1. El Homeschooling o escuela en casa, se desarrolla en EEUU, luego se extiende a Canadá,
Australia y hoy se puede observar este fenómeno en Argentina.
Surge por dos Factores el primero es como propuesta para buscar soluciones que respondan a
los intereses de algunas familias que no están de acuerdo con la educación que las escuelas le
brindan a sus hijos, en el segundo caso a factores religiosos, culturales o políticos,
cuestionando tanto a la educación pública como privada y al contenido de educación que estas
ofrecen y que ellos no desean para el desarrollo de sus hijos.
En el caso de Argentina para 1996 alrededor de un millón de niños estaban siendo educados
por sus padres en sus propios hogares.
Los propulsores de esta propuesta sostienen que educar desde el hogar les permite como
padres una liberación en cuanto al currículum oficial, y evita la circulación de situaciones
sociales como la violencia, las drogas, etc. Se plantea como una protección al menor en cuanto
a normas morales e ideológicas que serán en este caso impuestas por sus padres.
Ahora bien, respetadas todas estas posturas que defienden a la educación en casa, paso a
enunciar mi postura en contra de la escuela en casa, en cuanto al daño que se le provoca a
estos niños con respecto a su futuro desarrollo e inserción en la sociedad.
En Argentina la ley de educación nacional de 2006 recoge a la educación obligatoria desde los
cinco años. Además la propia ley impone a los padres la obligación de hacer cumplir el
precepto legal, como en el artículo 129 que explica: “Los padres, madres o tutores/as de los/as
estudiantes tienen el deber de hacer cumplir a sus hijos/as o representados/as la educación
obligatoria, asegurar su concurrencia a los establecimientos escolares para el cumplimiento de
dicha norma, salvo excepciones de salud o de orden legal que impida a los/as educandos su
asistencia periódica a la escuela.
Negarle a un niño la posibilidad de socialización con el resto de los niños de su edad, es aislarlo
del mundo real al que tarde o temprano deberá enfrentarse, quitándole las herramientas
necesarias que le otorga la educación institucionalizada y formal para su futura inserción
laboral o para integrarse a los subsiguientes niveles superiores de la educación, ya sean
Universitarios o No Universitarios.