves.
Elle
El pánico se agitaba dentro de mí.
Qué demonios había hecho?
Fui estúpida.
Peor que estúpida.
Yo era una idiota imbécil.
Hielo goteaba por mi columna vertebral.
Entrar en una limusina con un hombre con el que solo había trabajado un puñado de
veces fue lo más tonto que había hecho. Debería estar en mi apartamento viendo
espectáculos de cocina, no encogiéndome en un baño rezando para que mi papá llegue
a mí antes que Damon.
Todo esto era culpa de Jason.
Cuando encontré a mi ahora ex prometido en un restaurante jugando al tenis de
amígdalas con nuestra asistente, Susan, perdí mi mierda y luego lo perdí un poco más.
Grité como una mujer poseída, para después arrojar cualquier bebida que estuviera al
Página 8 de 61
alcance de los dos, seguida de sus cenas, luego las cenas de la mesa vecina, seguidas
de mi teléfono y mi bolso. Habían necesitado dos camareros para arrastrarme afuera.
No estoy orgullosa de mis acciones. Supongo que todos los meses de mentiras y
sospechas que se habían estado acumulando dentro de mí necesitaban escapar. Y lo
hicieron, de una manera espectacular.
Una vez que me tranquilicé, el maître se negó a dejarme volver al restaurante para
tomar mi teléfono o mi bolso.
Una limusina se había detenido a mi lado, y cuando una de las ventanas oscuras se
abrió, vi a Damon Powers, un hombre para el que había organizado algunos eventos
durante los últimos meses.
Me ofreció llevarme a casa, lo cual, a pesar de mi intuición que me gritaba que corriera,
acepté. Pensé que podría regresar al departamento que compartía con Jason antes de
que él lo hiciera. Mi plan era dejarlo afuera y tirar sus cosas a la calle.
Damon explicó que antes de dejarme en casa, tenía que mostrar su rostro en una
fiesta.
Solo que no era una fiesta. Resultó que solo éramos él y yo en su departamento.
Traté de irme, pero Damon alegremente me dijo que no podía, que me había estado
deseando y vigilándome muy de cerca desde nuestra primera reunión. La sensación de
helado temor que me recorrió la espalda ante su confesión se quedaría conmigo para
siempre.
Por qué no había escuchado la pequeña voz en mi cabeza y huído en el momento en
que salimos de la limusina?
No lo hice porque era Damon—era un cliente. Cada vez que trabajaba con él, siempre
había sido educado y caballeroso. Claro, le gustaba abrazarme unos segundos más de
lo necesario.
Era de músculo sólido, pero con su rostro de abuelo y su sonrisa amable, siempre lo
había considerado inofensivo. No había ninguna razón lógica para no confiar en él o
sospechar que me estaba acosando. Sus trajes de diseñador seguramente escondían
un montón de locuras.
Nota personal. Nunca ignores tu intuición de nuevo.
Mis padres siempre decían que sin importar el momento o la situación, debía
llamarlos si necesitaba ayuda. Mi padre era un policía retirado y había sido testigo de
más horrores de los que jamás hubiera compartido conmigo, mi hermano o mi madre.
Página 9 de 61
Nunca era divertido escuchar sus sermones sobre meterse en automóviles, taxis y
Ubers desconocidos, o tomar bebidas de extraños. Y una vez que llegara aquí, me
daría un infierno, pero yo tomaría su sermón sobre ser asesinada o algo peor.
Tan pronto como llegamos al departamento, Damon fue a servirme un trago—un trago
que estaba segura de que drogaría. Cuando le dio la espalda, agarré el teléfono de la
casa que estaba sobre una mesa de café y luego huí al baño.
Mi papá no había sonado feliz cuando contestó. De hecho, no sonaba como él en
absoluto. Su voz era ronca como si estuviera cayendo con un resfriado o hubiera
empezado a fumar de nuevo.
El martilleo en la puerta se hizo más fuerte. —O sales o patearé esta puerta,— gritó
Damon.
Los pensamientos revolotearon por mi cerebro, tratando de encontrar una manera de
salir de este desastre, pero debido a que mi mente estaba tan dispersa, no podía
encontrar un plan de escape sólido y viable.
—Ya salgo,— le dije, manteniendo mi tono lo más neutral posible. —Comí algo que me
enfermó. Bastante apestoso aquí. No entraría si fuera tú.—
—No me importa lo enferma que estés. Sal del baño o voy a entrar.—
Luchar o huir me gritaba que saliera del apartamento, no importa sal del baño. No
habia ventana. Si hubiera habido, habría considerado saltar. No importaba que
estuviéramos cincuenta pisos más arriba.
El marco de la puerta se sacudió. Maldita sea mi vida y mis decisiones al infierno.
Patearía la puerta si yo no la abría, pero si lo hiciera, estaría en mierda aún más
profunda.
Rodé mis hombros hacia atrás y respiré hondo. Yo podía hacer esto. Podía cuidarme
sola. Había visto todas las películas que La Roca había hecho. Seguramente podría
luchar contra Damon.
¿A quién estaba engañando? Mis hombros cayeron hacia adelante y me encaramé al
borde de la bañera. El estaba hecho como un bulldog británico y me dominaría en
segundos. No tendría ninguna oportunidad.
—Abre la puerta, Elle.—
Hubo un clic, y en cámara lenta como en película de terror, la cerradura giró. Iba a
morir. Nunca volvería a ver a mi familia. Nunca tendría bebés ni caminaría por el
pasillo para casarme.
Página 10 de 61
Entró en el baño, cerró la puerta detrás de él y me miró con los ojos enrojecidos, sin
parecer nada de lo que solía ser. Se parecía más a un depredador que se acercaba a
su presa.
Levanté el teléfono. —Llamé a mi papá. Estará aquí pronto. Es un ex policía.—
Ignorando mi advertencia, Damon dio dos pasos hacia mí, arrebató el teléfono de mis
dedos y luego lo arrojó al suelo de baldosas. —Nadie vendrá por ti, Elle. Eres mía, y es
hora de que nos divirtamos un poco.—
Me estremecí ante su valoración y no en el buen sentido. Retrocedí, pero él se arrastró
hacia adelante. Cuando me alcanzó, el hedor de su aliento a alcohol revolvió mi
estómago.
Levanté mis manos en un gesto de parada. —De todos modos, gracias, pero me he
divertido todo lo que necesito por una noche.—
Retrocedí un poco más hasta que mi trasero golpeó el lavabo.
Sus labios se torcieron con dureza. Sus ojos eran malvados y calculadores. —He
pensado en cómo sería follarte, muchas, muchas veces. He pensado en cómo te verías
encadenada y atada, colgando de las vigas.— Se empujó contra mí y apretó su
entrepierna contra mi pierna.
Incapaz de soportar tenerlo tan cerca, aparté la vista y cerré los ojos. Su lengua
caliente y viscosa lamió la longitud de mi cuello hasta el lóbulo de la oreja. La bilis me
quemaba el esófago.
—La jaula debajo de mi cama está lista para una nueva esclava.—
—Por favor, déjame ir, Damon,— le rogué, mi voz temblando. —No le diré a nadie
sobre esto, lo prometo.—
—Siempre he admirado tus modales. Papá querido debe estar muy orgulloso de su
pequeña hija. Me aseguraré de hacérselo saber si alguna vez llega aquí.—
Levanté la pierna para darle un rodillazo en las bolas, pero él fue demasiado rápido y
cerró los muslos, atrapando mi rodilla antes de hacer contacto.
—Sexy y luchadora. Una combinación excitante. Y pensar que iba a jugar bien, pero
me gusta una chica que se defiende. Me excita quebrarlas. Hace que mi sangre
bombee en todos los lugares correctos.— Me agarró de los brazos y me dio la vuelta,
golpeándome la cara contra la pared. El dolor atravesó mi cabeza y sonó en mis oídos.
El instinto me pateó, eché mi cabeza hacia atrás, esperando golpear mi cráneo contra
su nariz, pero todo lo que encontré fue aire.
Página 11 de 61
Dio una risa fría que congeló mi sangre. —Cuanto menos luches, menos te dolerá.
Pero tal vez quieras que duela, eh? Quizás te guste el dolor.—
Una extraña sensación de surrealismo y quietud fluyó sobre mí. Todo sobre mi
situación actual era tan extraño y tan irreal, que si no fuera por mi corazón
martilleante, me habría convencido de que estaba soñando.
—La encantadora y gentil Elle con su hermoso y suave cuerpo.— Me acarició el pelo
como si fuera su mascota. —Tengo muchos hombres a quienes les gustaría comprar
una pelirroja como tú, pero he decidido mantenerte toda para mí por ahora. Tal vez
cuando esté cansado de ti y estés agotada, te venderé al mejor postor.—
La puerta del baño se abrió de golpe.
—Quítale las manos de encima, hijo de puta.—
Tanto Damon como yo nos dimos la vuelta. Mis ojos se estrellaron contra la bestia de
hombre que vestía jeans azules, una gorra de beisbol cara de pocos amigos y una
pistola en la mano. No estaba segura de sí era alivio o puro terror corriendo por mí.
—Quién diablos eres?— Damon escupió. —Y cómo diablos llegaste hasta aquí?—
—Las cerraduras digitales en las puertas delanteras son tan defectuosas como la
mierda.—
Con una zancada de piernas largas, nos alcanzó, y sin pestañear, golpeó a Damon con
la culata de su arma, luego golpeó su cara una y otra vez hasta que se derrumbó en el
suelo de baldosas en un sangriento y quejumbroso desastre.
Presioné mis manos contra mi estómago y me quedé mirando. —Quién eres tú?—
—Tu querido padre. No me reconoces?—
Página 12 de 61
Capítulo 2
Blake
La mujer temblorosa con cara de duendecilla frente a mí envolvió sus brazos alrededor
de su cuerpo, y mi instinto era el de protegerla a toda costa.
Contemplé con calma sus asustados ojos verdes como el mar, tratando de
tranquilizarla.
—Dónde está mi papá?— Ella miró por encima de mi hombro como si esperara verlo
detrás de mí.
—Probablemente en cama donde yo debería estar,— dije y enfundé mi arma.
—Quien eres en realidad?— preguntó ella, retrocediendo.
—Blake Sanders,— le expliqué. —Tú me llamaste. Dijiste que necesitabas ayuda, así
que aquí estoy.—
—No.— Ella sacudió la cabeza, haciendo que su cabello rojo rebotara sobre sus
hombros. —Llamé a mi papá. Lo desperté. Está en camino.—
Le di una mirada larga y nivelada y le dije: —Podemos hablar de esto aquí, o podemos
irnos y hablar de eso en mi automóvil.— El imbécil gimió y se agitó.
—No voy a ir a ningún lado contigo,— dijo, abrazándose con fuerza. —Podrías ser uno
de los hombres de Damon. Todo esto podría ser parte de su plan.—
—Lo habría golpeado hasta desmayarlo si estuviera trabajando para él?— Me froté el
puente de la nariz. No tenía tiempo para esto. —Tengo un día completo mañana.
Hasta ahora, he dormido dos horas. Rescatar a damiselas en apuros no era algo que
había planeado para esta noche.—
La mujer apretó los labios y me miró con recelo. Ella no creía una palabra de lo que
había dicho.
—Cuál es el número de tu papá?—
—555 625 4626.—
—Eso lo explica,— dije, sosteniendo su mirada con los ojos muy abiertos.
—Explica qué?— Su expresión desafiante vaciló por un segundo.
—Traspusiste los dos últimos números y marcaste 4662, no 4626.—
Página 13 de 61
Aún sin creerme, ella sacudió la cabeza. —Sé el número de mi padre de memoria.
Nunca marcaría mal.
Saqué mi teléfono del bolsillo trasero de mis jeans y volví a marcar la última llamada
que había recibido. Sonó el teléfono que yacía en el suelo.
Sus hombros cayeron y cerró los ojos por un breve segundo. Tuve que detenerme de
llegar y ofrecerle consuelo. —No hay fin a lo estúpida que soy?—
—Mierda sucede cuando estás bajo presión,— le dije, tratando de hacerla sentir mejor.
—Míralo como intervención divina.—
—Supongo,— dijo con un pequeño encogimiento de hombros. Nerviosa, se pasó la
punta de la lengua por el labio inferior.
Me regañé por pensar en besarla. Preguntándome cómo sería su cabello extendido
sobre mis almohadas, preguntándome cómo se sentirían sus suaves curvas debajo de
mis manos. Pero ahora no era el momento de pensar en nada de eso. Ahora era el
momento de salir de aquí.
Mis hormonas encendidas eran causadas por la adrenalina que corría por mis venas,
pero a diferencia del imbécil en el piso, yo podía controlarme.
Si no fuera por el hecho de que ella había pasado por el infierno, habría coqueteado
un poco y le hubiera empezado a galantear, pero en este momento, lo único que tenía
en mente era irme y llevarla a donde ella necesitara ir.
En otra ocasión, en otro lugar, le habría pedido su número y haría planes para tomar
un vino y cenar en algún restaurante caro antes de seducirla y luego llevarla a la cama.
Pero en estos días, el trabajo era lo primero y no tenía tiempo para salir, no importaba
seducir, beber y cenar.
—Es hora de irse antes de que la Bella Durmiente se despierte.— Salí del baño y miré
arriba y abajo del pasillo oscuro para asegurarme de que no hubiera nadie más. No
quería ni necesitaba más problemas.
Tan pronto como subimos al auto, presioné el botón de encendido, pero antes de
poner el auto en marcha, le di una mirada de reojo a mi conmocionada pasajera. —
Dijiste que conocías a ese tipo de tu trabajo?—
—Sí,— dijo, y luego dejó escapar un largo suspiro.
—Tal vez estás en la línea de trabajo equivocada. Pudo haberte matado o algo peor.
Mucho peor.— Mi tono era rudo, pero ella necesitaba comprender la realidad de la
situación en la que se había metido.
Página 14 de 61
Una vez más, se rodeó el estómago con los brazos y se abrazó. —Soy muy consciente
de lo que pudo haber sucedido,— dijo con brusquedad. —No necesito que me des
sermones. No eres mi papá.—
—Si yo fuera tu papá, te arrojaría sobre mis rodillas y te azotaría.—
Echó la cabeza hacia atrás y se echó a reír. El sonido gutural me puso los pelos de
punta. —Esa es la cosa más asquerosa que he escuchado en mi vida.—
—No lo critiques hasta que lo hayas probado.—
Elle
—Cuál es tu nombre?— preguntó, mirando el camino.
—Elle,— respondí, vigilando el camino, también, así que sabía en qué dirección nos
dirigíamos.
—Quieres ir a la estación de policía y presentar un informe? También presentaré uno.
Ese bastardo tiene que lidiar con eso.—
Sacudí mi cabeza y torcí mis dedos en mi regazo. —Ugh. No puedo responder ninguna
pregunta o tener que explicar lo que sucedió. Yo ire mañana. Quiero hablar con mi
papá antes de que uno de sus viejos colegas lo ponga al corriente.—
—Estás segura?— Me miró rápidamente con el ceño fruncido.
—Muy segura.— Lo último que necesitaba era que mi padre se enterara antes de que
tuviera la oportunidad de contárselo.
—Dónde quieres que te deje?—
—Buena pregunta,— dije, luego me detuve. —No puedo volver a mi departamento esta
noche.—
—Por qué no?— Preguntó amablemente como queriendo darme conversación.
—No querrás saber.—
Jason y Susan probablemente estarían en mi departamento en mi cama y en mis
sábanas. Imbéciles. Ella era bienvenida a recoger mi basura, ese idiota bueno para
nada.
Me preparé para que el dolor estrangulara mi corazón, pero no pasó nada. Extraño.
Estaba avergonzada y enojada, pero no estaba desconsolada, ni quería escuchar
Página 15 de 61
repetidamente a Adele mientras comía comida chatarra. Tal vez no lo había amado
realmente en primer lugar.
—Pruébame.—
Gire para mirarlo. —Debido a que mi ex prometido probablemente esté allí follando a
nuestra asistente en lo que era nuestra cama,— le dije sin rodeos.
—Fuiste secuestrada por alguien con quien trabajaste y rompiste con tu prometido
todo en una noche?— La risa entrelazaba su voz. —Estás jugando conmigo, verdad?—
Me estremecí ante su obvia diversión. Supongo que para un extraño, mi desorden de
vida era cómico. —Ojalá lo fuese. También estoy sin hogar y desempleada. No puedes
inventar esta mierda.— Miré hacia el cielo. —Debo haber sido una verdadera perra en
mi vida pasada.—
Él se rió entre dientes, el sonido rico me puso la piel de gallina por toda la piel. Puse
los ojos en blanco ante la reacción de mi cuerpo. La atracción que me atravesaba no
era más que agradecimiento por estar viva. Me sonreí a mí misma. Mi propio príncipe
azul me había rescatado del malvado monstruo, y ahora estaba sufriendo un mal caso
de adoración de héroes.
—En qué línea de trabajo estás que te llevó a quedar atrapada en el baño de un
loco?— preguntó.
—Tengo—tenía—un negocio de planificación de eventos con mi ex. Organizamos
fiestas corporativas, conferencias, ese tipo de cosas. Así conocí a Damon.—
—Quieres decirme cómo terminaste en el departamento de Damon?—
—Preferiría no hacerlo.— Ya había dicho demasiado. Soltarle mis problemas a este
tipo no era algo que quisiera hacer. Acababa de conocerlo y, además, estaba
demasiado avergonzada por todo lo que había sucedido para decirle cómo me echaron
de un restaurante porque había bañado a Jason y a Susan en cerveza y licor, y luego
dejé su comida sobre sus cabezas.
—Probablemente deberías decirle a tu prometido——
—Él no es mi prometido.—
—Entonces probablemente deberías decirle a tu socio comercial o lo que sea que es lo
que ha sucedido.—
Sus consejos no deseados pinchaban mi piel. —Gracias, Dr. Phil. Lo haré en cuanto él
no tenga su polla enterrada en Susan.—
—Perdón por entrometerme. Supongo que mantendré la boca cerrada.—
Página 16 de 61
Suspiré y me crucé de brazos. —Yo soy la que lo siente. No debería hablarte de esa
forma. No te lo mereces.—
—Has pasado por un infierno. Ataca si es necesario. Soy un niño grande, puedo
soportarlo. Tu vida suena como una película de Lifetime1
.—
—Más bien una película de Harold y Kumar Meets The Hangover. Puedes dejarme en
el Holiday Inn calle abajo. — No estaba segura de cómo iba a pagarlo ya que mi bolso
contenía mi billetera y todas mis tarjetas de crédito.
—No quieres ir a casa de tu papá? Puedes llamarlo desde mi teléfono.—
Hice rodar la idea alrededor de mi cabeza. Podría ir a ver a mis padres, pero si me
vieran luciendo como si me hubieran arrastrado hacia atrás a través de un arbusto, se
enojarían y harían demasiadas preguntas que no quisiera responder. Me ahorraría
hablar con ellos cuando duerma un poco y me haya bañado para quitarme el hedor de
los acontecimientos de la noche de mi piel.
—Dijeron que siempre podía llamarlos si necesitaba ayuda, pero necesito
descomprimirme durante unas horas antes de tener que explicar lo que sucedió.—
—Quédate conmigo,— dijo encogiéndose de hombros.
Revisé su rostro para ver si estaba bromeando. El no lo estaba. —Recibes una llamada
telefónica de una mujer que nunca conociste. La rescatas y luego, como si eso no
fuera suficiente, le ofreces una cama para pasar la noche.—
No actuaba como alguien que me secuestraría o lastimaría, pero cómo actuaba ese
tipo de persona? Damon parecía un chico dulce y mira lo que había sucedido allí. No
quería esquivar una bala y ser golpeada por otra.
—En realidad, déjame en la estación de policía más cercana. Llamaré a mi papá desde
allí y le pediré que me recoja.— Estaba mintiendo. Tan pronto como Blake estuviera
fuera del camino, iría al Holiday Inn y me desmayaría por unas horas. Con suerte, me
permitirían poner la habitación en mi cuenta comercial sin prueba de identificación,
pero la posibilidad de que eso ocurriera era escasa.
—Por qué no llamas a tu papá ahora?—
—Nah. Pasaré el rato en la estación de policía hasta que sepa que está despierto y
luego que me recoja. Su antiguo recinto está a tres cuadras de distancia.—
—La oferta se mantiene,— dijo mientras tamborileaba con los dedos contra el volante.
Tengo mucho espacio. Puedes estrellarte en una de mis habitaciones libres por el resto
de la noche.—
1
Lifetime es un canal de televisión por suscripción estadounidense, propiedad de A+E Networks y Sony
Pictures Entertainment.
Página 17 de 61
—No vas a encerrarme en el sótano y encadenarme al techo, verdad?—
—No tengo un sótano.—
—Tienes una sala de tortura? Una jaula debajo de tu cama?—
—No hay sala de tortura ni jaulas. Admito tener esposas.—
—Oh.—
—Son para el trabajo.—
—Seguro.—
Blake me lanzó una rápida mirada de reojo. —Soy dueño de una compañía de
seguridad con numerosos contratos gubernamentales y de alto perfil. No voy a
secuestrarte ni a tenerte en contra de tu voluntad. Tengo que dormir un poco antes de
reunirme con mis inversores mañana. Mi lugar es lo suficientemente grande como
para que no me veas si no quieres.—
Estreché mis ojos. —Lo suficientemente grande como para que nadie escuche mis
gritos.—
Soltó un aliento exasperado.
—Bromeaba.— Quedarme con él me ayudaría. Como no tenía forma de pagar la
habitación de un hotel y porque no quería llamar a mi papá, mis opciones eran
escasas. Además, tenía curiosidad acerca de un hombre que se levantaría de la cama
para ayudar a alguien que no conocía.
—Si estás seguro de que no es una imposición, me quedaré unas horas.—
—No es una imposición en absoluto. Por cierto,— dijo, —me he estado preguntando
algo. Quien es Ford? Cuando te pregunté si Ford te puso a llamarme, dijiste que no.—
Sonreí. —Me había olvidado de eso. Él es mi hermano mayor. Quién es tu Ford?—
—Uno de mis socios comerciales. Axel es el otro.—
—Supongo que eso explica por qué no me di cuenta de que había llamado al número
equivocado cuando me preguntaste sobre Ford.—
—Supongo que sí.—
Pasamos por una puerta de seguridad y nos dirigimos a un estacionamiento
subterráneo. Respiré profundamente, y algo de la tensión en mis hombros disminuyó.
Mi intuición decía que podía confiar en Blake, que no me haría daño, y si esta noche
me había enseñado una cosa, era confiar en mi instinto.
Página 18 de 61
Una vez que estuvimos dentro del elevador del estacionamiento, me apoyé contra la
pared del fondo y lo estudié.
Por la forma en que se destacaba, supuse que era ex militar. Con sus rasgos
angulosos y fuertes, no podía ser descrito como convencionalmente guapo, pero eso no
significaba que no fuera atractivo o sexy—era impresionante de una manera tosca.
Las líneas alrededor de sus ojos azules de párpados pesados lo hacían parecer casi
malhumorado, como si estuviera enojado con el mundo. Pero sus labios carnosos
suavizaban su rostro, haciéndolo lucir muy besable.
Era un hombre enorme. No había dudas sobre su ferocidad o su capacidad para
ocuparse de los negocios. Él apestaba positivamente a poder, pero había una gentileza
en él, una amabilidad que no creía que mostrara a mucha gente.
Bostezó y se cubrió la boca.
—Lamento haberte despertado.—
—Me alegra que lo hayas hecho. Si no lo hubieras hecho...— Sus palabras se fueron
apagando. No tuvo que terminar su oración. Ambos sabíamos lo que habría pasado si
no lo hubiera llamado accidentalmente.
Las puertas del ascensor se abrieron y entramos en un apartamento escasamente
amueblado.
—Este lugar es enorme,— dije, dándome la vuelta en círculos. —Vives aquí solo?—
Me acogió con una mirada sexy de ojos azules. —No tengo tiempo para nadie más, así
que sí, vivo solo.—
Señaló hacia un largo pasillo. —La tercera puerta a la derecha es un dormitorio con
baño.— Enganchó su pulgar en la dirección opuesta. —La cocina es ahí.
Probablemente no estaré aquí cuando te despiertes. Sirvete de lo que sea que
encuentres. Mi ama de llaves mantiene el refrigerador abastecido.—
Estiré mi mano. —Gracias, Blake. Por todo. Nunca podré agradecerte lo suficiente.—
Me dio una sonrisa con hoyuelos y ladeada y tomó mi mano entre las suyas. —Todo
bien.—
La descarga de electricidad subió por mi brazo y jadeé cuando la lujuria pura bombeó
a través de mi cuerpo. Sus pupilas se dilataron y su sonrisa se ensanchó.
Rápidamente retiré mi mano de la suya y la dejé caer a mi lado. Yo no iría por allí. Los
hombres estarían fuera de mi lista por mucho tiempo. Posiblemente para siempre.
Página 19 de 61
—Quién sabe, quizás nuestros caminos se vuelvan a cruzar de nuevo.— Se inclinó y
colocó un fugaz beso en mi frente, luego se alejó y caminó por el pasillo que conducía
a la cocina.
—Sí, tal vez,— murmuré, sintiendo una punzada de arrepentimiento de que no se
hubiera acercado a mí.
Toqué con la punta de mis dedos el lugar que acababa de besar.
No me enamoraría de él.
No lo haría.
Página 20 de 61
Capítulo 3
Blake
Había pasado una semana desde la misión de rescate, pero no podía dejar de pensar
en la pequeña pelirroja con curvas.
Había fisgoneado un poco. No demasiado. Podría haber descubierto lo que ella había
desayunado si hubiera querido, pero no haría eso. Tenía principios y ética que me
impedían sumergirme demasiado en el hoyo del conejo.
Su nombre completo era Elle Joy Canning. Tenía veinticinco años y ahora vivía con
sus padres, ya que anteriormente había vivido con su prometido.
Denunció a Damon James a los policías, pero cuando fueron a buscarlo para
interrogarlo, el portero dijo que había abandonado el país pero que no sabía a dónde
había ido. La policía y yo estábamos trabajando juntos para localizarlo. Había estado
en su radar por mucho tiempo. Cuando él saliera de su agujero, estaría esperando
para saludarlo.
Mi mente seguía volviendo a cuando estreché la mano de Elle, y el pequeño jadeo que
escapó de sus labios cuando nos tocamos. Lo que no daría por besar esos labios. Para
inhalar el aroma de su excitación cuando entierre mi cabeza entre sus piernas. Pero
eso no sería justo para ella. Una chica como Elle merecía más de la una o dos noches
que estaba dispuesto a dar.
Después de lo que sucedió con mi última relación, no correría el riesgo de lastimar a
nadie nunca más. Mi corazón se apretaba con viejos remordimientos y lo que pudo
haber sido.
El año en que los muchachos y yo comenzamos Broadaxe Security, me enterré en el
trabajo. Después de un tiempo, mi prometida no pudo soportar las largas horas que
trabajaba. No puedo decir que la culpe.
Ella quería una familia y una cerca blanca, una vida de tarta de manzana totalmente
estadounidense. Pensé que también quería esas cosas, y le pedí que esperara hasta
que despegara el negocio.
Ella estuvo de acuerdo. Un año se convirtió en dos, luego en tres. Para el cuarto año,
ella había terminado. Se casó poco después y ahora tenía dos hijos con un tercero en
camino. No estaba celoso, ni ansiaba esa vida. La verdad era que me sentía aliviado y
feliz por ella. Una esposa y un bebé o dos tomarían demasiado tiempo lejos de mi
negocio. La falta de tiempo para dar era lo principal que me impedía contactar a Elle.
Página 21 de 61
No sabía qué tenía ella, que me volvió del revés y de arriba hacia abajo, y había
renunciado a tratar de luchar. Pero con el tiempo, esperaba que mi atracción hacia
ella se desvaneciera y pudiera seguir con mi vida.
Sí, claro. A quién estaba engañando? Solo había una forma de sacarla de mi sistema,
y eso era hacerla mía.
Un golpe en la puerta de mi oficina me sacó de mis sueños. Ford se paseaba con un
esmoquin.
—Por qué no estás vestido? Tenemos que irnos en quince minutos para la cena de los
inversores.—
—Gracias, mamá—, le dije con inconfundible sarcasmo.
—Imbécil.—
Puse mis dedos en mi escritorio y me incliné un poco hacia adelante. —Alguno de tus
muchachos en la calle ha escuchado algo sobre Damon?—
Ford sacudió la cabeza y suspiró. —No ha aparecido por ningún lado. Tan pronto
como escuche algo, te lo diré. Ahora ponte tu traje; Tenemos gente esperando para
darte la mano y hablar mierda.—
Salió de la oficina y miré por la ventana de la oficina hacia el cielo gris que se
adaptaba perfectamente a mi estado de ánimo.
Tal vez unas pocas horas de charla sobrecogedora me distraería de mi fantasía favorita
sobre los labios de Elle envueltos alrededor de mi polla.
****
Dos horas después, las personas que no conocía me rodearon, y las que sí conocía no
me gustaban particularmente.
El champán fluía y el olor a humo de cigarro llenaba el salón de banquetes con poca
luz. Me paré junto a unas puertas abiertas que conducían a un balcón, respiré hondo
y fruncí el ceño interiormente. Odiaba estas cenas, pero eran un mal necesario para
mantener contentos a nuestros inversores.
Por el rabillo del ojo, un destello de cabello rojo llamó mi atención. No dijo Elle que
organizaba eventos? Pero no había dicho también que ahora estaba desempleada? No
podría ser ella, verdad? No había forma de que fuera tan afortunado.
El senador Mitchell se colocó a mi lado y comenzó a hablar sobre algo, pero no
escuché una palabra de lo que decía. Estaba demasiado ocupado estirando el cuello
tratando de ver si el cabello rojo pertenecía a Elle.
Página 22 de 61
—Por favor, disculpe, senador. Veo a alguien con quien tengo que hablar.— No le di la
oportunidad de objetar, y no me importó si me parecía grosero o despectivo. Estaba en
una misión, y esa misión se llamaba Elle.
No usaría el vasto conocimiento a mi alcance para espiarla o localizarla, pero si
estuviera en la misma habitación que yo, la encontraría.
Axel pasó por mí. Cogí su brazo e hice un gesto alrededor de la habitación. —Quién
organizó esto?—
—Eventos Liz Castle. Como siempre. No es propio de ti que te interese.—
—No lo hace. Sólo es curiosidad.—
Di una vuelta completa por la habitación antes de ver a la mujer que había consumido
mis pensamientos durante la semana pasada hablando con un imbécil.
Un sencillo vestido negro abrazaba sus curvas en todos los lugares correctos, y su
cabello se derramaba sobre sus hombros en suaves ondas. Echó la cabeza hacia atrás,
riéndose de algo que había dicho el imbécil. El monstruo de ojos verdes tomó el control.
La única persona con la que debería compartir una risa era conmigo.
Encerrándola en mi vista, me dirigí hacia ella. Sintiendo que alguien estaba cerca,
levantó la vista. Cuando me vio, sus labios de color rojo rubí se alzaron en una sonrisa
amplia y acogedora, y mi polla se contrajo en respuesta.
—De ninguna manera,— dijo, sonando felizmente sorprendida. —Qué estás haciendo
aquí?—
—Manteniendo contentos a mis inversores.—
—Broadaxe Security es tuyo? Cállate!— Ella sonrió y colocó una mano sobre su cadera
bien formada. —Qué posibilidades hay en una ciudad de casi dos millones de
personas de que te llame para que me rescataras? Llamada fallida afortunada.—
—Suerte para los dos.— Extendí la mano y toqué con los dedos su bíceps. —Necesito
hablar contigo. En privado.—
Miró al imbécil, que tuvo el buen sentido de disculparse.
—No sé,— dijo, mirando alrededor. —Acabo de comenzar este trabajo ayer. Liz es una
tirana. Ella me despedirá en un instante si me necesita y no puede encontrarme.—
—Cinco minutos,— dije, mi voz gruesa y baja. —A la mierda Liz. Si ella te hace pasar
un mal rato, la controlaré. Quiero ver cómo te va. Hablar sobre lo que pasó.—
—Ven conmigo.— Tomó mi mano y la apretó suavemente.
Página 23 de 61
Mis ojos se la comieron y mi polla me dolía por deslizarse profundamente dentro de
su calor. Si me saliera con la mía, la besaría debajo de su falda hasta llegar a sus
bragas, y luego...
No queriendo tener una erección en el medio de una reunión con mis inversores, me
aclaré la garganta y volví a concentrarme en su hermoso rostro. Pero si no tuviera a
esta mujer y pronto, explotaría.
—A dónde vamos?— Yo pregunté.
—Hay una habitación al final del pasillo. Lo estamos usando como guardarropa.
Podemos hablar ahí.—
Como un perro en celo, la seguí hasta el guardarropa improvisado.
Una vez dentro, me acerqué a ella, y cuando no retrocedió ni se resistió, di otro paso
hasta que estuve lo suficientemente cerca como para sentir el calor irradiando de su
piel.
—Esto va a sonar como si estuviera loco,— dije, —pero si no te beso en este momento,
voy a perder la cabeza.— Sus labios eran la droga que necesitaba para curarme de mi
locura, mi preocupación, mi obsesión. Pero no importaba cuán placentero se sintiera
besarla, no sería suficiente para saciar mi deseo o mi necesidad por ella. Nada lo haría.
Sus labios se separaron en silenciosa invitación.
Quería besarla con rudeza y profundidad, pero me tomaría mi tiempo porque quería
recordar cada segundo. Cuando me masturbase más tarde, querría recordar en
detalle lo bien que sabía contra mis labios y lo bien que se sentía en mis brazos.
A la mierda no tener tiempo para una relación. Haría tiempo y haría que Elle fuera
mía.
Elle
No pensaba que lo volvería a ver nunca, no importa trabajar en un evento para su
empresa. Durante la semana pasada, había pensado en él sin parar. Seguía
diciéndome a mí misma que sufría algún tipo de síndrome de adoración al héroe
Nightingale y que mi preocupación por él pasaría, pero en todo caso, cada día se
fortalecía un poco.
Las imágenes de él en los ajustados jeans azules y la gorra raída que llevaba cuando
me rescató me llenaban a cada momento. Y esa fantasía ahora sería reemplazada por
él en un esmoquin.
Página 24 de 61
Quería volver a su departamento con algún tipo de regalo de agradecimiento—yo, pero
estaba demasiado avergonzada por todo lo que había pasado. Y si me hubiera dicho
que me perdiera? Que estaba delirando. El rechazo de Blake habría dolido mucho más
que atrapar a mi ex con nuestra asistente.
Cuando Blake dijo que se volvería loco si no me besaba, supe exactamente a qué se
refería. Los pensamientos sobre él me estaban volviendo loca.
Pasó las yemas de sus dedos por mi mandíbula, y no pude detener el gemido que salió
de mis labios.
No deberíamos estar haciendo esto, pero, en este momento, parecía que valía la pena
perder mi trabajo. —Eres un cliente. Liz me despedirá y pondrá mi nombre en la lista
negra si entra aquí.—
—No te preocupes por nada ni por nadie más en este momento. No puedo dormir. No
puedo comer. Me quedo despierto pensando en ti, deseando que estuvieras a mi
lado.— Él ahuecó ambos lados de mi cara. Sus ojos brillaban con sinceridad y con el
deseo que sentía. —Me iré si me lo pides, pero no creo que quieras eso, verdad?—
—No,— admití. —Por qué no trataste de encontrarme? Tienes todos los recursos.—
—Por qué haría eso cuando siempre supe dónde estabas?—
Sin saber cómo me sentía con respecto a esa información, me alejé de él y fruncí el
ceño. —Me estabas vigilando?—
—De ningún modo. Te revisaba una o dos veces para asegurarme de que no tuvieras
problemas.— Él sonrió y me dio un guiño afable. —Solo uso mis poderes para el
bien.—
Mis ojos se posaron en su boca. —Bésame,— susurré, pasando la punta de mi lengua
sobre mis labios. No quería esperar más.
—Con placer.—
Bajó los labios hasta que estuvieron a un pelo de distancia de los míos. Su cálido
aliento avivó mi rostro, y todo mi cuerpo se detuvo, esperando, deseando.
Nuestros ojos se encontraron y luego sus labios rozaron los míos. Tan cursi como
sonaba, los fuegos artificiales explotaron detrás de mis párpados. Nunca antes había
tenido un primer beso que me prendiera fuego así. Yo queria más. Quería todo.
El roce de sus labios y el barrido de su lengua calentaron mi cuerpo en todos los
lugares que ansiaba que tocara. Mis pechos se aplanaron contra su pecho, y metí mis
dedos en sus bíceps, insinuando que estaba bien que él llevara el beso más lejos, más
profundo.
Página 25 de 61
Acunó mis manos en su rostro y plantó besos profundos y húmedos en mis labios
hinchados.
Sus fuertes brazos envolvieron mi cintura y me sostuvieron tan cerca que fui
consciente de cada latido de su corazón. También sabía lo duro que estaba por mí.
En sus brazos, me sentía pequeña, protegida. Como si nada en el mundo real pudiera
lastimarme.
La punta de su lengua trazó a lo largo de mi labio inferior, y bajos gemidos sonaron
desde mi garganta, encendiendo mis entrañas. Ansiaba envolver mis brazos y piernas
alrededor de él y nunca dejarlo ir.
Deslizó sus manos sobre la curva de mi cintura hasta que tomó mi trasero, tirando de
mí hacia él. Un animado zumbido empezó en mis oídos, silenciando al resto del
mundo. Todo lo demás se desvaneció en la nada y las únicas cosas que existieron
fueron sus labios, sus manos, su toque.
Si un beso de sus labios pudiera provocar esta respuesta de mi cuerpo, qué tipo de
respuesta provocaría el resto de él? Desnudarse con él conduciría a un sexo ardiente,
crudo y sudoroso. El tipo de sexo en el que podría perderme.
El zumbido corrió hacia mis pezones, luego hacia mi estómago antes de asentarse
entre mis piernas. Si seguimos besándonos así, llegaría al orgasmo aquí mismo, ahora
mismo.
Estaba infringiendo todas las leyes en el mundo de la planificación de eventos. Ligar
en una habitación vacía con un cliente estaba mal y podría costarme mi carrera, o la
carrera que me quedaba.
La realidad me abofeteó en la cara, y tan difícil como era separarme, lo hice.
—Está todo bien?— preguntó, luciendo tan confundido como sonaba.
Me llevé las yemas de los dedos a los labios y retrocedí bruscamente. —Todo está bien.
Mejor que genial. Todo es asombroso. Pero este no es el momento ni el lugar. Se
supone que soy una profesional. Ambos lo somos.—
Me miró con esos ojos azules de párpados pesados, y pude decir exactamente lo que
estaba pensando y lo que quería porque yo también quería esas cosas.
Eché un vistazo a la erección que cubría sus pantalones. Desearía tener el tiempo y la
privacidad para explorarnos más. Quería ver lo loco que podían ser las cosas entre
nosotros.
—Cena conmigo mañana,— dijo, pasando sus dedos por mi brazo. —Te recogeré a las
siete.—
Página 26 de 61
Asentí y alisé mis manos por la parte delantera de mi pequeño vestido negro.
Antes de salir de la habitación, extendí la mano y pasé el pulgar por sus labios. —
Estás usando mi lápiz labial. No puedes salir por ahí luciendo así. Te darían miradas
divertidas si lo haces.—
Él sonrió, mostrándome sus deliciosos hoyuelos. —La mitad de esos tipos están
usando las bragas de sus esposas debajo de sus trajes caros. Les encantaría ver al
grande y malo Blake Sanders usando lápiz labial.—
Ladeé la cabeza pensando y sonreí. —Puede que no tengas una sala de tortura, pero
apuesto a que tienes una sala llena de tacones de aguja y vestidos de fiesta
elegantes.—
La risa arrugó sus ojos. —Me tienes. Me gusta que mis mujeres me esposen a la cama
mientras me pongo un vestido de gala. A quién no le gusta un pequeño juego de
roles?—
Le di un suave empujón. —Apuesto un millón de dólares a que eres tú quien usa un
par de bragas de encaje debajo de tu esmoquin.—
—Supongo que tendrás que descubrirlo por ti misma,—dijo, con el tono de su voz tan
juguetón.
Extendí la mano y pasé los dedos por la cintura de sus pantalones. —Quizás lo
haga.—
—Ahora mismo?— preguntó, levantando una ceja.
—Ahora mismo.— Un extraterrestre se había apoderado de mi mente y me estaba
haciendo hacer y decir cosas que normalmente nunca soñaría con hacer o decir?
Estaba caminando de puntillas sobre hielo delgado, pero en este momento, no me
importaba si el hielo se rompía y me caía.
—Eres terrible, no?—
—Bueno, puedo comprobarlo?—
Se encogió de hombros fácilmente. —Será mejor que estés lista para terminar lo que
comienzas.—
El aire en la habitación se calentó a un millón de grados, y arrojé toda precaución al
viento. —Podemos cerrar la puerta con llave. De esa manera no nos molestarán.—
—Qué pasa si alguien quiere su abrigo?—
—Tendrán que esperar.— Yo lo deseaba a él. Quería tocarlo y envolver mi mano
alrededor de su polla. Quería ver cuánto lo excitaba. Después de toda la basura que
Página 27 de 61
había pasado en las últimas semanas, merecía ser un poco traviesa y divertirme un
poco.
—¿Estás segura de que quieres hacer esto, Elle?—
Me detuve por un segundo antes de responder. —Claro, estoy segura.—
—Tu vacilación me dice que no lo estás. Cena mañana. Podemos volver a mi casa
después y no tendremos que preocuparnos por cerrar puertas o ser descubiertos.—
Estaba decepcionada y aliviada. —Bien. Hagamoslo a tu manera.—
—Bebé, si lo tuviera a mi manera, te tendría desnuda y encima de mí.—
La puerta se abrió de golpe, y Liz entró. La mortificación me comía, y mi mirada
horrorizada voló hacia Blake.
Increíble. Jodidamente asombroso.
Liz Castle era el nombre más importante en el mundo de la planificación de eventos y
podía trozar a alguien en dos de una sola vez. Le rogué que me diera la oportunidad de
trabajar junto a ella. Como Jason me había excluido de nuestro negocio y no tenía
dinero para abogados, aún no podía luchar por lo que era mío, pero cuando me
pusiera de pie nuevamente, vendría por él.
La nariz de Liz estaba tan alta en el aire que se ahogaría si se encendieran los
rociadores. Ella me miró, luego a Blake y luego otra vez a mí. —Elle, quieres explicar
por qué estás aquí con el Sr. Sanders?—
Puse mi mejor cara de —nada que ver aquí—. —Blake, quiero decir el Sr. Sanders,
tenía algunas preguntas. Necesitábamos un lugar privado para hablar.—
Su ceja levantada me dijo que no estaba convencida. —Debiste haberlo dirigido hacia
mí. Tratar con alguien como el Sr. Sanders está por encima de tu calificación salarial.
Estás aquí para verte bien y acompañar a los invitados al baño.—
A Liz obviamente no le importaban las cosas tontas como el feminismo. Si no
necesitara el dinero tanto como lo necesitaba, le habría dicho que se tragara este
trabajo por hablarme como si fuera un chicle masticado en el fondo de sus Jimmy
Choos.
Blake se aclaró la garganta. —Sra. Castle, todo es mi culpa. Necesitaba preguntarle
algo personal, y necesitaba alejarla de las miradas indiscretas. Ya sabes cómo son
estos eventos. Están llenos de tiburones. Como solo contratas a las personas más
confiables, pensé que podría pedirle ayuda a uno de tus empleados.—
—Es algo en lo que te puedo ayudar?— Preguntó Liz.
Página 28 de 61
—Todo bien. Elle lo resolvió por mí.—
Liz frunció los labios como si acabara de chupar un limón mohoso. —La próxima vez
ven a mí, o un miembro más importante de mi equipo.— Ella volvió su atención hacia
mí. De vuelta al trabajo, Elle. Nadie está aquí para encargarse de lo tuyo.—
—Sí, señorita Castle.—
Me reí para mí misma y la seguí desde la habitación. Qué hubiera pasado si ella
hubiera entrado y me hubiera visto con mis manos en la parte delantera de los
pantalones de Blake?
Página 29 de 61
Capítulo 4
Blake
Elle estaba sentaba frente a mí, mordiéndose ansiosamente el labio inferior. La
estudiaba mientras tomaba un sorbo de vino.
Tenía el pelo suelto sobre los hombros justo como me gustaba, y el apretado vestido
azul que llevaba sacaba el máximo provecho de sus curvas.
—Nerviosa?—
Ella me dio una pequeña sonrisa. —No sé cómo estoy. Abrumada. Ansiosa.
Emocionada. Nunca antes había estado en un restaurante con estrellas Michelin para
cenar con un hombre magnífico.— Hizo un gesto hacia el menú. —No estoy segura de
qué pedir. Espuma? Cómo se supone que la espuma llenará a alguien? Soy una chica
más de hamburguesa o un jugoso bistec.— Hizo una mueca y jugueteó con su menú.
—Lo siento mucho. Debo parecer inculta e ingrata.—
Me incliné sobre la mesa. —Puedo decirte un secreto?—
—Seguro.—
—El chef es un viejo amigo. Tengo una mesa para impresionarte. Está funcionando?—
Ella lanzó una risa tintineante, y el deleite llenó sus ojos. —La noche que me salvaste
de las garras pegajosas de Damon fue lo suficientemente impresionante sin que
tuvieras que hacer nada más.— Levantó su copa y tomó un sorbo de vino, luego
continuó hablando. —La policía no ha podido encontrarlo. Dijeron que todavía están
buscando, pero no sé si lo están haciendo.—
—Mis hombres están buscando. No puede permanecer escondido para siempre.
Hablaste con tu ex sobre lo que pasó?—
—Lo intenté, pero a él no le importó.— Ella hizo una mueca y luego suspiró. —Me dijo
que fuera a la policía. Dijo que no había nada que pudiera hacer para ayudar.
También dijo que sería un día frío en el infierno antes de entregarme la mitad de
Gatherings Galore. De todos modos,— dijo con una sonrisa triste y un movimiento de
cabeza, —suficiente sobre Damon y mi ex. Estoy impresionada de que quisieras
impresionarme.— Ella me miró con tanta sinceridad y afecto, mi corazón se apretó. —
No creo haberte dado las gracias correctamente. Nunca sabrás lo agradecida que
estoy.—
—No hay necesidad de agradecerme.— Pasé las yemas de los dedos sobre el borde de
mi copa de vino y la miré con los párpados entrecerrados. —Puedo decirte otro
secreto?—
Página 30 de 61
—Seguro.—
—Tengo una teoría sobre nosotros.—
—Estoy intrigada.— El interés se hizo evidente en sus ojos, e inclinó la cabeza como si
estuviera a punto de revelar el secreto del universo.
—No creo en el destino o kismet o como se llame, pero sí creo que algo más grande nos
está uniendo.—
—Cómo es eso?—
Me preocupaba que mi teoría pareciera descabellada y sin sentido, pero había estado
pensando mucho en cómo nos conocimos.
—Esto puede sonar como si estuviera perdiendo la cabeza, pero ten paciencia conmigo
mientras trato de explicar.—
—Soy toda oídos.—
—Marcaste mal el número de tu padre y me conseguiste. Anoche estuviste en el evento
para mis inversores. Cuáles son las posibilidades de eso?—
—Bastante pequeñas.— La mirada sincera en su rostro y el tono intenso en su voz me
dijeron que no creía que mi idea de que el destino nos empujara juntos era inverosímil.
—Puede que tengas razón. Serendipity es una de mis películas favoritas de todos los
tiempos.—
—Nunca lo oí. Película para chicas?—
—Más una comedia romántica. Jonathan se encuentra con Sara en Bloomingdales
antes de Navidad. Ambos quieren el mismo par de guantes. Jonathan se enamora de
Sara, pero ambos están en una relación. Jonathan cree que están destinados a estar
juntos. Sara cree que si lo están, el destino los ayudará a encontrarse de nuevo
cuando sea el momento adecuado. Garabatea su nombre en un billete de cinco dólares,
y ella escribe su nombre en un libro. Si encuentran los artículos del otro, es el destino.
Alerta de spoiler: si encuentran los artículos del otro, luego se encuentran ellos.—
—Suena cursi.—
Ella puso los ojos en blanco y gimió juguetonamente. —Tú eres el que cree en el
destino.—
El mesero vino y espero por nuestra orden. Elle hizo una mueca y me miró en busca
de orientación.
—Puedes darnos unos minutos más?— Pregunté. —Todavía no hemos tomado una
decisión.—
Página 31 de 61
Nuestro mesero asintió y pasó a su siguiente mesa.
—Qué vas a ordenar?— preguntó, escaneando el menú de arriba a abajo y viceversa.
—Nada. —
—Nada? No tienes hambre? —
—Muero de hambre, pero si quieres una hamburguesa, puedes comer una
hamburguesa.—
Un profundo sonrojo coloreó sus mejillas, y ella sacudió la cabeza. —No, nos
quedaremos aquí. No quiero ofenderte a ti ni a tu amigo. He estado en restaurantes
elegantes antes. Simplemente no es donde he estado en una cita antes. Suele ser para
degustaciones de menú para eventos y bodas.—
Levanté la servilleta del regazo y la puse sobre la mesa. —Qué tal si salimos de aquí y
comemos esa hamburguesa? Hay un lugar a pocas cuadras de aquí. Parece un antro,
pero hacen las mejores hamburguesas de la ciudad. El sabor proviene de años de
grasa acumulada en las parrillas.—
El alivio brilló en sus ojos. —Sabes que eres el hombre perfecto, verdad?—
Me reí de lo gracioso que sonó esa declaración. —Te lo recordaré cuando tengamos
nuestra primera pelea.—
—No te rías, lo digo en serio.—
—Seguro que lo haces.— Puse una generosa propina sobre la mesa, tomé la mano de
Elle y salimos del restaurante.
Ella miró su vestido y luego mis pantalones y mi camisa abotonada. —No estamos
demasiado vestidos para una hamburguesa grasienta?—
—No has visto Desayuno en Tiffany's? Podemos llamar a esto Hamburguesas en el
Bulevar.—
—Un hombre al que le gustan las hamburguesas y las viejas películas de chicas.
Cálmate corazón latente.—
—Por ese comentario, voy a hacer que veas todas las películas de Chuck Norris jamás
hechas.—
— Retiro todo lo que dije.— Ella flexionó sus bíceps y sonrió. —Eres un hombre
varonil. Eres tan duro, cuando haces flexiones, en realidad no te empujas hacia arriba,
empujas la tierra hacia abajo. Cuando hay una lluvia de meteoritos, tomas una
pastilla de jabón.—
Página 32 de 61
Alcé las cejas con fingida sorpresa. —Realmente estás citando a los memes de Chuck
Norris?—
Ella levantó las manos. —Culpable.—
No pude evitar reírme de su tonto sentido del humor. La felicidad animaba sus ojos y
el aire entre nosotros chispeo.
—El hecho de que conoces los memes de Chuck Norris podría hacerte la mujer
perfecta.— Para mí, pensé, pero dejé fuera esa parte.
Caminamos de la mano, resoplamos riéndonos de cada hecho absurdo y exagerado de
Chuck Norris que se nos ocurrió. Cuando nos cansamos de eso, le pregunté algo que
había estado pensando. Tal vez ahora no era el momento, pero quería saber más sobre
su pasado.
—Háblame de tu ex.—
Ella me dio una mirada incrédula. —Quieres hablar de mi ex ahora?—
—Qué pasó?—
Ella exhaló un largo suspiro y luego se encogió de hombros. —Cómo te dije, estaba
follando a nuestra asistente. Cliché, verdad? —
—No te lo merecías. Lo siento.—
—No lo hagas,— dijo, haciendo a un lado mi preocupación. —Ahora que he tenido
tiempo de procesarlo, creo que al final éramos más amigos que amantes. Él fue mi
primera relación real. Nos conocimos el último semestre de la universidad y
establecimos Gatherings Galore antes de graduarnos. Con los años, caímos en una
rutina. En retrospectiva, debimos habernos separado hace mucho tiempo.—
Ella se encogió de hombros. —No lo odio. Odio la forma en la que hizo las cosas. La
humillación fue mucho peor que perderlo, creo. Extraño más mi departamento que a
él.—
— Sospechaba que Jason y Susan estaban escabulléndose, pero nunca pude
atraparlos en el acto. Me puse a espiar y me puse a espiar, y el camino me llevó a un
restaurante y a ellos con las manos en la masa2
. Me da vergüenza admitir que perdí la
cabeza. Cogí bebidas de las mesas circundantes y se las arrojé a la cara. Mi bolso y mi
teléfono también. Pude recuperar mi bolso del restaurante, pero mi teléfono
desapareció. Gracias a Dios por el seguro.— Ella hizo una mueca. —Pero creo que me
enviaron uno defectuoso o tal vez sea uno restaurado porque todos mis textos se leen
antes de leerlos. Súper raro.—
2
Pillados en el acto.
Página 33 de 61
—Dónde encaja Damon en esto?—
—Se detuvo frente al restaurante. Fue un alivio ver una cara amigable, y cuando me
ofreció un aventón, acepté. No actuaba ni parecía un acosador y un traficante
sexual.—
—Traficante sexual?—
—Dijo que había mucha gente buscando una pelirroja y que cuando se aburriera de
mí, podría venderme.—
Dejamos de caminar y me pasé los dedos por el cabello. —Jesús. Le dijiste esto a la
policía?—
—Nah. No pensé que hablara en serio, así que omití esa parte. Creo que solo estaba
tratando de asustarme.—
—Tienes que decirles. Aún podrías estar en peligro.— Necesitaba analizar más a fondo
por qué la policía lo perseguía. Algo que debería haber hecho antes. Comenzamos a
caminar de nuevo, Elle no parecía comprender lo asustado que estaba por ella. —
Pensé que sólo era una alimaña, no un traficante sexual. Dada mi línea de trabajo,
debería haberlo sabido mejor. Nunca confíes en la apariencia de nadie.—
—Muy cierto,— ella estuvo de acuerdo. —Mírate, por ejemplo. Te ves como un asesino
nato cuando, de hecho, no eres más que un blando con un corazón de oro.— Solté
una carcajada por sus burlas. —Un blando? Me han llamado muchas cosas en mi vida,
pero nunca he sido una persona suave.—
—Veo el verdadero tú. El gran corazón que tienes.—
Me incliné y susurré: —No se lo digas a nadie.—
Ella me apretó la mano. —Puede ser nuestro pequeño secreto. Ahora es tu turno de
contarme sobre tu historial de citas.—
Me encogí de hombros. —No hay mucho que contar. Tenía una prometida, pero la
descuidé por motivos de trabajo. Nuestra ruptura fue mi culpa. Ella está casada ahora.
Estoy feliz por ella.—
—Hace cuánto tiempo fue eso?—
—Un par de años.—
—Nadie desde entonces?—
—No he sido un santo, pero esta ha sido mi primera cita real en mucho tiempo.—
Página 34 de 61
No me perdí el pequeño y satisfecho tic de sus labios o cómo se acercó a mí. Elle me
quería tanto como yo a ella, y eso me llenaba de orgullo.
La línea en la hamburguesería salía por la puerta y doblaba la esquina.
Yo fruncí el ceño. —No es lo que había planeado para nuestra primera cita.—
Ella me apretó la mano otra vez. —Esto es tan perfecto como puede ser una primera
cita.—
Después de finalmente hacer nuestro pedido y conseguir una mesa, devoramos
nuestra comida, ambos disfrutamos cada bocado.
Levanté mi vaso de espuma de poliestireno lleno de cerveza helada y dije: —Aquí por el
resto de la noche. Salud.—
—Salud,— dijo Elle y golpeó su taza contra la mía. Tomó un sorbo de cerveza seguido
de una sonrisa sexy. —Y qué has planeado para el resto de la noche?—
—Qué te gustaría que yo hubiera planeado?—
La maldad llenó sus ojos. —Espero que tus planes involucren mi ropa en el piso de tu
habitación.—
Tosí y me alegré de no haber tomado un sorbo de cerveza. Si lo hubiera hecho, lo
habría derramado por toda la mesa y posiblemente sobre Elle. —No esperaba eso.—
Destrozó metódicamente su servilleta y se aclaró la garganta. —Entiendo que todavía
no nos conocemos tan bien, pero me tú me haces querer agarrar la vida con las dos
manos y disfrutar del viaje.—
—¿Y quieres agarrarte a mí?—
Levantó la vista de su servilleta destrozada, sus ojos llenos de pasión se encontraron
con los míos. —Desde el momento en que entraste al baño luciendo como alguien de
una película de acción, te he deseado. Por un tiempo, pensé que solo me atraía tu
porque me habías rescatado, pero es más que eso.—
Se apoyó contra mí, sus labios alineados con mi oído.
—Desde esa noche, no puedo dejar de pensar en ti. Tuve más orgasmos que nunca en
mi vida. Quiero saber si la realidad es tan buena como la fantasía.—
Mi polla se endureció ante la idea de que ella se masturbara pensando en mí. —Las
apariencias realmente son engañosas,— dije, mi voz bajando varias octavas. —En el
exterior, te ves formal y correcta y tan dulce como un gatito, pero por dentro, eres un
tigre.—
Página 35 de 61
Presionó sus labios contra el hueco de mi cuello. —Por lo general, no soy tan directa o
abierta sobre lo que quiero, pero hay algo en ti que me hace desear enloquecer y
desnudarme.—
—Entonces, por qué seguimos aquí?— Tragué saliva e insté a mi polla a que se
ablandara antes de levantarme.
Bajó su mano debajo de la mesa y presionó su palma contra mi polla. —Retiro lo que
dije antes. No eres un blando en absoluto.—
—Estás tratando de hacerme perder la cabeza?— Pregunté, sin poder evitar el dolor en
mi voz. Cuando estaba cerca de ella, era como si tuviera todo el autocontrol de un
niño de quince años en una habitación llena de viejas revistas de Playboy.
Tuve mi parte de mujeres viniendo a mí, pero ninguna había sido tan sexy o tan
tentadora como Elle. Ninguna me había hecho sentir tan incapaz de pensar
cognitivamente ni me había dejado tambaleando al límite.
Cerré los ojos e inhalé su delicioso aroma. —Deberíamos volver a mi casa antes de que
nos arresten por indecencia pública.—
—Soy toda tuya.—
No tienes idea.
Página 36 de 61
Capítulo 5
Blake
—Me encanta tu apartamento.— Ella caminó hacia las ventanas del piso al techo que
daban a la ciudad. —La última vez que estuve aquí, me fui a toda prisa y no pude ver
la impresionante vista.—
—No quiero mirar la vista. Es una noticia vieja para mí.— Envolví un brazo alrededor
de su cintura y la giré para mirarme. —Quiero mirarte. Toda tú.—
—Puedes ver todo lo que quieras.—
—Eso pretendo.—
La conduje hacia atrás hasta que estuvo contra la ventana, y sus tetas estaban contra
mi pecho.
Estaba más que listo para perder mi autocontrol con ella, besarla a una pulgada de su
vida, follarla hasta que ambos olvidáramos nuestros nombres. Pero necesitaba
retomar el control antes de avergonzarme al acabar en mis pantalones, ahuequé sus
mejillas y la besé suavemente, sexualmente, usando mi lengua para explorar
lentamente su boca y darle una pista sobre lo que el resto de la noche podría traer.
Cuando ella gimió contra mis labios, mi polla se sacudió y goteó. Necesitaba estar
dentro de ella y pronto.
Se presionó contra mi pecho y gimió de nuevo. Levanté mis labios de los suyos y miré
hacia abajo. Sus ojos brillaban, sus mejillas se habían sonrojado y sus labios se
enrojecieron. Nunca había visto una mujer más sexy o deslumbrante en mi vida.
Ella sacó mi camisa de mis pantalones, y siseé en un suspiro mientras arrastraba sus
uñas por cada uno de los músculos de mi estómago. Muy pronto, esas uñas me
estarían aruñando la espalda.
Sintiéndome impaciente, me quité la camisa, sin importarme si tiraba algunos botones,
luego lo dejé caer al suelo.
—Yum.— Ella sonrió y procedió a presionar pequeños besos a lo largo de mi pecho, su
lengua lamiendo, sus labios chupando. —Tienes un sabor delicioso,— murmuró ella.
—Sigue probando.—
—Pretendo hacerlo.— Ella mordisqueó uno de mis pezones, y solté un suspiro largo y
tembloroso.
Página 37 de 61
—Iba a dejarte establecer el ritmo esta noche,— logré decir, —pero no estoy seguro de
si soy lo suficientemente fuerte como para permitir que eso suceda.—
Moviendo su mano hacia abajo, apretó mi polla. —Mientras dijeras la verdad acerca de
no tener una sala de tortura, puedes tener tu manera perversa conmigo de la forma
que quieras.—
—No tienes idea de lo que estás diciendo, Elle.—
—Creo que lo hago.— Arrastró mi cabeza hacia abajo para que nuestras bocas se
unieran, luego deslizó su lengua sobre mis labios y tocó la punta dentro de mi boca.
Antes de terminar desnudos y follando contra la ventana, me aparté. —Por qué
seguimos aquí y no en mi habitación?—
—Me he estado preguntando lo mismo,— dijo con voz ronca y seductora.
De alguna manera nos dirigimos a mi habitación, rasgándonos la ropa el uno al otro
mientras íbamos.
Con curvas en todos los lugares correctos, su cuerpo volvería loco a cualquier hombre
con lujuria. Se veía lo suficientemente buena como para comer, un placer que pronto
disfrutaría.
Tiras rojas de tela transparente disfrazadas de ropa interior me mostraron el camino a
la tierra prometida. Sus pezones en pico se veían a través de su sostén, y entre sus
piernas, vi el brillo revelador de su excitación. Elle estaba tan excitada como yo.
Me quité los boxers. Mi polla rígida goteaba y mi autocontrol estaba a punto de volar
por la ventana.
No me perdí su respiración, cómo se separaron sus labios, o cómo se lamió los labios
al ver mi erección.
—Te gusta lo que ves?— Pregunté, pasando una mano alrededor de mi eje y
acariciándolo lentamente.
Ella hizo un murmullo bajo. —Mucho.—
Cada segundo me acercaba más al borde del abismo. Me acaricié con la palma de la
mano de un lado a otro, amando cómo Elle se mordía el labio inferior mientras me
miraba, hipnotizada por mis movimientos.
—Te gusta esto?— Pregunté, manteniendo mi ritmo lento y constante. —Te gusta
verme tocarme?— Acabar delante de ella sería muy fácil, pero quería esperar. Quería
sentir los músculos de su coño apretarse a mi alrededor. Quería escucharla decir mi
nombre cuando llegara al clímax. —Tócate a ti misma. Muéstrame cómo te haces venir
todas esas veces que pensaste en mí.—
Página 38 de 61
Su boca se abrió por la sorpresa. —No puedo. No puedo hacer eso.—
Me encontré con sus ojos sorprendidos. —Muéstrame, cariño. No tengas miedo.—
—No estoy asustada. Es solo... Es privado.— Ella miró hacia otro lado como
avergonzada por su admisión.
—Dónde está la valiente chica de esta noche? La que me susurró lo que se hace a sí
misma cuando está sola y pensando en mí?—
Echó los hombros hacia atrás, enganchó los dedos detrás de la espalda, se desabrochó
el sostén y luego lo dejó caer al suelo en un montón. Sus tetas eran magníficas, sus
pezones una deliciosa rosa oscura, y mi polla se hizo aún más dura. Un día pronto,
me masturbaría y cubriría sus senos con mi semen.
Luego, se quitó la tanga y, cuando estuvo totalmente desnuda, se sentó en el borde del
colchón con la parte superior acolchada y extendió las piernas, mostrándome su
perfecto coño rosado.
Maldición.
Maldición.
Maldición.
Elle
Blake me hacía actuar como una ninfómana. Me hacía actuar como si fuera una
especie de gatita sensual. Y tal vez lo era.
Nunca nadie me había visto tocarme o darme placer, pero, sin embargo, aquí estaba
desnuda con las piernas abiertas frente a un hombre del que estaba enamorada. Un
hombre que ahora parecía que quería engullirme.
Nunca había experimentado algo así antes. Nunca me había sentido tan viva, tan
despreocupada. Hacía que mi cuerpo chisporroteara con sensualidad y sensualidad.
Me hacía creer que podía hacer cualquier cosa y ser lo que quisiera con cero juicio.
Me sonrió, sus ojos brillaban de deseo. Observé, casi hipnotizada mientras acariciaba
su polla de un lado a otro, su mano apenas contenía la circunferencia.
—Muéstrame,— dijo como si hubiera olvidado lo que me había pedido que hiciera.
Mis ojos se encontraron con los suyos y respiré hondo antes de pasar la punta de los
dedos por mis pliegues empapados y sobre mi clítoris. Una sacudida me atravesó, y
Página 39 de 61
por una fracción de segundo, cerré los ojos, permitiendo que la más dulce de las
sensaciones se apoderara de mí.
El deseo hinchó mis senos y dejó mis pezones sensibles y ansiosos por la estimulación.
Dándoles lo que querían, extendí la mano y pasé mis dedos empapados por la
excitación sobre un pezón y luego el otro.
—Se siente bien, bebé? Te gusta tocarte delante de mí?—
—Dios, sí.— Admitir que me excitaba verlo calentar mi piel a niveles nucleares. No
tenía ni idea de que me miraran tendría este tipo de efecto descarado en mí.
Cerré los ojos nuevamente y me perdí en los emocionantes sentimientos que recorrían
mi cuerpo.
—Mantén los ojos abiertos, Elle,— dijo con voz áspera. —Quiero verte—toda tú.—
Sintiéndome más valiente de lo que jamás había sentido en mi vida, lo miré, y la
dolorosa necesidad que vi en su rostro tensó cada músculo de mi cuerpo.
Blake soltó su polla y se acercó. Se puso de rodillas y puso sus manos sobre mis
muslos internos, abriéndolos. Su mirada escaneó perezosamente mi cuerpo antes de
detenerse entre mis piernas. —Tengo que probarte.—
Asentí en silencio. No escucharía ninguna queja de mi parte.
Envolvió sus manos alrededor de los músculos de mi pantorrilla y maniobró mis
piernas hasta que colgaban sobre sus anchos hombros. Abrió mis pliegues y sopló
suavemente. Mis caderas se sacudieron hacia arriba, y me apoyé en mis codos para
mirar, saboreando la vista de él.
Él movió su lengua de un lado a otro sobre mi clítoris, y no importaba cuánto
intentara empujarme contra su boca, me mantenía firme.
Ansiaba sentir que sus labios se cerraran sobre mí y que él me obligara a venirme. Si
había algo de lo que estaba segura, era que ninguno de mis orgasmos auto-
administrados se acercaría al que experimentaría con él.
Con su lengua aún estimulando mi clítoris, movió sus dedos hacia mi canal y dio
vueltas ligeramente alrededor de mi entrada, insertando lentamente la yema de un
dedo antes de apartarla rápidamente. Mis paredes internas se cerraron, tratando de
mantenerlo dentro, tratando de tomar lo que necesitaba.
Gemí impaciente, mis caderas meciéndose de un lado a otro.
Estaba cerca, muy, muy cerca.
Página 40 de 61
Mientras me volvía loco con su lengua, acarició suavemente la piel donde mis muslos
se encontraban con mi trasero, algo que nunca había experimentado antes y algo que
aprendí que me gustó. Mucho.
—Blake,— llamé, frustrada. —Por favor.—
De repente, levantó la cabeza. —Querías algo?— preguntó mientras deslizaba dos
dedos dentro de mí, haciendo que mis ojos rodaran hacia la parte posterior de mi
cabeza.
—No hagas esto.—
—Hacer qué?—
—Fingir que me vas a dejar venir antes de parar. No es justo.—
—No es justo con quién?— Con una risa profunda, bajó la cabeza nuevamente y
apretó los labios sobre mi clítoris hinchado.
—No pares,— lloré.
Él se detuvo.
—La venganza es una perra,— dije con un suspiro frustrado.
Una vez más, bajó la cabeza y comenzó a complacerme, chupando, lamiendo,
mordiendo. La excitación goteaba de mí, y el sonido de chapoteo entre mis piernas era
lo más erótico que había escuchado en mi vida.
Subí y subí y subí hasta que estuve tan alto que solo había una forma de bajar.
Con un pequeño movimiento hacia adelante, agarré su cabello y lo sostuve contra mí,
empujando contra su boca y lengua.
Los músculos de mi estómago se ondularon y mis músculos internos apretaron sus
dedos con tanta fuerza que temí que se rompieran.
Mi orgasmo me atravesó como un ciclón. Grité su nombre, rogándole por más
mientras mi clítoris y mi coño pulsaban sin control bajo su técnica experta.
Cuando las olas de mi clímax disminuyeron, tomé su rostro en mis manos. Sin aliento
y aturdida, apenas pude ordenar una oración coherente. —Blake... Yo...—
Me alisó el pelo de la frente empapada de sudor. —Te necesito, Elle. No puedo esperar
más.—
Soltando su rostro, me agaché y rodeé mis dedos alrededor de él, amando lo caliente y
pesado que se sentía en mi mano. Su polla se veía deliciosa con su tensa y brillante
cabeza y gotas de pre semen que se filtraban por la hendidura.
Página 41 de 61
—Se siente tan jodidamente bien,— dijo, su aliento resoplando en pequeños estallidos
rotos.
Trabajé mi mano más rápido, torciendo mis dedos cada vez que acariciaba. Se tensó
contra mi toque, cada músculo de su cuerpo tenso. —Necesito sentir tu coño
mojado,— dijo, inclinando su cuerpo para que la punta acampanada golpeara mi
entrada. —He soñado con esto durante demasiado tiempo.—
—Oh, Dios, yo también.— Me dejé caer sobre el colchón y enganché mis piernas
alrededor de su cintura, tirando de él hacía mí.
Se empujó dentro, y mis paredes se apoderaron de él tan fuerte que ambos gritamos.
Estábamos piel con piel nada entre nosotros. Él se echó para atrás, a continuación,
empujó de nuevo y de nuevo, cogiendo velocidad cada vez.
—Quiero que te vengas en mi polla,— él susurró. —Tócate a ti misma. Déjame oír tus
gritos.—
Esta vez, él no tenía que convencerme. Moví mis dedos a mi clítoris en círculos y
acaricié el sensible e hinchado capullo.
Blake frotaba su mandíbula y labios sobre mis pechos, luego, mordió uno de mis
pezones. El dulce choque se rasgaba a través de mi auto-control, y un segundo y
poderoso orgasmo me atravesó.
Blake profirió una maldición y se condujo tan profundo como pudo, alineando sus
caderas con cada empuje. En un gruñido y con uno de los últimos bombeos, lo perdió,
clavándose en mí salvajemente hasta que explotó, y mientras él caía en el abismo, él
gimió y llamó mi nombre.
Yo no podía negarlo por más tiempo.
Yo estaba locamente, profundamente, perdidamente enamorada de este hombre.
Página 42 de 61
Capítulo 6
Elle
Mi vida era perfecta.
El hombre que amaba pasó la noche dándome orgasmos en abundancia y me hizo
sentir como la única mujer en la tierra. No había nada más que pudiera pedir. Nada
podría o arruinaría mi buen humor hoy.
Cuando entré en la oficina, vi una docena de lirios en un florero en mi escritorio. Una
sonrisa radiante levantó mis mejillas. Blake no me parecía del tipo romántico. Más del
tipo rudo y listo, pero tenía muchas facetas ocultas, y no podía esperar para
explorarlas.
Eché un vistazo a la tarjeta: no puedo esperar para verte de nuevo. Tenemos mucho
tiempo perdido que compensar.
Mi corazón se disparó. Debería haberle pedido su número la noche en que me rescató
de Damon. De esa manera, podríamos haber estado follando en lugar de simplemente
soñar despiertos sobre cómo sería estar el uno con el otro. Afortunadamente, ya no
teníamos que soñar despiertos.
—Elle,— la voz de Liz ladró por el intercomunicador. —Una palabra en mi oficina
ahora.—
Puse los ojos en blanco y tragué mi molestia. Qué había hecho esta vez para enojarla?
Mi conjetura era algo tonto como comprar la crema o la marca de infusiones de
hierbas incorrecta.
Tenía que recordar que trabajar para y con alguien del calibre de Liz era algo por lo
que debería estar agradecida, pero estaba luchando por estar a su entera disposición.
Claro, podría aprender mucho de ella, pero ser una empleada y no mi propio jefe era
un fastidio. Cuando alguien como Liz decía salta, era mejor preguntar qué tan alto.
Algo a lo que no estaba acostumbrada.
Para centrarme y calmarme antes de entrar en el foso de los leones, inhalé
profundamente mis flores.
Golpeé mis nudillos contra la puerta de Liz y entré cuando ella dijo que podía. Nadie
entraba a su oficina sin que ella lo dijera.
Hizo un gesto hacia la silla frente a su escritorio. Tomé asiento mientras ella me
ignoraba y mantenía su enfoque en el monitor frente a ella.
Página 43 de 61
Después de unos momentos de silencio, me aclaré la garganta. —Quería verme,
señorita Castle?—
Ella miró entre su monitor y yo varias veces. —Te gusta trabajar aquí, correcto?—
Decirle la verdad me dejaría sin trabajo, así que le dije una verdad a medias. —Me
encanta la emoción de planificar eventos y ver que todo el trabajo duro se haga
realidad.—
—Mmmm.— Ella tamborileó con los dedos contra su escritorio desordenado. —
Recuerdas que cuando viniste a trabajar aquí, firmaste un contrato que decía que no
había fraternización o socialización con nuestros clientes?—
El miedo llenó mis entrañas. Pensé en el día en que me reuní con RRHH y en todos los
documentos que tuve que firmar. —Vagamente, fue un torbellino ese día. No me
acuerdo. Firmé muchas cosas.—
—Qué tal anoche? Recuerdas lo que hiciste anoche?—
Se me contrajo el estómago. No tenía sentido mentir. Si ella me estaba preguntando,
ella ya sabía lo que hice anoche. —Salí a cenar.—
—Si lo hiciste.— Ella me dirigió una mirada fulminante que me hizo querer huir y
nunca volver. —Imagina mi sorpresa cuando abrí mi correo electrónico esta mañana y
vi varias fotos tuyas toda envuelta en Blake Sanders.—
Mierdola. —Puedo explicarlo.—
—No quiero una explicación. Estás despedida. Tienes diez minutos para salir de aquí.
No pidas una referencia porque nunca te daré una. Comportamiento vergonzoso, no
profesional. Deberías de estar avergonzada. Las personas como tú le dan mala fama a
nuestra industria. No tengo tiempo para buscadoras de oro o escaladoras sociales.—
Una parte de mí quería caer al suelo y rogarle que no me despidiera, que necesitaba el
trabajo, pero mi orgullo decía a la mierda esto y a la mierda ella. Valía más que estar
de pie en el fondo, llevar abrigos y dirigir a las personas a los baños. Durante años
había dirigido mi propio negocio exitoso, y lo volvería a hacer.
Me puse de pie y, a pesar de la agitación que giraba dentro de mí, me obligué a sonreír.
—Gracias por la oportunidad.—
Después de dar un resoplido indigno, ella dijo: —Esa oportunidad no significaba que
pudieras arrojarte a mis clientes o dormir con ellos.—
La ira que brotaba dentro de mí estaba haciendo todo lo posible para liberarse, pero
la contuve. Después de lo que sucedió la última vez que perdí los estribos y arremetí,
no valía la pena. Nada le habría dado mayor satisfacción que yo hubiera perdido la
calma y llamarla por todos los nombres bajo el sol.
Página 44 de 61
Pueda que no tenga trabajo, pero tenía un hombre al que adoraba. Un hombre que me
envió flores y me dio orgasmos interminables con sus dedos y lengua mágicos.
—Adiós, Liz. Estoy segura de que te veré por ahí. El mundo de la planificación de
eventos es pequeño.—
—Lo es. Recuerda eso antes de soltar tus bragas de nuevo.—
—Bruja,— murmuré por lo bajo mientras salía de su oficina.
Después de empacar mis escasas pertenencias, abracé a mis compañeros de trabajo y
les dije que no pasaría mucho tiempo hasta que estuviese al timón de Gatherings
Galore nuevamente. De una forma u otra, recuperaría mi negocio de Jason.
En el ascensor, llamé a Blake.
—Estaba pensando en ti,— dijo. La voz ronca en su voz trajo de vuelta todo lo que
había sucedido la noche anterior.
—Fui despedida,— dije, sin ninguna emoción.
—Fuiste qué?—
—Alguien envió a Liz fotos de nosotros en el lugar de las hamburguesas anoche.
Fraternizar y socializar con los clientes está prohibido. En nuestra industria, es un
pecado capital involucrarse con alguien con quien trabajas. Supongo que me iré al
infierno.—
—Hablaré con ella.—
—No hay necesidad. No debí haber tomado un trabajo con ella en primer lugar. Voy a
tratar de hablar con Jason nuevamente, y si no me escucha, lo demandaré.
Gatherings Galore es mi bebé, y lo quiero de vuelta.—
Se rio entre dientes. —Considera a Broadaxe Security como tu primer cliente. Te
mantendremos más que ocupada.—
—Realmente eres el más dulce, pero quiero hacer esto por mi cuenta y conseguir mis
propios clientes trabajando duro. No quiero ser acusada de nepotismo. Además,
pasará un tiempo antes de que esté lista para enfrentarme a un cliente tan grande
como tú.—
Se rio entre dientes. —Anoche estabas más que lista para enfrentarte a un cliente tan
grande como yo.—
—Muy gracioso.—
Página 45 de 61
—Ve a tomar un café en el camión afuera de tu oficina,— dijo. —Enviaré un auto para
que te recoja. Podremos celebrar tu decisión de recuperar tu negocio.—
—¿Cómo propones que celebremos?—
—Tengo un nuevo escritorio que necesita tu trasero desnudo encima.—
Me reí. —Suena como mi tipo de celebración.—
Tomé un sorbo de café mientras esperaba que llegara el auto y reflexioné sobre mi
futuro. Ahora que estaba desempleada, tendría que quedarme con mis padres por más
tiempo de lo que inicialmente había planeado. También tendría que reducir las cosas
como el café y comer fuera. Quizás debería haberle rogado a Liz que no me despidiera
y que me diera una oportunidad más. Pero tal vez su despido había sido una
bendición disfrazada.
Un mensaje llegó de Blake.
El conductor está atascado en el tráfico. Estará allí pronto.
Le respondí el mensaje de texto. Puedo tomar un taxi. No es gran cosa.
Dale cinco minutos más.
Envié un símbolo con el pulgar hacia arriba y seguí esperando.
Cuanto más esperaba el auto que Blake había enviado para que apareciera, más
oscuros se volvían mis pensamientos. Valía la pena perder mi trabajo? Solo habíamos
pasado una noche juntos. Tuvimos una cita. Tal vez estaba en lujuria y no enamorada
como pensaba.
Antes de que mis pensamientos se volvieran más sombríos y me convencieran de
hacer algo tonto como romper con él, un automóvil negro se detuvo y el conductor
salió.
—Señorita Canning?—
—Esa soy yo,— dije, agarrando mi pequeña caja de pertenencias.
—Déjame tomar eso,— ofreció. —Lo pondré en el maletero.— Antes de que lo hiciera,
tomé uno de los lirios del florero para hacerme compañía en el camino a la oficina de
Blake. La anticipación de lo que sucedería exactamente en su escritorio me llenaba de
emoción.
Las ventanas del auto estaban oscurecidas, y una emoción ondulante saltó a mi
vientre. Estaría allí atrás esperándome? Bautizaríamos el auto antes de bautizar su
escritorio? Es por eso que no quería que tomara un taxi?
Página 46 de 61
El conductor me abrió la puerta y entré. Una vez que me instalé, la otra puerta se
abrió.
—Bueno, si no es la encantadora Elle. Veo que te gustaron mis flores.—
Damon.
Oh.
Mierda.
No.
Incapaz de pensar con claridad o hablar, comencé a temblar, apenas era capaz de
procesar lo que estaba sucediendo.
Mi corazón latía contra mi caja torácica, y mis pulmones se apretaron tan fuerte que
no podía respirar.
Damon me dio una sonrisa maníaca y meneó sus pobladas cejas.
Agarré la manija de la puerta y tiré en un furioso intento de escapar, pero estaba
cerrada. —Déjame salir,— grité y golpeé las ventanas.
—No lo creo.— Señaló una furiosa cicatriz roja sobre su ceja y luego su nariz torcida.
—Tu caballero de armadura brillante, me lastimó, así que voy a lastimarlo de regreso
al lastimarte a ti. Deberías haberme dado lo que quería esa noche en lugar de llamarlo
para pedir ayuda.— Él sonrió y se recostó en el asiento mientras yo golpeaba la
ventanilla del auto, gritando por ayuda. —El auto está insonorizado. Nadie puede
oírte.—
Alzó mi viejo teléfono. —Me sorprende que el Sr. Sanders no te hubiera dicho que
marcaras tu teléfono como perdido o que lo borraras de forma remota. Disfruté
leyendo tus sexts3
y viendo tus selfies desnudas. La nube es algo maravilloso, no?
Cuatro ceros como contraseña? Niña tonta.—
—Te matará,— sollocé.
—Él nunca me encontrará, o a ti.—
Blake
—Qué quieres decir con que ella no estaba allí?—
3
textos sexuales o más conocido como sexting.
Página 47 de 61
—Esperé por diez minutos, jefe, incluso entré a su edificio de oficinas. Nadie la había
visto desde que se fue con su caja de cosas y las flores que usted envió.—
—No le envié flores.— El miedo me heló las venas y colgué.
Abrí la aplicación de rastreo en mi computadora portátil, pero no había señal de su
celular. Dónde diablos estaba ella y con quién estaba? Descolgué mi teléfono y llamé a
Liz. Cuando ella respondió, no me molesté con las cortesías. —Voy a revisar sus videos
de seguridad durante las últimas dos horas. Elle ha desaparecido.—
—Hazlo,— dijo ella, sonando desinteresada. —Estoy segura de que ella está en algún
lugar resoplando. La despedí, sabes.—
—Estoy consciente,— dije con frialdad.
Cerré el teléfono de golpe y saqué las imágenes de seguridad del edificio. Vi a Elle
entrar en el ascensor y luego salir. Una vez afuera, tomó un café del camión, se sentó
en un banco y buscó en su teléfono.
No mucho después de hablar con ella, un auto se detuvo y ella entró. Debe haber
pensado que era el auto que le había enviado. Debería haberle enviado un mensaje de
texto con la marca, modelo y matrícula. No era yo el ser tan complaciente.
El auto en el que se metió no tenía matrícula, pero todo lo que necesitaba era una
buena foto del conductor, luego podría pasar su cara por un programa de
reconocimiento facial. Unos segundos después de que Elle se subiera al auto, un
hombre que parecía Damon se deslizó en el asiento trasero.
El shock siguió a la incredulidad y a la ira.
Mi presión sanguínea se disparó hasta que vi rojo.
Si él la lastimaba, pasaría el resto de mi vida devolviéndosela. Lo haría sufrir de una
manera que ni siquiera podía imaginar. La muerte sería un dulce alivio que no vendría.
Pirateé todos los sistemas de seguridad de la ciudad—algo considerado altamente
ilegal y poco ético, pero no me importaba—y ejecuté las caras de Damon y del
conductor a través de todos los programas de reconocimiento facial disponibles.
Mientras el software hacía su trabajo, paseaba por la oficina.
Esto era mi culpa. Debí haberme permanecido en alerta. Debí haber sabido que
volvería por ella más temprano que tarde. El hecho de que no supiéramos dónde había
estado escondido no significaba que no supiera dónde estaba ella. El bastardo estaba
esperando el momento correcto. Le había fallado.
Mi laptop sonó con varias ubicaciones posibles. Los escaneé a todos. Uno se
destacaba—un patio de embarque junto a los muelles. Un lugar conocido por las
drogas, la prostitución y el tráfico. Si él planeaba llevarla a cualquier parte, estaría allí,
Página 48 de 61
y si no era lo suficientemente rápido, ella terminaría muerta o como un juguete de
algún sádico.
Asegurándome de que tuviera todo lo que necesitaba, salí de la oficina. —Que te
pasa?— Axel, que estaba de pie junto a la cafetera, preguntó.
—Voy camino a matar a alguien.—
—Genial,— dijo, y me dio un choca esos cinco.
—Llama a la policía y haz que se reúnan conmigo en los muelles.—
En el garaje, me subí a mi McLaren 570GT. No había manera de que pudiera ir 204
mph sin ser arrestado o tener un accidente, pero llegaría a ella más rápido en este
auto que en cualquier otro.
Necesitaba encontrarla. Nunca me lo perdonaría si le sucediera algo. Si salía
lastimada, no habría nadie más a quien culpar.
Página 49 de 61
Capítulo 7
Elle
En el momento en que salí del auto, le di un codazo en la nariz a Damon y corrí por mi
vida. Ahora yo estaba doblada como un pretzel en una esquina oscura de un
contenedor lleno de muebles envueltos en plástico.
El olor a pescado podrido llenaba el aire. Las lágrimas caían por mis mejillas, y
luchaba por recuperar el aliento mientras una ola sofocante de pánico me recorría.
No solía ser una persona religiosa, pero recé mucho para que Damon no me
encontrara.
Tan pronto como el auto comenzó a moverse, me arrebató el teléfono nuevo de mis
manos y lo arrojó junto con el viejo por la ventana del auto, lo que significaba que
ambos estaban en un millón de pedazos en algún camino. No quería que me
rastrearan.
Las cosas que dijo que me haría me revolvieron el estómago y me llenaron de tanto
miedo que, por un fugaz segundo, me pregunté si rendirme sería la opción más fácil.
Esta vez estaba sola. Esta vez no había salida.
Los ruidos retumbaron afuera junto con disparos y voces elevadas. Me hice un ovillo,
haciéndome lo más pequeña posible.
Mi vida como la conocía había terminado.
Por centésima vez, me reprendí por haberme subido a su auto esa primera noche. Por
qué no me había escapado? Por qué no había confiado en mis instintos? Contuve un
sollozo. Incluso si lo hubiera hecho, ya que Damon me había estado acechando por un
tiempo, él habría encontrado una manera de llegar a mí.
Hace unas semanas, era una chica normal de veinticinco años con un negocio
próspero y un prometido. Ahora estaba sin hogar y soltera con mi propio acosador
psicópata. Y mi vida estaba a punto de empeorar. Mucho, mucho peor.
No quería ser el juguete o el saco de boxeo de alguien. Probablemente me mataría tan
pronto como se aburriera o me pasaría a alguien más como lo había prometido.
Lágrimas calientes me corrían por la cara y contuve los sollozos. Si saliera de este lío,
tomaría clases de defensa personal. Me podrían dar una oportunidad de pelear si esto
volviera a suceder.
Página 50 de 61
En el camino hacia aquí, Damon no me había tocado, pero había dejado en claro lo
que quería hacer como venganza por Blake marcando su rostro. Estaba casi alegre,
anticipando el dolor que me infligiría.
Él fue quien envió las fotos de mi cita con Blake a Liz. Le dijo que estaba considerando
contratarla, pero después de una profunda excavación, no pensaba que era una buena
idea ya que ella estaba de acuerdo con que su personal se acostara con sus clientes.
Liz adoraba demasiado al poderoso dólar como para arriesgarse a que Damon no la
contratara. Cuando le pregunté cómo sabía que estaría fuera de la oficina antes, dijo
que Liz lo había llamado en el momento en que me habían despedido, y como tenía
acceso a mis mensajes de texto, sabía que Blake tenía un auto en camino a recogerme.
Había estado a unas calles de distancia. Vio su oportunidad y la aprovechó.
El sonido de voces elevadas se acercaba cada vez más. Estaba jodida. Tan, tan jodida.
La puerta de la unidad de contenedores se abrió y la luz se derramó, cegándome
temporalmente. Un grito se acumuló en mi pecho, pero lo tragué y me escondí detrás
de un sofá, esperando volverme invisible.
—Elle. Soy yo. Estás aquí?—
Blake.
Abrí la boca para decir su nombre, pero mis cuerdas vocales solo podían hacer el
sonido de un gato moribundo. Los sollozos incontrolables sacudieron mi cuerpo,
llevando a Blake a mi paradero.
Me levantó y me abrazó fuerte. —Te tengo, bebé. Nunca te dejaré ir de nuevo. De
ahora en adelante, vas a estar conmigo veinticuatro siete.—
Demasiada asustada y conmocionada para hablar, permanecí en silencio.
—Te lastimó? Necesitas ir al hospital?—
Sacudí mi cabeza, y con cada segundo que pasaba, mi pánico se calmaba. —Puedes
llevarme a casa con mis padres?—
Sus cejas se fruncieron. —Deberías volver a mi casa donde pueda vigilarte.—
—No,— susurré. —Mi mamá. Quiero a mi mamá.—
—Está bien, bebé,— me tranquilizó, acariciando mi cabello. —Está bien.—
Puse mi cabeza contra su pecho y escuché el ruido sordo de su corazón. Mientras me
llevaba por el patio de embarque, mantuve los ojos cerrados. No quería ver qué había
pasado mientras estaba escondida, pero estaba segura de que era sangriento y
desordenado.
Página 51 de 61
—La policía querrá hablar contigo,— dijo, —pero eso puede esperar hasta que estés
lista.—
Con cuidado, me colocó en el asiento del pasajero de su automóvil, y después de
hablar con algunos policías, entró. Durante el viaje, ninguno de los dos habló, pero
cada pocos segundos, me di cuenta de que sus ojos me miraban.
Nos detuvimos en la casa de mis padres y me volví hacia él. Lo que estaba a punto de
decir y hacer podría ser el error más grande de mi vida y algo de lo que me
arrepentiría para siempre, pero necesitaba estar sola por un tiempo. No importaba que
amara a Blake o que él me hiciera sentir como nadie más lo había hecho. Había
pasado demasiado desde la noche en que nos conocimos, y necesitaba algo de tiempo
para aclarar mi mente.
—Necesito algo de tiempo para mí,— dije con la menor emoción posible. —Todo esto
ha sido demasiado para mí.—
—Cuánto tiempo?—
—No sé,— admití. —Quizás para siempre.—
Mantuvo su enfoque hacia adelante y asintió. —Lamento no haberte mantenido a
salvo hoy. Prometo que no volverá a suceder.— Se giró para mirarme, sus ojos
suplicantes. —No puedo perderte, Elle. Acabo de encontrarte.
Las lágrimas nublaron mi visión y mi corazón se apretó hasta que pensé que me
desmayaría por el dolor. —Perdí mi trabajo y casi pierdo la vida. Qué sigue? Mi familia?
Damon no se detendrá hasta que me posea. El único lugar donde me siento segura es
con mi mamá y mi papá.—
—Damon no irá a otro lado que no sea al hospital, seguido de la cárcel.— Tragó saliva,
y me di cuenta de que estaba luchando por mantenerse sereno. —Él no vendrá por ti
otra vez.—
—Por favor entiende. Necesito procesar todo lo que sucedió en las últimas semanas.—
—Estás en estado de shock y no piensas con claridad,— dijo suavemente. —No
deberías tomar ninguna decisión ahora. Duerme un poco. Podemos hablar más
tarde.—
Extendí la mano para tocar su brazo, pero luego tiré de mi mano hacia atrás. Es mejor
partir ahora antes de cambiar de opinión. Es mejor hacer una separación limpia para
los dos.
—Adiós,— susurré, con la voz quebrada.
No dijo una palabra más. Salí del auto y lo vi alejarse.
Página 52 de 61
Cerré los ojos y caí al suelo, con el corazón destrozado.
Blake
Los días se convirtieron en semanas, que se convirtieron en meses. Mañana se
cumplían tres largos meses desde que puse a Damon en el hospital y encontré a Elle
en el contenedor de envío.
La forma en que me miró cuando dijo que necesitaba algo de tiempo sola atormentaba
mis sueños. Estaba enojado como el infierno pero no con ella. Por qué querría pasar
su vida con alguien como yo? Alguien que no pudiera mantenerla a salvo y protegida?
Me volví descuidado, complaciente.
Ford me dio una palmada en la espalda. —Quieres otro?— preguntó, señalando mi
cerveza tibia. —Lo has estado cuidando durante una hora. Pensé que íbamos a tener
una noche de chicos.—
Mi templo palpitaba al ritmo de los latidos de mi corazón. La idea de ser golpeado
nuevamente me dejó con el estómago revuelto. —No, estoy bien.—
Axel se sentó a mi lado. —Amigo, tienes que arreglarlo. Estás actuando como una niña
con el corazón roto. Se valiente. Ve a buscarla u olvídate de ella. —
Mis manos se cerraron en puños apretados. —No sabes de qué estás hablando.—
Ford puso los ojos en blanco. —Sabemos que desde que Elle dejó tu trasero, has
estado deprimido. Estás deprimiendo a todos en la oficina.—
—Ella no me dejó. Necesitaba algo de tiempo sola.—
Ford se rio. —Tres meses equivalen a abandonar.—
—La quieres, lucha por ella,— agregó Axel.
Cogí mi cerveza y la volví a tomar, sin importarme que estuviera caliente. —Cuando
esté lista, sabe dónde estoy.— Golpeé mi botella encima de la barra. —La culpas? Por
mi culpa, ella fue secuestrada. Si no hubiera llegado a tiempo, podría estar en algún
agujero de mierda de Europa del Este siendo torturada.— Me estremecí. —Ella está
mejor sin mí.—
—Entonces, por qué todavía la sigues rastreando?— Axel preguntó.
—Qué mierda sabes al respecto?—
—Sabemos sobre el rastreador en su automóvil,— dijo Ford. —Y cómo has pirateado
su nube, acosador.—
Página 53 de 61
Me encogí de hombros. —No la estoy acosando. Necesito asegurarme de que nadie la
lastime o intente lastimarla. Damon tiene amigos.—
Axel se rio entre dientes. —Después de la paliza que le diste, creo que sus amigos
saben que deben mantenerse alejados de ella y de cualquier otra persona en tu vida.—
—Tiene suerte de que no le corté la polla y no lo obligue a comérsela.—
El camarero puso otra botella de cerveza delante de mí. Emborracharme y ahogar mis
penas era la única forma en que cerraba los ojos en estos días, y lo que dormía estaba
lleno de sueños con ella. Su cuerpo. Su risa. Su sonrisa.
Me aparté del bar. —Me tengo que ir.—
—Vas a decirle cómo te sientes?— Ford preguntó.
— Para que ella pueda decirme que me pierda? No, gracias.—
—No, imbécil,— dijo Axel con un suspiro. —Para que puedas decirle cuánto la amas.—
—Yo no——
Ford levantó la mano. —Hombre, no lo hagas. Es mejor que hagas una cita con el
dentista porque voy a sacarte los dientes por mentir y estar lleno de mierda.—
Les di la espalda a los dos y salí del bar. Qué demonios sabían sobre lo que hice y no
sentía?
Pero tal vez, solo tal vez, tenían razón. La idea de no volver a verla nunca más de no
volver a abrazarla me apretaba el corazón con tanta fuerza que me tropecé.
Tomando un segundo para reponerme, me apoyé contra la pared más cercana y cerré
los ojos. A pesar de mis mejores esfuerzos para no llorar—los hombres como yo no
lloraban—una lágrima corrió por mi mejilla. Tenía que recuperarla. Y haría cualquier
cosa, y quise decir cualquier cosa, para que eso sucediera.
Elle
La voz de mi madre continuaba sonando por el teléfono. —Has comido hoy? No vi
ningún plato en el fregadero o el lavavajillas esta mañana.—
—Mamá,— dije, tratando de no sonar exasperada. —Estoy bien. Simplemente no tengo
tanta hambre. De todos modos, podría perder algunas libras.— Desde que terminé con
Blake, no había podido comer más de un bocado a la vez. Mi alegría por la vida se
Página 54 de 61
había desvanecido junto con mi deseo de hacer algo más que beber White Claw4
y ver
maratones de reality shows en Netflix y Amazon.
Blake había estado en lo cierto; No había estado pensando con claridad y no debí
haber tomado ninguna decisión, pero ahora era demasiado tarde para retirar lo que
había dicho. No debí haberlo excluido. Él no tenía la culpa del desorden que había
hecho de mi vida, ni de que Damon me atacara por segunda vez.
Debí haber hecho seguimiento antes con la policía. Debí haber conseguido una orden
de restricción. Tantas cosas que debí haber hecho. Nada de lo que sucedió, o de lo que
pudo haber sucedido, era culpa de Blake.
Cuando rompí con Jason, mi corazón no me dolió así. No estar comprometida con él
resultó ser un alivio. No se parecía en nada a la nada melancólica que ahora colgaba
sobre mis hombros como una capa de diez toneladas.
Jason y yo todavía estábamos en discusiones sobre Gatherings Galore, pero una vez
que los contratos estuvieran en su lugar, con suerte en las próximas semanas,
volvería a hacer lo que amaba.
Como era de esperar, él y Susan se habían separado. La emoción de estar entre la
espada y la pared, y de tener que ocultar su relación no era tan emocionante como
tener una relación abierta. Mentiría si no admitiera sentirme un poco alegre por ese
giro particular de los acontecimientos.
Para distraerme, estaba ayudando a un amigo a organizar conferencias para fanáticos
de la ciencia ficción. Tenía que ganar dinero para poder mudarme de la casa de mis
padres. Me amaban incondicionalmente y querían lo mejor para mí, pero no me
dejaban revolcarme en mi miseria como quería.
La Sirenita y Steve de Stranger Things pasaron por mi puesto de información para
preguntar dónde estaba el registro. Los señalé en la dirección correcta, luego volví a
mirar a los asistentes corriendo con un atuendo de cosplay impresionante.
Chewbacca se me acercó y, sin previo aviso, me recogió y rugió con lo que parecía un
triunfo. Como no hablaba wookieee, podría haber estado preguntando dónde estaba el
baño.
—Bájame,— exigí, pateando mis piernas. Los otros asistentes vitorearon y se rieron de
mi situación embarazosa. —Bájame, bola de pelo demasiado grande.— Gimió algo más
mientras me llevaba a una sala de banquetes preparada para un panel de Superman.
—No es gracioso, Chewie,— dije cuando finalmente me puso sobre mis pies.
4
Es una bebida alcohólica de agua de seltzer propiedad de Mark Anthony Brands, que también posee Mike's Hard
Lemonade.
1. blake (1)
1. blake (1)
1. blake (1)
1. blake (1)
1. blake (1)
1. blake (1)
1. blake (1)

Contenu connexe

Tendances

Finding cinderella
Finding cinderellaFinding cinderella
Finding cinderellasky_fenix
 
Caso práctico d difamación en los eu (1)
Caso práctico d difamación en los eu (1)Caso práctico d difamación en los eu (1)
Caso práctico d difamación en los eu (1)Jose Luis García Reyes
 
Six brothers - Lili St. Germain
Six brothers - Lili St. GermainSix brothers - Lili St. Germain
Six brothers - Lili St. GermainAngie M
 
Tiene que ser perfecto noa pascual
Tiene que ser perfecto   noa pascualTiene que ser perfecto   noa pascual
Tiene que ser perfecto noa pascualJudith Expósito
 
Resumen perfume de mujer
Resumen perfume de mujerResumen perfume de mujer
Resumen perfume de mujeremilmariamoyano
 
Vacaciones con un vampiro
Vacaciones con un vampiroVacaciones con un vampiro
Vacaciones con un vampiroBelen Jara
 
Angeles.y.mariposas
Angeles.y.mariposasAngeles.y.mariposas
Angeles.y.mariposasBeluAmelya
 
Frases De Cine3
Frases De Cine3Frases De Cine3
Frases De Cine3aditamor
 
Planeta llamado Traicion
Planeta llamado TraicionPlaneta llamado Traicion
Planeta llamado TraicionDomcort Ge
 
Mundo Realista
Mundo RealistaMundo Realista
Mundo RealistaIsidoraPaz
 
manual de-la-perfecta-cabrona-elizabeth-hilts
 manual de-la-perfecta-cabrona-elizabeth-hilts manual de-la-perfecta-cabrona-elizabeth-hilts
manual de-la-perfecta-cabrona-elizabeth-hiltsLudms Vegort
 

Tendances (20)

Finding cinderella
Finding cinderellaFinding cinderella
Finding cinderella
 
Caso práctico d difamación en los eu (1)
Caso práctico d difamación en los eu (1)Caso práctico d difamación en los eu (1)
Caso práctico d difamación en los eu (1)
 
El caso-de-la-sra-murphy
El caso-de-la-sra-murphyEl caso-de-la-sra-murphy
El caso-de-la-sra-murphy
 
Frases De Woody Allen
Frases De Woody AllenFrases De Woody Allen
Frases De Woody Allen
 
Six brothers - Lili St. Germain
Six brothers - Lili St. GermainSix brothers - Lili St. Germain
Six brothers - Lili St. Germain
 
Tiene que ser perfecto noa pascual
Tiene que ser perfecto   noa pascualTiene que ser perfecto   noa pascual
Tiene que ser perfecto noa pascual
 
41
4141
41
 
Resumen perfume de mujer
Resumen perfume de mujerResumen perfume de mujer
Resumen perfume de mujer
 
Vacaciones con un vampiro
Vacaciones con un vampiroVacaciones con un vampiro
Vacaciones con un vampiro
 
Angeles.y.mariposas
Angeles.y.mariposasAngeles.y.mariposas
Angeles.y.mariposas
 
Frases De Cine3
Frases De Cine3Frases De Cine3
Frases De Cine3
 
Planeta llamado Traicion
Planeta llamado TraicionPlaneta llamado Traicion
Planeta llamado Traicion
 
La cartera precioso
La cartera preciosoLa cartera precioso
La cartera precioso
 
El payaso
El payasoEl payaso
El payaso
 
Manual de la perfecta cabrona
Manual de la perfecta cabronaManual de la perfecta cabrona
Manual de la perfecta cabrona
 
Mundo Realista
Mundo RealistaMundo Realista
Mundo Realista
 
Juguetes para lonky
Juguetes para lonkyJuguetes para lonky
Juguetes para lonky
 
1ra temporada
1ra temporada1ra temporada
1ra temporada
 
manual de-la-perfecta-cabrona-elizabeth-hilts
 manual de-la-perfecta-cabrona-elizabeth-hilts manual de-la-perfecta-cabrona-elizabeth-hilts
manual de-la-perfecta-cabrona-elizabeth-hilts
 
El extranjero
El extranjeroEl extranjero
El extranjero
 

Similaire à 1. blake (1)

Testimonios reales de malos tratos
Testimonios reales de malos tratosTestimonios reales de malos tratos
Testimonios reales de malos tratossilvianoguera
 
1. wanting it all
1. wanting it all1. wanting it all
1. wanting it alllaaloo41
 
Ejercicio de escritura en la Institucion Educativa Cristo Rey
Ejercicio de escritura en la Institucion Educativa Cristo ReyEjercicio de escritura en la Institucion Educativa Cristo Rey
Ejercicio de escritura en la Institucion Educativa Cristo ReyGuayabal15
 
Cuento cabeza de ángel en polifonía de voces :)
Cuento cabeza de ángel en polifonía de voces :)Cuento cabeza de ángel en polifonía de voces :)
Cuento cabeza de ángel en polifonía de voces :)Cristian Ibarra
 
Microrrelatos 25N 3ºB.pdf
Microrrelatos 25N 3ºB.pdfMicrorrelatos 25N 3ºB.pdf
Microrrelatos 25N 3ºB.pdfalgoxtina
 
ann anders - El chico de al lado.pdf
ann anders - El chico de al lado.pdfann anders - El chico de al lado.pdf
ann anders - El chico de al lado.pdfladyphoenixdragon41
 
Romantico 02. Unexpected Love - MINK.pdf
Romantico 02. Unexpected Love - MINK.pdfRomantico 02. Unexpected Love - MINK.pdf
Romantico 02. Unexpected Love - MINK.pdfKiaraYamilethRamosAg1
 
Saga dark one 02 sex and the single vampire, recopilación (1)
Saga dark one 02   sex and the single vampire, recopilación (1)Saga dark one 02   sex and the single vampire, recopilación (1)
Saga dark one 02 sex and the single vampire, recopilación (1)Universidad Arturo Michelena
 
Todo , por charles bukowski
 Todo , por charles bukowski Todo , por charles bukowski
Todo , por charles bukowskiᛆᛐᛚ ᛂᛒ
 
Las cosas que a veces nos pasan son por andar de curiosos
Las cosas que a veces nos pasan son por andar de curiososLas cosas que a veces nos pasan son por andar de curiosos
Las cosas que a veces nos pasan son por andar de curiososahuevo chilito apoko no raza
 
Las cosas que a veces nos pasan son por andar de curiosos
Las cosas que a veces nos pasan son por andar de curiososLas cosas que a veces nos pasan son por andar de curiosos
Las cosas que a veces nos pasan son por andar de curiososahuevo chilito apoko no raza
 
Meyer+stephanie+ +eclipse
Meyer+stephanie+ +eclipseMeyer+stephanie+ +eclipse
Meyer+stephanie+ +eclipseRuth Rivera
 
Khalid B. T. - Falsas promesas
Khalid B. T. - Falsas promesasKhalid B. T. - Falsas promesas
Khalid B. T. - Falsas promesasKhalid B. T.
 
Maluma letras
Maluma letrasMaluma letras
Maluma letrasAngela_12
 

Similaire à 1. blake (1) (20)

Testimonios reales de malos tratos
Testimonios reales de malos tratosTestimonios reales de malos tratos
Testimonios reales de malos tratos
 
1. wanting it all
1. wanting it all1. wanting it all
1. wanting it all
 
Ejercicio de escritura en la Institucion Educativa Cristo Rey
Ejercicio de escritura en la Institucion Educativa Cristo ReyEjercicio de escritura en la Institucion Educativa Cristo Rey
Ejercicio de escritura en la Institucion Educativa Cristo Rey
 
Cuento cabeza de ángel en polifonía de voces :)
Cuento cabeza de ángel en polifonía de voces :)Cuento cabeza de ángel en polifonía de voces :)
Cuento cabeza de ángel en polifonía de voces :)
 
Microrrelatos 25N 3ºB.pdf
Microrrelatos 25N 3ºB.pdfMicrorrelatos 25N 3ºB.pdf
Microrrelatos 25N 3ºB.pdf
 
culpa nuestra.pdf.pdf
culpa nuestra.pdf.pdfculpa nuestra.pdf.pdf
culpa nuestra.pdf.pdf
 
ann anders - El chico de al lado.pdf
ann anders - El chico de al lado.pdfann anders - El chico de al lado.pdf
ann anders - El chico de al lado.pdf
 
Volar sobre el pantano
Volar sobre el pantanoVolar sobre el pantano
Volar sobre el pantano
 
Romantico 02. Unexpected Love - MINK.pdf
Romantico 02. Unexpected Love - MINK.pdfRomantico 02. Unexpected Love - MINK.pdf
Romantico 02. Unexpected Love - MINK.pdf
 
Saga dark one 02 sex and the single vampire, recopilación (1)
Saga dark one 02   sex and the single vampire, recopilación (1)Saga dark one 02   sex and the single vampire, recopilación (1)
Saga dark one 02 sex and the single vampire, recopilación (1)
 
Claridad y oscuridad
Claridad y oscuridadClaridad y oscuridad
Claridad y oscuridad
 
Todo , por charles bukowski
 Todo , por charles bukowski Todo , por charles bukowski
Todo , por charles bukowski
 
Las cosas que a veces nos pasan son por andar de curiosos
Las cosas que a veces nos pasan son por andar de curiososLas cosas que a veces nos pasan son por andar de curiosos
Las cosas que a veces nos pasan son por andar de curiosos
 
Las cosas que a veces nos pasan son por andar de curiosos
Las cosas que a veces nos pasan son por andar de curiososLas cosas que a veces nos pasan son por andar de curiosos
Las cosas que a veces nos pasan son por andar de curiosos
 
Meyer+stephanie+ +eclipse
Meyer+stephanie+ +eclipseMeyer+stephanie+ +eclipse
Meyer+stephanie+ +eclipse
 
Mi caballero de nunca jamás
Mi caballero de nunca jamásMi caballero de nunca jamás
Mi caballero de nunca jamás
 
Monólogo de un sicario
Monólogo de un sicarioMonólogo de un sicario
Monólogo de un sicario
 
Armando Arjona 2
Armando Arjona 2Armando Arjona 2
Armando Arjona 2
 
Khalid B. T. - Falsas promesas
Khalid B. T. - Falsas promesasKhalid B. T. - Falsas promesas
Khalid B. T. - Falsas promesas
 
Maluma letras
Maluma letrasMaluma letras
Maluma letras
 

Dernier

La Sostenibilidad Corporativa. Administración Ambiental
La Sostenibilidad Corporativa. Administración AmbientalLa Sostenibilidad Corporativa. Administración Ambiental
La Sostenibilidad Corporativa. Administración AmbientalJonathanCovena1
 
ACERTIJO LA RUTA DEL MARATÓN OLÍMPICO DEL NÚMERO PI EN PARÍS. Por JAVIER SOL...
ACERTIJO LA RUTA DEL MARATÓN OLÍMPICO DEL NÚMERO PI EN  PARÍS. Por JAVIER SOL...ACERTIJO LA RUTA DEL MARATÓN OLÍMPICO DEL NÚMERO PI EN  PARÍS. Por JAVIER SOL...
ACERTIJO LA RUTA DEL MARATÓN OLÍMPICO DEL NÚMERO PI EN PARÍS. Por JAVIER SOL...JAVIER SOLIS NOYOLA
 
Biografía de Charles Coulomb física .pdf
Biografía de Charles Coulomb física .pdfBiografía de Charles Coulomb física .pdf
Biografía de Charles Coulomb física .pdfGruberACaraballo
 
FUERZA Y MOVIMIENTO ciencias cuarto basico.ppt
FUERZA Y MOVIMIENTO ciencias cuarto basico.pptFUERZA Y MOVIMIENTO ciencias cuarto basico.ppt
FUERZA Y MOVIMIENTO ciencias cuarto basico.pptNancyMoreiraMora1
 
6°_GRADO_-_MAYO_06 para sexto grado de primaria
6°_GRADO_-_MAYO_06 para sexto grado de primaria6°_GRADO_-_MAYO_06 para sexto grado de primaria
6°_GRADO_-_MAYO_06 para sexto grado de primariaWilian24
 
TEMA 14.DERIVACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DEL PROCESO DE INTEGRAC...
TEMA 14.DERIVACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DEL PROCESO DE INTEGRAC...TEMA 14.DERIVACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DEL PROCESO DE INTEGRAC...
TEMA 14.DERIVACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DEL PROCESO DE INTEGRAC...jlorentemartos
 
Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024
Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024
Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024IES Vicent Andres Estelles
 
Feliz Día de la Madre - 5 de Mayo, 2024.pdf
Feliz Día de la Madre - 5 de Mayo, 2024.pdfFeliz Día de la Madre - 5 de Mayo, 2024.pdf
Feliz Día de la Madre - 5 de Mayo, 2024.pdfMercedes Gonzalez
 
PLAN DE REFUERZO ESCOLAR MERC 2024-2.docx
PLAN DE REFUERZO ESCOLAR MERC 2024-2.docxPLAN DE REFUERZO ESCOLAR MERC 2024-2.docx
PLAN DE REFUERZO ESCOLAR MERC 2024-2.docxiemerc2024
 
TIENDAS MASS MINIMARKET ESTUDIO DE MERCADO
TIENDAS MASS MINIMARKET ESTUDIO DE MERCADOTIENDAS MASS MINIMARKET ESTUDIO DE MERCADO
TIENDAS MASS MINIMARKET ESTUDIO DE MERCADOPsicoterapia Holística
 
Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024Juan Martín Martín
 
AEC 2. Aventura en el Antiguo Egipto.pptx
AEC 2. Aventura en el Antiguo Egipto.pptxAEC 2. Aventura en el Antiguo Egipto.pptx
AEC 2. Aventura en el Antiguo Egipto.pptxhenarfdez
 
RESOLUCIÓN VICEMINISTERIAL 00048 - 2024 EVALUACION
RESOLUCIÓN VICEMINISTERIAL 00048 - 2024 EVALUACIONRESOLUCIÓN VICEMINISTERIAL 00048 - 2024 EVALUACION
RESOLUCIÓN VICEMINISTERIAL 00048 - 2024 EVALUACIONamelia poma
 
Concepto y definición de tipos de Datos Abstractos en c++.pptx
Concepto y definición de tipos de Datos Abstractos en c++.pptxConcepto y definición de tipos de Datos Abstractos en c++.pptx
Concepto y definición de tipos de Datos Abstractos en c++.pptxFernando Solis
 
Los avatares para el juego dramático en entornos virtuales
Los avatares para el juego dramático en entornos virtualesLos avatares para el juego dramático en entornos virtuales
Los avatares para el juego dramático en entornos virtualesMarisolMartinez707897
 

Dernier (20)

La Sostenibilidad Corporativa. Administración Ambiental
La Sostenibilidad Corporativa. Administración AmbientalLa Sostenibilidad Corporativa. Administración Ambiental
La Sostenibilidad Corporativa. Administración Ambiental
 
Supuestos_prácticos_funciones.docx
Supuestos_prácticos_funciones.docxSupuestos_prácticos_funciones.docx
Supuestos_prácticos_funciones.docx
 
ACERTIJO LA RUTA DEL MARATÓN OLÍMPICO DEL NÚMERO PI EN PARÍS. Por JAVIER SOL...
ACERTIJO LA RUTA DEL MARATÓN OLÍMPICO DEL NÚMERO PI EN  PARÍS. Por JAVIER SOL...ACERTIJO LA RUTA DEL MARATÓN OLÍMPICO DEL NÚMERO PI EN  PARÍS. Por JAVIER SOL...
ACERTIJO LA RUTA DEL MARATÓN OLÍMPICO DEL NÚMERO PI EN PARÍS. Por JAVIER SOL...
 
Biografía de Charles Coulomb física .pdf
Biografía de Charles Coulomb física .pdfBiografía de Charles Coulomb física .pdf
Biografía de Charles Coulomb física .pdf
 
FUERZA Y MOVIMIENTO ciencias cuarto basico.ppt
FUERZA Y MOVIMIENTO ciencias cuarto basico.pptFUERZA Y MOVIMIENTO ciencias cuarto basico.ppt
FUERZA Y MOVIMIENTO ciencias cuarto basico.ppt
 
6°_GRADO_-_MAYO_06 para sexto grado de primaria
6°_GRADO_-_MAYO_06 para sexto grado de primaria6°_GRADO_-_MAYO_06 para sexto grado de primaria
6°_GRADO_-_MAYO_06 para sexto grado de primaria
 
Lecciones 06 Esc. Sabática. Los dos testigos
Lecciones 06 Esc. Sabática. Los dos testigosLecciones 06 Esc. Sabática. Los dos testigos
Lecciones 06 Esc. Sabática. Los dos testigos
 
TEMA 14.DERIVACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DEL PROCESO DE INTEGRAC...
TEMA 14.DERIVACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DEL PROCESO DE INTEGRAC...TEMA 14.DERIVACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DEL PROCESO DE INTEGRAC...
TEMA 14.DERIVACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DEL PROCESO DE INTEGRAC...
 
Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024
Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024
Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024
 
Feliz Día de la Madre - 5 de Mayo, 2024.pdf
Feliz Día de la Madre - 5 de Mayo, 2024.pdfFeliz Día de la Madre - 5 de Mayo, 2024.pdf
Feliz Día de la Madre - 5 de Mayo, 2024.pdf
 
PLAN DE REFUERZO ESCOLAR MERC 2024-2.docx
PLAN DE REFUERZO ESCOLAR MERC 2024-2.docxPLAN DE REFUERZO ESCOLAR MERC 2024-2.docx
PLAN DE REFUERZO ESCOLAR MERC 2024-2.docx
 
TIENDAS MASS MINIMARKET ESTUDIO DE MERCADO
TIENDAS MASS MINIMARKET ESTUDIO DE MERCADOTIENDAS MASS MINIMARKET ESTUDIO DE MERCADO
TIENDAS MASS MINIMARKET ESTUDIO DE MERCADO
 
Tema 11. Dinámica de la hidrosfera 2024
Tema 11.  Dinámica de la hidrosfera 2024Tema 11.  Dinámica de la hidrosfera 2024
Tema 11. Dinámica de la hidrosfera 2024
 
Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
 
AEC 2. Aventura en el Antiguo Egipto.pptx
AEC 2. Aventura en el Antiguo Egipto.pptxAEC 2. Aventura en el Antiguo Egipto.pptx
AEC 2. Aventura en el Antiguo Egipto.pptx
 
Novena de Pentecostés con textos de san Juan Eudes
Novena de Pentecostés con textos de san Juan EudesNovena de Pentecostés con textos de san Juan Eudes
Novena de Pentecostés con textos de san Juan Eudes
 
Sesión de clase APC: Los dos testigos.pdf
Sesión de clase APC: Los dos testigos.pdfSesión de clase APC: Los dos testigos.pdf
Sesión de clase APC: Los dos testigos.pdf
 
RESOLUCIÓN VICEMINISTERIAL 00048 - 2024 EVALUACION
RESOLUCIÓN VICEMINISTERIAL 00048 - 2024 EVALUACIONRESOLUCIÓN VICEMINISTERIAL 00048 - 2024 EVALUACION
RESOLUCIÓN VICEMINISTERIAL 00048 - 2024 EVALUACION
 
Concepto y definición de tipos de Datos Abstractos en c++.pptx
Concepto y definición de tipos de Datos Abstractos en c++.pptxConcepto y definición de tipos de Datos Abstractos en c++.pptx
Concepto y definición de tipos de Datos Abstractos en c++.pptx
 
Los avatares para el juego dramático en entornos virtuales
Los avatares para el juego dramático en entornos virtualesLos avatares para el juego dramático en entornos virtuales
Los avatares para el juego dramático en entornos virtuales
 

1. blake (1)

  • 3. Página 3 de 61 Este documento es una fan traducción (libre interpretación del epub original), no pretende sustituir al original. No apto para comercialización y/o reproducción sin los derechos correspondientes (adjudicados legalmente). No olvides apoyar al autor por medio de reseñas positivas si te ha gustado el libro y llegase a estar disponible a futuro en tu país, cómpralo! Este documento existe por y para dar a conocer nuevos autores (y no tan nuevos) y darles difusión entre los fans hispanos.
  • 4. Página 4 de 61 Elle En mi vida, cuando llueve, no solo llueve, es un monzón de miseria alucinante. Todo lo que puede salir mal, sale mal. Y ahora estoy en problemas con una P mayúscula. En pánico, llamo a mi papá y le pido que venga a ayudarme a salir de mi lío actual. Solo que no es mi papá quien aparece. Es uno de los mejores chicos que he visto. Lástima que juré no volver a salir o enamorarme de nuevo. Pero entonces, el destino interfiere y nos une. Un encuentro humeante conduce a otro y a otro y a otro y luego, típicamente para mí, al desastre. Mi caballero con jeans ajustados y una camiseta vendrá a rescatarme una vez más? Blake Todo lo que quería era dormir un poco. Pero luego recibí una llamada telefónica de una extraña rogándome que fuera a buscarla. Quienquiera que sea y donde quiera que esté, necesitaba ayuda con una A mayúscula. Después de ayudar a la pequeña pelirroja con curvas, dudo que la vuelva a ver. Lástima. Pudimos habernos divertido un poco. Una semana después, cuando nuestros caminos se cruzan inesperadamente, me pregunto si el destino nos está uniendo... Antes de desgarrarnos cruelmente. Esta vez no sé si puedo salvarla, pero moriré en el intento. Blake, el Libro 1 de la serie Broadaxe Security es una comedia romántica rápida y tórrida. Si disfrutas de los machos alfa con corazones grandes, heroínas luchadoras y de historias románticas cortas y agradables, entonces te encantará la historia de Blake y Elle. No hay continuación. Sin trampas. Un muy feliz para siempre. Esta novela se puede leer como una historia independiente o como parte de la serie.
  • 5. Página 5 de 61 Traducción Corrección
  • 6. Página 6 de 61 Capítulo Uno Blake Un sonido penetrante me despertó de un sueño profundo. Pero qué carajo? Golpeé mi almohada y gemí. Había olvidado poner mi maldito teléfono en No molestar y me había quedado dormido con mis AirPods. Después de trabajar las últimas cuarenta y ocho horas sin ninguna siesta, me desmayé tan pronto como mi trasero golpeó el colchón. El número no era uno que reconociera. —Hola?— Dije, mi voz gruesa y áspera. —Tienes que venir a buscarme,— susurró una mujer. Estática crujía a través de la línea, haciendo que su voz saltara dentro y fuera. —Creo que estoy en problemas.— —Quien habla?— —No es divertido. Sé lo tarde que es, pero, por favor, ven. Me metí en una limusina con un hombre que conocía del trabajo. Pensé que era un buen tipo...— Los pelos de mi cuerpo se erizaron. —Dónde estás?— —El cuarto de baño.— —Tu ubicación.— El sonido de lo que podría haber sido un puño golpeando una puerta resonó por el teléfono. Quienquiera que fuera y donde sea que estuviera, estaba en problemas. —El nuevo edificio de apartamentos en la 5ta. La suite del ático.— —Puedes compartir tu ubicación en un texto?— —Estoy llamando desde un teléfono fijo. Dejé mi teléfono en un restaurante.— —Esto es una broma? Ford te puso en esto?— Voy a matar a ese maldito. Él y Axel siempre estaban haciendo mierdas como esta. —Qué? No. Por qué Ford me pondría a esto?— Desgarraría a mis compañeros uno por uno si descubriera que están haciendo algún tipo de broma. El martilleo se hizo más fuerte, seguido por la voz de un hombre que gritaba para que abriera la puerta.
  • 7. Página 7 de 61 Me pasé una mano por la cara. —No salgas del baño hasta que llegue allí.— Mi instinto me decía que esto no era una broma y que quienquiera que fuera, estaba en una mala situación. No podía arriesgarme a no creerle. —Gracias Papa.— —No soy…— Colgó antes de que pudiera decirle que no era su padre. Hasta donde yo sabía, no era el padre de nadie. Yo tampoco quería serlo. Por suerte para mi misteriosa interlocutora, era dueño de una compañía de seguridad privada y tenía acceso a los registros de cada operador de telefonía. Desperté mi computadora portátil e ingresé el número desde el que me había llamado. Tendría su ubicación exacta en cuestión de segundos. Bingo! Me puse algo de ropa, enfundé mi arma y agarré mis llaves. Elle El pánico se agitaba dentro de mí. Qué demonios había hecho? Fui estúpida. Peor que estúpida. Yo era una idiota imbécil. Hielo goteaba por mi columna vertebral. Entrar en una limusina con un hombre con el que solo había trabajado un puñado de veces fue lo más tonto que había hecho. Debería estar en mi apartamento viendo espectáculos de cocina, no encogiéndome en un baño rezando para que mi papá llegue a mí antes que Damon. Todo esto era culpa de Jason. Cuando encontré a mi ahora ex prometido en un restaurante jugando al tenis de amígdalas con nuestra asistente, Susan, perdí mi mierda y luego lo perdí un poco más. Grité como una mujer poseída, para después arrojar cualquier bebida que estuviera al
  • 8. Página 8 de 61 alcance de los dos, seguida de sus cenas, luego las cenas de la mesa vecina, seguidas de mi teléfono y mi bolso. Habían necesitado dos camareros para arrastrarme afuera. No estoy orgullosa de mis acciones. Supongo que todos los meses de mentiras y sospechas que se habían estado acumulando dentro de mí necesitaban escapar. Y lo hicieron, de una manera espectacular. Una vez que me tranquilicé, el maître se negó a dejarme volver al restaurante para tomar mi teléfono o mi bolso. Una limusina se había detenido a mi lado, y cuando una de las ventanas oscuras se abrió, vi a Damon Powers, un hombre para el que había organizado algunos eventos durante los últimos meses. Me ofreció llevarme a casa, lo cual, a pesar de mi intuición que me gritaba que corriera, acepté. Pensé que podría regresar al departamento que compartía con Jason antes de que él lo hiciera. Mi plan era dejarlo afuera y tirar sus cosas a la calle. Damon explicó que antes de dejarme en casa, tenía que mostrar su rostro en una fiesta. Solo que no era una fiesta. Resultó que solo éramos él y yo en su departamento. Traté de irme, pero Damon alegremente me dijo que no podía, que me había estado deseando y vigilándome muy de cerca desde nuestra primera reunión. La sensación de helado temor que me recorrió la espalda ante su confesión se quedaría conmigo para siempre. Por qué no había escuchado la pequeña voz en mi cabeza y huído en el momento en que salimos de la limusina? No lo hice porque era Damon—era un cliente. Cada vez que trabajaba con él, siempre había sido educado y caballeroso. Claro, le gustaba abrazarme unos segundos más de lo necesario. Era de músculo sólido, pero con su rostro de abuelo y su sonrisa amable, siempre lo había considerado inofensivo. No había ninguna razón lógica para no confiar en él o sospechar que me estaba acosando. Sus trajes de diseñador seguramente escondían un montón de locuras. Nota personal. Nunca ignores tu intuición de nuevo. Mis padres siempre decían que sin importar el momento o la situación, debía llamarlos si necesitaba ayuda. Mi padre era un policía retirado y había sido testigo de más horrores de los que jamás hubiera compartido conmigo, mi hermano o mi madre.
  • 9. Página 9 de 61 Nunca era divertido escuchar sus sermones sobre meterse en automóviles, taxis y Ubers desconocidos, o tomar bebidas de extraños. Y una vez que llegara aquí, me daría un infierno, pero yo tomaría su sermón sobre ser asesinada o algo peor. Tan pronto como llegamos al departamento, Damon fue a servirme un trago—un trago que estaba segura de que drogaría. Cuando le dio la espalda, agarré el teléfono de la casa que estaba sobre una mesa de café y luego huí al baño. Mi papá no había sonado feliz cuando contestó. De hecho, no sonaba como él en absoluto. Su voz era ronca como si estuviera cayendo con un resfriado o hubiera empezado a fumar de nuevo. El martilleo en la puerta se hizo más fuerte. —O sales o patearé esta puerta,— gritó Damon. Los pensamientos revolotearon por mi cerebro, tratando de encontrar una manera de salir de este desastre, pero debido a que mi mente estaba tan dispersa, no podía encontrar un plan de escape sólido y viable. —Ya salgo,— le dije, manteniendo mi tono lo más neutral posible. —Comí algo que me enfermó. Bastante apestoso aquí. No entraría si fuera tú.— —No me importa lo enferma que estés. Sal del baño o voy a entrar.— Luchar o huir me gritaba que saliera del apartamento, no importa sal del baño. No habia ventana. Si hubiera habido, habría considerado saltar. No importaba que estuviéramos cincuenta pisos más arriba. El marco de la puerta se sacudió. Maldita sea mi vida y mis decisiones al infierno. Patearía la puerta si yo no la abría, pero si lo hiciera, estaría en mierda aún más profunda. Rodé mis hombros hacia atrás y respiré hondo. Yo podía hacer esto. Podía cuidarme sola. Había visto todas las películas que La Roca había hecho. Seguramente podría luchar contra Damon. ¿A quién estaba engañando? Mis hombros cayeron hacia adelante y me encaramé al borde de la bañera. El estaba hecho como un bulldog británico y me dominaría en segundos. No tendría ninguna oportunidad. —Abre la puerta, Elle.— Hubo un clic, y en cámara lenta como en película de terror, la cerradura giró. Iba a morir. Nunca volvería a ver a mi familia. Nunca tendría bebés ni caminaría por el pasillo para casarme.
  • 10. Página 10 de 61 Entró en el baño, cerró la puerta detrás de él y me miró con los ojos enrojecidos, sin parecer nada de lo que solía ser. Se parecía más a un depredador que se acercaba a su presa. Levanté el teléfono. —Llamé a mi papá. Estará aquí pronto. Es un ex policía.— Ignorando mi advertencia, Damon dio dos pasos hacia mí, arrebató el teléfono de mis dedos y luego lo arrojó al suelo de baldosas. —Nadie vendrá por ti, Elle. Eres mía, y es hora de que nos divirtamos un poco.— Me estremecí ante su valoración y no en el buen sentido. Retrocedí, pero él se arrastró hacia adelante. Cuando me alcanzó, el hedor de su aliento a alcohol revolvió mi estómago. Levanté mis manos en un gesto de parada. —De todos modos, gracias, pero me he divertido todo lo que necesito por una noche.— Retrocedí un poco más hasta que mi trasero golpeó el lavabo. Sus labios se torcieron con dureza. Sus ojos eran malvados y calculadores. —He pensado en cómo sería follarte, muchas, muchas veces. He pensado en cómo te verías encadenada y atada, colgando de las vigas.— Se empujó contra mí y apretó su entrepierna contra mi pierna. Incapaz de soportar tenerlo tan cerca, aparté la vista y cerré los ojos. Su lengua caliente y viscosa lamió la longitud de mi cuello hasta el lóbulo de la oreja. La bilis me quemaba el esófago. —La jaula debajo de mi cama está lista para una nueva esclava.— —Por favor, déjame ir, Damon,— le rogué, mi voz temblando. —No le diré a nadie sobre esto, lo prometo.— —Siempre he admirado tus modales. Papá querido debe estar muy orgulloso de su pequeña hija. Me aseguraré de hacérselo saber si alguna vez llega aquí.— Levanté la pierna para darle un rodillazo en las bolas, pero él fue demasiado rápido y cerró los muslos, atrapando mi rodilla antes de hacer contacto. —Sexy y luchadora. Una combinación excitante. Y pensar que iba a jugar bien, pero me gusta una chica que se defiende. Me excita quebrarlas. Hace que mi sangre bombee en todos los lugares correctos.— Me agarró de los brazos y me dio la vuelta, golpeándome la cara contra la pared. El dolor atravesó mi cabeza y sonó en mis oídos. El instinto me pateó, eché mi cabeza hacia atrás, esperando golpear mi cráneo contra su nariz, pero todo lo que encontré fue aire.
  • 11. Página 11 de 61 Dio una risa fría que congeló mi sangre. —Cuanto menos luches, menos te dolerá. Pero tal vez quieras que duela, eh? Quizás te guste el dolor.— Una extraña sensación de surrealismo y quietud fluyó sobre mí. Todo sobre mi situación actual era tan extraño y tan irreal, que si no fuera por mi corazón martilleante, me habría convencido de que estaba soñando. —La encantadora y gentil Elle con su hermoso y suave cuerpo.— Me acarició el pelo como si fuera su mascota. —Tengo muchos hombres a quienes les gustaría comprar una pelirroja como tú, pero he decidido mantenerte toda para mí por ahora. Tal vez cuando esté cansado de ti y estés agotada, te venderé al mejor postor.— La puerta del baño se abrió de golpe. —Quítale las manos de encima, hijo de puta.— Tanto Damon como yo nos dimos la vuelta. Mis ojos se estrellaron contra la bestia de hombre que vestía jeans azules, una gorra de beisbol cara de pocos amigos y una pistola en la mano. No estaba segura de sí era alivio o puro terror corriendo por mí. —Quién diablos eres?— Damon escupió. —Y cómo diablos llegaste hasta aquí?— —Las cerraduras digitales en las puertas delanteras son tan defectuosas como la mierda.— Con una zancada de piernas largas, nos alcanzó, y sin pestañear, golpeó a Damon con la culata de su arma, luego golpeó su cara una y otra vez hasta que se derrumbó en el suelo de baldosas en un sangriento y quejumbroso desastre. Presioné mis manos contra mi estómago y me quedé mirando. —Quién eres tú?— —Tu querido padre. No me reconoces?—
  • 12. Página 12 de 61 Capítulo 2 Blake La mujer temblorosa con cara de duendecilla frente a mí envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo, y mi instinto era el de protegerla a toda costa. Contemplé con calma sus asustados ojos verdes como el mar, tratando de tranquilizarla. —Dónde está mi papá?— Ella miró por encima de mi hombro como si esperara verlo detrás de mí. —Probablemente en cama donde yo debería estar,— dije y enfundé mi arma. —Quien eres en realidad?— preguntó ella, retrocediendo. —Blake Sanders,— le expliqué. —Tú me llamaste. Dijiste que necesitabas ayuda, así que aquí estoy.— —No.— Ella sacudió la cabeza, haciendo que su cabello rojo rebotara sobre sus hombros. —Llamé a mi papá. Lo desperté. Está en camino.— Le di una mirada larga y nivelada y le dije: —Podemos hablar de esto aquí, o podemos irnos y hablar de eso en mi automóvil.— El imbécil gimió y se agitó. —No voy a ir a ningún lado contigo,— dijo, abrazándose con fuerza. —Podrías ser uno de los hombres de Damon. Todo esto podría ser parte de su plan.— —Lo habría golpeado hasta desmayarlo si estuviera trabajando para él?— Me froté el puente de la nariz. No tenía tiempo para esto. —Tengo un día completo mañana. Hasta ahora, he dormido dos horas. Rescatar a damiselas en apuros no era algo que había planeado para esta noche.— La mujer apretó los labios y me miró con recelo. Ella no creía una palabra de lo que había dicho. —Cuál es el número de tu papá?— —555 625 4626.— —Eso lo explica,— dije, sosteniendo su mirada con los ojos muy abiertos. —Explica qué?— Su expresión desafiante vaciló por un segundo. —Traspusiste los dos últimos números y marcaste 4662, no 4626.—
  • 13. Página 13 de 61 Aún sin creerme, ella sacudió la cabeza. —Sé el número de mi padre de memoria. Nunca marcaría mal. Saqué mi teléfono del bolsillo trasero de mis jeans y volví a marcar la última llamada que había recibido. Sonó el teléfono que yacía en el suelo. Sus hombros cayeron y cerró los ojos por un breve segundo. Tuve que detenerme de llegar y ofrecerle consuelo. —No hay fin a lo estúpida que soy?— —Mierda sucede cuando estás bajo presión,— le dije, tratando de hacerla sentir mejor. —Míralo como intervención divina.— —Supongo,— dijo con un pequeño encogimiento de hombros. Nerviosa, se pasó la punta de la lengua por el labio inferior. Me regañé por pensar en besarla. Preguntándome cómo sería su cabello extendido sobre mis almohadas, preguntándome cómo se sentirían sus suaves curvas debajo de mis manos. Pero ahora no era el momento de pensar en nada de eso. Ahora era el momento de salir de aquí. Mis hormonas encendidas eran causadas por la adrenalina que corría por mis venas, pero a diferencia del imbécil en el piso, yo podía controlarme. Si no fuera por el hecho de que ella había pasado por el infierno, habría coqueteado un poco y le hubiera empezado a galantear, pero en este momento, lo único que tenía en mente era irme y llevarla a donde ella necesitara ir. En otra ocasión, en otro lugar, le habría pedido su número y haría planes para tomar un vino y cenar en algún restaurante caro antes de seducirla y luego llevarla a la cama. Pero en estos días, el trabajo era lo primero y no tenía tiempo para salir, no importaba seducir, beber y cenar. —Es hora de irse antes de que la Bella Durmiente se despierte.— Salí del baño y miré arriba y abajo del pasillo oscuro para asegurarme de que no hubiera nadie más. No quería ni necesitaba más problemas. Tan pronto como subimos al auto, presioné el botón de encendido, pero antes de poner el auto en marcha, le di una mirada de reojo a mi conmocionada pasajera. — Dijiste que conocías a ese tipo de tu trabajo?— —Sí,— dijo, y luego dejó escapar un largo suspiro. —Tal vez estás en la línea de trabajo equivocada. Pudo haberte matado o algo peor. Mucho peor.— Mi tono era rudo, pero ella necesitaba comprender la realidad de la situación en la que se había metido.
  • 14. Página 14 de 61 Una vez más, se rodeó el estómago con los brazos y se abrazó. —Soy muy consciente de lo que pudo haber sucedido,— dijo con brusquedad. —No necesito que me des sermones. No eres mi papá.— —Si yo fuera tu papá, te arrojaría sobre mis rodillas y te azotaría.— Echó la cabeza hacia atrás y se echó a reír. El sonido gutural me puso los pelos de punta. —Esa es la cosa más asquerosa que he escuchado en mi vida.— —No lo critiques hasta que lo hayas probado.— Elle —Cuál es tu nombre?— preguntó, mirando el camino. —Elle,— respondí, vigilando el camino, también, así que sabía en qué dirección nos dirigíamos. —Quieres ir a la estación de policía y presentar un informe? También presentaré uno. Ese bastardo tiene que lidiar con eso.— Sacudí mi cabeza y torcí mis dedos en mi regazo. —Ugh. No puedo responder ninguna pregunta o tener que explicar lo que sucedió. Yo ire mañana. Quiero hablar con mi papá antes de que uno de sus viejos colegas lo ponga al corriente.— —Estás segura?— Me miró rápidamente con el ceño fruncido. —Muy segura.— Lo último que necesitaba era que mi padre se enterara antes de que tuviera la oportunidad de contárselo. —Dónde quieres que te deje?— —Buena pregunta,— dije, luego me detuve. —No puedo volver a mi departamento esta noche.— —Por qué no?— Preguntó amablemente como queriendo darme conversación. —No querrás saber.— Jason y Susan probablemente estarían en mi departamento en mi cama y en mis sábanas. Imbéciles. Ella era bienvenida a recoger mi basura, ese idiota bueno para nada. Me preparé para que el dolor estrangulara mi corazón, pero no pasó nada. Extraño. Estaba avergonzada y enojada, pero no estaba desconsolada, ni quería escuchar
  • 15. Página 15 de 61 repetidamente a Adele mientras comía comida chatarra. Tal vez no lo había amado realmente en primer lugar. —Pruébame.— Gire para mirarlo. —Debido a que mi ex prometido probablemente esté allí follando a nuestra asistente en lo que era nuestra cama,— le dije sin rodeos. —Fuiste secuestrada por alguien con quien trabajaste y rompiste con tu prometido todo en una noche?— La risa entrelazaba su voz. —Estás jugando conmigo, verdad?— Me estremecí ante su obvia diversión. Supongo que para un extraño, mi desorden de vida era cómico. —Ojalá lo fuese. También estoy sin hogar y desempleada. No puedes inventar esta mierda.— Miré hacia el cielo. —Debo haber sido una verdadera perra en mi vida pasada.— Él se rió entre dientes, el sonido rico me puso la piel de gallina por toda la piel. Puse los ojos en blanco ante la reacción de mi cuerpo. La atracción que me atravesaba no era más que agradecimiento por estar viva. Me sonreí a mí misma. Mi propio príncipe azul me había rescatado del malvado monstruo, y ahora estaba sufriendo un mal caso de adoración de héroes. —En qué línea de trabajo estás que te llevó a quedar atrapada en el baño de un loco?— preguntó. —Tengo—tenía—un negocio de planificación de eventos con mi ex. Organizamos fiestas corporativas, conferencias, ese tipo de cosas. Así conocí a Damon.— —Quieres decirme cómo terminaste en el departamento de Damon?— —Preferiría no hacerlo.— Ya había dicho demasiado. Soltarle mis problemas a este tipo no era algo que quisiera hacer. Acababa de conocerlo y, además, estaba demasiado avergonzada por todo lo que había sucedido para decirle cómo me echaron de un restaurante porque había bañado a Jason y a Susan en cerveza y licor, y luego dejé su comida sobre sus cabezas. —Probablemente deberías decirle a tu prometido—— —Él no es mi prometido.— —Entonces probablemente deberías decirle a tu socio comercial o lo que sea que es lo que ha sucedido.— Sus consejos no deseados pinchaban mi piel. —Gracias, Dr. Phil. Lo haré en cuanto él no tenga su polla enterrada en Susan.— —Perdón por entrometerme. Supongo que mantendré la boca cerrada.—
  • 16. Página 16 de 61 Suspiré y me crucé de brazos. —Yo soy la que lo siente. No debería hablarte de esa forma. No te lo mereces.— —Has pasado por un infierno. Ataca si es necesario. Soy un niño grande, puedo soportarlo. Tu vida suena como una película de Lifetime1 .— —Más bien una película de Harold y Kumar Meets The Hangover. Puedes dejarme en el Holiday Inn calle abajo. — No estaba segura de cómo iba a pagarlo ya que mi bolso contenía mi billetera y todas mis tarjetas de crédito. —No quieres ir a casa de tu papá? Puedes llamarlo desde mi teléfono.— Hice rodar la idea alrededor de mi cabeza. Podría ir a ver a mis padres, pero si me vieran luciendo como si me hubieran arrastrado hacia atrás a través de un arbusto, se enojarían y harían demasiadas preguntas que no quisiera responder. Me ahorraría hablar con ellos cuando duerma un poco y me haya bañado para quitarme el hedor de los acontecimientos de la noche de mi piel. —Dijeron que siempre podía llamarlos si necesitaba ayuda, pero necesito descomprimirme durante unas horas antes de tener que explicar lo que sucedió.— —Quédate conmigo,— dijo encogiéndose de hombros. Revisé su rostro para ver si estaba bromeando. El no lo estaba. —Recibes una llamada telefónica de una mujer que nunca conociste. La rescatas y luego, como si eso no fuera suficiente, le ofreces una cama para pasar la noche.— No actuaba como alguien que me secuestraría o lastimaría, pero cómo actuaba ese tipo de persona? Damon parecía un chico dulce y mira lo que había sucedido allí. No quería esquivar una bala y ser golpeada por otra. —En realidad, déjame en la estación de policía más cercana. Llamaré a mi papá desde allí y le pediré que me recoja.— Estaba mintiendo. Tan pronto como Blake estuviera fuera del camino, iría al Holiday Inn y me desmayaría por unas horas. Con suerte, me permitirían poner la habitación en mi cuenta comercial sin prueba de identificación, pero la posibilidad de que eso ocurriera era escasa. —Por qué no llamas a tu papá ahora?— —Nah. Pasaré el rato en la estación de policía hasta que sepa que está despierto y luego que me recoja. Su antiguo recinto está a tres cuadras de distancia.— —La oferta se mantiene,— dijo mientras tamborileaba con los dedos contra el volante. Tengo mucho espacio. Puedes estrellarte en una de mis habitaciones libres por el resto de la noche.— 1 Lifetime es un canal de televisión por suscripción estadounidense, propiedad de A+E Networks y Sony Pictures Entertainment.
  • 17. Página 17 de 61 —No vas a encerrarme en el sótano y encadenarme al techo, verdad?— —No tengo un sótano.— —Tienes una sala de tortura? Una jaula debajo de tu cama?— —No hay sala de tortura ni jaulas. Admito tener esposas.— —Oh.— —Son para el trabajo.— —Seguro.— Blake me lanzó una rápida mirada de reojo. —Soy dueño de una compañía de seguridad con numerosos contratos gubernamentales y de alto perfil. No voy a secuestrarte ni a tenerte en contra de tu voluntad. Tengo que dormir un poco antes de reunirme con mis inversores mañana. Mi lugar es lo suficientemente grande como para que no me veas si no quieres.— Estreché mis ojos. —Lo suficientemente grande como para que nadie escuche mis gritos.— Soltó un aliento exasperado. —Bromeaba.— Quedarme con él me ayudaría. Como no tenía forma de pagar la habitación de un hotel y porque no quería llamar a mi papá, mis opciones eran escasas. Además, tenía curiosidad acerca de un hombre que se levantaría de la cama para ayudar a alguien que no conocía. —Si estás seguro de que no es una imposición, me quedaré unas horas.— —No es una imposición en absoluto. Por cierto,— dijo, —me he estado preguntando algo. Quien es Ford? Cuando te pregunté si Ford te puso a llamarme, dijiste que no.— Sonreí. —Me había olvidado de eso. Él es mi hermano mayor. Quién es tu Ford?— —Uno de mis socios comerciales. Axel es el otro.— —Supongo que eso explica por qué no me di cuenta de que había llamado al número equivocado cuando me preguntaste sobre Ford.— —Supongo que sí.— Pasamos por una puerta de seguridad y nos dirigimos a un estacionamiento subterráneo. Respiré profundamente, y algo de la tensión en mis hombros disminuyó. Mi intuición decía que podía confiar en Blake, que no me haría daño, y si esta noche me había enseñado una cosa, era confiar en mi instinto.
  • 18. Página 18 de 61 Una vez que estuvimos dentro del elevador del estacionamiento, me apoyé contra la pared del fondo y lo estudié. Por la forma en que se destacaba, supuse que era ex militar. Con sus rasgos angulosos y fuertes, no podía ser descrito como convencionalmente guapo, pero eso no significaba que no fuera atractivo o sexy—era impresionante de una manera tosca. Las líneas alrededor de sus ojos azules de párpados pesados lo hacían parecer casi malhumorado, como si estuviera enojado con el mundo. Pero sus labios carnosos suavizaban su rostro, haciéndolo lucir muy besable. Era un hombre enorme. No había dudas sobre su ferocidad o su capacidad para ocuparse de los negocios. Él apestaba positivamente a poder, pero había una gentileza en él, una amabilidad que no creía que mostrara a mucha gente. Bostezó y se cubrió la boca. —Lamento haberte despertado.— —Me alegra que lo hayas hecho. Si no lo hubieras hecho...— Sus palabras se fueron apagando. No tuvo que terminar su oración. Ambos sabíamos lo que habría pasado si no lo hubiera llamado accidentalmente. Las puertas del ascensor se abrieron y entramos en un apartamento escasamente amueblado. —Este lugar es enorme,— dije, dándome la vuelta en círculos. —Vives aquí solo?— Me acogió con una mirada sexy de ojos azules. —No tengo tiempo para nadie más, así que sí, vivo solo.— Señaló hacia un largo pasillo. —La tercera puerta a la derecha es un dormitorio con baño.— Enganchó su pulgar en la dirección opuesta. —La cocina es ahí. Probablemente no estaré aquí cuando te despiertes. Sirvete de lo que sea que encuentres. Mi ama de llaves mantiene el refrigerador abastecido.— Estiré mi mano. —Gracias, Blake. Por todo. Nunca podré agradecerte lo suficiente.— Me dio una sonrisa con hoyuelos y ladeada y tomó mi mano entre las suyas. —Todo bien.— La descarga de electricidad subió por mi brazo y jadeé cuando la lujuria pura bombeó a través de mi cuerpo. Sus pupilas se dilataron y su sonrisa se ensanchó. Rápidamente retiré mi mano de la suya y la dejé caer a mi lado. Yo no iría por allí. Los hombres estarían fuera de mi lista por mucho tiempo. Posiblemente para siempre.
  • 19. Página 19 de 61 —Quién sabe, quizás nuestros caminos se vuelvan a cruzar de nuevo.— Se inclinó y colocó un fugaz beso en mi frente, luego se alejó y caminó por el pasillo que conducía a la cocina. —Sí, tal vez,— murmuré, sintiendo una punzada de arrepentimiento de que no se hubiera acercado a mí. Toqué con la punta de mis dedos el lugar que acababa de besar. No me enamoraría de él. No lo haría.
  • 20. Página 20 de 61 Capítulo 3 Blake Había pasado una semana desde la misión de rescate, pero no podía dejar de pensar en la pequeña pelirroja con curvas. Había fisgoneado un poco. No demasiado. Podría haber descubierto lo que ella había desayunado si hubiera querido, pero no haría eso. Tenía principios y ética que me impedían sumergirme demasiado en el hoyo del conejo. Su nombre completo era Elle Joy Canning. Tenía veinticinco años y ahora vivía con sus padres, ya que anteriormente había vivido con su prometido. Denunció a Damon James a los policías, pero cuando fueron a buscarlo para interrogarlo, el portero dijo que había abandonado el país pero que no sabía a dónde había ido. La policía y yo estábamos trabajando juntos para localizarlo. Había estado en su radar por mucho tiempo. Cuando él saliera de su agujero, estaría esperando para saludarlo. Mi mente seguía volviendo a cuando estreché la mano de Elle, y el pequeño jadeo que escapó de sus labios cuando nos tocamos. Lo que no daría por besar esos labios. Para inhalar el aroma de su excitación cuando entierre mi cabeza entre sus piernas. Pero eso no sería justo para ella. Una chica como Elle merecía más de la una o dos noches que estaba dispuesto a dar. Después de lo que sucedió con mi última relación, no correría el riesgo de lastimar a nadie nunca más. Mi corazón se apretaba con viejos remordimientos y lo que pudo haber sido. El año en que los muchachos y yo comenzamos Broadaxe Security, me enterré en el trabajo. Después de un tiempo, mi prometida no pudo soportar las largas horas que trabajaba. No puedo decir que la culpe. Ella quería una familia y una cerca blanca, una vida de tarta de manzana totalmente estadounidense. Pensé que también quería esas cosas, y le pedí que esperara hasta que despegara el negocio. Ella estuvo de acuerdo. Un año se convirtió en dos, luego en tres. Para el cuarto año, ella había terminado. Se casó poco después y ahora tenía dos hijos con un tercero en camino. No estaba celoso, ni ansiaba esa vida. La verdad era que me sentía aliviado y feliz por ella. Una esposa y un bebé o dos tomarían demasiado tiempo lejos de mi negocio. La falta de tiempo para dar era lo principal que me impedía contactar a Elle.
  • 21. Página 21 de 61 No sabía qué tenía ella, que me volvió del revés y de arriba hacia abajo, y había renunciado a tratar de luchar. Pero con el tiempo, esperaba que mi atracción hacia ella se desvaneciera y pudiera seguir con mi vida. Sí, claro. A quién estaba engañando? Solo había una forma de sacarla de mi sistema, y eso era hacerla mía. Un golpe en la puerta de mi oficina me sacó de mis sueños. Ford se paseaba con un esmoquin. —Por qué no estás vestido? Tenemos que irnos en quince minutos para la cena de los inversores.— —Gracias, mamá—, le dije con inconfundible sarcasmo. —Imbécil.— Puse mis dedos en mi escritorio y me incliné un poco hacia adelante. —Alguno de tus muchachos en la calle ha escuchado algo sobre Damon?— Ford sacudió la cabeza y suspiró. —No ha aparecido por ningún lado. Tan pronto como escuche algo, te lo diré. Ahora ponte tu traje; Tenemos gente esperando para darte la mano y hablar mierda.— Salió de la oficina y miré por la ventana de la oficina hacia el cielo gris que se adaptaba perfectamente a mi estado de ánimo. Tal vez unas pocas horas de charla sobrecogedora me distraería de mi fantasía favorita sobre los labios de Elle envueltos alrededor de mi polla. **** Dos horas después, las personas que no conocía me rodearon, y las que sí conocía no me gustaban particularmente. El champán fluía y el olor a humo de cigarro llenaba el salón de banquetes con poca luz. Me paré junto a unas puertas abiertas que conducían a un balcón, respiré hondo y fruncí el ceño interiormente. Odiaba estas cenas, pero eran un mal necesario para mantener contentos a nuestros inversores. Por el rabillo del ojo, un destello de cabello rojo llamó mi atención. No dijo Elle que organizaba eventos? Pero no había dicho también que ahora estaba desempleada? No podría ser ella, verdad? No había forma de que fuera tan afortunado. El senador Mitchell se colocó a mi lado y comenzó a hablar sobre algo, pero no escuché una palabra de lo que decía. Estaba demasiado ocupado estirando el cuello tratando de ver si el cabello rojo pertenecía a Elle.
  • 22. Página 22 de 61 —Por favor, disculpe, senador. Veo a alguien con quien tengo que hablar.— No le di la oportunidad de objetar, y no me importó si me parecía grosero o despectivo. Estaba en una misión, y esa misión se llamaba Elle. No usaría el vasto conocimiento a mi alcance para espiarla o localizarla, pero si estuviera en la misma habitación que yo, la encontraría. Axel pasó por mí. Cogí su brazo e hice un gesto alrededor de la habitación. —Quién organizó esto?— —Eventos Liz Castle. Como siempre. No es propio de ti que te interese.— —No lo hace. Sólo es curiosidad.— Di una vuelta completa por la habitación antes de ver a la mujer que había consumido mis pensamientos durante la semana pasada hablando con un imbécil. Un sencillo vestido negro abrazaba sus curvas en todos los lugares correctos, y su cabello se derramaba sobre sus hombros en suaves ondas. Echó la cabeza hacia atrás, riéndose de algo que había dicho el imbécil. El monstruo de ojos verdes tomó el control. La única persona con la que debería compartir una risa era conmigo. Encerrándola en mi vista, me dirigí hacia ella. Sintiendo que alguien estaba cerca, levantó la vista. Cuando me vio, sus labios de color rojo rubí se alzaron en una sonrisa amplia y acogedora, y mi polla se contrajo en respuesta. —De ninguna manera,— dijo, sonando felizmente sorprendida. —Qué estás haciendo aquí?— —Manteniendo contentos a mis inversores.— —Broadaxe Security es tuyo? Cállate!— Ella sonrió y colocó una mano sobre su cadera bien formada. —Qué posibilidades hay en una ciudad de casi dos millones de personas de que te llame para que me rescataras? Llamada fallida afortunada.— —Suerte para los dos.— Extendí la mano y toqué con los dedos su bíceps. —Necesito hablar contigo. En privado.— Miró al imbécil, que tuvo el buen sentido de disculparse. —No sé,— dijo, mirando alrededor. —Acabo de comenzar este trabajo ayer. Liz es una tirana. Ella me despedirá en un instante si me necesita y no puede encontrarme.— —Cinco minutos,— dije, mi voz gruesa y baja. —A la mierda Liz. Si ella te hace pasar un mal rato, la controlaré. Quiero ver cómo te va. Hablar sobre lo que pasó.— —Ven conmigo.— Tomó mi mano y la apretó suavemente.
  • 23. Página 23 de 61 Mis ojos se la comieron y mi polla me dolía por deslizarse profundamente dentro de su calor. Si me saliera con la mía, la besaría debajo de su falda hasta llegar a sus bragas, y luego... No queriendo tener una erección en el medio de una reunión con mis inversores, me aclaré la garganta y volví a concentrarme en su hermoso rostro. Pero si no tuviera a esta mujer y pronto, explotaría. —A dónde vamos?— Yo pregunté. —Hay una habitación al final del pasillo. Lo estamos usando como guardarropa. Podemos hablar ahí.— Como un perro en celo, la seguí hasta el guardarropa improvisado. Una vez dentro, me acerqué a ella, y cuando no retrocedió ni se resistió, di otro paso hasta que estuve lo suficientemente cerca como para sentir el calor irradiando de su piel. —Esto va a sonar como si estuviera loco,— dije, —pero si no te beso en este momento, voy a perder la cabeza.— Sus labios eran la droga que necesitaba para curarme de mi locura, mi preocupación, mi obsesión. Pero no importaba cuán placentero se sintiera besarla, no sería suficiente para saciar mi deseo o mi necesidad por ella. Nada lo haría. Sus labios se separaron en silenciosa invitación. Quería besarla con rudeza y profundidad, pero me tomaría mi tiempo porque quería recordar cada segundo. Cuando me masturbase más tarde, querría recordar en detalle lo bien que sabía contra mis labios y lo bien que se sentía en mis brazos. A la mierda no tener tiempo para una relación. Haría tiempo y haría que Elle fuera mía. Elle No pensaba que lo volvería a ver nunca, no importa trabajar en un evento para su empresa. Durante la semana pasada, había pensado en él sin parar. Seguía diciéndome a mí misma que sufría algún tipo de síndrome de adoración al héroe Nightingale y que mi preocupación por él pasaría, pero en todo caso, cada día se fortalecía un poco. Las imágenes de él en los ajustados jeans azules y la gorra raída que llevaba cuando me rescató me llenaban a cada momento. Y esa fantasía ahora sería reemplazada por él en un esmoquin.
  • 24. Página 24 de 61 Quería volver a su departamento con algún tipo de regalo de agradecimiento—yo, pero estaba demasiado avergonzada por todo lo que había pasado. Y si me hubiera dicho que me perdiera? Que estaba delirando. El rechazo de Blake habría dolido mucho más que atrapar a mi ex con nuestra asistente. Cuando Blake dijo que se volvería loco si no me besaba, supe exactamente a qué se refería. Los pensamientos sobre él me estaban volviendo loca. Pasó las yemas de sus dedos por mi mandíbula, y no pude detener el gemido que salió de mis labios. No deberíamos estar haciendo esto, pero, en este momento, parecía que valía la pena perder mi trabajo. —Eres un cliente. Liz me despedirá y pondrá mi nombre en la lista negra si entra aquí.— —No te preocupes por nada ni por nadie más en este momento. No puedo dormir. No puedo comer. Me quedo despierto pensando en ti, deseando que estuvieras a mi lado.— Él ahuecó ambos lados de mi cara. Sus ojos brillaban con sinceridad y con el deseo que sentía. —Me iré si me lo pides, pero no creo que quieras eso, verdad?— —No,— admití. —Por qué no trataste de encontrarme? Tienes todos los recursos.— —Por qué haría eso cuando siempre supe dónde estabas?— Sin saber cómo me sentía con respecto a esa información, me alejé de él y fruncí el ceño. —Me estabas vigilando?— —De ningún modo. Te revisaba una o dos veces para asegurarme de que no tuvieras problemas.— Él sonrió y me dio un guiño afable. —Solo uso mis poderes para el bien.— Mis ojos se posaron en su boca. —Bésame,— susurré, pasando la punta de mi lengua sobre mis labios. No quería esperar más. —Con placer.— Bajó los labios hasta que estuvieron a un pelo de distancia de los míos. Su cálido aliento avivó mi rostro, y todo mi cuerpo se detuvo, esperando, deseando. Nuestros ojos se encontraron y luego sus labios rozaron los míos. Tan cursi como sonaba, los fuegos artificiales explotaron detrás de mis párpados. Nunca antes había tenido un primer beso que me prendiera fuego así. Yo queria más. Quería todo. El roce de sus labios y el barrido de su lengua calentaron mi cuerpo en todos los lugares que ansiaba que tocara. Mis pechos se aplanaron contra su pecho, y metí mis dedos en sus bíceps, insinuando que estaba bien que él llevara el beso más lejos, más profundo.
  • 25. Página 25 de 61 Acunó mis manos en su rostro y plantó besos profundos y húmedos en mis labios hinchados. Sus fuertes brazos envolvieron mi cintura y me sostuvieron tan cerca que fui consciente de cada latido de su corazón. También sabía lo duro que estaba por mí. En sus brazos, me sentía pequeña, protegida. Como si nada en el mundo real pudiera lastimarme. La punta de su lengua trazó a lo largo de mi labio inferior, y bajos gemidos sonaron desde mi garganta, encendiendo mis entrañas. Ansiaba envolver mis brazos y piernas alrededor de él y nunca dejarlo ir. Deslizó sus manos sobre la curva de mi cintura hasta que tomó mi trasero, tirando de mí hacia él. Un animado zumbido empezó en mis oídos, silenciando al resto del mundo. Todo lo demás se desvaneció en la nada y las únicas cosas que existieron fueron sus labios, sus manos, su toque. Si un beso de sus labios pudiera provocar esta respuesta de mi cuerpo, qué tipo de respuesta provocaría el resto de él? Desnudarse con él conduciría a un sexo ardiente, crudo y sudoroso. El tipo de sexo en el que podría perderme. El zumbido corrió hacia mis pezones, luego hacia mi estómago antes de asentarse entre mis piernas. Si seguimos besándonos así, llegaría al orgasmo aquí mismo, ahora mismo. Estaba infringiendo todas las leyes en el mundo de la planificación de eventos. Ligar en una habitación vacía con un cliente estaba mal y podría costarme mi carrera, o la carrera que me quedaba. La realidad me abofeteó en la cara, y tan difícil como era separarme, lo hice. —Está todo bien?— preguntó, luciendo tan confundido como sonaba. Me llevé las yemas de los dedos a los labios y retrocedí bruscamente. —Todo está bien. Mejor que genial. Todo es asombroso. Pero este no es el momento ni el lugar. Se supone que soy una profesional. Ambos lo somos.— Me miró con esos ojos azules de párpados pesados, y pude decir exactamente lo que estaba pensando y lo que quería porque yo también quería esas cosas. Eché un vistazo a la erección que cubría sus pantalones. Desearía tener el tiempo y la privacidad para explorarnos más. Quería ver lo loco que podían ser las cosas entre nosotros. —Cena conmigo mañana,— dijo, pasando sus dedos por mi brazo. —Te recogeré a las siete.—
  • 26. Página 26 de 61 Asentí y alisé mis manos por la parte delantera de mi pequeño vestido negro. Antes de salir de la habitación, extendí la mano y pasé el pulgar por sus labios. — Estás usando mi lápiz labial. No puedes salir por ahí luciendo así. Te darían miradas divertidas si lo haces.— Él sonrió, mostrándome sus deliciosos hoyuelos. —La mitad de esos tipos están usando las bragas de sus esposas debajo de sus trajes caros. Les encantaría ver al grande y malo Blake Sanders usando lápiz labial.— Ladeé la cabeza pensando y sonreí. —Puede que no tengas una sala de tortura, pero apuesto a que tienes una sala llena de tacones de aguja y vestidos de fiesta elegantes.— La risa arrugó sus ojos. —Me tienes. Me gusta que mis mujeres me esposen a la cama mientras me pongo un vestido de gala. A quién no le gusta un pequeño juego de roles?— Le di un suave empujón. —Apuesto un millón de dólares a que eres tú quien usa un par de bragas de encaje debajo de tu esmoquin.— —Supongo que tendrás que descubrirlo por ti misma,—dijo, con el tono de su voz tan juguetón. Extendí la mano y pasé los dedos por la cintura de sus pantalones. —Quizás lo haga.— —Ahora mismo?— preguntó, levantando una ceja. —Ahora mismo.— Un extraterrestre se había apoderado de mi mente y me estaba haciendo hacer y decir cosas que normalmente nunca soñaría con hacer o decir? Estaba caminando de puntillas sobre hielo delgado, pero en este momento, no me importaba si el hielo se rompía y me caía. —Eres terrible, no?— —Bueno, puedo comprobarlo?— Se encogió de hombros fácilmente. —Será mejor que estés lista para terminar lo que comienzas.— El aire en la habitación se calentó a un millón de grados, y arrojé toda precaución al viento. —Podemos cerrar la puerta con llave. De esa manera no nos molestarán.— —Qué pasa si alguien quiere su abrigo?— —Tendrán que esperar.— Yo lo deseaba a él. Quería tocarlo y envolver mi mano alrededor de su polla. Quería ver cuánto lo excitaba. Después de toda la basura que
  • 27. Página 27 de 61 había pasado en las últimas semanas, merecía ser un poco traviesa y divertirme un poco. —¿Estás segura de que quieres hacer esto, Elle?— Me detuve por un segundo antes de responder. —Claro, estoy segura.— —Tu vacilación me dice que no lo estás. Cena mañana. Podemos volver a mi casa después y no tendremos que preocuparnos por cerrar puertas o ser descubiertos.— Estaba decepcionada y aliviada. —Bien. Hagamoslo a tu manera.— —Bebé, si lo tuviera a mi manera, te tendría desnuda y encima de mí.— La puerta se abrió de golpe, y Liz entró. La mortificación me comía, y mi mirada horrorizada voló hacia Blake. Increíble. Jodidamente asombroso. Liz Castle era el nombre más importante en el mundo de la planificación de eventos y podía trozar a alguien en dos de una sola vez. Le rogué que me diera la oportunidad de trabajar junto a ella. Como Jason me había excluido de nuestro negocio y no tenía dinero para abogados, aún no podía luchar por lo que era mío, pero cuando me pusiera de pie nuevamente, vendría por él. La nariz de Liz estaba tan alta en el aire que se ahogaría si se encendieran los rociadores. Ella me miró, luego a Blake y luego otra vez a mí. —Elle, quieres explicar por qué estás aquí con el Sr. Sanders?— Puse mi mejor cara de —nada que ver aquí—. —Blake, quiero decir el Sr. Sanders, tenía algunas preguntas. Necesitábamos un lugar privado para hablar.— Su ceja levantada me dijo que no estaba convencida. —Debiste haberlo dirigido hacia mí. Tratar con alguien como el Sr. Sanders está por encima de tu calificación salarial. Estás aquí para verte bien y acompañar a los invitados al baño.— A Liz obviamente no le importaban las cosas tontas como el feminismo. Si no necesitara el dinero tanto como lo necesitaba, le habría dicho que se tragara este trabajo por hablarme como si fuera un chicle masticado en el fondo de sus Jimmy Choos. Blake se aclaró la garganta. —Sra. Castle, todo es mi culpa. Necesitaba preguntarle algo personal, y necesitaba alejarla de las miradas indiscretas. Ya sabes cómo son estos eventos. Están llenos de tiburones. Como solo contratas a las personas más confiables, pensé que podría pedirle ayuda a uno de tus empleados.— —Es algo en lo que te puedo ayudar?— Preguntó Liz.
  • 28. Página 28 de 61 —Todo bien. Elle lo resolvió por mí.— Liz frunció los labios como si acabara de chupar un limón mohoso. —La próxima vez ven a mí, o un miembro más importante de mi equipo.— Ella volvió su atención hacia mí. De vuelta al trabajo, Elle. Nadie está aquí para encargarse de lo tuyo.— —Sí, señorita Castle.— Me reí para mí misma y la seguí desde la habitación. Qué hubiera pasado si ella hubiera entrado y me hubiera visto con mis manos en la parte delantera de los pantalones de Blake?
  • 29. Página 29 de 61 Capítulo 4 Blake Elle estaba sentaba frente a mí, mordiéndose ansiosamente el labio inferior. La estudiaba mientras tomaba un sorbo de vino. Tenía el pelo suelto sobre los hombros justo como me gustaba, y el apretado vestido azul que llevaba sacaba el máximo provecho de sus curvas. —Nerviosa?— Ella me dio una pequeña sonrisa. —No sé cómo estoy. Abrumada. Ansiosa. Emocionada. Nunca antes había estado en un restaurante con estrellas Michelin para cenar con un hombre magnífico.— Hizo un gesto hacia el menú. —No estoy segura de qué pedir. Espuma? Cómo se supone que la espuma llenará a alguien? Soy una chica más de hamburguesa o un jugoso bistec.— Hizo una mueca y jugueteó con su menú. —Lo siento mucho. Debo parecer inculta e ingrata.— Me incliné sobre la mesa. —Puedo decirte un secreto?— —Seguro.— —El chef es un viejo amigo. Tengo una mesa para impresionarte. Está funcionando?— Ella lanzó una risa tintineante, y el deleite llenó sus ojos. —La noche que me salvaste de las garras pegajosas de Damon fue lo suficientemente impresionante sin que tuvieras que hacer nada más.— Levantó su copa y tomó un sorbo de vino, luego continuó hablando. —La policía no ha podido encontrarlo. Dijeron que todavía están buscando, pero no sé si lo están haciendo.— —Mis hombres están buscando. No puede permanecer escondido para siempre. Hablaste con tu ex sobre lo que pasó?— —Lo intenté, pero a él no le importó.— Ella hizo una mueca y luego suspiró. —Me dijo que fuera a la policía. Dijo que no había nada que pudiera hacer para ayudar. También dijo que sería un día frío en el infierno antes de entregarme la mitad de Gatherings Galore. De todos modos,— dijo con una sonrisa triste y un movimiento de cabeza, —suficiente sobre Damon y mi ex. Estoy impresionada de que quisieras impresionarme.— Ella me miró con tanta sinceridad y afecto, mi corazón se apretó. — No creo haberte dado las gracias correctamente. Nunca sabrás lo agradecida que estoy.— —No hay necesidad de agradecerme.— Pasé las yemas de los dedos sobre el borde de mi copa de vino y la miré con los párpados entrecerrados. —Puedo decirte otro secreto?—
  • 30. Página 30 de 61 —Seguro.— —Tengo una teoría sobre nosotros.— —Estoy intrigada.— El interés se hizo evidente en sus ojos, e inclinó la cabeza como si estuviera a punto de revelar el secreto del universo. —No creo en el destino o kismet o como se llame, pero sí creo que algo más grande nos está uniendo.— —Cómo es eso?— Me preocupaba que mi teoría pareciera descabellada y sin sentido, pero había estado pensando mucho en cómo nos conocimos. —Esto puede sonar como si estuviera perdiendo la cabeza, pero ten paciencia conmigo mientras trato de explicar.— —Soy toda oídos.— —Marcaste mal el número de tu padre y me conseguiste. Anoche estuviste en el evento para mis inversores. Cuáles son las posibilidades de eso?— —Bastante pequeñas.— La mirada sincera en su rostro y el tono intenso en su voz me dijeron que no creía que mi idea de que el destino nos empujara juntos era inverosímil. —Puede que tengas razón. Serendipity es una de mis películas favoritas de todos los tiempos.— —Nunca lo oí. Película para chicas?— —Más una comedia romántica. Jonathan se encuentra con Sara en Bloomingdales antes de Navidad. Ambos quieren el mismo par de guantes. Jonathan se enamora de Sara, pero ambos están en una relación. Jonathan cree que están destinados a estar juntos. Sara cree que si lo están, el destino los ayudará a encontrarse de nuevo cuando sea el momento adecuado. Garabatea su nombre en un billete de cinco dólares, y ella escribe su nombre en un libro. Si encuentran los artículos del otro, es el destino. Alerta de spoiler: si encuentran los artículos del otro, luego se encuentran ellos.— —Suena cursi.— Ella puso los ojos en blanco y gimió juguetonamente. —Tú eres el que cree en el destino.— El mesero vino y espero por nuestra orden. Elle hizo una mueca y me miró en busca de orientación. —Puedes darnos unos minutos más?— Pregunté. —Todavía no hemos tomado una decisión.—
  • 31. Página 31 de 61 Nuestro mesero asintió y pasó a su siguiente mesa. —Qué vas a ordenar?— preguntó, escaneando el menú de arriba a abajo y viceversa. —Nada. — —Nada? No tienes hambre? — —Muero de hambre, pero si quieres una hamburguesa, puedes comer una hamburguesa.— Un profundo sonrojo coloreó sus mejillas, y ella sacudió la cabeza. —No, nos quedaremos aquí. No quiero ofenderte a ti ni a tu amigo. He estado en restaurantes elegantes antes. Simplemente no es donde he estado en una cita antes. Suele ser para degustaciones de menú para eventos y bodas.— Levanté la servilleta del regazo y la puse sobre la mesa. —Qué tal si salimos de aquí y comemos esa hamburguesa? Hay un lugar a pocas cuadras de aquí. Parece un antro, pero hacen las mejores hamburguesas de la ciudad. El sabor proviene de años de grasa acumulada en las parrillas.— El alivio brilló en sus ojos. —Sabes que eres el hombre perfecto, verdad?— Me reí de lo gracioso que sonó esa declaración. —Te lo recordaré cuando tengamos nuestra primera pelea.— —No te rías, lo digo en serio.— —Seguro que lo haces.— Puse una generosa propina sobre la mesa, tomé la mano de Elle y salimos del restaurante. Ella miró su vestido y luego mis pantalones y mi camisa abotonada. —No estamos demasiado vestidos para una hamburguesa grasienta?— —No has visto Desayuno en Tiffany's? Podemos llamar a esto Hamburguesas en el Bulevar.— —Un hombre al que le gustan las hamburguesas y las viejas películas de chicas. Cálmate corazón latente.— —Por ese comentario, voy a hacer que veas todas las películas de Chuck Norris jamás hechas.— — Retiro todo lo que dije.— Ella flexionó sus bíceps y sonrió. —Eres un hombre varonil. Eres tan duro, cuando haces flexiones, en realidad no te empujas hacia arriba, empujas la tierra hacia abajo. Cuando hay una lluvia de meteoritos, tomas una pastilla de jabón.—
  • 32. Página 32 de 61 Alcé las cejas con fingida sorpresa. —Realmente estás citando a los memes de Chuck Norris?— Ella levantó las manos. —Culpable.— No pude evitar reírme de su tonto sentido del humor. La felicidad animaba sus ojos y el aire entre nosotros chispeo. —El hecho de que conoces los memes de Chuck Norris podría hacerte la mujer perfecta.— Para mí, pensé, pero dejé fuera esa parte. Caminamos de la mano, resoplamos riéndonos de cada hecho absurdo y exagerado de Chuck Norris que se nos ocurrió. Cuando nos cansamos de eso, le pregunté algo que había estado pensando. Tal vez ahora no era el momento, pero quería saber más sobre su pasado. —Háblame de tu ex.— Ella me dio una mirada incrédula. —Quieres hablar de mi ex ahora?— —Qué pasó?— Ella exhaló un largo suspiro y luego se encogió de hombros. —Cómo te dije, estaba follando a nuestra asistente. Cliché, verdad? — —No te lo merecías. Lo siento.— —No lo hagas,— dijo, haciendo a un lado mi preocupación. —Ahora que he tenido tiempo de procesarlo, creo que al final éramos más amigos que amantes. Él fue mi primera relación real. Nos conocimos el último semestre de la universidad y establecimos Gatherings Galore antes de graduarnos. Con los años, caímos en una rutina. En retrospectiva, debimos habernos separado hace mucho tiempo.— Ella se encogió de hombros. —No lo odio. Odio la forma en la que hizo las cosas. La humillación fue mucho peor que perderlo, creo. Extraño más mi departamento que a él.— — Sospechaba que Jason y Susan estaban escabulléndose, pero nunca pude atraparlos en el acto. Me puse a espiar y me puse a espiar, y el camino me llevó a un restaurante y a ellos con las manos en la masa2 . Me da vergüenza admitir que perdí la cabeza. Cogí bebidas de las mesas circundantes y se las arrojé a la cara. Mi bolso y mi teléfono también. Pude recuperar mi bolso del restaurante, pero mi teléfono desapareció. Gracias a Dios por el seguro.— Ella hizo una mueca. —Pero creo que me enviaron uno defectuoso o tal vez sea uno restaurado porque todos mis textos se leen antes de leerlos. Súper raro.— 2 Pillados en el acto.
  • 33. Página 33 de 61 —Dónde encaja Damon en esto?— —Se detuvo frente al restaurante. Fue un alivio ver una cara amigable, y cuando me ofreció un aventón, acepté. No actuaba ni parecía un acosador y un traficante sexual.— —Traficante sexual?— —Dijo que había mucha gente buscando una pelirroja y que cuando se aburriera de mí, podría venderme.— Dejamos de caminar y me pasé los dedos por el cabello. —Jesús. Le dijiste esto a la policía?— —Nah. No pensé que hablara en serio, así que omití esa parte. Creo que solo estaba tratando de asustarme.— —Tienes que decirles. Aún podrías estar en peligro.— Necesitaba analizar más a fondo por qué la policía lo perseguía. Algo que debería haber hecho antes. Comenzamos a caminar de nuevo, Elle no parecía comprender lo asustado que estaba por ella. — Pensé que sólo era una alimaña, no un traficante sexual. Dada mi línea de trabajo, debería haberlo sabido mejor. Nunca confíes en la apariencia de nadie.— —Muy cierto,— ella estuvo de acuerdo. —Mírate, por ejemplo. Te ves como un asesino nato cuando, de hecho, no eres más que un blando con un corazón de oro.— Solté una carcajada por sus burlas. —Un blando? Me han llamado muchas cosas en mi vida, pero nunca he sido una persona suave.— —Veo el verdadero tú. El gran corazón que tienes.— Me incliné y susurré: —No se lo digas a nadie.— Ella me apretó la mano. —Puede ser nuestro pequeño secreto. Ahora es tu turno de contarme sobre tu historial de citas.— Me encogí de hombros. —No hay mucho que contar. Tenía una prometida, pero la descuidé por motivos de trabajo. Nuestra ruptura fue mi culpa. Ella está casada ahora. Estoy feliz por ella.— —Hace cuánto tiempo fue eso?— —Un par de años.— —Nadie desde entonces?— —No he sido un santo, pero esta ha sido mi primera cita real en mucho tiempo.—
  • 34. Página 34 de 61 No me perdí el pequeño y satisfecho tic de sus labios o cómo se acercó a mí. Elle me quería tanto como yo a ella, y eso me llenaba de orgullo. La línea en la hamburguesería salía por la puerta y doblaba la esquina. Yo fruncí el ceño. —No es lo que había planeado para nuestra primera cita.— Ella me apretó la mano otra vez. —Esto es tan perfecto como puede ser una primera cita.— Después de finalmente hacer nuestro pedido y conseguir una mesa, devoramos nuestra comida, ambos disfrutamos cada bocado. Levanté mi vaso de espuma de poliestireno lleno de cerveza helada y dije: —Aquí por el resto de la noche. Salud.— —Salud,— dijo Elle y golpeó su taza contra la mía. Tomó un sorbo de cerveza seguido de una sonrisa sexy. —Y qué has planeado para el resto de la noche?— —Qué te gustaría que yo hubiera planeado?— La maldad llenó sus ojos. —Espero que tus planes involucren mi ropa en el piso de tu habitación.— Tosí y me alegré de no haber tomado un sorbo de cerveza. Si lo hubiera hecho, lo habría derramado por toda la mesa y posiblemente sobre Elle. —No esperaba eso.— Destrozó metódicamente su servilleta y se aclaró la garganta. —Entiendo que todavía no nos conocemos tan bien, pero me tú me haces querer agarrar la vida con las dos manos y disfrutar del viaje.— —¿Y quieres agarrarte a mí?— Levantó la vista de su servilleta destrozada, sus ojos llenos de pasión se encontraron con los míos. —Desde el momento en que entraste al baño luciendo como alguien de una película de acción, te he deseado. Por un tiempo, pensé que solo me atraía tu porque me habías rescatado, pero es más que eso.— Se apoyó contra mí, sus labios alineados con mi oído. —Desde esa noche, no puedo dejar de pensar en ti. Tuve más orgasmos que nunca en mi vida. Quiero saber si la realidad es tan buena como la fantasía.— Mi polla se endureció ante la idea de que ella se masturbara pensando en mí. —Las apariencias realmente son engañosas,— dije, mi voz bajando varias octavas. —En el exterior, te ves formal y correcta y tan dulce como un gatito, pero por dentro, eres un tigre.—
  • 35. Página 35 de 61 Presionó sus labios contra el hueco de mi cuello. —Por lo general, no soy tan directa o abierta sobre lo que quiero, pero hay algo en ti que me hace desear enloquecer y desnudarme.— —Entonces, por qué seguimos aquí?— Tragué saliva e insté a mi polla a que se ablandara antes de levantarme. Bajó su mano debajo de la mesa y presionó su palma contra mi polla. —Retiro lo que dije antes. No eres un blando en absoluto.— —Estás tratando de hacerme perder la cabeza?— Pregunté, sin poder evitar el dolor en mi voz. Cuando estaba cerca de ella, era como si tuviera todo el autocontrol de un niño de quince años en una habitación llena de viejas revistas de Playboy. Tuve mi parte de mujeres viniendo a mí, pero ninguna había sido tan sexy o tan tentadora como Elle. Ninguna me había hecho sentir tan incapaz de pensar cognitivamente ni me había dejado tambaleando al límite. Cerré los ojos e inhalé su delicioso aroma. —Deberíamos volver a mi casa antes de que nos arresten por indecencia pública.— —Soy toda tuya.— No tienes idea.
  • 36. Página 36 de 61 Capítulo 5 Blake —Me encanta tu apartamento.— Ella caminó hacia las ventanas del piso al techo que daban a la ciudad. —La última vez que estuve aquí, me fui a toda prisa y no pude ver la impresionante vista.— —No quiero mirar la vista. Es una noticia vieja para mí.— Envolví un brazo alrededor de su cintura y la giré para mirarme. —Quiero mirarte. Toda tú.— —Puedes ver todo lo que quieras.— —Eso pretendo.— La conduje hacia atrás hasta que estuvo contra la ventana, y sus tetas estaban contra mi pecho. Estaba más que listo para perder mi autocontrol con ella, besarla a una pulgada de su vida, follarla hasta que ambos olvidáramos nuestros nombres. Pero necesitaba retomar el control antes de avergonzarme al acabar en mis pantalones, ahuequé sus mejillas y la besé suavemente, sexualmente, usando mi lengua para explorar lentamente su boca y darle una pista sobre lo que el resto de la noche podría traer. Cuando ella gimió contra mis labios, mi polla se sacudió y goteó. Necesitaba estar dentro de ella y pronto. Se presionó contra mi pecho y gimió de nuevo. Levanté mis labios de los suyos y miré hacia abajo. Sus ojos brillaban, sus mejillas se habían sonrojado y sus labios se enrojecieron. Nunca había visto una mujer más sexy o deslumbrante en mi vida. Ella sacó mi camisa de mis pantalones, y siseé en un suspiro mientras arrastraba sus uñas por cada uno de los músculos de mi estómago. Muy pronto, esas uñas me estarían aruñando la espalda. Sintiéndome impaciente, me quité la camisa, sin importarme si tiraba algunos botones, luego lo dejé caer al suelo. —Yum.— Ella sonrió y procedió a presionar pequeños besos a lo largo de mi pecho, su lengua lamiendo, sus labios chupando. —Tienes un sabor delicioso,— murmuró ella. —Sigue probando.— —Pretendo hacerlo.— Ella mordisqueó uno de mis pezones, y solté un suspiro largo y tembloroso.
  • 37. Página 37 de 61 —Iba a dejarte establecer el ritmo esta noche,— logré decir, —pero no estoy seguro de si soy lo suficientemente fuerte como para permitir que eso suceda.— Moviendo su mano hacia abajo, apretó mi polla. —Mientras dijeras la verdad acerca de no tener una sala de tortura, puedes tener tu manera perversa conmigo de la forma que quieras.— —No tienes idea de lo que estás diciendo, Elle.— —Creo que lo hago.— Arrastró mi cabeza hacia abajo para que nuestras bocas se unieran, luego deslizó su lengua sobre mis labios y tocó la punta dentro de mi boca. Antes de terminar desnudos y follando contra la ventana, me aparté. —Por qué seguimos aquí y no en mi habitación?— —Me he estado preguntando lo mismo,— dijo con voz ronca y seductora. De alguna manera nos dirigimos a mi habitación, rasgándonos la ropa el uno al otro mientras íbamos. Con curvas en todos los lugares correctos, su cuerpo volvería loco a cualquier hombre con lujuria. Se veía lo suficientemente buena como para comer, un placer que pronto disfrutaría. Tiras rojas de tela transparente disfrazadas de ropa interior me mostraron el camino a la tierra prometida. Sus pezones en pico se veían a través de su sostén, y entre sus piernas, vi el brillo revelador de su excitación. Elle estaba tan excitada como yo. Me quité los boxers. Mi polla rígida goteaba y mi autocontrol estaba a punto de volar por la ventana. No me perdí su respiración, cómo se separaron sus labios, o cómo se lamió los labios al ver mi erección. —Te gusta lo que ves?— Pregunté, pasando una mano alrededor de mi eje y acariciándolo lentamente. Ella hizo un murmullo bajo. —Mucho.— Cada segundo me acercaba más al borde del abismo. Me acaricié con la palma de la mano de un lado a otro, amando cómo Elle se mordía el labio inferior mientras me miraba, hipnotizada por mis movimientos. —Te gusta esto?— Pregunté, manteniendo mi ritmo lento y constante. —Te gusta verme tocarme?— Acabar delante de ella sería muy fácil, pero quería esperar. Quería sentir los músculos de su coño apretarse a mi alrededor. Quería escucharla decir mi nombre cuando llegara al clímax. —Tócate a ti misma. Muéstrame cómo te haces venir todas esas veces que pensaste en mí.—
  • 38. Página 38 de 61 Su boca se abrió por la sorpresa. —No puedo. No puedo hacer eso.— Me encontré con sus ojos sorprendidos. —Muéstrame, cariño. No tengas miedo.— —No estoy asustada. Es solo... Es privado.— Ella miró hacia otro lado como avergonzada por su admisión. —Dónde está la valiente chica de esta noche? La que me susurró lo que se hace a sí misma cuando está sola y pensando en mí?— Echó los hombros hacia atrás, enganchó los dedos detrás de la espalda, se desabrochó el sostén y luego lo dejó caer al suelo en un montón. Sus tetas eran magníficas, sus pezones una deliciosa rosa oscura, y mi polla se hizo aún más dura. Un día pronto, me masturbaría y cubriría sus senos con mi semen. Luego, se quitó la tanga y, cuando estuvo totalmente desnuda, se sentó en el borde del colchón con la parte superior acolchada y extendió las piernas, mostrándome su perfecto coño rosado. Maldición. Maldición. Maldición. Elle Blake me hacía actuar como una ninfómana. Me hacía actuar como si fuera una especie de gatita sensual. Y tal vez lo era. Nunca nadie me había visto tocarme o darme placer, pero, sin embargo, aquí estaba desnuda con las piernas abiertas frente a un hombre del que estaba enamorada. Un hombre que ahora parecía que quería engullirme. Nunca había experimentado algo así antes. Nunca me había sentido tan viva, tan despreocupada. Hacía que mi cuerpo chisporroteara con sensualidad y sensualidad. Me hacía creer que podía hacer cualquier cosa y ser lo que quisiera con cero juicio. Me sonrió, sus ojos brillaban de deseo. Observé, casi hipnotizada mientras acariciaba su polla de un lado a otro, su mano apenas contenía la circunferencia. —Muéstrame,— dijo como si hubiera olvidado lo que me había pedido que hiciera. Mis ojos se encontraron con los suyos y respiré hondo antes de pasar la punta de los dedos por mis pliegues empapados y sobre mi clítoris. Una sacudida me atravesó, y
  • 39. Página 39 de 61 por una fracción de segundo, cerré los ojos, permitiendo que la más dulce de las sensaciones se apoderara de mí. El deseo hinchó mis senos y dejó mis pezones sensibles y ansiosos por la estimulación. Dándoles lo que querían, extendí la mano y pasé mis dedos empapados por la excitación sobre un pezón y luego el otro. —Se siente bien, bebé? Te gusta tocarte delante de mí?— —Dios, sí.— Admitir que me excitaba verlo calentar mi piel a niveles nucleares. No tenía ni idea de que me miraran tendría este tipo de efecto descarado en mí. Cerré los ojos nuevamente y me perdí en los emocionantes sentimientos que recorrían mi cuerpo. —Mantén los ojos abiertos, Elle,— dijo con voz áspera. —Quiero verte—toda tú.— Sintiéndome más valiente de lo que jamás había sentido en mi vida, lo miré, y la dolorosa necesidad que vi en su rostro tensó cada músculo de mi cuerpo. Blake soltó su polla y se acercó. Se puso de rodillas y puso sus manos sobre mis muslos internos, abriéndolos. Su mirada escaneó perezosamente mi cuerpo antes de detenerse entre mis piernas. —Tengo que probarte.— Asentí en silencio. No escucharía ninguna queja de mi parte. Envolvió sus manos alrededor de los músculos de mi pantorrilla y maniobró mis piernas hasta que colgaban sobre sus anchos hombros. Abrió mis pliegues y sopló suavemente. Mis caderas se sacudieron hacia arriba, y me apoyé en mis codos para mirar, saboreando la vista de él. Él movió su lengua de un lado a otro sobre mi clítoris, y no importaba cuánto intentara empujarme contra su boca, me mantenía firme. Ansiaba sentir que sus labios se cerraran sobre mí y que él me obligara a venirme. Si había algo de lo que estaba segura, era que ninguno de mis orgasmos auto- administrados se acercaría al que experimentaría con él. Con su lengua aún estimulando mi clítoris, movió sus dedos hacia mi canal y dio vueltas ligeramente alrededor de mi entrada, insertando lentamente la yema de un dedo antes de apartarla rápidamente. Mis paredes internas se cerraron, tratando de mantenerlo dentro, tratando de tomar lo que necesitaba. Gemí impaciente, mis caderas meciéndose de un lado a otro. Estaba cerca, muy, muy cerca.
  • 40. Página 40 de 61 Mientras me volvía loco con su lengua, acarició suavemente la piel donde mis muslos se encontraban con mi trasero, algo que nunca había experimentado antes y algo que aprendí que me gustó. Mucho. —Blake,— llamé, frustrada. —Por favor.— De repente, levantó la cabeza. —Querías algo?— preguntó mientras deslizaba dos dedos dentro de mí, haciendo que mis ojos rodaran hacia la parte posterior de mi cabeza. —No hagas esto.— —Hacer qué?— —Fingir que me vas a dejar venir antes de parar. No es justo.— —No es justo con quién?— Con una risa profunda, bajó la cabeza nuevamente y apretó los labios sobre mi clítoris hinchado. —No pares,— lloré. Él se detuvo. —La venganza es una perra,— dije con un suspiro frustrado. Una vez más, bajó la cabeza y comenzó a complacerme, chupando, lamiendo, mordiendo. La excitación goteaba de mí, y el sonido de chapoteo entre mis piernas era lo más erótico que había escuchado en mi vida. Subí y subí y subí hasta que estuve tan alto que solo había una forma de bajar. Con un pequeño movimiento hacia adelante, agarré su cabello y lo sostuve contra mí, empujando contra su boca y lengua. Los músculos de mi estómago se ondularon y mis músculos internos apretaron sus dedos con tanta fuerza que temí que se rompieran. Mi orgasmo me atravesó como un ciclón. Grité su nombre, rogándole por más mientras mi clítoris y mi coño pulsaban sin control bajo su técnica experta. Cuando las olas de mi clímax disminuyeron, tomé su rostro en mis manos. Sin aliento y aturdida, apenas pude ordenar una oración coherente. —Blake... Yo...— Me alisó el pelo de la frente empapada de sudor. —Te necesito, Elle. No puedo esperar más.— Soltando su rostro, me agaché y rodeé mis dedos alrededor de él, amando lo caliente y pesado que se sentía en mi mano. Su polla se veía deliciosa con su tensa y brillante cabeza y gotas de pre semen que se filtraban por la hendidura.
  • 41. Página 41 de 61 —Se siente tan jodidamente bien,— dijo, su aliento resoplando en pequeños estallidos rotos. Trabajé mi mano más rápido, torciendo mis dedos cada vez que acariciaba. Se tensó contra mi toque, cada músculo de su cuerpo tenso. —Necesito sentir tu coño mojado,— dijo, inclinando su cuerpo para que la punta acampanada golpeara mi entrada. —He soñado con esto durante demasiado tiempo.— —Oh, Dios, yo también.— Me dejé caer sobre el colchón y enganché mis piernas alrededor de su cintura, tirando de él hacía mí. Se empujó dentro, y mis paredes se apoderaron de él tan fuerte que ambos gritamos. Estábamos piel con piel nada entre nosotros. Él se echó para atrás, a continuación, empujó de nuevo y de nuevo, cogiendo velocidad cada vez. —Quiero que te vengas en mi polla,— él susurró. —Tócate a ti misma. Déjame oír tus gritos.— Esta vez, él no tenía que convencerme. Moví mis dedos a mi clítoris en círculos y acaricié el sensible e hinchado capullo. Blake frotaba su mandíbula y labios sobre mis pechos, luego, mordió uno de mis pezones. El dulce choque se rasgaba a través de mi auto-control, y un segundo y poderoso orgasmo me atravesó. Blake profirió una maldición y se condujo tan profundo como pudo, alineando sus caderas con cada empuje. En un gruñido y con uno de los últimos bombeos, lo perdió, clavándose en mí salvajemente hasta que explotó, y mientras él caía en el abismo, él gimió y llamó mi nombre. Yo no podía negarlo por más tiempo. Yo estaba locamente, profundamente, perdidamente enamorada de este hombre.
  • 42. Página 42 de 61 Capítulo 6 Elle Mi vida era perfecta. El hombre que amaba pasó la noche dándome orgasmos en abundancia y me hizo sentir como la única mujer en la tierra. No había nada más que pudiera pedir. Nada podría o arruinaría mi buen humor hoy. Cuando entré en la oficina, vi una docena de lirios en un florero en mi escritorio. Una sonrisa radiante levantó mis mejillas. Blake no me parecía del tipo romántico. Más del tipo rudo y listo, pero tenía muchas facetas ocultas, y no podía esperar para explorarlas. Eché un vistazo a la tarjeta: no puedo esperar para verte de nuevo. Tenemos mucho tiempo perdido que compensar. Mi corazón se disparó. Debería haberle pedido su número la noche en que me rescató de Damon. De esa manera, podríamos haber estado follando en lugar de simplemente soñar despiertos sobre cómo sería estar el uno con el otro. Afortunadamente, ya no teníamos que soñar despiertos. —Elle,— la voz de Liz ladró por el intercomunicador. —Una palabra en mi oficina ahora.— Puse los ojos en blanco y tragué mi molestia. Qué había hecho esta vez para enojarla? Mi conjetura era algo tonto como comprar la crema o la marca de infusiones de hierbas incorrecta. Tenía que recordar que trabajar para y con alguien del calibre de Liz era algo por lo que debería estar agradecida, pero estaba luchando por estar a su entera disposición. Claro, podría aprender mucho de ella, pero ser una empleada y no mi propio jefe era un fastidio. Cuando alguien como Liz decía salta, era mejor preguntar qué tan alto. Algo a lo que no estaba acostumbrada. Para centrarme y calmarme antes de entrar en el foso de los leones, inhalé profundamente mis flores. Golpeé mis nudillos contra la puerta de Liz y entré cuando ella dijo que podía. Nadie entraba a su oficina sin que ella lo dijera. Hizo un gesto hacia la silla frente a su escritorio. Tomé asiento mientras ella me ignoraba y mantenía su enfoque en el monitor frente a ella.
  • 43. Página 43 de 61 Después de unos momentos de silencio, me aclaré la garganta. —Quería verme, señorita Castle?— Ella miró entre su monitor y yo varias veces. —Te gusta trabajar aquí, correcto?— Decirle la verdad me dejaría sin trabajo, así que le dije una verdad a medias. —Me encanta la emoción de planificar eventos y ver que todo el trabajo duro se haga realidad.— —Mmmm.— Ella tamborileó con los dedos contra su escritorio desordenado. — Recuerdas que cuando viniste a trabajar aquí, firmaste un contrato que decía que no había fraternización o socialización con nuestros clientes?— El miedo llenó mis entrañas. Pensé en el día en que me reuní con RRHH y en todos los documentos que tuve que firmar. —Vagamente, fue un torbellino ese día. No me acuerdo. Firmé muchas cosas.— —Qué tal anoche? Recuerdas lo que hiciste anoche?— Se me contrajo el estómago. No tenía sentido mentir. Si ella me estaba preguntando, ella ya sabía lo que hice anoche. —Salí a cenar.— —Si lo hiciste.— Ella me dirigió una mirada fulminante que me hizo querer huir y nunca volver. —Imagina mi sorpresa cuando abrí mi correo electrónico esta mañana y vi varias fotos tuyas toda envuelta en Blake Sanders.— Mierdola. —Puedo explicarlo.— —No quiero una explicación. Estás despedida. Tienes diez minutos para salir de aquí. No pidas una referencia porque nunca te daré una. Comportamiento vergonzoso, no profesional. Deberías de estar avergonzada. Las personas como tú le dan mala fama a nuestra industria. No tengo tiempo para buscadoras de oro o escaladoras sociales.— Una parte de mí quería caer al suelo y rogarle que no me despidiera, que necesitaba el trabajo, pero mi orgullo decía a la mierda esto y a la mierda ella. Valía más que estar de pie en el fondo, llevar abrigos y dirigir a las personas a los baños. Durante años había dirigido mi propio negocio exitoso, y lo volvería a hacer. Me puse de pie y, a pesar de la agitación que giraba dentro de mí, me obligué a sonreír. —Gracias por la oportunidad.— Después de dar un resoplido indigno, ella dijo: —Esa oportunidad no significaba que pudieras arrojarte a mis clientes o dormir con ellos.— La ira que brotaba dentro de mí estaba haciendo todo lo posible para liberarse, pero la contuve. Después de lo que sucedió la última vez que perdí los estribos y arremetí, no valía la pena. Nada le habría dado mayor satisfacción que yo hubiera perdido la calma y llamarla por todos los nombres bajo el sol.
  • 44. Página 44 de 61 Pueda que no tenga trabajo, pero tenía un hombre al que adoraba. Un hombre que me envió flores y me dio orgasmos interminables con sus dedos y lengua mágicos. —Adiós, Liz. Estoy segura de que te veré por ahí. El mundo de la planificación de eventos es pequeño.— —Lo es. Recuerda eso antes de soltar tus bragas de nuevo.— —Bruja,— murmuré por lo bajo mientras salía de su oficina. Después de empacar mis escasas pertenencias, abracé a mis compañeros de trabajo y les dije que no pasaría mucho tiempo hasta que estuviese al timón de Gatherings Galore nuevamente. De una forma u otra, recuperaría mi negocio de Jason. En el ascensor, llamé a Blake. —Estaba pensando en ti,— dijo. La voz ronca en su voz trajo de vuelta todo lo que había sucedido la noche anterior. —Fui despedida,— dije, sin ninguna emoción. —Fuiste qué?— —Alguien envió a Liz fotos de nosotros en el lugar de las hamburguesas anoche. Fraternizar y socializar con los clientes está prohibido. En nuestra industria, es un pecado capital involucrarse con alguien con quien trabajas. Supongo que me iré al infierno.— —Hablaré con ella.— —No hay necesidad. No debí haber tomado un trabajo con ella en primer lugar. Voy a tratar de hablar con Jason nuevamente, y si no me escucha, lo demandaré. Gatherings Galore es mi bebé, y lo quiero de vuelta.— Se rio entre dientes. —Considera a Broadaxe Security como tu primer cliente. Te mantendremos más que ocupada.— —Realmente eres el más dulce, pero quiero hacer esto por mi cuenta y conseguir mis propios clientes trabajando duro. No quiero ser acusada de nepotismo. Además, pasará un tiempo antes de que esté lista para enfrentarme a un cliente tan grande como tú.— Se rio entre dientes. —Anoche estabas más que lista para enfrentarte a un cliente tan grande como yo.— —Muy gracioso.—
  • 45. Página 45 de 61 —Ve a tomar un café en el camión afuera de tu oficina,— dijo. —Enviaré un auto para que te recoja. Podremos celebrar tu decisión de recuperar tu negocio.— —¿Cómo propones que celebremos?— —Tengo un nuevo escritorio que necesita tu trasero desnudo encima.— Me reí. —Suena como mi tipo de celebración.— Tomé un sorbo de café mientras esperaba que llegara el auto y reflexioné sobre mi futuro. Ahora que estaba desempleada, tendría que quedarme con mis padres por más tiempo de lo que inicialmente había planeado. También tendría que reducir las cosas como el café y comer fuera. Quizás debería haberle rogado a Liz que no me despidiera y que me diera una oportunidad más. Pero tal vez su despido había sido una bendición disfrazada. Un mensaje llegó de Blake. El conductor está atascado en el tráfico. Estará allí pronto. Le respondí el mensaje de texto. Puedo tomar un taxi. No es gran cosa. Dale cinco minutos más. Envié un símbolo con el pulgar hacia arriba y seguí esperando. Cuanto más esperaba el auto que Blake había enviado para que apareciera, más oscuros se volvían mis pensamientos. Valía la pena perder mi trabajo? Solo habíamos pasado una noche juntos. Tuvimos una cita. Tal vez estaba en lujuria y no enamorada como pensaba. Antes de que mis pensamientos se volvieran más sombríos y me convencieran de hacer algo tonto como romper con él, un automóvil negro se detuvo y el conductor salió. —Señorita Canning?— —Esa soy yo,— dije, agarrando mi pequeña caja de pertenencias. —Déjame tomar eso,— ofreció. —Lo pondré en el maletero.— Antes de que lo hiciera, tomé uno de los lirios del florero para hacerme compañía en el camino a la oficina de Blake. La anticipación de lo que sucedería exactamente en su escritorio me llenaba de emoción. Las ventanas del auto estaban oscurecidas, y una emoción ondulante saltó a mi vientre. Estaría allí atrás esperándome? Bautizaríamos el auto antes de bautizar su escritorio? Es por eso que no quería que tomara un taxi?
  • 46. Página 46 de 61 El conductor me abrió la puerta y entré. Una vez que me instalé, la otra puerta se abrió. —Bueno, si no es la encantadora Elle. Veo que te gustaron mis flores.— Damon. Oh. Mierda. No. Incapaz de pensar con claridad o hablar, comencé a temblar, apenas era capaz de procesar lo que estaba sucediendo. Mi corazón latía contra mi caja torácica, y mis pulmones se apretaron tan fuerte que no podía respirar. Damon me dio una sonrisa maníaca y meneó sus pobladas cejas. Agarré la manija de la puerta y tiré en un furioso intento de escapar, pero estaba cerrada. —Déjame salir,— grité y golpeé las ventanas. —No lo creo.— Señaló una furiosa cicatriz roja sobre su ceja y luego su nariz torcida. —Tu caballero de armadura brillante, me lastimó, así que voy a lastimarlo de regreso al lastimarte a ti. Deberías haberme dado lo que quería esa noche en lugar de llamarlo para pedir ayuda.— Él sonrió y se recostó en el asiento mientras yo golpeaba la ventanilla del auto, gritando por ayuda. —El auto está insonorizado. Nadie puede oírte.— Alzó mi viejo teléfono. —Me sorprende que el Sr. Sanders no te hubiera dicho que marcaras tu teléfono como perdido o que lo borraras de forma remota. Disfruté leyendo tus sexts3 y viendo tus selfies desnudas. La nube es algo maravilloso, no? Cuatro ceros como contraseña? Niña tonta.— —Te matará,— sollocé. —Él nunca me encontrará, o a ti.— Blake —Qué quieres decir con que ella no estaba allí?— 3 textos sexuales o más conocido como sexting.
  • 47. Página 47 de 61 —Esperé por diez minutos, jefe, incluso entré a su edificio de oficinas. Nadie la había visto desde que se fue con su caja de cosas y las flores que usted envió.— —No le envié flores.— El miedo me heló las venas y colgué. Abrí la aplicación de rastreo en mi computadora portátil, pero no había señal de su celular. Dónde diablos estaba ella y con quién estaba? Descolgué mi teléfono y llamé a Liz. Cuando ella respondió, no me molesté con las cortesías. —Voy a revisar sus videos de seguridad durante las últimas dos horas. Elle ha desaparecido.— —Hazlo,— dijo ella, sonando desinteresada. —Estoy segura de que ella está en algún lugar resoplando. La despedí, sabes.— —Estoy consciente,— dije con frialdad. Cerré el teléfono de golpe y saqué las imágenes de seguridad del edificio. Vi a Elle entrar en el ascensor y luego salir. Una vez afuera, tomó un café del camión, se sentó en un banco y buscó en su teléfono. No mucho después de hablar con ella, un auto se detuvo y ella entró. Debe haber pensado que era el auto que le había enviado. Debería haberle enviado un mensaje de texto con la marca, modelo y matrícula. No era yo el ser tan complaciente. El auto en el que se metió no tenía matrícula, pero todo lo que necesitaba era una buena foto del conductor, luego podría pasar su cara por un programa de reconocimiento facial. Unos segundos después de que Elle se subiera al auto, un hombre que parecía Damon se deslizó en el asiento trasero. El shock siguió a la incredulidad y a la ira. Mi presión sanguínea se disparó hasta que vi rojo. Si él la lastimaba, pasaría el resto de mi vida devolviéndosela. Lo haría sufrir de una manera que ni siquiera podía imaginar. La muerte sería un dulce alivio que no vendría. Pirateé todos los sistemas de seguridad de la ciudad—algo considerado altamente ilegal y poco ético, pero no me importaba—y ejecuté las caras de Damon y del conductor a través de todos los programas de reconocimiento facial disponibles. Mientras el software hacía su trabajo, paseaba por la oficina. Esto era mi culpa. Debí haberme permanecido en alerta. Debí haber sabido que volvería por ella más temprano que tarde. El hecho de que no supiéramos dónde había estado escondido no significaba que no supiera dónde estaba ella. El bastardo estaba esperando el momento correcto. Le había fallado. Mi laptop sonó con varias ubicaciones posibles. Los escaneé a todos. Uno se destacaba—un patio de embarque junto a los muelles. Un lugar conocido por las drogas, la prostitución y el tráfico. Si él planeaba llevarla a cualquier parte, estaría allí,
  • 48. Página 48 de 61 y si no era lo suficientemente rápido, ella terminaría muerta o como un juguete de algún sádico. Asegurándome de que tuviera todo lo que necesitaba, salí de la oficina. —Que te pasa?— Axel, que estaba de pie junto a la cafetera, preguntó. —Voy camino a matar a alguien.— —Genial,— dijo, y me dio un choca esos cinco. —Llama a la policía y haz que se reúnan conmigo en los muelles.— En el garaje, me subí a mi McLaren 570GT. No había manera de que pudiera ir 204 mph sin ser arrestado o tener un accidente, pero llegaría a ella más rápido en este auto que en cualquier otro. Necesitaba encontrarla. Nunca me lo perdonaría si le sucediera algo. Si salía lastimada, no habría nadie más a quien culpar.
  • 49. Página 49 de 61 Capítulo 7 Elle En el momento en que salí del auto, le di un codazo en la nariz a Damon y corrí por mi vida. Ahora yo estaba doblada como un pretzel en una esquina oscura de un contenedor lleno de muebles envueltos en plástico. El olor a pescado podrido llenaba el aire. Las lágrimas caían por mis mejillas, y luchaba por recuperar el aliento mientras una ola sofocante de pánico me recorría. No solía ser una persona religiosa, pero recé mucho para que Damon no me encontrara. Tan pronto como el auto comenzó a moverse, me arrebató el teléfono nuevo de mis manos y lo arrojó junto con el viejo por la ventana del auto, lo que significaba que ambos estaban en un millón de pedazos en algún camino. No quería que me rastrearan. Las cosas que dijo que me haría me revolvieron el estómago y me llenaron de tanto miedo que, por un fugaz segundo, me pregunté si rendirme sería la opción más fácil. Esta vez estaba sola. Esta vez no había salida. Los ruidos retumbaron afuera junto con disparos y voces elevadas. Me hice un ovillo, haciéndome lo más pequeña posible. Mi vida como la conocía había terminado. Por centésima vez, me reprendí por haberme subido a su auto esa primera noche. Por qué no me había escapado? Por qué no había confiado en mis instintos? Contuve un sollozo. Incluso si lo hubiera hecho, ya que Damon me había estado acechando por un tiempo, él habría encontrado una manera de llegar a mí. Hace unas semanas, era una chica normal de veinticinco años con un negocio próspero y un prometido. Ahora estaba sin hogar y soltera con mi propio acosador psicópata. Y mi vida estaba a punto de empeorar. Mucho, mucho peor. No quería ser el juguete o el saco de boxeo de alguien. Probablemente me mataría tan pronto como se aburriera o me pasaría a alguien más como lo había prometido. Lágrimas calientes me corrían por la cara y contuve los sollozos. Si saliera de este lío, tomaría clases de defensa personal. Me podrían dar una oportunidad de pelear si esto volviera a suceder.
  • 50. Página 50 de 61 En el camino hacia aquí, Damon no me había tocado, pero había dejado en claro lo que quería hacer como venganza por Blake marcando su rostro. Estaba casi alegre, anticipando el dolor que me infligiría. Él fue quien envió las fotos de mi cita con Blake a Liz. Le dijo que estaba considerando contratarla, pero después de una profunda excavación, no pensaba que era una buena idea ya que ella estaba de acuerdo con que su personal se acostara con sus clientes. Liz adoraba demasiado al poderoso dólar como para arriesgarse a que Damon no la contratara. Cuando le pregunté cómo sabía que estaría fuera de la oficina antes, dijo que Liz lo había llamado en el momento en que me habían despedido, y como tenía acceso a mis mensajes de texto, sabía que Blake tenía un auto en camino a recogerme. Había estado a unas calles de distancia. Vio su oportunidad y la aprovechó. El sonido de voces elevadas se acercaba cada vez más. Estaba jodida. Tan, tan jodida. La puerta de la unidad de contenedores se abrió y la luz se derramó, cegándome temporalmente. Un grito se acumuló en mi pecho, pero lo tragué y me escondí detrás de un sofá, esperando volverme invisible. —Elle. Soy yo. Estás aquí?— Blake. Abrí la boca para decir su nombre, pero mis cuerdas vocales solo podían hacer el sonido de un gato moribundo. Los sollozos incontrolables sacudieron mi cuerpo, llevando a Blake a mi paradero. Me levantó y me abrazó fuerte. —Te tengo, bebé. Nunca te dejaré ir de nuevo. De ahora en adelante, vas a estar conmigo veinticuatro siete.— Demasiada asustada y conmocionada para hablar, permanecí en silencio. —Te lastimó? Necesitas ir al hospital?— Sacudí mi cabeza, y con cada segundo que pasaba, mi pánico se calmaba. —Puedes llevarme a casa con mis padres?— Sus cejas se fruncieron. —Deberías volver a mi casa donde pueda vigilarte.— —No,— susurré. —Mi mamá. Quiero a mi mamá.— —Está bien, bebé,— me tranquilizó, acariciando mi cabello. —Está bien.— Puse mi cabeza contra su pecho y escuché el ruido sordo de su corazón. Mientras me llevaba por el patio de embarque, mantuve los ojos cerrados. No quería ver qué había pasado mientras estaba escondida, pero estaba segura de que era sangriento y desordenado.
  • 51. Página 51 de 61 —La policía querrá hablar contigo,— dijo, —pero eso puede esperar hasta que estés lista.— Con cuidado, me colocó en el asiento del pasajero de su automóvil, y después de hablar con algunos policías, entró. Durante el viaje, ninguno de los dos habló, pero cada pocos segundos, me di cuenta de que sus ojos me miraban. Nos detuvimos en la casa de mis padres y me volví hacia él. Lo que estaba a punto de decir y hacer podría ser el error más grande de mi vida y algo de lo que me arrepentiría para siempre, pero necesitaba estar sola por un tiempo. No importaba que amara a Blake o que él me hiciera sentir como nadie más lo había hecho. Había pasado demasiado desde la noche en que nos conocimos, y necesitaba algo de tiempo para aclarar mi mente. —Necesito algo de tiempo para mí,— dije con la menor emoción posible. —Todo esto ha sido demasiado para mí.— —Cuánto tiempo?— —No sé,— admití. —Quizás para siempre.— Mantuvo su enfoque hacia adelante y asintió. —Lamento no haberte mantenido a salvo hoy. Prometo que no volverá a suceder.— Se giró para mirarme, sus ojos suplicantes. —No puedo perderte, Elle. Acabo de encontrarte. Las lágrimas nublaron mi visión y mi corazón se apretó hasta que pensé que me desmayaría por el dolor. —Perdí mi trabajo y casi pierdo la vida. Qué sigue? Mi familia? Damon no se detendrá hasta que me posea. El único lugar donde me siento segura es con mi mamá y mi papá.— —Damon no irá a otro lado que no sea al hospital, seguido de la cárcel.— Tragó saliva, y me di cuenta de que estaba luchando por mantenerse sereno. —Él no vendrá por ti otra vez.— —Por favor entiende. Necesito procesar todo lo que sucedió en las últimas semanas.— —Estás en estado de shock y no piensas con claridad,— dijo suavemente. —No deberías tomar ninguna decisión ahora. Duerme un poco. Podemos hablar más tarde.— Extendí la mano para tocar su brazo, pero luego tiré de mi mano hacia atrás. Es mejor partir ahora antes de cambiar de opinión. Es mejor hacer una separación limpia para los dos. —Adiós,— susurré, con la voz quebrada. No dijo una palabra más. Salí del auto y lo vi alejarse.
  • 52. Página 52 de 61 Cerré los ojos y caí al suelo, con el corazón destrozado. Blake Los días se convirtieron en semanas, que se convirtieron en meses. Mañana se cumplían tres largos meses desde que puse a Damon en el hospital y encontré a Elle en el contenedor de envío. La forma en que me miró cuando dijo que necesitaba algo de tiempo sola atormentaba mis sueños. Estaba enojado como el infierno pero no con ella. Por qué querría pasar su vida con alguien como yo? Alguien que no pudiera mantenerla a salvo y protegida? Me volví descuidado, complaciente. Ford me dio una palmada en la espalda. —Quieres otro?— preguntó, señalando mi cerveza tibia. —Lo has estado cuidando durante una hora. Pensé que íbamos a tener una noche de chicos.— Mi templo palpitaba al ritmo de los latidos de mi corazón. La idea de ser golpeado nuevamente me dejó con el estómago revuelto. —No, estoy bien.— Axel se sentó a mi lado. —Amigo, tienes que arreglarlo. Estás actuando como una niña con el corazón roto. Se valiente. Ve a buscarla u olvídate de ella. — Mis manos se cerraron en puños apretados. —No sabes de qué estás hablando.— Ford puso los ojos en blanco. —Sabemos que desde que Elle dejó tu trasero, has estado deprimido. Estás deprimiendo a todos en la oficina.— —Ella no me dejó. Necesitaba algo de tiempo sola.— Ford se rio. —Tres meses equivalen a abandonar.— —La quieres, lucha por ella,— agregó Axel. Cogí mi cerveza y la volví a tomar, sin importarme que estuviera caliente. —Cuando esté lista, sabe dónde estoy.— Golpeé mi botella encima de la barra. —La culpas? Por mi culpa, ella fue secuestrada. Si no hubiera llegado a tiempo, podría estar en algún agujero de mierda de Europa del Este siendo torturada.— Me estremecí. —Ella está mejor sin mí.— —Entonces, por qué todavía la sigues rastreando?— Axel preguntó. —Qué mierda sabes al respecto?— —Sabemos sobre el rastreador en su automóvil,— dijo Ford. —Y cómo has pirateado su nube, acosador.—
  • 53. Página 53 de 61 Me encogí de hombros. —No la estoy acosando. Necesito asegurarme de que nadie la lastime o intente lastimarla. Damon tiene amigos.— Axel se rio entre dientes. —Después de la paliza que le diste, creo que sus amigos saben que deben mantenerse alejados de ella y de cualquier otra persona en tu vida.— —Tiene suerte de que no le corté la polla y no lo obligue a comérsela.— El camarero puso otra botella de cerveza delante de mí. Emborracharme y ahogar mis penas era la única forma en que cerraba los ojos en estos días, y lo que dormía estaba lleno de sueños con ella. Su cuerpo. Su risa. Su sonrisa. Me aparté del bar. —Me tengo que ir.— —Vas a decirle cómo te sientes?— Ford preguntó. — Para que ella pueda decirme que me pierda? No, gracias.— —No, imbécil,— dijo Axel con un suspiro. —Para que puedas decirle cuánto la amas.— —Yo no—— Ford levantó la mano. —Hombre, no lo hagas. Es mejor que hagas una cita con el dentista porque voy a sacarte los dientes por mentir y estar lleno de mierda.— Les di la espalda a los dos y salí del bar. Qué demonios sabían sobre lo que hice y no sentía? Pero tal vez, solo tal vez, tenían razón. La idea de no volver a verla nunca más de no volver a abrazarla me apretaba el corazón con tanta fuerza que me tropecé. Tomando un segundo para reponerme, me apoyé contra la pared más cercana y cerré los ojos. A pesar de mis mejores esfuerzos para no llorar—los hombres como yo no lloraban—una lágrima corrió por mi mejilla. Tenía que recuperarla. Y haría cualquier cosa, y quise decir cualquier cosa, para que eso sucediera. Elle La voz de mi madre continuaba sonando por el teléfono. —Has comido hoy? No vi ningún plato en el fregadero o el lavavajillas esta mañana.— —Mamá,— dije, tratando de no sonar exasperada. —Estoy bien. Simplemente no tengo tanta hambre. De todos modos, podría perder algunas libras.— Desde que terminé con Blake, no había podido comer más de un bocado a la vez. Mi alegría por la vida se
  • 54. Página 54 de 61 había desvanecido junto con mi deseo de hacer algo más que beber White Claw4 y ver maratones de reality shows en Netflix y Amazon. Blake había estado en lo cierto; No había estado pensando con claridad y no debí haber tomado ninguna decisión, pero ahora era demasiado tarde para retirar lo que había dicho. No debí haberlo excluido. Él no tenía la culpa del desorden que había hecho de mi vida, ni de que Damon me atacara por segunda vez. Debí haber hecho seguimiento antes con la policía. Debí haber conseguido una orden de restricción. Tantas cosas que debí haber hecho. Nada de lo que sucedió, o de lo que pudo haber sucedido, era culpa de Blake. Cuando rompí con Jason, mi corazón no me dolió así. No estar comprometida con él resultó ser un alivio. No se parecía en nada a la nada melancólica que ahora colgaba sobre mis hombros como una capa de diez toneladas. Jason y yo todavía estábamos en discusiones sobre Gatherings Galore, pero una vez que los contratos estuvieran en su lugar, con suerte en las próximas semanas, volvería a hacer lo que amaba. Como era de esperar, él y Susan se habían separado. La emoción de estar entre la espada y la pared, y de tener que ocultar su relación no era tan emocionante como tener una relación abierta. Mentiría si no admitiera sentirme un poco alegre por ese giro particular de los acontecimientos. Para distraerme, estaba ayudando a un amigo a organizar conferencias para fanáticos de la ciencia ficción. Tenía que ganar dinero para poder mudarme de la casa de mis padres. Me amaban incondicionalmente y querían lo mejor para mí, pero no me dejaban revolcarme en mi miseria como quería. La Sirenita y Steve de Stranger Things pasaron por mi puesto de información para preguntar dónde estaba el registro. Los señalé en la dirección correcta, luego volví a mirar a los asistentes corriendo con un atuendo de cosplay impresionante. Chewbacca se me acercó y, sin previo aviso, me recogió y rugió con lo que parecía un triunfo. Como no hablaba wookieee, podría haber estado preguntando dónde estaba el baño. —Bájame,— exigí, pateando mis piernas. Los otros asistentes vitorearon y se rieron de mi situación embarazosa. —Bájame, bola de pelo demasiado grande.— Gimió algo más mientras me llevaba a una sala de banquetes preparada para un panel de Superman. —No es gracioso, Chewie,— dije cuando finalmente me puso sobre mis pies. 4 Es una bebida alcohólica de agua de seltzer propiedad de Mark Anthony Brands, que también posee Mike's Hard Lemonade.