El profesor, la tensión de su tarea educativa díaz barriga
Resumen karen, dary
1. EDUCACIÓN Y COMPETENCIAS
No basta con saber; hay que aplicar. No basta con querer; hay que hacer
Goethe
Educación por competencias o…
Empezar todo de nuevo.
Los procesos tradicionales de aprendizaje respaldados exclusivamente en la memorización de
contenidos, han ido gradualmente reorientándose.
Una de las grandes falencias que se ha observado en este cambio de la educación tradicional a la
educación moderna (para llamarla de alguna manera), se presenta como un problema central dentro de
la pedagogía y tiene que ver con que en el devenir histórico en el cual la escuela ha buscado un camino
entre conocimientos y competencias, entre enciclopedismo y pedagogías activas (Denyer, Furnémont,
Poulain y Vanloubbeeck, 2007). Concretamente, me refiero a un fenómeno que ha ocurrido y se lo
conoce como el vaciamiento de contenidos. En efecto, la escuela tradicional enfatizaba la acumulación
de conocimientos en la memoria de los estudiantes porque “seguramente” esos contenidos aprendidos
de manera forzosa servirán para el futuro. Afectada y conminó a la escuela a efectuar cambios en la
manera de enfocar la enseñanza. De hecho, este aumento constante de la información hizo que sea
imposible que una persona corriente domine toda la información circulante tan siquiera en el área de su
especialidad. En consecuencia, era importante generar una cultura escolar más proclive al desarrollo de
habilidades en relación con el manejo de la información y no tanto al almacenamiento de dicha
información la nueva escuela. Comienza a ejercer su influencia fundamentándose en estudios científicos
y en pedagogos vanguardistas que señalaban que el aprendizaje podría ser más efectivo si se permitía
que los estudiantes “manipularan” los objetos de conocimiento.
“La tragedia educativa”, se encarga de fundamentar que el progresivo descenso de contenidos de
aprendizaje ha sido una constante en las escuelas argentinas
Elementos intervinientes: Los contenidos, el pensar y el pensamiento crítico
En primer lugar hay que consignar que era evidente que el caudal de conocimientos previos iba
mermando con el transcurrir del tiempo. En segundo lugar, la actividad del pensar implicaba un esfuerzo
cada vez mayor por parte de los alumnos y tercero, y quizás lo más preocupante, fue percibir la
dramática disminución de las capacidades críticas de los alumnos.
El contenido a aprender dentro de la escuela tradicional siempre fue abundante.lo profuso de los
contenidos no implicaba necesariamente que los alumnos pensaran más, al contrario; parecía que los
alumnos tendían a memorizarlos quizás porque se sentían abrumados en su capacidad de análisis y
2. comprensión de los mismos, también por la necesidad de aprobar las materias a como diera lugar. En
conclusión, parecería que dar mayor cantidad de contenidos en la escuela no implicaba necesariamente
que los alumnos pensaran más. Todos sabemos que para poder pensar es imprescindible contar por lo
menos, con algo de información acumulada.
El pensamiento se da en la medida en que la mente posee información en forma de datos. Porque
pensar es imaginar, considerar o discurrir sobre la información que recibimos. Implica reflexionar sobre
ella, asociar conceptos, establecer relaciones.Los contenidos que son significativos son los que
utilizamos para pensar.Al pensar estamos desarrollando los diferentes niveles de nuestras capacidades
cognitivas, hasta alcanzar si es posible, la capacidad crítica o habilidades cognitivas superiores.
Una vez que se han incorporado los contenidos y la mente comienza a trabajar sobre ellos, es que se
está en condiciones de comenzar a desarrollar las habilidades cognitivas. El desarrollo de las habilidades
intelectuales incluyen la interpretación, análisis, evaluación, inferencia, explicación y la autorregulación
(Campos Arenas, 2007). El pensar implica el uso de las habilidades cognitivas pero estas
habilidadesintelectuales varían conforme a su complejidad.
La madurez de los alumnos y el aprendizaje de la lógica: Una explicación
El problema fundamental que pude observar se localizaba en la escasa capacidad de análisis que los
alumnos traían consigo al iniciar el curso.
En un primer momento lo atribuí a cuestiones de inmadurez en la personalidad de los educandos. Según
la teoría piagetiana (Piaget, 1985) el desarrollo humano se da por etapas o períodos. Piaget no
consideraba a las etapas como algo sujeto a la edad sino que admitía cierta flexibilidad. Los procesos de
desarrollo madurativos difieren en cada alumno y que las circunstancias ambientales y hereditarias
influyen en su maduración.
Podemos buscar muchos causales de esta situación. Me refiero a la irrupción violenta e irrefrenable de
los medios de comunicación en los hogares. La televisión, el video cable, Internet y todas sus
combinaciones están presentes en cada casi hogar de esta zona del mundo. Abogo por el uso de
tecnología en la educación no puedo evitar señalar que su uso desproporcionado y sin un cuerpo de
valores que la sustente está haciendo estragos en las mentes juveniles.Lo peligroso es que la mente se
acostumbra a este tipo de presentaciones lo cual le impide notoriamente establecer juicios de valor con
respecto a ninguna cosa. De manera que cuándo se les pide a los estudiantes su opinión sobre algún
tema específico, pareciera que la evaluación más importante se emite desde la perspectiva del gusto:
“me gusta” o “me cae pesado”
Conforme ellos iban teniendo mayor acceso al tipo de información digamos de consumo general y que
no requería un gran esfuerzo mental para entenderla, se iba socavando lenta, pero inexorablemente sus
capacidades de análisis y razonamiento. Estas capacidades son claves para entender contenidos como
los que se tratan en materias que pretenden profundizar en los procesos racionales como la lógica y
otras. Las nuevas pedagogías olvidaron que hay contenidos que pueden ayudar al desarrollo de
habilidades de pensamiento,comenzó a generarse una cultura donde se le dio mucha importancia a la
3. opinión personal, el esfuerzo docente pareciera que debiera concentrarse en la búsqueda de las mejores
metodologías para el aprendizaje de estos principios y no tanto en la discusión social de la factibilidad
de los mismos. Naturalmente hay demasiado conocimiento flotando por allí, susceptible de ser
discutidos y analizados desde el ámbito de la opinión personal.
Competencias… ¿para qué?
¿Es que acaso en la educación anterior no se desarrollaban competencias? ¿O se trata de una nueva
moda educativa, que con el tiempo desaparecerá…?
Desde la década de los 80’s en adelante la escuela activa comenzó a consolidarse en las instituciones
escolares y tanta prédica en este sentido, comienza a dar algunos resultados.
Las competencias aparecen como una nueva vuelta de tuerca para este asunto de la educación en
general y del aprendizaje en particular. En efecto, las competencias intentan remediar hacia el futuro
algunos problemas que se suscitaban en los procesos educativos digamos… “clásicos”. Por una parte,
rever que ciertos aprendizajes que los alumnos realizaban eran inaplicables en la posterior inserción
social y laboral, por ello, las competencias apuntan a que lo que se aprenda tenga directa relación con el
saber hacer, con procedimientos tangibles. Pero para que esto ocurra, ese saber hacer ha de
manifestarse en ámbito laboral, en las actividades sociales, en la producción creativa de tal forma que
nos permitirá crecer.
RESUMEN
Las competencias han surgido del ámbito laboral y no hace mucho arribaron a las instituciones
escolares, Sin embargo, el término o concepto de competencias ha tenido variaciones en su definición a
través del tiempo, según Denyer et al.
Pero esencialmente podemos entender que adquirir una competencia es simplemente aprender lo que
no se sabe a través de la acción, haciéndolo, y parece que podemos reducirlo a tres factores que
debieran estar presentes al hablar de competencias, a saber:
a) Un conjunto de recursos que incluyen todos los conocimientos adquiridos.
b) La puesta en práctica de estos saberes.
c) De tal forma que permitan la realización de un determinado número de tareas.
La primera concepción de competencia se ajusta al modelo taylorista de trabajo, en el cual interesa
lograr la automatización de las tareas mediante el cumplimiento estricto de instrucciones, respetando
escrupulosamente las consignas para lograr la eficiencia en la operación.
Todos los países europeos considera que el concepto de competencia es una combinación dinámica del
conocimiento y la comprensión de los mismos más las capacidades y habilidades que señalarían el nivel
o grado de suficiencia con que una persona sea capaz de desempeñar una tarea.
4. El concepto de desarrollo integral merece un párrafo aparte. Considero que partiendo del
supuesto filosófico que todos los seres humanos tienen derecho a la educación. Además, que obtengan
la preparación necesaria para poder desenvolverse con éxito y mejorar la sociedad en que viven. En
efecto, en este contexto el término íntegro, connota, el sentido semántico de cosa única, indisoluble y
una unidad indivisible.
Entonces, ante la necesidad manifiesta de educar en forma total al ser humano es prioritario
fundamentar esta propuesta en un concepto antropológico que tenga la suficiente amplitud como para
abarcar todas las áreas o dimensiones del hombre plausibles de ser desarrolladas mediante un
programa educativo intencional.Las corrientes educativas actuales puedes percibir ciertos modelos
pedagógicos tendientes a fragmentar al ser humano. Por ejemplo, cuando se pretende formar
especialistas en ciertas tecnologías, y por consiguiente, se circunscribe la formación del hombre a una
parte de sí. Esto se torna problemático en la actualidad cuando las modalidades de trabajo cambian
constantemente y se requiere personas formadas de un modo más general, en cuanto a sus
competencias y actitudes ante la vida, de modo que puedan adaptarse aceptablemente a las
transformaciones laborales y sociales en general.