La confianza es un elemento constitutivo de la relación pedagógica entre docente y alumno y es una categoría ética cotidiana. La confianza del niño en el adulto es inicialmente automática y otorga poder de autoridad al adulto, estableciendo un funcionamiento circular que libera tanto al niño como al adulto. La educación implica transferir poder sobre el mundo a los niños sin abuso de poder por parte de los adultos.